Bolivia en La Haya

BOLIVIA EN LA HAYA
“El retorno de Bolivia al mar no
es solo posible, sino inevitable”

“No buscamos venganza, buscamos
justicia”
DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL ESTADO PLURINACIONAL
DE BOLIVIA, EVO MORALES, EN EL ACTO CENTRAL DE CON-
MEMORACIÓN POR LOS 139 AÑOS DE LA DEFENSA DE CA-
LAMA
Presidente Morales iza la bandera el 23 de marzo de 2018 en
el Día del Mar
Hermano Álvaro García Linera, vicepresidente del Estado
Plurinacional, hermano ‘Gringo’ Gonzales, presidente
del Senado, a todos los miembros de la Asamblea Plurinacional;
hermanas y hermanos ministros. Hermanos que representan
al Gobierno Departamental de La Paz, hermanos
representantes del Gobierno Municipal, a la Asamblea Departamental
del departamento de La Paz. Hermano Borda,
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, comandantes
de las tres fuerzas; a todo el Estado Mayor, a todas las Fuerzas
Armadas, hermano comandante de la Policía Nacional,
igualmente un saludo a toda la Policía Nacional.
Hermanos embajadores, embajadoras presentes acá,
hermano Nuncio Apostólico, muchas gracias por acompañarnos,
compañeros de la Central Obrera Boliviana, a todos
los dirigentes nacionales. A los distintos movimientos sociales,
agregados militares, invitados especiales, hermanas y
hermanos de la prensa nacional e internacional. Un saludo
a todas las hermanas y hermanos que viven en Bolivia como
también en otras partes del mundo, y querido pueblo boliviano.
El 23 de marzo de 1879, Eduardo Abaroa con un grupo
de patriotas se apostó en el puente Topater y defendió hasta
el último aliento el territorio nacional; cuando el invasor le
ofreció elegir entre rendirse o perder la vida, entre la patria
o la muerte, Eduardo Abaroa respondió con palabras que el
tiempo no extingue. Como cada 23 de Marzo las bolivianas
y los bolivianos reafirmamos nuestro irrenunciable derecho
a recuperar una salida soberana al océano Pacífico En este
mismo lugar hace exactamente siete años, con Eduardo
Abaroa como testigo eterno, los bolivianos anunciamos que
recurriríamos ante los tribunales internacionales para que
un fallo justo y certero nos lleve a tener un acceso soberano
al océano Pacifico.
Hoy después de más de 139 años de la invasión sobre
nuestro Litoral, nuestra causa es escuchada y será resuelta
por la Corte Internacional de Justicia, el más grande tribunal
que ha creado la humanidad para la resolución pacífica
de las diferencias entre los Estados del mundo. Este 23 de
marzo, los bolivianos estamos unidos sin importar nuestra
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posición política o ideológica, sin importar si estamos dentro
o fuera del país, sin importar si somos indígenas o mestizos,
si somos collas o cambas, amazónicos o chapacos; hoy
somos la voz invencible de la verdad y la justicia.
Este 23 de marzo las niñas y niños que desfilan en las
ciudades y en el campo están hoy más cerca al mar, con toda
seguridad las próximas generaciones cosecharán lo que hoy
estamos sembrando. Hermanas y hermanos de Bolivia, hermanas
y hermanos del mundo, no buscamos venganza; buscamos
justicia, por eso es imprescindible mantener viva la
memoria del pasado para construir un futuro que nos permita
volver, resolver los problemas pendientes.
Los hechos son incontrastables e irrefutables, Bolivia
nació con mar, con una larga costa aproximadamente de
400 kilómetros, eso está registrado incluso en las constituciones
chilenas.
La primera constitución de Chile, 1818, disponía que el
Estado de Chile se hallaba dividido en tres provincias, la Capital,
Concepción y Coquimbo. La constitución de Chile promulgada
el 23 de octubre de 1822, es decir, apenas cuatro
años más tarde de la anterior, en su artículo 3 incluyó como
límite norte de ese país el despoblado de Atacama.
Un año más tarde, mediante la Constitución chilena
aprobada el 29 de diciembre de 1823 se repitió la fórmula
que el límite norte de Chile comprendía hasta el despoblado
de Atacama. En 1828, esto es diez años después de su primera
Constitución, en un nuevo texto constitucional Chile
señalaba que su territorio comprendía de norte a sur desde
el desierto de Atacama hasta el Cabo de Hornos.
Finalmente en su última Constitución del siglo XIX promulgado
el 25 de mayo de 1833 Chile afirmaba que su territorio
se extiende desde el desierto de Atacama hasta el
Cabo de Hornos.
El afán expansionista de Chile se mostró claramente
con una ley aprobada el 28 de octubre de 1842 que declaraba
como propiedad nacional las guaneras de Coquimbo,
del desierto de Atacama e islas adyacentes. Estas últimas
ubicadas en el territorio boliviano. Frente a la promulgación
de esta ley no se hizo esperar el reclamo de Bolivia, a través
de Casimiro Olañeta, entonces representante de Bolivia en
Santiago, exigiendo que Chile derogara dicha norma que legislaba
sobre el territorio boliviano.
Los años siguientes, Chile efectuó incursiones ilegales
mediante desembarcos armados en territorio boliviano,
como los de 1847 en Cobija y 1857 en Mejillones.
Frente al avance de Chile y la ilegal explotación de guano
en territorio boliviano hasta el paralelo 23 latitud sur,
Bolivia protestó y demandó la derogación de la Ley de 1842;
más tarde Bolivia y Chile suscribieron el Tratado de Límites
de 1866 conocido comúnmente como Tratado de Medianería.
Mediante él, que el nuevo límite entre ambos países se
establecía en el límite del paralelo 24, latitud sur, creándose
al mismo tiempo un régimen especial de copropiedad de los
productos de guano y otros minerales explotados entre los
paralelos 23 y 25 latitud sur.
