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1<br />
JUEVES 01
2
ARTÍCULO DE LUZ<br />
LA RESTAURACIÓN<br />
DEL CORAZÓN<br />
tú (mi Dios), tratándome con mano suavísima<br />
y llena de misericordia, fuiste modelando poco a poco<br />
“Entonces<br />
mi corazón”. (San Agustín de Hipona)<br />
Cuando busqué el significado del verbo “restaurar” encontré algo<br />
que me desató imágenes e historias: Restaurar es reparar una obra<br />
de arte a su estado original. Entonces vinieron a mi mente los<br />
cientos de católicos con velas encendidas entonando himnos y<br />
oraciones mientras ardía la Catedral de Notre Dâme en París. Un<br />
desbordamiento de fe que conmovió al mundo. Los restauradores<br />
saben el tiempo que toma devolver los monumentos, los cuadros,<br />
las esculturas a su antigua gloria. En la Palabra de Dios está muy<br />
claro cuál es el tesoro que nuestro Señor quiere restaurar:<br />
“Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su<br />
carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen<br />
según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean<br />
mi pueblo y yo sea su Dios.” (Ezequiel 11 , 19-20)<br />
Es tu corazón desde donde todo brota. Es la obra perfecta donde el Espíritu<br />
quiere habitar, hacerlo su templo, su bastión. Es tu corazón que debe ser restaurado<br />
en un corazón de carne donde quede escrita la nueva ley del amor.<br />
Un corazón limpio que debemos revisar diariamente en nuestras acciones, en<br />
nuestras palabras, en nuestra responsabilidad cívica, en nuestra actitud.<br />
Si de tu boca no salen palabras de esperanza, si sientes que el peso de tus<br />
pecados es algo que nada puede cambiar, si te atormentan tus debilidades y<br />
has rehuido de Dios, si te consideras incapaz de perdonar, si presagias que tu<br />
país va rumbo al desastre y nadie puede evitarlo, has dejado endurecer partes<br />
de tu corazón.<br />
La buena noticia es que hay un Padre que te ama por cada persona del mundo<br />
que te haya hecho daño, que te haya despreciado, que te haya juzgado. La<br />
restauración comienza con un acto de fe que en este momento puedes hacer,<br />
pidiendo al padre Dios que Jesús te tome dulcemente de la mano y te acompañe<br />
escaleras abajo, a los sótanos más oscuros de tu alma y puedas reconciliar a<br />
lo interno todo lo que quisiste ser y no has sido del todo, tus debilidades, tus<br />
duelos, tus enfermedades, tus heridas.<br />
3
¿POR QUÉ DE LA MANO DE JESÚS?<br />
Porque Él es nuestra esperanza, su Espíritu es<br />
quien va a transformarte poco a poco todo, si<br />
asumes tus faltas conscientemente y buscas<br />
evitar nuevas ocasiones de pecar.<br />
La batalla de la Restauración, devolvió nuestra<br />
tierra a sus legítimos dueños, los dominicanos.<br />
Es hora de que en nuestro ser haya también un<br />
retorno del corazón a su legítimo dueño y creador:<br />
El que valora su obra maestra y la quiere<br />
restaurar. El país se renovará cuando cada uno<br />
de nosotros busque obrar según los preceptos<br />
de Dios. Cuando asumamos responsablemente,<br />
cada día, el papel que nos toca, cuando veamos<br />
en el hermano que sufre, un hijo lastimado de<br />
nuestro Señor.<br />
Revisemos cada día los detalles que marcan los grandes cambios. Ceder el paso<br />
mientras conducimos, tratar con respeto y reverencia a los más desprotegidos<br />
de nuestra sociedad, al que te pide en la calle, al que te sirve día a día. Practiquemos<br />
la educación, el tacto, la gentileza, la escucha sin juicio. Una llamada,<br />
un gesto de cariño, guardar las normas de convivencia. Cuidar nuestra lengua,<br />
que siendo un órgano pequeño, puede provocar incendios, dañar reputaciones,<br />
aceptar vulgaridades, deshonrar, herir y hacernos caer en tentación antes de<br />
darnos cuenta.<br />
Se renovará la Iglesia, como pide nuestro Papa Francisco. Todo el desorden,<br />
las muertes, las violencias, las nuevas ideologías, los abortos cambiarán si yo<br />
asumo, si yo me aferro a los sacramentos, si yo oro con fe, si yo cuido delicadamente<br />
las acciones de cada día, por imperceptibles que sean. El católico es<br />
un ser humano al que se le ha encomendado el mundo. Restaurando nuestras<br />
vidas, nuestro corazón, nuestra fuerza comunitaria en la convivencia, la celebración<br />
de los sacramentos y la oración; con la intercesión de nuestra Madre<br />
y todos los ángeles y los santos, nuestro país, la humanidad, verá cumplida la<br />
profecía de Ezequiel.<br />
Sí buen Jesús, Tú que haces nuevas todas las cosas, restáurame; que en todos<br />
te vea y que contigo emprenda la aventura de ser lo que has anhelado para<br />
mí. Que podamos lograrlo todos los dominicanos y nuestros hermanos del<br />
mundo entero.<br />
Jesús nos ama tal y como somos. Pero como nos ama, nos anima a ser perfectos<br />
como nuestro Padre del Cielo es perfecto. Dejarnos amar, enamorar, de<br />
Cristo es el principio de la felicidad y la paz; el inicio de todo proceso de ser<br />
mejores por Él y para Él.<br />
- Hortensia Álvarez<br />
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HÉROE DE LUZ - 1 DE <strong>AGO</strong>STO<br />
SAN ALFONSO<br />
MARÍA DE LIGORIO<br />
San Alfonso nació cerca de Nápoles<br />
el 27 de septiembre de 1696. Siendo<br />
aún niño fue visitado por san<br />
Francisco Jerónimo el cual lo bendijo<br />
y predijo para él grandes bendiciones y<br />
sabiduría. A los 16 años, caso excepcional<br />
obtiene el grado de doctor en ambos<br />
derechos, civil y canónico, con notas<br />
sobresalientes en todos sus estudios.<br />
Para conservar la pureza de su alma<br />
escogió un director espiritual, visitaba<br />
frecuentemente a Jesús Sacramentado,<br />
rezaba con gran devoción<br />
a la Virgen y huía de todos los que<br />
tuvieran malas conversaciones.<br />
Su padre, que deseaba hacer de él<br />
un brillante político, lo hizo estudiar<br />
varios idiomas modernos, aprender<br />
música, artes y detalles de la vida<br />
caballeresca. Como abogado, el santo<br />
obtenía importantes triunfos; sin embargo,<br />
no lo dejaba satisfecho ante el<br />
gran peligro que en el mundo existe de<br />
ofender a Dios.<br />
Por revelación divina, san Alfonso<br />
abandonó todo y decide convertirse en<br />
apóstol incansable del Señor Jesús. La<br />
tarea no fue fácil; tuvo que enfrentar,<br />
con gran lucha espiritual, a su padre<br />
y familia, a sus amigos y así mismo.<br />
Al fin, a los 30 años de edad logra ser<br />
ordenado sacerdote, y desde entonces<br />
se dedicó a trabajar con las gentes de<br />
los barrios más pobres de Nápoles y de<br />
otras ciudades, a quienes les enseñaba<br />
el catecismo. El 9 de noviembre de 1752<br />
fundó, junto con otros sacerdotes, la<br />
5<br />
Congregación del Santísimo Redentor<br />
(o Padres Redentoristas), y siguiendo<br />
el ejemplo de Jesús se dedicaron a<br />
recorrer ciudades, pueblos y campos<br />
predicando el Evangelio. Por 30 años,<br />
con su equipo de misioneros, el santo<br />
recorrió campos, pueblos, ciudades,<br />
provincias, permaneciendo en cada sitio<br />
10 o 15 días predicando, para que no<br />
quedara ningún grupo sin ser instruido<br />
y atendido espiritualmente.<br />
San Alfonso fue un escritor muy<br />
prolífico; al morir dejó 111 libros<br />
y opúsculos impresos y 2 mil manuscritos.<br />
Durante su vida vio 402<br />
ediciones de sus obras.<br />
En 1762 el Papa lo nombró obispo de<br />
Santa Águeda. San Alfonso, quien no<br />
deseaba asumir el cargo, aceptó con<br />
humildad y obediencia, permaneciendo<br />
al frente de la diócesis por 13 años donde<br />
predicó el Evangelio, formó grupos<br />
de misioneros y dio catequesis a los<br />
más pequeños y necesitados.<br />
Sus últimos años fueron llenos de sufrimientos<br />
y enfermedades dolorosas;<br />
el santo soportó pacientemente todos<br />
estos males, rezando siempre por la<br />
conversión de los pecadores y por su<br />
propia santidad. San Alfonso murió<br />
el 1 de agosto de 1787, a la edad de 90<br />
años. El Papa Gregorio XVI lo declaró<br />
santo en 1839. El Papa Pío IX lo declaró<br />
Doctor de la Iglesia en 1875.<br />
Fuente: Aciprensa
PASTOR CON OLOR A OVEJA<br />
MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO<br />
PARA LA 53 JORNADA MUNDIAL<br />
DE LAS COMUNICACIONES<br />
Internet representa una posibilidad extraordinaria de acceso al saber; pero también<br />
es cierto que se ha manifestado como uno de los lugares más expuestos a<br />
la desinformación y a la distorsión consciente y planificada de los hechos y de<br />
las relaciones interpersonales, que a menudo asumen la forma del descrédito.<br />
Hay que reconocer que, por un lado, las redes sociales sirven para que estemos<br />
más en contacto, nos encontremos y ayudemos los unos a los otros; pero por otro,<br />
se prestan también a un uso manipulador de los datos personales con la finalidad<br />
de obtener ventajas políticas y económicas, sin el respeto debido a la persona y<br />
a sus derechos. Entre los más jóvenes, las estadísticas revelan que uno de cada<br />
cuatro chicos se ha visto envuelto en episodios de acoso cibernético.<br />
La figura de la red nos invita a reflexionar sobre la multiplicidad de recorridos<br />
y nudos que aseguran su resistencia sin que haya un centro, una<br />
estructura de tipo jerárquico, una organización de tipo vertical. La red<br />
funciona gracias a la coparticipación de todos los elementos.<br />
La metáfora de la red, trasladada a la dimensión antropológica, nos recuerda otra<br />
figura llena de significados: la comunidad. Cuanto más cohesionada y solidaria<br />
es una comunidad, cuanto más está animada por sentimientos de confianza y<br />
persigue objetivos compartidos, mayor es su fuerza. La comunidad como red<br />
solidaria precisa de la escucha recíproca y del diálogo basado en el uso responsable<br />
del lenguaje.<br />
Es evidente que, en el escenario actual, la social network community no es<br />
automáticamente sinónimo de comunidad. En el mejor de los casos, las comunidades<br />
de las redes sociales consiguen dar prueba de cohesión y solidaridad; pero<br />
a menudo se quedan solamente en agregaciones de individuos que se agrupan<br />
en torno a intereses o temas caracterizados por vínculos débiles. Además, la<br />
identidad en las redes sociales se basa demasiadas veces en la contraposición<br />
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frente al otro, frente al que no pertenece al grupo: este se define a partir de lo<br />
que divide en lugar de lo que une, dejando espacio a la sospecha y a la explosión<br />
de todo tipo de prejuicios (étnicos, sexuales, religiosos y otros). Esta tendencia<br />
alimenta grupos que excluyen la heterogeneidad, que favorecen, también en<br />
el ambiente digital, un individualismo desenfrenado, terminando a veces por<br />
fomentar espirales de odio. Lo que debería ser una ventana abierta al mundo se<br />
convierte así en un escaparate en el cual exhibir el propio narcisismo.<br />
La red constituye una ocasión para favorecer el encuentro con los demás, pero<br />
puede también potenciar nuestro autoaislamiento, como una telaraña que atrapa.<br />
Los jóvenes son los más expuestos a la ilusión de pensar que las redes sociales<br />
satisfacen completamente en el plano relacional; se llega así al peligroso fenómeno<br />
de los jóvenes que se convierten en “ermitaños sociales”, con el consiguiente<br />
riesgo de apartarse completamente de la sociedad. Esta dramática dinámica<br />
pone de manifiesto un grave desgarro en el tejido relacional de la sociedad, una<br />
laceración que no podemos ignorar.<br />
Como cristianos, todos nos reconocemos miembros del único cuerpo del que<br />
Cristo es la cabeza. Esto nos ayuda a ver a las personas no como competidores<br />
potenciales, sino a considerar incluso a los enemigos como personas. Ya no hay<br />
necesidad del adversario para autodefinirse, porque la mirada de inclusión que<br />
aprendemos de Cristo nos hace descubrir la alteridad de un modo nuevo, como<br />
parte integrante y condición de la relación y de la proximidad.<br />
DEL “LIKE” AL “AMÉN”<br />
La imagen del cuerpo y de los miembros nos recuerda que el uso de las redes<br />
sociales es complementario al encuentro en carne y hueso, que se da a través<br />
del cuerpo, el corazón, los ojos, la mirada, la respiración del otro. Si se usa<br />
la red como prolongación o como espera de ese encuentro, entonces no se<br />
traiciona a sí misma y sigue siendo un recurso para la comunión. Si una familia<br />
usa la red para estar más conectada y luego se encuentra en la mesa y se<br />
mira a los ojos, entonces es un recurso. Si una comunidad eclesial coordina<br />
sus actividades a través de la red, para luego celebrar la Eucaristía juntos,<br />
entonces es un recurso. Si la red me proporciona la ocasión para acercarme<br />
a historias y experiencias de belleza o de sufrimiento físicamente lejanas de<br />
mí, para rezar juntos y buscar juntos el bien en el redescubrimiento de lo que<br />
nos une, entonces es un recurso.<br />
Podemos pasar así del diagnóstico al tratamiento: abriendo el camino al<br />
diálogo, al encuentro, a la sonrisa, a la caricia... Esta es la red que queremos.<br />
Una red hecha no para atrapar, sino para liberar, para custodiar una comunión<br />
de personas libres. La Iglesia misma es una red tejida por la comunión<br />
eucarística, en la que la unión no se funda sobre los “like” sino sobre la<br />
verdad, sobre el “amén” con el que cada uno se adhiere al Cuerpo de Cristo<br />
acogiendo a los demás.<br />
Edición: Nazaret Espinal<br />
Fuente: vatican.va<br />
7
TESTIMONIO DE LUZ<br />
LOS HIJOS SON<br />
UN REGALO DE DIOS<br />
Hace un año me casé con un<br />
buen hombre, que me ama y<br />
a quien amo. Recuerdo que<br />
durante el noviazgo le decía: “Sufro<br />
de poliquistosis renal y debido a<br />
esto –desde hace varios años- soy<br />
hipertensa. Como tienes dos hermosos<br />
hijos, y ya a ellos los considero<br />
míos, no creo poder concebir debido<br />
a mi condición”, en lo que él estuvo<br />
de acuerdo.<br />
Seis meses después, para mi sorpresa,<br />
salí embarazada aún cuando el urólogo<br />
le había dicho a mi esposo que<br />
para poder concebir iba a necesitar<br />
un tratamiento especial; por lo que,<br />
en ese momento entré en pánico y<br />
me asusté pensando en cómo el embarazo<br />
afectaría mi función renal en<br />
el futuro.<br />
Llegué a cuestionarme si realmente<br />
debía tener a mi bebé; mas fue en ese<br />
momento cuando todos los mensajes<br />
que me llegaban eran pro-vida y<br />
acerca del derecho de nacer. Recuerdo<br />
a mi madre sintonizando el canal<br />
Televida en cada visita a mi casa y los<br />
mensajes que llegaban a mi mente y a<br />
mi corazón seguían esa línea.<br />
Apoyada en la oración, buscaba en<br />
los médicos una solución; sin embargo,<br />
Dios es tan misericordioso que<br />
me guió hasta dar con un ginecólogo<br />
especialista en alto riesgo, el cual<br />
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nos calmó y conquistó nuestros corazones<br />
cuando dijo: “Si Dios quiso<br />
que pasara, todo estará bien”. En ese<br />
momento nos envolvió una sensación<br />
de paz y llorábamos de alegría.<br />
Como una clara señal de que la mano<br />
de Dios estaba detrás de todo, y para<br />
su gloria, mi presión se mantuvo controlada<br />
desde el inicio y durante todo<br />
el embarazo, hasta el punto de suspenderme<br />
los medicamentos. No se<br />
me hincharon los pies, ni tuve dolor<br />
de cabeza, ni de espalda y mantuve<br />
mi hemoglobina estable.<br />
Recuerdo que en el retiro de la Pascua<br />
de mi parroquia me confesé y lloré<br />
mucho, liberándome de esa culpa<br />
que podía haberme acompañado toda<br />
la vida y Dios no lo permitió así.<br />
Oré a los pies del Santísimo durante<br />
los nueve meses y pedí la intercesión<br />
de nuestra madre María,<br />
para que mi embarazo llegara a<br />
feliz término.<br />
Hoy, mi esposo y yo, disfrutamos de<br />
esta gran bendición de Dios; nuestro<br />
regalo, a través del cual he sido confirmada<br />
en la fe y soy testigo de que<br />
Dios, desde antes de crearnos, nos<br />
piensa y nos ama.<br />
- Sévil Mota.
Los beneficios aportados por esta publicación<br />
son destinados a promover la evangelización.<br />
Agosto 2019<br />
Año 18 • No. 222<br />
Publicación (edición y producción) de:<br />
Fundación La Buena Noticia<br />
Av. 27 de Febrero 311 Sto. Dgo., R.D.<br />
labuenanoticia@claro.net.do<br />
Derechos Reservados. Prohibida su<br />
reproducción sin previa autorización.<br />
Ventas y distribución: 809 562-2655<br />
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Referencias bíblicas: Calendario de la<br />
Comisión Nacional de Liturgia de la<br />
Conferencia del Episcopado Dominicano.<br />
Impresión Editora Tele-3<br />
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República Dominicana<br />
DIRECCIÓN:<br />
Rafael V. Hernández<br />
EDICIÓN:<br />
Ana María Ferreras de S.<br />
Carmen J. Torrón<br />
CORRECCIÓN DE ESTILO:<br />
Ana María Ferreras de S.<br />
Míriam Gutiérrez<br />
Teresa Román<br />
DISEÑO EDITORIAL:<br />
Michelle Del Villar<br />
COLABORACIÓN:<br />
Rev. P. José Pastor<br />
Rev. P. Rodrigo Hernández<br />
Rev. P. Alberto Rivas<br />
Rev. D. Peter Garrido<br />
Rev. D. Jorge González<br />
Rev. D. José A. Rosado<br />
Nidia de Fleury<br />
Rose Mary Cruz<br />
John Fleury<br />
Josefina Mercedes<br />
Elisa Veras<br />
Laura Hernández<br />
Yarina Toirac<br />
Cesarina Benavides<br />
Manuel A. Suárez<br />
Stefany Hernández V.<br />
Víctor Díaz<br />
Nazaret Espinal<br />
ASESORÍA ESPIRITUAL:<br />
Rev. P. José Pastor<br />
Ramírez, s.d.b.<br />
EN MEMORIA DE:<br />
José Ramón Grau<br />
Rev. P. Jorge Bravo, s.j.<br />
JUEVES - SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO<br />
Laudes: Sal 56; Cant. Jr 31, 10-14; Sal 47<br />
01Vísperas: Sal 29; Sal 31; Cant. Ap 11, 17-18.12, 10-12<br />
PRIMERA LECTURA<br />
La nube cubrió la tienda<br />
del encuentro, y la gloria<br />
del Señor llenó el santuario<br />
Lectura del libro del<br />
Éxodo 40, 16-21.34-38<br />
En aquellos días, Moisés hizo todo<br />
ajustándose a lo que el Señor le había<br />
mandado. El día uno del mes primero<br />
del segundo año fue construido el santuario.<br />
Moisés construyó el santuario,<br />
colocó las basas, puso los tablones<br />
con sus trancas y plantó las columnas;<br />
montó la tienda sobre el santuario y<br />
puso la cubierta sobre la tienda; como<br />
el Señor se lo había ordenado a Moisés.<br />
Colocó el documento de la alianza en<br />
el arca, sujetó al arca los varales y la<br />
cubrió con la placa. Después la metió<br />
en el santuario y colocó la cortina de<br />
modo que tapase el arca de la alianza;<br />
como el Señor se lo había ordenado<br />
9<br />
a Moisés. Entonces la nube cubrió la<br />
tienda del encuentro, y la gloria del<br />
Señor llenó el santuario. Moisés no<br />
pudo entrar en la tienda del encuentro,<br />
porque la nube se había posado sobre<br />
ella, y la gloria del Señor llenaba el<br />
santuario. Cuando la nube se alzaba<br />
del santuario, los israelitas levantaban<br />
el campamento, en todas las etapas.<br />
Pero, cuando la nube no se alzaba, los<br />
israelitas esperaban hasta que se alzase.<br />
De día la nube del Señor se posaba<br />
sobre el santuario, y de noche el fuego,<br />
en todas sus etapas, a la vista de toda<br />
la casa de Israel.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
83, 3-6a.8a.11<br />
R. ¡Qué deseables son tus<br />
moradas, Señor de los ejércitos!<br />
Mi alma se consume y anhela los atrios
del Señor, mi corazón y mi carne retozan<br />
por el Dios vivo. R<br />
Hasta el gorrión ha encontrado una<br />
casa; la golondrina, un nido donde<br />
colocar sus polluelos: tus altares, Señor<br />
de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. R<br />
Dichosos los que viven en tu casa,<br />
alabándote siempre. Dichosos los que<br />
encuentran en ti su fuerza; caminan de<br />
baluarte en baluarte. R<br />
Vale más un día en tus atrios que mil en<br />
mi casa, y prefiero el umbral de la casa<br />
de Dios a vivir con los malvados. R<br />
EVANGELIO<br />
Reúnen los buenos en cestos<br />
y los malos los tiran<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 13, 47-53<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:<br />
—«El Reino de los Cielos se parece<br />
también a la red que echan en el mar y<br />
recoge toda clase de peces: cuando está<br />
llena, la arrastran a la orilla, se sientan,<br />
y reúnen los buenos en cestos y los<br />
malos los tiran. Lo mismo sucederá al<br />
final del tiempo: saldrán los ángeles,<br />
separarán a los malos de los buenos y<br />
los echarán al horno encendido. Allí<br />
será el llanto y el rechinar de dientes.<br />
¿Entienden bien todo esto?» Ellos les<br />
contestaron:<br />
—«Sí.» Él les dijo:<br />
—«Ya ven, un escriba que entiende del<br />
Reino de los Cielos es como un padre<br />
de familia que va sacando del arca lo<br />
nuevo y lo antiguo.»<br />
Cuando Jesús acabó estas parábolas,<br />
partió de allí.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Dios es siempre bueno y su amor<br />
eterno. Desde la creación hizo todo y<br />
lo vio “bien”; cuando hizo al hombre y<br />
a la mujer, los creó a su “imagen y semejanza”<br />
para que pudieran dialogar.<br />
10<br />
Hoy, pareciera que al separar “a los<br />
buenos de los malos”, para echar a<br />
los malos “al horno encendido,” Dios<br />
perdiese su “bondad”. Sin embargo,<br />
al leer detenidamente el texto de Mateo,<br />
escrito a una comunidad judía<br />
convertida al seguimiento de Cristo,<br />
nos percatamos que la red se lanza<br />
para todo pez que se encuentra en el<br />
mar. Jesús cuenta, pues, una historia<br />
–parábola– única para el Evangelio<br />
de Mateo, con la finalidad de mostrar<br />
la urgencia del cambio de vida hacia<br />
la “buena noticia” prefiriendo crecer<br />
dentro del reino del amor, la justicia<br />
y la paz.<br />
Interesante es notar que “el horno<br />
de fuego” –alusión al vertedero de<br />
la “Geena”, valle cerca de Jerusalén<br />
donde la gente tiraba su basura– es<br />
utilizado por Jesús para aludir a la<br />
vida que decide en libertad el hombre<br />
cuando prefiere alejarse del Reino de<br />
Dios. Muchos decidimos alimentar el<br />
fuego del egoísmo, la corrupción, la<br />
división, la explotación y el pecado<br />
en general, alimentando el mal a<br />
diario. No es Dios quien decide que<br />
el pez crezca para ser condenado o<br />
excluido. Somos nosotros quienes en<br />
nuestra absoluta libertad decidimos<br />
no dar cabida al mensaje sano que<br />
trae Jesucristo. Dios no excluye ni<br />
condena, sino que desea que todos<br />
tengamos vida y vida en abundancia.<br />
Pero el cambio implica darle una<br />
nueva interpretación a la luz de<br />
la resurrección a todo lo vivido y<br />
aprendido. Así como el Doctor de la<br />
Ley –quien se convierte a la Buena<br />
Noticia y le da significado nuevo a lo<br />
viejo; así como un padre transmite su<br />
tradición y la novedad del día a día<br />
de manera sana a sus hijos- nosotros<br />
estamos llamados a vivir el amor de<br />
Dios, alejándonos de todo lo que nos<br />
conduzca a la Geena en este mundo.
