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1<br />

JUEVES 01


2


ARTÍCULO DE LUZ<br />

LA RESTAURACIÓN<br />

DEL CORAZÓN<br />

tú (mi Dios), tratándome con mano suavísima<br />

y llena de misericordia, fuiste modelando poco a poco<br />

“Entonces<br />

mi corazón”. (San Agustín de Hipona)<br />

Cuando busqué el significado del verbo “restaurar” encontré algo<br />

que me desató imágenes e historias: Restaurar es reparar una obra<br />

de arte a su estado original. Entonces vinieron a mi mente los<br />

cientos de católicos con velas encendidas entonando himnos y<br />

oraciones mientras ardía la Catedral de Notre Dâme en París. Un<br />

desbordamiento de fe que conmovió al mundo. Los restauradores<br />

saben el tiempo que toma devolver los monumentos, los cuadros,<br />

las esculturas a su antigua gloria. En la Palabra de Dios está muy<br />

claro cuál es el tesoro que nuestro Señor quiere restaurar:<br />

“Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su<br />

carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen<br />

según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean<br />

mi pueblo y yo sea su Dios.” (Ezequiel 11 , 19-20)<br />

Es tu corazón desde donde todo brota. Es la obra perfecta donde el Espíritu<br />

quiere habitar, hacerlo su templo, su bastión. Es tu corazón que debe ser restaurado<br />

en un corazón de carne donde quede escrita la nueva ley del amor.<br />

Un corazón limpio que debemos revisar diariamente en nuestras acciones, en<br />

nuestras palabras, en nuestra responsabilidad cívica, en nuestra actitud.<br />

Si de tu boca no salen palabras de esperanza, si sientes que el peso de tus<br />

pecados es algo que nada puede cambiar, si te atormentan tus debilidades y<br />

has rehuido de Dios, si te consideras incapaz de perdonar, si presagias que tu<br />

país va rumbo al desastre y nadie puede evitarlo, has dejado endurecer partes<br />

de tu corazón.<br />

La buena noticia es que hay un Padre que te ama por cada persona del mundo<br />

que te haya hecho daño, que te haya despreciado, que te haya juzgado. La<br />

restauración comienza con un acto de fe que en este momento puedes hacer,<br />

pidiendo al padre Dios que Jesús te tome dulcemente de la mano y te acompañe<br />

escaleras abajo, a los sótanos más oscuros de tu alma y puedas reconciliar a<br />

lo interno todo lo que quisiste ser y no has sido del todo, tus debilidades, tus<br />

duelos, tus enfermedades, tus heridas.<br />

3


¿POR QUÉ DE LA MANO DE JESÚS?<br />

Porque Él es nuestra esperanza, su Espíritu es<br />

quien va a transformarte poco a poco todo, si<br />

asumes tus faltas conscientemente y buscas<br />

evitar nuevas ocasiones de pecar.<br />

La batalla de la Restauración, devolvió nuestra<br />

tierra a sus legítimos dueños, los dominicanos.<br />

Es hora de que en nuestro ser haya también un<br />

retorno del corazón a su legítimo dueño y creador:<br />

El que valora su obra maestra y la quiere<br />

restaurar. El país se renovará cuando cada uno<br />

de nosotros busque obrar según los preceptos<br />

de Dios. Cuando asumamos responsablemente,<br />

cada día, el papel que nos toca, cuando veamos<br />

en el hermano que sufre, un hijo lastimado de<br />

nuestro Señor.<br />

Revisemos cada día los detalles que marcan los grandes cambios. Ceder el paso<br />

mientras conducimos, tratar con respeto y reverencia a los más desprotegidos<br />

de nuestra sociedad, al que te pide en la calle, al que te sirve día a día. Practiquemos<br />

la educación, el tacto, la gentileza, la escucha sin juicio. Una llamada,<br />

un gesto de cariño, guardar las normas de convivencia. Cuidar nuestra lengua,<br />

que siendo un órgano pequeño, puede provocar incendios, dañar reputaciones,<br />

aceptar vulgaridades, deshonrar, herir y hacernos caer en tentación antes de<br />

darnos cuenta.<br />

Se renovará la Iglesia, como pide nuestro Papa Francisco. Todo el desorden,<br />

las muertes, las violencias, las nuevas ideologías, los abortos cambiarán si yo<br />

asumo, si yo me aferro a los sacramentos, si yo oro con fe, si yo cuido delicadamente<br />

las acciones de cada día, por imperceptibles que sean. El católico es<br />

un ser humano al que se le ha encomendado el mundo. Restaurando nuestras<br />

vidas, nuestro corazón, nuestra fuerza comunitaria en la convivencia, la celebración<br />

de los sacramentos y la oración; con la intercesión de nuestra Madre<br />

y todos los ángeles y los santos, nuestro país, la humanidad, verá cumplida la<br />

profecía de Ezequiel.<br />

Sí buen Jesús, Tú que haces nuevas todas las cosas, restáurame; que en todos<br />

te vea y que contigo emprenda la aventura de ser lo que has anhelado para<br />

mí. Que podamos lograrlo todos los dominicanos y nuestros hermanos del<br />

mundo entero.<br />

Jesús nos ama tal y como somos. Pero como nos ama, nos anima a ser perfectos<br />

como nuestro Padre del Cielo es perfecto. Dejarnos amar, enamorar, de<br />

Cristo es el principio de la felicidad y la paz; el inicio de todo proceso de ser<br />

mejores por Él y para Él.<br />

- Hortensia Álvarez<br />

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HÉROE DE LUZ - 1 DE <strong>AGO</strong>STO<br />

SAN ALFONSO<br />

MARÍA DE LIGORIO<br />

San Alfonso nació cerca de Nápoles<br />

el 27 de septiembre de 1696. Siendo<br />

aún niño fue visitado por san<br />

Francisco Jerónimo el cual lo bendijo<br />

y predijo para él grandes bendiciones y<br />

sabiduría. A los 16 años, caso excepcional<br />

obtiene el grado de doctor en ambos<br />

derechos, civil y canónico, con notas<br />

sobresalientes en todos sus estudios.<br />

Para conservar la pureza de su alma<br />

escogió un director espiritual, visitaba<br />

frecuentemente a Jesús Sacramentado,<br />

rezaba con gran devoción<br />

a la Virgen y huía de todos los que<br />

tuvieran malas conversaciones.<br />

Su padre, que deseaba hacer de él<br />

un brillante político, lo hizo estudiar<br />

varios idiomas modernos, aprender<br />

música, artes y detalles de la vida<br />

caballeresca. Como abogado, el santo<br />

obtenía importantes triunfos; sin embargo,<br />

no lo dejaba satisfecho ante el<br />

gran peligro que en el mundo existe de<br />

ofender a Dios.<br />

Por revelación divina, san Alfonso<br />

abandonó todo y decide convertirse en<br />

apóstol incansable del Señor Jesús. La<br />

tarea no fue fácil; tuvo que enfrentar,<br />

con gran lucha espiritual, a su padre<br />

y familia, a sus amigos y así mismo.<br />

Al fin, a los 30 años de edad logra ser<br />

ordenado sacerdote, y desde entonces<br />

se dedicó a trabajar con las gentes de<br />

los barrios más pobres de Nápoles y de<br />

otras ciudades, a quienes les enseñaba<br />

el catecismo. El 9 de noviembre de 1752<br />

fundó, junto con otros sacerdotes, la<br />

5<br />

Congregación del Santísimo Redentor<br />

(o Padres Redentoristas), y siguiendo<br />

el ejemplo de Jesús se dedicaron a<br />

recorrer ciudades, pueblos y campos<br />

predicando el Evangelio. Por 30 años,<br />

con su equipo de misioneros, el santo<br />

recorrió campos, pueblos, ciudades,<br />

provincias, permaneciendo en cada sitio<br />

10 o 15 días predicando, para que no<br />

quedara ningún grupo sin ser instruido<br />

y atendido espiritualmente.<br />

San Alfonso fue un escritor muy<br />

prolífico; al morir dejó 111 libros<br />

y opúsculos impresos y 2 mil manuscritos.<br />

Durante su vida vio 402<br />

ediciones de sus obras.<br />

En 1762 el Papa lo nombró obispo de<br />

Santa Águeda. San Alfonso, quien no<br />

deseaba asumir el cargo, aceptó con<br />

humildad y obediencia, permaneciendo<br />

al frente de la diócesis por 13 años donde<br />

predicó el Evangelio, formó grupos<br />

de misioneros y dio catequesis a los<br />

más pequeños y necesitados.<br />

Sus últimos años fueron llenos de sufrimientos<br />

y enfermedades dolorosas;<br />

el santo soportó pacientemente todos<br />

estos males, rezando siempre por la<br />

conversión de los pecadores y por su<br />

propia santidad. San Alfonso murió<br />

el 1 de agosto de 1787, a la edad de 90<br />

años. El Papa Gregorio XVI lo declaró<br />

santo en 1839. El Papa Pío IX lo declaró<br />

Doctor de la Iglesia en 1875.<br />

Fuente: Aciprensa


PASTOR CON OLOR A OVEJA<br />

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO<br />

PARA LA 53 JORNADA MUNDIAL<br />

DE LAS COMUNICACIONES<br />

Internet representa una posibilidad extraordinaria de acceso al saber; pero también<br />

es cierto que se ha manifestado como uno de los lugares más expuestos a<br />

la desinformación y a la distorsión consciente y planificada de los hechos y de<br />

las relaciones interpersonales, que a menudo asumen la forma del descrédito.<br />

Hay que reconocer que, por un lado, las redes sociales sirven para que estemos<br />

más en contacto, nos encontremos y ayudemos los unos a los otros; pero por otro,<br />

se prestan también a un uso manipulador de los datos personales con la finalidad<br />

de obtener ventajas políticas y económicas, sin el respeto debido a la persona y<br />

a sus derechos. Entre los más jóvenes, las estadísticas revelan que uno de cada<br />

cuatro chicos se ha visto envuelto en episodios de acoso cibernético.<br />

La figura de la red nos invita a reflexionar sobre la multiplicidad de recorridos<br />

y nudos que aseguran su resistencia sin que haya un centro, una<br />

estructura de tipo jerárquico, una organización de tipo vertical. La red<br />

funciona gracias a la coparticipación de todos los elementos.<br />

La metáfora de la red, trasladada a la dimensión antropológica, nos recuerda otra<br />

figura llena de significados: la comunidad. Cuanto más cohesionada y solidaria<br />

es una comunidad, cuanto más está animada por sentimientos de confianza y<br />

persigue objetivos compartidos, mayor es su fuerza. La comunidad como red<br />

solidaria precisa de la escucha recíproca y del diálogo basado en el uso responsable<br />

del lenguaje.<br />

Es evidente que, en el escenario actual, la social network community no es<br />

automáticamente sinónimo de comunidad. En el mejor de los casos, las comunidades<br />

de las redes sociales consiguen dar prueba de cohesión y solidaridad; pero<br />

a menudo se quedan solamente en agregaciones de individuos que se agrupan<br />

en torno a intereses o temas caracterizados por vínculos débiles. Además, la<br />

identidad en las redes sociales se basa demasiadas veces en la contraposición<br />

6


frente al otro, frente al que no pertenece al grupo: este se define a partir de lo<br />

que divide en lugar de lo que une, dejando espacio a la sospecha y a la explosión<br />

de todo tipo de prejuicios (étnicos, sexuales, religiosos y otros). Esta tendencia<br />

alimenta grupos que excluyen la heterogeneidad, que favorecen, también en<br />

el ambiente digital, un individualismo desenfrenado, terminando a veces por<br />

fomentar espirales de odio. Lo que debería ser una ventana abierta al mundo se<br />

convierte así en un escaparate en el cual exhibir el propio narcisismo.<br />

La red constituye una ocasión para favorecer el encuentro con los demás, pero<br />

puede también potenciar nuestro autoaislamiento, como una telaraña que atrapa.<br />

Los jóvenes son los más expuestos a la ilusión de pensar que las redes sociales<br />

satisfacen completamente en el plano relacional; se llega así al peligroso fenómeno<br />

de los jóvenes que se convierten en “ermitaños sociales”, con el consiguiente<br />

riesgo de apartarse completamente de la sociedad. Esta dramática dinámica<br />

pone de manifiesto un grave desgarro en el tejido relacional de la sociedad, una<br />

laceración que no podemos ignorar.<br />

Como cristianos, todos nos reconocemos miembros del único cuerpo del que<br />

Cristo es la cabeza. Esto nos ayuda a ver a las personas no como competidores<br />

potenciales, sino a considerar incluso a los enemigos como personas. Ya no hay<br />

necesidad del adversario para autodefinirse, porque la mirada de inclusión que<br />

aprendemos de Cristo nos hace descubrir la alteridad de un modo nuevo, como<br />

parte integrante y condición de la relación y de la proximidad.<br />

DEL “LIKE” AL “AMÉN”<br />

La imagen del cuerpo y de los miembros nos recuerda que el uso de las redes<br />

sociales es complementario al encuentro en carne y hueso, que se da a través<br />

del cuerpo, el corazón, los ojos, la mirada, la respiración del otro. Si se usa<br />

la red como prolongación o como espera de ese encuentro, entonces no se<br />

traiciona a sí misma y sigue siendo un recurso para la comunión. Si una familia<br />

usa la red para estar más conectada y luego se encuentra en la mesa y se<br />

mira a los ojos, entonces es un recurso. Si una comunidad eclesial coordina<br />

sus actividades a través de la red, para luego celebrar la Eucaristía juntos,<br />

entonces es un recurso. Si la red me proporciona la ocasión para acercarme<br />

a historias y experiencias de belleza o de sufrimiento físicamente lejanas de<br />

mí, para rezar juntos y buscar juntos el bien en el redescubrimiento de lo que<br />

nos une, entonces es un recurso.<br />

Podemos pasar así del diagnóstico al tratamiento: abriendo el camino al<br />

diálogo, al encuentro, a la sonrisa, a la caricia... Esta es la red que queremos.<br />

Una red hecha no para atrapar, sino para liberar, para custodiar una comunión<br />

de personas libres. La Iglesia misma es una red tejida por la comunión<br />

eucarística, en la que la unión no se funda sobre los “like” sino sobre la<br />

verdad, sobre el “amén” con el que cada uno se adhiere al Cuerpo de Cristo<br />

acogiendo a los demás.<br />

Edición: Nazaret Espinal<br />

Fuente: vatican.va<br />

7


TESTIMONIO DE LUZ<br />

LOS HIJOS SON<br />

UN REGALO DE DIOS<br />

Hace un año me casé con un<br />

buen hombre, que me ama y<br />

a quien amo. Recuerdo que<br />

durante el noviazgo le decía: “Sufro<br />

de poliquistosis renal y debido a<br />

esto –desde hace varios años- soy<br />

hipertensa. Como tienes dos hermosos<br />

hijos, y ya a ellos los considero<br />

míos, no creo poder concebir debido<br />

a mi condición”, en lo que él estuvo<br />

de acuerdo.<br />

Seis meses después, para mi sorpresa,<br />

salí embarazada aún cuando el urólogo<br />

le había dicho a mi esposo que<br />

para poder concebir iba a necesitar<br />

un tratamiento especial; por lo que,<br />

en ese momento entré en pánico y<br />

me asusté pensando en cómo el embarazo<br />

afectaría mi función renal en<br />

el futuro.<br />

Llegué a cuestionarme si realmente<br />

debía tener a mi bebé; mas fue en ese<br />

momento cuando todos los mensajes<br />

que me llegaban eran pro-vida y<br />

acerca del derecho de nacer. Recuerdo<br />

a mi madre sintonizando el canal<br />

Televida en cada visita a mi casa y los<br />

mensajes que llegaban a mi mente y a<br />

mi corazón seguían esa línea.<br />

Apoyada en la oración, buscaba en<br />

los médicos una solución; sin embargo,<br />

Dios es tan misericordioso que<br />

me guió hasta dar con un ginecólogo<br />

especialista en alto riesgo, el cual<br />

8<br />

nos calmó y conquistó nuestros corazones<br />

cuando dijo: “Si Dios quiso<br />

que pasara, todo estará bien”. En ese<br />

momento nos envolvió una sensación<br />

de paz y llorábamos de alegría.<br />

Como una clara señal de que la mano<br />

de Dios estaba detrás de todo, y para<br />

su gloria, mi presión se mantuvo controlada<br />

desde el inicio y durante todo<br />

el embarazo, hasta el punto de suspenderme<br />

los medicamentos. No se<br />

me hincharon los pies, ni tuve dolor<br />

de cabeza, ni de espalda y mantuve<br />

mi hemoglobina estable.<br />

Recuerdo que en el retiro de la Pascua<br />

de mi parroquia me confesé y lloré<br />

mucho, liberándome de esa culpa<br />

que podía haberme acompañado toda<br />

la vida y Dios no lo permitió así.<br />

Oré a los pies del Santísimo durante<br />

los nueve meses y pedí la intercesión<br />

de nuestra madre María,<br />

para que mi embarazo llegara a<br />

feliz término.<br />

Hoy, mi esposo y yo, disfrutamos de<br />

esta gran bendición de Dios; nuestro<br />

regalo, a través del cual he sido confirmada<br />

en la fe y soy testigo de que<br />

Dios, desde antes de crearnos, nos<br />

piensa y nos ama.<br />

- Sévil Mota.


Los beneficios aportados por esta publicación<br />

son destinados a promover la evangelización.<br />

Agosto 2019<br />

Año 18 • No. 222<br />

Publicación (edición y producción) de:<br />

Fundación La Buena Noticia<br />

Av. 27 de Febrero 311 Sto. Dgo., R.D.<br />

labuenanoticia@claro.net.do<br />

Derechos Reservados. Prohibida su<br />

reproducción sin previa autorización.<br />

Ventas y distribución: 809 562-2655<br />

0845 / 0846 Fax: 809 -540-2336<br />

Referencias bíblicas: Calendario de la<br />

Comisión Nacional de Liturgia de la<br />

Conferencia del Episcopado Dominicano.<br />

Impresión Editora Tele-3<br />

809 566-6105 editora.tele3@claro.net.do<br />

República Dominicana<br />

DIRECCIÓN:<br />

Rafael V. Hernández<br />

EDICIÓN:<br />

Ana María Ferreras de S.<br />

Carmen J. Torrón<br />

CORRECCIÓN DE ESTILO:<br />

Ana María Ferreras de S.<br />

Míriam Gutiérrez<br />

Teresa Román<br />

DISEÑO EDITORIAL:<br />

Michelle Del Villar<br />

COLABORACIÓN:<br />

Rev. P. José Pastor<br />

Rev. P. Rodrigo Hernández<br />

Rev. P. Alberto Rivas<br />

Rev. D. Peter Garrido<br />

Rev. D. Jorge González<br />

Rev. D. José A. Rosado<br />

Nidia de Fleury<br />

Rose Mary Cruz<br />

John Fleury<br />

Josefina Mercedes<br />

Elisa Veras<br />

Laura Hernández<br />

Yarina Toirac<br />

Cesarina Benavides<br />

Manuel A. Suárez<br />

Stefany Hernández V.<br />

Víctor Díaz<br />

Nazaret Espinal<br />

ASESORÍA ESPIRITUAL:<br />

Rev. P. José Pastor<br />

Ramírez, s.d.b.<br />

EN MEMORIA DE:<br />

José Ramón Grau<br />

Rev. P. Jorge Bravo, s.j.<br />

JUEVES - SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO<br />

Laudes: Sal 56; Cant. Jr 31, 10-14; Sal 47<br />

01Vísperas: Sal 29; Sal 31; Cant. Ap 11, 17-18.12, 10-12<br />

PRIMERA LECTURA<br />

La nube cubrió la tienda<br />

del encuentro, y la gloria<br />

del Señor llenó el santuario<br />

Lectura del libro del<br />

Éxodo 40, 16-21.34-38<br />

En aquellos días, Moisés hizo todo<br />

ajustándose a lo que el Señor le había<br />

mandado. El día uno del mes primero<br />

del segundo año fue construido el santuario.<br />

Moisés construyó el santuario,<br />

colocó las basas, puso los tablones<br />

con sus trancas y plantó las columnas;<br />

montó la tienda sobre el santuario y<br />

puso la cubierta sobre la tienda; como<br />

el Señor se lo había ordenado a Moisés.<br />

Colocó el documento de la alianza en<br />

el arca, sujetó al arca los varales y la<br />

cubrió con la placa. Después la metió<br />

en el santuario y colocó la cortina de<br />

modo que tapase el arca de la alianza;<br />

como el Señor se lo había ordenado<br />

9<br />

a Moisés. Entonces la nube cubrió la<br />

tienda del encuentro, y la gloria del<br />

Señor llenó el santuario. Moisés no<br />

pudo entrar en la tienda del encuentro,<br />

porque la nube se había posado sobre<br />

ella, y la gloria del Señor llenaba el<br />

santuario. Cuando la nube se alzaba<br />

del santuario, los israelitas levantaban<br />

el campamento, en todas las etapas.<br />

Pero, cuando la nube no se alzaba, los<br />

israelitas esperaban hasta que se alzase.<br />

De día la nube del Señor se posaba<br />

sobre el santuario, y de noche el fuego,<br />

en todas sus etapas, a la vista de toda<br />

la casa de Israel.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

83, 3-6a.8a.11<br />

R. ¡Qué deseables son tus<br />

moradas, Señor de los ejércitos!<br />

Mi alma se consume y anhela los atrios


del Señor, mi corazón y mi carne retozan<br />

por el Dios vivo. R<br />

Hasta el gorrión ha encontrado una<br />

casa; la golondrina, un nido donde<br />

colocar sus polluelos: tus altares, Señor<br />

de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. R<br />

Dichosos los que viven en tu casa,<br />

alabándote siempre. Dichosos los que<br />

encuentran en ti su fuerza; caminan de<br />

baluarte en baluarte. R<br />

Vale más un día en tus atrios que mil en<br />

mi casa, y prefiero el umbral de la casa<br />

de Dios a vivir con los malvados. R<br />

EVANGELIO<br />

Reúnen los buenos en cestos<br />

y los malos los tiran<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 13, 47-53<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:<br />

—«El Reino de los Cielos se parece<br />

también a la red que echan en el mar y<br />

recoge toda clase de peces: cuando está<br />

llena, la arrastran a la orilla, se sientan,<br />

y reúnen los buenos en cestos y los<br />

malos los tiran. Lo mismo sucederá al<br />

final del tiempo: saldrán los ángeles,<br />

separarán a los malos de los buenos y<br />

los echarán al horno encendido. Allí<br />

será el llanto y el rechinar de dientes.<br />

¿Entienden bien todo esto?» Ellos les<br />

contestaron:<br />

—«Sí.» Él les dijo:<br />

—«Ya ven, un escriba que entiende del<br />

Reino de los Cielos es como un padre<br />

de familia que va sacando del arca lo<br />

nuevo y lo antiguo.»<br />

Cuando Jesús acabó estas parábolas,<br />

partió de allí.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Dios es siempre bueno y su amor<br />

eterno. Desde la creación hizo todo y<br />

lo vio “bien”; cuando hizo al hombre y<br />

a la mujer, los creó a su “imagen y semejanza”<br />

para que pudieran dialogar.<br />

10<br />

Hoy, pareciera que al separar “a los<br />

buenos de los malos”, para echar a<br />

los malos “al horno encendido,” Dios<br />

perdiese su “bondad”. Sin embargo,<br />

al leer detenidamente el texto de Mateo,<br />

escrito a una comunidad judía<br />

convertida al seguimiento de Cristo,<br />

nos percatamos que la red se lanza<br />

para todo pez que se encuentra en el<br />

mar. Jesús cuenta, pues, una historia<br />

–parábola– única para el Evangelio<br />

de Mateo, con la finalidad de mostrar<br />

la urgencia del cambio de vida hacia<br />

la “buena noticia” prefiriendo crecer<br />

dentro del reino del amor, la justicia<br />

y la paz.<br />

Interesante es notar que “el horno<br />

de fuego” –alusión al vertedero de<br />

la “Geena”, valle cerca de Jerusalén<br />

donde la gente tiraba su basura– es<br />

utilizado por Jesús para aludir a la<br />

vida que decide en libertad el hombre<br />

cuando prefiere alejarse del Reino de<br />

Dios. Muchos decidimos alimentar el<br />

fuego del egoísmo, la corrupción, la<br />

división, la explotación y el pecado<br />

en general, alimentando el mal a<br />

diario. No es Dios quien decide que<br />

el pez crezca para ser condenado o<br />

excluido. Somos nosotros quienes en<br />

nuestra absoluta libertad decidimos<br />

no dar cabida al mensaje sano que<br />

trae Jesucristo. Dios no excluye ni<br />

condena, sino que desea que todos<br />

tengamos vida y vida en abundancia.<br />

Pero el cambio implica darle una<br />

nueva interpretación a la luz de<br />

la resurrección a todo lo vivido y<br />

aprendido. Así como el Doctor de la<br />

Ley –quien se convierte a la Buena<br />

Noticia y le da significado nuevo a lo<br />

viejo; así como un padre transmite su<br />

tradición y la novedad del día a día<br />

de manera sana a sus hijos- nosotros<br />

estamos llamados a vivir el amor de<br />

Dios, alejándonos de todo lo que nos<br />

conduzca a la Geena en este mundo.


