Rasca Cielos 20180610

“Como Julio Verne o Nikola Tesla, personalidades que rescatamos
en exposiciones anteriores, Houdini era un adelantado,
un hombre que se anticipó a la modernidad. Por haber
llegado tan temprano, quizá ha sido olvidado. Trabajaba con
ingenieros, con lo que hoy llamamos neurociencia y también
aprovechó los avances tecnológicos, por eso rescatamos su
figura, su innovación”, dice en el hall del edificio Gustavo
Blanco García Ordas, atento gerente de la fundación, sobre la
muestra porteña, que ya tuvo convocantes versiones en Perú y
España. El gestor no olvida mencionar que los fans del escapismo
pueden acercarse tranquilos: se respetan los códigos y
no se develan los trucos. La magia sigue intacta.
Una muestra dedicada a Houdini, auspiciada por una multinacional
de las telecomunicaciones, en un país en el cual
muchas veces hay que hacer magia para hablar por teléfono.
DOMINGO 10 DE JUNIO 20|18
Nada por aquí, nada por allá. Mejor subir al primer piso, donde
aguarda el legado del escapista. ¡Ábrete, sésamo!
La fuga como arte
Erich Weiss -el mortal que se convertiría en Harry
Houdini- nació en 1874 en Budapest. Era uno de los ocho hijos
de una humilde familia judía. Siendo bebé, cruzó el Atlántico
junto a los suyos para hacerse la América en los Estados
Unidos. La tierra prometida la encontraron en Wisconsin.
Cuenta la leyenda que de muy pibe, Harry fue a ver con su
hermano Theo un espectáculo de escapismo, el cual encontró
hosco, torpe y demasiado aburrido. Dicen también que el
joven volvió a su casa y se envolvió en cadenas y candados. Lo
anotó en su querido diario. Ese día nació una estrella.
A los 12 años se conchabó en un circo ambulante y
www. p a g i n a s i e te. b o
13