Dios no quiere la “Geena” –el fuego<br />
del infierno- para nadie. Somos nosotros<br />
quienes decidimos, movidos en<br />
plena libertad, si deseamos escuchar<br />
y vivir el mensaje. Dios nos pone<br />
en las manos la vida o la muerte; y<br />
somos nosotros quienes decidimos<br />
vivir desde el Reino de Dios o desde<br />
el “llanto y rechinar de dientes” del<br />
fuego. Decidamos, pues, entrar en<br />
la vida del Reino del Amor para que<br />
durante y al final de la vida, podamos<br />
sentirnos que pasamos por este mundo<br />
guiados por el insondable amor de<br />
nuestro Dios.<br />
ORACIÓN<br />
Te damos gracias, Señor, porque tú<br />
nos ofreces la libertad para decidir<br />
02<br />
PRIMERA LECTURA<br />
en<br />
En las festividades del Señor<br />
se reunirán en asamblea litúrgica<br />
Lectura del libro del Levítico<br />
23, 1.4-11.15-16.27.34b-37<br />
El Señor habló a Moisés:<br />
—«Estas son las festividades del Señor,<br />
las asambleas litúrgicas que convocaran<br />
a su debido tiempo. El día catorce del<br />
primer mes, al atardecer, es la Pascua<br />
del Señor. El día quince del mismo<br />
mes es la fiesta de los panes ázimos,<br />
dedicada al Señor. Comerán panes ázimos<br />
durante siete días. El primer día,<br />
los reunirán en asamblea litúrgica, y<br />
no harán trabajo alguno. Los siete días<br />
ofrecerán oblaciones al Señor. Al séptimo,<br />
se volverán a reunir en asamblea<br />
litúrgica, y no harán trabajo alguno.» El<br />
Señor habló a Moisés:<br />
—«Di a los israelitas: “Cuando entren<br />
VIERNES - SAN EUSEBIO DE VERCELLI<br />
Laudes: Sal 50; Cant. IS 45, 15-26; Sal 99<br />
Vísperas: Sal 40; Sal 45; Cant. Ap 15, 3-4<br />
11<br />
en la vida. Queremos hoy apegarnos<br />
más a tu amor para que cuando nos<br />
toque partir de este mundo podamos<br />
sentir que hemos sido de los peces<br />
buenos guiados por tu amor y que<br />
hemos dado vida a los nuestros y a<br />
los demás. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe. Con<br />
Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Alimentarme de la Palabra -sana y<br />
restauradora- para realizar pequeños<br />
actos que me acerquen a Dios y a los<br />
demás.<br />
la tierra que yo les voy a dar, y sieguen<br />
la mies, la primera gavilla se la<br />
llevarán al sacerdote. Este la agitará<br />
ritualmente en presencia del Señor,<br />
para que les sea aceptada; la agitará el<br />
sacerdote el día siguiente al sábado. Pasadas<br />
siete semanas completas, a contar<br />
desde el día siguiente al sábado, día en<br />
que llevarán la gavilla para la agitación<br />
ritual, hasta el día siguiente al séptimo<br />
sábado, es decir, a los cincuenta días,<br />
harán una nueva ofrenda al Señor. El<br />
día diez del séptimo mes es el Día de<br />
la Expiación. Los reuniré en asamblea<br />
litúrgica, harán penitencia y ofrecerán<br />
una oblación al Señor. El día quince<br />
del séptimo mes comienza la Fiesta de<br />
las Tiendas, dedicada al Señor; y dura<br />
siete días. El día primero se reunirán<br />
en asamblea litúrgica. No harán trabajo<br />
alguno. Los siete días ofrecerán obla-<br />
VIERNES 02
ciones al Señor. Al octavo, volverán<br />
a reunirse en asamblea litúrgica y a<br />
ofrecer una oblación al Señor. Es día<br />
de reunión religiosa solemne. No harán<br />
trabajo alguno. Éstas son las festividades<br />
del Señor en las que los reuniré en<br />
asamblea litúrgica, y ofrecerán al Señor<br />
oblaciones, holocaustos y ofrendas,<br />
sacrificios de comunión y libaciones,<br />
según corresponda a cada día”.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
80, 3-6b.10-11b<br />
R. Aclamen a Dios,<br />
nuestra fuerza.<br />
Acompañen, toquen los panderos, las<br />
cítaras templadas y las arpas; toquen la<br />
trompeta por la luna nueva, por la luna<br />
llena, que es nuestra fiesta. R<br />
Porque es una ley de Israel, un precepto<br />
del Dios de Jacob, una norma establecida<br />
por José al salir de Egipto. R<br />
«No tendrás un dios extraño, no adorarás<br />
un dios extranjero; yo soy el Señor,<br />
Dios tuyo, que te saqué del país de<br />
Egipto.» R<br />
EVANGELIO<br />
¿No es el hijo del carpintero? Entonces,<br />
¿de dónde saca todo eso?<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 13, 54-58<br />
En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad<br />
y se puso a enseñar en la sinagoga. La<br />
gente decía admirada:<br />
—«¿De dónde saca este esa sabiduría<br />
y esos milagros? ¿No es el hijo del<br />
carpintero? ¿No es su madre María, y<br />
sus hermanos Santiago, José, Simón<br />
y Judas? ¿No viven aquí todas sus<br />
hermanas? Entonces, ¿de dónde saca<br />
todo eso?»<br />
Y aquello les resultaba escandaloso.<br />
Jesús les dijo:<br />
—«Solo en su tierra y en su casa desprecian<br />
a un profeta.»<br />
12<br />
Y no hizo allí muchos milagros, porque<br />
les faltaba fe.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Saber quién es Jesús es algo que<br />
preocupa a los creyentes en todas las<br />
épocas; incluso quienes vivían alrededor<br />
suyo se lo preguntaban. ¿No es<br />
este el hijo del carpintero?<br />
La pregunta tiene que inquietarnos<br />
porque de lo que sepamos de Jesús<br />
dependerá el modo en que entendamos<br />
a Dios.<br />
No es un ejercicio inútil. Los ejércitos<br />
de Hitler en la Segunda Guerra Mundial<br />
marchaban al grito de “Dios con<br />
nosotros” y en el nombre de la fe, el<br />
dólar norteamericano tiene impresa la<br />
frase “en Dios confiamos”. La creencia<br />
de algunos en un dios mezquino ha<br />
hecho que muchos desprecien a otras<br />
personas en todo el mundo. Yo misma<br />
conozco personas que al amparo de<br />
su religión, rechazan a otros.La cuestión<br />
es importante. El hijo del carpintero<br />
ha sentido sed y hambre mientras<br />
trabaja. Por eso sabe que el día del juicio<br />
final, tendrá mucha importancia el<br />
hambre y la sed que hayamos saciado<br />
en otros (Mateo 25, 31’ss). Ha visto el<br />
dolor de una madre que entierra a su<br />
hijo (Lucas, 7, 13) y se ha compadecido<br />
de ella. Manifiesta muchísimo respeto<br />
y atención al trabajo doméstico, cotidiano<br />
e invisible de las mujeres: moler<br />
el trigo (Lucas 17, 35); fermentar el pan<br />
(Mateo 13, 33); barrer la casa (Lucas<br />
15, 8), sacar agua del pozo (Juan 4,7).<br />
En el día ordinario de una vida, el hijo<br />
del carpintero ha encontrado los signos<br />
de lo que Dios quiere.<br />
Ese es el tipo de profeta que nos<br />
cuesta aceptar, el que es demasiado<br />
cercano a la gente, el que trastoca<br />
nuestras ideas sobre el mismo Dios. El<br />
que se sienta en las mesas prohibidas,
acoge a los pobres, concede el primer<br />
puesto a los que no son religiosos<br />
y abraza a los pecadores públicos.<br />
Preferimos a los falsos profetas revestidos<br />
de grandeza, de orgullo y de<br />
arrogancia. Rechazamos al profeta<br />
que nos reclama misericordia y amor,<br />
y que ignora las prácticas religiosas en<br />
las que ponemos nuestra confianza.<br />
La sabiduría de Jesús es esa otra manera<br />
de ver a Dios y encontrarle en lo<br />
pequeño, lo que no hace ruido. Él es el<br />
don que se nos ha regalado, para que<br />
creamos en el mayor de los milagros:<br />
que Dios es amor, misericordia, compasión<br />
con todos, pero especialmente<br />
con los mas pobres y tristes de este<br />
mundo, para que creamos en un Dios;<br />
no para quitarnos nuestros miedos<br />
y satisfacer nuestras ambiciones,<br />
si no para vivir la auténtica alegría y<br />
liberación.<br />
03<br />
SÁBADO - SANTA LIDIA<br />
PRIMERA LECTURA<br />
El<br />
El año jubilar cada uno<br />
recobrará su propiedad<br />
Lectura del libro del<br />
Levítico 25, 1.8-17<br />
El Señor habló a Moisés en el monte<br />
Sinaí:<br />
—«Haz el cómputo de siete semanas<br />
de años, siete por siete, o sea cuarenta<br />
y nueve años. A toque de trompeta<br />
darás un bando por todo el país, el día<br />
diez del séptimo mes. El día de la expiación<br />
harán resonar la trompeta por<br />
todo nuestro país. Santificarán el año<br />
cincuenta y promulgarán manumisión<br />
en el país para todos sus moradores.<br />
Celebrarán jubileo; cada uno recobrará<br />
su propiedad, y retornará a su familia.<br />
Laudes: Sal 118, 145-152; Cant. Ex 15, 1-4a.8-13.17-18; Sal 116<br />
Vísperas: Sal 118, 105-112; Sal 15; Cant. Flp 2, 6-11<br />
13<br />
ORACIÓN<br />
No permitas Señor que me canse en<br />
mi búsqueda ardiente de tu rostro.<br />
Dame la fuerza necesaria para encontrarte<br />
en los trabajadores sencillos que<br />
nos encontramos a nuestro paso. Que<br />
mi vida se deje iluminar de tu sabiduría<br />
y que el milagro de tu amor incondicional<br />
me transforme y me convierta.<br />
Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Buscar a Dios en los hombres y mujeres<br />
humildes que me rodean.<br />
año cincuenta es para ustedes jubilar;<br />
no sembrarán ni segarán el grano<br />
de ricio ni cortarán las uvas de cepas<br />
bordes. Porque es jubileo; lo considerarás<br />
sagrado. Comerán de la cosecha de<br />
sus campos. En este año jubilar cada<br />
uno recobrará su propiedad. Cuando<br />
realices operaciones de compra y venta<br />
con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques.<br />
Lo que compres a uno de tu pueblo<br />
se tasará según el número de años<br />
transcurridos después del jubileo. Él a<br />
su vez te lo cobrará según el número<br />
de cosechas anuales: cuantos más años<br />
falten, más alto será el precio; cuanto<br />
menos, menor será el precio. Porque él<br />
te cobra según el número de cosechas.<br />
Nadie perjudicará a uno de su pueblo.<br />
SÁBADO 03
Teme a tu Dios. Yo soy el Señor, su<br />
Dios.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
66, 2-3.5.7-8<br />
R. Oh Dios, que te alaben<br />
los pueblos, que todos<br />
los pueblos te alaben.<br />
El Señor tenga piedad y nos bendiga,<br />
ilumine su rostro sobre nosotros; conozca<br />
la tierra tus caminos, todos los<br />
pueblos tu salvación. R<br />
Que canten de alegría las naciones,<br />
porque riges el mundo con justicia, riges<br />
los pueblos con rectitud y gobiernas las<br />
naciones de la tierra. R<br />
La tierra ha dado su fruto, nos bendice<br />
el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos<br />
bendiga; que le teman hasta los confines<br />
del orbe. R<br />
EVANGELIO<br />
Herodes mandó decapitar<br />
a Juan, y sus discípulos fueron<br />
a contárselo a Jesús<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 14, 1-12<br />
En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes<br />
lo que se contaba de Jesús y dijo a sus<br />
ayudantes:<br />
—«Ése es Juan Bautista, que ha resucitado<br />
de entre los muertos, y por eso los<br />
poderes actúan en él.»<br />
Es que Herodes había mandado prender<br />
a Juan y lo había metido en la cárcel<br />
encadenado, por motivo de Herodías,<br />
mujer de su hermano Filipo; porque<br />
Juan le decía que no le estaba permitido<br />
vivir con ella. Quería mandarlo matar,<br />
pero tuvo miedo de la gente, que lo<br />
tenía por profeta. El día del cumpleaños<br />
de Herodes, la hija de Herodías danzó<br />
delante de todos, y le gustó tanto a Herodes<br />
que juró darle lo que pidiera. Ella,<br />
instigada por su madre, le dijo:<br />
—«Dame ahora mismo en una bandeja<br />
14<br />
la cabeza de Juan Bautista.»<br />
El rey lo sintió; pero, por el juramento<br />
y los invitados, ordenó que se la dieran;<br />
y mandó decapitar a Juan en la cárcel.<br />
Trajeron la cabeza en una bandeja, se la<br />
entregaron a la joven, y ella se la llevó<br />
a su madre. Sus discípulos recogieron<br />
el cadáver, lo enterraron, y fueron a<br />
contárselo a Jesús.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Hoy, el Evangelio nos trae la pregunta<br />
que se hace Herodes sobre quién era<br />
ese Jesús del que todos hablaban.<br />
Herodes ve en Él a Juan el Bautista.<br />
Está tan ciego por su maldad que es<br />
capaz de identificar a dos, que para<br />
él representaban a una verdad que le<br />
era molesta: el precursor de la verdad<br />
(Juan el Bautista), y la verdad misma<br />
(Jesús). Solo sabía que esa verdad lo<br />
molestaba, y que, aunque sentía curiosidad,<br />
no se dejaría cambiar por ella.<br />
Tan alejado estaba de esa verdad que<br />
decidió eliminarla porque le era un estorbo<br />
para su pecado. Es decir, actuó<br />
incitado por la adúltera Herodías, que<br />
no soportaba que la verdad la acusara.<br />
Juan fue decapitado en la cárcel del<br />
rey Herodes, y así dio testimonio<br />
pleno del Cordero de Dios, al que<br />
antes había reconocido y señalado<br />
públicamente.<br />
«Juan se consagró totalmente a Dios<br />
y a su enviado, Jesús. Pero, al final,<br />
¿qué sucedió? Murió por causa de la<br />
verdad, cuando denunció el adulterio<br />
del rey Herodes y Herodías. Juan fue<br />
víctima de «un hombre débil y lujurioso»<br />
que se dejó llevar «por el odio de<br />
una adúltera, por el capricho de una<br />
bailarina». (Papa Francisco).<br />
Herodes trataba de entender a Jesús<br />
desde los miedos que le asaltaban<br />
después del asesinato de Juan. Alguien<br />
dijo una vez que el poder es
04<br />
PRIMERA LECTURA<br />
biduría,<br />
¿Qué saca el hombre<br />
de todos los trabajos?<br />
Lectura del libro de<br />
Qohélet 1, 2; 2, 21-23<br />
¡Vanidad de vanidades, dice Qohélet;<br />
vanidad de vanidades, todo es<br />
vanidad! Hay quien trabaja con sapara<br />
usarlo. Y Herodes lo usaba para<br />
ocultar el miedo a la verdad.<br />
Su figura nos lleva a una reflexión<br />
sobre el peligro que cada uno de nosotros<br />
tiene de caer en la tentación de<br />
endiosar el propio capricho, la propia<br />
sed de protagonismo, de riquezas y<br />
honores; y hacer de esto un dios interior<br />
que nos haga odiar al verdadero<br />
Dios.<br />
Nos puede pasar que creamos en el<br />
único Dios verdadero, pero de una<br />
manera “light”, como un pasatiempo.<br />
Algo que nos gusta escuchar, pero<br />
que lo consideramos como un hobby<br />
que no está entre las prioridades de<br />
nuestra vida.<br />
Podemos convertirnos en otros<br />
«Herodes» en nuestra vida espiritual:<br />
sentimos curiosidad por «ese tal» Jesús<br />
que hace milagros, pero que no lo<br />
podemos dejar actuar libremente en<br />
nuestra vida porque tenemos miedo<br />
de que nos pida todo, aun aquello que<br />
más nos cuesta y no somos capaces<br />
de dárselo.<br />
Sentimos curiosidad y le atribuimos<br />
aspectos mágicos que están opuestos<br />
a la fe; pero, por miedo al «qué<br />
dirán», lo dejamos encerrado en la<br />
prisión de nuestro egoísmo. Y si no<br />
hay generosidad, podemos ahogar<br />
XVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
SEMANA II DEL SALTERIO<br />
Laudes: Sal 117; Cant. Dn 3, 52-57; Sal 150<br />
Vísperas: Sal 109; Sal 113 B; Cant.Ap 19, 1-7<br />
15<br />
las palabras que el Señor nos dirige<br />
en el fondo del corazón hasta que<br />
terminamos por eliminarlo con nuestro<br />
pecado e insensibilidad.<br />
Herodes simboliza este mundo paganizado<br />
que grita la muerte de Dios y<br />
quiere verlo desaparecer, porque Él<br />
no deja en paz su conciencia y justifica<br />
su maldad con una libertad que es<br />
libertinaje. El Señor nos ayude a ser<br />
humildes de corazón para saber buscar<br />
en nuestro interior la Verdad que<br />
nos libera y nos acerca a Dios.<br />
ORACIÓN<br />
Señor, dame la valentía necesaria para<br />
predicar y defender la verdad siendo<br />
siempre fiel a ella. Ayúdame a ser humilde<br />
de corazón para saber buscar<br />
en mi interior la Verdad que nos libera<br />
y nos acerca más a Ti. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Trasmitir conscientemente el valor de<br />
la verdad a las personas más cercanas<br />
a mí.<br />
ciencia y acierto, y tiene que<br />
dejarle su porción a uno que no ha<br />
trabajado. También esto es vanidad<br />
y grave desgracia. Entonces, ¿qué<br />
saca el hombre de todos los trabajos<br />
y preocupaciones que lo fatigan bajo<br />
el sol? De día su tarea es sufrir y penar,<br />
de noche no descansa su mente.<br />
DOMINGO 04
También esto es vanidad.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
89, 3-6.12-14. 17<br />
R. Señor, tú has sido<br />
nuestro refugio de<br />
generación en generación.<br />
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:<br />
«Retornen, hijos de Adán». Mil<br />
años en tu presencia son un ayer, que<br />
pasó; una vela nocturna. R<br />
Los siembras año por año, como<br />
hierba que se renueva: que florece<br />
y se renueva por la mañana, y por la<br />
tarde la siegan y se seca. R<br />
Enséñanos a calcular nuestros años,<br />
para que adquiramos un corazón sensato.<br />
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?<br />
Ten compasión de tus siervos. R<br />
Por la mañana sácianos de tu misericordia,<br />
y toda nuestra vida será<br />
alegría y júbilo. Baje a nosotros la<br />
bondad del Señor y haga prósperas<br />
las obras de nuestras manos. R<br />
SEGUNDA LECTURA<br />
Busquen los bienes de allá<br />
arriba, donde está Cristo<br />
Lectura de la carta del<br />
apóstol san Pablo a los<br />
Colosenses 3, 1-5. 9-11<br />
Hermanos:<br />
Ya que han resucitado con Cristo,<br />
busquen los bienes de allá arriba,<br />
donde está Cristo, sentado a la derecha<br />
de Dios; aspiren a los bienes de<br />
arriba, no a los de la tierra. Porque<br />
han muerto, y su vida está con Cristo<br />
escondida en Dios. Cuando aparezca<br />
Cristo, vida nuestra, entonces también<br />
ustedes aparecerán, juntamente<br />
con Él, en gloria. En consecuencia,<br />
den muerte a todo lo terreno que hay<br />
en ustedes: la fornicación, la impureza,<br />
la pasión, la codicia y la avaricia,<br />
que es una idolatría. No sigan engañándose<br />
unos a otros. Despójense del<br />
hombre viejo, con sus obras, y revístanse<br />
del nuevo, que se va renovando<br />
como imagen de su Creador, hasta<br />
llegar a conocerlo. En este orden<br />
nuevo no hay distinción entre judíos y<br />
gentiles, circuncisos e incircuncisos,<br />
bárbaros y escitas, esclavos y libres,<br />
porque Cristo es la síntesis de todo y<br />
está en todos.<br />
Palabra de Dios.<br />
EVANGELIO<br />
Lo que has acumulado,<br />
¿de quién será?<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Lucas 12, 13-21<br />
En aquel tiempo, dijo uno del público<br />
a Jesús:<br />
—«Maestro, dile a mi hermano que<br />
reparta conmigo la herencia». Él le<br />
contestó:<br />
—«Hombre, ¿quién me ha nombrado<br />
juez o árbitro entre ustedes?». Y dijo<br />
a la gente:<br />
—«Miren: guárdense de toda clase<br />
de codicia. Pues, aunque uno ande<br />
sobrado, su vida no depende de sus<br />
bienes». Y les propuso una parábola:<br />
—«Un hombre rico tuvo una gran<br />
cosecha. Y empezó a echar cálculos:<br />
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar<br />
la cosecha”. Y se dijo:<br />
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros<br />
y construiré otros más grandes,<br />
y almacenaré allí todo el grano y el<br />
resto de mi cosecha. Y entonces me<br />
diré a mí mismo: hombre, tienes bienes<br />
acumulados para muchos años;<br />
túmbate, come, bebe y date buena<br />
vida”. Pero Dios le dijo:<br />
“Necio, esta noche te van a exigir<br />
la vida. Lo que has acumulado, ¿de<br />
quién será?”.<br />
Así será el que amasa riquezas para<br />
sí y no es rico ante Dios».<br />
Palabra del Señor.<br />
16
MEDITACIÓN<br />
Los textos litúrgicos de este domingo<br />
nos proponen dos modos de vivir y estar<br />
en el mundo. Está el modo de vivir<br />
del hombre viejo y está el propio del<br />
hombre nuevo, existe el hombre que<br />
busca las cosas de la tierra y el que<br />
busca las cosas del cielo, aquel para<br />
quien todas las cosas son vanidad<br />
y para quien todo es providencia de<br />
Dios. El Evangelio, por su parte, opone<br />
la vida de quien cifra todo en el tener,<br />
y atesora riquezas para sí, y la vida de<br />
quien funda su existencia en el ser, y<br />
atesora riquezas delante de Dios.<br />
Vivir para sí, es un modo de estar en el<br />
mundo, de realizar la existencia en el<br />
arco de años entre el nacimiento y la<br />
muerte. Es un modo de pensar, de actuar,<br />
de relacionarse con los hombres<br />
y con las cosas. El punto de referencia<br />
de todo es el yo. El saber, el trabajo, el<br />
esfuerzo con sus buenos resultados<br />
aparecen, ante el yo, caducos y vanos.<br />
Si el hombre es un ser abocado<br />
a morir. Todo es vanidad, humo que<br />
se lleva el viento. Cuando el yo es el<br />
centro de la vida, tenemos al hombre<br />
viejo, incapaz, por sí mismo, de salir de<br />
la tiniebla de su hermetismo, cada vez<br />
más sumergido en el fondo del vicio<br />
y del pecado, con la mirada cada vez<br />
más puesta en las cosas de la tierra<br />
sin la posibilidad de alzarla hacia las<br />
alturas. Hombre viejo, porque en cierta<br />
manera repite en su vida la historia<br />
antiquísima del primer Adán.<br />
Dios no es, a decir verdad, el antagonista<br />
del yo, de la realización personal.<br />
¡De ninguna manera! Pero la sabiduría<br />
eterna nos enseña que la propia realización<br />
consiste y se lleva a cabo por<br />
el camino del vivir para Dios, de vivir a<br />
los ojos de Dios. El trabajo y el saber,<br />
a los ojos de Dios, tienen un sentido y<br />
un destino providenciales, más allá de<br />
los límites de la esfera mundana.<br />
Hay gente que dice: “Con el dinero<br />
puedes hacer todo lo que quieras;<br />
abre todas las puertas”. No es verdad.<br />
Con dinero no puedes comprar la felicidad,<br />
aunque a ratos te pueda hacer<br />
feliz. Con dinero no puedes comprar el<br />
amor, a lo más una noche de pasión<br />
o un amorío efímero y frustrante. El<br />
dinero no te hace virtuoso, más bien<br />
abre con no poca frecuencia la puerta<br />
al antro del vicio.<br />
Los dos modos de vivir de que hemos<br />
hablado son como una autopista, con<br />
las dos vías separadas, sin posibilidad<br />
de maniobra para cambiar de dirección<br />
cuando uno quiera. Unos carriles<br />
van solo en una dirección y otros en<br />
la dirección contraria. Esto da mucha<br />
mayor seguridad a los conductores,<br />
hace más fácil y menos cansado el<br />
conducir, se puede ir a mayor velocidad...se<br />
viaja a gusto en general,<br />
aunque habrá que tener cuidado en las<br />
curvas, no excederse en la velocidad,<br />
no dejarse vencer por la fatiga.<br />
ORACIÓN<br />
Padre Dios, ayúdame a ser como el<br />
hombre nuevo que tiene los pies bien<br />
puestos en la tierra y en los quehaceres<br />
de este mundo, pero su mirada y<br />
su corazón están puestos arriba, en el<br />
cielo, hacia donde camina con confianza<br />
y esperanza. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Vivir dos comportamientos de la persona<br />
nueva: amar y servir a los demás.<br />
DOMINGO 04<br />
17
LUNES - DEDICACIÓN DE<br />
LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA<br />
Laudes: Sal 41; Cant. Eclo 36, 1-5.10-13; Sal 18 A<br />
05Vísperas: Sal 44 I; Sal 44 II; Cant. Ef 1, 3-10<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Yo solo no puedo cargar<br />
con todo este pueblo<br />
Lectura del libro de<br />
los Números 11, 4b-15<br />
En aquellos días, los israelitas dijeron:<br />
—«¡Quién pudiera comer carne!<br />
Cómo nos acordamos del pescado que<br />
comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos<br />
y melones y puerros y cebollas y<br />
ajos. Pero ahora se nos quita el apetito<br />
de no ver más que maná.»<br />
El maná se parecía a semilla de cilantro<br />
con color de resina; el pueblo se<br />
dispersaba a recogerlo, lo molían en el<br />
molino o lo machacaban en el almirez,<br />
lo cocían en la olla y hacían con ello<br />
hogazas que sabían a pan de aceite. Por<br />
la noche caía el rocío en el campamento<br />
y, encima de él, el maná. Moisés oyó<br />
cómo el pueblo, familia por familia,<br />
lloraba, cada uno a la entrada de su<br />
tienda, provocando la ira del Señor; y<br />
disgustado, dijo al Señor:<br />
—«¿Por qué tratas mal a tu siervo y<br />
no le concedes tu favor, sino que le<br />
haces cargar con todo este pueblo?<br />
¿He concebido yo a todo este pueblo<br />
o lo he dado a luz, para que me digas:<br />
“Coge en brazos a este pueblo, como<br />
una nodriza a la criatura, y llévalo a<br />
la tierra que prometí a sus padres”?<br />
¿De dónde sacaré pan para repartirlo<br />
a todo el pueblo? Vienen a mí llorando:<br />
“Danos de comer carne”. Yo solo<br />
no puedo cargar con todo este pueblo,<br />
pues supera mis fuerzas. Si me vas a<br />
tratar así, más vale que me hagas morir;<br />
concédeme este favor, y no tendré<br />
que pasar tales penas.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
80, 12-17<br />
R. Aclamen a Dios,<br />
nuestra fuerza.<br />
Mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no<br />
quiso obedecer: los entregué a su corazón<br />
obstinado, para que anduviesen<br />
según sus antojos.R<br />
¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase<br />
Israel por mi camino!: en un<br />
momento humillaría a sus enemigos<br />
y volvería mi mano contra sus adversarios.<br />
R<br />
Los que aborrecen al Señor te adularían,<br />
y su suerte quedaría fijada; te alimentaría<br />
con flor de harina, te saciaría<br />
con miel silvestre. R<br />
EVANGELIO<br />
Alzó la mirada al cielo, pronunció<br />
la bendición y dio los panes<br />
a los discípulos; los discípulos<br />
se los dieron a la gente<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 14, 13-21<br />
En aquel tiempo, al enterarse Jesús<br />
de la muerte de Juan, el Bautista, se<br />
marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo<br />
y apartado. Al saberlo la gente,<br />
lo siguió por tierra desde los pueblos.<br />
Al desembarcar, vio Jesús el gentío,<br />
le dio lástima y curó a los enfermos.<br />
Como se hizo tarde, se acercaron los<br />
discípulos a decirle:<br />
—«Estamos en despoblado y es muy<br />
tarde, despide a la multitud para que<br />
vayan a las aldeas y se compren de<br />
comer.» Jesús les replicó:<br />
—«No hace falta que vayan, denle<br />
ustedes de comer.» Ellos le replicaron:<br />
18
—«Si aquí no tenemos más que cinco<br />
panes y dos peces.» Les dijo:<br />
—«Tráiganmelos.»<br />
Mandó a la gente que se recostara en<br />
la hierba y, tomando los cinco panes<br />
y los dos peces, alzó la mirada al<br />
cielo, pronunció la bendición, partió<br />
los panes y se los dio a los discípulos;<br />
los discípulos se los dieron a la gente.<br />
Comieron todos hasta quedar satisfechos<br />
y recogieron doce cestos llenos<br />
de sobras. Comieron unos cinco mil<br />
hombres, sin contar mujeres y niños.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Monseñor Francois-Xavier Van Thuan,<br />
Obispo vietnamita que pasó trece<br />
años en la cárcel bajo el régimen comunista<br />
durante la dura persecución<br />
religiosa en su país, escribió varios<br />
libros con hermosos y conmovedores<br />
testimonios personales de ese<br />
período de su vida. Uno de ellos se<br />
titula precisamente “Cinco panes y<br />
dos peces”. Y allí él trata de resumir<br />
en unas cuantas pinceladas las experiencias<br />
espirituales más fuertes de<br />
su cautiverio. “Yo hago, nos confiesa<br />
con sencillez, como el muchacho del<br />
Evangelio que da a Jesús los cinco<br />
panes y dos peces: eso no es nada<br />
para una multitud de miles de personas,<br />
pero es todo lo que tengo. Jesús<br />
hará el resto.” ¡Aquí está la primera<br />
parte del secreto del éxito! Darle a<br />
Jesús todo lo que somos y tenemos.<br />
No importa que no sea casi nada, o<br />
prácticamente nada. Lo importante<br />
es dárselo porque Él quiere contar<br />
con esa nada para hacer sus obras.<br />
Y la segunda parte del secreto es<br />
ponerlo en sus manos. Y Él se encarga<br />
de todo lo demás. Que esta sea,<br />
pues, la moraleja y la enseñanza de<br />
hoy: Sé generoso y magnánimo con<br />
Dios y con los demás: da de ti mismo,<br />
no seas egoísta ni tacaño. Da de<br />
tus bienes materiales y espirituales,<br />
comparte tu tiempo y tus cosas con<br />
los demás; pero, sobre todo, dónate<br />
a ti mismo a tu prójimo: ¡no importa<br />
que solo tengas cinco panes y dos<br />
peces! Pon todos tus proyectos, tus<br />
inquietudes, tus preocupaciones, tus<br />
miedos, tus deseos, tus sueños, tu<br />
familia, tus relaciones, todo lo tuyo en<br />
manos de Dios, pues sabemos que<br />
todo depende de en manos de quién<br />
está el asunto.<br />
ORACIÓN<br />
Padre mío, me abandono a Ti. Haz de<br />
mí lo que quieras. Lo que hagas de<br />
mí te lo agradezco, estoy dispuesto<br />
a todo, lo acepto todo. Con tal que tu<br />
voluntad se haga en mí y en todas tus<br />
criaturas, no deseo nada más, Dios<br />
mío. Pongo mi vida en tus manos.<br />
Te la doy, Dios mío, con todo el amor<br />
de mi corazón, porque te amo, y<br />
porque para mí amarte es darme,<br />
entregarme en tus manos sin medida,<br />
con infinita confianza, porque Tú eres<br />
mi Padre. Amén. (Beato Carlos de<br />
Foucauld).<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
A la luz del Espíritu Santo identificar<br />
y poner al servicio los talentos y carismas<br />
que el Señor me ha regalado.<br />
LUNES 05<br />
19
PRIMERA LECTURA<br />
Su vestido era blanco como nieve<br />
Lectura de la profecía<br />
de Daniel 7, 9-10.13-14<br />
Durante la visión, vi que colocaban<br />
unos tronos, y un anciano se sentó;<br />
su vestido era blanco como nieve, su<br />
cabellera como lana limpísima; su<br />
trono, llamas de fuego; sus ruedas,<br />
llamaradas. Un río impetuoso de fuego<br />
brotaba delante de Él. Miles y miles le<br />
servían, millones estaban a sus órdenes.<br />
Comenzó la sesión y se abrieron los<br />
libros. Mientras miraba, en la visión<br />
nocturna vi venir en las nubes del cielo<br />
como un hijo de hombre, que se acercó<br />
al anciano y se presentó ante Él. Le<br />
dieron poder real y dominio; todos los<br />