El artículo 2 del Tratado disponía: la República de Chile
y la República de Bolivia se repartirán por mitad los productos
provenientes de la explotación de los depósitos de
guano descubiertos en Mejillones y los demás depósitos del
mismo abono que se descubrieren en el territorio comprendido
entre los grados 23 y 25 de latitud meridional; hermanas
y hermanos, como también los derechos de exportación
que se percibían sobre los minerales extraídos del mismo
espacio del territorio que acaba de designarse.
Mientras un nuevo Tratado de 1874 confirmó el paralelo
24 latitud sur como el límite entre Bolivia y Chile. Hermanas
y hermanos, sin embargo, esto tampoco aplacó el apetito
expansionista de Chile, usando como excusa el impuesto de
los 10 centavos a la compañía de Salitre y Ferrocarriles de
Antofagasta, creado por Bolivia para la reconstrucción del
puerto de Cobija, devastado por un terremoto en 1877.
El 14 de febrero de 1879 inició su invasión apoderándose
del puerto boliviano de Antofagasta, esta acción militar
chilena conllevó la pérdida de la totalidad de las costas bolivianas
en el océano Pacífico y daría inicio a más de un siglo
de gestiones diplomáticas, negociaciones, acuerdos entre
ambos países para que Bolivia pudiese acceder de forma
libre, soberana al océano Pacífico, tal cual era su destino
desde su nacimiento a la vida independiente.
Hermanos y hermanas, a partir de entonces durante
más de 130 años Bolivia no ha cesado, ni cesará de buscar
una solución que restaure el equilibrio entre los dos
Estados y le permita un acceso libre, útil y soberano a las
costas del océano Pacífico. De la misma manera que Bolivia
no ha cesado en buscar una solución a su grave problema
de injusto enclaustramiento geográfico, Chile desde 1879
-durante más de un siglo- se comprometió reiteradamente,
mediante declaraciones unilaterales, acuerdos y prácticas
diplomáticas a encontrar dicha solución, dando lugar a una
verdadera obligación de negociar para que Bolivia acceda
soberanamente al Pacífico.
Entre las más importantes de estas gestiones están, de
forma previa al Tratado de 1904, el 4 de abril de 1884, Bolivia
y Chile celebran el Pacto de Tregua bajo el entendimiento
que como condición indeclinable se le dejase a Bolivia un
puerto propio en el Pacífico. El 18 de mayo de 1895 Bolivia
y Chile suscribieron el Tratado de Transferencia de Territorios,
mediante el cual el Gobierno de Chile se comprometía
entregar a Bolivia un acceso soberano al océano Pacífico.
Luego de haberse suscrito el Tratado de 1904, mediante
un acta protocolizada de 10 de enero de 1920, Chile declaré
estar dispuesto a procurar que Bolivia adquiera una
salida propia al mar por la zona norte de Arica, mediante el
memorándum del 4 de diciembre de 1926.
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El procurador general Pablo Menacho junto al equipo jurídico nacional en audiencia de alegatos orales en la CIJ de La Haya
El Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Jorge
Mate, en respuesta a una propuesta de EEUU de que se
ceda a Bolivia las provincias de Tacna y Arica, declaró
que su país haría honor a sus declaraciones en orden
de considerar las aspiraciones bolivianas de tener una
faja de territorio y puerto propio que le permita acceder
al océano Pacífico. Luego de notas canjeadas, en junio
de 1950, Chile y Bolivia asumieron un verdadero acuerdo
para entrar formalmente en una negociación directa,
destinada a buscar la fórmula que pueda hacer posible
dar a Bolivia una salida propia y soberana al océano Pacífico.
Quedó demostrado ante la Corte que este canje de notas
constituye la expresión de un acuerdo sobre un objeto
lícito formalizado en más de un instrumento de representantes
de los Estados partes con la intención de producir
efectos jurídicos conforme al derecho internacional. Incluso
Chile, en sus alegatos de ayer en La Haya reconoció el valor
jurídico de este acuerdo y el hecho de que está pendiente el
cumplimiento dentro de recíprocos beneficios para Bolivia
y Chile.
En el memorándum del embajador chileno Manuel Truco
de 10 de julio de 1961, el Gobierno de Chile reiteró que
estuvo siempre llano, junto con resguardar la situación de
derecho establecida dentro del Tratado de 1904 a estudiar
las gestiones directas con Bolivia la posibilidad de satisfacer
las aspiraciones de ésta, señalándose, una vez más que
la nota canjeada en 1950 era un claro testimonio de esos
propósitos.
Esta declaración solemne fue aceptada por Bolivia, mediante
nota del 9 de febrero de 1962; no obstante tiempo
después, Chile intentó borrar con el codo lo que ha escrito
con la mano, acto de mala fe que quedó plenamente demostrado
ante la Corte.
Por otra parte, Bolivia, ante la Corte Internacional de
Justicia se ha referido al discurso público del canciller boliviano
José Fellman Velarde, quien, en abril de 1963, exigió el
cumplimiento de notas canjeadas de julio de 1950 por tratarse
de un compromiso formal frente a Bolivia. Pasando a la
década de los años 70, el 8 de febrero de 1975, nada menos
que los presidentes de Bolivia y Chile suscribieron la declaración
de Charaña en la que ambos mandatarios resolvieron
que continúa el diálogo en diversos niveles para buscar
fórmulas de solución a los asuntos vitales de ambos países.
Confrontan como el relativo a la situación de mediterraneidad
que afecta a Bolivia.
Mediante este acuerdo, Bolivia, además, aceptó reiniciar
las relaciones diplomáticas a fin de materializar los propósitos
acordados en la declaración conjunta.
Asimismo, durante los alegatos, Bolivia expuso claramente
el valor jurídico de 11 resoluciones emitidas por la
Asamblea General de la OEA. El texto de las resoluciones
de la Asamblea General de la OEA demostró a la Corte que:
primero, existe una controversia o disputa pendiente entre
Bolivia y Chile sobre el acceso soberano de Bolivia al mar;
segundo, el medio pacífico de solución de negociación, y
tercero, el objetivo de esta negociación es dar a Bolivia un
acceso soberano al mar.
