25.08.2018 Views

FANZINE HISTERIA

Fanzine elaborado con los poemas del cortometraje HISTERIA (Fátima Fatene), e ilustraciones de la artista Sandra S. Naranjo.

Fanzine elaborado con los poemas del cortometraje HISTERIA (Fátima Fatene), e ilustraciones de la artista Sandra S. Naranjo.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

En numerosas ocasiones, una presencia suele entrometerse<br />

en mi relajación, cuando camino hacia<br />

el estado de ensoñación. Esta presencia me<br />

paraliza, y me impide comenzar a soñar.<br />

Entonces, quedo atrapada entre sus oscuros<br />

brazos, en un nuevo limbo que se crea entre la<br />

vigilia y el sueño, como si fuese consciente, pero<br />

a la vez, impotente. Es frustrante.<br />

Hoy me ha vuelto a suceder. Tengo miedo, pero<br />

esta presencia no quiere hacerme daño, me acaricia,<br />

me abraza y me intenta complacer. Como si<br />

fuese una serpiente, me tienta durante unos instantes,<br />

y yo, que sigo paralizada, no puedo evitar<br />

pensar que es el demonio, tratando de arrastrarme<br />

entre halagos.<br />

Y siento esas caricias como si fuesen reales...pero<br />

cuando al fin, consigo moverme, y despierto de<br />

forma definitiva, el día sucede extraño, el dolor<br />

se apodera de mi, la soledad me hinunda,<br />

y de nuevo, vuelvo a caer en algún error pasado.<br />

Es imposible evitar pensar que tenga razón.


Las ventanas me dan fobia.<br />

Durante el día, tengo la sen<br />

puede poner de manifie<br />

Durante la noche, siento q<br />

traspasarlas y lleg<br />

Si estan abiertas, temo qu<br />

entrometerse en mi s<br />

Si están cerradas, siento q<br />

pensamientos, que rebotan co<br />

mi torm<br />

A veces pienso, quiero esc<br />

esconderme. Y en ciertos mom<br />

solo yo soy mi m


Les tengo un odio terrible.<br />

sación de que la luz del sol<br />

sto todos mis defectos.<br />

ue cualquier peligro puede<br />

ar hasta mi cama.<br />

e el mal del mundo pueda<br />

antuario, mi refugio.<br />

ue estoy atrapada en mis<br />

ntra las paredes de mi jaula,<br />

erto.<br />

apar, y otras veces, quiero<br />

entos de lucidez percibo que<br />

ayor amenaza.


La belleza le abruma. El simple hecho de pensar en algo que<br />

reúna todos y cada uno de los atributos que abarcan su concepción<br />

de belleza, hace que se le estremezcan hasta los dientes.<br />

La belleza siempre había sido su bendición y su castigo,<br />

su tormento y su éxtasis. Desde muy niña decidió capturar<br />

cada resquicio de belleza, para llevarlo consigo. Tan<br />

solo era una niña caprichosa, que decidió dejarse llevar<br />

por el egocentrismo y se estableció como norma oficial coleccionar<br />

miradas de fascinación, que iba capturando<br />

allá por donde sus ligeras caderas oscilaban fascinantes.<br />

El fatalísimo destino, Dios de Todo y Dios de Nada,<br />

quiso brindarle la oportunidad ser lo suficientemente<br />

bella como para necesitar serlo más. Y más.<br />

Era consciente de que cuando caminaba por las calles de<br />

la monótona ciudad de vidas paulatinas, hasta las miradas<br />

más rezagadas decidían descansar de sus aflicciones ocultas<br />

reposando curiosamente sobre su pequeña figura oscura,<br />

ornamentada con toda clase de cachivaches aniñados y pueriles.<br />

Porque el negro es bello, señores.<br />

Y es bello, porque es d-i-f-e-r-e-n-t-e.<br />

He de suponer, yo que la conocía bien, que ese fue su terrible<br />

pecado: tratar de amoldar la profundidad de su belleza, su<br />

corazón, y su mente a la banalidad de un mundo mugriento,<br />

monótono y, para personas como ella (sensibles), desolado.<br />

La verdad es que, ahora que ya no está, podría detenerme<br />

a explorar todas y cada una de las cajas de recuerdos que<br />

dejó apiladas entre las paredes verdes de su habitación.