pueblos, naciones y lenguas lo respetarán.<br />
Su dominio es eterno y no pasa, su<br />
Reino no tendrá fin.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
96, 1-2.5-6.9<br />
R. El Señor reina,<br />
altísimo sobre toda la tierra.<br />
El Señor reina, la tierra goza, se alegran<br />
las islas innumerables. Tiniebla y nube<br />
lo rodean, justicia y derecho sostienen<br />
su trono. R<br />
Los montes se derriten como cera ante<br />
el dueño de toda la tierra; los cielos<br />
pregonan su justicia, y todos los pueblos<br />
contemplan su gloria. R<br />
Porque tú eres, Señor, altísimo sobre<br />
toda la tierra, encumbrado sobre todos<br />
los dioses. R<br />
SEGUNDA LECTURA<br />
Esta voz del cielo la<br />
oímos nosotros<br />
MARTES - LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR<br />
Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />
06Vísperas: Sal 109; Sal 120; Cant. 1Tm 3, 16<br />
Lectura de la segunda carta<br />
del apóstol san Pedro 1, 16-19<br />
Queridos hermanos:<br />
Cuando les dimos a conocer el poder y<br />
la última venida de nuestro Señor Jesucristo,<br />
no nos fundábamos en fábulas<br />
fantásticas, sino que habíamos sido testigos<br />
oculares de su grandeza. Él recibió<br />
de Dios Padre honra y gloria, cuando<br />
la Sublime Gloria le trajo aquella voz:<br />
«Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.»<br />
Esta voz, traída del cielo, la oímos<br />
nosotros, estando con Él en la montaña<br />
sagrada. Esto nos confirma la palabra<br />
de los profetas, y hacen muy bien en<br />
prestarle atención, como a una lámpara<br />
que brilla en un lugar oscuro, hasta que<br />
despunte el día, y el lucero nazca en sus<br />
corazones.<br />
Palabra de Dios.<br />
EVANGELIO<br />
Moisés y Elías hablaban<br />
de su muerte<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Lucas 9, 28b-36<br />
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a<br />
Juan y a Santiago y subió a lo alto de la<br />
montaña, para orar. Y, mientras oraba,<br />
el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos<br />
brillaban de blancos. De repente,<br />
dos hombres conversaban con Él: eran<br />
Moisés y Elías, que, apareciendo con<br />
gloria, hablaban de su muerte, que iba<br />
a consumar en Jerusalén. Pedro y sus<br />
compañeros se caían de sueño; y, espabilándose,<br />
vieron su gloria y a los dos<br />
hombres que estaban con Él. Mientras<br />
estos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:<br />
—«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos<br />
tres tiendas: una para ti, otra para<br />
Moisés y otra para Elías.»<br />
20
No sabía lo que decía. Todavía estaba<br />
hablando, cuando llegó una nube que<br />
los cubrió. Se asustaron al entrar en la<br />
nube. Una voz desde la nube decía:<br />
—«Este es mi Hijo, el escogido, escúchenle.»<br />
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús<br />
solo. Ellos guardaron silencio y, por el<br />
momento, no contaron a nadie nada de<br />
lo que habían visto.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Las escrituras nos muestran la relación<br />
entre Dios y su Hijo, Jesús. A medida<br />
que vamos conociendo la Palabra,<br />
nos vamos dando cuenta de que se<br />
describe tanto el poder y la majestad<br />
del Padre Dios como la grandeza de<br />
Jesús.<br />
Nos habla del amor inmenso que tiene<br />
Dios por su Hijo, mostrándonos cómo<br />
deposita en Él toda su confianza y<br />
cómo Jesús muestra respeto absoluto<br />
ante la presencia de su Padre. Jesús,<br />
Hijo único de Dios, viene a este mundo<br />
con un fin majestuoso, enviado por su<br />
Padre para dar ejemplo de un amor<br />
perfecto. Nosotros, como seres limitados<br />
en pensamiento, podemos en<br />
ocasiones cuestionar cómo es que<br />
un padre puede enviar a su hijo único<br />
a morir por otros. Recordemos que<br />
Dios está muy por encima de nuestro<br />
entendimiento y que nuestra mente<br />
limitada aún no está preparada para<br />
comprender los designios del Padre.<br />
La muerte de su Hijo no fue un evento<br />
07<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Lectura<br />
Despreciaron una<br />
tierra envidiable<br />
MIÉRCOLES - SANTOS CAYETANO Y SIXTO II<br />
Laudes: Sal 76; Cant. 1S 2, 1-10; Sal 96<br />
Vísperas: Sal 61; Sal 66; Cant. Col 1, 3.12-20<br />
21<br />
inesperado. Fue un acontecimiento<br />
profetizado muchos años antes de<br />
verse cumplido. Jesús sabía desde<br />
el principio cuál era su propósito aquí<br />
en la tierra y fue guiado por el poder<br />
de Dios hasta el momento de su crucifixión.<br />
Pedro fue testigo fiel de momentos<br />
donde la presencia de Dios fue marcada<br />
de manera inequívoca y nos señala<br />
fervientemente la realidad de lo que<br />
sus ojos presenciaron. Qué bendecido<br />
fue Pedro al ver lo que muchos quisiéramos<br />
presenciar. Pero la fe hoy nos<br />
da la certeza de que Dios está donde<br />
está su Hijo, y ellos a su vez, en el corazón<br />
de quienes los aman.<br />
ORACIÓN<br />
Padre, hoy me dirijo a ti en oración<br />
para escuchar, al igual que Jesús, tu<br />
voz. Reconforta mi alma, guíame por<br />
las sendas de tu voluntad. Abrígame<br />
con tu manto protector y dame la fortaleza<br />
para afrontar cualquier situación,<br />
sabiendo Padre que estás conmigo.<br />
Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Meditar sobre el amor de Dios Padre<br />
por su hijo Jesús y compartir con algún<br />
amigo o conocido acerca de ello.<br />
del libro de los Números<br />
13, 2-3.25—14, 1.26-30.34-35<br />
En aquellos días, el Señor dijo a Moi-<br />
MIÉRCOLES 07
sés en el desierto de Farán:<br />
—«Envía gente a explorar el país de<br />
Canaán, que yo voy a entregar a los<br />
israelitas: envía uno de cada tribu, y<br />
que todos sean jefes.»<br />
Al cabo de cuarenta días volvieron<br />
de explorar el país; y se presentaron a<br />
Moisés, a Aarón y a toda la comunidad<br />
israelita, en el desierto de Farán,<br />
en Cades. Presentaron su informe a<br />
toda la comunidad y les enseñaron los<br />
frutos del país. Y les contaron:<br />
—«Hemos entrado en el país adonde<br />
nos enviaste; es una tierra que mana<br />
leche y miel; aquí tienes sus frutos.<br />
Pero el pueblo que habita el país es<br />
poderoso, tienen grandes ciudades<br />
fortificadas (hemos visto allí hijos<br />
de Anac). Amalec vive en la región<br />
del desierto, los hititas, jebuseos y<br />
amorreos viven en la montaña, los<br />
cananeos junto al mar y junto al Jordán.»<br />
Caleb hizo callar al pueblo ante<br />
Moisés y dijo:<br />
—«Tenemos que subir y apoderarnos<br />
de esa tierra, porque podemos con<br />
ella.» Pero los que habían subido con<br />
él replicaron:<br />
—«No podemos atacar al pueblo,<br />
porque es más fuerte que nosotros.»<br />
Y desacreditaban la tierra que habían<br />
explorado delante de los israelitas:<br />
—«La tierra que hemos cruzado y<br />
explorado es una tierra que devora a<br />
sus habitantes; el pueblo que hemos<br />
visto en ella es de gran estatura. Hemos<br />
visto allí gigantes, hijos de Anac:<br />
parecíamos saltamontes a su lado, y<br />
así nos veían ellos.» Entonces toda la<br />
comunidad empezó a dar gritos, y el<br />
pueblo lloró toda la noche. El Señor<br />
dijo a Moisés y Aarón:<br />
—«¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad<br />
malvada protestando contra mí?<br />
He oído a los israelitas protestar de<br />
mí. Pues diles: Por mi vida —oráculo<br />
del Señor—, que les haré lo que me<br />
22<br />
han dicho en la cara; en este desierto<br />
caerán sus cadáveres, y de todo su<br />
censo, contando de veinte años para<br />
arriba, los que protesten contra mí no<br />
entrarán en la tierra donde juré que los<br />
establecería. Solo exceptúo a Josué,<br />
hijo de Nun, y a Caleb, hijo de Jefoné.<br />
Contando los días que exploraste la<br />
tierra, cuarenta días, cargarán con su<br />
culpa un año por cada día, cuarenta<br />
años. Para que sepan lo que es desobedecerme.<br />
Yo, el Señor, juro que trataré<br />
así a esa comunidad perversa que se<br />
ha amotinado contra mí: en este desierto<br />
se consumirán y en él morirán.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
105, 6-7a.13-14.21-23<br />
R. Acuérdate de mí, Señor,<br />
por amor a tu pueblo.<br />
Hemos pecado con nuestros padres,<br />
hemos cometido maldades e iniquidades.<br />
Nuestros padres en Egipto no<br />
comprendieron tus maravillas. R<br />
Bien pronto olvidaron sus obras, y<br />
no se fiaron de sus planes: ardían de<br />
avidez en el desierto y tentaron a Dios<br />
en la estepa R<br />
Se olvidaron de Dios, su salvador, que<br />
había hecho prodigios en Egipto, maravillas<br />
en el país de Cam, portentos<br />
junto al mar Rojo. R<br />
Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero<br />
Moisés, su elegido, se puso en la brecha<br />
frente a Él, para apartar su cólera<br />
del exterminio. R<br />
EVANGELIO<br />
Mujer, qué grande es tu fe<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 15, 21-28<br />
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se<br />
retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces<br />
una mujer cananea, saliendo de uno<br />
de aquellos lugares, se puso a gritarle:<br />
—«Ten compasión de mí, Señor, Hijo
de David. Mi hija tiene un demonio<br />
muy malo.» Él no le respondió nada.<br />
Entonces los discípulos se le acercaron<br />
a decirle:<br />
—«Atiéndela, que viene detrás gritando.»<br />
Él les contestó:<br />
—«Solo me han enviado a las ovejas<br />
descarriadas de Israel.» Ella los alcanzó<br />
y se postró ante Él, y le pidió:<br />
—«Señor, socórreme.» Él le contestó:<br />
—«No está bien echar a los perros<br />
el pan de los hijos.» Pero ella repuso:<br />
—«Sí, Señor, pero también los perritos<br />
comen de las migajas que caen<br />
de la mesa de los amos.» Jesús le<br />
respondió:<br />
—«Mujer, qué grande es tu fe: que se<br />
cumpla lo que deseas.»<br />
En aquel momento quedó curada su<br />
hija.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
En la Primera Lectura vemos como<br />
Moisés envía una expedición para<br />
“examinar” el territorio. Los “espías”<br />
presentan el informe que resulta motivador<br />
al inicio, al describir esa tierra<br />
“que mana leche y miel”, pero que se<br />
transforma casi totalmente, unas cuantas<br />
palabras más adelante, resaltando<br />
lo poderoso del pueblo, esos que<br />
son como “gigantes” ante los cuales<br />
decían que parecían y los veían como<br />
“saltamontes”. Ante esas palabras, el<br />
pueblo lloró toda la noche y se llenó de<br />
temor y malestar.<br />
Este hecho debe invitarnos a revisar<br />
varios aspectos: ¿Con qué ojos vemos<br />
nuestras realidades e incluso aquellas<br />
cosas que el mismo Dios nos ha<br />
prometido? Quizás somos capaces<br />
de reconocer que esos proyectos de<br />
amor cargados de esperanza que el<br />
Señor tiene para nosotros están revestidos<br />
de “leche y miel”, pero nuestras<br />
dudas, nuestra falta de fe hace que<br />
23<br />
retiremos la vista de esa bendición y<br />
nos concentremos en los obstáculos,<br />
haciéndolos lucir aún mayores de los<br />
que son. El hecho de que sean “como”<br />
gigantes significa que no lo son, sino<br />
que lo parecen. Por tanto, es más<br />
percepción que otra cosa, así como la<br />
“interpretación” que se da por sentada<br />
de cómo entienden los “espías” que el<br />
pueblo “los ve”, cuando realmente son<br />
ellos mismos los que se están sintiendo<br />
de esa manera, comparándose con<br />
ese pueblo.<br />
¿Y nosotros a qué le creemos más?<br />
¿En quién depositamos nuestra absoluta<br />
e innegociable confianza? ¿En<br />
nuestro Padre Dios que sabemos todopoderoso,<br />
amoroso, incondicional,<br />
fiel, o en las circunstancias impregnadas<br />
de nuestras interpretaciones<br />
arbitrarias y nuestras percepciones<br />
teñidas de inseguridades y miedos?<br />
¿Con quién nos estamos comparando<br />
y al hacerlo, nos minimizamos y<br />
tornamos temerosos de dar pasos<br />
en fe hacia donde el Señor nos envía<br />
e invita?<br />
Quizás nos estamos convirtiendo en<br />
los elaboradores continuos de “informes”<br />
repletos de malas noticias y peores<br />
augurios que llenan a las personas<br />
de miedo como pasó con los israelitas.<br />
A través de esta lectura, Dios nos<br />
regala la oportunidad de revisarnos y<br />
con ellos revisar nuestra visión tanto<br />
del mundo que nos rodea, de nuestras<br />
realidades particulares, como de<br />
la calidad y fortaleza de nuestra fe.<br />
Va siendo tiempo de temer menos y<br />
confiar más, de tal forma que Jesús<br />
pueda decir de nosotros lo que expresó<br />
a la mujer cananea en el Evangelio:<br />
¡“Mujer, qué grande es tu fe, que se<br />
cumpla lo que deseas”! Que la certeza<br />
nos envuelva y nos permita descubrir,<br />
conquistar y saborear “la leche y miel”<br />
que Dios tiene para nosotros.<br />
MIÉRCOLES 07
ORACIÓN<br />
Señor, abre mis ojos para que vea más<br />
allá del alcance de mi mirada la obra<br />
perfecta de tu amor en mí. Enséñame<br />
a creerte y confiar como lo hizo la cananea.<br />
Quítame lo que sobra y dame lo<br />
que falta para que mi fe sea más firme<br />
y fuerte. Amén.<br />
24<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar perma-<br />
08 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Brotó agua abundantemente<br />
Lectura del libro<br />
de los Números 20, 1-13<br />
En aquellos días, la comunidad entera<br />
de los israelitas llegó al desierto de Sin<br />
el mes primero, y el pueblo se instaló<br />
en Cadés. Allí murió María y allí la<br />
enterraron. Faltó agua al pueblo, y se<br />
amotinaron contra Moisés y Aarón.<br />
El pueblo riñó con Moisés, diciendo:<br />
—«¡Ojalá hubiéramos muerto como<br />
nuestros hermanos, delante del Señor!<br />
¿Por qué has traído a la comunidad del<br />
Señor a este desierto, para que muramos<br />
en él, nosotros y nuestras bestias?<br />
¿Por qué nos has sacado de Egipto<br />
para traernos a este sitio horrible, que<br />
no tiene grano ni higueras ni viñas ni<br />
granados ni agua para beber?»<br />
Moisés y Aarón se apartaron de la<br />
comunidad y se dirigieron a la tienda<br />
del encuentro, y, delante de ella, se<br />
echaron rostro en tierra. La gloria del<br />
Señor se les apareció, y el Señor dijo<br />
a Moisés:<br />
—«Coge el bastón, reúne la asamblea,<br />
tú con tu hermano Aarón, y, en presencia<br />
de ellos, ordenen a la roca que<br />
nezco en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Identificar los “gigantes” a los que<br />
me enfrento y superar mis temores al<br />
fijar mi mirada en Jesús, quien todo lo<br />
hace posible.<br />
JUEVES - SANTO DOMINGO DE GUZMÁN<br />
Laudes: Sal 79; Cant. Is 12, 1-6; Sal 80<br />
Sal 71 I; Sal 71 II; Cant. Ap 11, 17-18.12, 10-12<br />
dé agua. Sacarás agua de la roca para<br />
darles de beber a ellos y a sus bestias.»<br />
Moisés retiró la vara de la presencia<br />
del Señor, como se lo mandaba; ayudado<br />
de Aarón, reunió la asamblea<br />
delante de la roca, y les dijo:<br />
—«Escuchen, rebeldes: ¿Creen que<br />
podemos sacarles agua de esta roca?»<br />
Moisés alzó la mano y golpeó la roca<br />
con el bastón dos veces, y brotó agua<br />
tan abundantemente que bebió toda<br />
la gente y las bestias. El Señor dijo a<br />
Moisés y a Aarón:<br />
—«Por no haberme creído, por no<br />
haber reconocido mi santidad en presencia<br />
de los israelitas, no harán entrar<br />
a esta comunidad en la tierra que les<br />
voy a dar.»<br />
(Esta es fuente de Meribá, donde los<br />
israelitas disputaron con el Señor, y Él<br />
les mostró su santidad).<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
94, 1-2.6-9<br />
R. Ojalá escuchen hoy<br />
la voz del Señor:<br />
«No endurezcan su corazón.»<br />
Vengan, aclamemos al Señor, demos
vítores a la Roca que nos salva; entremos<br />
a su presencia dándole gracias,<br />
aclamándolo con cantos. R<br />
Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo<br />
al Señor, creador nuestro.<br />
Porque Él es nuestro Dios, y nosotros<br />
su pueblo, el rebaño que Él guía. R<br />
Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan<br />
el corazón como en Meribá,<br />
como el día de Masá en el desierto;<br />
cuando sus padres me pusieron a prueba<br />
y me tentaron, aunque habían visto<br />
mis obras.» R<br />
EVANGELIO<br />
Tú eres Pedro, y te daré<br />
las llaves del Reino de los Cielos<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 16, 13-23<br />
En aquel tiempo, al llegar a la región<br />
de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a<br />
sus discípulos:<br />
—«¿Quién dice la gente que es el Hijo<br />
del hombre?» Ellos contestaron:<br />
—«Unos que Juan Bautista, otros que<br />
Elías, otros que Jeremías o uno de los<br />
profetas.» Él les preguntó:<br />
—«Y ustedes, ¿quién dicen que soy<br />
yo?» Simón Pedro tomó la palabra y<br />
dijo:<br />
—«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios<br />
vivo.» Jesús le respondió:<br />
—«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!,<br />
porque eso no te lo ha revelado nadie de<br />
carne y hueso, sino mi Padre que está<br />
en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres<br />
Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi<br />
Iglesia, y el poder del infierno no la<br />
derrotará. Te daré las llaves del Reino<br />
de los Cielos; lo que ates en la tierra,<br />
quedará atado en el cielo, y lo que<br />
desates en la tierra, quedará desatado<br />
en el cielo.»<br />
Y les mandó a los discípulos que no<br />
dijesen a nadie que Él era el Mesías.<br />
Desde entonces empezó Jesús a explicar<br />
a sus discípulos que tenía que ir<br />
25<br />
a Jerusalén y padecer allí mucho por<br />
parte de los ancianos, sumos sacerdotes<br />
y escribas, y que tenía que ser ejecutado<br />
y resucitar al tercer día. Pedro se lo<br />
llevó aparte y se puso a increparlo:<br />
—«¡No lo permita Dios, Señor! Eso<br />
no puede pasarte.» Jesús se volvió y<br />
dijo a Pedro:<br />
—«Quítate de mi vista, Satanás, que<br />
me haces tropezar; tú piensas como los<br />
hombres, no como Dios.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Todo ser humano debe tener tentaciones,<br />
las cuales son inevitables y parte<br />
de nuestras vidas. Las tentaciones no<br />
son ni buenas ni malas. Sin embargo,<br />
cuando les respondo con un “sí”, me<br />
alejo del amor de Dios y puedo caer<br />
en pecado. Si decidimos no ser arrastrados<br />
al terreno de las tentaciones,<br />
entonces creceremos y maduraremos;<br />
de lo contrario, entraremos en el terreno<br />
de la denigración. Cada persona,<br />
pues, toma decisiones en plena libertad;<br />
a veces serán decisiones buenas<br />
y otras veces, malas. Aquí radica el<br />
desafío de cada persona: en optar en<br />
libertad por la decisión hacia el bien o<br />
hacia el mal.<br />
La palabra Satanás, utilizada en boca<br />
de Jesús, significa el que turba, realiza<br />
acciones perniciosas, destruye, siembra<br />
cizaña, induce a la mentira, tienta,<br />
excita a la discordia o trata de impedir<br />
la acción del que anuncia el mensaje.<br />
Eso es lo que el pueblo, en la Primera<br />
Lectura, y Pedro hacen: ambos de<br />
diferentes maneras no se fían en el<br />
mensaje liberador de Dios y de Jesús.<br />
El pueblo riñó con Moisés creando un<br />
clima de discordia y tentación hacia su<br />
líder y en contra del proyecto liberador<br />
movido por la falta de fe en su Dios<br />
y deseando volver a la esclavitud.<br />
Pedro, de igual modo, se deja vencer<br />
JUEVES 08
por el mesianismo judío y quiere que<br />
Jesús sea un líder poderoso que vencerá<br />
el Imperio Romano. Sin embargo,<br />
el pueblo sucumbe ante la tentación<br />
causada por el hambre y la sed. Jesús,<br />
en cambio, ante la tentación del<br />
poder sale vencedor en la cruz. Dos<br />
polos opuestos: uno –el pueblo- que<br />
es vencido por la tentación, y otro,<br />
Jesús, quien vence y venció siempre<br />
la tentación. Las tentaciones de Satanás,<br />
siempre las tendremos. A veces<br />
vendrán movidas por razones biológicas<br />
y necesidades humanas, otras<br />
veces movidas por sistemas que no<br />
desean que el amor salga victorioso y<br />
otras veces por personas que ya han<br />
sucumbido a ellas o por ignorancia o<br />
por deseos insanos. Podemos hoy y<br />
siempre vencer las tentaciones que<br />
nos trae la vida. Podemos salir victoriosos<br />
cuando nos dejamos guiar por<br />
el Espíritu, por la Palabra de Dios bien<br />
interpretada, y por la fuerza del ejemplo<br />
de Jesucristo quien es plenamente<br />
Dios y plenamente hombre, vencedor<br />
de toda tentación que le quiso alejar<br />
de su Padre y del proyecto del Reino.<br />
ORACIÓN<br />
Te damos gracias, Jesús, por motivarnos<br />
a seguir fielmente la voluntad de tu<br />
Padre, Dios. Aferrados a Él podremos<br />
vencer las tentaciones que enfrentamos<br />
en la vida. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Abrirme al amor de Dios que me fortalece<br />
y me aleja de las tentaciones.<br />
VIERNES - SANTA BENEDICTA DE LA CRUZ<br />
Laudes: Sal 50; Cant. Ha 3, 24.13.15-19; Sal 147<br />
Sal 112; Sal 116; Cant. Ap 19, 1-7<br />
26<br />
09 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Amó a tus padres y después<br />
eligió a su descendencia<br />
Lectura del libro<br />
del Deuteronomio 4, 32-40<br />
Moisés habló al pueblo, diciendo:<br />
—«Pregunta, pregunta a los tiempos<br />
antiguos, que te han precedido, desde<br />
el día en que Dios creó al hombre<br />
sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde<br />
un extremo al otro del cielo, palabra<br />
tan grande como esta?; ¿se oyó cosa<br />
semejante?; ¿hay algún pueblo que<br />
haya oído, como tú has oído, la voz del<br />
Dios vivo, hablando desde el fuego, y<br />
haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó<br />
jamás venir a buscarse una nación<br />
entre las otras por medio de pruebas,<br />
signos, prodigios y guerra, con mano<br />
fuerte y brazo poderoso, por grandes<br />
terrores, como todo lo que el Señor, su<br />
Dios, hizo con ustedes en Egipto, ante<br />
sus ojos? Te lo han hecho ver para que<br />
reconozcas que el Señor es Dios, y no<br />
hay otro fuera de Él. Desde el cielo<br />
hizo resonar su voz para enseñarte, en<br />
la tierra te mostró aquel gran fuego, y<br />
oíste sus palabras que salían del fuego.<br />
Porque amó a tus padres y después<br />
eligió a su descendencia, Él en persona<br />
te sacó de Egipto con gran fuerza,<br />
para desposeer ante ti a pueblos más
grandes y fuertes que tú, para traerte<br />
y darte sus tierras en heredad, cosa que<br />
hoy es un hecho. Reconoce, pues, hoy<br />
y medita en tu corazón, que el Señor<br />
es el único Dios, allá arriba en el cielo,<br />
y aquí abajo en la tierra; no hay otro.<br />
Guarda los preceptos y mandamientos<br />
que yo te prescribo hoy, para que seas<br />
feliz, tú y tus hijos después de ti, y<br />
prolongues tus días en el suelo que el<br />
Señor, tu Dios, te da para siempre.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
76, 12-16.21<br />
R. Recuerdo las proezas<br />
del Señor.<br />
Recuerdo las proezas del Señor; sí,<br />
recuerdo tus antiguos portentos, medito<br />
todas tus obras y considero tus<br />
hazañas. R<br />
Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué<br />
dios es grande como nuestro Dios? Tú,<br />
oh Dios, haciendo maravillas, mostraste<br />
tu poder a los pueblos. R<br />
Con tu brazo rescataste a tu pueblo, a<br />
los hijos de Jacob y de José. Guiabas<br />
a tu pueblo, como a un rebaño, por la<br />
mano de Moisés y de Aarón. R<br />
EVANGELIO<br />
¿Qué podrá dar un hombre<br />
para recobrar su vida?<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 16, 24-28<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
—«El que quiera venir conmigo, que<br />
se niegue a sí mismo, que cargue con<br />
su cruz y me siga. Si uno quiere salvar<br />
su vida, la perderá; pero el que la pierda<br />
por mí la encontrará. ¿De qué le sirve<br />
a un hombre ganar el mundo entero, si<br />
arruina su vida? ¿O qué podrá dar para<br />
recobrarla? Porque el Hijo del hombre<br />
vendrá entre sus ángeles, con la gloria<br />
de su Padre, y entonces pagará a cada<br />
27<br />
uno según su conducta. Les aseguro<br />
que algunos de los aquí presentes no<br />
morirán sin antes haber visto llegar al<br />
Hijo del hombre con majestad.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Ignacio de Loyola y Francisco Javier<br />
eran amigos. Con ese pasaje del<br />
Evangelio de hoy, Ignacio le recordaba<br />
permanentemente a Javier la vanidad<br />
de las grandezas y de las ventajas de<br />
este mundo, así como su inutilidad<br />
para la vida eterna, buscando encauzarle<br />
en una sola pasión: amar y hacer<br />
amar a Jesucristo. “Javier, ¿de qué<br />
le servirá al hombre ganar el mundo<br />
entero, si pierde su alma?» (Mt 16, 26),<br />
le decía Ignacio. “Piénsalo bien, pues<br />
el mundo es un maestro que promete<br />
pero que no cumple su palabra. Y aunque<br />
cumpliera sus promesas contigo,<br />
nunca podrá contentar tu corazón.<br />
Y aun suponiendo que lo contente,<br />
¿cuánto tiempo durará tu felicidad? En<br />
cualquier caso, ¿podrá durar más que<br />
tu vida? Y en la muerte, ¿qué te llevarás<br />
a la eternidad? ¿De qué le servirá<br />
al hombre ganar el mundo entero, si<br />
pierde su alma?”.<br />
Poco a poco, la pregunta penetró en el<br />
corazón de Francisco Javier, grabándose<br />
en él profundamente y dando<br />
inicio a una vida impresionante no<br />
solo dentro de la Iglesia, si no también<br />
fuera de ella.<br />
¿A dónde nos conducirá a nosotros<br />
meditar el Evangelio de hoy? ¿A la<br />
santidad de Javier? ¿A dónde nos llevará<br />
nuestra amistad con otros? ¿a un<br />
mayor conocimiento y amor de Jesús?<br />
A la hora de la muerte tendrá sentido<br />
ver en qué hemos gastado nuestra<br />
vida, todo lo que hemos dado para<br />
ganar al mundo entero, las relaciones<br />
que habremos quebrado; las personas<br />
a las que maltratamos o engañamos<br />
VIERNES 09
para tener poder, honor y riquezas en<br />
este mundo. También tendrá sentido<br />
ver a dónde nuestra amistad ha conducido<br />
a otros, si los ha hecho más<br />
compasivos con los débiles, más<br />
cercanos a los pobres, más paciente<br />
con los niños, más solidarios con las<br />
mujeres.<br />
Es posible que en este momento estés<br />
tomando decisiones. Casarte con una<br />
persona o divorciarte de ella; utilizar<br />
dinero de tus ahorros en ayudar a<br />
alguien a continuar con sus estudios<br />
o seguir guardándolos para tu jubilación;<br />
descansar más horas o hacerte<br />
voluntario en una obra de bien social,<br />
tener una conversación con alguien<br />
de quien te has distanciado o criticarle<br />
duramente con un amigo. Piensa en<br />
el Evangelio de hoy. Eso que estás<br />
por decidir, eso que estás haciendo,<br />
¿te sirve para ganar al mundo o por<br />
el contrario, te conducirá a demostrar<br />
un mayor amor por Jesús y por las<br />
personas?<br />
10 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Al que da de buena<br />
gana lo ama Dios<br />
Lectura de la segunda carta<br />
del apóstol san Pablo a<br />
los Corintios 9, 6-10<br />
Hermanos:<br />
El que siembra tacañamente, tacañamente<br />
cosechará; el que siembra generosamente,<br />
generosamente cosechará.<br />
Cada uno dé como haya decidido su<br />
conciencia: no a disgusto ni por compromiso;<br />
porque al que da de buena<br />
gana lo ama Dios. Tiene Dios poder<br />
para colmarlos de toda clase de favores,<br />
de modo que, teniendo siempre lo<br />
28<br />
ORACIÓN<br />
Oh, san Francisco Javier, predicador<br />
incansable y prodigioso misionero que<br />
al servicio de Dios Padre, recorriste<br />
el mundo entero; por la gloria que te<br />
concedió después de la muerte. Le<br />
doy gracias a Dios, y te pido con todo<br />
el afecto de mi corazón, que mediante<br />
tu poderosa intercesión puedas concederme,<br />
sobre todas las cosas, la<br />
gracia de vivir una vida de santidad y<br />
una muerte santa. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Examinar mis decisiones y acciones,<br />
y procurar encausarlas a la luz del<br />
Evangelio.<br />
SÁBADO - SAN LORENZO, DIÁCONO Y MÁRTIR<br />
Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />
Sal 112; Sal 115; Cant. Flp 2, 6-11<br />
suficiente, les sobre para obras buenas.<br />
Como dice la Escritura: «Reparte<br />
limosna a los pobres, su justicia es<br />
constante, sin falta.» El que proporciona<br />
semilla para sembrar y pan para<br />
comer les proporcionará y aumentará<br />
la semilla, y multiplicará la cosecha de<br />
su justicia.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
111, 1-2.5-9<br />
R. Dichoso el que<br />
se apiada y presta.<br />
Dichoso quien teme al Señor y ama de<br />
corazón sus mandatos. Su linaje será
poderoso en la tierra, la descendencia<br />
del justo será bendita. R<br />
Dichoso el que se apiada y presta, y<br />
administra rectamente sus asuntos. El<br />
justo jamás vacilará, su recuerdo será<br />
perpetuo. R<br />
No temerá las malas noticias, su corazón<br />
está firme en el Señor. Su corazón<br />
está seguro, sin temor, hasta que vea<br />
derrotados a sus enemigos. R<br />
Reparte limosna a los pobres; su caridad<br />
es constante, sin falta, y alzará la<br />
frente con dignidad R<br />
EVANGELIO<br />
A quien me sirva,<br />
el Padre lo premiará<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Juan 12, 24-26<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
—«Les aseguro que si el grano de trigo<br />
no cae en tierra y muere, queda infecundo;<br />
pero si muere, da mucho fruto.<br />
El que se ama a sí mismo se pierde, y<br />
el que se aborrece a sí mismo en este<br />
mundo se guardará para la vida eterna.<br />
El que quiera servirme, que me siga, y<br />
donde esté yo, allí también estará mi<br />
servidor; a quien me sirva, el Padre lo<br />
premiará.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