Dios no quiere la “Geena” –el fuego<br />

del infierno- para nadie. Somos nosotros<br />

quienes decidimos, movidos en<br />

plena libertad, si deseamos escuchar<br />

y vivir el mensaje. Dios nos pone<br />

en las manos la vida o la muerte; y<br />

somos nosotros quienes decidimos<br />

vivir desde el Reino de Dios o desde<br />

el “llanto y rechinar de dientes” del<br />

fuego. Decidamos, pues, entrar en<br />

la vida del Reino del Amor para que<br />

durante y al final de la vida, podamos<br />

sentirnos que pasamos por este mundo<br />

guiados por el insondable amor de<br />

nuestro Dios.<br />

ORACIÓN<br />

Te damos gracias, Señor, porque tú<br />

nos ofreces la libertad para decidir<br />

02<br />

PRIMERA LECTURA<br />

en<br />

En las festividades del Señor<br />

se reunirán en asamblea litúrgica<br />

Lectura del libro del Levítico<br />

23, 1.4-11.15-16.27.34b-37<br />

El Señor habló a Moisés:<br />

—«Estas son las festividades del Señor,<br />

las asambleas litúrgicas que convocaran<br />

a su debido tiempo. El día catorce del<br />

primer mes, al atardecer, es la Pascua<br />

del Señor. El día quince del mismo<br />

mes es la fiesta de los panes ázimos,<br />

dedicada al Señor. Comerán panes ázimos<br />

durante siete días. El primer día,<br />

los reunirán en asamblea litúrgica, y<br />

no harán trabajo alguno. Los siete días<br />

ofrecerán oblaciones al Señor. Al séptimo,<br />

se volverán a reunir en asamblea<br />

litúrgica, y no harán trabajo alguno.» El<br />

Señor habló a Moisés:<br />

—«Di a los israelitas: “Cuando entren<br />

VIERNES - SAN EUSEBIO DE VERCELLI<br />

Laudes: Sal 50; Cant. IS 45, 15-26; Sal 99<br />

Vísperas: Sal 40; Sal 45; Cant. Ap 15, 3-4<br />

11<br />

en la vida. Queremos hoy apegarnos<br />

más a tu amor para que cuando nos<br />

toque partir de este mundo podamos<br />

sentir que hemos sido de los peces<br />

buenos guiados por tu amor y que<br />

hemos dado vida a los nuestros y a<br />

los demás. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe. Con<br />

Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Alimentarme de la Palabra -sana y<br />

restauradora- para realizar pequeños<br />

actos que me acerquen a Dios y a los<br />

demás.<br />

la tierra que yo les voy a dar, y sieguen<br />

la mies, la primera gavilla se la<br />

llevarán al sacerdote. Este la agitará<br />

ritualmente en presencia del Señor,<br />

para que les sea aceptada; la agitará el<br />

sacerdote el día siguiente al sábado. Pasadas<br />

siete semanas completas, a contar<br />

desde el día siguiente al sábado, día en<br />

que llevarán la gavilla para la agitación<br />

ritual, hasta el día siguiente al séptimo<br />

sábado, es decir, a los cincuenta días,<br />

harán una nueva ofrenda al Señor. El<br />

día diez del séptimo mes es el Día de<br />

la Expiación. Los reuniré en asamblea<br />

litúrgica, harán penitencia y ofrecerán<br />

una oblación al Señor. El día quince<br />

del séptimo mes comienza la Fiesta de<br />

las Tiendas, dedicada al Señor; y dura<br />

siete días. El día primero se reunirán<br />

en asamblea litúrgica. No harán trabajo<br />

alguno. Los siete días ofrecerán obla-<br />

VIERNES 02


ciones al Señor. Al octavo, volverán<br />

a reunirse en asamblea litúrgica y a<br />

ofrecer una oblación al Señor. Es día<br />

de reunión religiosa solemne. No harán<br />

trabajo alguno. Éstas son las festividades<br />

del Señor en las que los reuniré en<br />

asamblea litúrgica, y ofrecerán al Señor<br />

oblaciones, holocaustos y ofrendas,<br />

sacrificios de comunión y libaciones,<br />

según corresponda a cada día”.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

80, 3-6b.10-11b<br />

R. Aclamen a Dios,<br />

nuestra fuerza.<br />

Acompañen, toquen los panderos, las<br />

cítaras templadas y las arpas; toquen la<br />

trompeta por la luna nueva, por la luna<br />

llena, que es nuestra fiesta. R<br />

Porque es una ley de Israel, un precepto<br />

del Dios de Jacob, una norma establecida<br />

por José al salir de Egipto. R<br />

«No tendrás un dios extraño, no adorarás<br />

un dios extranjero; yo soy el Señor,<br />

Dios tuyo, que te saqué del país de<br />

Egipto.» R<br />

EVANGELIO<br />

¿No es el hijo del carpintero? Entonces,<br />

¿de dónde saca todo eso?<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 13, 54-58<br />

En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad<br />

y se puso a enseñar en la sinagoga. La<br />

gente decía admirada:<br />

—«¿De dónde saca este esa sabiduría<br />

y esos milagros? ¿No es el hijo del<br />

carpintero? ¿No es su madre María, y<br />

sus hermanos Santiago, José, Simón<br />

y Judas? ¿No viven aquí todas sus<br />

hermanas? Entonces, ¿de dónde saca<br />

todo eso?»<br />

Y aquello les resultaba escandaloso.<br />

Jesús les dijo:<br />

—«Solo en su tierra y en su casa desprecian<br />

a un profeta.»<br />

12<br />

Y no hizo allí muchos milagros, porque<br />

les faltaba fe.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Saber quién es Jesús es algo que<br />

preocupa a los creyentes en todas las<br />

épocas; incluso quienes vivían alrededor<br />

suyo se lo preguntaban. ¿No es<br />

este el hijo del carpintero?<br />

La pregunta tiene que inquietarnos<br />

porque de lo que sepamos de Jesús<br />

dependerá el modo en que entendamos<br />

a Dios.<br />

No es un ejercicio inútil. Los ejércitos<br />

de Hitler en la Segunda Guerra Mundial<br />

marchaban al grito de “Dios con<br />

nosotros” y en el nombre de la fe, el<br />

dólar norteamericano tiene impresa la<br />

frase “en Dios confiamos”. La creencia<br />

de algunos en un dios mezquino ha<br />

hecho que muchos desprecien a otras<br />

personas en todo el mundo. Yo misma<br />

conozco personas que al amparo de<br />

su religión, rechazan a otros.La cuestión<br />

es importante. El hijo del carpintero<br />

ha sentido sed y hambre mientras<br />

trabaja. Por eso sabe que el día del juicio<br />

final, tendrá mucha importancia el<br />

hambre y la sed que hayamos saciado<br />

en otros (Mateo 25, 31’ss). Ha visto el<br />

dolor de una madre que entierra a su<br />

hijo (Lucas, 7, 13) y se ha compadecido<br />

de ella. Manifiesta muchísimo respeto<br />

y atención al trabajo doméstico, cotidiano<br />

e invisible de las mujeres: moler<br />

el trigo (Lucas 17, 35); fermentar el pan<br />

(Mateo 13, 33); barrer la casa (Lucas<br />

15, 8), sacar agua del pozo (Juan 4,7).<br />

En el día ordinario de una vida, el hijo<br />

del carpintero ha encontrado los signos<br />

de lo que Dios quiere.<br />

Ese es el tipo de profeta que nos<br />

cuesta aceptar, el que es demasiado<br />

cercano a la gente, el que trastoca<br />

nuestras ideas sobre el mismo Dios. El<br />

que se sienta en las mesas prohibidas,


acoge a los pobres, concede el primer<br />

puesto a los que no son religiosos<br />

y abraza a los pecadores públicos.<br />

Preferimos a los falsos profetas revestidos<br />

de grandeza, de orgullo y de<br />

arrogancia. Rechazamos al profeta<br />

que nos reclama misericordia y amor,<br />

y que ignora las prácticas religiosas en<br />

las que ponemos nuestra confianza.<br />

La sabiduría de Jesús es esa otra manera<br />

de ver a Dios y encontrarle en lo<br />

pequeño, lo que no hace ruido. Él es el<br />

don que se nos ha regalado, para que<br />

creamos en el mayor de los milagros:<br />

que Dios es amor, misericordia, compasión<br />

con todos, pero especialmente<br />

con los mas pobres y tristes de este<br />

mundo, para que creamos en un Dios;<br />

no para quitarnos nuestros miedos<br />

y satisfacer nuestras ambiciones,<br />

si no para vivir la auténtica alegría y<br />

liberación.<br />

03<br />

SÁBADO - SANTA LIDIA<br />

PRIMERA LECTURA<br />

El<br />

El año jubilar cada uno<br />

recobrará su propiedad<br />

Lectura del libro del<br />

Levítico 25, 1.8-17<br />

El Señor habló a Moisés en el monte<br />

Sinaí:<br />

—«Haz el cómputo de siete semanas<br />

de años, siete por siete, o sea cuarenta<br />

y nueve años. A toque de trompeta<br />

darás un bando por todo el país, el día<br />

diez del séptimo mes. El día de la expiación<br />

harán resonar la trompeta por<br />

todo nuestro país. Santificarán el año<br />

cincuenta y promulgarán manumisión<br />

en el país para todos sus moradores.<br />

Celebrarán jubileo; cada uno recobrará<br />

su propiedad, y retornará a su familia.<br />

Laudes: Sal 118, 145-152; Cant. Ex 15, 1-4a.8-13.17-18; Sal 116<br />

Vísperas: Sal 118, 105-112; Sal 15; Cant. Flp 2, 6-11<br />

13<br />

ORACIÓN<br />

No permitas Señor que me canse en<br />

mi búsqueda ardiente de tu rostro.<br />

Dame la fuerza necesaria para encontrarte<br />

en los trabajadores sencillos que<br />

nos encontramos a nuestro paso. Que<br />

mi vida se deje iluminar de tu sabiduría<br />

y que el milagro de tu amor incondicional<br />

me transforme y me convierta.<br />

Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Buscar a Dios en los hombres y mujeres<br />

humildes que me rodean.<br />

año cincuenta es para ustedes jubilar;<br />

no sembrarán ni segarán el grano<br />

de ricio ni cortarán las uvas de cepas<br />

bordes. Porque es jubileo; lo considerarás<br />

sagrado. Comerán de la cosecha de<br />

sus campos. En este año jubilar cada<br />

uno recobrará su propiedad. Cuando<br />

realices operaciones de compra y venta<br />

con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques.<br />

Lo que compres a uno de tu pueblo<br />

se tasará según el número de años<br />

transcurridos después del jubileo. Él a<br />

su vez te lo cobrará según el número<br />

de cosechas anuales: cuantos más años<br />

falten, más alto será el precio; cuanto<br />

menos, menor será el precio. Porque él<br />

te cobra según el número de cosechas.<br />

Nadie perjudicará a uno de su pueblo.<br />

SÁBADO 03


Teme a tu Dios. Yo soy el Señor, su<br />

Dios.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

66, 2-3.5.7-8<br />

R. Oh Dios, que te alaben<br />

los pueblos, que todos<br />

los pueblos te alaben.<br />

El Señor tenga piedad y nos bendiga,<br />

ilumine su rostro sobre nosotros; conozca<br />

la tierra tus caminos, todos los<br />

pueblos tu salvación. R<br />

Que canten de alegría las naciones,<br />

porque riges el mundo con justicia, riges<br />

los pueblos con rectitud y gobiernas las<br />

naciones de la tierra. R<br />

La tierra ha dado su fruto, nos bendice<br />

el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos<br />

bendiga; que le teman hasta los confines<br />

del orbe. R<br />

EVANGELIO<br />

Herodes mandó decapitar<br />

a Juan, y sus discípulos fueron<br />

a contárselo a Jesús<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 14, 1-12<br />

En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes<br />

lo que se contaba de Jesús y dijo a sus<br />

ayudantes:<br />

—«Ése es Juan Bautista, que ha resucitado<br />

de entre los muertos, y por eso los<br />

poderes actúan en él.»<br />

Es que Herodes había mandado prender<br />

a Juan y lo había metido en la cárcel<br />

encadenado, por motivo de Herodías,<br />

mujer de su hermano Filipo; porque<br />

Juan le decía que no le estaba permitido<br />

vivir con ella. Quería mandarlo matar,<br />

pero tuvo miedo de la gente, que lo<br />

tenía por profeta. El día del cumpleaños<br />

de Herodes, la hija de Herodías danzó<br />

delante de todos, y le gustó tanto a Herodes<br />

que juró darle lo que pidiera. Ella,<br />

instigada por su madre, le dijo:<br />

—«Dame ahora mismo en una bandeja<br />

14<br />

la cabeza de Juan Bautista.»<br />

El rey lo sintió; pero, por el juramento<br />

y los invitados, ordenó que se la dieran;<br />

y mandó decapitar a Juan en la cárcel.<br />

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la<br />

entregaron a la joven, y ella se la llevó<br />

a su madre. Sus discípulos recogieron<br />

el cadáver, lo enterraron, y fueron a<br />

contárselo a Jesús.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Hoy, el Evangelio nos trae la pregunta<br />

que se hace Herodes sobre quién era<br />

ese Jesús del que todos hablaban.<br />

Herodes ve en Él a Juan el Bautista.<br />

Está tan ciego por su maldad que es<br />

capaz de identificar a dos, que para<br />

él representaban a una verdad que le<br />

era molesta: el precursor de la verdad<br />

(Juan el Bautista), y la verdad misma<br />

(Jesús). Solo sabía que esa verdad lo<br />

molestaba, y que, aunque sentía curiosidad,<br />

no se dejaría cambiar por ella.<br />

Tan alejado estaba de esa verdad que<br />

decidió eliminarla porque le era un estorbo<br />

para su pecado. Es decir, actuó<br />

incitado por la adúltera Herodías, que<br />

no soportaba que la verdad la acusara.<br />

Juan fue decapitado en la cárcel del<br />

rey Herodes, y así dio testimonio<br />

pleno del Cordero de Dios, al que<br />

antes había reconocido y señalado<br />

públicamente.<br />

«Juan se consagró totalmente a Dios<br />

y a su enviado, Jesús. Pero, al final,<br />

¿qué sucedió? Murió por causa de la<br />

verdad, cuando denunció el adulterio<br />

del rey Herodes y Herodías. Juan fue<br />

víctima de «un hombre débil y lujurioso»<br />

que se dejó llevar «por el odio de<br />

una adúltera, por el capricho de una<br />

bailarina». (Papa Francisco).<br />

Herodes trataba de entender a Jesús<br />

desde los miedos que le asaltaban<br />

después del asesinato de Juan. Alguien<br />

dijo una vez que el poder es


04<br />

PRIMERA LECTURA<br />

biduría,<br />

¿Qué saca el hombre<br />

de todos los trabajos?<br />

Lectura del libro de<br />

Qohélet 1, 2; 2, 21-23<br />

¡Vanidad de vanidades, dice Qohélet;<br />

vanidad de vanidades, todo es<br />

vanidad! Hay quien trabaja con sapara<br />

usarlo. Y Herodes lo usaba para<br />

ocultar el miedo a la verdad.<br />

Su figura nos lleva a una reflexión<br />

sobre el peligro que cada uno de nosotros<br />

tiene de caer en la tentación de<br />

endiosar el propio capricho, la propia<br />

sed de protagonismo, de riquezas y<br />

honores; y hacer de esto un dios interior<br />

que nos haga odiar al verdadero<br />

Dios.<br />

Nos puede pasar que creamos en el<br />

único Dios verdadero, pero de una<br />

manera “light”, como un pasatiempo.<br />

Algo que nos gusta escuchar, pero<br />

que lo consideramos como un hobby<br />

que no está entre las prioridades de<br />

nuestra vida.<br />

Podemos convertirnos en otros<br />

«Herodes» en nuestra vida espiritual:<br />

sentimos curiosidad por «ese tal» Jesús<br />

que hace milagros, pero que no lo<br />

podemos dejar actuar libremente en<br />

nuestra vida porque tenemos miedo<br />

de que nos pida todo, aun aquello que<br />

más nos cuesta y no somos capaces<br />

de dárselo.<br />

Sentimos curiosidad y le atribuimos<br />

aspectos mágicos que están opuestos<br />

a la fe; pero, por miedo al «qué<br />

dirán», lo dejamos encerrado en la<br />

prisión de nuestro egoísmo. Y si no<br />

hay generosidad, podemos ahogar<br />

XVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />

SEMANA II DEL SALTERIO<br />

Laudes: Sal 117; Cant. Dn 3, 52-57; Sal 150<br />

Vísperas: Sal 109; Sal 113 B; Cant.Ap 19, 1-7<br />

15<br />

las palabras que el Señor nos dirige<br />

en el fondo del corazón hasta que<br />

terminamos por eliminarlo con nuestro<br />

pecado e insensibilidad.<br />

Herodes simboliza este mundo paganizado<br />

que grita la muerte de Dios y<br />

quiere verlo desaparecer, porque Él<br />

no deja en paz su conciencia y justifica<br />

su maldad con una libertad que es<br />

libertinaje. El Señor nos ayude a ser<br />

humildes de corazón para saber buscar<br />

en nuestro interior la Verdad que<br />

nos libera y nos acerca a Dios.<br />

ORACIÓN<br />

Señor, dame la valentía necesaria para<br />

predicar y defender la verdad siendo<br />

siempre fiel a ella. Ayúdame a ser humilde<br />

de corazón para saber buscar<br />

en mi interior la Verdad que nos libera<br />

y nos acerca más a Ti. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Trasmitir conscientemente el valor de<br />

la verdad a las personas más cercanas<br />

a mí.<br />

ciencia y acierto, y tiene que<br />

dejarle su porción a uno que no ha<br />

trabajado. También esto es vanidad<br />

y grave desgracia. Entonces, ¿qué<br />

saca el hombre de todos los trabajos<br />

y preocupaciones que lo fatigan bajo<br />

el sol? De día su tarea es sufrir y penar,<br />

de noche no descansa su mente.<br />

DOMINGO 04


También esto es vanidad.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

89, 3-6.12-14. 17<br />

R. Señor, tú has sido<br />

nuestro refugio de<br />

generación en generación.<br />

Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:<br />

«Retornen, hijos de Adán». Mil<br />

años en tu presencia son un ayer, que<br />

pasó; una vela nocturna. R<br />

Los siembras año por año, como<br />

hierba que se renueva: que florece<br />

y se renueva por la mañana, y por la<br />

tarde la siegan y se seca. R<br />

Enséñanos a calcular nuestros años,<br />

para que adquiramos un corazón sensato.<br />

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?<br />

Ten compasión de tus siervos. R<br />

Por la mañana sácianos de tu misericordia,<br />

y toda nuestra vida será<br />

alegría y júbilo. Baje a nosotros la<br />

bondad del Señor y haga prósperas<br />

las obras de nuestras manos. R<br />

SEGUNDA LECTURA<br />

Busquen los bienes de allá<br />

arriba, donde está Cristo<br />

Lectura de la carta del<br />

apóstol san Pablo a los<br />

Colosenses 3, 1-5. 9-11<br />

Hermanos:<br />

Ya que han resucitado con Cristo,<br />

busquen los bienes de allá arriba,<br />

donde está Cristo, sentado a la derecha<br />

de Dios; aspiren a los bienes de<br />

arriba, no a los de la tierra. Porque<br />

han muerto, y su vida está con Cristo<br />

escondida en Dios. Cuando aparezca<br />

Cristo, vida nuestra, entonces también<br />

ustedes aparecerán, juntamente<br />

con Él, en gloria. En consecuencia,<br />

den muerte a todo lo terreno que hay<br />

en ustedes: la fornicación, la impureza,<br />

la pasión, la codicia y la avaricia,<br />

que es una idolatría. No sigan engañándose<br />

unos a otros. Despójense del<br />

hombre viejo, con sus obras, y revístanse<br />

del nuevo, que se va renovando<br />

como imagen de su Creador, hasta<br />

llegar a conocerlo. En este orden<br />

nuevo no hay distinción entre judíos y<br />

gentiles, circuncisos e incircuncisos,<br />

bárbaros y escitas, esclavos y libres,<br />

porque Cristo es la síntesis de todo y<br />

está en todos.<br />

Palabra de Dios.<br />

EVANGELIO<br />

Lo que has acumulado,<br />

¿de quién será?<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Lucas 12, 13-21<br />

En aquel tiempo, dijo uno del público<br />

a Jesús:<br />

—«Maestro, dile a mi hermano que<br />

reparta conmigo la herencia». Él le<br />

contestó:<br />

—«Hombre, ¿quién me ha nombrado<br />

juez o árbitro entre ustedes?». Y dijo<br />

a la gente:<br />

—«Miren: guárdense de toda clase<br />

de codicia. Pues, aunque uno ande<br />

sobrado, su vida no depende de sus<br />

bienes». Y les propuso una parábola:<br />

—«Un hombre rico tuvo una gran<br />

cosecha. Y empezó a echar cálculos:<br />

“¿Qué haré? No tengo donde almacenar<br />

la cosecha”. Y se dijo:<br />

“Haré lo siguiente: derribaré los graneros<br />

y construiré otros más grandes,<br />

y almacenaré allí todo el grano y el<br />

resto de mi cosecha. Y entonces me<br />

diré a mí mismo: hombre, tienes bienes<br />

acumulados para muchos años;<br />

túmbate, come, bebe y date buena<br />

vida”. Pero Dios le dijo:<br />

“Necio, esta noche te van a exigir<br />

la vida. Lo que has acumulado, ¿de<br />

quién será?”.<br />

Así será el que amasa riquezas para<br />

sí y no es rico ante Dios».<br />

Palabra del Señor.<br />

16


MEDITACIÓN<br />

Los textos litúrgicos de este domingo<br />

nos proponen dos modos de vivir y estar<br />

en el mundo. Está el modo de vivir<br />

del hombre viejo y está el propio del<br />

hombre nuevo, existe el hombre que<br />

busca las cosas de la tierra y el que<br />

busca las cosas del cielo, aquel para<br />

quien todas las cosas son vanidad<br />

y para quien todo es providencia de<br />

Dios. El Evangelio, por su parte, opone<br />

la vida de quien cifra todo en el tener,<br />

y atesora riquezas para sí, y la vida de<br />

quien funda su existencia en el ser, y<br />

atesora riquezas delante de Dios.<br />

Vivir para sí, es un modo de estar en el<br />

mundo, de realizar la existencia en el<br />

arco de años entre el nacimiento y la<br />

muerte. Es un modo de pensar, de actuar,<br />

de relacionarse con los hombres<br />

y con las cosas. El punto de referencia<br />

de todo es el yo. El saber, el trabajo, el<br />

esfuerzo con sus buenos resultados<br />

aparecen, ante el yo, caducos y vanos.<br />

Si el hombre es un ser abocado<br />

a morir. Todo es vanidad, humo que<br />

se lleva el viento. Cuando el yo es el<br />

centro de la vida, tenemos al hombre<br />

viejo, incapaz, por sí mismo, de salir de<br />

la tiniebla de su hermetismo, cada vez<br />

más sumergido en el fondo del vicio<br />

y del pecado, con la mirada cada vez<br />

más puesta en las cosas de la tierra<br />

sin la posibilidad de alzarla hacia las<br />

alturas. Hombre viejo, porque en cierta<br />

manera repite en su vida la historia<br />

antiquísima del primer Adán.<br />

Dios no es, a decir verdad, el antagonista<br />

del yo, de la realización personal.<br />

¡De ninguna manera! Pero la sabiduría<br />

eterna nos enseña que la propia realización<br />

consiste y se lleva a cabo por<br />

el camino del vivir para Dios, de vivir a<br />

los ojos de Dios. El trabajo y el saber,<br />

a los ojos de Dios, tienen un sentido y<br />

un destino providenciales, más allá de<br />

los límites de la esfera mundana.<br />

Hay gente que dice: “Con el dinero<br />

puedes hacer todo lo que quieras;<br />

abre todas las puertas”. No es verdad.<br />

Con dinero no puedes comprar la felicidad,<br />

aunque a ratos te pueda hacer<br />

feliz. Con dinero no puedes comprar el<br />

amor, a lo más una noche de pasión<br />

o un amorío efímero y frustrante. El<br />

dinero no te hace virtuoso, más bien<br />

abre con no poca frecuencia la puerta<br />

al antro del vicio.<br />

Los dos modos de vivir de que hemos<br />

hablado son como una autopista, con<br />

las dos vías separadas, sin posibilidad<br />

de maniobra para cambiar de dirección<br />

cuando uno quiera. Unos carriles<br />

van solo en una dirección y otros en<br />

la dirección contraria. Esto da mucha<br />

mayor seguridad a los conductores,<br />

hace más fácil y menos cansado el<br />

conducir, se puede ir a mayor velocidad...se<br />

viaja a gusto en general,<br />

aunque habrá que tener cuidado en las<br />

curvas, no excederse en la velocidad,<br />

no dejarse vencer por la fatiga.<br />

ORACIÓN<br />

Padre Dios, ayúdame a ser como el<br />

hombre nuevo que tiene los pies bien<br />

puestos en la tierra y en los quehaceres<br />

de este mundo, pero su mirada y<br />

su corazón están puestos arriba, en el<br />

cielo, hacia donde camina con confianza<br />

y esperanza. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Vivir dos comportamientos de la persona<br />

nueva: amar y servir a los demás.<br />

DOMINGO 04<br />

17


LUNES - DEDICACIÓN DE<br />

LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA<br />

Laudes: Sal 41; Cant. Eclo 36, 1-5.10-13; Sal 18 A<br />

05Vísperas: Sal 44 I; Sal 44 II; Cant. Ef 1, 3-10<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Yo solo no puedo cargar<br />

con todo este pueblo<br />

Lectura del libro de<br />

los Números 11, 4b-15<br />

En aquellos días, los israelitas dijeron:<br />

—«¡Quién pudiera comer carne!<br />

Cómo nos acordamos del pescado que<br />

comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos<br />

y melones y puerros y cebollas y<br />

ajos. Pero ahora se nos quita el apetito<br />

de no ver más que maná.»<br />

El maná se parecía a semilla de cilantro<br />

con color de resina; el pueblo se<br />

dispersaba a recogerlo, lo molían en el<br />

molino o lo machacaban en el almirez,<br />

lo cocían en la olla y hacían con ello<br />

hogazas que sabían a pan de aceite. Por<br />

la noche caía el rocío en el campamento<br />

y, encima de él, el maná. Moisés oyó<br />

cómo el pueblo, familia por familia,<br />

lloraba, cada uno a la entrada de su<br />

tienda, provocando la ira del Señor; y<br />

disgustado, dijo al Señor:<br />

—«¿Por qué tratas mal a tu siervo y<br />

no le concedes tu favor, sino que le<br />

haces cargar con todo este pueblo?<br />

¿He concebido yo a todo este pueblo<br />

o lo he dado a luz, para que me digas:<br />

“Coge en brazos a este pueblo, como<br />

una nodriza a la criatura, y llévalo a<br />

la tierra que prometí a sus padres”?<br />

¿De dónde sacaré pan para repartirlo<br />

a todo el pueblo? Vienen a mí llorando:<br />

“Danos de comer carne”. Yo solo<br />

no puedo cargar con todo este pueblo,<br />

pues supera mis fuerzas. Si me vas a<br />

tratar así, más vale que me hagas morir;<br />

concédeme este favor, y no tendré<br />

que pasar tales penas.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

80, 12-17<br />

R. Aclamen a Dios,<br />

nuestra fuerza.<br />

Mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no<br />

quiso obedecer: los entregué a su corazón<br />

obstinado, para que anduviesen<br />

según sus antojos.R<br />

¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase<br />

Israel por mi camino!: en un<br />

momento humillaría a sus enemigos<br />

y volvería mi mano contra sus adversarios.<br />

R<br />

Los que aborrecen al Señor te adularían,<br />

y su suerte quedaría fijada; te alimentaría<br />

con flor de harina, te saciaría<br />

con miel silvestre. R<br />

EVANGELIO<br />

Alzó la mirada al cielo, pronunció<br />

la bendición y dio los panes<br />

a los discípulos; los discípulos<br />

se los dieron a la gente<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 14, 13-21<br />

En aquel tiempo, al enterarse Jesús<br />

de la muerte de Juan, el Bautista, se<br />

marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo<br />

y apartado. Al saberlo la gente,<br />

lo siguió por tierra desde los pueblos.<br />

Al desembarcar, vio Jesús el gentío,<br />

le dio lástima y curó a los enfermos.<br />

Como se hizo tarde, se acercaron los<br />

discípulos a decirle:<br />

—«Estamos en despoblado y es muy<br />

tarde, despide a la multitud para que<br />

vayan a las aldeas y se compren de<br />

comer.» Jesús les replicó:<br />

—«No hace falta que vayan, denle<br />

ustedes de comer.» Ellos le replicaron:<br />

18


—«Si aquí no tenemos más que cinco<br />

panes y dos peces.» Les dijo:<br />

—«Tráiganmelos.»<br />

Mandó a la gente que se recostara en<br />

la hierba y, tomando los cinco panes<br />

y los dos peces, alzó la mirada al<br />

cielo, pronunció la bendición, partió<br />

los panes y se los dio a los discípulos;<br />

los discípulos se los dieron a la gente.<br />

Comieron todos hasta quedar satisfechos<br />

y recogieron doce cestos llenos<br />

de sobras. Comieron unos cinco mil<br />

hombres, sin contar mujeres y niños.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Monseñor Francois-Xavier Van Thuan,<br />

Obispo vietnamita que pasó trece<br />

años en la cárcel bajo el régimen comunista<br />

durante la dura persecución<br />

religiosa en su país, escribió varios<br />

libros con hermosos y conmovedores<br />

testimonios personales de ese<br />

período de su vida. Uno de ellos se<br />

titula precisamente “Cinco panes y<br />

dos peces”. Y allí él trata de resumir<br />

en unas cuantas pinceladas las experiencias<br />

espirituales más fuertes de<br />

su cautiverio. “Yo hago, nos confiesa<br />

con sencillez, como el muchacho del<br />

Evangelio que da a Jesús los cinco<br />

panes y dos peces: eso no es nada<br />

para una multitud de miles de personas,<br />

pero es todo lo que tengo. Jesús<br />

hará el resto.” ¡Aquí está la primera<br />

parte del secreto del éxito! Darle a<br />

Jesús todo lo que somos y tenemos.<br />

No importa que no sea casi nada, o<br />

prácticamente nada. Lo importante<br />

es dárselo porque Él quiere contar<br />

con esa nada para hacer sus obras.<br />

Y la segunda parte del secreto es<br />

ponerlo en sus manos. Y Él se encarga<br />

de todo lo demás. Que esta sea,<br />

pues, la moraleja y la enseñanza de<br />

hoy: Sé generoso y magnánimo con<br />

Dios y con los demás: da de ti mismo,<br />

no seas egoísta ni tacaño. Da de<br />

tus bienes materiales y espirituales,<br />

comparte tu tiempo y tus cosas con<br />

los demás; pero, sobre todo, dónate<br />

a ti mismo a tu prójimo: ¡no importa<br />

que solo tengas cinco panes y dos<br />

peces! Pon todos tus proyectos, tus<br />

inquietudes, tus preocupaciones, tus<br />

miedos, tus deseos, tus sueños, tu<br />

familia, tus relaciones, todo lo tuyo en<br />

manos de Dios, pues sabemos que<br />

todo depende de en manos de quién<br />

está el asunto.<br />

ORACIÓN<br />

Padre mío, me abandono a Ti. Haz de<br />

mí lo que quieras. Lo que hagas de<br />

mí te lo agradezco, estoy dispuesto<br />

a todo, lo acepto todo. Con tal que tu<br />

voluntad se haga en mí y en todas tus<br />

criaturas, no deseo nada más, Dios<br />

mío. Pongo mi vida en tus manos.<br />

Te la doy, Dios mío, con todo el amor<br />

de mi corazón, porque te amo, y<br />

porque para mí amarte es darme,<br />

entregarme en tus manos sin medida,<br />

con infinita confianza, porque Tú eres<br />

mi Padre. Amén. (Beato Carlos de<br />

Foucauld).<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

A la luz del Espíritu Santo identificar<br />

y poner al servicio los talentos y carismas<br />

que el Señor me ha regalado.<br />

LUNES 05<br />

19


PRIMERA LECTURA<br />

Su vestido era blanco como nieve<br />

Lectura de la profecía<br />

de Daniel 7, 9-10.13-14<br />

Durante la visión, vi que colocaban<br />

unos tronos, y un anciano se sentó;<br />

su vestido era blanco como nieve, su<br />

cabellera como lana limpísima; su<br />

trono, llamas de fuego; sus ruedas,<br />

llamaradas. Un río impetuoso de fuego<br />

brotaba delante de Él. Miles y miles le<br />

servían, millones estaban a sus órdenes.<br />

Comenzó la sesión y se abrieron los<br />

libros. Mientras miraba, en la visión<br />

nocturna vi venir en las nubes del cielo<br />

como un hijo de hombre, que se acercó<br />

al anciano y se presentó ante Él. Le<br />

dieron poder real y dominio; todos los<br />

pueblos, naciones y lenguas lo respetarán.<br />

Su dominio es eterno y no pasa, su<br />

Reino no tendrá fin.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

96, 1-2.5-6.9<br />

R. El Señor reina,<br />

altísimo sobre toda la tierra.<br />

El Señor reina, la tierra goza, se alegran<br />

las islas innumerables. Tiniebla y nube<br />

lo rodean, justicia y derecho sostienen<br />

su trono. R<br />

Los montes se derriten como cera ante<br />

el dueño de toda la tierra; los cielos<br />

pregonan su justicia, y todos los pueblos<br />

contemplan su gloria. R<br />

Porque tú eres, Señor, altísimo sobre<br />

toda la tierra, encumbrado sobre todos<br />

los dioses. R<br />

SEGUNDA LECTURA<br />

Esta voz del cielo la<br />

oímos nosotros<br />

MARTES - LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR<br />

Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />

06Vísperas: Sal 109; Sal 120; Cant. 1Tm 3, 16<br />

Lectura de la segunda carta<br />

del apóstol san Pedro 1, 16-19<br />

Queridos hermanos:<br />

Cuando les dimos a conocer el poder y<br />

la última venida de nuestro Señor Jesucristo,<br />

no nos fundábamos en fábulas<br />

fantásticas, sino que habíamos sido testigos<br />

oculares de su grandeza. Él recibió<br />

de Dios Padre honra y gloria, cuando<br />

la Sublime Gloria le trajo aquella voz:<br />

«Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.»<br />

Esta voz, traída del cielo, la oímos<br />

nosotros, estando con Él en la montaña<br />

sagrada. Esto nos confirma la palabra<br />

de los profetas, y hacen muy bien en<br />

prestarle atención, como a una lámpara<br />

que brilla en un lugar oscuro, hasta que<br />

despunte el día, y el lucero nazca en sus<br />

corazones.<br />

Palabra de Dios.<br />

EVANGELIO<br />

Moisés y Elías hablaban<br />

de su muerte<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Lucas 9, 28b-36<br />