En particular, la Resolución 481 del año 1980 que contó
con el consenso de Chile declaró que es de interés hemisférico
permanente la búsqueda de una solución equitativa
por la cual Bolivia obtenga acceso soberano y útil al Océano
Pacífico, por lo que resolvió lo siguiente: "Exhortar a los Estados,
a los que en el problema del acceso a Bolivia al mar
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conciernen directamente a que a través de las vías correspondientes
inicien un diálogo que permitan la solución más
satisfactoria".
Un total de tres resoluciones fueron aprobadas, con la
aquiescencia de Chile; entre 1987 y el año 2000, las partes
continuaron expresando su voluntad de volver a la cuestión
pendiente de acceso soberano al mar. El año 2006 se adoptó
la agenda de los 13 puntos que contenía un punto específicamente
dedicado al tema marítimo que se refería inequívocamente
al acceso soberano al mar.
Todas estas promesas, acuerdos, prácticas diplomáticas,
luego de 139 años de la injusta invasión chilena al litoral
boliviano que recordamos el día de hoy, nos han permitido
presentar la justicia de nuestro caso ante el más alto tribunal
creado por la humanidad para que declare que Chile
tiene la obligación de negociar de buena fe una solución al
centenario enclaustramiento geográfico de Bolivia.
Hermanas y hermanos, la causa que Bolivia planteó
ante la CIJ es una causa simple, justa; hemos ido ante la
Corte a pedirle que disponga que Chile y Bolivia resuelvan
sus temas pendientes a través del diálogo y negociación, de
manera efectiva y de buena fe.
Este espíritu es el que debe estar presente entre las
naciones del mundo para resolver pacíficamente sus diferencias;
sin embargo ayer y hoy hemos visto cómo Chile se
ha contradicho en más de una ocasión. Ha soslayado el conflicto
al no referirse a la invasión de Antofagasta de 1979;
habló con la duda y el temor de quien sabe que no tiene la
razón y quiere justificar lo injustificable.
Sigue insistiendo en el Tratado de 1904 cuando ya la
Corte Internacional le ha dicho al mundo que este Tratado
no resolvió el gran tema pendiente que es el acceso soberano
de Bolivia al mar.
Bolivia, con toda la fuerza de la justicia y el derecho
refuta a la luz de la verdad los endebles argumentos con los
que Chile pretendió soslayar sus obligaciones.
Hermanos y hermanas, el mundo ha visto cómo el 10
de marzo de este año, hombres y mujeres, niños y ancianos,
obreros y campesinos, indígenas, empresarios y profesionales,
mestizos; desde el campo y las ciudades nos reunimos
para extender nuestra bandera por la Reivindicación
Marítima, una bandera de 196,5 kilómetros de largo como
un testimonio vivo de nuestra determinación para acabar
de una vez por todas con más de 139 años de encierro e
inaugurar una nueva era de paz y complementariedad para
Bolivia y Chile, como somos pueblos predestinados a un futuro
común.
Finalmente, reitero mi mensaje fraterno al pueblo y
Gobierno chileno; como dije en La Haya no debemos ni podemos
dejar a nuestros hijos e hijas problemas pendientes,
debemos asumir la responsabilidad histórica de forjar soluciones
mutuamente beneficiosas que nos permitan inaugurar
una nueva era de integración y de convivencia armónica.
Nuevamente le extiendo y les ofrezco la mano de la
fraternidad; sanaremos juntos las heridas del pasado, aceleremos
juntos la construcción de un futuro de unidad,
complementariedad y forjemos codo a codo una paz justa
y duradera.
Hermanos y hermanas, para terminar acompáñenme...
¡Patria o muerte! (¡VENCEREMOS!)
¡Que Viva nuestra Bolivia digna y soberana! (VÍTORES).
Muchas gracias (APLAUSOS).
Presidente Morales enciende la llama ofrecida en conmemoración a Eduardo Abaroa, héroe por la defensa del Litoral boliviano
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Equipo jurídico que defiende a Bolivia
* Datos extraídos de las cuentas oficiales en redes sociales de “Bolivia en la Haya” para los resúmenes que corresponden a
los miembros del equipo jurídico internacional y de la página web de Diremar en el caso de su Secretario General.
ANTONIO REMIRO BRÓTONS (ESPAÑA)
Doctor en Derecho de la Universidad
de Bolonia (Italia) y
catedrático de Derecho Internacional
Público y Relaciones
Internacionales en la
Universidad Autónoma de
Madrid, donde también fue
decano de la Facultad de
Derecho entre 1982 y 1985.
Posee una vasta experiencia
en litigios internacionales,
trabajando con países como España,
Nicaragua, El Salvador y Argentina. Es considerado el
“ideólogo” de la demanda marítima de Bolivia contra Chile.
AMY SANDER (REINO UNIDO)
Licenciada y Master en Derecho
de la Universidad de Cambridge,
donde obtuvo el primer lugar
de su clase. También tiene
una amplia trayectoria en
litigación internacional,
participando en cuatro
casos ante la CIJ. Además,
tiene experiencia en arbitraje
comercial internacional.
Entre 2008 y 2014 fue editora
asistente de los Informes Europeos
de Derechos Humanos. En 2014 fue nombrada Consejera
Junior de la Corona Británica.
MONIQUE CHEMILLIER GENDREAU (FRANCIA)
Profesora en la Universidad
de Reims y en la Universidad
París VII, Diderot. Asimismo,
ha sido profesora invitada
en centros académicos en
varios países, como Argelia,
Portugal y Vietnam.
Ha participado en diversos
procesos arbitrales y ante
la Corte Internacional de Justicia.
Del mismo modo, colaboró
con el Comité de Fronteras del Gobierno
de Vietnam sobre las delimitaciones marítimas con China y
Camboya.
VAUGHAN LOWE (REINO UNIDO)
Bachiller en Leyes de la
Universidad de Gales donde
también obtuvo un Master y
un PhD. Es profesor emérito
de la cátedra Chichelle de
Derecho Internacional Público
de la Universidad de
Oxford y miembro emérito
del All Souls College de la
misma casa de estudios. Tiene
una vasta trayectoria litigando en
tribunales internacionales. Fue parte del equipo jurídico de
Perú en la demanda contra Chile ante la Corte Internacional
de Justicia. Abogado connotado en materia de Derecho
Internacional del mundo, fue nombrado “Consejero de la
Reina” por la Corona Británica.