¿Saben ustedes qué significa la palabra<br />
“mártir”? Esta palabra proviene<br />
del griego y quiere decir “testigo”. Al<br />
comienzo de la Iglesia, cuando los<br />
apóstoles reciben el Espíritu Santo,<br />
Jesús les asegura que con su fuerza<br />
(…) “ustedes serán mis testigos (mis<br />
mártires) en Jerusalén, en toda Judea<br />
y Samaria, y hasta los confines de la<br />
tierra” (Hechos 1, 8). La Iglesia nos invita<br />
hoy a recordar la fe de un mártir, un<br />
testigo de Jesús que no se atemorizó<br />
cuando le exigieron la vida a cambio.<br />
29<br />
Hoy hacemos fiesta y nos alegramos<br />
por la santidad de Lorenzo, que era<br />
uno de los siete diáconos que servían<br />
a la comunidad cristiana en la ciudad<br />
de Roma. Murió en el año 258 en la<br />
persecución del emperador Valeriano<br />
contra los cristianos de aquella comunidad.<br />
De ahí que el texto del Evangelio<br />
que hemos leído este sábado nos<br />
sugiera la idea de morir para dar fruto.<br />
Jesús toma el ejemplo del grano de<br />
trigo con el que quiere enseñarnos<br />
que, así como una semilla debe morir<br />
en la tierra para producir mucho fruto,<br />
del mismo modo, nosotros debemos<br />
dar muerte al egoísmo que nos impide<br />
hacer de nuestra vida una vida de<br />
servicio. ¿Cuál es la diferencia entre un<br />
grano de maíz guardado en una bolsita<br />
y el que cae en la tierra? El que cae<br />
en la tierra va a sufrir un proceso de<br />
muerte que le llevará a transformarse<br />
en comida, alimento para los que lo<br />
sembraron. Mientras que el grano<br />
que se quedó en la bolsita nunca será<br />
útil para otros. Quedará infecundo<br />
porque se guardó para sí. ¡Qué triste<br />
es ver a personas que se creen que<br />
nunca van a morir! Debemos caer en<br />
el surco y rompernos para que salga<br />
una vida nueva y multiplicar nuestras<br />
capacidades.<br />
Hoy aprendemos varias lecciones con<br />
esta sencilla comparación que Jesús<br />
hace. Morir (como el grano de trigo<br />
en la tierra) es un acto de renuncia a<br />
la pretensión de estar arriba siempre,<br />
de ganar, de triunfar, de tener fama,<br />
prestigio, poder o riqueza. Para ser<br />
fecundo, según el modelo de Jesús,<br />
lo que debemos trabajar es el servicio,<br />
el entregarse de buena gana, el ser<br />
voluntario, el compadecerse de los<br />
débiles y desdichados. Morir es muy<br />
duro, porque ya no eres tú mismo, ya<br />
perteneces al que te puso en la tierra<br />
para fructificar. Hay muchas maneras<br />
SÁBADO 10
de servir. Quedarnos en el frasco que<br />
guarda las semillas y no salir a la tierra<br />
es signo de una vida cerrada, vacía,<br />
negada al amor. El tacaño no sabe<br />
lo que es vivir a plenitud porque es<br />
incapaz de aborrecerse a sí mismo.<br />
Se quedó infecundo por su egoísmo.<br />
Nuestro amigo Lorenzo, el santo de la<br />
parrilla (según la historia de los mártires<br />
de Roma murió asado sobre unos<br />
hierros ardientes), fue valiente para dar<br />
testimonio de Jesús. Que Él nos anime<br />
a todos a ser servidores generosos y<br />
compasivos con los que necesiten de<br />
nuestra mano. Que seamos fecundos<br />
porque aceptamos morir al egoísmo<br />
y renunciamos a amarnos a nosotros<br />
mismos.<br />
ORACIÓN<br />
Señor, dame una fe viva, que se manifieste<br />
en cada uno mis actos, por más<br />
insignificantes y pequeños que estos<br />
puedan parecer. Que sepa acoger tu<br />
invitación a realizar actos que resuenen<br />
en la eternidad. Que pueda amarte<br />
y servirte siempre. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Identificar a qué debo renunciar y<br />
cómo servir a alguien en una determinada<br />
necesidad.<br />
11<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Con una misma acción<br />
castigabas a los enemigos y<br />
nos honrabas, llamándonos a ti<br />
Lectura del libro<br />
de la Sabiduría 18, 6-9<br />
La noche de la liberación se les anunció<br />
de antemano a nuestros padres, para<br />
que tuvieran ánimo, al conocer con<br />
certeza la promesa de que se fiaban. Tu<br />
pueblo esperaba ya la salvación de los<br />
inocentes y la perdición de los culpables,<br />
pues con una misma acción castigabas<br />
a los enemigos y nos honrabas,<br />
llamándonos a ti. Los hijos piadosos de<br />
un pueblo justo ofrecían sacrificios a<br />
escondidas y, de común acuerdo, se imponían<br />
esta ley sagrada: que todos los<br />
santos serían solidarios en los peligros<br />
y en los bienes; y empezaron a entonar<br />
XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
SEMANA III DEL SALTERIO<br />
Laudes: Sal 92; Cant. Dn 3, 57.88-56; Sal 148<br />
Vísperas: Sal 109; Sal 110; Cant. Ap 19, 1-7<br />
30<br />
los himnos tradicionales.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
32, 1.12.18- 20.22<br />
R. Dichoso el pueblo que el Señor<br />
se escogió como heredad.<br />
Aclamen, justos, al Señor, que merece<br />
la alabanza de los buenos. Dichosa la<br />
nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo<br />
que Él se escogió como heredad. R<br />
Los ojos del Señor están puestos en<br />
sus fieles, en los que esperan en su<br />
misericordia, para librar sus vidas de<br />
la muerte y reanimarlos en tiempo de<br />
hambre. R<br />
Nosotros aguardamos al Señor: Él es<br />
nuestro auxilio y escudo; que tu misericordia,<br />
Señor, venga sobre nosotros,<br />
como lo esperamos de ti. R
SEGUNDA LECTURA<br />
Esperaba la ciudad cuyo<br />
arquitecto y constructor<br />
iba a ser Dios<br />
Lectura de la carta a<br />
los Hebreos 11, 1-2. 8-19<br />
Hermanos:<br />
La fe es seguridad de lo que se espera, y<br />
prueba de lo que no se ve. Por su fe, son<br />
recordados los antiguos. Por fe, obedeció<br />
Abraham a la llamada y salió hacia<br />
la tierra que iba a recibir en heredad.<br />
Salió sin saber adónde iba. Por fe, vivió<br />
como extranjero en la tierra prometida,<br />
habitando en tiendas —y lo mismo<br />
Isaac y Jacob, herederos de la misma<br />
promesa—, mientras esperaba la ciudad<br />
de sólidos cimientos cuyo arquitecto y<br />
constructor iba a ser Dios. Por fe, también<br />
Sara, cuando ya le había pasado<br />
la edad, obtuvo fuerza para fundar un<br />
linaje, porque juzgó digno de fe al que<br />
se lo prometía. Y así, de uno solo y, en<br />
este aspecto, ya extinguido, nacieron<br />
hijos numerosos como las estrellas del<br />
cielo y como la arena incontable de las<br />
playas. Con fe murieron todos estos,<br />
sin haber recibido lo prometido; pero<br />
viéndolo y saludándolo de lejos, confesando<br />
que eran huéspedes y peregrinos<br />
en la tierra. Es claro que los que así<br />
hablan están buscando una patria; pues,<br />
si añoraban la patria de donde habían<br />
salido, estaban a tiempo para volver.<br />
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la<br />
del cielo. Por eso Dios no tiene reparo<br />
en llamarse su Dios: porque les tenía<br />
preparada una ciudad. Por fe, Abraham,<br />
puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era su<br />
hijo único lo que ofrecía, el destinatario<br />
de la promesa, del cual le había dicho<br />
Dios: «Isaac continuará tu descendencia».<br />
Pero Abraham pensó que Dios<br />
tiene poder hasta para hacer resucitar<br />
muertos. Y así, recobró a Isaac como<br />
figura del futuro.<br />
Palabra de Dios.<br />
31<br />
EVANGELIO<br />
Estén preparados<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Lucas 12, 32-48<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
—«No temas, pequeño rebaño, porque<br />
su Padre ha tenido a bien darles el Reino.<br />
Vendan sus bienes y den limosna;<br />
hagan talegas que no se echen a perder,<br />
y un tesoro inagotable en el cielo, a<br />
donde no se acercan los ladrones ni roe<br />
la polilla. Porque donde está su tesoro<br />
allí estará también su corazón.<br />
Tengan ceñida la cintura y encendidas<br />
las lámparas. Ustedes estén como los<br />
que aguardan a que su señor vuelva de<br />
la boda, para abrirle apenas venga y<br />
llame. Dichosos los criados a quienes<br />
el señor, al llegar, los encuentre en<br />
vela; les aseguro que se ceñirá, los hará<br />
sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si<br />
llega entrada la noche o de madrugada<br />
y los encuentra así, dichosos ellos.<br />
Comprendan que si supiera el dueño<br />
de casa a qué hora viene el ladrón, no<br />
le dejaría abrir un boquete. Lo mismo<br />
ustedes, estén preparados, porque a la<br />
hora que menos piensen viene el Hijo<br />
del hombre». Pedro le preguntó:<br />
—«Señor, ¿has dicho esa parábola por<br />
nosotros o por todos?». El Señor le<br />
respondió:<br />
—«¿Quién es el administrador fiel y<br />
solícito a quien el amo ha puesto al<br />
frente de su servidumbre para que les<br />
reparta la ración a sus horas? Dichoso<br />
el criado a quien su amo, al llegar, lo<br />
encuentre portándose así. Les aseguro<br />
que lo pondrá al frente de todos sus<br />
bienes.<br />
Pero si el empleado piensa: “Mi amo<br />
tarda en llegar”, y empieza a pegarles<br />
a los mozos y a las muchachas, a comer<br />
y beber y emborracharse, llegará<br />
el amo de ese criado el día y a la hora<br />
que menos lo espera y lo despedirá,<br />
DOMINGO 11
condenándolo a la pena de los que no<br />
son fieles.<br />
El criado que sabe lo que su amo quiere<br />
y no está dispuesto a ponerlo por obra<br />
recibirá muchos azotes; el que no lo<br />
sabe, pero hace algo digno de castigo,<br />
recibirá pocos. Al que mucho se le dio,<br />
mucho se le exigirá; al que mucho se le<br />
confió, más se le exigirá».<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
El contenido principal del mensaje<br />
litúrgico de hoy se puede resumir así:<br />
“En confiada y vigilante espera”. Esta<br />
es la actitud de Abraham y Sara, y de<br />
todos aquellos que murieron en espera<br />
de la promesa hecha por Dios. Esta es<br />
la actitud de los descendientes de los<br />
patriarcas, esperando con confianza,<br />
en medio de duros trabajos, la noche<br />
de la liberación. Esta es la actitud del<br />
cristiano en este mundo, entregado<br />
a sus quehaceres diarios, esperando<br />
con corazón vigilante la llegada de su<br />
Señor.<br />
Dios es un Dios fiel y sus promesas se<br />
cumplen, pero, en cuanto promesas,<br />
no se ven en el inmediato presente,<br />
sino que se esperan para el futuro.<br />
Podemos, pues, decir que la historia<br />
de la salvación es la historia de las<br />
esperanzas y de la espera de los judíos<br />
y de los cristianos. Prototipo de<br />
esperanza es Abraham, como resalta<br />
la Carta a los Hebreos. Primero vive<br />
en la esperanza y espera de un hijo,<br />
y Dios le cumple dándole a Isaac, a<br />
pesar de la edad avanzada y de la esterilidad<br />
de Sara, su mujer. Luego, en<br />
la espera y esperanza de una tierra y<br />
de una descendencia numerosa. Dios<br />
cumplirá, pero no durante la existencia<br />
terrena de Abraham. De este modo,<br />
en Abraham se inaugura la cadena de<br />
las esperanzas y de la espera de los<br />
patriarcas y del pueblo de Israel.<br />
32<br />
En la Carta a los Hebreos se presenta<br />
a los patriarcas y a las grandes figuras<br />
del pueblo de Israel buscando una patria.<br />
El autor de la carta interpreta esta<br />
búsqueda no en sentido histórico, sino<br />
metahistórico: “Aspiran a una patria<br />
mejor, es decir, a la patria celeste”.<br />
El cristiano no es un utópico, un soñador<br />
desconectado del presente con<br />
su realidad contante y sonante. El cristianismo<br />
vive el realismo del presente,<br />
con las pequeñas tareas de cada día,<br />
con los pequeños o grandes proyectos,<br />
con las luchas por la vida y la<br />
supervivencia de tantos hombres, con<br />
la crónica negra de los periódicos o de<br />
la televisión, con las pequeñas sorpresas<br />
que de vez en cuando llaman a la<br />
puerta. En realidad, la vida se vive en<br />
presente o no se vive. El presente es lo<br />
único a nuestra disposición, porque el<br />
pasado ya se esfumó y el futuro carece<br />
todavía de consistencia propia. El presente<br />
es la tierra que piso, la familia en<br />
la que vivo, la novia que amo, la madre<br />
enferma, el hijo travieso, la oficina en<br />
la que trabajo, la parroquia por la que<br />
paso a diario, el análisis de sangre o el<br />
coche nuevo que acabo de comprar.<br />
La imprevisibilidad del futuro reclama<br />
vigilancia. La persona prudente, sensata,<br />
no considera la actitud vigilante<br />
algo simplemente posible, una entre<br />
otras muchas opciones. La vigilancia<br />
es la mejor opción. Vigilar para que<br />
el futuro no nos coja desprevenidos.<br />
Vigilar para ser capaces de dominar<br />
los acontecimientos, en lugar de ser<br />
dominados por ellos. Vigilar para no<br />
perder jamás la paz, ni siquiera ante<br />
el desencadenamiento más tremendo<br />
de pruebas y experiencias adversas.<br />
ORACIÓN<br />
Señor Dios que pueda vigilar para<br />
descubrirte en las páginas de la historia;<br />
vigilar para saber descubrir la
acción del Espíritu en mi interior; vigilar<br />
para ser una persona alegre, abierta y<br />
disponible; vigilar para mantener íntegras<br />
la fe, la esperanza y la caridad;<br />
que pueda entender que la vigilancia<br />
no es un opcional, es una necesidad<br />
vital. Amén.<br />
12 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Circunciden su corazón.<br />
Amen al forastero, porque<br />
forasteros fueron<br />
Lectura del libro del<br />
Deuteronomio 10, 12-22<br />
Moisés habló al pueblo, diciendo:<br />
—«Ahora, Israel, ¿qué es lo que te<br />
exige el Señor, tu Dios? Que temas al<br />
Señor, tu Dios, que sigas sus caminos<br />
y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios,<br />
con todo el corazón y con toda el alma,<br />
que guardes los preceptos del Señor, tu<br />
Dios, y los mandatos que yo te mando<br />
hoy, para tu bien. Cierto: del Señor son<br />
los cielos, hasta el último cielo, la tierra<br />
y todo cuanto la habita; con todo, solo<br />
de sus padres se enamoró el Señor, los<br />
amó, y de su descendencia los escogió<br />
a ustedes entre todos los pueblos, como<br />
sucede hoy. Circunciden sus corazones,<br />
no endurezcan sus cerviz; que el Señor,<br />
su Dios, es Dios de dioses y Señor de<br />
señores, Dios grande, fuerte y terrible;<br />
no es parcial ni acepta soborno, hace<br />
justicia al huérfano y a la viuda, ama<br />
al forastero, dándole pan y vestido.<br />
Amen al forastero, porque forasteros<br />
fueron en Egipto. Temerás al Señor, tu<br />
Dios, le servirás, te pegarás a Él, en su<br />
nombre jurarás. Él será tu alabanza, Él<br />
será tu Dios, pues Él hizo a tu favor las<br />
33<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Vivir la vigilancia como una actitud<br />
cotidiana.<br />
LUNES - SANTA JUANA FRANCISCA DE CHANTAL<br />
Laudes: Sal 83; Cant. Is 2, 2-5; Sal 95<br />
Sal 122; Sal 123; Cant. Ef 1, 3-10<br />
terribles hazañas que tus ojos han visto.<br />
Setenta eran tus padres cuando bajaron<br />
a Egipto, y ahora el Señor, tu Dios, te<br />
ha hecho numeroso como las estrellas<br />
del cielo.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
147, 12-15.19-20<br />
R. Glorifica al Señor, Jerusalén.<br />
Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba<br />
a tu Dios, Sión: que ha reforzado los<br />
cerrojos de tus puertas, y ha bendecido<br />
a tus hijos dentro de ti. R<br />
Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia<br />
con flor de harina. Él envía su mensaje<br />
a la tierra, y su palabra corre veloz. R<br />
Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos<br />
y mandatos a Israel; con ninguna<br />
nación obró así, ni les dio a conocer<br />
sus mandatos. R<br />
EVANGELIO<br />
Lo matarán, pero resucitará. Los<br />
hijos están exentos de impuestos<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 17, 22-27<br />
En aquel tiempo, mientras Jesús y los<br />
discípulos recorrían juntos Galilea, les<br />
dijo Jesús:<br />
—«Al Hijo del hombre lo van a entregar<br />
en manos de los hombres, lo<br />
LUNES 12
matarán, pero resucitará al tercer día.»<br />
Ellos se pusieron muy tristes. Cuando<br />
llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban<br />
el impuesto de las dos dracmas se<br />
acercaron a Pedro y le preguntaron:<br />
—«¿Su Maestro no paga las dos dracmas?»<br />
Contestó:<br />
—«Sí.» Cuando llegó a casa, Jesús se<br />
adelantó a preguntarle:<br />
—«¿Qué te parece. Simón? Los reyes<br />
del mundo, ¿a quién le cobran<br />
impuestos y tasas, a sus hijos o a los<br />
extraños?» Contestó:<br />
—«A los extraños.» Jesús le dijo:<br />
—«Entonces, los hijos están exentos.<br />
Sin embargo, para no escandalizarlo, ve<br />
al lago, echa el anzuelo, coge el primer<br />
pez que pique, ábrele la boca y encontrarás<br />
una moneda de plata. Cógela y<br />
págales por mí y por ti.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
“Muy querida alma: ¿Has leído que<br />
mis discípulos se llenaron de tristeza<br />
al escuchar de mi pasión y muerte?<br />
Es difícil sufrir, pero quizá lo sea más<br />
el ver sufrir a alguien que amas entrañablemente,<br />
¡y qué decir si se sufre<br />
sin ninguna culpa! El corazón llora<br />
sangre delante de una enfermedad<br />
incomprensible, delante de la muerte<br />
del inocente. Escucho ese grito<br />
que sube desde lo más profundo de<br />
tu corazón: “¿Por qué, Dios?, ¿por<br />
qué?”¿Sabes?, no soy de piedra. Tengo<br />
un corazón que también sufre… y<br />
sufre contigo…y sufre por ti. No soy<br />
indiferente a tu dolor. Sufro contigo,<br />
a tu lado. Muchas veces me sientas<br />
en el banquillo de los acusados y me<br />
preguntas iracundo el porqué del dolor<br />
y de la muerte… ¡como si yo jamás<br />
hubiera sufrido! Mira la cruz. Dime,<br />
¿todavía crees que no te entiendo? Yo,<br />
en carne propia, he experimentado la<br />
traición de los amigos, la injusticia e<br />
34<br />
ingratitud de los hombres, el dolor de<br />
los inocentes y hasta la muerte atroz.<br />
¿Qué más necesito hacer para que<br />
veas que no soy indiferente a tu dolor?<br />
Tú me preguntas porqué, y yo te digo:<br />
Porque te amo. Es cierto que es más<br />
difícil amar que ser indiferente; es peor<br />
sufrir que no sufrir; nos da más miedo<br />
morir que vivir; es más desagradable<br />
llorar que no llorar… pero también es<br />
cierto que es mucho más hermoso<br />
llorar y ser consolado que jamás haber<br />
llorado; es mejor morir y resucitar que<br />
nunca haber muerto; es más bello sufrir<br />
y ser consolado que jamás haber<br />
sufrido… es mil veces mejor amar y<br />
ser correspondido que nunca haber<br />
amado por miedo a ser rechazado.<br />
“Aquí me tienes. Quiero secar tus lágrimas,<br />
quiero resucitarte a una vida<br />
nueva, quiero sufrir a tu lado y consolarte…<br />
quiero amarte como nadie te<br />
puede amar. ¿Me lo permites?” (Por:<br />
H. Rubén Tornero, L.C.)<br />
ORACIÓN<br />
Señor Jesús, gracias por este momento<br />
de intimidad contigo. Me has<br />
llamado ahora para que pueda experimentar<br />
tu presencia viva y amorosa.<br />
Gracias, Jesús, por ser quien eres.<br />
Te suplico que me des la gracia de<br />
no endurecer mi corazón. Quiero escuchar<br />
tu voz. Deseo ardientemente<br />
experimentar en mi vida todo el cariño<br />
que me tienes. No te importa si soy<br />
digno o no. Me amas por lo que soy.<br />
Gracias, Jesús, y ayúdame a disponer<br />
mi corazón para que pueda escuchar<br />
lo que Tú quieres decirme en esta<br />
oración. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Colocarme delante de un crucifijo<br />
13 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Sé fuerte y valiente, Josué,<br />
porque tú has de introducir<br />
al pueblo en la tierra<br />
Lectura del libro<br />
del Deuteronomio 31, 1-8<br />
Moisés dijo estas palabras a los israelitas:<br />
—«He cumplido ya ciento veinte años,<br />
y me encuentro impedido; además,<br />
el Señor me ha dicho: “No pasarás<br />
ese Jordán”. El Señor, tu Dios, pasará<br />
delante de ti. Él destruirá delante de ti<br />
esos pueblos, para que te apoderes de<br />
ellos. Josué pasará delante de ti, como<br />
ha dicho el Señor. El Señor los tratará<br />
como a los reyes amorreos Sijón y Og, y<br />
como a sus tierras, que arrasó. Cuando<br />
el Señor se los entregue, harán con ellos<br />
lo que yo les he ordenado. ¡Sean fuertes<br />
y valientes, no teman, no se acobarden<br />
ante ellos!, que el Señor, tu Dios, avanza<br />
a tu lado, no te dejará ni te abandonará.»<br />
Después Moisés llamó a Josué, y le dijo<br />
en presencia de todo Israel:<br />
—«Sé fuerte y valiente, porque tú has<br />
de introducir a este pueblo en la tierra<br />
que el Señor, tu Dios, prometió dar a tus<br />
padres; y tú les repartirás la heredad.<br />
El Señor avanzará ante ti. Él estará<br />
contigo; no te dejará ni te abandonará.<br />
No temas ni te acobardes.»<br />
Palabra de Dios.<br />
35<br />
y darle gracias a Jesús por estar allí<br />
por mí.<br />
MARTES - SANTOS PONCIANO E HIPÓLITO<br />
Laudes: Sal 84; Cant. Is 26, 1-4.7-9.12; Sal 66<br />
Sal 124; Sal 130; Cant. Ap 4, 11.5, 9-10.12<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
Interleccional Dt 32, 3-4a.7-9.12<br />
R. La porción del Señor<br />
fue su pueblo.<br />
Voy a proclamar el nombre del Señor:<br />
den gloria a nuestro Dios. Él es la Roca,<br />
sus obras son perfectas. R<br />
Acuérdate de los días remotos, considera<br />
las edades pretéritas, pregunta a tu<br />
padre, y te lo contará, a tus ancianos, y<br />
te lo dirán. R<br />
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo<br />
su heredad y distribuía a los hijos<br />
de Adán, trazando las fronteras de las<br />
naciones, según el número de los hijos<br />
de Dios. R<br />
La porción del Señor fue su pueblo,<br />
Jacob fue el lote de su heredad. El<br />
Señor solo los condujo, no hubo dioses<br />
extraños con Él. R<br />
EVANGELIO<br />
Cuidado con despreciar<br />
a uno de estos pequeños<br />
Lectura del Santo<br />
Evangelio según san Mateo<br />
18, 1-5.10.12-14<br />
En aquel momento, se acercaron los<br />
discípulos a Jesús y le preguntaron:<br />
—«¿Quién es el más importante en el<br />
Reino de los Cielos?» Él llamó a un<br />
niño, lo puso en medio y dijo:<br />
—«Les aseguro que, si no vuelven<br />
a ser como niños, no entrarán en el<br />
Reino de los Cielos. Por tanto, el que<br />
se haga pequeño como este niño, ese<br />
es el más grande en el Reino de los<br />
Cielos. El que acoge a un niño como<br />
este en mi nombre me acoge a mí.<br />
Cuidado con despreciar a uno de<br />
estos pequeños, porque les digo que<br />
sus ángeles están viendo siempre en<br />
el cielo el rostro de mi Padre celestial.<br />
¿Qué les parece? Supongan que un<br />
MARTES 13
hombre tiene cien ovejas: si una se le<br />
pierde, ¿no deja las noventa y nueve<br />
en el monte y va en busca de la perdida?<br />
Y si la encuentra, les aseguro<br />
que se alegra más por ella que por<br />
las noventa y nueve que no se habían<br />
extraviado. Lo mismo su Padre del<br />
cielo: no quiere que se pierda ni uno<br />
de estos pequeños.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Nuestro Dios, es un Padre protector.<br />
En mi vida representa mi roca, mi<br />
sostén y mi pronto auxilio. En nuestro<br />
desarrollo espiritual, al igual que un<br />
niño que empieza a dar sus primeros<br />
pasos, podemos sentirnos temerosos<br />
de esta nueva etapa.<br />
Así mismo estamos cuando damos<br />
nuestros primeros pasos en la fe. Es<br />
una nueva experiencia para nosotros,<br />
estamos entusiasmados por alcanzar<br />
un paso firme, aunque en el transcurso<br />
del proceso estamos propensos a<br />
caer, tenemos la convicción de que<br />
estamos llamados a levantarnos y<br />
seguir. Las Escrituras nos hacen un<br />
llamado como hijos de Dios, a tener<br />
conciencia de que no estamos solos y<br />
de que tenemos un Padre fiel que nos<br />
motiva a ser valientes, a no desfallecer,<br />
14<br />
MIÉRCOLES - SAN MAXIMILIANO KOLBE<br />
Laudes: Sal 85; Cant. Is 33, 13-16; Sal 97<br />
Vísperas: Sal 125; Sal 126; Cant. Col 1, 3.12-20<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Murió Moisés, como había<br />
dicho el Señor, y ya no surgió<br />
otro profeta como él<br />
Lectura del libro<br />
del Deuteronomio 34, 1-12<br />
En aquellos días, Moisés subió de la estepa<br />
de Moab al monte Nebo, a la cima<br />
del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor<br />
36<br />
dejando todo tipo de temores atrás.<br />
Miremos más allá de las circunstancias<br />
que nos rodean. Sabiendo que<br />
somos fuertes, valientes y que nuestra<br />
roca es el Señor. Mantengamos un<br />
corazón humilde, un pensamiento<br />
positivo y la certeza de que tenemos<br />
el favor de Dios. Seamos como niños,<br />
en la presencia de Dios. Permitamosle<br />
a Él que tome nuestras manos y nos<br />
ayude a caminar en una vida nueva.<br />
Eliminemos esos pensamientos que<br />
hemos ido formando y nos alejan de<br />
la fe. Dejémonos sorprender por Dios<br />
y guiar por su verdad.<br />
ORACIÓN<br />
Dios, padre amoroso y bueno. Lléname<br />
hoy de tu gozo y paz. Gracias por<br />
caminar a mi lado. Ayúdame a confiar<br />
más en ti y a saber enfrentar cualquier<br />
situación. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Orar por una situación confiado en<br />
que Dios me guiará.<br />
le mostró toda la tierra: Galaad hasta<br />
Dan, el territorio de Neftalí, de Efraín<br />
y de Manasés, el de Judá hasta el mar<br />
occidental, el Negueb y la comarca del<br />
valle de Jericó, la ciudad de las palmeras,<br />
hasta Soar; y le dijo:<br />
—«Esta es la tierra que prometí a Abraham,<br />
a Isaac y a Jacob, diciéndoles:<br />
“Se la daré a tu descendencia”. Te la he
hecho ver con tus propios ojos, pero no<br />
entrarás en ella.»<br />
Y allí murió Moisés, siervo del Señor,<br />
en Moab, como había dicho el Señor. Lo<br />
enterraron en el valle de Moab, frente a<br />
Bet Fegor; y hasta el día de hoy nadie ha<br />
conocido el lugar de su tumba. Moisés<br />
murió a la edad de ciento veinte años;<br />
no había perdido vista ni había decaído<br />
su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés<br />
en la estepa de Moab treinta días, hasta<br />
que terminó el tiempo del duelo por<br />
Moisés. Josué, hijo de Nun, estaba lleno<br />
del espíritu de sabiduría, porque Moisés<br />
le había impuesto las manos; los israelitas<br />
le obedecieron e hicieron lo que el<br />
Señor había mandado a Moisés. Pero<br />
ya no surgió en Israel otro profeta como<br />
Moisés, con quien el Señor trataba cara<br />
a cara; ni semejante a él en los signos y<br />
prodigios que el Señor le envió a hacer<br />
en Egipto contra el Faraón, su corte y<br />
su país; ni en la mano poderosa, en los<br />
terribles portentos que obró Moisés en<br />
presencia de todo Israel.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
65, 1-3.5. 8.16-17<br />
R. Bendito sea Dios,<br />
que me ha devuelto la vida.<br />
Aclamen al Señor, tierra entera; toquen<br />
en honor de su nombre, canten himnos a<br />
su gloria. Digan a Dios: «¡Qué temibles<br />
son tus obras!» R<br />
Vengan a ver las obras de Dios, sus<br />
temibles proezas en favor de los hombres.<br />
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,<br />
hagan resonar sus alabanzas. R<br />
Fieles de Dios, vengan a escuchar, les<br />
contaré lo que ha hecho conmigo: a Él<br />
gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. R<br />
EVANGELIO<br />
Si te hace caso, has<br />
salvado a tu hermano<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
37<br />
según san Mateo 18, 15-20<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
—«Si tu hermano peca, repréndelo a<br />
solas entre los dos. Si te hace caso, has<br />
salvado a tu hermano. Si no te hace<br />
caso, llama a otro o a otros dos, para<br />
que todo el asunto quede confirmado<br />
por boca de dos o tres testigos. Si no les<br />
hace caso, díselo a la comunidad, y si<br />
no hace caso ni siquiera a la comunidad,<br />
considéralo como un gentil o un publicano.<br />
Les aseguro que todo lo que aten<br />
en la tierra quedará atado en el cielo, y<br />
todo lo que desaten en la tierra quedará<br />
desatado en el cielo. Les aseguro, además,<br />
que si dos de ustedes se ponen de<br />
acuerdo en la tierra para pedir algo, se<br />
lo dará mi Padre del cielo. Porque donde<br />
dos o tres están reunidos en mi nombre,<br />
allí estoy yo en medio de ellos.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Hoy recordamos a Maximiliano Kolbe,<br />
Santo que en el campo de exterminio<br />
de Oswiecim o Auschwitz, cerca de<br />
Cracovia, en Polonia, se ofreció a los<br />
verdugos para salvar a otro cautivo,<br />
considerando su ofrecimiento como<br />
un holocausto de caridad y un ejemplo<br />
de fidelidad para con Dios y los<br />
hombres. Su ejemplo nos habla de<br />
un hombre que con su vida y entrega<br />
refleja al mismo Jesús, pues como<br />
Él, es capaz de responder al dolor y<br />
la necesidad de otro, más allá de su<br />
propia situación y sufrimiento. Es en<br />
hechos como estos que necesitamos<br />
clamar como el salmista: “Vengan a<br />
ver las obras de Dios, sus temibles<br />
proezas en favor de los hombres.<br />
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,<br />
hagan resonar sus alabanzas”, porque<br />
solo la obra hermosa de Dios en<br />
nuestro corazón genera acciones tan<br />
misericordiosas.<br />
MIÉRCOLES 14
Ese mismo hacer de Dios en el corazón<br />
del hombre que evidenciamos con<br />
san Maximiliano Kolbe, es el mismo<br />
que necesitamos pedir constantemente<br />
que se haga realidad evidente y<br />
presente en nosotros. De esta manera<br />
se hará más fácil llevar una vida más<br />
acorde a lo que el Señor nos pide y<br />
esta se evidenciará de muchas maneras,<br />
como por ejemplo: al mostrar<br />
que sabemos corregirnos y ayudarnos<br />
a crecer como nos habla e invita el<br />
Evangelio.<br />
Si hay algo que siento nos cuesta<br />