En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a<br />

Juan y a Santiago y subió a lo alto de la<br />

montaña, para orar. Y, mientras oraba,<br />

el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos<br />

brillaban de blancos. De repente,<br />

dos hombres conversaban con Él: eran<br />

Moisés y Elías, que, apareciendo con<br />

gloria, hablaban de su muerte, que iba<br />

a consumar en Jerusalén. Pedro y sus<br />

compañeros se caían de sueño; y, espabilándose,<br />

vieron su gloria y a los dos<br />

hombres que estaban con Él. Mientras<br />

estos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:<br />

—«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos<br />

tres tiendas: una para ti, otra para<br />

Moisés y otra para Elías.»<br />

20


No sabía lo que decía. Todavía estaba<br />

hablando, cuando llegó una nube que<br />

los cubrió. Se asustaron al entrar en la<br />

nube. Una voz desde la nube decía:<br />

—«Este es mi Hijo, el escogido, escúchenle.»<br />

Cuando sonó la voz, se encontró Jesús<br />

solo. Ellos guardaron silencio y, por el<br />

momento, no contaron a nadie nada de<br />

lo que habían visto.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Las escrituras nos muestran la relación<br />

entre Dios y su Hijo, Jesús. A medida<br />

que vamos conociendo la Palabra,<br />

nos vamos dando cuenta de que se<br />

describe tanto el poder y la majestad<br />

del Padre Dios como la grandeza de<br />

Jesús.<br />

Nos habla del amor inmenso que tiene<br />

Dios por su Hijo, mostrándonos cómo<br />

deposita en Él toda su confianza y<br />

cómo Jesús muestra respeto absoluto<br />

ante la presencia de su Padre. Jesús,<br />

Hijo único de Dios, viene a este mundo<br />

con un fin majestuoso, enviado por su<br />

Padre para dar ejemplo de un amor<br />

perfecto. Nosotros, como seres limitados<br />

en pensamiento, podemos en<br />

ocasiones cuestionar cómo es que<br />

un padre puede enviar a su hijo único<br />

a morir por otros. Recordemos que<br />

Dios está muy por encima de nuestro<br />

entendimiento y que nuestra mente<br />

limitada aún no está preparada para<br />

comprender los designios del Padre.<br />

La muerte de su Hijo no fue un evento<br />

07<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Lectura<br />

Despreciaron una<br />

tierra envidiable<br />

MIÉRCOLES - SANTOS CAYETANO Y SIXTO II<br />

Laudes: Sal 76; Cant. 1S 2, 1-10; Sal 96<br />

Vísperas: Sal 61; Sal 66; Cant. Col 1, 3.12-20<br />

21<br />

inesperado. Fue un acontecimiento<br />

profetizado muchos años antes de<br />

verse cumplido. Jesús sabía desde<br />

el principio cuál era su propósito aquí<br />

en la tierra y fue guiado por el poder<br />

de Dios hasta el momento de su crucifixión.<br />

Pedro fue testigo fiel de momentos<br />

donde la presencia de Dios fue marcada<br />

de manera inequívoca y nos señala<br />

fervientemente la realidad de lo que<br />

sus ojos presenciaron. Qué bendecido<br />

fue Pedro al ver lo que muchos quisiéramos<br />

presenciar. Pero la fe hoy nos<br />

da la certeza de que Dios está donde<br />

está su Hijo, y ellos a su vez, en el corazón<br />

de quienes los aman.<br />

ORACIÓN<br />

Padre, hoy me dirijo a ti en oración<br />

para escuchar, al igual que Jesús, tu<br />

voz. Reconforta mi alma, guíame por<br />

las sendas de tu voluntad. Abrígame<br />

con tu manto protector y dame la fortaleza<br />

para afrontar cualquier situación,<br />

sabiendo Padre que estás conmigo.<br />

Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Meditar sobre el amor de Dios Padre<br />

por su hijo Jesús y compartir con algún<br />

amigo o conocido acerca de ello.<br />

del libro de los Números<br />

13, 2-3.25—14, 1.26-30.34-35<br />

En aquellos días, el Señor dijo a Moi-<br />

MIÉRCOLES 07


sés en el desierto de Farán:<br />

—«Envía gente a explorar el país de<br />

Canaán, que yo voy a entregar a los<br />

israelitas: envía uno de cada tribu, y<br />

que todos sean jefes.»<br />

Al cabo de cuarenta días volvieron<br />

de explorar el país; y se presentaron a<br />

Moisés, a Aarón y a toda la comunidad<br />

israelita, en el desierto de Farán,<br />

en Cades. Presentaron su informe a<br />

toda la comunidad y les enseñaron los<br />

frutos del país. Y les contaron:<br />

—«Hemos entrado en el país adonde<br />

nos enviaste; es una tierra que mana<br />

leche y miel; aquí tienes sus frutos.<br />

Pero el pueblo que habita el país es<br />

poderoso, tienen grandes ciudades<br />

fortificadas (hemos visto allí hijos<br />

de Anac). Amalec vive en la región<br />

del desierto, los hititas, jebuseos y<br />

amorreos viven en la montaña, los<br />

cananeos junto al mar y junto al Jordán.»<br />

Caleb hizo callar al pueblo ante<br />

Moisés y dijo:<br />

—«Tenemos que subir y apoderarnos<br />

de esa tierra, porque podemos con<br />

ella.» Pero los que habían subido con<br />

él replicaron:<br />

—«No podemos atacar al pueblo,<br />

porque es más fuerte que nosotros.»<br />

Y desacreditaban la tierra que habían<br />

explorado delante de los israelitas:<br />

—«La tierra que hemos cruzado y<br />

explorado es una tierra que devora a<br />

sus habitantes; el pueblo que hemos<br />

visto en ella es de gran estatura. Hemos<br />

visto allí gigantes, hijos de Anac:<br />

parecíamos saltamontes a su lado, y<br />

así nos veían ellos.» Entonces toda la<br />

comunidad empezó a dar gritos, y el<br />

pueblo lloró toda la noche. El Señor<br />

dijo a Moisés y Aarón:<br />

—«¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad<br />

malvada protestando contra mí?<br />

He oído a los israelitas protestar de<br />

mí. Pues diles: Por mi vida —oráculo<br />

del Señor—, que les haré lo que me<br />

22<br />

han dicho en la cara; en este desierto<br />

caerán sus cadáveres, y de todo su<br />

censo, contando de veinte años para<br />

arriba, los que protesten contra mí no<br />

entrarán en la tierra donde juré que los<br />

establecería. Solo exceptúo a Josué,<br />

hijo de Nun, y a Caleb, hijo de Jefoné.<br />

Contando los días que exploraste la<br />

tierra, cuarenta días, cargarán con su<br />

culpa un año por cada día, cuarenta<br />

años. Para que sepan lo que es desobedecerme.<br />

Yo, el Señor, juro que trataré<br />

así a esa comunidad perversa que se<br />

ha amotinado contra mí: en este desierto<br />

se consumirán y en él morirán.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

105, 6-7a.13-14.21-23<br />

R. Acuérdate de mí, Señor,<br />

por amor a tu pueblo.<br />

Hemos pecado con nuestros padres,<br />

hemos cometido maldades e iniquidades.<br />

Nuestros padres en Egipto no<br />

comprendieron tus maravillas. R<br />

Bien pronto olvidaron sus obras, y<br />

no se fiaron de sus planes: ardían de<br />

avidez en el desierto y tentaron a Dios<br />

en la estepa R<br />

Se olvidaron de Dios, su salvador, que<br />

había hecho prodigios en Egipto, maravillas<br />

en el país de Cam, portentos<br />

junto al mar Rojo. R<br />

Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero<br />

Moisés, su elegido, se puso en la brecha<br />

frente a Él, para apartar su cólera<br />

del exterminio. R<br />

EVANGELIO<br />

Mujer, qué grande es tu fe<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 15, 21-28<br />

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se<br />

retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces<br />

una mujer cananea, saliendo de uno<br />

de aquellos lugares, se puso a gritarle:<br />

—«Ten compasión de mí, Señor, Hijo


de David. Mi hija tiene un demonio<br />

muy malo.» Él no le respondió nada.<br />

Entonces los discípulos se le acercaron<br />

a decirle:<br />

—«Atiéndela, que viene detrás gritando.»<br />

Él les contestó:<br />

—«Solo me han enviado a las ovejas<br />

descarriadas de Israel.» Ella los alcanzó<br />

y se postró ante Él, y le pidió:<br />

—«Señor, socórreme.» Él le contestó:<br />

—«No está bien echar a los perros<br />

el pan de los hijos.» Pero ella repuso:<br />

—«Sí, Señor, pero también los perritos<br />

comen de las migajas que caen<br />

de la mesa de los amos.» Jesús le<br />

respondió:<br />

—«Mujer, qué grande es tu fe: que se<br />

cumpla lo que deseas.»<br />

En aquel momento quedó curada su<br />

hija.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

En la Primera Lectura vemos como<br />

Moisés envía una expedición para<br />

“examinar” el territorio. Los “espías”<br />

presentan el informe que resulta motivador<br />

al inicio, al describir esa tierra<br />

“que mana leche y miel”, pero que se<br />

transforma casi totalmente, unas cuantas<br />

palabras más adelante, resaltando<br />

lo poderoso del pueblo, esos que<br />

son como “gigantes” ante los cuales<br />

decían que parecían y los veían como<br />

“saltamontes”. Ante esas palabras, el<br />

pueblo lloró toda la noche y se llenó de<br />

temor y malestar.<br />

Este hecho debe invitarnos a revisar<br />

varios aspectos: ¿Con qué ojos vemos<br />

nuestras realidades e incluso aquellas<br />

cosas que el mismo Dios nos ha<br />

prometido? Quizás somos capaces<br />

de reconocer que esos proyectos de<br />

amor cargados de esperanza que el<br />

Señor tiene para nosotros están revestidos<br />

de “leche y miel”, pero nuestras<br />

dudas, nuestra falta de fe hace que<br />

23<br />

retiremos la vista de esa bendición y<br />

nos concentremos en los obstáculos,<br />

haciéndolos lucir aún mayores de los<br />

que son. El hecho de que sean “como”<br />

gigantes significa que no lo son, sino<br />

que lo parecen. Por tanto, es más<br />

percepción que otra cosa, así como la<br />

“interpretación” que se da por sentada<br />

de cómo entienden los “espías” que el<br />

pueblo “los ve”, cuando realmente son<br />

ellos mismos los que se están sintiendo<br />

de esa manera, comparándose con<br />

ese pueblo.<br />

¿Y nosotros a qué le creemos más?<br />

¿En quién depositamos nuestra absoluta<br />

e innegociable confianza? ¿En<br />

nuestro Padre Dios que sabemos todopoderoso,<br />

amoroso, incondicional,<br />

fiel, o en las circunstancias impregnadas<br />

de nuestras interpretaciones<br />

arbitrarias y nuestras percepciones<br />

teñidas de inseguridades y miedos?<br />

¿Con quién nos estamos comparando<br />

y al hacerlo, nos minimizamos y<br />

tornamos temerosos de dar pasos<br />

en fe hacia donde el Señor nos envía<br />

e invita?<br />

Quizás nos estamos convirtiendo en<br />

los elaboradores continuos de “informes”<br />

repletos de malas noticias y peores<br />

augurios que llenan a las personas<br />

de miedo como pasó con los israelitas.<br />

A través de esta lectura, Dios nos<br />

regala la oportunidad de revisarnos y<br />

con ellos revisar nuestra visión tanto<br />

del mundo que nos rodea, de nuestras<br />

realidades particulares, como de<br />

la calidad y fortaleza de nuestra fe.<br />

Va siendo tiempo de temer menos y<br />

confiar más, de tal forma que Jesús<br />

pueda decir de nosotros lo que expresó<br />

a la mujer cananea en el Evangelio:<br />

¡“Mujer, qué grande es tu fe, que se<br />

cumpla lo que deseas”! Que la certeza<br />

nos envuelva y nos permita descubrir,<br />

conquistar y saborear “la leche y miel”<br />

que Dios tiene para nosotros.<br />

MIÉRCOLES 07


ORACIÓN<br />

Señor, abre mis ojos para que vea más<br />

allá del alcance de mi mirada la obra<br />

perfecta de tu amor en mí. Enséñame<br />

a creerte y confiar como lo hizo la cananea.<br />

Quítame lo que sobra y dame lo<br />

que falta para que mi fe sea más firme<br />

y fuerte. Amén.<br />

24<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar perma-<br />

08 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Brotó agua abundantemente<br />

Lectura del libro<br />

de los Números 20, 1-13<br />

En aquellos días, la comunidad entera<br />

de los israelitas llegó al desierto de Sin<br />

el mes primero, y el pueblo se instaló<br />

en Cadés. Allí murió María y allí la<br />

enterraron. Faltó agua al pueblo, y se<br />

amotinaron contra Moisés y Aarón.<br />

El pueblo riñó con Moisés, diciendo:<br />

—«¡Ojalá hubiéramos muerto como<br />

nuestros hermanos, delante del Señor!<br />

¿Por qué has traído a la comunidad del<br />

Señor a este desierto, para que muramos<br />

en él, nosotros y nuestras bestias?<br />

¿Por qué nos has sacado de Egipto<br />

para traernos a este sitio horrible, que<br />

no tiene grano ni higueras ni viñas ni<br />

granados ni agua para beber?»<br />

Moisés y Aarón se apartaron de la<br />

comunidad y se dirigieron a la tienda<br />

del encuentro, y, delante de ella, se<br />

echaron rostro en tierra. La gloria del<br />

Señor se les apareció, y el Señor dijo<br />

a Moisés:<br />

—«Coge el bastón, reúne la asamblea,<br />

tú con tu hermano Aarón, y, en presencia<br />

de ellos, ordenen a la roca que<br />

nezco en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Identificar los “gigantes” a los que<br />

me enfrento y superar mis temores al<br />

fijar mi mirada en Jesús, quien todo lo<br />

hace posible.<br />

JUEVES - SANTO DOMINGO DE GUZMÁN<br />

Laudes: Sal 79; Cant. Is 12, 1-6; Sal 80<br />

Sal 71 I; Sal 71 II; Cant. Ap 11, 17-18.12, 10-12<br />

dé agua. Sacarás agua de la roca para<br />

darles de beber a ellos y a sus bestias.»<br />

Moisés retiró la vara de la presencia<br />

del Señor, como se lo mandaba; ayudado<br />

de Aarón, reunió la asamblea<br />

delante de la roca, y les dijo:<br />

—«Escuchen, rebeldes: ¿Creen que<br />

podemos sacarles agua de esta roca?»<br />

Moisés alzó la mano y golpeó la roca<br />

con el bastón dos veces, y brotó agua<br />

tan abundantemente que bebió toda<br />

la gente y las bestias. El Señor dijo a<br />

Moisés y a Aarón:<br />

—«Por no haberme creído, por no<br />

haber reconocido mi santidad en presencia<br />

de los israelitas, no harán entrar<br />

a esta comunidad en la tierra que les<br />

voy a dar.»<br />

(Esta es fuente de Meribá, donde los<br />

israelitas disputaron con el Señor, y Él<br />

les mostró su santidad).<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

94, 1-2.6-9<br />

R. Ojalá escuchen hoy<br />

la voz del Señor:<br />

«No endurezcan su corazón.»<br />

Vengan, aclamemos al Señor, demos


vítores a la Roca que nos salva; entremos<br />

a su presencia dándole gracias,<br />

aclamándolo con cantos. R<br />

Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo<br />

al Señor, creador nuestro.<br />

Porque Él es nuestro Dios, y nosotros<br />

su pueblo, el rebaño que Él guía. R<br />

Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan<br />

el corazón como en Meribá,<br />

como el día de Masá en el desierto;<br />

cuando sus padres me pusieron a prueba<br />

y me tentaron, aunque habían visto<br />

mis obras.» R<br />

EVANGELIO<br />

Tú eres Pedro, y te daré<br />

las llaves del Reino de los Cielos<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 16, 13-23<br />

En aquel tiempo, al llegar a la región<br />

de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a<br />

sus discípulos:<br />

—«¿Quién dice la gente que es el Hijo<br />

del hombre?» Ellos contestaron:<br />

—«Unos que Juan Bautista, otros que<br />

Elías, otros que Jeremías o uno de los<br />

profetas.» Él les preguntó:<br />

—«Y ustedes, ¿quién dicen que soy<br />

yo?» Simón Pedro tomó la palabra y<br />

dijo:<br />

—«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios<br />

vivo.» Jesús le respondió:<br />

—«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!,<br />

porque eso no te lo ha revelado nadie de<br />

carne y hueso, sino mi Padre que está<br />

en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres<br />

Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi<br />

Iglesia, y el poder del infierno no la<br />

derrotará. Te daré las llaves del Reino<br />

de los Cielos; lo que ates en la tierra,<br />

quedará atado en el cielo, y lo que<br />

desates en la tierra, quedará desatado<br />

en el cielo.»<br />

Y les mandó a los discípulos que no<br />

dijesen a nadie que Él era el Mesías.<br />

Desde entonces empezó Jesús a explicar<br />

a sus discípulos que tenía que ir<br />

25<br />

a Jerusalén y padecer allí mucho por<br />

parte de los ancianos, sumos sacerdotes<br />

y escribas, y que tenía que ser ejecutado<br />

y resucitar al tercer día. Pedro se lo<br />

llevó aparte y se puso a increparlo:<br />

—«¡No lo permita Dios, Señor! Eso<br />

no puede pasarte.» Jesús se volvió y<br />

dijo a Pedro:<br />

—«Quítate de mi vista, Satanás, que<br />

me haces tropezar; tú piensas como los<br />

hombres, no como Dios.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Todo ser humano debe tener tentaciones,<br />

las cuales son inevitables y parte<br />

de nuestras vidas. Las tentaciones no<br />

son ni buenas ni malas. Sin embargo,<br />

cuando les respondo con un “sí”, me<br />

alejo del amor de Dios y puedo caer<br />

en pecado. Si decidimos no ser arrastrados<br />

al terreno de las tentaciones,<br />

entonces creceremos y maduraremos;<br />

de lo contrario, entraremos en el terreno<br />

de la denigración. Cada persona,<br />

pues, toma decisiones en plena libertad;<br />

a veces serán decisiones buenas<br />

y otras veces, malas. Aquí radica el<br />

desafío de cada persona: en optar en<br />

libertad por la decisión hacia el bien o<br />

hacia el mal.<br />

La palabra Satanás, utilizada en boca<br />

de Jesús, significa el que turba, realiza<br />

acciones perniciosas, destruye, siembra<br />

cizaña, induce a la mentira, tienta,<br />

excita a la discordia o trata de impedir<br />

la acción del que anuncia el mensaje.<br />

Eso es lo que el pueblo, en la Primera<br />

Lectura, y Pedro hacen: ambos de<br />

diferentes maneras no se fían en el<br />

mensaje liberador de Dios y de Jesús.<br />

El pueblo riñó con Moisés creando un<br />

clima de discordia y tentación hacia su<br />

líder y en contra del proyecto liberador<br />

movido por la falta de fe en su Dios<br />

y deseando volver a la esclavitud.<br />

Pedro, de igual modo, se deja vencer<br />

JUEVES 08


por el mesianismo judío y quiere que<br />

Jesús sea un líder poderoso que vencerá<br />

el Imperio Romano. Sin embargo,<br />

el pueblo sucumbe ante la tentación<br />

causada por el hambre y la sed. Jesús,<br />

en cambio, ante la tentación del<br />

poder sale vencedor en la cruz. Dos<br />

polos opuestos: uno –el pueblo- que<br />

es vencido por la tentación, y otro,<br />

Jesús, quien vence y venció siempre<br />

la tentación. Las tentaciones de Satanás,<br />

siempre las tendremos. A veces<br />

vendrán movidas por razones biológicas<br />

y necesidades humanas, otras<br />

veces movidas por sistemas que no<br />

desean que el amor salga victorioso y<br />

otras veces por personas que ya han<br />

sucumbido a ellas o por ignorancia o<br />

por deseos insanos. Podemos hoy y<br />

siempre vencer las tentaciones que<br />

nos trae la vida. Podemos salir victoriosos<br />

cuando nos dejamos guiar por<br />

el Espíritu, por la Palabra de Dios bien<br />

interpretada, y por la fuerza del ejemplo<br />

de Jesucristo quien es plenamente<br />

Dios y plenamente hombre, vencedor<br />

de toda tentación que le quiso alejar<br />

de su Padre y del proyecto del Reino.<br />

ORACIÓN<br />

Te damos gracias, Jesús, por motivarnos<br />

a seguir fielmente la voluntad de tu<br />

Padre, Dios. Aferrados a Él podremos<br />

vencer las tentaciones que enfrentamos<br />

en la vida. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Abrirme al amor de Dios que me fortalece<br />

y me aleja de las tentaciones.<br />

VIERNES - SANTA BENEDICTA DE LA CRUZ<br />

Laudes: Sal 50; Cant. Ha 3, 24.13.15-19; Sal 147<br />

Sal 112; Sal 116; Cant. Ap 19, 1-7<br />

26<br />

09 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Amó a tus padres y después<br />

eligió a su descendencia<br />

Lectura del libro<br />

del Deuteronomio 4, 32-40<br />

Moisés habló al pueblo, diciendo:<br />

—«Pregunta, pregunta a los tiempos<br />

antiguos, que te han precedido, desde<br />

el día en que Dios creó al hombre<br />

sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde<br />

un extremo al otro del cielo, palabra<br />

tan grande como esta?; ¿se oyó cosa<br />

semejante?; ¿hay algún pueblo que<br />

haya oído, como tú has oído, la voz del<br />

Dios vivo, hablando desde el fuego, y<br />

haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó<br />

jamás venir a buscarse una nación<br />

entre las otras por medio de pruebas,<br />

signos, prodigios y guerra, con mano<br />

fuerte y brazo poderoso, por grandes<br />

terrores, como todo lo que el Señor, su<br />

Dios, hizo con ustedes en Egipto, ante<br />

sus ojos? Te lo han hecho ver para que<br />

reconozcas que el Señor es Dios, y no<br />

hay otro fuera de Él. Desde el cielo<br />

hizo resonar su voz para enseñarte, en<br />

la tierra te mostró aquel gran fuego, y<br />

oíste sus palabras que salían del fuego.<br />

Porque amó a tus padres y después<br />

eligió a su descendencia, Él en persona<br />

te sacó de Egipto con gran fuerza,<br />

para desposeer ante ti a pueblos más


grandes y fuertes que tú, para traerte<br />

y darte sus tierras en heredad, cosa que<br />

hoy es un hecho. Reconoce, pues, hoy<br />

y medita en tu corazón, que el Señor<br />

es el único Dios, allá arriba en el cielo,<br />

y aquí abajo en la tierra; no hay otro.<br />

Guarda los preceptos y mandamientos<br />

que yo te prescribo hoy, para que seas<br />

feliz, tú y tus hijos después de ti, y<br />

prolongues tus días en el suelo que el<br />

Señor, tu Dios, te da para siempre.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

76, 12-16.21<br />

R. Recuerdo las proezas<br />

del Señor.<br />

Recuerdo las proezas del Señor; sí,<br />

recuerdo tus antiguos portentos, medito<br />

todas tus obras y considero tus<br />

hazañas. R<br />

Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué<br />

dios es grande como nuestro Dios? Tú,<br />

oh Dios, haciendo maravillas, mostraste<br />

tu poder a los pueblos. R<br />

Con tu brazo rescataste a tu pueblo, a<br />

los hijos de Jacob y de José. Guiabas<br />

a tu pueblo, como a un rebaño, por la<br />

mano de Moisés y de Aarón. R<br />

EVANGELIO<br />

¿Qué podrá dar un hombre<br />

para recobrar su vida?<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 16, 24-28<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />

—«El que quiera venir conmigo, que<br />

se niegue a sí mismo, que cargue con<br />

su cruz y me siga. Si uno quiere salvar<br />

su vida, la perderá; pero el que la pierda<br />

por mí la encontrará. ¿De qué le sirve<br />

a un hombre ganar el mundo entero, si<br />

arruina su vida? ¿O qué podrá dar para<br />

recobrarla? Porque el Hijo del hombre<br />

vendrá entre sus ángeles, con la gloria<br />

de su Padre, y entonces pagará a cada<br />

27<br />

uno según su conducta. Les aseguro<br />

que algunos de los aquí presentes no<br />

morirán sin antes haber visto llegar al<br />

Hijo del hombre con majestad.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Ignacio de Loyola y Francisco Javier<br />

eran amigos. Con ese pasaje del<br />

Evangelio de hoy, Ignacio le recordaba<br />

permanentemente a Javier la vanidad<br />

de las grandezas y de las ventajas de<br />

este mundo, así como su inutilidad<br />

para la vida eterna, buscando encauzarle<br />

en una sola pasión: amar y hacer<br />

amar a Jesucristo. “Javier, ¿de qué<br />

le servirá al hombre ganar el mundo<br />

entero, si pierde su alma?» (Mt 16, 26),<br />

le decía Ignacio. “Piénsalo bien, pues<br />

el mundo es un maestro que promete<br />

pero que no cumple su palabra. Y aunque<br />

cumpliera sus promesas contigo,<br />

nunca podrá contentar tu corazón.<br />

Y aun suponiendo que lo contente,<br />

¿cuánto tiempo durará tu felicidad? En<br />

cualquier caso, ¿podrá durar más que<br />

tu vida? Y en la muerte, ¿qué te llevarás<br />

a la eternidad? ¿De qué le servirá<br />

al hombre ganar el mundo entero, si<br />

pierde su alma?”.<br />

Poco a poco, la pregunta penetró en el<br />

corazón de Francisco Javier, grabándose<br />

en él profundamente y dando<br />

inicio a una vida impresionante no<br />

solo dentro de la Iglesia, si no también<br />

fuera de ella.<br />

¿A dónde nos conducirá a nosotros<br />

meditar el Evangelio de hoy? ¿A la<br />

santidad de Javier? ¿A dónde nos llevará<br />

nuestra amistad con otros? ¿a un<br />

mayor conocimiento y amor de Jesús?<br />

A la hora de la muerte tendrá sentido<br />

ver en qué hemos gastado nuestra<br />

vida, todo lo que hemos dado para<br />

ganar al mundo entero, las relaciones<br />

que habremos quebrado; las personas<br />

a las que maltratamos o engañamos<br />

VIERNES 09


para tener poder, honor y riquezas en<br />

este mundo. También tendrá sentido<br />

ver a dónde nuestra amistad ha conducido<br />

a otros, si los ha hecho más<br />

compasivos con los débiles, más<br />

cercanos a los pobres, más paciente<br />

con los niños, más solidarios con las<br />

mujeres.<br />

Es posible que en este momento estés<br />

tomando decisiones. Casarte con una<br />

persona o divorciarte de ella; utilizar<br />

dinero de tus ahorros en ayudar a<br />

alguien a continuar con sus estudios<br />

o seguir guardándolos para tu jubilación;<br />

descansar más horas o hacerte<br />

voluntario en una obra de bien social,<br />

tener una conversación con alguien<br />

de quien te has distanciado o criticarle<br />

duramente con un amigo. Piensa en<br />

el Evangelio de hoy. Eso que estás<br />

por decidir, eso que estás haciendo,<br />

¿te sirve para ganar al mundo o por<br />

el contrario, te conducirá a demostrar<br />

un mayor amor por Jesús y por las<br />

personas?<br />

10 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Al que da de buena<br />

gana lo ama Dios<br />

Lectura de la segunda carta<br />

del apóstol san Pablo a<br />

los Corintios 9, 6-10<br />

Hermanos:<br />

El que siembra tacañamente, tacañamente<br />

cosechará; el que siembra generosamente,<br />

generosamente cosechará.<br />

Cada uno dé como haya decidido su<br />

conciencia: no a disgusto ni por compromiso;<br />

porque al que da de buena<br />

gana lo ama Dios. Tiene Dios poder<br />

para colmarlos de toda clase de favores,<br />

de modo que, teniendo siempre lo<br />

28<br />

ORACIÓN<br />

Oh, san Francisco Javier, predicador<br />

incansable y prodigioso misionero que<br />

al servicio de Dios Padre, recorriste<br />

el mundo entero; por la gloria que te<br />

concedió después de la muerte. Le<br />

doy gracias a Dios, y te pido con todo<br />

el afecto de mi corazón, que mediante<br />

tu poderosa intercesión puedas concederme,<br />

sobre todas las cosas, la<br />

gracia de vivir una vida de santidad y<br />

una muerte santa. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Examinar mis decisiones y acciones,<br />

y procurar encausarlas a la luz del<br />

Evangelio.<br />

SÁBADO - SAN LORENZO, DIÁCONO Y MÁRTIR<br />

Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />

Sal 112; Sal 115; Cant. Flp 2, 6-11<br />

suficiente, les sobre para obras buenas.<br />

Como dice la Escritura: «Reparte<br />

limosna a los pobres, su justicia es<br />

constante, sin falta.» El que proporciona<br />

semilla para sembrar y pan para<br />

comer les proporcionará y aumentará<br />

la semilla, y multiplicará la cosecha de<br />

su justicia.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

111, 1-2.5-9<br />

R. Dichoso el que<br />

se apiada y presta.<br />

Dichoso quien teme al Señor y ama de<br />

corazón sus mandatos. Su linaje será


poderoso en la tierra, la descendencia<br />

del justo será bendita. R<br />

Dichoso el que se apiada y presta, y<br />

administra rectamente sus asuntos. El<br />

justo jamás vacilará, su recuerdo será<br />

perpetuo. R<br />

No temerá las malas noticias, su corazón<br />

está firme en el Señor. Su corazón<br />

está seguro, sin temor, hasta que vea<br />

derrotados a sus enemigos. R<br />

Reparte limosna a los pobres; su caridad<br />

es constante, sin falta, y alzará la<br />

frente con dignidad R<br />

EVANGELIO<br />

A quien me sirva,<br />

el Padre lo premiará<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Juan 12, 24-26<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />

—«Les aseguro que si el grano de trigo<br />

no cae en tierra y muere, queda infecundo;<br />

pero si muere, da mucho fruto.<br />

El que se ama a sí mismo se pierde, y<br />

el que se aborrece a sí mismo en este<br />

mundo se guardará para la vida eterna.<br />

El que quiera servirme, que me siga, y<br />

donde esté yo, allí también estará mi<br />

servidor; a quien me sirva, el Padre lo<br />

premiará.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

¿Saben ustedes qué significa la palabra<br />

“mártir”? Esta palabra proviene<br />

del griego y quiere decir “testigo”. Al<br />

comienzo de la Iglesia, cuando los<br />

apóstoles reciben el Espíritu Santo,<br />

Jesús les asegura que con su fuerza<br />

(…) “ustedes serán mis testigos (mis<br />

mártires) en Jerusalén, en toda Judea<br />

y Samaria, y hasta los confines de la<br />

tierra” (Hechos 1, 8). La Iglesia nos invita<br />

hoy a recordar la fe de un mártir, un<br />

testigo de Jesús que no se atemorizó<br />

cuando le exigieron la vida a cambio.<br />

29<br />

Hoy hacemos fiesta y nos alegramos<br />

por la santidad de Lorenzo, que era<br />

uno de los siete diáconos que servían<br />

a la comunidad cristiana en la ciudad<br />

de Roma. Murió en el año 258 en la<br />

persecución del emperador Valeriano<br />

contra los cristianos de aquella comunidad.<br />

De ahí que el texto del Evangelio<br />

que hemos leído este sábado nos<br />

sugiera la idea de morir para dar fruto.<br />

Jesús toma el ejemplo del grano de<br />

trigo con el que quiere enseñarnos<br />

que, así como una semilla debe morir<br />

en la tierra para producir mucho fruto,<br />

del mismo modo, nosotros debemos<br />

dar muerte al egoísmo que nos impide<br />

hacer de nuestra vida una vida de<br />

servicio. ¿Cuál es la diferencia entre un<br />

grano de maíz guardado en una bolsita<br />

y el que cae en la tierra? El que cae<br />

en la tierra va a sufrir un proceso de<br />

muerte que le llevará a transformarse<br />

en comida, alimento para los que lo<br />

sembraron. Mientras que el grano<br />

que se quedó en la bolsita nunca será<br />

útil para otros. Quedará infecundo<br />

porque se guardó para sí. ¡Qué triste<br />

es ver a personas que se creen que<br />

nunca van a morir! Debemos caer en<br />

el surco y rompernos para que salga<br />

una vida nueva y multiplicar nuestras<br />

capacidades.<br />

Hoy aprendemos varias lecciones con<br />

esta sencilla comparación que Jesús<br />

hace. Morir (como el grano de trigo<br />

en la tierra) es un acto de renuncia a<br />

la pretensión de estar arriba siempre,<br />

de ganar, de triunfar, de tener fama,<br />

prestigio, poder o riqueza. Para ser<br />

fecundo, según el modelo de Jesús,<br />

lo que debemos trabajar es el servicio,<br />

el entregarse de buena gana, el ser<br />

voluntario, el compadecerse de los<br />

débiles y desdichados. Morir es muy<br />

duro, porque ya no eres tú mismo, ya<br />

perteneces al que te puso en la tierra<br />

para fructificar. Hay muchas maneras<br />

SÁBADO 10


de servir. Quedarnos en el frasco que<br />

guarda las semillas y no salir a la tierra<br />

es signo de una vida cerrada, vacía,<br />

negada al amor. El tacaño no sabe<br />

lo que es vivir a plenitud porque es<br />

incapaz de aborrecerse a sí mismo.<br />

Se quedó infecundo por su egoísmo.<br />

Nuestro amigo Lorenzo, el santo de la<br />

parrilla (según la historia de los mártires<br />

de Roma murió asado sobre unos<br />

hierros ardientes), fue valiente para dar<br />

testimonio de Jesús. Que Él nos anime<br />

a todos a ser servidores generosos y<br />

compasivos con los que necesiten de<br />

nuestra mano. Que seamos fecundos<br />

porque aceptamos morir al egoísmo<br />

y renunciamos a amarnos a nosotros<br />

mismos.<br />

ORACIÓN<br />

Señor, dame una fe viva, que se manifieste<br />

en cada uno mis actos, por más<br />

insignificantes y pequeños que estos<br />

puedan parecer. Que sepa acoger tu<br />

invitación a realizar actos que resuenen<br />

en la eternidad. Que pueda amarte<br />

y servirte siempre. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Identificar a qué debo renunciar y<br />

cómo servir a alguien en una determinada<br />

necesidad.<br />

11<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Con una misma acción<br />

castigabas a los enemigos y<br />

nos honrabas, llamándonos a ti<br />

Lectura del libro<br />

de la Sabiduría 18, 6-9<br />

La noche de la liberación se les anunció<br />

de antemano a nuestros padres, para<br />

que tuvieran ánimo, al conocer con<br />

certeza la promesa de que se fiaban. Tu<br />

pueblo esperaba ya la salvación de los<br />

inocentes y la perdición de los culpables,<br />

pues con una misma acción castigabas<br />

a los enemigos y nos honrabas,<br />

llamándonos a ti. Los hijos piadosos de<br />

un pueblo justo ofrecían sacrificios a<br />

escondidas y, de común acuerdo, se imponían<br />

esta ley sagrada: que todos los<br />

santos serían solidarios en los peligros<br />

y en los bienes; y empezaron a entonar<br />

XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />

SEMANA III DEL SALTERIO<br />

Laudes: Sal 92; Cant. Dn 3, 57.88-56; Sal 148<br />

Vísperas: Sal 109; Sal 110; Cant. Ap 19, 1-7<br />

30<br />

los himnos tradicionales.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

32, 1.12.18- 20.22<br />

R. Dichoso el pueblo que el Señor<br />

se escogió como heredad.<br />

Aclamen, justos, al Señor, que merece<br />

la alabanza de los buenos. Dichosa la<br />

nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo<br />

que Él se escogió como heredad. R<br />

Los ojos del Señor están puestos en<br />

sus fieles, en los que esperan en su<br />

misericordia, para librar sus vidas de<br />

la muerte y reanimarlos en tiempo de<br />

hambre. R<br />

Nosotros aguardamos al Señor: Él es<br />

nuestro auxilio y escudo; que tu misericordia,<br />

Señor, venga sobre nosotros,<br />

como lo esperamos de ti. R


SEGUNDA LECTURA<br />

Esperaba la ciudad cuyo<br />

arquitecto y constructor<br />

iba a ser Dios<br />

Lectura de la carta a<br />

los Hebreos 11, 1-2. 8-19<br />

Hermanos:<br />

La fe es seguridad de lo que se espera, y<br />

prueba de lo que no se ve. Por su fe, son<br />

recordados los antiguos. Por fe, obedeció<br />

Abraham a la llamada y salió hacia<br />

la tierra que iba a recibir en heredad.<br />

Salió sin saber adónde iba. Por fe, vivió<br />

como extranjero en la tierra prometida,<br />

habitando en tiendas —y lo mismo<br />

Isaac y Jacob, herederos de la misma<br />

promesa—, mientras esperaba la ciudad<br />

de sólidos cimientos cuyo arquitecto y<br />

constructor iba a ser Dios. Por fe, también<br />

Sara, cuando ya le había pasado<br />

la edad, obtuvo fuerza para fundar un<br />

linaje, porque juzgó digno de fe al que<br />

se lo prometía. Y así, de uno solo y, en<br />

este aspecto, ya extinguido, nacieron<br />

hijos numerosos como las estrellas del<br />

cielo y como la arena incontable de las<br />

playas. Con fe murieron todos estos,<br />

sin haber recibido lo prometido; pero<br />

viéndolo y saludándolo de lejos, confesando<br />

que eran huéspedes y peregrinos<br />

en la tierra. Es claro que los que así<br />

hablan están buscando una patria; pues,<br />

si añoraban la patria de donde habían<br />

salido, estaban a tiempo para volver.<br />

Pero ellos ansiaban una patria mejor, la<br />

del cielo. Por eso Dios no tiene reparo<br />

en llamarse su Dios: porque les tenía<br />

preparada una ciudad. Por fe, Abraham,<br />

puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era su<br />

hijo único lo que ofrecía, el destinatario<br />

de la promesa, del cual le había dicho<br />

Dios: «Isaac continuará tu descendencia».<br />

Pero Abraham pensó que Dios<br />

tiene poder hasta para hacer resucitar<br />

muertos. Y así, recobró a Isaac como<br />

figura del futuro.<br />

Palabra de Dios.<br />

31<br />

EVANGELIO<br />

Estén preparados<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Lucas 12, 32-48<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />

—«No temas, pequeño rebaño, porque<br />

su Padre ha tenido a bien darles el Reino.<br />

Vendan sus bienes y den limosna;<br />

hagan talegas que no se echen a perder,<br />

y un tesoro inagotable en el cielo, a<br />

donde no se acercan los ladrones ni roe<br />

la polilla. Porque donde está su tesoro<br />

allí estará también su corazón.<br />

Tengan ceñida la cintura y encendidas<br />

las lámparas. Ustedes estén como los<br />

que aguardan a que su señor vuelva de<br />

la boda, para abrirle apenas venga y<br />

llame. Dichosos los criados a quienes<br />

el señor, al llegar, los encuentre en<br />

vela; les aseguro que se ceñirá, los hará<br />

sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si<br />

llega entrada la noche o de madrugada<br />

y los encuentra así, dichosos ellos.<br />

Comprendan que si supiera el dueño<br />

de casa a qué hora viene el ladrón, no<br />

le dejaría abrir un boquete. Lo mismo<br />

ustedes, estén preparados, porque a la<br />

hora que menos piensen viene el Hijo<br />

del hombre». Pedro le preguntó:<br />

—«Señor, ¿has dicho esa parábola por<br />

nosotros o por todos?». El Señor le<br />

respondió:<br />

—«¿Quién es el administrador fiel y<br />

solícito a quien el amo ha puesto al<br />

frente de su servidumbre para que les<br />

reparta la ración a sus horas? Dichoso<br />

el criado a quien su amo, al llegar, lo<br />

encuentre portándose así. Les aseguro<br />

que lo pondrá al frente de todos sus<br />

bienes.<br />

Pero si el empleado piensa: “Mi amo<br />

tarda en llegar”, y empieza a pegarles<br />

a los mozos y a las muchachas, a comer<br />

y beber y emborracharse, llegará<br />

el amo de ese criado el día y a la hora<br />

que menos lo espera y lo despedirá,<br />

DOMINGO 11


condenándolo a la pena de los que no<br />

son fieles.<br />

El criado que sabe lo que su amo quiere<br />

y no está dispuesto a ponerlo por obra<br />

recibirá muchos azotes; el que no lo<br />

sabe, pero hace algo digno de castigo,<br />

recibirá pocos. Al que mucho se le dio,<br />

mucho se le exigirá; al que mucho se le<br />

confió, más se le exigirá».<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

El contenido principal del mensaje<br />

litúrgico de hoy se puede resumir así:<br />

“En confiada y vigilante espera”. Esta<br />

es la actitud de Abraham y Sara, y de<br />

todos aquellos que murieron en espera<br />

de la promesa hecha por Dios. Esta es<br />

la actitud de los descendientes de los<br />

patriarcas, esperando con confianza,<br />

en medio de duros trabajos, la noche<br />

de la liberación. Esta es la actitud del<br />

cristiano en este mundo, entregado<br />

a sus quehaceres diarios, esperando<br />

con corazón vigilante la llegada de su<br />

Señor.<br />

Dios es un Dios fiel y sus promesas se<br />

cumplen, pero, en cuanto promesas,<br />

no se ven en el inmediato presente,<br />

sino que se esperan para el futuro.<br />

Podemos, pues, decir que la historia<br />

de la salvación es la historia de las<br />

esperanzas y de la espera de los judíos<br />

y de los cristianos. Prototipo de<br />

esperanza es Abraham, como resalta<br />

la Carta a los Hebreos. Primero vive<br />

en la esperanza y espera de un hijo,<br />

y Dios le cumple dándole a Isaac, a<br />

pesar de la edad avanzada y de la esterilidad<br />

de Sara, su mujer. Luego, en<br />

la espera y esperanza de una tierra y<br />

de una descendencia numerosa. Dios<br />

cumplirá, pero no durante la existencia<br />

terrena de Abraham. De este modo,<br />

en Abraham se inaugura la cadena de<br />

las esperanzas y de la espera de los<br />

patriarcas y del pueblo de Israel.<br />

32<br />

En la Carta a los Hebreos se presenta<br />

a los patriarcas y a las grandes figuras<br />

del pueblo de Israel buscando una patria.<br />

El autor de la carta interpreta esta<br />

búsqueda no en sentido histórico, sino<br />

metahistórico: “Aspiran a una patria<br />

mejor, es decir, a la patria celeste”.<br />

El cristiano no es un utópico, un soñador<br />

desconectado del presente con<br />

su realidad contante y sonante. El cristianismo<br />

vive el realismo del presente,<br />

con las pequeñas tareas de cada día,<br />

con los pequeños o grandes proyectos,<br />

con las luchas por la vida y la<br />

supervivencia de tantos hombres, con<br />

la crónica negra de los periódicos o de<br />

la televisión, con las pequeñas sorpresas<br />

que de vez en cuando llaman a la<br />

puerta. En realidad, la vida se vive en<br />

presente o no se vive. El presente es lo<br />

único a nuestra disposición, porque el<br />

pasado ya se esfumó y el futuro carece<br />

todavía de consistencia propia. El presente<br />

es la tierra que piso, la familia en<br />

la que vivo, la novia que amo, la madre<br />

enferma, el hijo travieso, la oficina en<br />

la que trabajo, la parroquia por la que<br />

paso a diario, el análisis de sangre o el<br />

coche nuevo que acabo de comprar.<br />

La imprevisibilidad del futuro reclama<br />

vigilancia. La persona prudente, sensata,<br />

no considera la actitud vigilante<br />

algo simplemente posible, una entre<br />

otras muchas opciones. La vigilancia<br />

es la mejor opción. Vigilar para que<br />

el futuro no nos coja desprevenidos.<br />

Vigilar para ser capaces de dominar<br />

los acontecimientos, en lugar de ser<br />

dominados por ellos. Vigilar para no<br />

perder jamás la paz, ni siquiera ante<br />

el desencadenamiento más tremendo<br />

de pruebas y experiencias adversas.<br />

ORACIÓN<br />

Señor Dios que pueda vigilar para<br />

descubrirte en las páginas de la historia;<br />

vigilar para saber descubrir la


acción del Espíritu en mi interior; vigilar<br />

para ser una persona alegre, abierta y<br />

disponible; vigilar para mantener íntegras<br />

la fe, la esperanza y la caridad;<br />

que pueda entender que la vigilancia<br />

no es un opcional, es una necesidad<br />

vital. Amén.<br />

12 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Circunciden su corazón.<br />

Amen al forastero, porque<br />

forasteros fueron<br />

Lectura del libro del<br />

Deuteronomio 10, 12-22<br />

Moisés habló al pueblo, diciendo:<br />

—«Ahora, Israel, ¿qué es lo que te<br />

exige el Señor, tu Dios? Que temas al<br />

Señor, tu Dios, que sigas sus caminos<br />

y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios,<br />

con todo el corazón y con toda el alma,<br />

que guardes los preceptos del Señor, tu<br />

Dios, y los mandatos que yo te mando<br />

hoy, para tu bien. Cierto: del Señor son<br />

los cielos, hasta el último cielo, la tierra<br />

y todo cuanto la habita; con todo, solo<br />

de sus padres se enamoró el Señor, los<br />

amó, y de su descendencia los escogió<br />

a ustedes entre todos los pueblos, como<br />

sucede hoy. Circunciden sus corazones,<br />

no endurezcan sus cerviz; que el Señor,<br />

su Dios, es Dios de dioses y Señor de<br />

señores, Dios grande, fuerte y terrible;<br />

no es parcial ni acepta soborno, hace<br />

justicia al huérfano y a la viuda, ama<br />

al forastero, dándole pan y vestido.<br />

Amen al forastero, porque forasteros<br />

fueron en Egipto. Temerás al Señor, tu<br />

Dios, le servirás, te pegarás a Él, en su<br />

nombre jurarás. Él será tu alabanza, Él<br />

será tu Dios, pues Él hizo a tu favor las<br />

33<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Vivir la vigilancia como una actitud<br />

cotidiana.<br />

LUNES - SANTA JUANA FRANCISCA DE CHANTAL<br />

Laudes: Sal 83; Cant. Is 2, 2-5; Sal 95<br />

Sal 122; Sal 123; Cant. Ef 1, 3-10<br />

terribles hazañas que tus ojos han visto.<br />

Setenta eran tus padres cuando bajaron<br />

a Egipto, y ahora el Señor, tu Dios, te<br />

ha hecho numeroso como las estrellas<br />

del cielo.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

147, 12-15.19-20<br />

R. Glorifica al Señor, Jerusalén.<br />

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba<br />

a tu Dios, Sión: que ha reforzado los<br />

cerrojos de tus puertas, y ha bendecido<br />

a tus hijos dentro de ti. R<br />

Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia<br />

con flor de harina. Él envía su mensaje<br />

a la tierra, y su palabra corre veloz. R<br />

Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos<br />

y mandatos a Israel; con ninguna<br />

nación obró así, ni les dio a conocer<br />

sus mandatos. R<br />

EVANGELIO<br />

Lo matarán, pero resucitará. Los<br />

hijos están exentos de impuestos<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 17, 22-27<br />

En aquel tiempo, mientras Jesús y los<br />

discípulos recorrían juntos Galilea, les<br />

dijo Jesús:<br />

—«Al Hijo del hombre lo van a entregar<br />

en manos de los hombres, lo<br />

LUNES 12


matarán, pero resucitará al tercer día.»<br />

Ellos se pusieron muy tristes. Cuando<br />

llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban<br />

el impuesto de las dos dracmas se<br />

acercaron a Pedro y le preguntaron:<br />

—«¿Su Maestro no paga las dos dracmas?»<br />

Contestó:<br />

—«Sí.» Cuando llegó a casa, Jesús se<br />

adelantó a preguntarle:<br />

—«¿Qué te parece. Simón? Los reyes<br />

del mundo, ¿a quién le cobran<br />

impuestos y tasas, a sus hijos o a los<br />

extraños?» Contestó:<br />

—«A los extraños.» Jesús le dijo:<br />

—«Entonces, los hijos están exentos.<br />

Sin embargo, para no escandalizarlo, ve<br />

al lago, echa el anzuelo, coge el primer<br />

pez que pique, ábrele la boca y encontrarás<br />

una moneda de plata. Cógela y<br />

págales por mí y por ti.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

“Muy querida alma: ¿Has leído que<br />

mis discípulos se llenaron de tristeza<br />

al escuchar de mi pasión y muerte?<br />

Es difícil sufrir, pero quizá lo sea más<br />

el ver sufrir a alguien que amas entrañablemente,<br />

¡y qué decir si se sufre<br />

sin ninguna culpa! El corazón llora<br />

sangre delante de una enfermedad<br />

incomprensible, delante de la muerte<br />

del inocente. Escucho ese grito<br />

que sube desde lo más profundo de<br />

tu corazón: “¿Por qué, Dios?, ¿por<br />

qué?”¿Sabes?, no soy de piedra. Tengo<br />

un corazón que también sufre… y<br />

sufre contigo…y sufre por ti. No soy<br />

indiferente a tu dolor. Sufro contigo,<br />

a tu lado. Muchas veces me sientas<br />

en el banquillo de los acusados y me<br />

preguntas iracundo el porqué del dolor<br />

y de la muerte… ¡como si yo jamás<br />

hubiera sufrido! Mira la cruz. Dime,<br />

¿todavía crees que no te entiendo? Yo,<br />

en carne propia, he experimentado la<br />

traición de los amigos, la injusticia e<br />

34<br />

ingratitud de los hombres, el dolor de<br />

los inocentes y hasta la muerte atroz.<br />

¿Qué más necesito hacer para que<br />

veas que no soy indiferente a tu dolor?<br />

Tú me preguntas porqué, y yo te digo:<br />

Porque te amo. Es cierto que es más<br />

difícil amar que ser indiferente; es peor<br />

sufrir que no sufrir; nos da más miedo<br />

morir que vivir; es más desagradable<br />

llorar que no llorar… pero también es<br />

cierto que es mucho más hermoso<br />

llorar y ser consolado que jamás haber<br />

llorado; es mejor morir y resucitar que<br />

nunca haber muerto; es más bello sufrir<br />

y ser consolado que jamás haber<br />

sufrido… es mil veces mejor amar y<br />

ser correspondido que nunca haber<br />

amado por miedo a ser rechazado.<br />

“Aquí me tienes. Quiero secar tus lágrimas,<br />

quiero resucitarte a una vida<br />

nueva, quiero sufrir a tu lado y consolarte…<br />

quiero amarte como nadie te<br />

puede amar. ¿Me lo permites?” (Por:<br />

H. Rubén Tornero, L.C.)<br />

ORACIÓN<br />

Señor Jesús, gracias por este momento<br />

de intimidad contigo. Me has<br />

llamado ahora para que pueda experimentar<br />

tu presencia viva y amorosa.<br />

Gracias, Jesús, por ser quien eres.<br />

Te suplico que me des la gracia de<br />

no endurecer mi corazón. Quiero escuchar<br />

tu voz. Deseo ardientemente<br />

experimentar en mi vida todo el cariño<br />

que me tienes. No te importa si soy<br />

digno o no. Me amas por lo que soy.<br />

Gracias, Jesús, y ayúdame a disponer<br />

mi corazón para que pueda escuchar<br />

lo que Tú quieres decirme en esta<br />

oración. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.


PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Colocarme delante de un crucifijo<br />

13 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Sé fuerte y valiente, Josué,<br />

porque tú has de introducir<br />

al pueblo en la tierra<br />

Lectura del libro<br />

del Deuteronomio 31, 1-8<br />

Moisés dijo estas palabras a los israelitas:<br />

—«He cumplido ya ciento veinte años,<br />

y me encuentro impedido; además,<br />

el Señor me ha dicho: “No pasarás<br />

ese Jordán”. El Señor, tu Dios, pasará<br />

delante de ti. Él destruirá delante de ti<br />

esos pueblos, para que te apoderes de<br />

ellos. Josué pasará delante de ti, como<br />

ha dicho el Señor. El Señor los tratará<br />

como a los reyes amorreos Sijón y Og, y<br />

como a sus tierras, que arrasó. Cuando<br />

el Señor se los entregue, harán con ellos<br />

lo que yo les he ordenado. ¡Sean fuertes<br />

y valientes, no teman, no se acobarden<br />

ante ellos!, que el Señor, tu Dios, avanza<br />

a tu lado, no te dejará ni te abandonará.»<br />

Después Moisés llamó a Josué, y le dijo<br />

en presencia de todo Israel:<br />

—«Sé fuerte y valiente, porque tú has<br />

de introducir a este pueblo en la tierra<br />

que el Señor, tu Dios, prometió dar a tus<br />

padres; y tú les repartirás la heredad.<br />

El Señor avanzará ante ti. Él estará<br />

contigo; no te dejará ni te abandonará.<br />

No temas ni te acobardes.»<br />

Palabra de Dios.<br />

35<br />

y darle gracias a Jesús por estar allí<br />

por mí.<br />

MARTES - SANTOS PONCIANO E HIPÓLITO<br />

Laudes: Sal 84; Cant. Is 26, 1-4.7-9.12; Sal 66<br />

Sal 124; Sal 130; Cant. Ap 4, 11.5, 9-10.12<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

Interleccional Dt 32, 3-4a.7-9.12<br />

R. La porción del Señor<br />

fue su pueblo.<br />

Voy a proclamar el nombre del Señor:<br />

den gloria a nuestro Dios. Él es la Roca,<br />

sus obras son perfectas. R<br />

Acuérdate de los días remotos, considera<br />

las edades pretéritas, pregunta a tu<br />

padre, y te lo contará, a tus ancianos, y<br />

te lo dirán. R<br />

Cuando el Altísimo daba a cada pueblo<br />

su heredad y distribuía a los hijos<br />

de Adán, trazando las fronteras de las<br />

naciones, según el número de los hijos<br />

de Dios. R<br />

La porción del Señor fue su pueblo,<br />

Jacob fue el lote de su heredad. El<br />

Señor solo los condujo, no hubo dioses<br />

extraños con Él. R<br />

EVANGELIO<br />

Cuidado con despreciar<br />

a uno de estos pequeños<br />

Lectura del Santo<br />

Evangelio según san Mateo<br />

18, 1-5.10.12-14<br />

En aquel momento, se acercaron los<br />

discípulos a Jesús y le preguntaron:<br />

—«¿Quién es el más importante en el<br />

Reino de los Cielos?» Él llamó a un<br />

niño, lo puso en medio y dijo:<br />

—«Les aseguro que, si no vuelven<br />

a ser como niños, no entrarán en el<br />

Reino de los Cielos. Por tanto, el que<br />

se haga pequeño como este niño, ese<br />

es el más grande en el Reino de los<br />

Cielos. El que acoge a un niño como<br />

este en mi nombre me acoge a mí.<br />

Cuidado con despreciar a uno de<br />

estos pequeños, porque les digo que<br />

sus ángeles están viendo siempre en<br />

el cielo el rostro de mi Padre celestial.<br />

¿Qué les parece? Supongan que un<br />

MARTES 13


hombre tiene cien ovejas: si una se le<br />

pierde, ¿no deja las noventa y nueve<br />

en el monte y va en busca de la perdida?<br />

Y si la encuentra, les aseguro<br />

que se alegra más por ella que por<br />

las noventa y nueve que no se habían<br />

extraviado. Lo mismo su Padre del<br />

cielo: no quiere que se pierda ni uno<br />

de estos pequeños.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Nuestro Dios, es un Padre protector.<br />