MATHIAS FORTEAU (FRANCIA)
Profesor de Derecho Público en
la Universidad de París X, Nanterre
La Défense. También
es miembro de la Comisión
de Derecho Internacional.
Entre 2008 y 2012 se
desempeñó como secretario
general de la Sociedad
Francesa de Derecho Internacional.
Asimismo, desde
1998 ha participado en diversas
causas ante la Corte Internacional de
Justicia representando a países como Kenia, Burkina Faso,
Francia, Guinea, Benin, Irán e Indonesia.
PAYAM AKHAVAN (IRÁN)
Es doctor en Ciencias de la
Jurisprudencia de la Universidad
de Harvard, en
Estados Unidos. Además,
es profesor de Derecho
Internacional en la
Universidad de McGill
en Montreal, Canadá.
Tiene una experiencia
sustantiva en litigación ante
tribunales internacionales, por
ejemplo en representación de Georgia
en su caso contra Rusia (2008) y representando a
Japón en el caso sobre la caza de la ballena iniciado en
su contra por Australia, ambos ante la Corte Internacional
de Justicia.

EDUARDO E. RODRÍGUEZ VELTZÉ
Licenciado en Derecho con
Maestría en Administración Pública
por la Escuela de Gobierno
J.F.Kennedy de la Universidad
de Harvard, EEUU. Fue
Asesor Legal del Ministerio
de Relaciones Exteriores y
Culto (1992-1993), representante
del Instituto Latinoamericano
de Naciones Unidas para
la prevención del Delito (ILANUD)
(1989-1992). Subcontralor de Servicios Legales en la Contraloría
General de la República (1993-1998). Ministro de la
Corte Suprema de Justicia (1999), elegido Presidente de la
Corte y del Consejo de la Judicatura (2004). Por sucesión
constitucional, el Congreso lo designó Presidente de la
República (2005). Transmitió el mando en enero de 2006.
Embajador de Bolivia ante el Reino de los Países Bajos
(desde 2013) y Agente del Estado Plurinacional ante la CIJ.
FERNANDO HUANACUNI MAMANI
Abogado e investigador de
la cosmovisión ancestral y
de la historia de los pueblos
indígena originarios.
Doctor en Transformación
Humana del Instituto The
Zambuling, Washington
D.C. EEUU. Trabajó en
el diseño curricular de la
Ley Avelino Siñani–Elizardo
Pérez. Director de Ceremonial
en la Cancillería de Bolivia y Embajador
hasta 2014. Fue docente en la Universidad Andina Simón
Bolívar en Derecho Constitucional, Gestión Pública Judicial
y Derecho Procesal Constitucional, especializado
en Pluralismo Jurídico, Deslinde Jurisdiccional y la Corte
Interamericana de Derecho. Actualmente es Ministro de
Relaciones Exteriores.
PABLO MENACHO DIEDERICH
Abogado, cursó la Maestría en
Relaciones Internacionales y
Diplomacia en la Academia Diplomática
Plurinacional. Responsable
del área de Defensa
Arbitral en la Cancillería
del Estado, Director General
de Conciliación en el Ministerio
Sin Cartera Responsable
de la Defensa Legal de las
Recuperaciones Estatales (2008),
fue Ministro de Defensa Legal del Estado. Consejero de la
Embajada de Bolivia ante el Gobierno de EEUU en Washington
D.C. Director General de Defensa Legal y Subprocurador
de Defensa y Representación Legal del Estado antes de
ser nombrado Procurador General del Estado (2017).
SACHA S. LLORENTTY SOLÍZ
Es abogado, desempeñó
funciones como: Presidente
del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas (junio
2017), Vicepresidente
del Grupo de los Países
en Desarrollo Sin Litoral
(2016-2017), Presidente
del Comité Ad Hoc sobre
Procesos de Reestructuración
de la Deuda Soberana (2015), Presidente
del Grupo de los 77+China (2014),
Ministro de Gobierno en Bolivia (2010-2011), Viceministro
de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil
(2007-2010), Miembro del Consejo Nacional Pre-Autonomía
y Pre-Constituyente 2005-2006. Es el Representante
Permanente del Estado Plurinacional de Bolivia ante NNUU
(desde 2012) y Co-Agente de Bolivia para la demanda marítima
ante la Corte Internacional de Justicia.
HÉCTOR E. ARCE ZACONETA
Abogado con Maestría en Derecho
Constitucional y Procesal Constitucional
de la Universidad Andina
Simón Bolívar, Especialista
en Planificación, Docente Superior
de la UMSA. Culmina el
Doctorado en Derechos Humanos,
Democracia y Justicia
Internacional de la Universidad
de Valencia (España). Es parte
del equipo jurídico nacional para la
demanda marítima ante la CIJ. Viceministro de Coordinación
Gubernamental (2006-2008) y Ministro de Defensa Legal
del Estado (2008). Elegido Diputado Nacional (2010-2015).
Presidió la Cámara de Diputados (2010-2011) (2011-2012),
Procurador General del Estado (2014-2016) y Juez del
Tribunal Administrativo de la OEA (2006-2018). Ministro de
Justicia y Transparencia Institucional (desde 2017).
EMERSON CALDERÓN GUZMÁN
Licenciado en Derecho por
la Universidad Mayor de San
Andrés. Estudió Diplomacia y
Relaciones Internacionales
en la Academia Diplomática
Plurinacional. Realizó
cursos de especialización
en Derecho internacional
en la Universidad de Relaciones
Exteriores de la República
Popular de China, en la Agencia
de las Naciones Unidas para los Refugiados con sede en
Argentina, en la Universidad Andina Simón Bolívar (Quito-Ecuador)
y en la Academia de Derecho Internacional de
La Haya. Es Secretario General de la Dirección de Reivindicación
Marítima (DIREMAR) desde octubre de 2013.