Pero su tormento sigue vivo, y a veces viene a visitarme,<br />

y temo tan siquiera acercarme a esas<br />

cajas por si acaso ha decidido esconderse allí.<br />

Cargar a cuestas con el peso de la belleza no es fácil.<br />

Y es cierto que su belleza resulta atractiva. Resulta muy<br />

atractiva si la observas y sólo la observas. Pero, realmente,<br />

¿quién quiere acercarse? A veces revolotea en mi cabeza<br />

un suave zumbido parecido a una idea confusa que parece<br />

querer decirme que su mayor miedo era ella misma.<br />

Como no quería conocerse, decidió no darse a conocer, y compartir<br />

todos y cada uno de sus secretos con las palabras y las hojas de papel.<br />

Murió de sufrimiento. Una noche, su constante tropiezo le hizo<br />

despeñarse en el fondo un pozo. Allí paso largas noches de insomnio,<br />

escribiendo, cantando, e imaginado un sin fin de puertas que, sin<br />

saber como, llegaron a materializarse con tanta nitidez que de no<br />

haber sido por el olor a madera y hierro, le hubiesen hecho pensar que<br />

estaba loca y se trataban de espejismos. Aunque, ¡para que engañarnos!,<br />

estaba desquiciada, y seguramente sólo fuesen espejismos.<br />

Del pozo le costó salir, y algunos cuentan que, en el acto de escapismo,<br />

sus manos adquirieron una aspereza que, lejos de ser<br />

desagradable, le hacía más diferente, más bella, y todavía más infeliz.<br />

De sus noches en el pozo recopilé estos poemas. Todos encierran<br />

un tormento, envuelto en bellas palabras, su tormento: la belleza.<br />

Lo más curioso de todo es que su fantasma todavía vaga por la<br />

habitación de paredes verdes y ventana rota. Se cuela por la<br />

rendija de la puerta y sube hasta la cama. Que es mi cama.<br />

Y entonces, yo, me quedo toda la noche sin dormir, escribiendo.


MIS SÁBANAS.<br />

Dolores se retorció entre sus miedos. Dolores regaló una porción<br />

de sus esperanzas a la decrepitud de las sábanas viejas.<br />

Su cama seguía siendo un refugio.<br />

A cambio, solo pedía que la seda roída por el tiempo supiese<br />

lamer sus heridas. Como cuando era tan solo una niña.<br />

Entonces, recuerda el inocente ritual en las noches de insomnio<br />

y temores. Dolores buscaba el encuentro místico con las<br />

sombras que su imaginación se empeñaba en dibujar sobre<br />

las paredes de su pequeño santuario. Pero Dolores nunca veía<br />

nada más que las siluetas de su espejo, sus cortinas, y sus<br />

lienzos pintados a dedo y amor. Podía sentir la caricia del<br />

miedo tras sus orejas, y temía descifrar su nombre en alguna<br />

voz distorsionada, pero nunca oía nada.<br />

Aún así, a Dolores le gustaba proteger su delicado cuerpo con<br />

la suavidad de sus sábanas. Desde la primera vez que notó el<br />

ligero roce de la seda rosada por encima de sus labios, y por<br />

debajo de su nariz, supo que aquellas sábanas serían un perfecto<br />

escudo. Un escudo contra el mal del mundo. Un escudo<br />

de paz frente a un mundo de caos. Dolores sintió la calidez de<br />

un abrazo a través de la frialdad material de sus sábanas de<br />

seda. Y aquello le fascinó.<br />

Por eso, a Dolores le gustaba retorcerse entre los miedos que<br />

quedaron atrapados en su santuario de seda. Por eso, a Dolores<br />

le gusta perderse cada noche entre sus sábanas de seda.


LODO<br />

Lo ha vuelto a hacer.<br />

Ha vuelto la orquesta del demonio a aparecer.<br />

Escucho como en mi vientre<br />

sus melodías se convierten en crujidos.<br />

Algunos tragan tierra seca como si fuese comida,<br />

yo me limito a escupir constantemente.<br />

Algunos caminan por llanuras,<br />

yo me arrastro por los recónditos pasadizos<br />

de lodo y hierba que se tejen en mi cabeza.<br />

Son mas verdes que esas llanuras,<br />

pero mucho más peligrosas.<br />

Mis entrañas están y estrujan mi corazón<br />

Mi espíritu está condenado a vagar infinitamente,<br />

mientras el cuerpo permanece reposando<br />

en cualquier lugar de este absurdo escenario.<br />

En esos momentos el vacío es pleno,<br />

y esta pesadilla toma forma de silencio.<br />

Y entonces, lo sé. Ha vuelto a suceder...<br />

...volvió la orquesta del demonio a<br />

aparecer.