En mi vida representa mi roca, mi<br />

sostén y mi pronto auxilio. En nuestro<br />

desarrollo espiritual, al igual que un<br />

niño que empieza a dar sus primeros<br />

pasos, podemos sentirnos temerosos<br />

de esta nueva etapa.<br />

Así mismo estamos cuando damos<br />

nuestros primeros pasos en la fe. Es<br />

una nueva experiencia para nosotros,<br />

estamos entusiasmados por alcanzar<br />

un paso firme, aunque en el transcurso<br />

del proceso estamos propensos a<br />

caer, tenemos la convicción de que<br />

estamos llamados a levantarnos y<br />

seguir. Las Escrituras nos hacen un<br />

llamado como hijos de Dios, a tener<br />

conciencia de que no estamos solos y<br />

de que tenemos un Padre fiel que nos<br />

motiva a ser valientes, a no desfallecer,<br />

14<br />

MIÉRCOLES - SAN MAXIMILIANO KOLBE<br />

Laudes: Sal 85; Cant. Is 33, 13-16; Sal 97<br />

Vísperas: Sal 125; Sal 126; Cant. Col 1, 3.12-20<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Murió Moisés, como había<br />

dicho el Señor, y ya no surgió<br />

otro profeta como él<br />

Lectura del libro<br />

del Deuteronomio 34, 1-12<br />

En aquellos días, Moisés subió de la estepa<br />

de Moab al monte Nebo, a la cima<br />

del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor<br />

36<br />

dejando todo tipo de temores atrás.<br />

Miremos más allá de las circunstancias<br />

que nos rodean. Sabiendo que<br />

somos fuertes, valientes y que nuestra<br />

roca es el Señor. Mantengamos un<br />

corazón humilde, un pensamiento<br />

positivo y la certeza de que tenemos<br />

el favor de Dios. Seamos como niños,<br />

en la presencia de Dios. Permitamosle<br />

a Él que tome nuestras manos y nos<br />

ayude a caminar en una vida nueva.<br />

Eliminemos esos pensamientos que<br />

hemos ido formando y nos alejan de<br />

la fe. Dejémonos sorprender por Dios<br />

y guiar por su verdad.<br />

ORACIÓN<br />

Dios, padre amoroso y bueno. Lléname<br />

hoy de tu gozo y paz. Gracias por<br />

caminar a mi lado. Ayúdame a confiar<br />

más en ti y a saber enfrentar cualquier<br />

situación. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Orar por una situación confiado en<br />

que Dios me guiará.<br />

le mostró toda la tierra: Galaad hasta<br />

Dan, el territorio de Neftalí, de Efraín<br />

y de Manasés, el de Judá hasta el mar<br />

occidental, el Negueb y la comarca del<br />

valle de Jericó, la ciudad de las palmeras,<br />

hasta Soar; y le dijo:<br />

—«Esta es la tierra que prometí a Abraham,<br />

a Isaac y a Jacob, diciéndoles:<br />

“Se la daré a tu descendencia”. Te la he


hecho ver con tus propios ojos, pero no<br />

entrarás en ella.»<br />

Y allí murió Moisés, siervo del Señor,<br />

en Moab, como había dicho el Señor. Lo<br />

enterraron en el valle de Moab, frente a<br />

Bet Fegor; y hasta el día de hoy nadie ha<br />

conocido el lugar de su tumba. Moisés<br />

murió a la edad de ciento veinte años;<br />

no había perdido vista ni había decaído<br />

su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés<br />

en la estepa de Moab treinta días, hasta<br />

que terminó el tiempo del duelo por<br />

Moisés. Josué, hijo de Nun, estaba lleno<br />

del espíritu de sabiduría, porque Moisés<br />

le había impuesto las manos; los israelitas<br />

le obedecieron e hicieron lo que el<br />

Señor había mandado a Moisés. Pero<br />

ya no surgió en Israel otro profeta como<br />

Moisés, con quien el Señor trataba cara<br />

a cara; ni semejante a él en los signos y<br />

prodigios que el Señor le envió a hacer<br />

en Egipto contra el Faraón, su corte y<br />

su país; ni en la mano poderosa, en los<br />

terribles portentos que obró Moisés en<br />

presencia de todo Israel.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

65, 1-3.5. 8.16-17<br />

R. Bendito sea Dios,<br />

que me ha devuelto la vida.<br />

Aclamen al Señor, tierra entera; toquen<br />

en honor de su nombre, canten himnos a<br />

su gloria. Digan a Dios: «¡Qué temibles<br />

son tus obras!» R<br />

Vengan a ver las obras de Dios, sus<br />

temibles proezas en favor de los hombres.<br />

Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,<br />

hagan resonar sus alabanzas. R<br />

Fieles de Dios, vengan a escuchar, les<br />

contaré lo que ha hecho conmigo: a Él<br />

gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. R<br />

EVANGELIO<br />

Si te hace caso, has<br />

salvado a tu hermano<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

37<br />

según san Mateo 18, 15-20<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />

—«Si tu hermano peca, repréndelo a<br />

solas entre los dos. Si te hace caso, has<br />

salvado a tu hermano. Si no te hace<br />

caso, llama a otro o a otros dos, para<br />

que todo el asunto quede confirmado<br />

por boca de dos o tres testigos. Si no les<br />

hace caso, díselo a la comunidad, y si<br />

no hace caso ni siquiera a la comunidad,<br />

considéralo como un gentil o un publicano.<br />

Les aseguro que todo lo que aten<br />

en la tierra quedará atado en el cielo, y<br />

todo lo que desaten en la tierra quedará<br />

desatado en el cielo. Les aseguro, además,<br />

que si dos de ustedes se ponen de<br />

acuerdo en la tierra para pedir algo, se<br />

lo dará mi Padre del cielo. Porque donde<br />

dos o tres están reunidos en mi nombre,<br />

allí estoy yo en medio de ellos.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Hoy recordamos a Maximiliano Kolbe,<br />

Santo que en el campo de exterminio<br />

de Oswiecim o Auschwitz, cerca de<br />

Cracovia, en Polonia, se ofreció a los<br />

verdugos para salvar a otro cautivo,<br />

considerando su ofrecimiento como<br />

un holocausto de caridad y un ejemplo<br />

de fidelidad para con Dios y los<br />

hombres. Su ejemplo nos habla de<br />

un hombre que con su vida y entrega<br />

refleja al mismo Jesús, pues como<br />

Él, es capaz de responder al dolor y<br />

la necesidad de otro, más allá de su<br />

propia situación y sufrimiento. Es en<br />

hechos como estos que necesitamos<br />

clamar como el salmista: “Vengan a<br />

ver las obras de Dios, sus temibles<br />

proezas en favor de los hombres.<br />

Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,<br />

hagan resonar sus alabanzas”, porque<br />

solo la obra hermosa de Dios en<br />

nuestro corazón genera acciones tan<br />

misericordiosas.<br />

MIÉRCOLES 14


Ese mismo hacer de Dios en el corazón<br />

del hombre que evidenciamos con<br />

san Maximiliano Kolbe, es el mismo<br />

que necesitamos pedir constantemente<br />

que se haga realidad evidente y<br />

presente en nosotros. De esta manera<br />

se hará más fácil llevar una vida más<br />

acorde a lo que el Señor nos pide y<br />

esta se evidenciará de muchas maneras,<br />

como por ejemplo: al mostrar<br />

que sabemos corregirnos y ayudarnos<br />

a crecer como nos habla e invita el<br />

Evangelio.<br />

Si hay algo que siento nos cuesta<br />

entender a profundidad es la responsabilidad<br />

que tenemos en el cuidado<br />

del hermano. Y cuidado es, ser capaces<br />

de hablarle con tanta claridad<br />

y con amor, si lo vemos pecar. Sin<br />

embargo, por una extraña razón y<br />

más allá del tiempo y la profundidad<br />

de la relación que podamos tener o<br />

decir tener con el Señor, parece que<br />

el tema de alinear la corrección, con<br />

el amor genuino, el deseo de ayudar<br />

y cuidar a nuestros hermanos se nos<br />

imposibilita y parece, a veces, más una<br />

cacería que un acto de hermandad<br />

cristiana. ¿Qué nos está faltando para<br />

darle a nuestro prójimo las palabras, el<br />

acompañamiento que está requiriendo<br />

para motivarle a dejar atrás el pecado<br />

15 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Una mujer vestida de sol,<br />

la luna por pedestal<br />

Lectura del libro del Apocalipsis<br />

11, 19a; 12, 1.3-6a.10ab<br />

Se abrió en el cielo el santuario de Dios<br />

y en su santuario apareció el arca de su<br />

alianza. Después apareció una figura<br />

38<br />

y abrazar a Jesús? Pidamos a Dios<br />

que siga tocando nuestro corazón y<br />

transformándolo para que cada vez<br />

seamos más “un puente que conduce<br />

a su presencia” y no “muros que dejan<br />

fuera a los demás” sin brindarles<br />

ni siquiera la sincera oportunidad de<br />

cambiar.<br />

ORACIÓN<br />

Jesús, te presento mi corazón, mis<br />

ojos, mis labios y te pido en tu nombre<br />

santo que me des un toque transformador<br />

que me permita sentir como<br />

sientes, ver como ves, hablar como<br />

hablas y que al hacerlo pueda invitar a<br />

los demás a acercarse a ti, desde una<br />

corrección genuina, amorosa y sincera<br />

que los lleve a tu presencia. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Pasar un tiempo de calidad, cada día,<br />

en el Santísimo y dejándome amar por<br />

Dios, ser mejor testigo y reflejo de su<br />

amor y misericordia.<br />

JUEVES - ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA<br />

Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />

Sal 121; Sal 126; Cant. Ef 1, 3-10<br />

portentosa en el cielo: Una mujer vestida<br />

de sol, la luna por pedestal, coronada<br />

con doce estrellas. Apareció otra<br />

señal en el cielo: Un enorme dragón<br />

rojo, con siete cabezas y diez cuernos<br />

y siete diademas en las cabezas. Con<br />

la cola barrió del cielo un tercio de las<br />

estrellas, arrojándolas a la tierra. El


dragón estaba enfrente de la mujer que<br />

iba a dar a luz, dispuesto a tragarse el<br />

niño en cuanto naciera. Dio a luz un<br />

varón, destinado a gobernar con vara<br />

de hierro a los pueblos. Arrebataron<br />

al niño y lo llevaron junto al trono de<br />

Dios. La mujer huyó al desierto, donde<br />

tiene un lugar reservado por Dios. Se<br />

oyó una gran voz en el cielo:<br />

—«Ahora se estableció la salud y el<br />

poderío, y el reinado de nuestro Dios,<br />

y la potestad de su Cristo.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

44, 11.12ab.16<br />

R. De pie a tu derecha está la<br />

reina, enjoyada con oro de Ofir.<br />

Hijas de reyes salen a tu encuentro, de<br />

pie a tu derecha está la reina, enjoyada<br />

con oro de Ofír. R<br />

Escucha, hija, mira: inclina el oído,<br />

olvida tu pueblo y la casa paterna;<br />

prendado está el rey de tu belleza:<br />

póstrate ante él, que él es tu señor. R<br />

Las traen entre alegría y algazara, van<br />

entrando en el palacio real. R<br />

SEGUNDA LECTURA<br />

Primero Cristo, como primicia;<br />

después todos los que<br />

son de Cristo<br />

Lectura de la primera carta<br />

del apóstol san Pablo a<br />

los Corintios 15, 20-27a<br />

Hermanos:<br />

Cristo resucitó de entre los muertos:<br />

el primero de todos. Si por un hombre<br />

vino la muerte, por un hombre ha venido<br />

la resurrección. Si por Adán murieron<br />

todos, por Cristo todos volverán a<br />

la vida. Pero cada uno en su puesto: primero<br />

Cristo, como primicia; después,<br />

cuando Él vuelva, todos los que son<br />

de Cristo; después los últimos, cuando<br />

Cristo devuelva a Dios Padre su Reino,<br />

una vez aniquilado todo principado,<br />

39<br />

poder y fuerza. Cristo tiene que reinar<br />

hasta que Dios haga de sus enemigos<br />

estrado de sus pies. El último enemigo<br />

aniquilado será la muerte. Porque Dios<br />

ha sometido todo bajo sus pies.<br />

Palabra de Dios.<br />

EVANGELIO<br />

El Poderoso ha hecho<br />

obras grandes por mí;<br />

enaltece a los humildes<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Lucas 1, 39-56<br />

En aquellos días, María se puso en<br />

camino y fue aprisa a la montaña, a<br />

un pueblo de Judá; entró en casa de<br />

Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto<br />

Isabel oyó el saludo de María, saltó la<br />

criatura en su vientre. Se llenó Isabel<br />

del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:<br />

—«¡Bendita tú entre las mujeres, y<br />

bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién<br />

soy yo para que me visite la madre de<br />

mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a<br />

mis oídos, la criatura saltó de alegría en<br />

mi vientre. Dichosa tú, que has creído,<br />

porque lo que te ha dicho el Señor se<br />

cumplirá.» María dijo:<br />

—«Proclama mi alma la grandeza del<br />

Señor, se alegra mi espíritu en Dios,<br />

mi salvador; porque ha mirado la humillación<br />

de su esclava. ¡Desde ahora<br />

me felicitarán todas las generaciones,<br />

porque el Poderoso ha hecho obras<br />

grandes por mí: su nombre es santo,<br />

y su misericordia llega a sus fieles<br />

de generación en generación. Él hace<br />

proezas con su brazo: dispersa a los<br />

soberbios de corazón, derriba del trono<br />

a los poderosos y enaltece a los humildes,<br />

a los hambrientos los colma de<br />

bienes y a los ricos los despide vacíos.<br />

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose<br />

de la misericordia —como lo había<br />

prometido a nuestros padres— en<br />

favor de Abraham y su descendencia<br />

por siempre.»<br />

JUEVES 15


María se quedó con Isabel unos tres<br />

meses y después volvió a su casa.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Hoy, con alegría desbordante, celebramos<br />

a la Virgen María, la Madre de<br />

Jesús. María la creyente, la seguidora<br />

de su hijo, la profetisa, la fiel, la testigo,<br />

la madre, la discípula y la acogedora<br />

de la Palabra es asunta, dogma de<br />

nuestra Iglesia que celebra su glorificación<br />

y su subida al cielo en cuerpo y en<br />

alma. En la solemnidad de la Asunción<br />

miramos, según Benedicto XVI (Homilía,<br />

2010), la esperanza que ella nos<br />

abre, el futuro que nos ilumina y guía,<br />

y ella que “nos indica con claridad luminosa<br />

que estamos en camino hacia<br />

nuestra verdadera Casa, la comunión<br />

de alegría y paz con Dios.”<br />

Hoy nos encontramos frente al “Magníficat”<br />

donde la luz del Espíritu hace<br />

brillar la profunda fe y amor de nuestra<br />

madre. La felicidad vive en María porque<br />

Dios la ha mirado en su pequeñez,<br />

en su sencillez y se le ha revelado a<br />

ella por su fe y confianza desbordante.<br />

María proclama al Dios “Poderoso”<br />

cuya misericordia es eterna. Nunca<br />

proclamó su propia entrega, humildad<br />

ni grandeza como mujer ni como madre<br />

del salvador. Como madre supo<br />

introducirnos en el corazón misericordioso<br />

de su Hijo y supo modelarnos<br />

cómo vivir la ternura que implica el<br />

amor y la compasión. El Dios de María<br />

nunca oprime ni se pone del lado de<br />

los que, desde el poder, oprimen y explotan<br />

a los que menos tienen. El Dios<br />

de María “enaltece a los humildes”<br />

y da de comer a los hambrientos. El<br />

Dios de María nos pone del lado de<br />

los desposeídos, de los sufrientes, de<br />

los defraudados, de los perdidos, de<br />

los que consideramos los últimos: los<br />

pobres. Esa es su Buena Noticia: la de<br />

su Hijo, Jesús.<br />

Hoy, por fe, celebramos que ella ha<br />

sido coronoada y que disfruta de los<br />

bienes del cielo. Hoy se nos motiva a<br />

seguir el ejemplo de compasión del<br />

Hijo y vivir el amor desde el rostro visible<br />

de Dios encarnado en Jesús. Hoy<br />

la asunción de la madre es la que nos<br />

interpela para que vivamos movidos<br />

por el tierno y firme amor que acampa<br />

entre nosotros cuando dejamos que<br />

la fraternidad, el diálogo, el compartir<br />

y repartir, la justicia, la esperanza y la<br />

caridad hagan morada en nosotros.<br />

María, mujer sencilla del pueblo humilde<br />

y llena de gracia, anunciamos con<br />

alegría que vives en el Reino de los<br />

resucitados hoy y por siempre. ¡Amén!<br />

ORACIÓN<br />

Te agradecemos María, Madre del<br />

pueblo, por tu humildad, entrega y<br />

esperanza. Nos depositamos en ti<br />

Jesucristo para conocerte mejor a ti y<br />

a nuestra Madre. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Realizar una obra de amor con alguna<br />

persona necesitada que tenga a mi<br />

alrededor.<br />

40


16<br />

PRIMERA LECTURA<br />

no<br />

Tomé a su padre del otro<br />

lado del río; los saqué de Egipto;<br />

les di una tierra<br />

Lectura del libro de Josué 24, 1-13<br />

En aquellos días, Josué reunió a las<br />

tribus de Israel en Siquén. Convocó<br />

a los ancianos de Israel, a los cabezas<br />

de familia, jueces y alguaciles, y se<br />

presentaron ante el Señor. Josué habló<br />

al pueblo:<br />

—«Así dice el Señor, Dios de Israel:<br />

“Al otro lado del río Éufrates vivieron<br />

antaño sus padres, Teraj, padre de<br />

Abraham y de Najor, sirviendo a otros<br />

dioses. Tomé a Abraham, su padre, del<br />

otro lado del río, lo conduje por todo<br />

el país de Canaán y multipliqué su<br />

descendencia dándole a Isaac. A Isaac<br />

le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en<br />

propiedad la montaña de Seír, mientras<br />

que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.<br />

Envié a Moisés y Aarón para castigar<br />

a Egipto con los portentos que hice,<br />

y después los saqué de allí. Saqué de<br />

Egipto a sus padres; y llegaron al mar.<br />

Los egipcios persiguieron a sus padres<br />

con caballería y carros hasta el mar<br />

Rojo. Pero gritaron al Señor, y Él puso<br />

una nube oscura entre ustedes y los<br />

egipcios; después desplomó sobre ellos<br />

el mar, anegándolos. Sus ojos vieron<br />

lo que hice en Egipto. Después vivirán<br />

en el desierto muchos años. Los llevé<br />

al país de los amorreos, que vivían en<br />

Transjordania; los atacaron, y los entregué.<br />

Tomaron posesión de sus tierras, y<br />

yo los exterminé ante ustedes. Entonces<br />

Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó<br />

a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de<br />

Beor, para que los maldijera; pero yo<br />

VIERNES - SAN ESTEBAN DE HUNGRÍA<br />

Laudes: Sal 50; Cant. Jr 14, 17-21; Sal 99<br />

Vísperas: Sal 134 I; Sal 134 II; Cant. Ap 15, 3-4<br />

41<br />

quise oír a Balaán, que no tuvo más<br />

remedio que bendecirlos, y los libré de<br />

sus manos. Pasaste el Jordán y llegaste<br />

a Jericó. Los jefes de Jericó los atacaron:<br />

los amorreos, fereceos, cananeos,<br />

hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos;<br />

pero yo se los entregué; sembré el pánico<br />

ante ustedes, y expulsaron a los<br />

dos reyes amorreos, no con tu espada<br />

ni con tu arco. Y les di una tierra por la<br />

que no habían sudado, ciudades que no<br />

habían construido, y en las que ahora<br />

viven, viñedos y olivares que no habían<br />

plantado, y de los que ahora comen”.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

135, 1-3.16-18.21-22.24<br />

R. Den gracias al Señor<br />

porque es bueno.<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

Den gracias al Dios de los dioses: R<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

Den gracias al Señor de los señores. R<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

Guió por el desierto a su pueblo. R<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

Él hirió a reyes famosos. R<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

Dio muerte a reyes poderosos. R<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

Les dio su tierra en heredad. R<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

En heredad a Israel, su siervo. R<br />

Porque es eterna su misericordia.<br />

Y nos libró de nuestros opresores. R<br />

EVANGELIO<br />

Por lo tercos que son les permitió<br />

Moisés divorciarse de sus mujeres;<br />

pero, al principio, no era así<br />

VIERNES 16


Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 19, 3-12<br />

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús<br />

unos fariseos y le preguntaron, para<br />

ponerlo a prueba:<br />

—«¿Es lícito a uno despedir a su mujer<br />

por cualquier motivo?» Él les respondió:<br />

—«¿No han leído que el Creador, en el<br />

principio, los creó hombre y mujer, y<br />

dijo: “Por eso abandonará el hombre a<br />

su padre y a su madre, y se unirá a su<br />

mujer, y serán los dos una sola carne”?<br />

De modo que ya no son dos, sino una<br />

sola carne. Pues lo que Dios ha unido,<br />

que no lo separe el hombre.» Ellos<br />

insistieron:<br />

—«¿Y por qué mandó Moisés darle acta<br />

de repudio y divorciarse?»<br />

Él les contestó:<br />

—«Por lo tercos que son les permitió<br />

Moisés divorciarse de sus mujeres;<br />

pero, al principio, no era así. Ahora les<br />

digo yo que, si uno se divorcia de su<br />

mujer —no hablo de impureza— y se<br />

casa con otra, comete adulterio.» Los<br />

discípulos le replicaron:<br />

—«Si esa es la situación del hombre<br />

con la mujer, no trae cuenta casarse.»<br />

Pero Él les dijo:<br />

—«No todos pueden con eso, solo los<br />

que han recibido ese don. Hay eunucos<br />

que salieron así del vientre de su madre,<br />

a otros los hicieron los hombres, y hay<br />

quienes se hacen eunucos por el Reino<br />

de los Cielos. El que pueda con esto,<br />

que lo haga.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

El Evangelio de hoy nos coloca frente<br />

a dos realidades humanas de nuestro<br />

tiempo: el matrimonio y el divorcio.<br />

Frente a ambas, Jesús se coloca y<br />

toma postura. Para entenderlo mejor,<br />

hay que ponerse en la realidad socio<br />

cultural en la que vivió Jesús y desde<br />

la cual se nos invita a orar y discernir.<br />

42<br />

La concepción del matrimonio en el<br />

mundo judío de Jesús es radicalmente<br />

distinta a la de hoy. En aquel tiempo, la<br />

relación entre esposo y esposa no era<br />

de igualdad. El matrimonio no respondía<br />

a una elección libre de las parejas,<br />

sino a intereses fundamentalmente<br />

económicos. En ese contexto, la mujer<br />

era una propiedad primero del padre,<br />

y luego del esposo que la adquiere.<br />

La posibilidad del divorcio era fundamentalmente<br />

un derecho del marido<br />

quien, basándose en Deuteronomio<br />

24, 1, podía separarse de la mujer por<br />

cualquier motivo. La mujer, en cambio,<br />

no podía tomar nunca la iniciativa de<br />

separarse. En el Evangelio de hoy,<br />

Jesús no acepta entrar en ese juego<br />

que terminará lastimando a la mujer,<br />

víctima de un matrimonio que no eligió<br />

o de un divorcio que la dejará desamparada.<br />

Jesús, rechazando agravar<br />

más la situación de las mujeres, se<br />

coloca en el escenario que más la<br />

protege, se coloca contra la injusticia<br />

que comporta el derecho matrimonial<br />

judío, e impulsa el amor radical entre<br />

las parejas como aplicación concreta<br />

del amor al prójimo.<br />

Esa es la perspectiva del Evangelio de<br />

hoy: la mirada misericordiosa y compasiva<br />

sobre las víctimas, buscando<br />

para ellas, el mayor bien, la mayor<br />

esperanza, el mejor futuro. A eso<br />

somos invitados como Iglesia, como<br />

comunidad; a saber, que donde hay<br />

un divorcio puede haber también, para<br />

las personas, curación, perdón y paz.<br />

Como comunidad de amigos en el<br />

Señor, somos invitados hoy a convertir<br />

la pérdida de esperanzas y el final de<br />

los sueños; en una nueva vida para las<br />

personas y las familias.<br />

Tenemos que pedir a Dios la gracia<br />

de tener la misma fuerza para defender<br />

la unidad e indisolubilidad del<br />

matrimonio, del hecho de que, para


la alegría de los hijos, todos seguirán<br />

formando parte de una misma familia,<br />

aunque se hayan separado. Tenemos<br />

que rezar, creer, luchar y esperar para<br />

que la palabra “divorcio”, que tantas<br />

veces significa muerte, pueda también<br />

significar resurrección para aquellos<br />

que lo han vivido.<br />

43<br />

el perdón por sus errores y sus faltas.<br />

Concede a todos los hijos la certeza<br />

de que sus padres podrán velar por<br />

su bienestar incluso si no están juntos.<br />

Te lo suplicamos por la intercesión de<br />

José y María. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

ORACIÓN<br />

Te pedimos, Señor, por nuestras familias,<br />

para que las mantengas unidas<br />

en el amor. Hoy queremos pedirte<br />

una bendición especial por todas las<br />

familias en las que ha habido un divorcio<br />

entre los esposos, para que Tú<br />

les hagas sentir tu cercanía, tu amor y<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Tener un gesto de apoyo o soporte<br />

con una persona que haya pasado por<br />

un proceso de divorcio.<br />

17<br />

SÁBADO - SAN JACINTO<br />

Laudes: Sal 118, 145-152; Cant. Sb 9, 1-6.9-11; Sal 116<br />

Vísperas: Sal 121; Sal 129; Cant. Flp 1, 6-11<br />

PRIMERA LECTURA<br />

vista grandes signos, nos protegió en el<br />

Escojan hoy a quién<br />

camino que recorrimos y entre todos<br />

quieren servir<br />

los pueblos por donde cruzamos. El<br />

Lectura del libro<br />

Señor expulsó ante nosotros a los pueblos<br />

de Josué 24, 14-29<br />

amorreos que habitaban el país.<br />

En aquellos días, Josué continuó hablando<br />

También nosotros serviremos al Señor:<br />

al pueblo:<br />

¡es nuestro Dios!» Josué dijo al pueblo:<br />

—«Pues bien, teman al Señor, sírvanle —«No podrán servir al Señor, porque<br />

con toda sinceridad; quiten de en medio es un Dios santo, un Dios celoso. No<br />

los dioses a los que sirvieron sus padres perdonará sus delitos ni sus pecados.<br />

al otro lado del río y en Egipto; y sirvan Si abandonan al Señor y sirven a dioses<br />

al Señor. Si no les parece bien servir extranjeros, se volverá contra ustedes<br />

al Señor, escojan hoy a quién quieren y, después de haberlos tratado bien, los<br />

servir: a los dioses que sirvieron sus maltratará y los aniquilará.» El pueblo<br />

padres al este del Éufrates o a los dioses respondió:<br />

de los amorreos en cuyo país habitan; —«¡No! Serviremos al Señor.» Josué<br />

yo y mi casa serviremos al Señor.» El insistió:<br />

pueblo respondió:<br />

—«Son testigos contra ustedes mismos<br />

—«¡Lejos de nosotros abandonar al de que han elegido servir al Señor.»<br />

Señor para servir a dioses extranjeros! Respondieron:<br />

El Señor es nuestro Dios; Él nos sacó —«¡Somos testigos!» Josué contestó:<br />

a nosotros y a nuestros padres de la —«Pues bien, quiten de en medio los<br />

esclavitud de Egipto; Él hizo a nuestra dioses extranjeros que conservan, y<br />

SÁBADO 17


pónganse de parte del Señor, Dios de<br />

Israel.» El pueblo respondió:<br />

—«Serviremos al Señor, nuestro Dios,<br />

y le obedeceremos.» Aquel día, Josué<br />

selló el pacto con el pueblo y les dio leyes<br />

y mandatos en Siquén. Escribió las<br />

cláusulas en el libro de la ley de Dios,<br />

cogió una gran piedra y la erigió allí,<br />

bajo la encina del santuario del Señor,<br />

y dijo a todo el pueblo:<br />

—«Miren esta piedra, que será testigo<br />

contra ustedes, porque ha oído todo lo<br />

que el Señor nos ha dicho. Será testigo<br />

contra ustedes, para que no puedan<br />

renegar de su Dios.»<br />

Luego despidió al pueblo, cada cual a su<br />

heredad. Algún tiempo después murió<br />

Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a<br />

la edad de ciento diez años.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

15, 1-2a.5.7-8.11<br />

R. Tú, Señor,<br />

eres el lote de mi heredad.<br />

Protégeme, Dios mío, que me refugio<br />

en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi<br />

bien.» El Señor es el lote de mi heredad<br />

y mi copa; mi suerte está en tu mano. R<br />

Bendeciré al Señor que me aconseja,<br />

hasta de noche me instruye internamente.<br />

Tengo siempre presente al Señor, con<br />

Él a mi derecha no vacilaré. R<br />

Me enseñarás el sendero de la vida, me<br />

saciarás de gozo en tu presencia, de<br />

alegría perpetua a tu derecha. R<br />

EVANGELIO<br />

No les impidan a los niños acercarse<br />

a mí; de los que son como<br />

ellos es el Reino de los Cielos<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 19, 13-15<br />