“Chile está anclado en una visión del
siglo XIX del derecho internacional”
ENTREVISTA A PABLO MENACHO, PROCURADOR GENERAL DEL ESTADO
El procurador general Pablo Menacho Diederich participó de las audiencias por la demanda marítima en la Corte Internacional
de Justicia en La Haya (Países Bajos)
Bolivia está a unas horas de presentar los últimos
alegatos a los jueces de la Corte Internacional de
Justicia (CIJ), en el Gran Salón de la Justicia, para
fundamentar la obligación de Chile de negociar un acceso
soberano a las costas del océano Pacífico.
El procurador general del Estado, Pablo Menacho, integra
el equipo jurídico que hace semanas se encuentra en La
Haya para trabajar en una de las labores más importantes
de la historia nacional.
Al final de la primera ronda de alegatos, Menacho evalúa
los argumentos presentados por ambos países y lo que
significan éstos para la posterior sentencia del principal órgano
judicial de las Naciones Unidas.
Procurador, ¿cuál la evaluación que realiza de la primera
ronda de alegatos sobre la demanda marítima?
La presentación de Bolivia fue impecable. Los abogados
y el Agente se han referido a los argumentos principales
que hacen a la demanda marítima. Lo han hecho con una
claridad excepcional, y ya el día de hoy, en la mente de los
jueces de la Corte Internacional de Justicia están todas esas
bases que durante más de 130 años se construyeron los antecedentes
para que Chile se siente a negociar un acceso
soberano al mar.
El Estado boliviano ha planteado sus argumentos a los
jueces de la Corte y ha respondido también a los alegatos
que ha planteado el Estado chileno.
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Lo que Bolivia ha hecho es establecer que en las negociaciones
de 1920, 1921, 1950, 1963 y 1975-1978 hubo una
continuidad en las gestiones a nivel diplomático bilateral y
multilateral para obtener un acceso soberano al océano Pacífico.
La doctora Monique Chemillier-Gendreau realizó un
planteamiento fuerte respecto a uno de los pilares sobre los
cuales estaba constituido el equilibrio y el restablecimiento
de la paz entre los dos países después de la invasión y
posterior Guerra del Pacífico de 1879, y tenía que ver con el
hecho de que el Estado boliviano, la República de ese entonces,
no quede sofocada, es decir que tenga su propio acceso
al océano Pacífico.
Sin embargo, Chile refutó todas estas posturas y la
exigencia central que es negociar el acceso soberano al
mar…
A ver. La defensa de Chile tiene dos enfoques, el primer
enfoque es insistir en algo que ya la Corte ha dicho que no
va. Chile, durante todas las respuestas que ha venido dando,
ha sido insistente en que el Tratado de 1904 ha cerrado
cualquier controversia, litigio o lo que fuere entre Chile y
Bolivia, pero recordemos que el 24 de septiembre de 2015,
la Corte, mediante su fallo sobre la excepción preliminar de
incompetencia que presentó Chile, dijo que ésta no es una
demanda sobre el Tratado de 1904, que era sobre la obligación
de negociar que había adquirido Chile, independientemente
del Tratado de 1904, entonces cuando se insiste, por
lo general, cuando los abogados en una estrategia de litigio
insisten en un asunto que ya ha sido zanjado en un tribunal
es porque sus argumentos denotan una verdadera debilidad,
eso es algo que en materia procesal para los abogados
litigantes es fácil darse cuenta.
En segundo lugar, frente al hecho de que la Corte desestimó
esa posibilidad de que se anclen en el Tratado de 1904,
los abogados chilenos empiezan a atacar estas fases de negociación
para decir que no hubo continuidad. Lo que Chile
pretende decir es que cada nueva negociación es una nueva
solicitud de acceso soberano al mar y que una negociación
no depende de otra, y ahí se agarran de un término de si las
negociaciones anteriores se constituyen en antecedentes o
precedentes, y eso también le quita credibilidad al planteamiento
chileno, puesto que los antecedentes sabemos que
son los hechos previos que dan lugar a un hecho posterior,
eso son, llámese, los antecedentes, los precedentes, y lo
que se ha hecho, principalmente con la presentación de Mathias
Forteau, es demostrar que hay un hilo conductor que
va incluso antes de la firma del Tratado de 1904 y continúa
después de ese Tratado, creo que eso ha sido importante en
el planteamiento boliviano porque no se puede decir que el
pedido del acceso soberano en 1950 era distinto al de 1920
El procurador Pablo Menacho (der.) saluda al presidente Evo Morales (izq.) a su arribo al aeropuerto de Róterdam en su primera
visita a La Haya
9

o que el de 1975 no tenía nada que ver con los anteriores
cuando la documentación histórica que ha presentado el Estado
boliviano demostró a la Corte que todo esto ha sido un
proceso continuo y uniforme en el tiempo.
En el caso de las actas de 1950, ¿se mantiene esa continuidad?
En el caso específico de las actas de 1950 existen los
documentos posteriores que el propio Gobierno chileno y
el Gobierno boliviano establecen de que se trata de un verdadero
compromiso entre ambos Estados de negociar un
acceso soberano al océano Pacífico.
En 1961, en el documento presentado por el embajador
chileno en La Paz, Manuel Trucco, se establece que sí existió
esa obligación y también el embajador boliviano, Fellman
Velarde, hace hincapié y exige el cumplimiento de esa obligación
de negociar un acceso soberano al océano Pacífico.
Entonces, estas notas constituyen un compromiso bilateral
asumido entre los dos Estados para negociar el acceso soberano
al mar.
¿Se puede asumir que se trata de un tratado? En los
alegatos presentados por Bolivia se defendieron estas notas
como uno de los elementos de prueba, pero Chile dice
que para que ello sea así estos memorándums tenían que
ser aprobados por los congresos de ambos países, ¿esta
postura es rebatible?
Hay varias formas de asumir compromisos y obligaciones
en materia internacional. Uno, a través de estos instrumentos
internacionales, que tienen la denominación de
tratados, pero también se lo puede hacer a través del canje
de notas diplomáticas y en el que una nota diplomática posterior
replica el texto de una nota diplomática anterior y eso
es justamente lo que pasó, hubo este canje de notas en las
cuales ambas partes estaban de acuerdo en el contenido y
el objeto del acuerdo al que se estaba llegando. Por tanto, la
Corte debiera dar el valor de un instrumento jurídico vinculante
para ambas partes.