LA PRINCESA.<br />

La princesa está triste...<br />

La energía de sus ojos se disipa en el aire, emprendiendo un<br />

viaje hacia el confín de la memoria.<br />

¿Qué tendrá la princesa?<br />

Si el carmín de sus labios se desliza por su cuello, y se mezcla<br />

con la sangre que segregan sus heridas. Y sus rizos de cacao,<br />

enojados con el viento, sus tacones de marfil, embistiendo<br />

contra el suelo, y su cuerpo hoy se entrega, a la mímica del<br />

tiempo.<br />

Las murallas de acero, de lodo se han tornado, se derrumban,<br />

se quiebran las paredes del palacio de cristal, y brotan de sus<br />

ruinas barrotes de cal y arena, y cadenas de granito ahora<br />

oprimen sus tobillos, convirtiéndola en esclava de pesares<br />

infinitos.<br />

Libérate, princesa, olvida tu pasado, tu presente, no esperes tu<br />

futuro, y corre por las tierras del obscuro. Descálzate, renuncia<br />

a tus reliquias, no dejes ofuscar por el brillo diamante,<br />

no te engañes por el canto de sirena, encrudece tus sentidos,<br />

y vuela por la estela hacia la luna menguante. La muerte te<br />

acompaña, la vida te reclama y tú andas, purgativa, por arenas<br />

movedizas.


NOTAS SOBRE LA AUTODESTRUCCIÓN<br />

Y EL HAMBRE<br />

Crujidos en mi garganta.<br />

El aire se enrosca en la sequedad de mis heridas,<br />

menguadas con alcohol<br />

y restos de la ira que un día broto de mí,<br />

tratando de vacíar el vacío infernal que me acecha.<br />

La sombra del recuerdo a cuestas,<br />

y el miedo al devenir, clavado en mi pecho.<br />

Astillas en el corazón,<br />

rasguños enmendados por el tiempo y la esperanza.<br />

Cuando el aroma del verde,<br />

se convirtio en el hedor del gris,<br />

una lágrima resbaló, del ojo del cuervo,<br />

y, tras reposar, hundida entre las plumas de sus alas,<br />

penetró ferozmente en las entrañas de la tierra.<br />

Y entonces, yo, que soy tierra,<br />

senti dolor.<br />

Y tu, que tierra eres,<br />

notaste la leve humedad de la tristeza.


El alma rasgada lamenta,<br />

Como va pereciendo la carne.<br />

Este cuerpo herido sostenta,<br />

Gritos de dolor, a cuestas.<br />

Cansada de arrastrar mi torso,<br />

Sobre la ira que emana de la tierra,<br />

Decidí regarla con mis lágrimas...<br />

Pensé que, tal vez cierto día,<br />

Pudiesen florecer rosas con espinas.


Sigue árido el suelo que me da cobijo,<br />

Los pájaros creen que soy la semilla,<br />

La sangre que resbala de mi boca,<br />

penetra en el cultivo como abono...<br />

Y lo pudre, porque es infértil.<br />

La tierra está muriendo, poco a poco...<br />

Y con ella, mi piel infectada de odio,<br />

Teñida de suspiro y desarraigo.<br />

Peregrinos que se acercan a mí,<br />

Huyen temerosos de este virus<br />

No quieren contagiarse de la tristeza...<br />

Y yo, sigo esperando la salvación,<br />

Como si fuese una nueva estación.<br />

Ojalá me siembren en un jardín,<br />

Solo necesito un poco de color y vida.


Gracias.<br />

<strong>HISTERIA</strong> no hubiera sido posible sin la colaboración de<br />

su público y sus mecenas. Tampoco sin el increíble apoyo<br />

de un equipo técnico y artístico implicado, profesional, y<br />

sobre todo, sensible.<br />

Los poemas recopilados en estas páginas son obra de Fátima<br />

Fatene de Jesús, y pertenecen al film <strong>HISTERIA</strong>, producido<br />

durante el período 2017-2018<br />

Ilustraciones Sandra Sánchez Naranjo @r.i.z.h.o.m.a.s

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!