En aquel tiempo, le acercaron unos<br />

niños a Jesús para que les impusiera<br />

las manos y rezara por ellos, pero los<br />

discípulos los regañaban. Jesús dijo:<br />

44<br />

—«Déjenlos, no les impidan a los niños<br />

acercarse a mí; de los que son como<br />

ellos es el Reino de los Cielos.»<br />

Les impuso las manos y se marchó de<br />

allí.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Hace veinte siglos, Jesús, exactamente<br />

igual que uno de nosotros, se reunía<br />

con sus amigos y hablaba con ellos.<br />

Y lo hacía mirándoles a los ojos y a<br />

su corazón, preocupándose por cada<br />

uno de ellos. Ahora, lo que me hace<br />

reflexionar sobre eso es que ese Jesús<br />

(que era una persona muy normal, que<br />

sabía cómo hacer que la gente le escuchara<br />

y le siguiera), no hablaba solo<br />

a sus amigos de entonces, sino que<br />

por ser Dios, también sus Palabras van<br />

dirigidas a ti y a mí.<br />

En varias de esas conversaciones,<br />

Jesús mencionaba a los niños. Les<br />

nombra varias veces. “Ser como un<br />

niño”; “El que acoge a un niño como<br />

este en mi nombre, me acoge a mí…”.<br />

“De los que son como niños es el Reino<br />

de los Cielos…”. Es decir, Jesús<br />

nos invita a que seamos como ellos,<br />

como los niños. ¿Cómo se puede ser<br />

un niño sin serlo?<br />

Está claro que los niños se lo pasan<br />

‘divinamente’. No tienen preocupaciones,<br />

confían en que sus padres se<br />

encargan de lo difícil, son inocentes,<br />

aman de forma sincera. En cambio<br />

nosotros, los que dejamos atrás esa<br />

época dorada, vamos viendo cómo<br />

con la edad las cosas van pareciendo<br />

menos fáciles. Empiezas a ver que las<br />

heridas de la vida pasan factura y que<br />

el corazón se endurece.<br />

La inocencia se marcha por donde<br />

vino con el tiempo. Las personas te<br />

decepcionan, sufres, lloras, te vuelves<br />

a levantar; pierdes confianza, la<br />

vuelves a ganar. Lo cierto es que ese


ánimo de niño, esos ojos curiosos, esa<br />

alegría constante se esfuma y aparece<br />

la dureza, el estrés, el cansancio, la<br />

tensión, la tristeza, la desconfianza, la<br />

falta de autoestima... Y eso, sin darnos<br />

cuenta, nos aparta de la felicidad.<br />

Y todo puede empezar con la falta de<br />

esperanza en ese trabajo tan aburrido,<br />

la desconfianza por esa persona que<br />

te traicionó y que nunca imaginaste<br />

que te iba a traicionar o por el dolor<br />

que te produce haber perdido a esa<br />

persona, o el dolor de esa situación<br />

que por mucho que quieras no puedes<br />

controlar.<br />

Pues en medio de esa situación está<br />

Jesús. En un círculo con sus amigos,<br />

entre los que estás tú. Hablando, charlando,<br />

compartiendo, mirándote a los<br />

ojos. Y te dice que seas simplemente<br />

como un niño. ¿Pero cómo?<br />

Pienso que cuando los sacerdotes no<br />

saben qué decirte ante una situación<br />

te dicen que reces. Y tienen toda la<br />

razón. Hay que orar. Estamos seguros<br />

de que ese hombre que te habla a través<br />

del tiempo es Dios. Oremos para<br />

recuperar la alegría, para aprender a<br />

ponerle a Él y a la gente que queremos<br />

-o no- en primer lugar. Que el trabajo<br />

no domine toda nuestra vida. Que<br />

podamos descansar. Preocuparnos<br />

menos... (el mundo no va a dejar de<br />

girar, no se va a caer el país porque un<br />

18 Vísperas:<br />

45<br />

día trabajes menos). Confiar sin miedo<br />

a las heridas, sabiendo que se curan y<br />

que de ellas se aprende. Disfrutar de<br />

aquello que tenemos delante en cada<br />

momento. Ordenar nuestra vida, poner<br />

a Dios en su sitio: en el primer puesto.<br />

¿Cómo? Pues poniéndole donde está<br />

en realidad. Ahí donde poníamos<br />

a nuestros padres cuando éramos<br />

pequeños. Él es nuestro Padre y se<br />

ocupa de todo –como nuestros padres<br />

biológicos. Así que nosotros tenemos<br />

que dedicarnos a amarle amando a<br />

los demás. Esa es la clave. Escuchar<br />

sus Palabras, su enseñanza... y simplemente<br />

¡ser como niño!<br />

ORACIÓN<br />

Señor, concédeme la gracia de volverme<br />

como niño ante tus ojos, reconociéndote<br />

como Padre amoroso<br />

y siendo dócil a tu Palabra y tu santa<br />

voluntad en mi vida. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Pasar un momento a solas con Jesús,<br />

acercándome a Él como un niño y<br />

refugiarme en sus brazos.<br />

XX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />

SEMANA IV DEL SALTERIO<br />

Laudes: Sal 117; Cant. Dn 3, 52-57; Sal 15<br />

Sal 109; Sal 111; Ap 19, 1-7<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Me engendraste hombre<br />

de pleitos para todo el país<br />

Lectura del libro de<br />

Jeremías 38, 4-6. 8-10<br />

En aquellos días, los príncipes dijeron<br />

al rey:<br />

—«Muera ese Jeremías, porque está<br />

desmoralizando a los soldados que<br />

quedan en la ciudad y a todo el pueblo,<br />

con semejantes discursos. Ese hombre<br />

no busca el bien del pueblo, sino su<br />

DOMINGO 18


desgracia». Respondió el rey Sedecías:<br />

—«Ahí lo tienen, en su poder: el rey<br />

no puede nada contra ustedes». Ellos<br />

cogieron a Jeremías y lo arrojaron en<br />

el aljibe de Malquías, príncipe real, en<br />

el patio de la guardia, descolgándolo<br />

con sogas. En el aljibe no había agua,<br />

sino lodo, y Jeremías se hundió en el<br />

lodo. Ebedmelek salió del palacio y<br />

habló al rey:<br />

—«Mi rey y señor, esos hombres han<br />

tratado inicuamente al profeta Jeremías,<br />

arrojándolo al aljibe, donde morirá<br />

de hambre, porque no queda pan<br />

en la ciudad». Entonces el rey ordenó<br />

a Ebedmelek, el cusita:<br />

—«Toma tres hombres a tu mando, y<br />

saca al profeta Jeremías del aljibe, antes<br />

de que muera».<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

39, 2-4.18<br />

R. Señor, date prisa<br />

en socorrerme.<br />

Yo esperaba con ansia al Señor; Él se<br />

inclinó y escuchó mi grito. R<br />

Me levantó de la fosa fatal, de la charca<br />

fangosa; afianzó mis pies sobre roca, y<br />

aseguró mis pasos. R<br />

Me puso en la boca un cántico nuevo,<br />

un himno a nuestro Dios. Muchos, al<br />

verlo, quedaron sobrecogidos y confiaron<br />

en el Señor. R<br />

Yo soy pobre y desgraciado, pero el<br />

Señor se cuida de mí; tú eres mi auxilio<br />

y mi liberación: Dios mío, no tardes. R<br />

SEGUNDA LECTURA<br />

Corramos en la carrera<br />

que nos toca, sin retirarnos<br />

Lectura de la carta a<br />

los Hebreos 12, 1-4<br />

Hermanos:<br />

Una nube ingente de testigos nos<br />

rodea: por tanto, quitémonos lo que<br />

nos estorba y el pecado que nos ata, y<br />

46<br />

corramos en la carrera que nos toca, sin<br />

retirarnos, fijos los ojos en el que inició<br />

y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando<br />

al gozo inmediato, soportó<br />

la cruz, despreciando la ignominia, y<br />

ahora está sentado a la derecha del trono<br />

de Dios. Recuerden al que soportó<br />

la oposición de los pecadores, y no se<br />

cansen ni pierdan el ánimo. Todavía<br />

no han llegado a la sangre en su pelea<br />

contra el pecado.<br />

Palabra de Dios.<br />

EVANGELIO<br />

No he venido a traer paz,<br />

sino división<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Lucas 12, 49-53<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />

—«He venido a prender fuego en el<br />

mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!<br />

Tengo que pasar por un bautismo, ¡y<br />

qué angustia hasta que se cumpla!<br />

¿Piensan que he venido a traer al mundo<br />

paz? No, sino división. En adelante,<br />

una familia de cinco estará dividida:<br />

tres contra dos y dos contra tres; estarán<br />

divididos el padre contra el hijo y<br />

el hijo contra el padre, la madre contra<br />

la hija y la hija contra la madre, la suegra<br />

contra la nuera y la nuera contra la<br />

suegra».<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

El título de nuestra reflexión sobre la<br />

liturgia de hoy podría ser “el escándalo<br />

de la verdad”. La verdad que proclama<br />

el profeta Jeremías escandaliza a sus<br />

contemporáneos. Las Palabras de<br />

Jesús sobre el fuego del juicio, sobre<br />

el bautismo en la sangre de la cruz y<br />

sobre la espada que divide, también<br />

escandalizaron a sus oyentes, porque<br />

no respondían a sus expectativas.<br />

Jeremías era un hombre de naturale-


za tranquila. Amaba la belleza y tuvo<br />

que predicar, por vocación divina,<br />

destrucción y horrendas matanzas.<br />

Amaba la tranquilidad y la quietud, y<br />

estuvo metido hasta los tuétanos en<br />

los acontecimientos tan absurdos de<br />

Jerusalén y del reino de Judá. El Dios<br />

que lo había seducido le impulsaba a<br />

hablar cosas desagradables e inesperadas,<br />

a realizar acciones simbólicas<br />

que suscitaban indignación y adversidad.<br />

Sus palabras y sus acciones<br />

escandalizaron a los habitantes de<br />

Jerusalén y de Judá.<br />

Jesús también se dirigió a sus contemporáneos<br />

con palabras fuertes.<br />

Hablaba del fuego del juicio, capaz de<br />

quemar y destruir la situación presente<br />

para generar una nueva, pero los<br />

oyentes no estaban dispuestos a la<br />

radicalidad del cambio ni a la irrupción<br />

de la novedad. Jesús hablaba de bautismo<br />

en referencia a la sangre de la<br />

cruz, en la cual Él sería bautizado para<br />

lavar los pecados del mundo cargados<br />

sobre sí. ¡La cruz, escándalo para los<br />

judíos!, nos recordará Pablo en la Primera<br />

Carta a los Corintios. Jesús dijo<br />

claramente que no había venido a traer<br />

la paz sobre la tierra, sino la espada<br />

que divide a los hombres: con Cristo o<br />

contra Cristo, sin posibilidad de estado<br />

neutral. La verdad que Jesucristo les<br />

predicaba era un escándalo insoportable.<br />

Un escándalo que le costó a<br />

Jesucristo la condenación y la muerte<br />

ignominiosa en una cruz.<br />

A la comunidad a la que va dirigida la<br />

carta a los Hebreos podía resultarle<br />

“escandaloso” que Dios les permitiese<br />

pasar por un sin fin de sufrimientos;<br />

más aún, se les podía presentar con<br />

fuerza el “escándalo” del martirio, mediante<br />

el derramamiento de la propia<br />

sangre.<br />

No al escándalo inmoral, como por<br />

ejemplo el escandalizar a los niños con<br />

acciones malas o desproporcionadas<br />

a su capacidad de juicio. Propongo el<br />

escándalo de la verdad, y la verdad<br />

puede no gustar, puede ser más o<br />

menos oportuna, pero nunca podrá<br />

catalogarse de inmoral. Por ejemplo,<br />

la verdad de un único Salvador de la<br />

humanidad; la verdad de una única<br />

Iglesia; la verdad de un único Creador<br />

del universo y del hombre; la verdad de<br />

Dios unitrino; la verdad de un pueblo<br />

sacerdotal, sin distinción de sexos; la<br />

verdad del matrimonio, constituido<br />

únicamente por la unión estable de<br />

un hombre y una mujer; la verdad del<br />

destino universal de todos los bienes<br />

de la tierra, etc., etc. Estas verdades<br />

escandalizan a muchos oídos en nuestra<br />

sociedad.<br />

ORACIÓN<br />

Señor Dios que pueda entender que<br />

tener miedo a la verdad, en definitiva,<br />

es tener miedo a ser uno mismo,<br />

es tener miedo a ser coherente, es<br />

dejarse dominar por la ley absoluta<br />

de la mayoría, es perder la dignidad<br />

humana. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Reflexionar y actuar conforme a lo<br />

que haría Jesús en mis circunstancias.<br />

DOMINGO 18<br />

47


19 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

El Señor hacía surgir jueces,<br />

pero ni a los jueces hacían caso<br />

Lectura del libro de<br />

los Jueces 2, 11-19<br />

En aquellos días, los israelitas hicieron<br />

lo que el Señor reprueba, dieron culto a<br />

los ídolos; abandonaron al Señor, Dios<br />

de sus padres, que los había sacado de<br />

Egipto, y se fueron tras los otros dioses,<br />

dioses de las naciones vecinas, y los adoraron,<br />

irritando al Señor. Abandonaron<br />

al Señor y dieron culto a Baal y a Astarté.<br />

El Señor se encolerizó contra Israel:<br />

los entregó a bandas de saqueadores que<br />

los saqueaban, los vendió a los enemigos<br />

de alrededor, y los israelitas no podían<br />

resistirles. En todo lo que emprendían,<br />

la mano del Señor se les ponía en contra,<br />

exactamente como Él les había dicho y<br />

jurado, llegando así a una situación desesperada.<br />

Entonces el Señor hacía surgir<br />

jueces, que los libraban de las bandas de<br />

salteadores; pero ni a los jueces hacían<br />

caso, sino que se prostituían con otros<br />

dioses, dándoles culto, desviándose muy<br />

pronto de la senda por donde habían caminado<br />

sus padres, obedientes al Señor.<br />

No hacían como ellos. Cuando el Señor<br />

hacía surgir jueces, el Señor estaba con<br />

el juez; y, mientras vivía el juez, los<br />

salvaba de sus enemigos, porque le daba<br />

lástima oírlos gemir bajo la tiranía de<br />

sus opresores. Pero, en cuanto moría el<br />

juez, recaían y se portaban peor que sus<br />

padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles<br />

adoración; no se apartaban de sus<br />

maldades ni de su conducta obstinada.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

105, 34-37.39-40.43b.44<br />

LUNES - SAN JUAN EUDES<br />

Laudes: Sal 89; Cant. Is 42, 10-16; Sal 134<br />

Sal 135 I; Sal 135 II; Cant. Ef 1, 3-10<br />

48<br />

R. Acuérdate de mí, Señor,<br />

por amor a tu pueblo.<br />

No exterminaron a los pueblos que el<br />

Señor les había mandado; emparentaron<br />

con los gentiles, imitaron sus costumbres.<br />

R<br />

Adoraron sus ídolos y cayeron en sus<br />

lazos; inmolaron a los demonios sus<br />

hijos y sus hijas. R<br />

Se mancharon con sus acciones y se<br />

prostituyeron con sus maldades. La ira<br />

del Señor se encendió contra su pueblo,<br />

y aborreció su heredad. R<br />

Cuántas veces los libró; mas ellos,<br />

obstinados en su actitud, perecían por<br />

sus culpas; pero Él miró su angustia, y<br />

escuchó sus gritos. R<br />

EVANGELIO<br />

Si quieres llegar hasta el final,<br />

vende lo que tienes, así tendrás<br />

un tesoro en el cielo<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 19, 16-22<br />

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús<br />

y le preguntó:<br />

—«Maestro, ¿qué tengo que hacer de<br />

bueno para obtener la vida eterna?»<br />

Jesús le contestó:<br />

—«¿Por qué me preguntas qué es<br />

bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si<br />

quieres entrar en la vida, guarda los<br />

mandamientos.» Él le preguntó:<br />

—«¿Cuáles?» Jesús le contestó:<br />

—«No matarás, no cometerás adulterio,<br />

no robarás, no darás falso testimonio,<br />

honra a tu padre y a tu madre, y ama<br />

a tu prójimo como a ti mismo.» El muchacho<br />

le dijo:<br />

—«Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me<br />

falta?» Jesús le contestó:<br />

—«Si quieres llegar hasta el final,


vende lo que tienes, da el dinero a los<br />

pobres, así tendrás un tesoro en el cielo,<br />

y luego vente conmigo.»<br />

Al oír esto, el joven se fue triste, porque<br />

era rico.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Vivimos en una sociedad en la cual<br />

se promueve el individualismo por<br />

encima de la comunidad. El satisfacer<br />

nuestros deseos personales sin<br />

importar los derechos o necesidades<br />

de otros. Tan pronto como uno se<br />

sienta feliz, la felicidad del otro es secundaria.<br />

Es una sociedad de trueque:<br />

dame y entonces te doy; y aunque<br />

pareciera que se es generoso en ese<br />

dar, en realidad la medida de en que<br />

se da, está directamente relacionada<br />

con lo que se recibe. Más aún, dar<br />

dependerá mucho de si lo que recibo<br />

me gusta o no.<br />

Vivimos muy apegados a nuestro<br />

egoísmo, posesiones, puestos, profesiones<br />

e incluso ministerios. El<br />

Evangelio de hoy es una llamada a<br />

desapegarnos de todo, incluso de<br />

nosotros mismos y estar dispuestos a<br />

compartir a todo nivel lo que somos,<br />

lo que tenemos. En el plano matrimonial,<br />

por ejemplo, el Señor llama a los<br />

cónyugues a buscar el bien y la felicidad<br />

del otro mediante una donación<br />

total del ser. A los padres, sacrificar<br />

su tiempo (novelas, dominó, juego de<br />

pelota) e invertir esas horas en la escucha,<br />

diálogo y acompañamiento de<br />

sus hijos. En la comunidad, mirar las<br />

necesidades de los demás y salir a su<br />

encuentro compartiendo con ellos las<br />

mismas riquezas que nos da el Señor.<br />

Lo más fácil es decir “voy a orar por ti,<br />

confía todo va a salir bien”.<br />

Pero el Evangelio de hoy nos recuerda<br />

que el camino a la vida eterna es<br />

el del desprendimiento total, el de la<br />

49<br />

donación completa al ser querido, al<br />

hermano en necesidad. Es interesante<br />

el diálogo de Jesús con la persona<br />

que se le acercó; era un hombre muy<br />

religioso y cumplidor, pero que carecía<br />

de lo más importante: la caridad. El<br />

problema no era que fuese religioso<br />

y cumplidor; su carencia era la de no<br />

mirar a su alrededor y ver las necesidades<br />

de sus hermanos y compartir<br />

lo que tenía. Eso mismo nos puede<br />

pasar a nosotros: vivir la vida cristiana<br />

como si fuera un listín de cosas que<br />

debo hacer, que debo cumplir, pero<br />

que carecen de un compromiso y<br />

un servicio con el pobre, la viuda, el<br />

huérfano, el necesitado, el inmigrante,<br />

el anciano. En una ocasión el mismo<br />

Jesús dijo “de qué le sirve al hombre<br />

ganar el mundo, si pierde su vida”. De<br />

qué nos sirve tener tiempo, talento y<br />

tesoro si no lo ponemos al servicio de<br />

los demás.<br />

ORACIÓN<br />

Señor dame un corazón como el tuyo,<br />

capaz de mirar más allá de mis propias<br />

necesidades. Un corazón que ame y<br />

se entregue sin egoísmo o intereses<br />

personales. Dame Señor un corazón<br />

compasivo y misericordioso como el<br />

tuyo. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Levantar la mirada y poner atención<br />

en alguna persona necesitada (sea en<br />

mi casa, mi trabajo, mi comunidad o<br />

en la calle) procurando asistirle en su<br />

necesidad.<br />

LUNES 19


20 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Gedeón, salva a Israel.<br />

Yo te envío<br />

Lectura del libro de<br />

los Jueces 6, 11-24a<br />

En aquellos días, el ángel del Señor<br />

vino y se sentó bajo la encina de Ofrá,<br />

propiedad de Joás de Abiezer, mientras<br />

su hijo Gedeón estaba trillando a<br />

látigo en el lagar, para esconderse de<br />

los madianitas. El ángel del Señor se le<br />

apareció y le dijo:<br />

—«El Señor está contigo, valiente.»<br />

Gedeón respondió:<br />

—«Perdón, si el Señor está con nosotros,<br />

¿por qué nos ha venido encima<br />

todo esto? ¿Dónde han quedado<br />

aquellos prodigios que nos contaban<br />

nuestros padres: “De Egipto nos sacó<br />

el Señor”? La verdad es que ahora el<br />

Señor nos ha desamparado y nos ha<br />

entregado a los madianitas.» El Señor<br />

se volvió a él y le dijo:<br />

—«Vete, y con tus propias fuerzas<br />

salva a Israel de los madianitas. Yo te<br />

envío.» Gedeón replicó:<br />

—«Perdón, ¿cómo puedo yo librar a<br />

Israel? Precisamente mi familia es la<br />

menor de Manasés, y yo soy el más<br />

pequeño en la casa de mi padre.» El<br />

Señor contestó:<br />

—«Yo estaré contigo, y derrotarás a<br />

los madianitas como a un solo hombre.»<br />

Gedeón insistió:<br />

—«Si he alcanzado tu favor, dame<br />

una señal de que eres tú quien habla<br />

conmigo. No te vayas de aquí hasta<br />

que yo vuelva con una ofrenda y te la<br />

presente.» El Señor dijo:<br />

—«Aquí me quedaré hasta que vuelvas.»<br />

Gedeón marchó a preparar un cabrito<br />

MARTES - SAN BERNARDO<br />

Laudes: Sal 100; Cant. Dn 3, 27-29.34-41; Sal 143<br />

Sal 136; Sal 137; Cant. Ap 4, 11.5, 9-10.12<br />

50<br />

y unos panes ázimos con media fanega<br />

de harina; colocó luego la carne en la<br />

cesta y echó el caldo en el puchero; se<br />

lo llevó al Señor y se lo ofreció bajo la<br />

encina. El ángel del Señor le dijo:<br />

—«Coge la carne y los panes ázimos,<br />

colócalos sobre esta roca y derrama<br />

el caldo.»<br />

Así lo hizo. Entonces el ángel del<br />

Señor alargó la punta del cayado que<br />

llevaba, tocó la carne y los panes, y se<br />

levantó de la roca una llamarada que<br />

los consumió. Y el ángel del Señor<br />

desapareció. Cuando Gedeón vio que<br />

se trataba del ángel del Señor, exclamó:<br />

—«¡Ay Dios mío, que he visto al ángel<br />

del Señor cara a cara!» Pero el Señor<br />

le dijo:<br />

—«¡Paz, no temas, no morirás!»<br />

Entonces Gedeón levantó allí un altar<br />

al Señor y le puso el nombre de «Señor<br />

de la Paz».<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

84, 9.11-14<br />

R. El Señor anuncia la paz<br />

a su pueblo.<br />

Voy a escuchar lo que dice el Señor:<br />

«Dios anuncia la paz a su pueblo y a<br />

sus amigos y a los que se convierten de<br />

corazón.» R<br />

La misericordia y la fidelidad se encuentran,<br />

la justicia y la paz se besan; la<br />

fidelidad brota de la tierra, y la justicia<br />

mira desde el cielo. R<br />

El Señor nos dará la lluvia, y nuestra<br />

tierra dará su fruto. La justicia marchará<br />

ante Él, la salvación seguirá sus pasos. R<br />

EVANGELIO<br />

Más fácil le es a un camello pasar


por el ojo de una aguja, que a un<br />

rico entrar en el Reino de Dios<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 19, 23-30<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />

—«Les aseguro que difícilmente entrará<br />

un rico en el Reino de los Cielos.<br />

Lo repito: Más fácil le es a un camello<br />

pasar por el ojo de una aguja que a un<br />

rico entrar en el Reino de Dios.» Al<br />

oírlo, los discípulos dijeron espantados:<br />

—«Entonces, ¿quién puede salvarse?»<br />

Jesús se les quedó mirando y les dijo:<br />

—«Para los hombres es imposible;<br />

pero Dios lo puede todo.» Entonces le<br />

dijo Pedro:<br />

—«Pues nosotros lo hemos dejado<br />

todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a<br />

tocar?» Jesús les dijo:<br />

—«Les aseguro: cuando llegue la renovación,<br />

y el Hijo del hombre se siente en<br />

el trono de su gloria, también ustedes,<br />

los que me han seguido, se sentarán<br />

en doce tronos para regir a las doce<br />

tribus de Israel. El que por mí deja casa,<br />

hermanos o hermanas, padre o madre,<br />

mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces<br />

más, y heredará la vida eterna. Muchos<br />

primeros serán últimos y muchos últimos<br />

serán primeros.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Dios tiene un trato especial con cada<br />

uno de sus hijos. Él conoce nuestras<br />

vidas y sobre todo nuestros pensamientos.<br />

Por lo que con su amor y<br />

sabiduría nos va guiando hacia el<br />

lugar donde Él quiere que estemos.<br />

Años atrás me hubiera resultado<br />

muy difícil creer que hoy estuviera<br />

escribiendo meditaciones cristianas.<br />

Quizás, porque en el momento en<br />

que se me presentó la oportunidad,<br />

sentía que no era lo suficientemente<br />

capaz para realizar esta tarea.<br />

51<br />

Pero Dios ha trabajado conmigo de<br />

una manera muy especial y le vivo<br />

diariamente agradecida por haber<br />

tocado la puerta de mi vida insistentemente.<br />

Haciéndome entender<br />

que Él es un Dios real y que está con<br />

nosotros.<br />

Dios me mostró que cuando Él tiene<br />

un propósito en nuestras vidas, Él<br />

nos mostrará el camino y si realmente<br />

es su voluntad, esa promesa se<br />

cumplirá. No importa cómo nosotros<br />

nos veamos, ni cuán suficientes o no<br />

sintamos. Nuestro Padre nos recuerda<br />

que Él nos capacita y nos da las<br />

herramientas necesarias para realizar<br />

aquello que Él nos ha mandado a<br />

hacer.<br />

No sientas que eres poco, pequeño,<br />

inútil o incapaz de lograr aquello que<br />

parece imposible ante tus ojos. Somos<br />

hijos de Dios, debemos sentirnos<br />

respaldados siempre por ese Padre<br />

amoroso que siempre está dispuesto<br />

a esperarnos.<br />

Podemos sentirnos con dudas y<br />

pensar que no tenemos la fortaleza<br />

necesaria en ciertas situaciones,<br />

hasta el punto de cuestionar a Dios<br />

o sentir que Él nos ha abandonado.<br />

Despeja ese pensamiento, toma un<br />

tiempo para estar a solas y ora a<br />

nuestro Padre. El Señor responde a<br />

nuestras oraciones, si oramos con<br />

fe. Nos dará la paz que necesitamos<br />

tener, recuerda que las tribulaciones<br />

y las pruebas son necesarias para<br />

formar nuestro carácter. Ten presente<br />

que Dios nunca nos abandona.<br />

Examinemos nuestras vidas, mantengamos<br />

un corazón humilde y<br />

dejémonos guiar por el Señor. Pon a<br />

Dios siempre en primer lugar y mantén<br />

tus oídos atentos a su llamado. Si<br />

le seguimos con fe, tengamos la certeza<br />

de que Él suplirá todas nuestras<br />

necesidades.<br />

MARTES 20


ORACIÓN<br />

Dios, Padre bueno y bondadoso.<br />

Examina hoy mi corazón y muéstrame<br />

qué cosas de mi vida están estorbando<br />

ese plan perfecto que tienes<br />

destinado para mí. Muéstrame cuál es<br />

tu propósito para mi vida. Ayúdame<br />

a tener una relación más estrecha<br />

contigo. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Orar confiadamente al Señor para<br />

que me muestre su propósito en mi<br />

vida.<br />

MIÉRCOLES - SAN PIO X<br />

Laudes: Sal 107; Cant. Is 61, 10-62,5; Sal 145<br />

21Vísperas: Sal 138 I; Sal 138 II; Cant. Col 1, 12-20<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Pediste un rey, siendo<br />

así que el Señor es su rey<br />

Lectura del libro de los<br />

Jueces 9, 6-15<br />

En aquellos días, los de Siquén y todos<br />

los de el Terraplén se reunieron para<br />

proclamar rey a Abimelec, junto a la<br />

encina de Siquén. En cuanto se enteró<br />

Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del<br />

monte Garizín, les gritó a voz en cuello:<br />

—«¡Óiganme, vecinos de Siquén, así<br />

Dios les escuche! Una vez fueron los<br />

árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo:<br />

“Sé nuestro rey”. Pero dijo el olivo:<br />

“¿Y voy a dejar mi aceite, con el que<br />

engordan dioses y hombres, para ir a<br />

mecerme sobre los árboles?”. Entonces<br />

dijeron a la higuera: “Ven a ser nuestro<br />

rey”. Pero dijo la higuera: “¿Y voy a<br />

dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a<br />

mecerme sobre los árboles?”. Entonces<br />

dijeron a la vid: “Ven a ser nuestro rey”.<br />

Pero dijo la vid: “¿Y voy a dejar mi<br />

mosto, que alegra a dioses y hombres,<br />

para ir a mecerme sobre los árboles?”.<br />

Entonces dijeron a la zarza: “Ven a ser<br />

nuestro rey”. Y les dijo la zarza: “Si de<br />

veras quieren ungirme rey de ustedes,<br />

vengan a cobijarse bajo mi sombra; y si<br />

no, salga fuego de la zarza y devore a<br />

52<br />

los cedros del Líbano”.»<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

20, 2-7<br />

R. Señor, el rey se alegra<br />

por tu fuerza.<br />

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,<br />

¡y cuánto goza con tu victoria! Le has<br />

concedido el deseo de su corazón, no le<br />

has negado lo que pedían sus labios. R<br />

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,<br />

y has puesto en su cabeza una corona<br />

de oro fino. Te pidió vida, y se la has<br />

concedido, años que se prolongan sin<br />

término. R<br />

Tu victoria ha engrandecido su fama,<br />

lo has vestido de honor y majestad. Le<br />

concedes bendiciones incesantes, lo<br />

colmas de gozo en tu presencia. R<br />

EVANGELIO<br />

¿Vas a tener tú envidia<br />

porque yo soy bueno?<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 20, 1-16<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos<br />

esta parábola:<br />

—«El Reino de los Cielos se parece a<br />

un propietario que al amanecer salió<br />

a contratar jornaleros para su viña.