Pasando al tema de Charaña, ¿cuál es la relevancia de
estas tratativas en el desarrollo de las audiencias orales?
Ahí hay que tomar en cuenta que la negociación de
Charaña no se hizo entre representantes subalternos de los
Estados, ni siquiera fueron los ministros de Relaciones Exteriores
los que llevaron adelante la negociación y los que
emitieron la declaración conjunta, fueron los presidentes de
ambos Estados, y esto tiene un valor, en términos legales,
sumamente alto.
En materia de relaciones internacionales, quienes tienen
el derecho de representación de los Estados, en razón
del cargo, son los presidentes, los jefes de Estado y los ministros
de Relaciones Exteriores. El Ejecutivo es el que lleva
adelante las relaciones exteriores y quienes pueden com-
La delegación de Bolivia dirigida por el presidente Evo Morales en la audiencia de presentación de alegatos orales en la CIJ
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Bolivia en La Haya fue representada por un equipo jurídico nacional e internacional, expresidentes, excancilleres, dirigentes
de las organizaciones sociales y de trabajadores, rectores de universidades, gobernadores, comandados por el presidente Evo
Morales
prometer la fe del Estado a nivel internacional. Esto es justamente
lo que pasó con la declaración conjunta entre los
presidentes (Hugo) Banzer y (Augusto) Pinochet en la región
fronteriza de Charaña, entonces este también se constituye
en otro instrumento jurídico vinculante de negociación de
resolver el problema de la mediterraneidad del Estado boliviano.
¿Pinochet comprometió la fe del Estado chileno en esa
negociación?
Ambos presidentes dijeron que existía un tema pendiente
que debía ser resuelto, y ese tema pendiente de resolución
no es otro que el acceso soberano al océano Pacífico,
y todos los antecedentes de la declaración conjunta de 1975
son las notas de 1950, los documentos de 1920, el Tratado
del Pacto de Tregua de 1895, entonces es la misma línea de
negociación, el mismo objetivo que el Estado boliviano ha
venido negociando y solicitando al Estado chileno por más
de 130 años.
¿Por qué entonces Chile alega que no hay ese hilo conductor,
esa vinculación de hechos o como lo señalaron los
abogados bolivianos? Los juristas de ese país solo ingresan
a un juego de palabras para decir, por ejemplo, que
en un texto está acceso soberano y en otros solo cuestión
marítima y con ello intentan fundamentar la idea de que no
hay una conexión.
Chile está anclado en una visión decimonónica del derecho
internacional, es decir, una visión del siglo XIX del
derecho internacional cuando las invasiones eran moneda
común, cuando la guerra daba derechos a los Estados,
cuando se podía defender la conquista territorial. El día de
hoy el derecho internacional plantea todo lo contrario, lo
que plantea el derecho internacional hoy es el derecho de
los pueblos a los recursos naturales, defender los derechos
de los pueblos al acceso al mar, la posibilidad de tener una
vecindad con el mundo a través de puertos propios y sobre
todo la posibilidad de resolver los problemas mediante el
principal instrumento que tiene las Naciones Unidas hoy que
es la negociación, la solución pacífica de las controversias
mediante la negociación.
Los planteamientos de Bolivia son totalmente legítimos
y frente a ese planteamiento legítimo del siglo XIX que tiene
Bolivia es que Chile se ancla en un discurso desactualizado,
en un discurso hasta chicanero de entrar a decir que una
palabra significa lo que realmente quiere significar o no.
Decir que cuestión marítima no era una referencia al
acceso al mar es sumamente complejo para Chile, decirlo
delante de una Corte teniendo todos los antecedentes previos
donde la cuestión marítima para Bolivia, y bajo el entendimiento
de Chile, siempre ha sido un acceso soberano
al océano Pacífico.
11

Bolivia apeló a la Carta de las Naciones Unidas para
argumentar su demanda; pero, ¿por qué se hace vinculante
la obligación de negociar a partir de ese documento?
Ése es un aspecto fundamental en los alegatos de Bolivia.
Lo presentó el profesor Alan Vaughan Lowe, el planteamiento
está sustentado en el derecho internacional. Lo
que dice el artículo dos de la Carta de las Naciones Unidas
es que los estados tienen la obligación de resolver sus diferencias
mediante la negociación, uno de los tantos medios
pacíficos que tiene las Naciones Unidas para la resolución
de controversias, además de la conciliación, el arbitraje, la
mediación, entre otros.
La negociación es el principal medio por el cual los estados
tienen el deber de resolver sus controversias. ¿Existe
una controversia entre Bolivia y Chile? Claro que sí. Esa controversia
ha sido cristalizada por otros instrumentos jurídicos
y vinculantes como son las resoluciones de la Asamblea
General de la Organización de los Estados Americanos, 11
resoluciones, informes anuales de los dos países, es decir, lo
que tiene este caso es que es único en cuanto a que durante
tanto tiempo ha perseguido un objetivo de manera tan clara
y uniforme, ningún otro caso en el mundo, probablemente
con la excepción de las Malvinas argentinas, el caso boliviano
es un caso excepcional respecto a una obligación que
se genera en el tiempo con el objetivo tan claro que es el
acceso soberano al océano Pacífico.
Entonces, al existir el conflicto y haber sido reconocido
por la propia Corte Internacional de Justicia en su fallo de
2015, a las partes no les queda otra que cumplir con el mandato
de las propias Naciones Unidas de que ese conflicto
debe ser solucionado a través de este mecanismo que es la
negociación.
Ese alegato de la parte boliviana es fundamental para
entender esta obligación que tiene el Estado chileno y tenemos
confianza en que la Corte va a reconocerlo así.
¿Cómo responderá Bolivia al último alegato que presentó
Chile el viernes de que si la Corte da la razón a Bolivia
se generará un caos porque no se puede mezclar la
diplomacia con el derecho? ¿Por qué Chile apela nuevamente
a esta estrategia de generar terror?
