diciembre definitivo final

feminismos...
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Soledad Sánchez Hernández
Este mes nos acompaña ELENA AGULLÓ. Nos acerca
al mundo de las mujeres con discapacidad
intelectual, cara oculta de la sociedad e invisibilizadas.
Elena, estudio Pedagogía en la Complutense en los
convulsos años del final del franquismo. Allí
aprendió una sola cosa fundamental: la importancia
de las personas.
Cuenta que se “doctoro” en San Cristóbal de
los Ángeles, en Pan Bendito y en El Ruedo de
Moratalaz viviendo con la gente y participando en
proyectos de educación social y de intervención
comunitaria.
Es una jubilada muy activa. Profesora de Secundaria
cree firmemente, en la capacidad transformadora
de la educación.
Odia de todo corazón la guerra y las injusticias. Se siente vinculada con todas las causas en
defensa de los Derechos Humanos.
Ha vivido siempre rodeada de personas vulnerables de las que aprende cada día. Refiere, tener
la suerte de conocer a gente inconformista y luchadora con quienes comparte amistad y esperanza.
Desde hace 24 años participa, muy activamente en Avante3, asociación para la defensa de los
derechos de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo.
MUJERES CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL
No soy experta en esta materia. Escribo desde el conocimiento que me da la experiencia de años de
convivencia comprometida con mujeres y hombres con discapacidad intelectual y del desarrollo y
el intercambio con familias y profesionales implicadas en la lucha por sus derechos.
Cuando se habla de las personas con discapacidad, y más aún de las mujeres, se tiende a considerarlas
como personas frágiles, necesitadas de mucha atención y mucho cariño. De las mujeres con discapacidad
lo más oído en los últimos años es que son víctimas de una doble marginación: como mujer y
como persona con discapacidad.
Sin embargo, lo más característico que yo descubro en las mujeres con discapacidad intelectual es
su enorme fortaleza. Son mujeres fuertes y valientes.Mujeres fuertes que viven en contextos que las
hacen vulnerables.
El primer factor que las vulnera es la invisibilidad. En la invisibilidad de las mujeres y su talento en
nuestra sociedad durante siglos no es necesario insistir. La discapacidad intelectual ha sido invisible
con excepciones hasta hace bien poco. El esfuerzo de las asociaciones durante los últimos años y el
impacto de la película “Campeones” ha empezado a romper este desconocimiento. Sin
embargo aún en estos casos vemos como las mujeres siguen en segundo plano. Entre los Campeones
– querido Fesser- sólo una Campeona, eso sí bien representada en el maravilloso personaje de
Collantes y la genial interpretación de la actriz Gloria Ramos.
El ámbito más inmediato que hace vulnerables a las mujeres con discapacidad intelectual es la familia.
Es cierto que en muchos sentidos esto ha empezado a cambiar, pero aún encontramos a muchas
mujeres mayores e incluso jóvenes sobreprotegidas y limitadas por la propia familia. Muchas que no
tienen ocupación y mucho menos trabajo remunerado. Que pasan de vivir siempre al amparo de los
padres hasta que inevitablemente terminan solas o en una residencia. Nunca han podido plantearse
su proyecto de vida.
En muchas familias el deseo de protección y el miedo a lo que le pueda ocurrir a la mujer con
discapacidad en el exterior deriva en no permitirla salir sola, limitando sus actividades y espacios de
relación, así como la toma de decisiones. Ese aislamiento aparentemente protector ocasiona que
la inmensa mayoría de los casos de abusos a niñas y mujeres con discapacidad se produzcan en el
entorno familiar.
El tema de la sexualidad en estas mujeres es un aasunto importante y conflictivo. Durante mucho
tiempo se las ha considerado como personas asexuadas, y aunque la teoría ha cambiado, es enorme
el número de ellas que tienen dificultades en el ambiente familiar o residencial para poder vivir una
sexualidad normalizada.
Las mujeres que tienen una relación de pareja son en muchos casos víctimas de los estereotipos
sociales en los que todas y todos vivimos inmersos.
Indudablemente la aspiración de las personas con discapacidad intelectual es vivir y ser consideradas
como “personas normales”. Esto les hace participar tanto de las aspiraciones de igualdad entre hombres
y mujeres como de los esquemas y comportamientos machistas vigentes. Parejas con relaciones
de dominación / sumisión, parejas con relaciones exclusivistas y cerradas, víctimas de los celos...son
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