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Black-tension memories
by Yos Piña
Negrx, no binarix, migrantx. El dolor y la rabia que retroalimentan la lucha sellada en su cuerpo le dan el ímpetu y la fuerza de transmitir
resistencia en palabras, en movilización, en la vida.
Es sociólogx por la Universidad Central de Venezuela, tiene un máster en sociología de las ciencias en el IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas) y un segundo máster en estudios críticos en el Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.
«No soy gay, no soy ricx, no soy clase media, no soy blancx ni rubix [...] si lo queer es una categoría apropiada desde la blanquitud académica
derivada a una moda, pues tampoco lo soy. Soy intensamente negrx». Yos Erchxs Piña, No existe sexo sin racialización.
No me gustaba estar bajo la cama. Pero allí estaba junto a mi hermano. Le sujetaba la mano mientras cerraba los ojos y esperaba que las
balas dejasen de silbar. Siempre he tenido esa sensación de que las balas soplan en mi oreja. Nuestra cama era una cama destartalada,
remendada, heredada con mucha irregularidad en la superficie que imposibilitaba descansar. Al estar boca arriba en la cama, veía el
techo verde y un pequeño agujero en el techo que los días de sol me despertaba y los días de lluvia las gotas entraban a saludar.
Bajo la cama era el lugar de encuentro con Oxalá, la poca luz que existía allí es como la poca luz que existía en las plantaciones, o la
poca luz que necesitan mis ojos ante un ataque de migraña o la poca luz que necesitamos para dormir y entregar nuestros pensamientos
y enlazar nuestro Ori a este orisha que nos envuelve en los sueños.
A lxs cuerpxs de la diáspora nos cuesta conseguir una cama o un espacio para descansar. Dormir, soñar es un privilegio blanco. La
tranquilidad, la sensación de no ser perseguidxs, de no ser acechadxs de no tener que demostrar de dónde eres y para donde vas.
Llevamos en nuestro s cuerpos la sensación de que siempre nos están viendo, Y es que siempre nos están viendo, nos están vigilando.
Esta sensación es arrastrada desde que huímos desesperadamente de la plantación en tiempos coloniales.Llevamos con nosotras la
black-tension memories y forma parte del disciplinamiento racial de nuestros cuerpos que constantemente viven en tensión ante la
mirada blanca, ante la mirada heterosexual, ante la mirada policial, que nos arrebata el sueño y nos hace vivir diariamente la pesadilla
de ser perseguidas. Estas pesadillas no están en en el plano imaginativo. En Europa estas pesadillas fueron convertidas en políticas
públicas de acoso-persecución a personas negras, migrantes, diaspóricas.
Black-tension memories implica vivir con el miedo en el cuerpo. Con el miedo de la plantación trasladada a estas plantaciones
contemporáneas.
Black-tension memories es abrazar el insomnio e intentar balancearme en el manto de Obatatalá.
Black-tension memories es entregar nuestra cabeza al sonido de las maracas que abre los caminos para encontrarnos
con exú.
Black-tension memories es recordar que la supremacía blanca sigue efervescente
Black-tension memories es el silencio que nos abraza pero que nos incomoda
Black-tension memories es recordar el sonido de la sirenas de las policías y callarlas con el yembé
Black-tension memories es mi hermano que no está, pero que aparece en sueños
Black-tension memories son los sonidos de las balas y yo bajo la cama
Black-tension memories es la cama que nunca tuve
Black-tension memories es la almohada rellena de algodón en oferta 2 x 1 del Primark
Black-tension memories es el último beso de mi tia negra, de mi madre negra antes de huir
Black-tension memories es la tranquilidad efímera al conectarme con mi Orí