Ha sido una estrategia de Chile, desde el inicio de la
demanda, intentar posesionar esta visión caótica de que si
la Corte falla a favor de Bolivia eso puede degenerar en una
serie de problemas a nivel nacional, pero es todo lo contrario.
Si la Corte falla y realza el valor de la negociación como
un mecanismo pacífico de solución de controversias y le da
un contenido práctico y pragmático a esa obligación, bueno
pues va a ser una herramienta con la que cuenten todos los
estados a nivel internacional para la solución de sus controversias.
El día de hoy hay una cantidad de conflictos entre los
países que se podrían resolver solamente sentando a las
partes a la mesa de negociación a buscar una solución
consensuada, creo que ese será el gran valor de esta sentencia.
Nosotros tenemos mucho optimismo porque la Corte
entienda nuestro punto de vista, pero estas visiones apocalípticas
realmente no ayudan a resolver ningún tipo de
problema. El enfoque que más bien Chile debiera tomar es
el del consenso, de la conversación, de la negociación y
el de encontrar soluciones útiles, factibles y que las dos
partes sean ganadoras, creo que ese es el mensaje claro
que dio el presidente Evo Morales de este litigio, que
ambas partes tienen que salir ganadoras, ambas partes
tienen que sentir que es una sentencia que realmente resuelva
problemas, que va a acercar a las partes y que va a
permitir que Chile y Bolivia puedan entrar en un verdadero
proceso de integración y de una vez por todas se les quite
a las futuras generaciones bolivianas y chilenas el peso de
continuar con este problema.
La otra parte del argumento jurídico boliviano es la
figura legal de Estoppel, ¿en qué consiste ello y cómo se
aplica en la demanda marítima?
La figura de Estoppel, para ponerlo en figuras sencillas,
por ejemplo, yo tengo un terreno que está sobre la calle y
hay otro terreno que está detrás y el dueño para llegar a la
calle todos los días transita por mi terreno y lo hace durante
30, 60, 70 años.
Entonces, durante los 70 años yo no he dicho nada respecto
a ese acceso que ha tenido mi vecino, pero no existe
ningún título en el que yo le haya dado ese permiso de manera
legal, pero ese hecho, esa práctica constante de que
esa persona pase por mi terreno genera luego una obligación
para que yo le siga permitiendo en el futuro seguir utilizando
ese acceso hacia la calle.
¿Qué es lo que permite esto en derecho internacional?
Permite seguridad jurídica, permite que después de 60
años, un día a mí no se me ocurra poner una barda más alta,
cerrarle la puerta y que nunca más pase por ahí. Entonces
en el hecho de que Chile y Bolivia han estado conversando,
negociando durante tanto tiempo un acceso soberano
al mar, el Estoppel lo que va a hacer es prevenir lo que pasó
el año 2011 cuando una de las partes se levanta de la mesa
de negociación y de pronto dice: “mire yo no tengo absolutamente
nada que negociar con Bolivia, nunca lo he tenido
y no sé siquiera por qué estamos sentados en la mesa de
negociación”.
Lo que Bolivia está planteando en este caso es sumamente
sencillo: durante 130 años hemos conversado sobre
la posibilidad de resolver la mediterraneidad de Bolivia a
través de un acceso soberano al océano Pacífico y el día de
hoy Chile no puede desconocer todo eso sin violar el derecho
internacional.
Fuente: periódico Cambio
12

“El retorno de Bolivia al mar no es
solo posible, sino inevitable”
CONFERENCIA DE PRENSA OFRECIDA POR EL PRESIDENTE DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA, EVO MORALES AYMA,
TRAS LA PRESENTACIÓN DE LOS ALEGATOS FINALES ANTE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA
Al ingreso al Palacio de la Paz (La Haya), la delegación boliviana al culminar la segunda ronda de alegatos orales por la demanda
marítima, ofrece una conferencia de prensa
Bueno, muchas gracias, hermanos y hermanas de la
prensa. Un saludo a nuestra delegación de Bolivia,
un saludo también al hermano pueblo boliviano que
vive en Bolivia y fuera de Bolivia, amigos de la prensa y mediante
ustedes a todo el mundo.
Quiero decirles que Bolivia nació con mar, las cinco primeras
constituciones chilenas del siglo XIX establecieron
que Chile tenía su límite norte en la región de Atacama; Chile
invadió nuestro territorio el 14 de febrero de 1879 y ese
mismo día el pueblo boliviano inició una larga marcha por el
camino hacia el reencuentro con el mar.
El Tratado de Paz y Amistad de 1904 no garantiza ni
paz, ni amistad; fue un tratado impuesto, injusto e incumplido
que no estableció el derecho de Bolivia a obtener un
acceso soberano al mar.
Por 139 años, los bolivianos no hemos dejado de caminar
juntos, mujeres, hombres, niños, ancianos, todos siempre
acompañados del espíritu de nuestros ancestros que vivieron
junto al mar y que hoy nos guían hasta este inevitable
retorno.
Nuestra sabiduría ancestral nos enseña que debemos
caminar hacia adelante; pero, siempre mirando hacia atrás
para nunca olvidar lo que somos y así proyectar nuestro futuro.
Para nuestros pueblos indígenas, para los pueblos del
mundo, el mar fue y será siempre vida; para el capitalismo el
mar es un simple negocio.
Nuestro camino hacia el mar estuvo marcado por acuerdos
y ofrecimientos de práctica diplomática que se constituyen
en actos jurídicos que reconoce nuestro derecho de
13

obtener un acceso soberano al océano Pacífico mediante el
diálogo y las negociaciones de buena fe.
En 1920, 1926, 1950, 1961 y 1975 Chile adquirió la obligación
y se comprometió, de manera continua e invariable,
a negociar con Bolivia un acceso soberano al mar.
Hasta hoy dicha obligación no fue cumplida y por esta
razón los bolivianos acudimos ante la Corte Internacional de
Justicia (CIJ), el más alto tribunal creado por la humanidad
para resolver controversias de manera pacífica, buscando
justamente eso: justicia.
