Revista Sí Enero - Febrero 2018

JUVENTUD
Meditación:
Nuestra
Mochila
“Sabemos que
los soldados de
Cristo no son
destruidos sino
coronados.”
San Cipriano
Por Mariela I. Ramos Cruz
y un refrán que dice “Dios no da
Hacargas que no podamos llevar”.
Si bien es cierto este argumento, así también
Dios nos brinda su ayuda día a día
para llevar nuestras cargas. Ahora bien,
veámoslo de la siguiente manera. En
una mochila guardamos nuestras pertenencias
según sea nuestra necesidad. En
muchas ocasiones llevamos en nuestra
mochila cosas que al fin y al cabo no necesitamos
o que simplemente no caben,
pero hacemos que quepan.
En nuestra vida diaria sucede de igual
forma, como resultado, a diario llevamos
una carga muy pesada. Es en ese
momento que nos detenemos a mirar y
pensar, ¿Qué tengo en mi mochila? ¿Qué
realmente necesito? En nuestra relación
con Dios ocurre igualmente. Día a día
llevamos cargas que no nos dejan dar el
próximo paso, cargas que nos alejan de
Dios en lugar de acercarnos más a El,
incluso cargas que corresponden sino a
Dios.
Llega el momento en que debemos decir
“Basta ya” no creer que somos autosuficientes
y que podemos solucionar todas
esas cargas en nuestra vida. Para poder
volver a ese amor primero es importante
que liberemos esas cargas. Esto no es
más que abrir nuestros corazones y dejar
que Dios entre. Dejarlo entrar para que
sea Él quien nos ayude a examinarnos
para poder mirarnos con sus ojos que
son los únicos que miran con el corazón.
Él nos dice “Vengan a mí todos los que
están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen con mi yugo y aprendan
de mí, que soy sencillo y humilde de corazón
y encontrarán descanso para sus
vidas. Porque mi yugo es suave y mi carga
ligera.” Mateo 11 28:30. Para esto se
necesita radicalidad, confiados porque
sabemos de quién nos hemos fiado. Recordando
siempre que “Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece.” Y que “Sin mí
nada podéis hacer.”
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Enero-Febrero 2018