Después de ajustarse con ellos en un denario<br />

por jornada, los mandó a la viña.<br />

Salió otra vez a media mañana, vio a<br />

otros que estaban en la plaza sin trabajo,<br />

y les dijo: “vayan también ustedes a<br />

mi viña, y les pagaré lo debido”. Ellos<br />

fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y<br />

a media tarde e hizo lo mismo. Salió al<br />

caer la tarde y encontró a otros, parados,<br />

y les dijo: “¿Cómo es que están aquí el<br />

día entero sin trabajar?”. Le respondieron:<br />

“Nadie nos ha contratado”. Él les<br />

dijo: “vayan también ustedes a mi viña”.<br />

Cuando oscureció, el dueño de la viña<br />

dijo al capataz: “Llama a los jornaleros<br />

y págales el jornal, empezando por los<br />

últimos y acabando por los primeros”.<br />

Vinieron los del atardecer y recibieron<br />

un denario cada uno. Cuando llegaron<br />

los primeros, pensaban que recibirían<br />

más, pero ellos también recibieron un<br />

denario cada uno. Entonces se pusieron<br />

a protestar contra el amo: “Estos<br />

últimos han trabajado solo una hora,<br />

y los has tratado igual que a nosotros,<br />

que hemos aguantado el peso del día y<br />

el bochorno”. Él replicó a uno de ellos:<br />

“Amigo, no te hago ninguna injusticia.<br />

¿No nos ajustamos en un denario?<br />

Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este<br />

último igual que a ti. ¿Es que no tengo<br />

libertad para hacer lo que quiera en mis<br />

asuntos? ¿Es que vas a tener tú envidia<br />

porque yo soy bueno?”. Así, los últimos<br />

serán los primeros y los primeros los<br />

últimos.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

La parábola compartida por Jesús en<br />

el Evangelio de Mateo nos refleja la misericordia<br />

de Dios, que va más allá de<br />

lo que nosotros entendemos por justo<br />

y rompe nuestros esquemas recordándonos,<br />

al hacerlo, que el dueño de la<br />

viña es el Padre y por tanto Él reparte a<br />

su forma, en el tiempo y a quién quiera.<br />

53<br />

Es importante darnos cuenta, además,<br />

del trasfondo que podemos<br />

identificar en la parábola: al pueblo<br />

judío, como los obreros de la primera<br />

hora, llamado por Jesús a trabajar en<br />

su viña. Fueron estos los que sostuvieron<br />

el peso del día, desde Abraham<br />

y Moisés, por más de mil años. Luego,<br />

Jesús llama a los paganos para que<br />

vayan a trabajar en su viña y ellos<br />

llegan a tener la preferencia en el corazón<br />

de Dios: “Así, los últimos serán<br />

los primeros, y los primeros serán los<br />

últimos”.<br />

Estas “cuentas” reflejadas aquí difícilmente<br />

la haría un empresario o<br />

hacendado porque los números así<br />

“no dan”, pero a Dios le cuadran perfectamente,<br />

porque lo que le interesa<br />

es que los trabajadores lleguemos<br />

a su viña, escuchemos su llamado,<br />

atendamos su invitación. Nuestra respuesta<br />

alegra su corazón, por lo que<br />

su contabilidad se procesa en el gran<br />

amor que nos tiene y no a través de<br />

pensamientos analíticos como los que<br />

nosotros hacemos constantemente<br />

revisando lo que es justo o no.<br />

Necesitamos aprender esa matemática,<br />

movernos de lugar, de ese que nos<br />

lleva a comparar lo que recibimos con<br />

lo que reciben o tienen otros y darnos<br />

cuenta de todo lo que poseemos<br />

para agradecérselo. Esto me hace<br />

recordar lo que viví cuando recibí la<br />

confirmación de un diagnóstico médico<br />

que pensé no tendría y cómo mi<br />

pensamiento iba respaldado por la<br />

justificación de “mis años de servicio<br />

a Dios”, invadiéndome con ello una<br />

sensación de “injusticia” hacia mí. Esa<br />

experiencia me ha regalado muchas<br />

cosas, pero una de las más importantes<br />

ha sido aprender a no perder de<br />

vista que el que me dio la vida, está a<br />

mi lado, me sostiene y me ama. Cuando<br />

esa certeza nos respalda dejamos<br />

MIÉRCOLES 21


de querer actuar como si fuésemos<br />

dioses y nos reconocemos como hijos<br />

experimentando la gracia hermosa de<br />

su cuidado y amor.<br />

ORACIÓN<br />

Hoy no quiero mirar quién está recibiendo<br />

más que yo, sino lo que<br />

amorosamente recibo de ti. Te pido<br />

que me ayudes a soltar mis ideas<br />

preconcebidas de justicia a mi manera<br />

y sea capaz de entender lo ilimitado e<br />

inmensurable de tu amor. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Identificar, valorar y agradecer las<br />

bendiciones que Dios me otorga cada<br />

día, en especial su presencia y su gran<br />

amor por mí.<br />

JUEVES - SANTA MARÍA REINA<br />

Laudes: Sal 142; Cant. Is 66, 10-14; Sal 146<br />

22Vísperas: Sal 143 I; Sal 143 II; Cant. Ap 11, 17-18. 12, 10-12<br />

PRIMERA LECTURA<br />

El primero que salga de mi casa<br />

a recibirme, será para el Señor, y<br />

lo ofreceré en holocausto<br />

Lectura del libro de<br />

los Jueces 11, 29-39a<br />

En aquellos días, el espíritu del Señor<br />

vino sobre Jefté, que atravesó Galaad<br />

y Manasés, pasó a Atalaya de Galaad,<br />

de allí marchó contra los amonitas, e<br />

hizo un voto al Señor:<br />

—«Si entregas a los amonitas en mi<br />

poder, el primero que salga a recibirme<br />

a la puerta de mi casa, cuando vuelva<br />

victorioso de la campaña contra los<br />

amonitas, será para el Señor, y lo ofreceré<br />

en holocausto.»<br />

Luego marchó a la guerra contra los<br />

amonitas. El Señor se los entregó; los<br />

derrotó desde Aroer hasta la entrada<br />

de Minit (veinte pueblos) y hasta Pradoviñas.<br />

Fue una gran derrota, y los<br />

amonitas quedaron sujetos a Israel.<br />

Jefté volvió a su casa de Atalaya. Y<br />

fue precisamente su hija quien salió<br />

a recibirlo, con panderos y danzas; su<br />

54<br />

hija única, pues Jefté no tenía más hijos<br />

o hijas. En cuanto la vio, se rasgó la<br />

túnica, gritando:<br />

—«¡Ay, hija mía, qué desdichado soy!<br />

Tú eres mi desdicha, porque hice una<br />

promesa al Señor y no puedo volverme<br />

atrás.» Ella le dijo:<br />

—«Padre, si hiciste una promesa al<br />

Señor, cumple lo que prometiste, ya<br />

que el Señor te ha permitido vengarte<br />

de tus enemigos.» Y le pidió a su padre:<br />

—«Dame este permiso: déjame andar<br />

dos meses por los montes, llorando con<br />

mis amigas, porque quedaré virgen.»<br />

Su padre le dijo:<br />

—«Vete.»<br />

Y la dejó marchar dos meses, y anduvo<br />

con sus amigas por los montes,<br />

llorando porque iba a quedar virgen.<br />

Acabado el plazo de los dos meses,<br />

volvió a casa, y su padre cumplió con<br />

ella el voto que había hecho.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

39, 5-10


R. Aquí estoy, Señor,<br />

para hacer tu voluntad.<br />

Dichoso el hombre que ha puesto su<br />

confianza en el Señor, y no acude a<br />

los idólatras, que se extravían con<br />

engaños. R<br />

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y,<br />

en cambio, me abriste el oído; no pides<br />

sacrificio expiatorio, entonces yo digo:<br />

«Aquí estoy.» R<br />

—Como está escrito en mi libro—<br />

«para hacer tu voluntad». Dios mío, lo<br />

quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R<br />

He proclamado tu salvación ante la<br />

gran asamblea; no he cerrado los labios:<br />

Señor, tú lo sabes. R<br />

EVANGELIO<br />

A todos los que encuentren,<br />

convídenlos a la boda<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 22, 1-14<br />

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús<br />

la palabra y habló en parábolas a los<br />

sumos sacerdotes y a los ancianos del<br />

pueblo:<br />

—«El Reino de los Cielos se parece a<br />

un rey que celebraba la boda de su hijo.<br />

Mandó criados para que avisaran a los<br />

convidados a la boda, pero no quisieron<br />

ir. Volvió a mandar criados, encargándoles<br />

que les dijeran: “Tengo preparado<br />

el banquete, he matado terneros y reses<br />

cebadas, y todo está a punto. Vengan a<br />

la boda”. Los convidados no hicieron<br />

caso; uno se marchó a sus tierras, otro<br />

a sus negocios; los demás les echaron<br />

mano a los criados y los maltrataron<br />

hasta matarlos. El rey montó en cólera,<br />

envió sus tropas, que acabaron con<br />

aquellos asesinos y prendieron fuego a<br />

la ciudad. Luego dijo a sus criados: “La<br />

boda está preparada, pero los convidados<br />

no se la merecían. Vayan ahora a<br />

los cruces de los caminos, y a todos los<br />

que encuentren, convídenlos a la boda”.<br />

Los criados salieron a los caminos y<br />

55<br />

reunieron a todos los que encontraron,<br />

malos y buenos. La sala del banquete<br />

se llenó de comensales. Cuando el rey<br />

entró a saludar a los comensales, reparó<br />

en uno que no llevaba traje de fiesta<br />

y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado<br />

aquí sin vestirte de fiesta?”. El otro no<br />

abrió la boca. Entonces el rey dijo a los<br />

camareros: “Átenlo de pies y manos y<br />

arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será<br />

el llanto y el rechinar de dientes”. Porque<br />

muchos son los llamados y pocos<br />

los escogidos.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Frecuentemente el Reino es comparado<br />

con un banquete donde todos<br />

somos convidados. En una fiesta<br />

reina la alegría, el comer, el bailar, en<br />

fin, la esperanza en que juntos podemos<br />

compartir. La parábola de “los<br />

invitados a la boda” nos refiere a las<br />

reacciones de los que fueron invitados<br />

al banquete. Una invitación realizada<br />

por un rey cuyo deseo era brindarle lo<br />

mejor a sus invitados. Sin embargo, la<br />

invitación era opcional: unos “no quisieron<br />

ir” conscientemente, y a otros<br />

“no les importó” porque tenían actividades<br />

más importantes – negocios y<br />

tierras - y otros reaccionaron violentamente.<br />

En fin, a la invitación personal<br />

la respuesta también fue personal.<br />

Curiosamente el organizador y dueño<br />

de la fiesta se preocupa por complacer<br />

gratuitamente a los invitados. Les<br />

prepara “terneros y reses cebadas” -<br />

comida para ricos - e insistentemente<br />

les convoca. Sin desanimarse, el rey<br />

envía a sus mensajeros por las calles<br />

para invitar a todos, buenos y malos, a<br />

la fiesta. Sin distinción alguna, todos<br />

fueron llamados y muchos llegaron<br />

luego a la fiesta. Llegaron a la boda<br />

los que andaban sin esperanza y sin<br />

vida errantes por la vida. Llegaron los<br />

JUEVES 22


que quisieron sin ser coaccionados<br />

ni amenazados. Llegaron en plena libertad<br />

los que desearon experimentar<br />

lo que la fiesta les ofrecía. Llegaron,<br />

quizás, movidos por la curiosidad,<br />

por el hambre y la sed; por la inclusión<br />

existente en la fiesta, por la apertura<br />

del rey, por el descubrimiento valioso<br />

de la llamada, por el deseo de compartir…<br />

Llegaron entre los ruidos y las<br />

preocupaciones del mundo a la fiesta<br />

y fueron vestidos para la ocasión.<br />

Hoy seguimos invitando al banquete<br />

de Dios. Sin embargo, muchos no<br />

llegan, por tener una imagen de un<br />

Dios controlador y justiciero. Otros no<br />

llegan por miedo ya que es más fácil<br />

quedarse estancados en nuestras<br />

propias autosuficiencias o porque,<br />

lamentablemente, los que servimos en<br />

la fiesta de la vida hemos sido malos<br />

testimonios. Dios, afortunadamente,<br />

sigue invitando a la mesa tanto a pecadores<br />

como a santos. Sigue apostando<br />

a cada persona y acogiendo,<br />

esforzándose, anhelando y apostando<br />

a tantos hombres y mujeres que salen<br />

a realizar la invitación.<br />

Algunos escucharán y darán respuesta<br />

positiva a la invitación. No todos<br />

responderán a la invitación por tantas<br />

razones como experiencias de vida<br />

existan. Pero el dueño de la fiesta no<br />

23 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Noemí, con Rut, la moabita,<br />

volvió a Belén<br />

Comienzo del libro<br />

de Rut 1, 1.3-6.14b-16.22<br />

En tiempo de los jueces, hubo hambre<br />

en el país, y un hombre emigró, con<br />

VIERNES - SAN DONATO<br />

56<br />

pierde la esperanza ni se desanima;<br />

simplemente invita a la fiesta final. A<br />

pesar de tanto descrédito que la religión<br />

ha recibido por los que estamos<br />

“adentro”, el amor, la verdad, la luz y el<br />

deseo profundo para que exista fiesta<br />

en este mundo persiste en la llamada<br />

amorosa del Dios del Reino. Nunca<br />

nos desanimemos. Sigamos invitando<br />

desde la coherencia encontrada<br />

entre nuestras palabras, para que<br />

muchos asistan al Banquete preparado<br />

por el Dios de la esperanza, el<br />

amor y la justicia.<br />

ORACIÓN<br />

Gracias Dios por siempre invitarnos<br />

al banquete de tu Palabra que nos<br />

fortalece, anima y motiva a seguir<br />

preparando el camino para tantos<br />

necesitados de amor y comunión<br />

fraterna. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Invitar a algún amigo a una actividad<br />

parroquial.<br />

Laudes: Sal 50; Cant. Tb 13, 10-13.15.17; Sal 147<br />

Sal 144 I; Sal 144 II; Cant. Ap 15, 3-4<br />

su mujer Noemí y sus dos hijos, desde<br />

Belén de Judá a la campiña de Moab.<br />

Elimelec, el marido de Noemí, murió,<br />

y quedaron con ella sus dos hijos, que<br />

se casaron con dos mujeres moabitas:<br />

una se llamaba Orfá y la otra Rut. Pero,


al cabo de diez años de residir allí, murieron<br />

también los dos hijos, y la mujer<br />

se quedó sin marido y sin hijos. Al enterarse<br />

de que el Señor había atendido<br />

a su pueblo dándole pan, Noemí, con<br />

sus dos nueras, emprendió el camino<br />

de vuelta desde la campiña de Moab.<br />

Orfá se despidió de su suegra y volvió<br />

a su pueblo, mientras que Rut se quedó<br />

con Noemí. Noemí le dijo:<br />

—«Mira, tu cuñada se ha vuelto a su<br />

pueblo y a su dios. Vuélvete tú con<br />

ella.» Pero Rut contestó:<br />

—«No insistas en que te deje y me<br />

vuelva. Donde tú vayas, iré yo; donde<br />

tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío,<br />

tu Dios es mi Dios.»<br />

Así fue como Noemí, con su nuera Rut,<br />

la moabita, volvió de la campiña de<br />

Moab. Empezaba la siega de la cebada<br />

cuando llegaron a Belén.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

145, 5-10<br />

R. Alaba, alma mía, al Señor.<br />

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,<br />

el que espera en el Señor, su Dios,<br />

que hizo el cielo y la tierra, el mar y<br />

cuanto hay en él. R<br />

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,<br />

que hace justicia a los oprimidos,<br />

que da pan a los hambrientos. El<br />

Señor liberta a los cautivos. R<br />

El Señor abre los ojos al ciego, el Señor<br />

endereza a los que ya se doblan, el Señor<br />

ama a los justos. El Señor guarda a<br />

los peregrinos. R<br />

Sustenta al huérfano y a la viuda y<br />

trastorna el camino de los malvados.<br />

El Señor reina eternamente, tu Dios,<br />

Sión, de edad en edad. R<br />

EVANGELIO<br />

Amarás al Señor, tu Dios,<br />

y a tu prójimo como a tí mismo<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

57<br />

según san Mateo 22, 34-40<br />

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que<br />

Jesús había hecho callar a los saduceos,<br />

formaron grupo, y uno de ellos, que<br />

era experto en la Ley, le preguntó para<br />

ponerlo a prueba:<br />

—«Maestro, ¿cuál es el mandamiento<br />

principal de la Ley?» Él le dijo:<br />

—«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo<br />

tu corazón, con toda tu alma, con todo<br />

tu ser”. Este mandamiento es el principal<br />

y primero. El segundo es semejante<br />

a él: “Amarás a tu prójimo como a<br />

ti mismo”. Estos dos mandamientos<br />

sostienen la Ley entera y los profetas.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

La religión judía tenía más o menos 613<br />

mandamientos: 365 prohibiciones (una<br />

por cada día del año) y 248 preceptos<br />

o normas. Curiosamente, había tres<br />

mandamientos, que predominaban en<br />

las discusiones: guardar el sábado, hacer<br />

las purificaciones rituales y aportar<br />

económicamente el diezmo al Templo<br />

o a las sinagogas. Pero olvidaban lo<br />

esencial.<br />

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu<br />

corazón, con toda tu alma, con todo tu<br />

ser”. Este mandamiento es el principal<br />

y primero. El segundo es semejante a<br />

él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.<br />

No le demos más vueltas a nuestra<br />

fe, a nuestra religión, a aquello que<br />

creemos. Estos dos mandamientos<br />

sostienen la Ley entera y los profetas.<br />

Y son semejantes.<br />

Muchas veces, no amamos a nuestro<br />

prójimo “como a nosotros mismos”,<br />

porque no sabemos amar a Dios. Nos<br />

confundimos, y por no entender cómo<br />

es el amor que Dios nos pide, tratamos<br />

mal a las personas. Miremos a nuestro<br />

alrededor. Creyendo que aman a Dios,<br />

algunas personas rechazan a sus hijos<br />

homosexuales, maltratan a las madres<br />

VIERNES 23


solteras, desean que mueran en intercambio<br />

de disparos los delincuentes,<br />

y marginan a los inmigrantes ilegales…<br />

No se trata de rezos ni devociones.<br />

“Amar a Dios con todo el corazón” es<br />

amar a Dios como fuerza creadora y<br />

salvadora que nos quiere bien. Es tomar<br />

parte en la vida con gratitud, vivir<br />

con corazón de carne y no de piedra,<br />

y luchando contra todo lo que niega<br />

la dignidad de todos sus hijos. Por<br />

eso, el amor a Dios es inseparable del<br />

amor a los hermanos que sufren. La<br />

religión de Jesús es “pasión por Dios<br />

y compasión por la humanidad”.<br />

No nos olvidemos. Sería fácil saber<br />

cómo cumplir este mandato, preguntándonos<br />

cómo querríamos ser<br />

tratados si estuviéramos en la circunstancia<br />

de la otra persona, y en ese<br />

trato compasivo con los otros, mostrar<br />

cómo es el amor de Dios.<br />

Hace varios años, en los Estados Unidos,<br />

se hizo pública la historia de un<br />

padre que se esforzaba para que, a su<br />

hijo condenado a pena de muerte, le<br />

concedieran el perdón. Lo impactante<br />

de la historia es que la condena había<br />

sido por el homicidio intencional de la<br />

58<br />

madre y el hermano del condenado; es<br />

decir, la esposa y el otro hijo del padre<br />

que pedía el perdón y que había sobrevivido<br />

al crimen. En una entrevista<br />

que vi, este hombre decía: “Creo que<br />

Dios me perdona cuando hago el mal y<br />

me da la oportunidad de arrepentirme<br />

y cambiar. ¿Cómo podría yo desear<br />

algo distinto para mi hijo?”. Esa historia<br />

explica el Evangelio de hoy.<br />

ORACIÓN<br />

Ayúdame, Señor, a interiorizar el mandamiento<br />

del amor, y a poner todo<br />

de mi parte para poder vivirlo cada<br />

día. Quiero amarte, Dios mío, porque<br />

eres lo más importante en mi vida. Y<br />

quiero amar a mi prójimo como tú me<br />

enseñas a hacerlo. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Tratar a los demás como espero ser<br />

tratado.<br />

SÁBADO - SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL<br />

Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />

Sal 115; Sal 125; Cant. Ef 1, 3-10<br />

24 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Doce basamentos que llevaban<br />

doce nombres: los nombres de<br />

los apóstoles del Cordero<br />

Lectura del libro del<br />

Apocalipsis 21, 9b-14<br />

El ángel me habló así:<br />

—«Ven acá, voy a mostrarte a la novia,<br />

a la esposa del Cordero.»<br />

Me transportó en éxtasis a un monte<br />

altísimo, y me enseñó la ciudad santa,<br />

Jerusalén, que bajaba del Cielo,<br />

enviada por Dios, trayendo la gloria<br />

de Dios. Brillaba como una piedra<br />

preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía<br />

una muralla grande y alta y doce puertas<br />

custodiadas por doce ángeles, con<br />

doce nombres grabados: los nombres<br />

de las tribus de Israel. A oriente tres<br />

puertas, al norte tres puertas, al sur<br />

tres puertas, y a occidente tres puertas.<br />

La muralla tenía doce basamentos que


llevaban doce nombres: los nombres de<br />

los apóstoles del Cordero.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

144, 10-13b.17-18<br />

R. Que tus fieles, Señor, proclamen<br />

la gloria de tu reinado.<br />

Que todas tus criaturas te den gracias,<br />

Señor, que te bendigan tus fieles; que<br />

proclamen la gloria de tu reinado, que<br />

hablen de tus hazañas. R<br />

Explicando tus hazañas a los hombres,<br />

la gloria y la majestad de tu reinado.<br />

Tu reinado es un reinado perpetuo, tu<br />

gobierno va de edad en edad. R<br />

El Señor es justo en todos sus caminos,<br />

es bondadoso en todas sus<br />

acciones; cerca está el Señor de los<br />

que lo invocan, de los que lo invocan<br />

sinceramente. R<br />

59<br />

EVANGELIO<br />

Ahí tiene a un israelita de verdad,<br />

en quien no hay engaño<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Juan 1, 45-51<br />

En aquel tiempo, Felipe encuentra a<br />

Natanael y le dice:<br />

—«Aquel de quien escribieron Moisés<br />

en la Ley y los profetas, lo hemos<br />

encontrado: Jesús, hijo de José, de<br />

Nazaret.» Natanael le replicó:<br />

—«¿De Nazaret puede salir algo bueno?»<br />

Felipe le contestó:<br />

—«Ven y verás.» Vio Jesús que se<br />

acercaba Natanael y dijo de él:<br />

—«Ahí tienen a un israelita de verdad,<br />

en quien no hay engaño.» Natanael le<br />

contesta:<br />

—«¿De qué me conoces?» Jesús le<br />

responde:<br />

—«Antes de que Felipe te llamara,<br />

cuando estabas debajo de la higuera,<br />

te vi.» Natanael respondió:<br />

—«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú<br />

eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó:<br />

—«¿Por haberte dicho que te vi debajo<br />

de la higuera, crees? Has de ver cosas<br />

mayores.» Y le añadió:<br />

—«Yo les aseguro: verán el cielo abierto<br />

y a los ángeles de Dios subir y bajar<br />

sobre el Hijo del hombre.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Natanael (llamado también Bartolomé)<br />

cuya fiesta celebramos en este día,<br />

fue uno de los apóstoles de Jesús.<br />

Gracias a la invitación que le hizo Felipe,<br />

su amigo inseparable, conoció a<br />

Jesús. El Evangelio que hemos leído<br />

recoge el momento del encuentro con<br />

el Señor. Antes de ese encuentro hay<br />

una invitación hecha por Felipe: “Ven<br />

y verás”. Esta invitación a conocer<br />

de cerca a Jesús la recibes también<br />

tú hoy. Tú, ¿qué buscas en tu vida<br />

por encima de todo? ¿Qué es lo que<br />

más echas en falta? ¿En qué pones<br />

especial interés? ¿Qué es lo que más<br />

te preocupa? ¿Qué es lo que más te<br />

hace sufrir?<br />

¿Qué buscas cuando acudes al<br />

Señor? ¿Solo consuelo y nada de<br />

compromiso? ¿Solo la vida y que no<br />

te mencionen la cruz? ¿Conocerlo y<br />

poco más? ¿Hablarle y no escuchar?<br />

¿Quejarte y no aceptar? ¿Buscas crecer<br />

en la fe, en el amor y la esperanza?<br />

¿Recorres este camino de búsqueda<br />

con tus hermanos o vas por lo libre?<br />

¿Qué buscas cuando lees el Evangelio?<br />

¿Solo las páginas más amables,<br />

más tiernas, más de tu gusto, y dejas<br />

de lado las más exigentes y comprometedoras?<br />

Cuando buscas al Señor, ¿te buscas<br />

a ti mismo? ¿Pides que Él haga tu voluntad<br />

y no tú la suya? ¿Eres egoísta<br />

hasta en la oración? En palabras de<br />

san Agustín: “¿buscas las cosas del<br />

Señor o al Señor de las cosas?”.<br />

SÁBADO 24


Este Jesús de Nazaret que a Natanael<br />

le parecía poca cosa (…) “¿de Nazaret<br />

puede salir algo bueno?” te dirá que<br />

vive en el hermano que sufre por la<br />

pobreza, la injusticia, la enfermedad,<br />

el hambre, la soledad y el abandono.<br />

Jesús nos dirá que vive o está en<br />

los acontecimientos de la historia<br />

y de nuestra propia historia personal.<br />

En todos los acontecimientos<br />

de la vida. Está presente en el nacimiento<br />

de un hijo o en la enfermedad<br />

que te afecta; en el trabajo<br />

debidamente remunerado o en el<br />

desempleo que te golpea y deprime;<br />

en los avances de la ciencia y la<br />

manipulación de la misma en contra<br />

de la vida; en la muerte de quienes<br />

más quieres y en la recuperación de<br />

la salud.<br />

Te dirá que vive en su Palabra. Es una<br />

Palabra siempre viva, siempre actual,<br />

siempre luminosa. Cristo es la Palabra<br />

del Padre, Palabra que nunca miente<br />

y nunca se equivoca. Es Palabra salvadora.<br />

Te dirá que vive y está en la comunidad<br />

de los creyentes cuando se reúne en<br />

su nombre, en el templo o fuera de<br />

él, pero especialmente en el templo<br />

como lugar de encuentro para celebrar<br />

nuestra fe; en los sacramentos,<br />

cuando oramos juntos y unidos. Y<br />

con una presencia más real si cabe,<br />

más personal, más significativa, en la<br />

Eucaristía.<br />

25 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

De todos los países traerán<br />

a todos sus hermanos<br />

Lectura del libro<br />

60<br />

Este “ven” no es un mandato, sino<br />

una invitación amable. Él es la casa<br />

o el templo donde reside la plenitud<br />

de la divinidad y la plenitud del amor.<br />

Te invita a ir a Él. Te invita a seguirle y<br />

entrar en comunión con Él.<br />

“Vengan a mí todos los que están cansados<br />

y agobiados, que yo les aliviaré”<br />

(Mt 11, 28). Y ¿quién no está cansado y<br />

agobiado por tantas preocupaciones y<br />

problemas, por los contratiempos de<br />

la vida, la soledad y los fracasos, por<br />

el futuro incierto y la desesperanza,<br />

por los reveses que nunca faltan, la<br />

enfermedad y el dolor…? Vete con Él<br />

y permanece en Él.<br />

ORACIÓN<br />

Señor, transforma mi vida de forma<br />

tal que sea siempre dócil a tu gracia.<br />

Concédeme tener una relación aún<br />

más íntima contigo. Que mi vida sea<br />

invitación para que otros también se<br />

acerquen y vean. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Compartir con alguien el testimonio<br />

de mi encuentro personal con el Señor<br />

y cómo cambió mi vida.<br />

XXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO<br />

SEMANA I DEL SALTERIO<br />

Laudes: Sal 62; Cant. Dn 3, 57-88.56; Sal 149<br />

Sal 109; Sal 113 A; Cant. Ap 19, 1-7<br />

de Isaías 66, 18-21<br />

Así dice el Señor: «Yo vendré para<br />

reunir a las naciones de toda lengua:<br />

vendrán para ver mi gloria, les daré


una señal, y de entre ellos despacharé<br />

supervivientes a las naciones: a<br />

Tarsis, Etiopía, Libia, Masac, Tubal y<br />

Grecia, a las costas lejanas que nunca<br />

oyeron mi fama ni vieron mi gloria; y<br />

anunciarán mi gloria a las naciones. Y<br />

de todos los países, como ofrenda al<br />

Señor, traerán a todos sus hermanos<br />

a caballo y en carros y en literas, en<br />

mulos y dromedarios, hasta mi monte<br />

santo de Jerusalén —dice el Señor—,<br />

como los israelitas, en vasijas puras,<br />

traen ofrendas al templo del Señor.<br />

De entre ellos escogeré sacerdotes, y<br />

levitas» —dice el Señor—.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

116, 1-2<br />

R. Vayan al mundo entero<br />

y proclamen el Evangelio<br />

Alaben al Señor, todas las naciones,<br />

aclámenlo, todos los pueblos. R<br />

Firme es su misericordia con nosotros,<br />

su fidelidad dura por siempre. R<br />

SEGUNDA LECTURA<br />

El Señor reprende a los que ama<br />

Lectura de la carta a<br />

los Hebreos 12, 5-7.11-13<br />

Hermanos: Han olvidado la exhortación<br />

paternal que les dieron:<br />

—«Hijo mío, no rechaces la corrección<br />

del Señor, no te enfades por su<br />

reprensión; porque el Señor reprende<br />

a los que ama y castiga a sus hijos<br />

preferidos».<br />

Acepten la corrección, porque Dios los<br />

trata como a hijos, pues, ¿qué padre no<br />

corrige a sus hijos?<br />

Ninguna corrección nos gusta cuando<br />

la recibimos, sino que nos duele; pero,<br />

después de pasar por ella, nos da como<br />

fruto una vida honrada y en paz.<br />

Por eso, fortalezcan las manos débiles,<br />

robustezcan las rodillas vacilantes, y<br />

caminen por una senda llana: así el pie<br />

61<br />

cojo, en vez de retorcerse, se curará.<br />

Palabra de Dios.<br />

EVANGELIO<br />

Vendrán de oriente y occidente<br />

y se sentarán a la mesa<br />

en el Reino de Dios<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Lucas 13, 22-30<br />