entender a profundidad es la responsabilidad<br />
que tenemos en el cuidado<br />
del hermano. Y cuidado es, ser capaces<br />
de hablarle con tanta claridad<br />
y con amor, si lo vemos pecar. Sin<br />
embargo, por una extraña razón y<br />
más allá del tiempo y la profundidad<br />
de la relación que podamos tener o<br />
decir tener con el Señor, parece que<br />
el tema de alinear la corrección, con<br />
el amor genuino, el deseo de ayudar<br />
y cuidar a nuestros hermanos se nos<br />
imposibilita y parece, a veces, más una<br />
cacería que un acto de hermandad<br />
cristiana. ¿Qué nos está faltando para<br />
darle a nuestro prójimo las palabras, el<br />
acompañamiento que está requiriendo<br />
para motivarle a dejar atrás el pecado<br />
15 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Una mujer vestida de sol,<br />
la luna por pedestal<br />
Lectura del libro del Apocalipsis<br />
11, 19a; 12, 1.3-6a.10ab<br />
Se abrió en el cielo el santuario de Dios<br />
y en su santuario apareció el arca de su<br />
alianza. Después apareció una figura<br />
38<br />
y abrazar a Jesús? Pidamos a Dios<br />
que siga tocando nuestro corazón y<br />
transformándolo para que cada vez<br />
seamos más “un puente que conduce<br />
a su presencia” y no “muros que dejan<br />
fuera a los demás” sin brindarles<br />
ni siquiera la sincera oportunidad de<br />
cambiar.<br />
ORACIÓN<br />
Jesús, te presento mi corazón, mis<br />
ojos, mis labios y te pido en tu nombre<br />
santo que me des un toque transformador<br />
que me permita sentir como<br />
sientes, ver como ves, hablar como<br />
hablas y que al hacerlo pueda invitar a<br />
los demás a acercarse a ti, desde una<br />
corrección genuina, amorosa y sincera<br />
que los lleve a tu presencia. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Pasar un tiempo de calidad, cada día,<br />
en el Santísimo y dejándome amar por<br />
Dios, ser mejor testigo y reflejo de su<br />
amor y misericordia.<br />
JUEVES - ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA<br />
Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />
Sal 121; Sal 126; Cant. Ef 1, 3-10<br />
portentosa en el cielo: Una mujer vestida<br />
de sol, la luna por pedestal, coronada<br />
con doce estrellas. Apareció otra<br />
señal en el cielo: Un enorme dragón<br />
rojo, con siete cabezas y diez cuernos<br />
y siete diademas en las cabezas. Con<br />
la cola barrió del cielo un tercio de las<br />
estrellas, arrojándolas a la tierra. El
dragón estaba enfrente de la mujer que<br />
iba a dar a luz, dispuesto a tragarse el<br />
niño en cuanto naciera. Dio a luz un<br />
varón, destinado a gobernar con vara<br />
de hierro a los pueblos. Arrebataron<br />
al niño y lo llevaron junto al trono de<br />
Dios. La mujer huyó al desierto, donde<br />
tiene un lugar reservado por Dios. Se<br />
oyó una gran voz en el cielo:<br />
—«Ahora se estableció la salud y el<br />
poderío, y el reinado de nuestro Dios,<br />
y la potestad de su Cristo.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
44, 11.12ab.16<br />
R. De pie a tu derecha está la<br />
reina, enjoyada con oro de Ofir.<br />
Hijas de reyes salen a tu encuentro, de<br />
pie a tu derecha está la reina, enjoyada<br />
con oro de Ofír. R<br />
Escucha, hija, mira: inclina el oído,<br />
olvida tu pueblo y la casa paterna;<br />
prendado está el rey de tu belleza:<br />
póstrate ante él, que él es tu señor. R<br />
Las traen entre alegría y algazara, van<br />
entrando en el palacio real. R<br />
SEGUNDA LECTURA<br />
Primero Cristo, como primicia;<br />
después todos los que<br />
son de Cristo<br />
Lectura de la primera carta<br />
del apóstol san Pablo a<br />
los Corintios 15, 20-27a<br />
Hermanos:<br />
Cristo resucitó de entre los muertos:<br />
el primero de todos. Si por un hombre<br />
vino la muerte, por un hombre ha venido<br />
la resurrección. Si por Adán murieron<br />
todos, por Cristo todos volverán a<br />
la vida. Pero cada uno en su puesto: primero<br />
Cristo, como primicia; después,<br />
cuando Él vuelva, todos los que son<br />
de Cristo; después los últimos, cuando<br />
Cristo devuelva a Dios Padre su Reino,<br />
una vez aniquilado todo principado,<br />
39<br />
poder y fuerza. Cristo tiene que reinar<br />
hasta que Dios haga de sus enemigos<br />
estrado de sus pies. El último enemigo<br />
aniquilado será la muerte. Porque Dios<br />
ha sometido todo bajo sus pies.<br />
Palabra de Dios.<br />
EVANGELIO<br />
El Poderoso ha hecho<br />
obras grandes por mí;<br />
enaltece a los humildes<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Lucas 1, 39-56<br />
En aquellos días, María se puso en<br />
camino y fue aprisa a la montaña, a<br />
un pueblo de Judá; entró en casa de<br />
Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto<br />
Isabel oyó el saludo de María, saltó la<br />
criatura en su vientre. Se llenó Isabel<br />
del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:<br />
—«¡Bendita tú entre las mujeres, y<br />
bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién<br />
soy yo para que me visite la madre de<br />
mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a<br />
mis oídos, la criatura saltó de alegría en<br />
mi vientre. Dichosa tú, que has creído,<br />
porque lo que te ha dicho el Señor se<br />
cumplirá.» María dijo:<br />
—«Proclama mi alma la grandeza del<br />
Señor, se alegra mi espíritu en Dios,<br />
mi salvador; porque ha mirado la humillación<br />
de su esclava. ¡Desde ahora<br />
me felicitarán todas las generaciones,<br />
porque el Poderoso ha hecho obras<br />
grandes por mí: su nombre es santo,<br />
y su misericordia llega a sus fieles<br />
de generación en generación. Él hace<br />
proezas con su brazo: dispersa a los<br />
soberbios de corazón, derriba del trono<br />
a los poderosos y enaltece a los humildes,<br />
a los hambrientos los colma de<br />
bienes y a los ricos los despide vacíos.<br />
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose<br />
de la misericordia —como lo había<br />
prometido a nuestros padres— en<br />
favor de Abraham y su descendencia<br />
por siempre.»<br />
JUEVES 15
María se quedó con Isabel unos tres<br />
meses y después volvió a su casa.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Hoy, con alegría desbordante, celebramos<br />
a la Virgen María, la Madre de<br />
Jesús. María la creyente, la seguidora<br />
de su hijo, la profetisa, la fiel, la testigo,<br />
la madre, la discípula y la acogedora<br />
de la Palabra es asunta, dogma de<br />
nuestra Iglesia que celebra su glorificación<br />
y su subida al cielo en cuerpo y en<br />
alma. En la solemnidad de la Asunción<br />
miramos, según Benedicto XVI (Homilía,<br />
2010), la esperanza que ella nos<br />
abre, el futuro que nos ilumina y guía,<br />
y ella que “nos indica con claridad luminosa<br />
que estamos en camino hacia<br />
nuestra verdadera Casa, la comunión<br />
de alegría y paz con Dios.”<br />
Hoy nos encontramos frente al “Magníficat”<br />
donde la luz del Espíritu hace<br />
brillar la profunda fe y amor de nuestra<br />
madre. La felicidad vive en María porque<br />
Dios la ha mirado en su pequeñez,<br />
en su sencillez y se le ha revelado a<br />
ella por su fe y confianza desbordante.<br />
María proclama al Dios “Poderoso”<br />
cuya misericordia es eterna. Nunca<br />
proclamó su propia entrega, humildad<br />
ni grandeza como mujer ni como madre<br />
del salvador. Como madre supo<br />
introducirnos en el corazón misericordioso<br />
de su Hijo y supo modelarnos<br />
cómo vivir la ternura que implica el<br />
amor y la compasión. El Dios de María<br />
nunca oprime ni se pone del lado de<br />
los que, desde el poder, oprimen y explotan<br />
a los que menos tienen. El Dios<br />
de María “enaltece a los humildes”<br />
y da de comer a los hambrientos. El<br />
Dios de María nos pone del lado de<br />
los desposeídos, de los sufrientes, de<br />
los defraudados, de los perdidos, de<br />
los que consideramos los últimos: los<br />
pobres. Esa es su Buena Noticia: la de<br />
su Hijo, Jesús.<br />
Hoy, por fe, celebramos que ella ha<br />
sido coronoada y que disfruta de los<br />
bienes del cielo. Hoy se nos motiva a<br />
seguir el ejemplo de compasión del<br />
Hijo y vivir el amor desde el rostro visible<br />
de Dios encarnado en Jesús. Hoy<br />
la asunción de la madre es la que nos<br />
interpela para que vivamos movidos<br />
por el tierno y firme amor que acampa<br />
entre nosotros cuando dejamos que<br />
la fraternidad, el diálogo, el compartir<br />
y repartir, la justicia, la esperanza y la<br />
caridad hagan morada en nosotros.<br />
María, mujer sencilla del pueblo humilde<br />
y llena de gracia, anunciamos con<br />
alegría que vives en el Reino de los<br />
resucitados hoy y por siempre. ¡Amén!<br />
ORACIÓN<br />
Te agradecemos María, Madre del<br />
pueblo, por tu humildad, entrega y<br />
esperanza. Nos depositamos en ti<br />
Jesucristo para conocerte mejor a ti y<br />
a nuestra Madre. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Realizar una obra de amor con alguna<br />
persona necesitada que tenga a mi<br />
alrededor.<br />
40
16<br />
PRIMERA LECTURA<br />
no<br />
Tomé a su padre del otro<br />
lado del río; los saqué de Egipto;<br />
les di una tierra<br />
Lectura del libro de Josué 24, 1-13<br />
En aquellos días, Josué reunió a las<br />
tribus de Israel en Siquén. Convocó<br />
a los ancianos de Israel, a los cabezas<br />
de familia, jueces y alguaciles, y se<br />
presentaron ante el Señor. Josué habló<br />
al pueblo:<br />
—«Así dice el Señor, Dios de Israel:<br />
“Al otro lado del río Éufrates vivieron<br />
antaño sus padres, Teraj, padre de<br />
Abraham y de Najor, sirviendo a otros<br />
dioses. Tomé a Abraham, su padre, del<br />
otro lado del río, lo conduje por todo<br />
el país de Canaán y multipliqué su<br />
descendencia dándole a Isaac. A Isaac<br />
le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en<br />
propiedad la montaña de Seír, mientras<br />
que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.<br />
Envié a Moisés y Aarón para castigar<br />
a Egipto con los portentos que hice,<br />
y después los saqué de allí. Saqué de<br />
Egipto a sus padres; y llegaron al mar.<br />
Los egipcios persiguieron a sus padres<br />
con caballería y carros hasta el mar<br />
Rojo. Pero gritaron al Señor, y Él puso<br />
una nube oscura entre ustedes y los<br />
egipcios; después desplomó sobre ellos<br />
el mar, anegándolos. Sus ojos vieron<br />
lo que hice en Egipto. Después vivirán<br />
en el desierto muchos años. Los llevé<br />
al país de los amorreos, que vivían en<br />
Transjordania; los atacaron, y los entregué.<br />
Tomaron posesión de sus tierras, y<br />
yo los exterminé ante ustedes. Entonces<br />
Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó<br />
a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de<br />
Beor, para que los maldijera; pero yo<br />
VIERNES - SAN ESTEBAN DE HUNGRÍA<br />
Laudes: Sal 50; Cant. Jr 14, 17-21; Sal 99<br />
Vísperas: Sal 134 I; Sal 134 II; Cant. Ap 15, 3-4<br />
41<br />
quise oír a Balaán, que no tuvo más<br />
remedio que bendecirlos, y los libré de<br />
sus manos. Pasaste el Jordán y llegaste<br />
a Jericó. Los jefes de Jericó los atacaron:<br />
los amorreos, fereceos, cananeos,<br />
hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos;<br />
pero yo se los entregué; sembré el pánico<br />
ante ustedes, y expulsaron a los<br />
dos reyes amorreos, no con tu espada<br />
ni con tu arco. Y les di una tierra por la<br />
que no habían sudado, ciudades que no<br />
habían construido, y en las que ahora<br />
viven, viñedos y olivares que no habían<br />
plantado, y de los que ahora comen”.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
135, 1-3.16-18.21-22.24<br />
R. Den gracias al Señor<br />
porque es bueno.<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
Den gracias al Dios de los dioses: R<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
Den gracias al Señor de los señores. R<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
Guió por el desierto a su pueblo. R<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
Él hirió a reyes famosos. R<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
Dio muerte a reyes poderosos. R<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
Les dio su tierra en heredad. R<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
En heredad a Israel, su siervo. R<br />
Porque es eterna su misericordia.<br />
Y nos libró de nuestros opresores. R<br />
EVANGELIO<br />
Por lo tercos que son les permitió<br />
Moisés divorciarse de sus mujeres;<br />
pero, al principio, no era así<br />
VIERNES 16
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 19, 3-12<br />
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús<br />
unos fariseos y le preguntaron, para<br />
ponerlo a prueba:<br />
—«¿Es lícito a uno despedir a su mujer<br />
por cualquier motivo?» Él les respondió:<br />
—«¿No han leído que el Creador, en el<br />
principio, los creó hombre y mujer, y<br />
dijo: “Por eso abandonará el hombre a<br />
su padre y a su madre, y se unirá a su<br />
mujer, y serán los dos una sola carne”?<br />
De modo que ya no son dos, sino una<br />
sola carne. Pues lo que Dios ha unido,<br />
que no lo separe el hombre.» Ellos<br />
insistieron:<br />
—«¿Y por qué mandó Moisés darle acta<br />
de repudio y divorciarse?»<br />
Él les contestó:<br />
—«Por lo tercos que son les permitió<br />
Moisés divorciarse de sus mujeres;<br />
pero, al principio, no era así. Ahora les<br />
digo yo que, si uno se divorcia de su<br />
mujer —no hablo de impureza— y se<br />
casa con otra, comete adulterio.» Los<br />
discípulos le replicaron:<br />
—«Si esa es la situación del hombre<br />
con la mujer, no trae cuenta casarse.»<br />
Pero Él les dijo:<br />
—«No todos pueden con eso, solo los<br />
que han recibido ese don. Hay eunucos<br />
que salieron así del vientre de su madre,<br />
a otros los hicieron los hombres, y hay<br />
quienes se hacen eunucos por el Reino<br />
de los Cielos. El que pueda con esto,<br />
que lo haga.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
El Evangelio de hoy nos coloca frente<br />
a dos realidades humanas de nuestro<br />
tiempo: el matrimonio y el divorcio.<br />
Frente a ambas, Jesús se coloca y<br />
toma postura. Para entenderlo mejor,<br />
hay que ponerse en la realidad socio<br />
cultural en la que vivió Jesús y desde<br />
la cual se nos invita a orar y discernir.<br />
42<br />
La concepción del matrimonio en el<br />
mundo judío de Jesús es radicalmente<br />
distinta a la de hoy. En aquel tiempo, la<br />
relación entre esposo y esposa no era<br />
de igualdad. El matrimonio no respondía<br />
a una elección libre de las parejas,<br />
sino a intereses fundamentalmente<br />
económicos. En ese contexto, la mujer<br />
era una propiedad primero del padre,<br />
y luego del esposo que la adquiere.<br />
La posibilidad del divorcio era fundamentalmente<br />
un derecho del marido<br />
quien, basándose en Deuteronomio<br />
24, 1, podía separarse de la mujer por<br />
cualquier motivo. La mujer, en cambio,<br />
no podía tomar nunca la iniciativa de<br />
separarse. En el Evangelio de hoy,<br />
Jesús no acepta entrar en ese juego<br />
que terminará lastimando a la mujer,<br />
víctima de un matrimonio que no eligió<br />
o de un divorcio que la dejará desamparada.<br />
Jesús, rechazando agravar<br />
más la situación de las mujeres, se<br />
coloca en el escenario que más la<br />
protege, se coloca contra la injusticia<br />
que comporta el derecho matrimonial<br />
judío, e impulsa el amor radical entre<br />
las parejas como aplicación concreta<br />
del amor al prójimo.<br />
Esa es la perspectiva del Evangelio de<br />
hoy: la mirada misericordiosa y compasiva<br />
sobre las víctimas, buscando<br />
para ellas, el mayor bien, la mayor<br />
esperanza, el mejor futuro. A eso<br />
somos invitados como Iglesia, como<br />
comunidad; a saber, que donde hay<br />
un divorcio puede haber también, para<br />
las personas, curación, perdón y paz.<br />
Como comunidad de amigos en el<br />
Señor, somos invitados hoy a convertir<br />
la pérdida de esperanzas y el final de<br />
los sueños; en una nueva vida para las<br />
personas y las familias.<br />
Tenemos que pedir a Dios la gracia<br />
de tener la misma fuerza para defender<br />
la unidad e indisolubilidad del<br />
matrimonio, del hecho de que, para
la alegría de los hijos, todos seguirán<br />
formando parte de una misma familia,<br />
aunque se hayan separado. Tenemos<br />
que rezar, creer, luchar y esperar para<br />
que la palabra “divorcio”, que tantas<br />
veces significa muerte, pueda también<br />
significar resurrección para aquellos<br />
que lo han vivido.<br />
43<br />
el perdón por sus errores y sus faltas.<br />
Concede a todos los hijos la certeza<br />
de que sus padres podrán velar por<br />
su bienestar incluso si no están juntos.<br />
Te lo suplicamos por la intercesión de<br />
José y María. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
ORACIÓN<br />
Te pedimos, Señor, por nuestras familias,<br />
para que las mantengas unidas<br />
en el amor. Hoy queremos pedirte<br />
una bendición especial por todas las<br />
familias en las que ha habido un divorcio<br />
entre los esposos, para que Tú<br />
les hagas sentir tu cercanía, tu amor y<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Tener un gesto de apoyo o soporte<br />
con una persona que haya pasado por<br />
un proceso de divorcio.<br />
17<br />
SÁBADO - SAN JACINTO<br />
Laudes: Sal 118, 145-152; Cant. Sb 9, 1-6.9-11; Sal 116<br />
Vísperas: Sal 121; Sal 129; Cant. Flp 1, 6-11<br />
PRIMERA LECTURA<br />
vista grandes signos, nos protegió en el<br />
Escojan hoy a quién<br />
camino que recorrimos y entre todos<br />
quieren servir<br />
los pueblos por donde cruzamos. El<br />
Lectura del libro<br />
Señor expulsó ante nosotros a los pueblos<br />
de Josué 24, 14-29<br />
amorreos que habitaban el país.<br />
En aquellos días, Josué continuó hablando<br />
También nosotros serviremos al Señor:<br />
al pueblo:<br />
¡es nuestro Dios!» Josué dijo al pueblo:<br />
—«Pues bien, teman al Señor, sírvanle —«No podrán servir al Señor, porque<br />
con toda sinceridad; quiten de en medio es un Dios santo, un Dios celoso. No<br />
los dioses a los que sirvieron sus padres perdonará sus delitos ni sus pecados.<br />
al otro lado del río y en Egipto; y sirvan Si abandonan al Señor y sirven a dioses<br />
al Señor. Si no les parece bien servir extranjeros, se volverá contra ustedes<br />
al Señor, escojan hoy a quién quieren y, después de haberlos tratado bien, los<br />
servir: a los dioses que sirvieron sus maltratará y los aniquilará.» El pueblo<br />
padres al este del Éufrates o a los dioses respondió:<br />
de los amorreos en cuyo país habitan; —«¡No! Serviremos al Señor.» Josué<br />
yo y mi casa serviremos al Señor.» El insistió:<br />
pueblo respondió:<br />
—«Son testigos contra ustedes mismos<br />
—«¡Lejos de nosotros abandonar al de que han elegido servir al Señor.»<br />
Señor para servir a dioses extranjeros! Respondieron:<br />
El Señor es nuestro Dios; Él nos sacó —«¡Somos testigos!» Josué contestó:<br />
a nosotros y a nuestros padres de la —«Pues bien, quiten de en medio los<br />
esclavitud de Egipto; Él hizo a nuestra dioses extranjeros que conservan, y<br />
SÁBADO 17
pónganse de parte del Señor, Dios de<br />
Israel.» El pueblo respondió:<br />
—«Serviremos al Señor, nuestro Dios,<br />
y le obedeceremos.» Aquel día, Josué<br />
selló el pacto con el pueblo y les dio leyes<br />
y mandatos en Siquén. Escribió las<br />
cláusulas en el libro de la ley de Dios,<br />
cogió una gran piedra y la erigió allí,<br />
bajo la encina del santuario del Señor,<br />
y dijo a todo el pueblo:<br />
—«Miren esta piedra, que será testigo<br />
contra ustedes, porque ha oído todo lo<br />
que el Señor nos ha dicho. Será testigo<br />
contra ustedes, para que no puedan<br />
renegar de su Dios.»<br />
Luego despidió al pueblo, cada cual a su<br />
heredad. Algún tiempo después murió<br />
Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a<br />
la edad de ciento diez años.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
15, 1-2a.5.7-8.11<br />
R. Tú, Señor,<br />
eres el lote de mi heredad.<br />
Protégeme, Dios mío, que me refugio<br />
en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi<br />
bien.» El Señor es el lote de mi heredad<br />
y mi copa; mi suerte está en tu mano. R<br />
Bendeciré al Señor que me aconseja,<br />
hasta de noche me instruye internamente.<br />
Tengo siempre presente al Señor, con<br />
Él a mi derecha no vacilaré. R<br />
Me enseñarás el sendero de la vida, me<br />
saciarás de gozo en tu presencia, de<br />
alegría perpetua a tu derecha. R<br />
EVANGELIO<br />
No les impidan a los niños acercarse<br />
a mí; de los que son como<br />
ellos es el Reino de los Cielos<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 19, 13-15<br />
En aquel tiempo, le acercaron unos<br />
niños a Jesús para que les impusiera<br />
las manos y rezara por ellos, pero los<br />
discípulos los regañaban. Jesús dijo:<br />
44<br />
—«Déjenlos, no les impidan a los niños<br />
acercarse a mí; de los que son como<br />
ellos es el Reino de los Cielos.»<br />
Les impuso las manos y se marchó de<br />
allí.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Hace veinte siglos, Jesús, exactamente<br />
igual que uno de nosotros, se reunía<br />
con sus amigos y hablaba con ellos.<br />
Y lo hacía mirándoles a los ojos y a<br />
su corazón, preocupándose por cada<br />
uno de ellos. Ahora, lo que me hace<br />
reflexionar sobre eso es que ese Jesús<br />
(que era una persona muy normal, que<br />
sabía cómo hacer que la gente le escuchara<br />
y le siguiera), no hablaba solo<br />
a sus amigos de entonces, sino que<br />
por ser Dios, también sus Palabras van<br />
dirigidas a ti y a mí.<br />
En varias de esas conversaciones,<br />
Jesús mencionaba a los niños. Les<br />
nombra varias veces. “Ser como un<br />
niño”; “El que acoge a un niño como<br />
este en mi nombre, me acoge a mí…”.<br />
“De los que son como niños es el Reino<br />
de los Cielos…”. Es decir, Jesús<br />
nos invita a que seamos como ellos,<br />
como los niños. ¿Cómo se puede ser<br />
un niño sin serlo?<br />
Está claro que los niños se lo pasan<br />
‘divinamente’. No tienen preocupaciones,<br />
confían en que sus padres se<br />
encargan de lo difícil, son inocentes,<br />
aman de forma sincera. En cambio<br />
nosotros, los que dejamos atrás esa<br />
época dorada, vamos viendo cómo<br />
con la edad las cosas van pareciendo<br />
menos fáciles. Empiezas a ver que las<br />
heridas de la vida pasan factura y que<br />
el corazón se endurece.<br />
La inocencia se marcha por donde<br />
vino con el tiempo. Las personas te<br />
decepcionan, sufres, lloras, te vuelves<br />
a levantar; pierdes confianza, la<br />
vuelves a ganar. Lo cierto es que ese
ánimo de niño, esos ojos curiosos, esa<br />
alegría constante se esfuma y aparece<br />
la dureza, el estrés, el cansancio, la<br />
tensión, la tristeza, la desconfianza, la<br />
falta de autoestima... Y eso, sin darnos<br />
cuenta, nos aparta de la felicidad.<br />
Y todo puede empezar con la falta de<br />
esperanza en ese trabajo tan aburrido,<br />
la desconfianza por esa persona que<br />
te traicionó y que nunca imaginaste<br />
que te iba a traicionar o por el dolor<br />
que te produce haber perdido a esa<br />
persona, o el dolor de esa situación<br />
que por mucho que quieras no puedes<br />
controlar.<br />
Pues en medio de esa situación está<br />
Jesús. En un círculo con sus amigos,<br />
entre los que estás tú. Hablando, charlando,<br />
compartiendo, mirándote a los<br />
ojos. Y te dice que seas simplemente<br />
como un niño. ¿Pero cómo?<br />
Pienso que cuando los sacerdotes no<br />
saben qué decirte ante una situación<br />
te dicen que reces. Y tienen toda la<br />
razón. Hay que orar. Estamos seguros<br />
de que ese hombre que te habla a través<br />
del tiempo es Dios. Oremos para<br />
recuperar la alegría, para aprender a<br />
ponerle a Él y a la gente que queremos<br />
-o no- en primer lugar. Que el trabajo<br />
no domine toda nuestra vida. Que<br />
podamos descansar. Preocuparnos<br />
menos... (el mundo no va a dejar de<br />
girar, no se va a caer el país porque un<br />
18 Vísperas:<br />
45<br />
día trabajes menos). Confiar sin miedo<br />
a las heridas, sabiendo que se curan y<br />
que de ellas se aprende. Disfrutar de<br />
aquello que tenemos delante en cada<br />
momento. Ordenar nuestra vida, poner<br />
a Dios en su sitio: en el primer puesto.<br />
¿Cómo? Pues poniéndole donde está<br />
en realidad. Ahí donde poníamos<br />
a nuestros padres cuando éramos<br />
pequeños. Él es nuestro Padre y se<br />
ocupa de todo –como nuestros padres<br />
biológicos. Así que nosotros tenemos<br />
que dedicarnos a amarle amando a<br />
los demás. Esa es la clave. Escuchar<br />
sus Palabras, su enseñanza... y simplemente<br />
¡ser como niño!<br />
ORACIÓN<br />
Señor, concédeme la gracia de volverme<br />
como niño ante tus ojos, reconociéndote<br />
como Padre amoroso<br />
y siendo dócil a tu Palabra y tu santa<br />
voluntad en mi vida. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Pasar un momento a solas con Jesús,<br />
acercándome a Él como un niño y<br />
refugiarme en sus brazos.<br />
XX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
SEMANA IV DEL SALTERIO<br />
Laudes: Sal 117; Cant. Dn 3, 52-57; Sal 15<br />
Sal 109; Sal 111; Ap 19, 1-7<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Me engendraste hombre<br />
de pleitos para todo el país<br />
Lectura del libro de<br />
Jeremías 38, 4-6. 8-10<br />
En aquellos días, los príncipes dijeron<br />
al rey:<br />
—«Muera ese Jeremías, porque está<br />
desmoralizando a los soldados que<br />
quedan en la ciudad y a todo el pueblo,<br />
con semejantes discursos. Ese hombre<br />
no busca el bien del pueblo, sino su<br />
DOMINGO 18
desgracia». Respondió el rey Sedecías:<br />
—«Ahí lo tienen, en su poder: el rey<br />
no puede nada contra ustedes». Ellos<br />
cogieron a Jeremías y lo arrojaron en<br />
el aljibe de Malquías, príncipe real, en<br />
el patio de la guardia, descolgándolo<br />
con sogas. En el aljibe no había agua,<br />
sino lodo, y Jeremías se hundió en el<br />
lodo. Ebedmelek salió del palacio y<br />
habló al rey:<br />
—«Mi rey y señor, esos hombres han<br />
tratado inicuamente al profeta Jeremías,<br />
arrojándolo al aljibe, donde morirá<br />
de hambre, porque no queda pan<br />
en la ciudad». Entonces el rey ordenó<br />
a Ebedmelek, el cusita:<br />
—«Toma tres hombres a tu mando, y<br />
saca al profeta Jeremías del aljibe, antes<br />
de que muera».<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
39, 2-4.18<br />
R. Señor, date prisa<br />
en socorrerme.<br />
Yo esperaba con ansia al Señor; Él se<br />
inclinó y escuchó mi grito. R<br />
Me levantó de la fosa fatal, de la charca<br />
fangosa; afianzó mis pies sobre roca, y<br />
aseguró mis pasos. R<br />
Me puso en la boca un cántico nuevo,<br />
un himno a nuestro Dios. Muchos, al<br />
verlo, quedaron sobrecogidos y confiaron<br />
en el Señor. R<br />
Yo soy pobre y desgraciado, pero el<br />
Señor se cuida de mí; tú eres mi auxilio<br />
y mi liberación: Dios mío, no tardes. R<br />
SEGUNDA LECTURA<br />
Corramos en la carrera<br />
que nos toca, sin retirarnos<br />
Lectura de la carta a<br />
los Hebreos 12, 1-4<br />
Hermanos:<br />
Una nube ingente de testigos nos<br />
rodea: por tanto, quitémonos lo que<br />
nos estorba y el pecado que nos ata, y<br />
46<br />
corramos en la carrera que nos toca, sin<br />
retirarnos, fijos los ojos en el que inició<br />
y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando<br />
al gozo inmediato, soportó<br />
la cruz, despreciando la ignominia, y<br />
ahora está sentado a la derecha del trono<br />
de Dios. Recuerden al que soportó<br />
la oposición de los pecadores, y no se<br />
cansen ni pierdan el ánimo. Todavía<br />
no han llegado a la sangre en su pelea<br />
contra el pecado.<br />
Palabra de Dios.<br />
EVANGELIO<br />
No he venido a traer paz,<br />
sino división<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Lucas 12, 49-53<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
—«He venido a prender fuego en el<br />
mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!<br />
Tengo que pasar por un bautismo, ¡y<br />
qué angustia hasta que se cumpla!<br />
¿Piensan que he venido a traer al mundo<br />
paz? No, sino división. En adelante,<br />
una familia de cinco estará dividida:<br />
tres contra dos y dos contra tres; estarán<br />
divididos el padre contra el hijo y<br />
el hijo contra el padre, la madre contra<br />
la hija y la hija contra la madre, la suegra<br />
contra la nuera y la nuera contra la<br />
suegra».<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
El título de nuestra reflexión sobre la<br />
liturgia de hoy podría ser “el escándalo<br />
de la verdad”. La verdad que proclama<br />
el profeta Jeremías escandaliza a sus<br />
contemporáneos. Las Palabras de<br />
Jesús sobre el fuego del juicio, sobre<br />
el bautismo en la sangre de la cruz y<br />
sobre la espada que divide, también<br />
escandalizaron a sus oyentes, porque<br />
no respondían a sus expectativas.<br />
Jeremías era un hombre de naturale-
za tranquila. Amaba la belleza y tuvo<br />
que predicar, por vocación divina,<br />
destrucción y horrendas matanzas.<br />
Amaba la tranquilidad y la quietud, y<br />
estuvo metido hasta los tuétanos en<br />
los acontecimientos tan absurdos de<br />
Jerusalén y del reino de Judá. El Dios<br />
que lo había seducido le impulsaba a<br />
hablar cosas desagradables e inesperadas,<br />
a realizar acciones simbólicas<br />
que suscitaban indignación y adversidad.<br />
Sus palabras y sus acciones<br />
escandalizaron a los habitantes de<br />
Jerusalén y de Judá.<br />
Jesús también se dirigió a sus contemporáneos<br />
con palabras fuertes.<br />
Hablaba del fuego del juicio, capaz de<br />
quemar y destruir la situación presente<br />
para generar una nueva, pero los<br />
oyentes no estaban dispuestos a la<br />
radicalidad del cambio ni a la irrupción<br />