Hemos venido a esta importante Corte a tender puentes
de entendimiento y no muros de enfrentamientos, fue
por esta razón que el 23 der marzo de 2011, tras experimentar,
en persona, el juego de ofrecimientos y promesas que
finalmente terminaron en desconocimiento e incumplimiento
que decidí traer nuestro caso hasta este templo de conocimiento
y justicia, preservando la paz, la seguridad entre
nuestros pueblos y buscando justicia, tal como lo señala la
Carta de las Naciones Unidas (NN.UU.).
Hermanos de la prensa, la demanda boliviana que fue
defendida en los últimos días, no busca la revisión del Tratado
de 1904; ya se demostraron en todo el mundo tres razones
certeras, incuestionables.
Primero, que la negociación es un poderoso instrumento
que permite ayudar a solucionar controversias históricas
entre estados. Dialogar, negociar y finalmente entendernos,
este es el espíritu del siglo XXI con el que Bolivia ingresó su
caso a la Corte, templo de justicia, donde los pueblos y estados
solucionan pacíficamente sus controversias para que
reine la razón y no la fuerza.
Segundo, que el pueblo boliviano ha caminado y seguirá
caminando su ruta hacia el mar sin cansancio y con plena
fe, ya que un pueblo que permanece unido puede absolutamente
todo. El retorno de Bolivia al mar, no solo es posible,
sino inevitable.
Tercero: estamos seguros que la solución del caso boliviano
servirá de ejemplo al mundo entero para resolver tantas
otras disputas que no pueden ni deben quedar abiertas.
El siglo XXI será un siglo de paz y de reencuentro donde los
estados estén dispuestos a abandonar unilateralismo, intervencionismos
y sometimientos.
Deseo agradecer al pueblo boliviano que, sin excepción
alguna, nos acompañó en espíritu y mente en estas audiencias
históricas de confianza y de esperanza; al equipo jurídico
nacional e internacional de Bolivia que durante todos
estos años dejó su alma y corazón en este que es el caso
más importante de nuestra historia.
Finalmente, deseo volver a extender a Chile la mano
fraterna de Bolivia, que este juicio que está concluyendo
nos permita entrar en un estado de reflexión y acercamiento.
Esperamos que tras haber escuchado nuestra posición
que también fue explicada al mundo entero, Chile y
Bolivia nos encontremos para solucionar una controversia
que nuestras próximas generaciones ya no deben heredar.
También deseo asegurar al pueblo chileno que una solución
definitiva al enclaustramiento boliviano traerá, como
contraparte, la más amplia apertura de soluciones que nos
lleven a una victoria conjunta y a constituirnos en un modelo
para el mundo entero, sin perdedores ni ganadores, sólo
buenos vecinos con el pueblo chileno.
Muchas gracias.
La Haya, Holanda, 26 de marzo de 2018.
En la sala de audiencias de la Corte Internacional de Justicia (Palacio de la Paz - La Haya) el procurador general Pablo Menacho
Diederich integra el equipo jurídico boliviano que presenta la segunda ronda de alegatos orales
14

La Procuraduría del Estado reivindica
la demanda marítima
El 10 de marzo de 2018 es
un día histórico para los bolivianos,
impulsado por el presidente
del Estado Plurinacional
Evo Morales Ayma, la jornada
de aquel sábado, cientos de
personas llegaron a la carretera
La Paz-Oruro para unir la
bandera más larga del mundo.
El sentimiento por el anhelo
de un retorno soberano a
las costas del Océano Pacífico
se extendió por 196,5 Km que
midió la bandera de reivindicación
marítima boliviana,
llena de símbolos distintivos
como su azul estrellado, la
tricolor y la Wiphala, que fue
sostenida y ondeó por manos
de mujeres ancianas, jóvenes,
madres, trabajadoras, estudiantes,
obreros, profesionales,
ciudadanos bolivianos
que coreaban “Mar para Bolivia”.
Servidores de la Procuraduría
General del Estado
participaron de esta iniciativa
nacional entregando una
bandera de 1.300 metros que
fue unida al Banderazo en la
población de Quemalla del departamento
de Oruro.
15

16
La Bandera de Reivindicación
Marítima se
extiende a lo largo de la
carretera La Paz-Oruro

El procurador general Pablo Menacho Diederich en la jornada del Banderazo acompañado de los servidores públicos de la
Procuraduría, en la comunidad de Quemalla (Oruro)
Tres jornadas de vigilia se vivieron en la Plaza Murillo de La Paz (Bolivia), acompañando al equipo jurídico en La Haya los días
de la presentación de los alegatos orales nacionales
17

Presentación de la Ofrenda Floral de la Procuraduría General del Estado al pie del héroe nacional Eduardo Abaroa en el Día
del Mar (23 marzo), participaron los subprocuradores Javier Moncada (izq.), Aimore Alvarez (centro) y Ernesto Rossell (der.)
Durante el desfile cívico en la víspera del Día del Mar, la Procuraduría General del Estado en su paso por el palco ante las autoridades
nacionales, Plaza Abaroa
18

Procurador general Pablo Menacho Diederich es parte del equipo jurídico que representa a Bolivia en la demanda marítima
presentada ante la Corte Internacional de Justicia
El procurador Pablo Menacho, como parte del equipo jurídico nacional, concurre a la reunión con el presidente Evo Morales
y los abogados internacionales, jornada previa a la segunda ronda de alegatos orales de Bolivia en la Corte Internacional de
Justicia (La Haya)
19

PROCURADURÍA GENERAL DEL ESTADO
PLURINACIONAL DE BOLIVIA
Dr. Pablo Menacho Diederich
Procurador General del Estado
Dr. Ernesto Rossell Arteaga
Subprocurador de Defensa y
Representación Legal del Estado
Dr. Aimore Álvarez Barba
Subprocurador de
Supervisión e Intervención
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Subprocurador de Asesoramiento,
Investigación y Producción Normativa
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Junio, zona Ferropetrol.
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Empresarial Gardenia, piso 9, oficina 9B.
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CHUQUISACA
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Parque Bolívar, entre Manuel Molina y
Gregorio Mendizábal.
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Delgadillo.
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Teléfono: 6120766
ORURO
Calle Adolfo Mier, N°994, entre Camacho y
Washington.
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Paz y Avenida 6 de Agosto.
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