Bitácora de un Escritor Amateur - Jorge Sagastume (digital)

VIERNES SANTO
Desde esta larga faja de tierra del sur, diviso una luna
simpática y cachetona de luz. Los escombros del otoño
están repartidos por toda la Avenida Pedro de Valdivia,
el viento levanta fumarolas de tristeza y el invierno las
muerde. Extraño me parece todo, ¡es viernes santo! Hay
exabruptos de soledad en las calles, edificios, plazas. La
gente se ha ido a todas direcciones, a veces sin rumbo,
a veces sin principios. Los devotos, que son muchos,
aburridos, solitarios e hipocondriacos, devorados caen
en esos grandes templos de la fe. Un perverso sol, cobarde
de luz, se ha escurrido por el lomo de la cordillera
dejando un rastro de nostalgia. Mientras desenredo este
nudo gordiano de sábanas que hay en mi cama, pienso en
el prodigio de ternura que siempre fuiste para mí, en el
incienso de tu mirada, en el malecón de ternura que de
lado a lado cruza tu cintura. En este viernes santo y parece
que he dejado de existir. Es tarde, muy tarde, pienso,
quizás sea solo para mí.
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