de la novedad. Jesús hablaba de bautismo<br />
en referencia a la sangre de la<br />
cruz, en la cual Él sería bautizado para<br />
lavar los pecados del mundo cargados<br />
sobre sí. ¡La cruz, escándalo para los<br />
judíos!, nos recordará Pablo en la Primera<br />
Carta a los Corintios. Jesús dijo<br />
claramente que no había venido a traer<br />
la paz sobre la tierra, sino la espada<br />
que divide a los hombres: con Cristo o<br />
contra Cristo, sin posibilidad de estado<br />
neutral. La verdad que Jesucristo les<br />
predicaba era un escándalo insoportable.<br />
Un escándalo que le costó a<br />
Jesucristo la condenación y la muerte<br />
ignominiosa en una cruz.<br />
A la comunidad a la que va dirigida la<br />
carta a los Hebreos podía resultarle<br />
“escandaloso” que Dios les permitiese<br />
pasar por un sin fin de sufrimientos;<br />
más aún, se les podía presentar con<br />
fuerza el “escándalo” del martirio, mediante<br />
el derramamiento de la propia<br />
sangre.<br />
No al escándalo inmoral, como por<br />
ejemplo el escandalizar a los niños con<br />
acciones malas o desproporcionadas<br />
a su capacidad de juicio. Propongo el<br />
escándalo de la verdad, y la verdad<br />
puede no gustar, puede ser más o<br />
menos oportuna, pero nunca podrá<br />
catalogarse de inmoral. Por ejemplo,<br />
la verdad de un único Salvador de la<br />
humanidad; la verdad de una única<br />
Iglesia; la verdad de un único Creador<br />
del universo y del hombre; la verdad de<br />
Dios unitrino; la verdad de un pueblo<br />
sacerdotal, sin distinción de sexos; la<br />
verdad del matrimonio, constituido<br />
únicamente por la unión estable de<br />
un hombre y una mujer; la verdad del<br />
destino universal de todos los bienes<br />
de la tierra, etc., etc. Estas verdades<br />
escandalizan a muchos oídos en nuestra<br />
sociedad.<br />
ORACIÓN<br />
Señor Dios que pueda entender que<br />
tener miedo a la verdad, en definitiva,<br />
es tener miedo a ser uno mismo,<br />
es tener miedo a ser coherente, es<br />
dejarse dominar por la ley absoluta<br />
de la mayoría, es perder la dignidad<br />
humana. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Reflexionar y actuar conforme a lo<br />
que haría Jesús en mis circunstancias.<br />
DOMINGO 18<br />
47
19 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
El Señor hacía surgir jueces,<br />
pero ni a los jueces hacían caso<br />
Lectura del libro de<br />
los Jueces 2, 11-19<br />
En aquellos días, los israelitas hicieron<br />
lo que el Señor reprueba, dieron culto a<br />
los ídolos; abandonaron al Señor, Dios<br />
de sus padres, que los había sacado de<br />
Egipto, y se fueron tras los otros dioses,<br />
dioses de las naciones vecinas, y los adoraron,<br />
irritando al Señor. Abandonaron<br />
al Señor y dieron culto a Baal y a Astarté.<br />
El Señor se encolerizó contra Israel:<br />
los entregó a bandas de saqueadores que<br />
los saqueaban, los vendió a los enemigos<br />
de alrededor, y los israelitas no podían<br />
resistirles. En todo lo que emprendían,<br />
la mano del Señor se les ponía en contra,<br />
exactamente como Él les había dicho y<br />
jurado, llegando así a una situación desesperada.<br />
Entonces el Señor hacía surgir<br />
jueces, que los libraban de las bandas de<br />
salteadores; pero ni a los jueces hacían<br />
caso, sino que se prostituían con otros<br />
dioses, dándoles culto, desviándose muy<br />
pronto de la senda por donde habían caminado<br />
sus padres, obedientes al Señor.<br />
No hacían como ellos. Cuando el Señor<br />
hacía surgir jueces, el Señor estaba con<br />
el juez; y, mientras vivía el juez, los<br />
salvaba de sus enemigos, porque le daba<br />
lástima oírlos gemir bajo la tiranía de<br />
sus opresores. Pero, en cuanto moría el<br />
juez, recaían y se portaban peor que sus<br />
padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles<br />
adoración; no se apartaban de sus<br />
maldades ni de su conducta obstinada.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
105, 34-37.39-40.43b.44<br />
LUNES - SAN JUAN EUDES<br />
Laudes: Sal 89; Cant. Is 42, 10-16; Sal 134<br />
Sal 135 I; Sal 135 II; Cant. Ef 1, 3-10<br />
48<br />
R. Acuérdate de mí, Señor,<br />
por amor a tu pueblo.<br />
No exterminaron a los pueblos que el<br />
Señor les había mandado; emparentaron<br />
con los gentiles, imitaron sus costumbres.<br />
R<br />
Adoraron sus ídolos y cayeron en sus<br />
lazos; inmolaron a los demonios sus<br />
hijos y sus hijas. R<br />
Se mancharon con sus acciones y se<br />
prostituyeron con sus maldades. La ira<br />
del Señor se encendió contra su pueblo,<br />
y aborreció su heredad. R<br />
Cuántas veces los libró; mas ellos,<br />
obstinados en su actitud, perecían por<br />
sus culpas; pero Él miró su angustia, y<br />
escuchó sus gritos. R<br />
EVANGELIO<br />
Si quieres llegar hasta el final,<br />
vende lo que tienes, así tendrás<br />
un tesoro en el cielo<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 19, 16-22<br />
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús<br />
y le preguntó:<br />
—«Maestro, ¿qué tengo que hacer de<br />
bueno para obtener la vida eterna?»<br />
Jesús le contestó:<br />
—«¿Por qué me preguntas qué es<br />
bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si<br />
quieres entrar en la vida, guarda los<br />
mandamientos.» Él le preguntó:<br />
—«¿Cuáles?» Jesús le contestó:<br />
—«No matarás, no cometerás adulterio,<br />
no robarás, no darás falso testimonio,<br />
honra a tu padre y a tu madre, y ama<br />
a tu prójimo como a ti mismo.» El muchacho<br />
le dijo:<br />
—«Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me<br />
falta?» Jesús le contestó:<br />
—«Si quieres llegar hasta el final,
vende lo que tienes, da el dinero a los<br />
pobres, así tendrás un tesoro en el cielo,<br />
y luego vente conmigo.»<br />
Al oír esto, el joven se fue triste, porque<br />
era rico.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Vivimos en una sociedad en la cual<br />
se promueve el individualismo por<br />
encima de la comunidad. El satisfacer<br />
nuestros deseos personales sin<br />
importar los derechos o necesidades<br />
de otros. Tan pronto como uno se<br />
sienta feliz, la felicidad del otro es secundaria.<br />
Es una sociedad de trueque:<br />
dame y entonces te doy; y aunque<br />
pareciera que se es generoso en ese<br />
dar, en realidad la medida de en que<br />
se da, está directamente relacionada<br />
con lo que se recibe. Más aún, dar<br />
dependerá mucho de si lo que recibo<br />
me gusta o no.<br />
Vivimos muy apegados a nuestro<br />
egoísmo, posesiones, puestos, profesiones<br />
e incluso ministerios. El<br />
Evangelio de hoy es una llamada a<br />
desapegarnos de todo, incluso de<br />
nosotros mismos y estar dispuestos a<br />
compartir a todo nivel lo que somos,<br />
lo que tenemos. En el plano matrimonial,<br />
por ejemplo, el Señor llama a los<br />
cónyugues a buscar el bien y la felicidad<br />
del otro mediante una donación<br />
total del ser. A los padres, sacrificar<br />
su tiempo (novelas, dominó, juego de<br />
pelota) e invertir esas horas en la escucha,<br />
diálogo y acompañamiento de<br />
sus hijos. En la comunidad, mirar las<br />
necesidades de los demás y salir a su<br />
encuentro compartiendo con ellos las<br />
mismas riquezas que nos da el Señor.<br />
Lo más fácil es decir “voy a orar por ti,<br />
confía todo va a salir bien”.<br />
Pero el Evangelio de hoy nos recuerda<br />
que el camino a la vida eterna es<br />
el del desprendimiento total, el de la<br />
49<br />
donación completa al ser querido, al<br />
hermano en necesidad. Es interesante<br />
el diálogo de Jesús con la persona<br />
que se le acercó; era un hombre muy<br />
religioso y cumplidor, pero que carecía<br />
de lo más importante: la caridad. El<br />
problema no era que fuese religioso<br />
y cumplidor; su carencia era la de no<br />
mirar a su alrededor y ver las necesidades<br />
de sus hermanos y compartir<br />
lo que tenía. Eso mismo nos puede<br />
pasar a nosotros: vivir la vida cristiana<br />
como si fuera un listín de cosas que<br />
debo hacer, que debo cumplir, pero<br />
que carecen de un compromiso y<br />
un servicio con el pobre, la viuda, el<br />
huérfano, el necesitado, el inmigrante,<br />
el anciano. En una ocasión el mismo<br />
Jesús dijo “de qué le sirve al hombre<br />
ganar el mundo, si pierde su vida”. De<br />
qué nos sirve tener tiempo, talento y<br />
tesoro si no lo ponemos al servicio de<br />
los demás.<br />
ORACIÓN<br />
Señor dame un corazón como el tuyo,<br />
capaz de mirar más allá de mis propias<br />
necesidades. Un corazón que ame y<br />
se entregue sin egoísmo o intereses<br />
personales. Dame Señor un corazón<br />
compasivo y misericordioso como el<br />
tuyo. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Levantar la mirada y poner atención<br />
en alguna persona necesitada (sea en<br />
mi casa, mi trabajo, mi comunidad o<br />
en la calle) procurando asistirle en su<br />
necesidad.<br />
LUNES 19
20 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Gedeón, salva a Israel.<br />
Yo te envío<br />
Lectura del libro de<br />
los Jueces 6, 11-24a<br />
En aquellos días, el ángel del Señor<br />
vino y se sentó bajo la encina de Ofrá,<br />
propiedad de Joás de Abiezer, mientras<br />
su hijo Gedeón estaba trillando a<br />
látigo en el lagar, para esconderse de<br />
los madianitas. El ángel del Señor se le<br />
apareció y le dijo:<br />
—«El Señor está contigo, valiente.»<br />
Gedeón respondió:<br />
—«Perdón, si el Señor está con nosotros,<br />
¿por qué nos ha venido encima<br />
todo esto? ¿Dónde han quedado<br />
aquellos prodigios que nos contaban<br />
nuestros padres: “De Egipto nos sacó<br />
el Señor”? La verdad es que ahora el<br />
Señor nos ha desamparado y nos ha<br />
entregado a los madianitas.» El Señor<br />
se volvió a él y le dijo:<br />
—«Vete, y con tus propias fuerzas<br />
salva a Israel de los madianitas. Yo te<br />
envío.» Gedeón replicó:<br />
—«Perdón, ¿cómo puedo yo librar a<br />
Israel? Precisamente mi familia es la<br />
menor de Manasés, y yo soy el más<br />
pequeño en la casa de mi padre.» El<br />
Señor contestó:<br />
—«Yo estaré contigo, y derrotarás a<br />
los madianitas como a un solo hombre.»<br />
Gedeón insistió:<br />
—«Si he alcanzado tu favor, dame<br />
una señal de que eres tú quien habla<br />
conmigo. No te vayas de aquí hasta<br />
que yo vuelva con una ofrenda y te la<br />
presente.» El Señor dijo:<br />
—«Aquí me quedaré hasta que vuelvas.»<br />
Gedeón marchó a preparar un cabrito<br />
MARTES - SAN BERNARDO<br />
Laudes: Sal 100; Cant. Dn 3, 27-29.34-41; Sal 143<br />
Sal 136; Sal 137; Cant. Ap 4, 11.5, 9-10.12<br />
50<br />
y unos panes ázimos con media fanega<br />
de harina; colocó luego la carne en la<br />
cesta y echó el caldo en el puchero; se<br />
lo llevó al Señor y se lo ofreció bajo la<br />
encina. El ángel del Señor le dijo:<br />
—«Coge la carne y los panes ázimos,<br />
colócalos sobre esta roca y derrama<br />
el caldo.»<br />
Así lo hizo. Entonces el ángel del<br />
Señor alargó la punta del cayado que<br />
llevaba, tocó la carne y los panes, y se<br />
levantó de la roca una llamarada que<br />
los consumió. Y el ángel del Señor<br />
desapareció. Cuando Gedeón vio que<br />
se trataba del ángel del Señor, exclamó:<br />
—«¡Ay Dios mío, que he visto al ángel<br />
del Señor cara a cara!» Pero el Señor<br />
le dijo:<br />
—«¡Paz, no temas, no morirás!»<br />
Entonces Gedeón levantó allí un altar<br />
al Señor y le puso el nombre de «Señor<br />
de la Paz».<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
84, 9.11-14<br />
R. El Señor anuncia la paz<br />
a su pueblo.<br />
Voy a escuchar lo que dice el Señor:<br />
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a<br />
sus amigos y a los que se convierten de<br />
corazón.» R<br />
La misericordia y la fidelidad se encuentran,<br />
la justicia y la paz se besan; la<br />
fidelidad brota de la tierra, y la justicia<br />
mira desde el cielo. R<br />
El Señor nos dará la lluvia, y nuestra<br />
tierra dará su fruto. La justicia marchará<br />
ante Él, la salvación seguirá sus pasos. R<br />
EVANGELIO<br />
Más fácil le es a un camello pasar
por el ojo de una aguja, que a un<br />
rico entrar en el Reino de Dios<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 19, 23-30<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
—«Les aseguro que difícilmente entrará<br />
un rico en el Reino de los Cielos.<br />
Lo repito: Más fácil le es a un camello<br />
pasar por el ojo de una aguja que a un<br />
rico entrar en el Reino de Dios.» Al<br />
oírlo, los discípulos dijeron espantados:<br />
—«Entonces, ¿quién puede salvarse?»<br />
Jesús se les quedó mirando y les dijo:<br />
—«Para los hombres es imposible;<br />
pero Dios lo puede todo.» Entonces le<br />
dijo Pedro:<br />
—«Pues nosotros lo hemos dejado<br />
todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a<br />
tocar?» Jesús les dijo:<br />
—«Les aseguro: cuando llegue la renovación,<br />
y el Hijo del hombre se siente en<br />
el trono de su gloria, también ustedes,<br />
los que me han seguido, se sentarán<br />
en doce tronos para regir a las doce<br />
tribus de Israel. El que por mí deja casa,<br />
hermanos o hermanas, padre o madre,<br />
mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces<br />
más, y heredará la vida eterna. Muchos<br />
primeros serán últimos y muchos últimos<br />
serán primeros.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Dios tiene un trato especial con cada<br />
uno de sus hijos. Él conoce nuestras<br />
vidas y sobre todo nuestros pensamientos.<br />
Por lo que con su amor y<br />
sabiduría nos va guiando hacia el<br />
lugar donde Él quiere que estemos.<br />
Años atrás me hubiera resultado<br />
muy difícil creer que hoy estuviera<br />
escribiendo meditaciones cristianas.<br />
Quizás, porque en el momento en<br />
que se me presentó la oportunidad,<br />
sentía que no era lo suficientemente<br />
capaz para realizar esta tarea.<br />
51<br />
Pero Dios ha trabajado conmigo de<br />
una manera muy especial y le vivo<br />
diariamente agradecida por haber<br />
tocado la puerta de mi vida insistentemente.<br />
Haciéndome entender<br />
que Él es un Dios real y que está con<br />
nosotros.<br />
Dios me mostró que cuando Él tiene<br />
un propósito en nuestras vidas, Él<br />
nos mostrará el camino y si realmente<br />
es su voluntad, esa promesa se<br />
cumplirá. No importa cómo nosotros<br />
nos veamos, ni cuán suficientes o no<br />
sintamos. Nuestro Padre nos recuerda<br />
que Él nos capacita y nos da las<br />
herramientas necesarias para realizar<br />
aquello que Él nos ha mandado a<br />
hacer.<br />
No sientas que eres poco, pequeño,<br />
inútil o incapaz de lograr aquello que<br />
parece imposible ante tus ojos. Somos<br />
hijos de Dios, debemos sentirnos<br />
respaldados siempre por ese Padre<br />
amoroso que siempre está dispuesto<br />
a esperarnos.<br />
Podemos sentirnos con dudas y<br />
pensar que no tenemos la fortaleza<br />
necesaria en ciertas situaciones,<br />
hasta el punto de cuestionar a Dios<br />
o sentir que Él nos ha abandonado.<br />
Despeja ese pensamiento, toma un<br />
tiempo para estar a solas y ora a<br />
nuestro Padre. El Señor responde a<br />
nuestras oraciones, si oramos con<br />
fe. Nos dará la paz que necesitamos<br />
tener, recuerda que las tribulaciones<br />
y las pruebas son necesarias para<br />
formar nuestro carácter. Ten presente<br />
que Dios nunca nos abandona.<br />
Examinemos nuestras vidas, mantengamos<br />
un corazón humilde y<br />
dejémonos guiar por el Señor. Pon a<br />
Dios siempre en primer lugar y mantén<br />
tus oídos atentos a su llamado. Si<br />
le seguimos con fe, tengamos la certeza<br />
de que Él suplirá todas nuestras<br />
necesidades.<br />
MARTES 20
ORACIÓN<br />
Dios, Padre bueno y bondadoso.<br />
Examina hoy mi corazón y muéstrame<br />
qué cosas de mi vida están estorbando<br />
ese plan perfecto que tienes<br />
destinado para mí. Muéstrame cuál es<br />
tu propósito para mi vida. Ayúdame<br />
a tener una relación más estrecha<br />
contigo. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Orar confiadamente al Señor para<br />
que me muestre su propósito en mi<br />
vida.<br />
MIÉRCOLES - SAN PIO X<br />
Laudes: Sal 107; Cant. Is 61, 10-62,5; Sal 145<br />
21Vísperas: Sal 138 I; Sal 138 II; Cant. Col 1, 12-20<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Pediste un rey, siendo<br />
así que el Señor es su rey<br />
Lectura del libro de los<br />
Jueces 9, 6-15<br />
En aquellos días, los de Siquén y todos<br />
los de el Terraplén se reunieron para<br />
proclamar rey a Abimelec, junto a la<br />
encina de Siquén. En cuanto se enteró<br />
Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del<br />
monte Garizín, les gritó a voz en cuello:<br />
—«¡Óiganme, vecinos de Siquén, así<br />
Dios les escuche! Una vez fueron los<br />
árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo:<br />
“Sé nuestro rey”. Pero dijo el olivo:<br />
“¿Y voy a dejar mi aceite, con el que<br />
engordan dioses y hombres, para ir a<br />
mecerme sobre los árboles?”. Entonces<br />
dijeron a la higuera: “Ven a ser nuestro<br />
rey”. Pero dijo la higuera: “¿Y voy a<br />
dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a<br />
mecerme sobre los árboles?”. Entonces<br />
dijeron a la vid: “Ven a ser nuestro rey”.<br />
Pero dijo la vid: “¿Y voy a dejar mi<br />
mosto, que alegra a dioses y hombres,<br />
para ir a mecerme sobre los árboles?”.<br />
Entonces dijeron a la zarza: “Ven a ser<br />
nuestro rey”. Y les dijo la zarza: “Si de<br />
veras quieren ungirme rey de ustedes,<br />
vengan a cobijarse bajo mi sombra; y si<br />
no, salga fuego de la zarza y devore a<br />
52<br />
los cedros del Líbano”.»<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
20, 2-7<br />
R. Señor, el rey se alegra<br />
por tu fuerza.<br />
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,<br />
¡y cuánto goza con tu victoria! Le has<br />
concedido el deseo de su corazón, no le<br />
has negado lo que pedían sus labios. R<br />
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,<br />
y has puesto en su cabeza una corona<br />
de oro fino. Te pidió vida, y se la has<br />
concedido, años que se prolongan sin<br />
término. R<br />
Tu victoria ha engrandecido su fama,<br />
lo has vestido de honor y majestad. Le<br />
concedes bendiciones incesantes, lo<br />
colmas de gozo en tu presencia. R<br />
EVANGELIO<br />
¿Vas a tener tú envidia<br />
porque yo soy bueno?<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 20, 1-16<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos<br />
esta parábola:<br />
—«El Reino de los Cielos se parece a<br />
un propietario que al amanecer salió<br />
a contratar jornaleros para su viña.
Después de ajustarse con ellos en un denario<br />
por jornada, los mandó a la viña.<br />
Salió otra vez a media mañana, vio a<br />
otros que estaban en la plaza sin trabajo,<br />
y les dijo: “vayan también ustedes a<br />
mi viña, y les pagaré lo debido”. Ellos<br />
fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y<br />
a media tarde e hizo lo mismo. Salió al<br />
caer la tarde y encontró a otros, parados,<br />
y les dijo: “¿Cómo es que están aquí el<br />
día entero sin trabajar?”. Le respondieron:<br />
“Nadie nos ha contratado”. Él les<br />
dijo: “vayan también ustedes a mi viña”.<br />
Cuando oscureció, el dueño de la viña<br />
dijo al capataz: “Llama a los jornaleros<br />
y págales el jornal, empezando por los<br />
últimos y acabando por los primeros”.<br />
Vinieron los del atardecer y recibieron<br />
un denario cada uno. Cuando llegaron<br />
los primeros, pensaban que recibirían<br />
más, pero ellos también recibieron un<br />
denario cada uno. Entonces se pusieron<br />
a protestar contra el amo: “Estos<br />
últimos han trabajado solo una hora,<br />
y los has tratado igual que a nosotros,<br />
que hemos aguantado el peso del día y<br />
el bochorno”. Él replicó a uno de ellos:<br />
“Amigo, no te hago ninguna injusticia.<br />
¿No nos ajustamos en un denario?<br />
Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este<br />
último igual que a ti. ¿Es que no tengo<br />
libertad para hacer lo que quiera en mis<br />
asuntos? ¿Es que vas a tener tú envidia<br />
porque yo soy bueno?”. Así, los últimos<br />
serán los primeros y los primeros los<br />
últimos.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
La parábola compartida por Jesús en<br />
el Evangelio de Mateo nos refleja la misericordia<br />
de Dios, que va más allá de<br />
lo que nosotros entendemos por justo<br />
y rompe nuestros esquemas recordándonos,<br />
al hacerlo, que el dueño de la<br />
viña es el Padre y por tanto Él reparte a<br />
su forma, en el tiempo y a quién quiera.<br />
53<br />
Es importante darnos cuenta, además,<br />
del trasfondo que podemos<br />
identificar en la parábola: al pueblo<br />
judío, como los obreros de la primera<br />
hora, llamado por Jesús a trabajar en<br />
su viña. Fueron estos los que sostuvieron<br />
el peso del día, desde Abraham<br />
y Moisés, por más de mil años. Luego,<br />
Jesús llama a los paganos para que<br />
vayan a trabajar en su viña y ellos<br />
llegan a tener la preferencia en el corazón<br />
de Dios: “Así, los últimos serán<br />
los primeros, y los primeros serán los<br />
últimos”.<br />
Estas “cuentas” reflejadas aquí difícilmente<br />
la haría un empresario o<br />
hacendado porque los números así<br />
“no dan”, pero a Dios le cuadran perfectamente,<br />
porque lo que le interesa<br />
es que los trabajadores lleguemos<br />
a su viña, escuchemos su llamado,<br />
atendamos su invitación. Nuestra respuesta<br />
alegra su corazón, por lo que<br />
su contabilidad se procesa en el gran<br />
amor que nos tiene y no a través de<br />
pensamientos analíticos como los que<br />
nosotros hacemos constantemente<br />
revisando lo que es justo o no.<br />
Necesitamos aprender esa matemática,<br />
movernos de lugar, de ese que nos<br />
lleva a comparar lo que recibimos con<br />
lo que reciben o tienen otros y darnos<br />
cuenta de todo lo que poseemos<br />
para agradecérselo. Esto me hace<br />
recordar lo que viví cuando recibí la<br />
confirmación de un diagnóstico médico<br />
que pensé no tendría y cómo mi<br />
pensamiento iba respaldado por la<br />
justificación de “mis años de servicio<br />
a Dios”, invadiéndome con ello una<br />
sensación de “injusticia” hacia mí. Esa<br />
experiencia me ha regalado muchas<br />
cosas, pero una de las más importantes<br />
ha sido aprender a no perder de<br />
vista que el que me dio la vida, está a<br />
mi lado, me sostiene y me ama. Cuando<br />
esa certeza nos respalda dejamos<br />
MIÉRCOLES 21
de querer actuar como si fuésemos<br />
dioses y nos reconocemos como hijos<br />
experimentando la gracia hermosa de<br />
su cuidado y amor.<br />
ORACIÓN<br />
Hoy no quiero mirar quién está recibiendo<br />
más que yo, sino lo que<br />
amorosamente recibo de ti. Te pido<br />
que me ayudes a soltar mis ideas<br />
preconcebidas de justicia a mi manera<br />
y sea capaz de entender lo ilimitado e<br />
inmensurable de tu amor. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Identificar, valorar y agradecer las<br />
bendiciones que Dios me otorga cada<br />
día, en especial su presencia y su gran<br />
amor por mí.<br />
JUEVES - SANTA MARÍA REINA<br />
Laudes: Sal 142; Cant. Is 66, 10-14; Sal 146<br />
22Vísperas: Sal 143 I; Sal 143 II; Cant. Ap 11, 17-18. 12, 10-12<br />
PRIMERA LECTURA<br />
El primero que salga de mi casa<br />
a recibirme, será para el Señor, y<br />
lo ofreceré en holocausto<br />
Lectura del libro de<br />
los Jueces 11, 29-39a<br />
En aquellos días, el espíritu del Señor<br />
vino sobre Jefté, que atravesó Galaad<br />
y Manasés, pasó a Atalaya de Galaad,<br />
de allí marchó contra los amonitas, e<br />
hizo un voto al Señor:<br />
—«Si entregas a los amonitas en mi<br />
poder, el primero que salga a recibirme<br />
a la puerta de mi casa, cuando vuelva<br />
victorioso de la campaña contra los<br />
amonitas, será para el Señor, y lo ofreceré<br />
en holocausto.»<br />
Luego marchó a la guerra contra los<br />
amonitas. El Señor se los entregó; los<br />
derrotó desde Aroer hasta la entrada<br />
de Minit (veinte pueblos) y hasta Pradoviñas.<br />
Fue una gran derrota, y los<br />
amonitas quedaron sujetos a Israel.<br />
Jefté volvió a su casa de Atalaya. Y<br />
fue precisamente su hija quien salió<br />
a recibirlo, con panderos y danzas; su<br />
54<br />
hija única, pues Jefté no tenía más hijos<br />
o hijas. En cuanto la vio, se rasgó la<br />
túnica, gritando:<br />
—«¡Ay, hija mía, qué desdichado soy!<br />
Tú eres mi desdicha, porque hice una<br />
promesa al Señor y no puedo volverme<br />
atrás.» Ella le dijo:<br />
—«Padre, si hiciste una promesa al<br />
Señor, cumple lo que prometiste, ya<br />
que el Señor te ha permitido vengarte<br />
de tus enemigos.» Y le pidió a su padre:<br />
—«Dame este permiso: déjame andar<br />
dos meses por los montes, llorando con<br />
mis amigas, porque quedaré virgen.»<br />
Su padre le dijo:<br />
—«Vete.»<br />
Y la dejó marchar dos meses, y anduvo<br />
con sus amigas por los montes,<br />
llorando porque iba a quedar virgen.<br />
Acabado el plazo de los dos meses,<br />
volvió a casa, y su padre cumplió con<br />
ella el voto que había hecho.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
39, 5-10
R. Aquí estoy, Señor,<br />
para hacer tu voluntad.<br />
Dichoso el hombre que ha puesto su<br />
confianza en el Señor, y no acude a<br />
los idólatras, que se extravían con<br />
engaños. R<br />
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y,<br />
en cambio, me abriste el oído; no pides<br />
sacrificio expiatorio, entonces yo digo:<br />
«Aquí estoy.» R<br />
—Como está escrito en mi libro—<br />
«para hacer tu voluntad». Dios mío, lo<br />
quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R<br />
He proclamado tu salvación ante la<br />
gran asamblea; no he cerrado los labios:<br />
Señor, tú lo sabes. R<br />
EVANGELIO<br />
A todos los que encuentren,<br />
convídenlos a la boda<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 22, 1-14<br />
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús<br />
la palabra y habló en parábolas a los<br />
sumos sacerdotes y a los ancianos del<br />
pueblo:<br />
—«El Reino de los Cielos se parece a<br />
un rey que celebraba la boda de su hijo.<br />
Mandó criados para que avisaran a los<br />
convidados a la boda, pero no quisieron<br />
ir. Volvió a mandar criados, encargándoles<br />
que les dijeran: “Tengo preparado<br />
el banquete, he matado terneros y reses<br />
cebadas, y todo está a punto. Vengan a<br />
la boda”. Los convidados no hicieron<br />
caso; uno se marchó a sus tierras, otro<br />
a sus negocios; los demás les echaron<br />
mano a los criados y los maltrataron<br />
hasta matarlos. El rey montó en cólera,<br />
envió sus tropas, que acabaron con<br />
aquellos asesinos y prendieron fuego a<br />
la ciudad. Luego dijo a sus criados: “La<br />
boda está preparada, pero los convidados<br />
no se la merecían. Vayan ahora a<br />
los cruces de los caminos, y a todos los<br />
que encuentren, convídenlos a la boda”.<br />
Los criados salieron a los caminos y<br />
55<br />
reunieron a todos los que encontraron,<br />
malos y buenos. La sala del banquete<br />
se llenó de comensales. Cuando el rey<br />
entró a saludar a los comensales, reparó<br />
en uno que no llevaba traje de fiesta<br />
y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado<br />
aquí sin vestirte de fiesta?”. El otro no<br />
abrió la boca. Entonces el rey dijo a los<br />
camareros: “Átenlo de pies y manos y<br />
arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será<br />
el llanto y el rechinar de dientes”. Porque<br />
muchos son los llamados y pocos<br />
los escogidos.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Frecuentemente el Reino es comparado<br />
con un banquete donde todos<br />
somos convidados. En una fiesta<br />
reina la alegría, el comer, el bailar, en<br />
fin, la esperanza en que juntos podemos<br />
compartir. La parábola de “los<br />
invitados a la boda” nos refiere a las<br />
reacciones de los que fueron invitados<br />
al banquete. Una invitación realizada<br />
por un rey cuyo deseo era brindarle lo<br />
mejor a sus invitados. Sin embargo, la<br />
invitación era opcional: unos “no quisieron<br />
ir” conscientemente, y a otros<br />
“no les importó” porque tenían actividades<br />
más importantes – negocios y<br />
tierras - y otros reaccionaron violentamente.<br />
En fin, a la invitación personal<br />
la respuesta también fue personal.<br />
Curiosamente el organizador y dueño<br />
de la fiesta se preocupa por complacer<br />
gratuitamente a los invitados. Les<br />
prepara “terneros y reses cebadas” -<br />
comida para ricos - e insistentemente<br />
les convoca. Sin desanimarse, el rey<br />
envía a sus mensajeros por las calles<br />
para invitar a todos, buenos y malos, a<br />
la fiesta. Sin distinción alguna, todos<br />
fueron llamados y muchos llegaron<br />
luego a la fiesta. Llegaron a la boda<br />
los que andaban sin esperanza y sin<br />
vida errantes por la vida. Llegaron los<br />
JUEVES 22
que quisieron sin ser coaccionados<br />
ni amenazados. Llegaron en plena libertad<br />
los que desearon experimentar<br />
lo que la fiesta les ofrecía. Llegaron,<br />
quizás, movidos por la curiosidad,<br />
por el hambre y la sed; por la inclusión<br />
existente en la fiesta, por la apertura<br />
del rey, por el descubrimiento valioso<br />
de la llamada, por el deseo de compartir…<br />
Llegaron entre los ruidos y las<br />
preocupaciones del mundo a la fiesta<br />
y fueron vestidos para la ocasión.<br />
Hoy seguimos invitando al banquete<br />
de Dios. Sin embargo, muchos no<br />
llegan, por tener una imagen de un<br />
Dios controlador y justiciero. Otros no<br />
llegan por miedo ya que es más fácil<br />
quedarse estancados en nuestras<br />
propias autosuficiencias o porque,<br />
lamentablemente, los que servimos en<br />
la fiesta de la vida hemos sido malos<br />
testimonios. Dios, afortunadamente,<br />
sigue invitando a la mesa tanto a pecadores<br />
como a santos. Sigue apostando<br />
a cada persona y acogiendo,<br />
esforzándose, anhelando y apostando<br />
a tantos hombres y mujeres que salen<br />
a realizar la invitación.<br />
Algunos escucharán y darán respuesta<br />
positiva a la invitación. No todos<br />
responderán a la invitación por tantas<br />
razones como experiencias de vida<br />
existan. Pero el dueño de la fiesta no<br />
23 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Noemí, con Rut, la moabita,<br />
volvió a Belén<br />
Comienzo del libro<br />
de Rut 1, 1.3-6.14b-16.22<br />
En tiempo de los jueces, hubo hambre<br />
en el país, y un hombre emigró, con<br />
VIERNES - SAN DONATO<br />
56<br />
pierde la esperanza ni se desanima;<br />
simplemente invita a la fiesta final. A<br />
pesar de tanto descrédito que la religión<br />
ha recibido por los que estamos<br />
“adentro”, el amor, la verdad, la luz y el<br />
deseo profundo para que exista fiesta<br />
en este mundo persiste en la llamada<br />
amorosa del Dios del Reino. Nunca<br />
nos desanimemos. Sigamos invitando<br />
desde la coherencia encontrada<br />
entre nuestras palabras, para que<br />
muchos asistan al Banquete preparado<br />
por el Dios de la esperanza, el<br />
amor y la justicia.<br />
ORACIÓN<br />
Gracias Dios por siempre invitarnos<br />
al banquete de tu Palabra que nos<br />
fortalece, anima y motiva a seguir<br />
preparando el camino para tantos<br />
necesitados de amor y comunión<br />
fraterna. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Invitar a algún amigo a una actividad<br />
parroquial.<br />
Laudes: Sal 50; Cant. Tb 13, 10-13.15.17; Sal 147<br />
Sal 144 I; Sal 144 II; Cant. Ap 15, 3-4<br />
su mujer Noemí y sus dos hijos, desde<br />
Belén de Judá a la campiña de Moab.<br />
Elimelec, el marido de Noemí, murió,<br />
y quedaron con ella sus dos hijos, que<br />
se casaron con dos mujeres moabitas:<br />
una se llamaba Orfá y la otra Rut. Pero,
al cabo de diez años de residir allí, murieron<br />
también los dos hijos, y la mujer<br />
se quedó sin marido y sin hijos. Al enterarse<br />
de que el Señor había atendido<br />
a su pueblo dándole pan, Noemí, con<br />
sus dos nueras, emprendió el camino<br />
de vuelta desde la campiña de Moab.<br />
Orfá se despidió de su suegra y volvió<br />
a su pueblo, mientras que Rut se quedó<br />
con Noemí. Noemí le dijo:<br />
—«Mira, tu cuñada se ha vuelto a su<br />
pueblo y a su dios. Vuélvete tú con<br />
ella.» Pero Rut contestó:<br />
—«No insistas en que te deje y me<br />
vuelva. Donde tú vayas, iré yo; donde<br />
tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío,<br />
tu Dios es mi Dios.»<br />
Así fue como Noemí, con su nuera Rut,<br />
la moabita, volvió de la campiña de<br />
Moab. Empezaba la siega de la cebada<br />
cuando llegaron a Belén.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
145, 5-10<br />
R. Alaba, alma mía, al Señor.<br />
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,<br />
el que espera en el Señor, su Dios,<br />
que hizo el cielo y la tierra, el mar y<br />
cuanto hay en él. R<br />
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,<br />
que hace justicia a los oprimidos,<br />
que da pan a los hambrientos. El<br />
Señor liberta a los cautivos. R<br />
El Señor abre los ojos al ciego, el Señor<br />
endereza a los que ya se doblan, el Señor<br />
ama a los justos. El Señor guarda a<br />
los peregrinos. R<br />
Sustenta al huérfano y a la viuda y<br />
trastorna el camino de los malvados.<br />
El Señor reina eternamente, tu Dios,<br />
Sión, de edad en edad. R<br />
EVANGELIO<br />
Amarás al Señor, tu Dios,<br />
y a tu prójimo como a tí mismo<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
57<br />
según san Mateo 22, 34-40<br />
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que<br />
Jesús había hecho callar a los saduceos,<br />
formaron grupo, y uno de ellos, que<br />
era experto en la Ley, le preguntó para<br />
ponerlo a prueba:<br />
—«Maestro, ¿cuál es el mandamiento<br />
principal de la Ley?» Él le dijo:<br />
—«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo<br />
tu corazón, con toda tu alma, con todo<br />
tu ser”. Este mandamiento es el principal<br />
y primero. El segundo es semejante<br />
a él: “Amarás a tu prójimo como a<br />
ti mismo”. Estos dos mandamientos<br />
sostienen la Ley entera y los profetas.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
La religión judía tenía más o menos 613<br />
mandamientos: 365 prohibiciones (una<br />
por cada día del año) y 248 preceptos<br />
o normas. Curiosamente, había tres<br />
mandamientos, que predominaban en<br />
las discusiones: guardar el sábado, hacer<br />
las purificaciones rituales y aportar<br />
económicamente el diezmo al Templo<br />
o a las sinagogas. Pero olvidaban lo<br />
esencial.<br />
“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu<br />
corazón, con toda tu alma, con todo tu<br />
ser”. Este mandamiento es el principal<br />
y primero. El segundo es semejante a<br />
él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.<br />
No le demos más vueltas a nuestra<br />
fe, a nuestra religión, a aquello que<br />
creemos. Estos dos mandamientos<br />
sostienen la Ley entera y los profetas.<br />
Y son semejantes.<br />
Muchas veces, no amamos a nuestro<br />
prójimo “como a nosotros mismos”,<br />
porque no sabemos amar a Dios. Nos<br />
confundimos, y por no entender cómo<br />
es el amor que Dios nos pide, tratamos<br />
mal a las personas. Miremos a nuestro<br />
alrededor. Creyendo que aman a Dios,<br />
algunas personas rechazan a sus hijos<br />
homosexuales, maltratan a las madres<br />
VIERNES 23
solteras, desean que mueran en intercambio<br />
de disparos los delincuentes,<br />
y marginan a los inmigrantes ilegales…<br />
No se trata de rezos ni devociones.<br />
“Amar a Dios con todo el corazón” es<br />
amar a Dios como fuerza creadora y<br />
salvadora que nos quiere bien. Es tomar<br />
parte en la vida con gratitud, vivir<br />
con corazón de carne y no de piedra,<br />
y luchando contra todo lo que niega<br />
la dignidad de todos sus hijos. Por<br />
eso, el amor a Dios es inseparable del<br />
amor a los hermanos que sufren. La<br />
religión de Jesús es “pasión por Dios<br />
y compasión por la humanidad”.<br />
No nos olvidemos. Sería fácil saber<br />
cómo cumplir este mandato, preguntándonos<br />
cómo querríamos ser<br />
tratados si estuviéramos en la circunstancia<br />
de la otra persona, y en ese<br />
trato compasivo con los otros, mostrar<br />
cómo es el amor de Dios.<br />
Hace varios años, en los Estados Unidos,<br />
se hizo pública la historia de un<br />
padre que se esforzaba para que, a su<br />
hijo condenado a pena de muerte, le<br />
concedieran el perdón. Lo impactante<br />
de la historia es que la condena había<br />
sido por el homicidio intencional de la<br />
58<br />
madre y el hermano del condenado; es<br />
decir, la esposa y el otro hijo del padre<br />
que pedía el perdón y que había sobrevivido<br />
al crimen. En una entrevista<br />
que vi, este hombre decía: “Creo que<br />
Dios me perdona cuando hago el mal y<br />
me da la oportunidad de arrepentirme<br />
y cambiar. ¿Cómo podría yo desear<br />
algo distinto para mi hijo?”. Esa historia<br />
explica el Evangelio de hoy.<br />
ORACIÓN<br />
Ayúdame, Señor, a interiorizar el mandamiento<br />
del amor, y a poner todo<br />
de mi parte para poder vivirlo cada<br />
día. Quiero amarte, Dios mío, porque<br />
eres lo más importante en mi vida. Y<br />
quiero amar a mi prójimo como tú me<br />
enseñas a hacerlo. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Tratar a los demás como espero ser<br />
tratado.<br />
SÁBADO - SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL<br />
Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />
Sal 115; Sal 125; Cant. Ef 1, 3-10<br />
24 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Doce basamentos que llevaban<br />
doce nombres: los nombres de<br />
los apóstoles del Cordero<br />
Lectura del libro del<br />
Apocalipsis 21, 9b-14<br />
El ángel me habló así:<br />
—«Ven acá, voy a mostrarte a la novia,<br />
a la esposa del Cordero.»<br />
Me transportó en éxtasis a un monte<br />
altísimo, y me enseñó la ciudad santa,<br />
Jerusalén, que bajaba del Cielo,<br />
enviada por Dios, trayendo la gloria<br />
de Dios. Brillaba como una piedra<br />
preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía<br />
una muralla grande y alta y doce puertas<br />
custodiadas por doce ángeles, con<br />
doce nombres grabados: los nombres<br />
de las tribus de Israel. A oriente tres<br />
puertas, al norte tres puertas, al sur<br />
tres puertas, y a occidente tres puertas.<br />
La muralla tenía doce basamentos que
llevaban doce nombres: los nombres de<br />
los apóstoles del Cordero.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
144, 10-13b.17-18<br />
R. Que tus fieles, Señor, proclamen<br />
la gloria de tu reinado.<br />
Que todas tus criaturas te den gracias,<br />
Señor, que te bendigan tus fieles; que<br />
proclamen la gloria de tu reinado, que<br />
hablen de tus hazañas. R<br />
Explicando tus hazañas a los hombres,<br />
la gloria y la majestad de tu reinado.<br />
Tu reinado es un reinado perpetuo, tu<br />
gobierno va de edad en edad. R<br />
El Señor es justo en todos sus caminos,<br />
es bondadoso en todas sus<br />
acciones; cerca está el Señor de los<br />
que lo invocan, de los que lo invocan<br />
sinceramente. R<br />
59<br />
EVANGELIO<br />
Ahí tiene a un israelita de verdad,<br />
en quien no hay engaño<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Juan 1, 45-51<br />
En aquel tiempo, Felipe encuentra a<br />
Natanael y le dice:<br />
—«Aquel de quien escribieron Moisés<br />
en la Ley y los profetas, lo hemos<br />
encontrado: Jesús, hijo de José, de<br />
Nazaret.» Natanael le replicó:<br />
—«¿De Nazaret puede salir algo bueno?»<br />
Felipe le contestó:<br />
—«Ven y verás.» Vio Jesús que se<br />
acercaba Natanael y dijo de él:<br />
—«Ahí tienen a un israelita de verdad,<br />
en quien no hay engaño.» Natanael le<br />
contesta:<br />
—«¿De qué me conoces?» Jesús le<br />
responde:<br />
—«Antes de que Felipe te llamara,<br />
cuando estabas debajo de la higuera,<br />
te vi.» Natanael respondió:<br />
—«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú<br />
eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó:<br />
—«¿Por haberte dicho que te vi debajo<br />
de la higuera, crees? Has de ver cosas<br />
mayores.» Y le añadió:<br />
—«Yo les aseguro: verán el cielo abierto<br />
y a los ángeles de Dios subir y bajar<br />
sobre el Hijo del hombre.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Natanael (llamado también Bartolomé)<br />
cuya fiesta celebramos en este día,<br />
fue uno de los apóstoles de Jesús.<br />
Gracias a la invitación que le hizo Felipe,<br />
su amigo inseparable, conoció a<br />
Jesús. El Evangelio que hemos leído<br />
recoge el momento del encuentro con<br />
el Señor. Antes de ese encuentro hay<br />
una invitación hecha por Felipe: “Ven<br />
y verás”. Esta invitación a conocer<br />
de cerca a Jesús la recibes también<br />
tú hoy. Tú, ¿qué buscas en tu vida<br />
por encima de todo? ¿Qué es lo que<br />
más echas en falta? ¿En qué pones<br />
especial interés? ¿Qué es lo que más<br />
te preocupa? ¿Qué es lo que más te<br />
hace sufrir?<br />
¿Qué buscas cuando acudes al<br />
Señor? ¿Solo consuelo y nada de<br />
compromiso? ¿Solo la vida y que no<br />
te mencionen la cruz? ¿Conocerlo y<br />
poco más? ¿Hablarle y no escuchar?<br />
¿Quejarte y no aceptar? ¿Buscas crecer<br />
en la fe, en el amor y la esperanza?<br />
¿Recorres este camino de búsqueda<br />
con tus hermanos o vas por lo libre?<br />
¿Qué buscas cuando lees el Evangelio?<br />
¿Solo las páginas más amables,<br />
más tiernas, más de tu gusto, y dejas<br />
de lado las más exigentes y comprometedoras?<br />
Cuando buscas al Señor, ¿te buscas<br />
a ti mismo? ¿Pides que Él haga tu voluntad<br />
y no tú la suya? ¿Eres egoísta<br />
hasta en la oración? En palabras de<br />
san Agustín: “¿buscas las cosas del<br />
Señor o al Señor de las cosas?”.<br />
SÁBADO 24
Este Jesús de Nazaret que a Natanael<br />
le parecía poca cosa (…) “¿de Nazaret<br />
puede salir algo bueno?” te dirá que<br />
vive en el hermano que sufre por la<br />
pobreza, la injusticia, la enfermedad,<br />
el hambre, la soledad y el abandono.<br />
Jesús nos dirá que vive o está en<br />
los acontecimientos de la historia<br />
y de nuestra propia historia personal.<br />
En todos los acontecimientos<br />
de la vida. Está presente en el nacimiento<br />
de un hijo o en la enfermedad<br />
que te afecta; en el trabajo<br />
debidamente remunerado o en el<br />
desempleo que te golpea y deprime;<br />
en los avances de la ciencia y la<br />
manipulación de la misma en contra<br />
de la vida; en la muerte de quienes<br />
más quieres y en la recuperación de<br />
la salud.<br />
Te dirá que vive en su Palabra. Es una<br />
Palabra siempre viva, siempre actual,<br />
siempre luminosa. Cristo es la Palabra<br />
del Padre, Palabra que nunca miente<br />
y nunca se equivoca. Es Palabra salvadora.<br />
Te dirá que vive y está en la comunidad<br />
de los creyentes cuando se reúne en<br />
su nombre, en el templo o fuera de<br />
él, pero especialmente en el templo<br />
como lugar de encuentro para celebrar<br />
nuestra fe; en los sacramentos,<br />
cuando oramos juntos y unidos. Y<br />
con una presencia más real si cabe,<br />
más personal, más significativa, en la<br />
Eucaristía.<br />
25 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
De todos los países traerán<br />
a todos sus hermanos<br />
Lectura del libro<br />
60<br />
Este “ven” no es un mandato, sino<br />
una invitación amable. Él es la casa<br />
o el templo donde reside la plenitud<br />
de la divinidad y la plenitud del amor.<br />
Te invita a ir a Él. Te invita a seguirle y<br />
entrar en comunión con Él.<br />
“Vengan a mí todos los que están cansados<br />
y agobiados, que yo les aliviaré”<br />
(Mt 11, 28). Y ¿quién no está cansado y<br />
agobiado por tantas preocupaciones y<br />
problemas, por los contratiempos de<br />
la vida, la soledad y los fracasos, por<br />
el futuro incierto y la desesperanza,<br />
por los reveses que nunca faltan, la<br />
enfermedad y el dolor…? Vete con Él<br />
y permanece en Él.<br />
ORACIÓN<br />
Señor, transforma mi vida de forma<br />
tal que sea siempre dócil a tu gracia.<br />
Concédeme tener una relación aún<br />
más íntima contigo. Que mi vida sea<br />
invitación para que otros también se<br />
acerquen y vean. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Compartir con alguien el testimonio<br />
de mi encuentro personal con el Señor<br />
y cómo cambió mi vida.<br />
XXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
SEMANA I DEL SALTERIO<br />
Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />
Sal 109; Sal 113 A; Cant. Ap 19, 1-7<br />
de Isaías 66, 18-21<br />
Así dice el Señor: «Yo vendré para<br />
reunir a las naciones de toda lengua:<br />
vendrán para ver mi gloria, les daré
una señal, y de entre ellos despacharé<br />
supervivientes a las naciones: a<br />
Tarsis, Etiopía, Libia, Masac, Tubal y<br />
Grecia, a las costas lejanas que nunca<br />
oyeron mi fama ni vieron mi gloria; y<br />
anunciarán mi gloria a las naciones. Y<br />
de todos los países, como ofrenda al<br />
Señor, traerán a todos sus hermanos<br />
a caballo y en carros y en literas, en<br />
mulos y dromedarios, hasta mi monte<br />
santo de Jerusalén —dice el Señor—,<br />
como los israelitas, en vasijas puras,<br />
traen ofrendas al templo del Señor.<br />
De entre ellos escogeré sacerdotes, y<br />
levitas» —dice el Señor—.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
116, 1-2<br />
R. Vayan al mundo entero<br />
y proclamen el Evangelio<br />
Alaben al Señor, todas las naciones,<br />
aclámenlo, todos los pueblos. R<br />
Firme es su misericordia con nosotros,<br />
su fidelidad dura por siempre. R<br />
SEGUNDA LECTURA<br />
El Señor reprende a los que ama<br />
Lectura de la carta a<br />
los Hebreos 12, 5-7.11-13<br />
Hermanos: Han olvidado la exhortación<br />
paternal que les dieron:<br />
—«Hijo mío, no rechaces la corrección<br />
del Señor, no te enfades por su<br />
reprensión; porque el Señor reprende<br />
a los que ama y castiga a sus hijos<br />
preferidos».<br />
Acepten la corrección, porque Dios los<br />
trata como a hijos, pues, ¿qué padre no<br />
corrige a sus hijos?<br />
Ninguna corrección nos gusta cuando<br />
la recibimos, sino que nos duele; pero,<br />
después de pasar por ella, nos da como<br />
fruto una vida honrada y en paz.<br />
Por eso, fortalezcan las manos débiles,<br />
robustezcan las rodillas vacilantes, y<br />
caminen por una senda llana: así el pie<br />
61<br />
cojo, en vez de retorcerse, se curará.<br />
Palabra de Dios.<br />
EVANGELIO<br />
Vendrán de oriente y occidente<br />
y se sentarán a la mesa<br />
en el Reino de Dios<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Lucas 13, 22-30<br />
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia<br />
Jerusalén, recorría ciudades y aldeas<br />
enseñando. Uno le preguntó:<br />
—«Señor, ¿serán pocos los que se salven?».<br />
Jesús les dijo:<br />
—«Esfuércense en entrar por la puerta<br />
estrecha. Les digo que muchos intentarán<br />
entrar y no podrán. Cuando el amo<br />
de la casa se levante y cierre la puerta,<br />
se quedarán fuera y llamarán a la puerta,<br />
diciendo: “Señor, ábrenos”; y Él les<br />
replicará: “No sé quiénes son”. Entonces<br />
comenzarán a decir: “Hemos comido y<br />
bebido contigo, y tú has enseñado en<br />
nuestras plazas”. Pero Él les replicará:<br />
“No sé quiénes son. Aléjense de mí,<br />
malvados”.<br />
Entonces será el llanto y el rechinar de<br />
dientes, cuando vean a Abraham, Isaac<br />
y Jacob y a todos los profetas en el Reino<br />
de Dios, y ustedes se vean echados<br />
fuera. Y vendrán de oriente y occidente,<br />
del norte y del sur, y se sentarán a la<br />
mesa en el Reino de Dios. Miren: hay<br />
últimos que serán primeros, y primeros<br />
que serán últimos».<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Los textos litúrgicos de este domingo<br />
se mueven entre dos polos: uno,<br />
la llamada universal a la salvación,<br />
el otro, el esforzado empeño desde<br />
la libertad. El libro de Isaías termina<br />
hablando de la voluntad salvadora<br />
de Yahvé a todos los pueblos y a todas<br />
las lenguas. El Evangelio, por su<br />
parte, nos indica que la puerta para<br />
DOMINGO 25
entrar en el Reino es estrecha y que<br />
solo los esforzados entrarán por ella.<br />
En este esfuerzo de nuestra libertad<br />
nos acompaña el Señor, con su pedagogía<br />
paterna que no está exenta<br />
de corrección, aunque no sea esta la<br />
única forma de pedagogía divina.<br />
El destino universal de la salvación<br />
no ha sido descubierto por el Concilio<br />
Vaticano II, sino que se halla<br />
en la entraña misma de la Palabra y<br />
Revelación de Dios: “Dios quiere que<br />
todos se salven”. En el texto de la<br />
primera lectura Isaías, en una visión<br />
magnífica, ve venir a Jerusalén, la<br />
ciudad de la salvación, casi en forma<br />
de procesión litúrgica, a los hombres<br />
de todos los pueblos, sirviéndose de<br />
los más variados medios y trayendo<br />
sus ofrendas a Dios. Dios ha llamado<br />
y sigue llamando a todos, sin excepción,<br />
porque Dios es Señor y Padre<br />
de todos. El texto de Isaías menciona<br />
que vendrán a Jerusalén en caballos,<br />
carros, literas, mulos y dromedarios.<br />
En otras palabras, los caminos para<br />
llegar a la salvación de Dios, simbolizada<br />
en Jerusalén, son muchos y<br />
diversos. Hoy en día, el camino más<br />
seguro es la fe cristiana, pero existe<br />
también el camino de las religiones no<br />
cristianas. Existe el camino de la ética<br />
y de la conciencia. Existe el camino de<br />
la ascética y de la mística.<br />
Sabemos que todos son llamados a<br />
salvarse, pero ¿se salvarán realmente<br />
todos? En su respuesta, Jesús hace<br />
uso de un lenguaje imaginativo y<br />
simbólico, trata de inculcarnos tres<br />
verdades fundamentales:<br />
• La puerta para entrar en el Reino<br />
de Dios, el reino de la salvación, es<br />
una puerta estrecha. La puerta de<br />
la llamada la abre Dios y la abre a<br />
todos, pero la puerta de la respuesta<br />
depende de la libertad humana, y no<br />
todos están dispuestos a entrar por<br />
ella, sobre todo sabiendo que es una<br />
puerta estrecha.<br />
• La obtención de la salvación no depende<br />
de la religión, tampoco de la<br />
experiencia religiosa, incluso mística,<br />
sino de la conducta, de las obras de<br />
salvación.<br />
• Los que se salven provendrán no<br />
solo de un lugar, sino de todos los<br />
pueblos y de todos los confines de<br />
la tierra.<br />
La Biblia es, entre otras cosas, el libro<br />
de la pedagogía de Dios para la salvación<br />
del hombre. Dios como pedagogo<br />
es simbolizado por la figura del<br />
Padre. Es decir, la pedagogía divina<br />
está guiada por el amor peculiar de<br />
un padre hacia sus hijos.<br />
La salvación: iniciativa de Dios y tarea<br />
del hombre. Al hombre le es imposible<br />
salvarse por sí mismo: es Dios<br />
quien salva. Pero Dios no impone la<br />
salvación, la ofrece. Dios no ahorra al<br />
hombre la tarea de aceptarla, y así ser<br />
salvado. No es el hombre quien toma<br />
la iniciativa de la salvación, sino Dios.<br />
ORACIÓN<br />
Señor que me decida en este día a<br />
seguir con perseverancia la diversidad<br />
de los caminos que conducen a la salvación:<br />
la fe, la ética y de la conciencia,<br />
la ascética y de la mística. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Mostrar docilidad al Espíritu Santo<br />
en mi diario vivir para alcanzar la<br />
salvación.<br />
62
LUNES - SANTA TERESA JORNET<br />
Laudes: Sal 5; Cant. 1Cro 29, 10-13; Sal 28<br />
26Vísperas: Sal 10; Sal 14; Cant. Ef 1, 3-10<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Abandonando los ídolos,<br />
se volverán a Dios, para vivir<br />
aguardando la vuelta de su Hijo,<br />
a quien ha resucitado<br />
Comienzo de la primera carta del<br />
apóstol san Pablo a los Tesalonicenses<br />
1, 1-5.8b-10<br />
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia<br />
de los tesalonicenses, en Dios Padre<br />
y en el Señor Jesucristo. A ustedes,<br />
gracia y paz. Siempre damos gracias a<br />
Dios por todos ustedes y los tenemos<br />
presentes en nuestras oraciones. Ante<br />
Dios, nuestro Padre, recordamos sin<br />
cesar la actividad de su fe, el esfuerzo<br />
de su amor y el aguante de su esperanza<br />
en Jesucristo, nuestro Señor. Bien<br />
sabemos, hermanos amados de Dios,<br />
que Él los ha elegido y que, cuando se<br />
proclamó el Evangelio entre ustedes,<br />
no hubo solo palabras, sino además<br />
fuerza del Espíritu Santo y convicción<br />
profunda. Saben cuál fue nuestra<br />
actuación entre ustedes para su bien.<br />
Su fe en Dios había corrido de boca<br />
en boca, de modo que nosotros no teníamos<br />
necesidad de explicar nada, ya<br />
que ellos mismos cuentan los detalles<br />
de la acogida que nos hicieron: cómo,<br />
abandonando los ídolos, los volviste a<br />
Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,<br />
y vivir aguardando la vuelta de<br />
su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha<br />
resucitado de entre los muertos y que<br />
nos libra del castigo futuro.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
149, 1-6a.9b<br />
R. El Señor ama a su pueblo.<br />
Canten al Señor un cántico nuevo,<br />
63<br />
resuene su alabanza en la asamblea de<br />
los fieles; que se alegre Israel por su<br />
Creador, los hijos de Sión por su Rey. R<br />
Alaben su nombre con danzas, cántenle<br />
con tambores y cítaras; porque el<br />
Señor ama a su pueblo y adorna con la<br />
victoria a los humildes. R<br />
Que los fieles festejen su gloria y<br />
canten jubilosos en filas: con vítores a<br />
Dios en la boca; es un honor para todos<br />
sus fieles. R<br />
EVANGELIO<br />
¡Ay de ustedes, guías ciegos!<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 23, 13-22<br />
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:<br />
—«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />
hipócritas, que cierran a los hombres<br />
el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes,<br />
ni dejan entrar a los que quieren.<br />
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />
hipócritas, que viajan por tierra y mar<br />
para ganar un prosélito y, cuando lo<br />
consiguen, lo hacen digno del fuego<br />
el doble que ustedes! ¡Ay de ustedes,<br />
guías ciegos, que dicen: “Jurar por el<br />
templo no obliga, jurar por el oro del<br />
templo sí obliga”. ¡Necios y ciegos!<br />
¿Qué es más, el oro o el templo que<br />
consagra el oro? También dicen: “Jurar<br />
por el altar no obliga, jurar por la<br />
ofrenda que está en el altar sí obliga”.<br />
¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el<br />
altar que consagra la ofrenda? Quien<br />
jura por el altar jura también por todo<br />
lo que está sobre él; quien jura por el<br />
templo jura también por el que habita<br />
en él; y quien jura por el cielo jura por<br />
el trono de Dios y también por el que<br />
está sentado en él.»<br />
Palabra del Señor.<br />
LUNES 26
MEDITACIÓN<br />
Me gustaría que nos hiciéramos la<br />
siguiente pregunta: ¿Soy medio de<br />
bendición o un obstáculo para que<br />
otros reciban la bendición de Dios?<br />
¿Los esposos estamos llamados a<br />
ayudar al cónyugue a establecer una<br />
relación íntima con el Señor? ¿Los<br />
motivamos a recibir los sacramentos,<br />
a que oren, lean la Palabra de Dios;<br />
los acompañamos en su jornada? Les<br />
damos testimonio de vida o se lo impedimos<br />
con nuestras actitudes. Más<br />
aún, ¿compartimos el Evangelio con<br />
los hijos, los motivamos a ir a Misa?<br />
¿Les mostramos a otras personas el<br />
camino para que se encuentren con<br />
Jesús? ¿Somos cuidadosos de no<br />
juzgar, envidiar, criticar a los demás?<br />
¿Buscamos la unidad de la familia, la<br />
comunidad; damos testimonio en el<br />
trabajo, hago las tareas con alegría,<br />
le doy la gloria a Dios a través de todo<br />
cuanto hago y digo? ¿Practico la caridad?<br />
Todas estas preguntas son para<br />
que hagamos un examen de conciencia,<br />
porque cuando leemos el pasaje<br />
del Evangelio de este día, fácilmente<br />
podríamos apuntar el dedo y señalar<br />
a los fariseos y escribas e incluso escandalizarnos<br />
de sus actitudes; más<br />
aún, decirles a otros, ahí te hablan.<br />
Pero la realidad es que también nosotros<br />
podemos ser como ellos piedra<br />
de tropiezo, una carga innecesaria<br />
con nuestro comportamiento y actitudes,<br />
forma de hablar y actuar. Somos<br />
llamados a ser un testimonio vivo de la<br />
presencia de Cristo en nuestra vida, a<br />
dejarnos conducir por el Espíritu Santo,<br />
dar frutos de conversión y transformación<br />
en Cristo. El Evangelio según<br />
san Juan 15:8, nos dice que “la gloria<br />
de mi Padre está en que den mucho<br />
fruto y que sean mis discípulos”. Por<br />
lo tanto, es dar fruto, paciencia, mansedumbre,<br />
comprensión, afabilidad,<br />
saber perdonar y servir a los demás.<br />
Si siguiésemos todos los consejos<br />
que Jesús nos da, todo sería muy<br />
distinto. No es fácil aceptar las correcciones<br />
y consejos de otros, mucho<br />
menos de Dios, como lo leemos en el<br />
Evangelio. De ahí que sea necesario<br />
a diario, implorar la Gracia de confiar<br />
en Dios siempre, pues lo que pide a<br />
cada uno, lo pide por amor, y es lo<br />
mejor. Y así mismo darle las gracias<br />
por el infinito amor que tiene, el cual<br />
es capaz de prevenir, levantar y ayudar<br />
a retomar el camino correcto. ¡Jesús,<br />
en ti confío!<br />
ORACIÓN<br />
Señor Jesús, tú que supiste reprender<br />
a los escribas y fariseos con palabras<br />
llenas de fuerza y de verdad, danos<br />
la gracia de poder escucharte, pues<br />
quizá nos estás hablando y no lo<br />
hacemos. Danos la gracia de poder<br />
corregir nuestras actitudes y poder<br />
darnos a los demás como tú te nos<br />
has dado por completo. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Reforzar y actuar con coherencia de<br />
vida, aplicando cada día la caridad,<br />
dando testimonio de la justicia y la<br />
misericordia de Dios en mi vida.<br />
64
MARTES - SANTA MÓNICA<br />
Laudes: Sal 23; Cant. Tb 13, 1-20; Sal 32<br />
27Vísperas: Sal 19; Sal 20; Cant. Ap 4, 11.5, 9-10.12<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Deseábamos entregarles no solo<br />
el Evangelio de Dios, sino hasta<br />
nuestras propias personas<br />
Lectura de la primera<br />
carta del apóstol san Pablo<br />
a los Tesalonicenses 2, 1-8<br />
Saben muy bien, hermanos, que nuestra<br />
visita no fue inútil. A pesar de los<br />
sufrimientos e injurias padecidos en<br />
Filipos, que ya conocen, tuvimos valor<br />
–apoyados en nuestro Dios– para<br />
predicarles el Evangelio de Dios en<br />
medio de fuerte oposición. Nuestra<br />
exhortación no procedía de error o<br />
de motivos turbios, ni usaba engaños,<br />
sino que Dios nos ha aprobado y nos ha<br />
confiado el Evangelio, y así lo predicamos,<br />
no para contentar a los hombres,<br />
sino a Dios, que aprueba nuestras<br />
intenciones. Como bien saben, nunca<br />
hemos tenido palabras de adulación ni<br />
codicia disimulada. Dios es testigo. No<br />
pretendimos honor de los hombres, ni<br />
de ustedes, ni de los demás, aunque,<br />
como apóstoles de Cristo, podíamos<br />
haberles hablado autoritariamente;<br />
por el contrario, los tratamos con<br />
delicadeza, como una madre cuida de<br />
sus hijos. Les teníamos tanto cariño<br />
que deseábamos entregarles no solo el<br />
Evangelio de Dios, sino hasta nuestras<br />
propias personas, porque se habían<br />
ganado nuestro amor.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
138, 1-6<br />
R. Señor, tú me sondeas<br />
y me conoces.<br />
Señor, tú me sondeas y me conoces; me<br />
conoces cuando me siento o me levanto,<br />
65<br />
de lejos penetras mis pensamientos; distingues<br />
mi camino y mi descanso, todas<br />
mis sendas te son familiares. R<br />
No ha llegado la palabra a mi lengua,<br />
y ya, Señor, te la sabes toda. Me estrechas<br />
detrás y delante, me cubres con tu<br />
palma. Tanto saber me sobrepasa, es<br />
sublime, y no lo abarco. R<br />
EVANGELIO<br />
Esto es lo que habría que practicar,<br />
aunque sin descuidar aquello<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 23, 23-26<br />
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:<br />
—« ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />
hipócritas, que pagan el décimo de la<br />
menta, del anís y del comino, y descuidan<br />
lo más grave de la ley: el derecho,<br />
la compasión y la sinceridad! Esto es<br />
lo que habría que practicar, aunque<br />
sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos,<br />
que filtran el mosquito y se tragan el<br />
camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />
hipócritas, que limpian por fuera<br />
la copa y el plato, mientras por dentro<br />
está rebosando de robo y desenfreno!<br />
¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa<br />
por dentro, y así quedará limpia también<br />
por fuera.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Es hermoso conocer a alguien con<br />
el valor de la honestidad. Sería maravilloso<br />
que pudiéramos conocer a<br />
nuestros semejantes tal cuales son.<br />
Pero por el pecado esa pureza ha sido<br />
arropada por una apariencia distinta.<br />
La mentira, la doble moral, la traición<br />
son frutos negativos que nacen de un<br />
corazón falto de la presencia de Dios.<br />
MARTES 27
MIÉRCOLES - SAN AGUSTÍN<br />
66<br />
oración que nos dé un corazón agradable<br />
a Él. Oremos para que ninguna<br />
circunstancia de la vida nos lleve a<br />
decir o hacer cosas que estén alejadas<br />
de la verdad.<br />
Vivamos confiados en que hemos<br />
sido llamados y de que somos respaldados<br />
por un Dios compasivo y<br />
misericordioso. Busquemos el Reino<br />
y su justicia. No nos dejemos distraer<br />
por las mentiras del mundo. Miremos<br />
siempre hacia delante, hacia lo bueno<br />
y lo santo.<br />
ORACIÓN<br />
Padre bueno y misericordioso. Ayúdame<br />
a tener una vida agradable a ti. A<br />
desarrollar la honestidad en mis palabras<br />
y acciones. Perdóname por mis<br />
faltas. Líbrame del engaño y la mentira.<br />
Cubre mi vida con tu presencia. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Examinar mis pensamientos y acciones,<br />
pidiendo a Dios en oración que<br />
la honestidad sea parte esencial de<br />
mi vida.<br />
Laudes: Sal 35; Cant. Jdt 16, 1-2.13-15; Sal 46<br />
Sal 26 I; Sal 26 II; Cant. Col 1, 3.12-20<br />
Quien así actúa, es una persona que<br />
no ha permitido que el Señor more en<br />
su vida y sea transformado y llevado<br />
a un nivel espiritual tal, que su gozo<br />
diario sea ser hijo de Dios.<br />
Nuestro Padre Celestial nos conoce de<br />
una manera impresionante e incluso<br />
incomprensible para nosotros. Sabe lo<br />
que pensamos, cada paso que damos<br />
y escudriña nuestro corazón. El Señor<br />
todopoderoso y sublime penetra hasta<br />
lo más profundo de nuestro ser y nada<br />
hay oculto para Él.<br />
Seamos cristianos auténticos, hijos<br />
de Dios ejemplares. Cultivemos ese<br />
valor de la sinceridad. Hagamos de<br />
la verdad nuestro escudo. Agrademos<br />
a Dios teniendo una vida digna<br />
y honesta.<br />
Seamos personas auténticas. Practiquemos<br />
lo que profesamos. ¿A quién<br />
tratamos de engañar cuando actuamos<br />
de forma hipócrita? A los primeros<br />
que engañamos es a nosotros<br />
mismos pensando que nadie nos ve.<br />
Recordemos que nuestro Padre está<br />
dispuesto siempre a perdonar nuestros<br />
pecados. Nos invita a través de la<br />
Palabra a enderezar nuestro camino y<br />
hacer un examen de conciencia. Quiere<br />
que seamos cristianos justos y que<br />
nuestra balanza no sea adulterada.<br />
Pidamos constantemente a Dios en<br />
28 Vísperas:<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Trabajando día y noche,<br />
proclamamos entre ustedes<br />
el Evangelio de Dios<br />
Lectura de la primera<br />
carta del apóstol san Pablo<br />
a los Tesalonicenses 2, 9-13<br />
Recuerden, hermanos, nuestros esfuerzos<br />
y fatigas; trabajando día y<br />
noche para no serle gravoso a nadie,<br />
proclamamos entre ustedes el Evangelio<br />
de Dios. Ustedes son testigos,<br />
y Dios también, de lo leal, recto e<br />
irreprochable que fue nuestro proceder<br />
con ustedes, los creyentes; saben perfectamente<br />
que tratamos con cada uno
de ustedes personalmente, como un<br />
padre con sus hijos, animándolos con<br />
tono suave y enérgico a vivir como se<br />
merece Dios, que los ha llamado a su<br />
Reino y gloria. Ésa es la razón por la<br />
que no cesamos de dar gracias a Dios,<br />
porque al recibir la Palabra de Dios,<br />
que les predicamos, la acogieron no<br />
como palabra de hombre, sino, cual<br />
es en verdad, como Palabra de Dios,<br />
que permanece operante en ustedes,<br />
los creyentes.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
138, 7-12b<br />
R. Señor, tú me sondeas<br />
y me conoces.<br />
¿Adónde iré lejos de tu aliento, adonde<br />
escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo,<br />
allí estás tú; si me acuesto en el abismo,<br />
allí te encuentro. R<br />
Si vuelo hasta el margen de la aurora, si<br />
emigro hasta el confín del mar, allí me<br />
alcanzará tu izquierda, me agarrará tu<br />
derecha. R<br />
Si digo: «Que al menos la tiniebla me<br />
encubra, que la luz se haga noche en<br />
torno a mí», ni la tiniebla es oscura para<br />
ti, la noche es clara como el día. R<br />
EVANGELIO<br />
Son hijos de los que<br />
asesinaron a los profetas<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 23, 27-32<br />
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:<br />
—«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />
hipócritas, que se parecen a los sepulcros<br />
encalados! Por fuera tienen buena<br />
apariencia, pero por dentro están llenos<br />
de huesos y podredumbre; lo mismo ustedes:<br />
por fuera parecen justos, pero por<br />
dentro están repletos de hipocresía y crímenes.<br />
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />
hipócritas, que edifican sepulcros a<br />
los profetas y ornamentan los mausoleos<br />
67<br />
de los justos, diciendo: “Si hubiéramos<br />
vivido en tiempo de nuestros padres,<br />
no habríamos sido cómplices suyos en<br />
el asesinato de los profetas”. Con esto<br />
atestiguan en contra nuestra, que son<br />
hijos de los que asesinaron a los profetas.<br />
¡Colmen también ustedes la medida de<br />
sus padres!»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Recordando a San Agustín en su día,<br />
podemos identificar cómo esa “Palabra<br />
de Dios que permanece operante”<br />
referida por el Apóstol Pablo en la<br />
carta a los Tesalonicenses la podemos<br />
encontrar manifiesta y evidente<br />
en su vida.<br />
La oración de su madre, santa Mónica,<br />
la predicación de parte de san Ambrosio,<br />
sus búsquedas y reflexiones<br />
le permitieron dejar atrás el pecado<br />
para encontrar la vida de gracia que<br />
Dios le tenía reservada desde la eternidad.<br />
Es como si esa certeza con la<br />
que el salmista aclama: Señor, tú me<br />
sondeas y me conoces. ¿Adónde iré<br />
lejos de tu aliento, adonde escaparé<br />
de tu mirada? Hubiese sido escrita en<br />
su corazón hasta transformarlo por<br />
la fuerza de sentir esa presencia que<br />
escruta y enamora en Él.<br />
¿Qué necesitamos para vivir esa gracia?<br />
Sabemos que estamos refiriéndonos<br />
a un santo, pero no olvides que<br />
antes era sencillamente un pecador<br />
como tú y yo. ¿Qué nos falta experimentar<br />
o desear con vehemencia<br />
para apartarnos más de la posibilidad<br />
de estar incluidos dentro de los que<br />
pueden definirse como “sepulcros<br />
blanqueados” y acercarnos a la de<br />
emular a san Agustín?<br />
Una manera de conectarnos con la<br />
posibilidad es conocer y profundizar<br />
en algunos de sus pensamientos y que<br />
esos se transformen en una invitación<br />
MIÉRCOLES 28
amorosa a crecer en el conocimiento<br />
y reflejo de Dios. Que las frases que<br />
compartiremos a continuación nos<br />
reten a evitar ser de los que “tienen<br />
buena apariencia, pero por dentro<br />
están llenos de huesos y podredumbres”<br />
y, por el contrario, expresemos<br />
con sentimientos, pensamientos y<br />
acciones el reflejo de lo que hoy nos<br />
enseña san Agustín:<br />
“Bien, tú puedes, yo no. Guardemos<br />
lo que uno y otro hemos recibido; inflamémonos<br />
en la caridad, amémonos<br />
unos a otros, y de esta forma yo amo<br />
tu fortaleza y tú soportas mi debilidad”<br />
(S 101,7). “Dado que hablamos<br />
del camino, comportémonos como si<br />
fuéramos de camino: los más ligeros,<br />
esperen a los más lentos y caminen<br />
todos a la par” (S 101,9). “En cuanto a<br />
bienes espirituales, considera tuyo lo<br />
que amas en el hermano, y él considere<br />
suyo lo que ama en ti” (S 205,2).<br />
ORACIÓN<br />
San Agustín, pido tu intercesión para<br />
que Dios me regale la gracia de conocerlo,<br />
amarlo y reflejarlo como tú, y<br />
así llegue el hermoso día donde pueda<br />
“reconocerme inflamada de caridad,<br />
comportándome como si fuera de<br />
camino y más aún, considerando mío<br />
lo que amo en los demás y suyos los<br />
que ellos aman en mí”. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Leer y conocer más la vida de los<br />
santos, en especial la de san Agustín,<br />
pidiendo a Dios la gracia de avanzar<br />
en mi llamado a la santidad.<br />
JUEVES - EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA<br />
Laudes: Sal 56; Cant. Jr 31, 10-13; Sal 47<br />
29Vísperas: Sal 29; Sal 31; Cant. Ap 11, 17-18.12, 10-12<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Diles lo que yo te mando.<br />
No les tengas miedo<br />
Lectura del libro de<br />
Jeremías 1, 17-19<br />
En aquellos días, recibí esta palabra<br />
del Señor:<br />
«Cíñete los lomos, ponte en pie y diles<br />
lo que yo te mando. No les tengas<br />
miedo, que si no, yo te meteré miedo<br />
de ellos. Mira; yo te convierto hoy en<br />
plaza fuerte, en columna de hierro,<br />
en muralla de bronce, frente a todo el<br />
país: frente a los reyes y príncipes de<br />
Judá, frente a los sacerdotes y la gente<br />
del campo. Lucharán contra ti, pero<br />
no te podrán, porque yo estoy contigo<br />
68<br />
para librarte.» Oráculo del Señor.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
70, 1-6b.15ab.17<br />
R. Mi boca contará tu auxilio.<br />
A ti, Señor, me acojo: no quede yo<br />
derrotado para siempre; tú que eres<br />
justo, líbrame y ponme a salvo, inclina<br />
a mí tu oído, y sálvame. R<br />
Sé tú mi roca de refugio, el alcázar<br />
donde me salve, porque mi peña y mi<br />
alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de<br />
la mano perversa. R<br />
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza<br />
y mi confianza, Señor, desde<br />
mi juventud. En el vientre materno
ya me apoyaba en ti, en el seno tú me<br />
sostenías. R<br />
Mi boca contará tu auxilio, y todo<br />
el día tu salvación. Dios mío, me<br />
instruiste desde mi juventud, y hasta<br />
hoy relato tus maravillas. R<br />
EVANGELIO<br />
Quiero que ahora mismo<br />
me des en una bandeja<br />
la cabeza de Juan, el Bautista<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Marcos 6, 17-29<br />
En aquel tiempo, Herodes había mandado<br />
prender a Juan y lo había metido<br />
en la cárcel, encadenado. El motivo<br />
era que Herodes se había casado con<br />
Herodías, mujer de su hermano Filipo,<br />
y Juan le decía que no le era lícito tener<br />
la mujer de su hermano. Herodías<br />
aborrecía a Juan y quería quitarlo de<br />
en medio; no acababa de conseguirlo,<br />
porque Herodes respetaba a Juan,<br />
sabiendo que era un hombre honrado<br />
y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba,<br />
quedaba desconcertado, y lo<br />
escuchaba con gusto. La ocasión llegó<br />
cuando Herodes, por su cumpleaños,<br />
dio un banquete a sus magnates, a<br />
sus oficiales y a la gente principal de<br />
Galilea. La hija de Herodías entró y<br />
danzó, gustando mucho a Herodes y a<br />
los convidados. El rey le dijo a la joven:<br />
—«Pídeme lo que quieras, que te lo<br />
doy.» Y le juró:<br />
—«Te daré lo que me pidas, aunque<br />
sea la mitad de mi reino.»<br />
Ella salió a preguntarle a su madre:<br />
—«¿Qué le pido?» La madre le contestó:<br />
—«La cabeza de Juan, el Bautista.»<br />
Entró ella en seguida, a toda prisa, se<br />
acercó al rey y le pidió:<br />
—«Quiero que ahora mismo me des<br />
en una bandeja la cabeza de Juan, el<br />
Bautista.»<br />
El rey se puso muy triste; pero, por el<br />
69<br />
juramento y los convidados, no quiso<br />
desairarla. En seguida le mandó a un<br />
verdugo que trajese la cabeza de Juan.<br />
Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la<br />
cabeza en una bandeja y se la entregó a<br />
la joven; la joven se la entregó a su madre.<br />
Al enterarse sus discípulos, fueron<br />
a recoger el cadáver y lo enterraron.<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Hoy conmemoramos el martirio del<br />
profeta Juan Bautista. Como precursor<br />
y proclamador de la verdad, llegó<br />
al mundo y logró entender su misión: la<br />
de preparar el camino para la llegada<br />
de Jesús. Juan, quien representa el<br />
último profeta de la Antigua Alianza,<br />
vivió su vida desde la valiente denuncia<br />
del mal y la proclamación y motivación<br />
hacia el seguimiento del que iba a ser<br />
más grande que él. Hombre de sencillez<br />
y líder de un grupo de seguidores,<br />
arriesgó su vida denunciando, sin<br />
miedo, la corrupción y el desenfreno<br />
de los poderosos de su tiempo.<br />
Durante su vida y la de Jesús, Galilea<br />
– la tierra de Jesús – estaba siendo<br />
gobernada por Herodes Antipas, hijo<br />
del rey Herodes el Grande muerto<br />
cuando Jesús era un niño. Vivía rodeado<br />
de los poderosos de su tiempo:<br />
generales, magnates, los dueños de<br />
la tierra, los soldados, los jueces – en<br />
fin – los que imponían las cargas a las<br />
mayorías. En su morada era donde se<br />
celebraban las grandes fiestas donde<br />
asistían, como hoy, “un banquete a sus<br />
magnates, a sus oficiales y a la gente<br />
principal de Galilea”. Herodes gobernó<br />
por 43 años e impuso un sistema<br />
de corrupto aliado a los dueños de la<br />
tierra, los fiscales, publicanos, jefes<br />
locales, comerciantes y escribas.<br />
Hoy contrasta la lucha de un hombre,<br />
Juan, movido por el Espíritu de la justicia,<br />
en contraposición de Herodes y<br />
JUEVES 29
su gente, movidos por la ambición de<br />
poder. Hoy somos ante dos grandes<br />
caminos: el del bien y el del mal, el de<br />
la vida y el de la muerte, el del amor y<br />
el del egoísmo. Hoy estamos interpelados<br />
a decidir si queremos dejarnos<br />
guiar por el miedo a perder nuestro<br />
“poder” y por el pecado que nos hace<br />
avanzar hacia la destrucción y la muerte.<br />
Hoy estamos frente a la coherencia<br />
mostrada desde la cárcel del Bautista,<br />
quien se atreve a denunciar, a entregarse<br />
al pueblo por amor, a seguir el<br />
camino de la fidelidad a Dios que lo<br />
mueve a realizar lo que es correcto,<br />
agradable y justo, aunque le cueste la<br />
vida. Esto es lo que el mundo necesita:<br />
hombres y mujeres prestos a anunciar<br />
el amor y a denunciar la injusticia;<br />
personas movidas por el corazón del<br />
Resucitado que se saben servidores<br />
y no servidos desde el poder; gente<br />
motivada desde la fragilidad del llamado<br />
a luchar por un mejor mundo,<br />
aunque esto cueste. Demos gracias<br />
por los que luchan por el Reino y no<br />
30<br />
aparten<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Esto quiere Dios de ustedes:<br />
una vida sagrada<br />
Lectura de la primera carta<br />
del apóstol san Pablo a los<br />
Tesalonicenses 4, 1-8<br />
Hermanos, por Cristo Jesús les rogamos<br />
y exhortamos:<br />
Han aprendido de nosotros cómo proceder<br />
para agradar a Dios; pues procedan<br />
así y sigan adelante. Ya conocen las<br />
instrucciones que les dimos, en nombre<br />
del Señor Jesús. Esto quiere Dios<br />
de ustedes: una vida sagrada, que los<br />
70<br />
se retractan en construir un mundo<br />
mejor. El Evangelio es realidad, vida,<br />
esperanza y amor que nos impulsa<br />
a luchar para que el mundo, nuestro<br />
pequeño y gran mundo, se deje guiar<br />
por el Dios que siempre escucha el<br />
clamor de su pueblo, aunque esto sea<br />
difícil. Esto también es el Evangelio- la<br />
Buena Noticia de Jesús de Nazaret.<br />
ORACIÓN<br />
Te damos gracias Dios por tantos<br />
hombres y mujeres que arriesgan<br />
hasta la vida por la construcción de tu<br />
Reino en este mundo. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Apoyar algún movimiento eclesial<br />
que en el se luche por la dignidad y<br />
superación de los que menos tienen.<br />
VIERNES 30 - SANTA ROSA DE LIMA<br />
Laudes: Sal 50; Cant. Is 45, 15-26; Sal 99<br />
Vísperas: Sal 40; Sal 45; Cant. Ap 15, 3-4<br />
del desenfreno, que sepa cada<br />
cual controlar su propio cuerpo santa y<br />
respetuosamente, sin dejarse arrastrar<br />
por la pasión, como hacen los gentiles<br />
que no conocen a Dios. Y que en este<br />
asunto nadie ofenda a su hermano ni se<br />
aproveche con engaño, porque el Señor<br />
venga todo esto, como ya les dijimos y<br />
aseguramos. Dios no nos ha llamado a<br />
una vida impura, sino sagrada. Por consiguiente,<br />
el que desprecia este mandato<br />
no desprecia a un hombre, sino a Dios,<br />
que les ha dado su Espíritu Santo.<br />
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL<br />
96, 1-2b.5-6.10-12<br />
R. Alégrense, justos,<br />
con el Señor.<br />
El Señor reina, la Tierra goza, se alegran<br />
las islas innumerables. Justicia y<br />
derecho sostienen su trono. R.<br />
Los montes se derriten como cera ante<br />
el dueño de toda la Tierra; los cielos<br />
pregonan su justicia, y todos los pueblos<br />
contemplan su gloria. R<br />
El Señor ama al que aborrece el mal,<br />
protege la vida de sus fieles y los libra<br />
de los malvados. R<br />
Amanece la luz para el justo, y la alegría<br />
para los rectos de corazón. Alégrense,<br />
justos, con el Señor, celebren<br />
su santo nombre. R<br />
EVANGELIO<br />
¡Que llega el esposo,<br />
salgan a recibirlo!<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 25, 1-13<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos<br />
esta parábola:<br />
—«Se parecerá el Reino de los Cielos<br />
a diez doncellas que tomaron sus lámparas<br />
y salieron a esperar al esposo.<br />
Cinco de ellas eran necias y cinco<br />
eran sensatas. Las necias, al tomar las<br />
lámparas, se dejaron el aceite; en cambio,<br />
las sensatas se llevaron alcuzas<br />
de aceite con las lámparas. El esposo<br />
tardaba, les entró sueño a todas y se<br />
durmieron. A medianoche se oyó una<br />
voz: “¡Que llega el esposo, salgan a<br />
recibirlo!”. Entonces se despertaron<br />
todas aquellas doncellas y se pusieron<br />
a preparar sus lámparas. Y las necias<br />
dijeron a las sensatas: “Dennos un<br />
poco de su aceite, que se nos apagan<br />
las lámparas”. Pero las sensatas contestaron:<br />
“Por si acaso no hay bastante<br />
para ustedes y nosotras, mejor es que<br />
vayan a la tienda y lo compren”. Mientras<br />
iban a comprarlo, llegó el esposo,<br />
71<br />
y las que estaban preparadas entraron<br />
con él al banquete de bodas, y se cerró<br />
la puerta. Más tarde llegaron también<br />
las otras doncellas, diciendo: “Señor,<br />
señor, ábrenos”. Pero él respondió:<br />
“Se lo aseguro: no las conozco”. Por<br />
tanto, velen, porque no saben el día ni<br />
la hora.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
Según la parábola que Jesús nos<br />
cuenta este domingo, esta es una<br />
más de las características del Reino<br />
de Dios: llega sin avisar. Hay que estar<br />
preparados, porque no sabemos ni el<br />
día ni la hora.<br />
En este mundo estamos de paso,<br />
no sabemos cuanto tiempo vamos<br />
a durar en esta vida. Algunos vivirán<br />
unos pocos años, otros tendrán larga<br />
vida y morirán en la ancianidad. Y, sin<br />
embargo, cuidamos tantas cosas:<br />
el éxito, nuestra jubilación, la salud,<br />
muchas cosas más; pero no siempre<br />
cuidamos el poder descansar<br />
eternamente en los brazos de Dios.<br />
Tendremos que abrir nuestras manos<br />
y mostrar lo que hemos hecho con<br />
ellas. Mostrar nuestra preparación y<br />
así evitar el fracaso definitivo de la<br />
vida, que se nos explica en Mateo 25,<br />
31´ss en el juicio final.<br />
Lo que no hayamos hecho hasta<br />
ahora, podremos hacerlo. Siempre<br />
estamos a tiempo de cambiar y<br />
prestar atención a la llamada de Dios<br />
para seguirla listos para responder:<br />
Estemos atentos para servir a los<br />
sedientos, para llevar consuelo a los<br />
encarcelados, para dar algo de comer<br />
a los hambrientos. Tengamos nuestra<br />
vida llena de obras de bien para<br />
mostrar, de acciones concretas en<br />
favor de quienes ni siquiera pueden<br />
agradecernos.<br />
Pedro Casaldaliga lo dice hermosa-<br />
VIERNES 30
mente: “Al final del camino me dirán:<br />
—¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin<br />
decir nada, abriré el corazón lleno de<br />
nombres”.<br />
ORACIÓN<br />
Señor, qué diferente es mi vida cuando<br />
me esfuerzo por verlo todo desde<br />
la mirada de la muerte. Cuántas cosas<br />
desde la fe en el encuentro final<br />
contigo, tienen sentido, la alegría que<br />
di a otros, los abrazos que brindé, la<br />
paciencia que demostré con el que<br />
estaba en un mal momento. Todo se<br />
transforma y se vuelve relativo de cara<br />
a la eternidad. ¡Qué pocas cosas son<br />
importantes! Ayúdame a vivir pensando<br />
en el cielo que me has prometido<br />
y que lo busque como esa perla fina,<br />
ese gran tesoro que dará plenitud a<br />
mi vida. Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Hacer un examen de conciencia y<br />
dedicar más tiempo a servir a Dios.<br />
SÁBADO - SAN RAMÓN NONATO<br />
Laudes: Sal 118, 145-152; Cant. Ex 15, 1-4.8-13.17-18; Sal 116<br />
31Vísperas: Sal 118, 105-112; Sal 15; Cant. Flp 2, 6-11<br />
PRIMERA LECTURA<br />
Dios mismo les ha enseñado<br />
a amarse los unos a los otros<br />
Lectura de la primera carta<br />
del apóstol san Pablo a los<br />
Tesalonicenses 4, 9-11<br />
Hermanos:<br />
Acerca del amor fraterno no hace falta<br />
que les escriba, porque Dios mismo les<br />
ha enseñado a amarse los unos a los<br />
otros. Como ya lo hacen con todos los<br />
hermanos de Macedonia. Hermanos,<br />
los exhortamos a seguir progresando:<br />
esforzados por mantener la calma,<br />
ocupándose de sus propios asuntos<br />
y trabajando con sus propias manos,<br />
como se lo tenemos mandado.<br />
Palabra de Dios.<br />
SALMO RESPONSORIAL<br />
97, 1.7-9<br />
R. El Señor llega para regir<br />
los pueblos con rectitud.<br />
Canten al Señor un cántico nuevo, porque<br />
ha hecho maravillas: su diestra le ha<br />
dado la victoria, su santo brazo. R<br />
Retumbe el mar y cuanto contiene, la<br />
tierra y cuantos la habitan; aplaudan los<br />
ríos, aclamen los montes. R<br />
Al Señor, que llega para regir la tierra.<br />
Regirá el orbe con justicia y los pueblos<br />
con rectitud. R<br />
EVANGELIO<br />
Has sido fiel en lo poco,<br />
pasa el banquete de tu señor<br />
Lectura del Santo Evangelio<br />
según san Mateo 25, 14-30<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos<br />
esta parábola:<br />
—«Un hombre, al irse de viaje, llamó a<br />
sus empleados y los dejó encargados de<br />
sus bienes: a uno le dejó cinco talentos<br />
de plata, a otro dos, a otro uno, a cada<br />
cual según su capacidad; luego se marchó.<br />
El que recibió cinco talentos fue<br />
en seguida a negociar con ellos y ganó<br />
otros cinco. El que recibió dos hizo lo<br />
72
mismo y ganó otros dos. En cambio,<br />
el que recibió uno hizo un hoyo en la<br />
tierra y escondió el dinero de su señor.<br />
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor<br />
de aquellos empleados y se puso a<br />
ajustar las cuentas con ellos. Se acercó<br />
el que había recibido cinco talentos y le<br />
presentó otros cinco, diciendo: “Señor,<br />
cinco talentos me dejaste; mira, he ganado<br />
otros cinco”. Su señor le dijo: “Muy<br />
bien. Eres un empleado fiel y cumplidor;<br />
como has sido fiel en lo poco, te daré un<br />
cargo importante; pasa al banquete de<br />
tu señor”. Se acercó luego el que había<br />
recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos<br />
talentos me dejaste; mira, he ganado<br />
otros dos”. Su señor le dijo: “Muy bien.<br />
Eres un empleado fiel y cumplidor;<br />
como has sido fiel en lo poco, te daré un<br />
cargo importante; pasa al banquete de<br />
tu señor”. Finalmente, se acercó el que<br />
había recibido un talento y dijo: “Señor,<br />
sabía que eres exigente, que siegas<br />
donde no siembras y recoges donde no<br />
esparces, tuve miedo y fui a esconder<br />
tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo<br />
tuyo”. El señor le respondió: “Eres un<br />
empleado negligente y holgazán. ¿Con<br />
que sabías que siego donde no siembro<br />
y recojo donde no esparzo? Pues debías<br />
haber puesto mi dinero en el banco, para<br />
que, al volver yo, pudiera recoger lo mío<br />
con los intereses. Quítenle el talento y<br />
désenlo al que tiene diez. Porque al que<br />
tiene se le dará y le sobrará, pero al que<br />
no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.<br />
Y a ese empleado inútil échenlo fuera, a<br />
las tinieblas; allí será el llanto y rechinar<br />
de dientes”.»<br />
Palabra del Señor.<br />
MEDITACIÓN<br />
¿Cuál es el descontento del hombre<br />
que llama inútil, negligente y holgazán<br />
a su empleado? Muy sencillo: no está<br />
satisfecho con su empleado porque<br />
este es un vago de primera. Así de<br />
73<br />
claro. Lo que de verdad le incomoda<br />
es que se haya pasado el tiempo (mucho<br />
tiempo, precisa la parábola) sin<br />
hacer nada. Sin moverse, sin avanzar,<br />
estancado en su miedo (“tuve miedo<br />
y escondí tu dinero”).<br />
Se quedó inmóvil, puso el freno y se<br />
dedicó a ver el avance y el progreso<br />
de los demás. Esa es la parábola de<br />
los talentos que nos trae el Evangelio<br />
de hoy.<br />
Por otro lado, san Pablo, a quien no<br />
le gustaba para nada la vagancia ni<br />
el chisme, les dice en su carta a los<br />
tesalonicenses que sigan progresando,<br />
que se esfuercen, sin perder la<br />
calma, y se ocupen en sus asuntos<br />
trabajando con sus propias manos.<br />
Es que no queda de otra que trabajar.<br />
El empleado holgazán y que anda<br />
metiéndose en todo no es el modelo<br />
de un cristiano prudente y fiel.<br />
A nosotros nos puede llegar en algún<br />
momento la pereza, enemigo número<br />
uno del que quiere progresar en el camino<br />
de la fe. Puede que el desánimo<br />
reduzca los deseos de continuar en la<br />
lucha diaria por ser mejores, por mantener<br />
el paso decidido y ser constantes<br />
en esto de ser cristianos en serio.<br />
Nos cansamos, claro que sí. Fallamos<br />
y cometemos errores, por supuesto.<br />
Lo que no debemos es abandonar<br />
y tirar la toalla. Recuerda que, si hoy<br />
no pudimos hacerlo, mañana será<br />
otro día y nos dan la oportunidad de<br />
volver a intentarlo. Uno de los sabios<br />
más influyentes en China (Lao-Tse)<br />
dijo: “Un viaje de mil kilómetros comienza<br />
con un primer paso”. En los<br />
círculos de Alcohólicos Anónimos la<br />
consigna reza así: “Día a día, poco a<br />
poco, paso a paso”. De manera que<br />
lo que importa es trabajar y mantener<br />
el ritmo. Está prohibido abandonar<br />
y enterrar las cualidades que tienes,<br />
regalo de Dios. El que te hizo espera<br />
SÁBADO 31
mucho de ti, no lo defraudes.<br />
No tenemos que comprometernos en<br />
un único día a ser estupendos y santos<br />
durante el resto de nuestras vidas.<br />
Solamente hemos de comprometernos<br />
a intentar amar a Dios en el día de<br />
hoy; o si eso es demasiado, en esta<br />
hora. O durante este minuto. Dios nos<br />
ayudará momento a momento, paso<br />
a paso. Tenemos que dar pasos pequeños,<br />
o de lo contrario nos cansaremos.<br />
“Cada día tiene bastante con<br />
sus propios afanes”, nos dice Jesús.<br />
Tratar de cumplir la voluntad de Dios<br />
en un instante es más de lo que ha<br />
conseguido el mayor de los santos.<br />
Aunque, si incluso confiar en hacer la<br />
voluntad de Dios durante los próximos<br />
dos minutos te parece que va a<br />
terminar en frustración y fracaso, no<br />
olvides que la voluntad es la clave.<br />
Adelante y pasa al banquete de tu<br />
señor.<br />
ORACIÓN<br />
Señor, que cuando me llames a tu<br />
presencia puedas reconocerme<br />
como siervo bueno y fiel. Dame la<br />
gracia de no encerrarme en mí mismo<br />
y de abrirme al amor y solidaridad<br />
hacia los demás. Que pueda hacer<br />
crecer y fructificar todos los dones<br />
que he recibido de tu ilimitada bondad.<br />
Amén.<br />
CONTEMPLACIÓN<br />
Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />
en silencio por un rato «saboreando»<br />
a Jesús, viéndolo en la fe.<br />
Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />
PROPÓSITO DEL DÍA<br />
Practicar la caridad y tener un gesto<br />
solidario con un hermano necesitado.<br />
Una publicación de Fundación La Buena Noticia.<br />
www.revistarayodeluz.com<br />
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