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia<br />

Jerusalén, recorría ciudades y aldeas<br />

enseñando. Uno le preguntó:<br />

—«Señor, ¿serán pocos los que se salven?».<br />

Jesús les dijo:<br />

—«Esfuércense en entrar por la puerta<br />

estrecha. Les digo que muchos intentarán<br />

entrar y no podrán. Cuando el amo<br />

de la casa se levante y cierre la puerta,<br />

se quedarán fuera y llamarán a la puerta,<br />

diciendo: “Señor, ábrenos”; y Él les<br />

replicará: “No sé quiénes son”. Entonces<br />

comenzarán a decir: “Hemos comido y<br />

bebido contigo, y tú has enseñado en<br />

nuestras plazas”. Pero Él les replicará:<br />

“No sé quiénes son. Aléjense de mí,<br />

malvados”.<br />

Entonces será el llanto y el rechinar de<br />

dientes, cuando vean a Abraham, Isaac<br />

y Jacob y a todos los profetas en el Reino<br />

de Dios, y ustedes se vean echados<br />

fuera. Y vendrán de oriente y occidente,<br />

del norte y del sur, y se sentarán a la<br />

mesa en el Reino de Dios. Miren: hay<br />

últimos que serán primeros, y primeros<br />

que serán últimos».<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Los textos litúrgicos de este domingo<br />

se mueven entre dos polos: uno,<br />

la llamada universal a la salvación,<br />

el otro, el esforzado empeño desde<br />

la libertad. El libro de Isaías termina<br />

hablando de la voluntad salvadora<br />

de Yahvé a todos los pueblos y a todas<br />

las lenguas. El Evangelio, por su<br />

parte, nos indica que la puerta para<br />

DOMINGO 25


entrar en el Reino es estrecha y que<br />

solo los esforzados entrarán por ella.<br />

En este esfuerzo de nuestra libertad<br />

nos acompaña el Señor, con su pedagogía<br />

paterna que no está exenta<br />

de corrección, aunque no sea esta la<br />

única forma de pedagogía divina.<br />

El destino universal de la salvación<br />

no ha sido descubierto por el Concilio<br />

Vaticano II, sino que se halla<br />

en la entraña misma de la Palabra y<br />

Revelación de Dios: “Dios quiere que<br />

todos se salven”. En el texto de la<br />

primera lectura Isaías, en una visión<br />

magnífica, ve venir a Jerusalén, la<br />

ciudad de la salvación, casi en forma<br />

de procesión litúrgica, a los hombres<br />

de todos los pueblos, sirviéndose de<br />

los más variados medios y trayendo<br />

sus ofrendas a Dios. Dios ha llamado<br />

y sigue llamando a todos, sin excepción,<br />

porque Dios es Señor y Padre<br />

de todos. El texto de Isaías menciona<br />

que vendrán a Jerusalén en caballos,<br />

carros, literas, mulos y dromedarios.<br />

En otras palabras, los caminos para<br />

llegar a la salvación de Dios, simbolizada<br />

en Jerusalén, son muchos y<br />

diversos. Hoy en día, el camino más<br />

seguro es la fe cristiana, pero existe<br />

también el camino de las religiones no<br />

cristianas. Existe el camino de la ética<br />

y de la conciencia. Existe el camino de<br />

la ascética y de la mística.<br />

Sabemos que todos son llamados a<br />

salvarse, pero ¿se salvarán realmente<br />

todos? En su respuesta, Jesús hace<br />

uso de un lenguaje imaginativo y<br />

simbólico, trata de inculcarnos tres<br />

verdades fundamentales:<br />

• La puerta para entrar en el Reino<br />

de Dios, el reino de la salvación, es<br />

una puerta estrecha. La puerta de<br />

la llamada la abre Dios y la abre a<br />

todos, pero la puerta de la respuesta<br />

depende de la libertad humana, y no<br />

todos están dispuestos a entrar por<br />

ella, sobre todo sabiendo que es una<br />

puerta estrecha.<br />

• La obtención de la salvación no depende<br />

de la religión, tampoco de la<br />

experiencia religiosa, incluso mística,<br />

sino de la conducta, de las obras de<br />

salvación.<br />

• Los que se salven provendrán no<br />

solo de un lugar, sino de todos los<br />

pueblos y de todos los confines de<br />

la tierra.<br />

La Biblia es, entre otras cosas, el libro<br />

de la pedagogía de Dios para la salvación<br />

del hombre. Dios como pedagogo<br />

es simbolizado por la figura del<br />

Padre. Es decir, la pedagogía divina<br />

está guiada por el amor peculiar de<br />

un padre hacia sus hijos.<br />

La salvación: iniciativa de Dios y tarea<br />

del hombre. Al hombre le es imposible<br />

salvarse por sí mismo: es Dios<br />

quien salva. Pero Dios no impone la<br />

salvación, la ofrece. Dios no ahorra al<br />

hombre la tarea de aceptarla, y así ser<br />

salvado. No es el hombre quien toma<br />

la iniciativa de la salvación, sino Dios.<br />

ORACIÓN<br />

Señor que me decida en este día a<br />

seguir con perseverancia la diversidad<br />

de los caminos que conducen a la salvación:<br />

la fe, la ética y de la conciencia,<br />

la ascética y de la mística. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Mostrar docilidad al Espíritu Santo<br />

en mi diario vivir para alcanzar la<br />

salvación.<br />

62


LUNES - SANTA TERESA JORNET<br />

Laudes: Sal 5; Cant. 1Cro 29, 10-13; Sal 28<br />

26Vísperas: Sal 10; Sal 14; Cant. Ef 1, 3-10<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Abandonando los ídolos,<br />

se volverán a Dios, para vivir<br />

aguardando la vuelta de su Hijo,<br />

a quien ha resucitado<br />

Comienzo de la primera carta del<br />

apóstol san Pablo a los Tesalonicenses<br />

1, 1-5.8b-10<br />

Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia<br />

de los tesalonicenses, en Dios Padre<br />

y en el Señor Jesucristo. A ustedes,<br />

gracia y paz. Siempre damos gracias a<br />

Dios por todos ustedes y los tenemos<br />

presentes en nuestras oraciones. Ante<br />

Dios, nuestro Padre, recordamos sin<br />

cesar la actividad de su fe, el esfuerzo<br />

de su amor y el aguante de su esperanza<br />

en Jesucristo, nuestro Señor. Bien<br />

sabemos, hermanos amados de Dios,<br />

que Él los ha elegido y que, cuando se<br />

proclamó el Evangelio entre ustedes,<br />

no hubo solo palabras, sino además<br />

fuerza del Espíritu Santo y convicción<br />

profunda. Saben cuál fue nuestra<br />

actuación entre ustedes para su bien.<br />

Su fe en Dios había corrido de boca<br />

en boca, de modo que nosotros no teníamos<br />

necesidad de explicar nada, ya<br />

que ellos mismos cuentan los detalles<br />

de la acogida que nos hicieron: cómo,<br />

abandonando los ídolos, los volviste a<br />

Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,<br />

y vivir aguardando la vuelta de<br />

su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha<br />

resucitado de entre los muertos y que<br />

nos libra del castigo futuro.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

149, 1-6a.9b<br />

R. El Señor ama a su pueblo.<br />

Canten al Señor un cántico nuevo,<br />

63<br />

resuene su alabanza en la asamblea de<br />

los fieles; que se alegre Israel por su<br />

Creador, los hijos de Sión por su Rey. R<br />

Alaben su nombre con danzas, cántenle<br />

con tambores y cítaras; porque el<br />

Señor ama a su pueblo y adorna con la<br />

victoria a los humildes. R<br />

Que los fieles festejen su gloria y<br />

canten jubilosos en filas: con vítores a<br />

Dios en la boca; es un honor para todos<br />

sus fieles. R<br />

EVANGELIO<br />

¡Ay de ustedes, guías ciegos!<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 23, 13-22<br />

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:<br />

—«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />

hipócritas, que cierran a los hombres<br />

el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes,<br />

ni dejan entrar a los que quieren.<br />

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />

hipócritas, que viajan por tierra y mar<br />

para ganar un prosélito y, cuando lo<br />

consiguen, lo hacen digno del fuego<br />

el doble que ustedes! ¡Ay de ustedes,<br />

guías ciegos, que dicen: “Jurar por el<br />

templo no obliga, jurar por el oro del<br />

templo sí obliga”. ¡Necios y ciegos!<br />

¿Qué es más, el oro o el templo que<br />

consagra el oro? También dicen: “Jurar<br />

por el altar no obliga, jurar por la<br />

ofrenda que está en el altar sí obliga”.<br />

¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el<br />

altar que consagra la ofrenda? Quien<br />

jura por el altar jura también por todo<br />

lo que está sobre él; quien jura por el<br />

templo jura también por el que habita<br />

en él; y quien jura por el cielo jura por<br />

el trono de Dios y también por el que<br />

está sentado en él.»<br />

Palabra del Señor.<br />

LUNES 26


MEDITACIÓN<br />

Me gustaría que nos hiciéramos la<br />

siguiente pregunta: ¿Soy medio de<br />

bendición o un obstáculo para que<br />

otros reciban la bendición de Dios?<br />

¿Los esposos estamos llamados a<br />

ayudar al cónyugue a establecer una<br />

relación íntima con el Señor? ¿Los<br />

motivamos a recibir los sacramentos,<br />

a que oren, lean la Palabra de Dios;<br />

los acompañamos en su jornada? Les<br />

damos testimonio de vida o se lo impedimos<br />

con nuestras actitudes. Más<br />

aún, ¿compartimos el Evangelio con<br />

los hijos, los motivamos a ir a Misa?<br />

¿Les mostramos a otras personas el<br />

camino para que se encuentren con<br />

Jesús? ¿Somos cuidadosos de no<br />

juzgar, envidiar, criticar a los demás?<br />

¿Buscamos la unidad de la familia, la<br />

comunidad; damos testimonio en el<br />

trabajo, hago las tareas con alegría,<br />

le doy la gloria a Dios a través de todo<br />

cuanto hago y digo? ¿Practico la caridad?<br />

Todas estas preguntas son para<br />

que hagamos un examen de conciencia,<br />

porque cuando leemos el pasaje<br />

del Evangelio de este día, fácilmente<br />

podríamos apuntar el dedo y señalar<br />

a los fariseos y escribas e incluso escandalizarnos<br />

de sus actitudes; más<br />

aún, decirles a otros, ahí te hablan.<br />

Pero la realidad es que también nosotros<br />

podemos ser como ellos piedra<br />

de tropiezo, una carga innecesaria<br />

con nuestro comportamiento y actitudes,<br />

forma de hablar y actuar. Somos<br />

llamados a ser un testimonio vivo de la<br />

presencia de Cristo en nuestra vida, a<br />

dejarnos conducir por el Espíritu Santo,<br />

dar frutos de conversión y transformación<br />

en Cristo. El Evangelio según<br />

san Juan 15:8, nos dice que “la gloria<br />

de mi Padre está en que den mucho<br />

fruto y que sean mis discípulos”. Por<br />

lo tanto, es dar fruto, paciencia, mansedumbre,<br />

comprensión, afabilidad,<br />

saber perdonar y servir a los demás.<br />

Si siguiésemos todos los consejos<br />

que Jesús nos da, todo sería muy<br />

distinto. No es fácil aceptar las correcciones<br />

y consejos de otros, mucho<br />

menos de Dios, como lo leemos en el<br />

Evangelio. De ahí que sea necesario<br />

a diario, implorar la Gracia de confiar<br />

en Dios siempre, pues lo que pide a<br />

cada uno, lo pide por amor, y es lo<br />

mejor. Y así mismo darle las gracias<br />

por el infinito amor que tiene, el cual<br />

es capaz de prevenir, levantar y ayudar<br />

a retomar el camino correcto. ¡Jesús,<br />

en ti confío!<br />

ORACIÓN<br />

Señor Jesús, tú que supiste reprender<br />

a los escribas y fariseos con palabras<br />

llenas de fuerza y de verdad, danos<br />

la gracia de poder escucharte, pues<br />

quizá nos estás hablando y no lo<br />

hacemos. Danos la gracia de poder<br />

corregir nuestras actitudes y poder<br />

darnos a los demás como tú te nos<br />

has dado por completo. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Reforzar y actuar con coherencia de<br />

vida, aplicando cada día la caridad,<br />

dando testimonio de la justicia y la<br />

misericordia de Dios en mi vida.<br />

64


MARTES - SANTA MÓNICA<br />

Laudes: Sal 23; Cant. Tb 13, 1-20; Sal 32<br />

27Vísperas: Sal 19; Sal 20; Cant. Ap 4, 11.5, 9-10.12<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Deseábamos entregarles no solo<br />

el Evangelio de Dios, sino hasta<br />

nuestras propias personas<br />

Lectura de la primera<br />

carta del apóstol san Pablo<br />

a los Tesalonicenses 2, 1-8<br />

Saben muy bien, hermanos, que nuestra<br />

visita no fue inútil. A pesar de los<br />

sufrimientos e injurias padecidos en<br />

Filipos, que ya conocen, tuvimos valor<br />

–apoyados en nuestro Dios– para<br />

predicarles el Evangelio de Dios en<br />

medio de fuerte oposición. Nuestra<br />

exhortación no procedía de error o<br />

de motivos turbios, ni usaba engaños,<br />

sino que Dios nos ha aprobado y nos ha<br />

confiado el Evangelio, y así lo predicamos,<br />

no para contentar a los hombres,<br />

sino a Dios, que aprueba nuestras<br />

intenciones. Como bien saben, nunca<br />

hemos tenido palabras de adulación ni<br />

codicia disimulada. Dios es testigo. No<br />

pretendimos honor de los hombres, ni<br />

de ustedes, ni de los demás, aunque,<br />

como apóstoles de Cristo, podíamos<br />

haberles hablado autoritariamente;<br />

por el contrario, los tratamos con<br />

delicadeza, como una madre cuida de<br />

sus hijos. Les teníamos tanto cariño<br />

que deseábamos entregarles no solo el<br />

Evangelio de Dios, sino hasta nuestras<br />

propias personas, porque se habían<br />

ganado nuestro amor.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

138, 1-6<br />

R. Señor, tú me sondeas<br />

y me conoces.<br />

Señor, tú me sondeas y me conoces; me<br />

conoces cuando me siento o me levanto,<br />

65<br />

de lejos penetras mis pensamientos; distingues<br />

mi camino y mi descanso, todas<br />

mis sendas te son familiares. R<br />

No ha llegado la palabra a mi lengua,<br />

y ya, Señor, te la sabes toda. Me estrechas<br />

detrás y delante, me cubres con tu<br />

palma. Tanto saber me sobrepasa, es<br />

sublime, y no lo abarco. R<br />

EVANGELIO<br />

Esto es lo que habría que practicar,<br />

aunque sin descuidar aquello<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 23, 23-26<br />

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:<br />

—« ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />

hipócritas, que pagan el décimo de la<br />

menta, del anís y del comino, y descuidan<br />

lo más grave de la ley: el derecho,<br />

la compasión y la sinceridad! Esto es<br />

lo que habría que practicar, aunque<br />

sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos,<br />

que filtran el mosquito y se tragan el<br />

camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />

hipócritas, que limpian por fuera<br />

la copa y el plato, mientras por dentro<br />

está rebosando de robo y desenfreno!<br />

¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa<br />

por dentro, y así quedará limpia también<br />

por fuera.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Es hermoso conocer a alguien con<br />

el valor de la honestidad. Sería maravilloso<br />

que pudiéramos conocer a<br />

nuestros semejantes tal cuales son.<br />

Pero por el pecado esa pureza ha sido<br />

arropada por una apariencia distinta.<br />

La mentira, la doble moral, la traición<br />

son frutos negativos que nacen de un<br />

corazón falto de la presencia de Dios.<br />

MARTES 27


MIÉRCOLES - SAN AGUSTÍN<br />

66<br />

oración que nos dé un corazón agradable<br />

a Él. Oremos para que ninguna<br />

circunstancia de la vida nos lleve a<br />

decir o hacer cosas que estén alejadas<br />

de la verdad.<br />

Vivamos confiados en que hemos<br />

sido llamados y de que somos respaldados<br />

por un Dios compasivo y<br />

misericordioso. Busquemos el Reino<br />

y su justicia. No nos dejemos distraer<br />

por las mentiras del mundo. Miremos<br />

siempre hacia delante, hacia lo bueno<br />

y lo santo.<br />

ORACIÓN<br />

Padre bueno y misericordioso. Ayúdame<br />

a tener una vida agradable a ti. A<br />

desarrollar la honestidad en mis palabras<br />

y acciones. Perdóname por mis<br />

faltas. Líbrame del engaño y la mentira.<br />

Cubre mi vida con tu presencia. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Examinar mis pensamientos y acciones,<br />

pidiendo a Dios en oración que<br />

la honestidad sea parte esencial de<br />

mi vida.<br />

Laudes: Sal 35; Cant. Jdt 16, 1-2.13-15; Sal 46<br />

Sal 26 I; Sal 26 II; Cant. Col 1, 3.12-20<br />

Quien así actúa, es una persona que<br />

no ha permitido que el Señor more en<br />

su vida y sea transformado y llevado<br />

a un nivel espiritual tal, que su gozo<br />

diario sea ser hijo de Dios.<br />

Nuestro Padre Celestial nos conoce de<br />

una manera impresionante e incluso<br />

incomprensible para nosotros. Sabe lo<br />

que pensamos, cada paso que damos<br />

y escudriña nuestro corazón. El Señor<br />

todopoderoso y sublime penetra hasta<br />

lo más profundo de nuestro ser y nada<br />

hay oculto para Él.<br />

Seamos cristianos auténticos, hijos<br />

de Dios ejemplares. Cultivemos ese<br />

valor de la sinceridad. Hagamos de<br />

la verdad nuestro escudo. Agrademos<br />

a Dios teniendo una vida digna<br />

y honesta.<br />

Seamos personas auténticas. Practiquemos<br />

lo que profesamos. ¿A quién<br />

tratamos de engañar cuando actuamos<br />

de forma hipócrita? A los primeros<br />

que engañamos es a nosotros<br />

mismos pensando que nadie nos ve.<br />

Recordemos que nuestro Padre está<br />

dispuesto siempre a perdonar nuestros<br />

pecados. Nos invita a través de la<br />

Palabra a enderezar nuestro camino y<br />

hacer un examen de conciencia. Quiere<br />

que seamos cristianos justos y que<br />

nuestra balanza no sea adulterada.<br />

Pidamos constantemente a Dios en<br />

28 Vísperas:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Trabajando día y noche,<br />

proclamamos entre ustedes<br />

el Evangelio de Dios<br />

Lectura de la primera<br />

carta del apóstol san Pablo<br />

a los Tesalonicenses 2, 9-13<br />

Recuerden, hermanos, nuestros esfuerzos<br />

y fatigas; trabajando día y<br />

noche para no serle gravoso a nadie,<br />

proclamamos entre ustedes el Evangelio<br />

de Dios. Ustedes son testigos,<br />

y Dios también, de lo leal, recto e<br />

irreprochable que fue nuestro proceder<br />

con ustedes, los creyentes; saben perfectamente<br />

que tratamos con cada uno


de ustedes personalmente, como un<br />

padre con sus hijos, animándolos con<br />

tono suave y enérgico a vivir como se<br />

merece Dios, que los ha llamado a su<br />

Reino y gloria. Ésa es la razón por la<br />

que no cesamos de dar gracias a Dios,<br />

porque al recibir la Palabra de Dios,<br />

que les predicamos, la acogieron no<br />

como palabra de hombre, sino, cual<br />

es en verdad, como Palabra de Dios,<br />

que permanece operante en ustedes,<br />

los creyentes.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

138, 7-12b<br />

R. Señor, tú me sondeas<br />

y me conoces.<br />

¿Adónde iré lejos de tu aliento, adonde<br />

escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo,<br />

allí estás tú; si me acuesto en el abismo,<br />

allí te encuentro. R<br />

Si vuelo hasta el margen de la aurora, si<br />

emigro hasta el confín del mar, allí me<br />

alcanzará tu izquierda, me agarrará tu<br />

derecha. R<br />

Si digo: «Que al menos la tiniebla me<br />

encubra, que la luz se haga noche en<br />

torno a mí», ni la tiniebla es oscura para<br />

ti, la noche es clara como el día. R<br />

EVANGELIO<br />

Son hijos de los que<br />

asesinaron a los profetas<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 23, 27-32<br />

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:<br />

—«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />

hipócritas, que se parecen a los sepulcros<br />

encalados! Por fuera tienen buena<br />

apariencia, pero por dentro están llenos<br />

de huesos y podredumbre; lo mismo ustedes:<br />

por fuera parecen justos, pero por<br />

dentro están repletos de hipocresía y crímenes.<br />

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos<br />

hipócritas, que edifican sepulcros a<br />

los profetas y ornamentan los mausoleos<br />

67<br />

de los justos, diciendo: “Si hubiéramos<br />

vivido en tiempo de nuestros padres,<br />

no habríamos sido cómplices suyos en<br />

el asesinato de los profetas”. Con esto<br />

atestiguan en contra nuestra, que son<br />

hijos de los que asesinaron a los profetas.<br />

¡Colmen también ustedes la medida de<br />

sus padres!»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Recordando a San Agustín en su día,<br />

podemos identificar cómo esa “Palabra<br />

de Dios que permanece operante”<br />

referida por el Apóstol Pablo en la<br />

carta a los Tesalonicenses la podemos<br />

encontrar manifiesta y evidente<br />

en su vida.<br />

La oración de su madre, santa Mónica,<br />

la predicación de parte de san Ambrosio,<br />

sus búsquedas y reflexiones<br />

le permitieron dejar atrás el pecado<br />

para encontrar la vida de gracia que<br />

Dios le tenía reservada desde la eternidad.<br />

Es como si esa certeza con la<br />

que el salmista aclama: Señor, tú me<br />

sondeas y me conoces. ¿Adónde iré<br />

lejos de tu aliento, adonde escaparé<br />

de tu mirada? Hubiese sido escrita en<br />

su corazón hasta transformarlo por<br />

la fuerza de sentir esa presencia que<br />

escruta y enamora en Él.<br />

¿Qué necesitamos para vivir esa gracia?<br />

Sabemos que estamos refiriéndonos<br />

a un santo, pero no olvides que<br />

antes era sencillamente un pecador<br />

como tú y yo. ¿Qué nos falta experimentar<br />

o desear con vehemencia<br />

para apartarnos más de la posibilidad<br />

de estar incluidos dentro de los que<br />

pueden definirse como “sepulcros<br />

blanqueados” y acercarnos a la de<br />

emular a san Agustín?<br />

Una manera de conectarnos con la<br />

posibilidad es conocer y profundizar<br />

en algunos de sus pensamientos y que<br />

esos se transformen en una invitación<br />

MIÉRCOLES 28


amorosa a crecer en el conocimiento<br />

y reflejo de Dios. Que las frases que<br />

compartiremos a continuación nos<br />

reten a evitar ser de los que “tienen<br />

buena apariencia, pero por dentro<br />

están llenos de huesos y podredumbres”<br />

y, por el contrario, expresemos<br />

con sentimientos, pensamientos y<br />

acciones el reflejo de lo que hoy nos<br />

enseña san Agustín:<br />

“Bien, tú puedes, yo no. Guardemos<br />

lo que uno y otro hemos recibido; inflamémonos<br />

en la caridad, amémonos<br />

unos a otros, y de esta forma yo amo<br />

tu fortaleza y tú soportas mi debilidad”<br />

(S 101,7). “Dado que hablamos<br />

del camino, comportémonos como si<br />

fuéramos de camino: los más ligeros,<br />

esperen a los más lentos y caminen<br />

todos a la par” (S 101,9). “En cuanto a<br />

bienes espirituales, considera tuyo lo<br />

que amas en el hermano, y él considere<br />

suyo lo que ama en ti” (S 205,2).<br />

ORACIÓN<br />

San Agustín, pido tu intercesión para<br />

que Dios me regale la gracia de conocerlo,<br />

amarlo y reflejarlo como tú, y<br />

así llegue el hermoso día donde pueda<br />

“reconocerme inflamada de caridad,<br />

comportándome como si fuera de<br />

camino y más aún, considerando mío<br />

lo que amo en los demás y suyos los<br />

que ellos aman en mí”. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Leer y conocer más la vida de los<br />

santos, en especial la de san Agustín,<br />

pidiendo a Dios la gracia de avanzar<br />

en mi llamado a la santidad.<br />

JUEVES - EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA<br />

Laudes: Sal 56; Cant. Jr 31, 10-13; Sal 47<br />

29Vísperas: Sal 29; Sal 31; Cant. Ap 11, 17-18.12, 10-12<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Diles lo que yo te mando.<br />

No les tengas miedo<br />

Lectura del libro de<br />

Jeremías 1, 17-19<br />

En aquellos días, recibí esta palabra<br />

del Señor:<br />

«Cíñete los lomos, ponte en pie y diles<br />

lo que yo te mando. No les tengas<br />

miedo, que si no, yo te meteré miedo<br />

de ellos. Mira; yo te convierto hoy en<br />

plaza fuerte, en columna de hierro,<br />

en muralla de bronce, frente a todo el<br />

país: frente a los reyes y príncipes de<br />

Judá, frente a los sacerdotes y la gente<br />

del campo. Lucharán contra ti, pero<br />

no te podrán, porque yo estoy contigo<br />

68<br />

para librarte.» Oráculo del Señor.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

70, 1-6b.15ab.17<br />

R. Mi boca contará tu auxilio.<br />

A ti, Señor, me acojo: no quede yo<br />

derrotado para siempre; tú que eres<br />

justo, líbrame y ponme a salvo, inclina<br />

a mí tu oído, y sálvame. R<br />

Sé tú mi roca de refugio, el alcázar<br />

donde me salve, porque mi peña y mi<br />

alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de<br />

la mano perversa. R<br />

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza<br />

y mi confianza, Señor, desde<br />

mi juventud. En el vientre materno


ya me apoyaba en ti, en el seno tú me<br />

sostenías. R<br />

Mi boca contará tu auxilio, y todo<br />

el día tu salvación. Dios mío, me<br />

instruiste desde mi juventud, y hasta<br />

hoy relato tus maravillas. R<br />

EVANGELIO<br />

Quiero que ahora mismo<br />

me des en una bandeja<br />

la cabeza de Juan, el Bautista<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Marcos 6, 17-29<br />

En aquel tiempo, Herodes había mandado<br />

prender a Juan y lo había metido<br />

en la cárcel, encadenado. El motivo<br />

era que Herodes se había casado con<br />

Herodías, mujer de su hermano Filipo,<br />

y Juan le decía que no le era lícito tener<br />

la mujer de su hermano. Herodías<br />

aborrecía a Juan y quería quitarlo de<br />

en medio; no acababa de conseguirlo,<br />

porque Herodes respetaba a Juan,<br />

sabiendo que era un hombre honrado<br />

y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba,<br />

quedaba desconcertado, y lo<br />

escuchaba con gusto. La ocasión llegó<br />

cuando Herodes, por su cumpleaños,<br />

dio un banquete a sus magnates, a<br />

sus oficiales y a la gente principal de<br />

Galilea. La hija de Herodías entró y<br />

danzó, gustando mucho a Herodes y a<br />

los convidados. El rey le dijo a la joven:<br />

—«Pídeme lo que quieras, que te lo<br />

doy.» Y le juró:<br />

—«Te daré lo que me pidas, aunque<br />

sea la mitad de mi reino.»<br />

Ella salió a preguntarle a su madre:<br />

—«¿Qué le pido?» La madre le contestó:<br />

—«La cabeza de Juan, el Bautista.»<br />

Entró ella en seguida, a toda prisa, se<br />

acercó al rey y le pidió:<br />

—«Quiero que ahora mismo me des<br />

en una bandeja la cabeza de Juan, el<br />

Bautista.»<br />

El rey se puso muy triste; pero, por el<br />

69<br />

juramento y los convidados, no quiso<br />

desairarla. En seguida le mandó a un<br />

verdugo que trajese la cabeza de Juan.<br />

Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la<br />

cabeza en una bandeja y se la entregó a<br />

la joven; la joven se la entregó a su madre.<br />

Al enterarse sus discípulos, fueron<br />

a recoger el cadáver y lo enterraron.<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Hoy conmemoramos el martirio del<br />

profeta Juan Bautista. Como precursor<br />

y proclamador de la verdad, llegó<br />

al mundo y logró entender su misión: la<br />

de preparar el camino para la llegada<br />

de Jesús. Juan, quien representa el<br />

último profeta de la Antigua Alianza,<br />

vivió su vida desde la valiente denuncia<br />

del mal y la proclamación y motivación<br />

hacia el seguimiento del que iba a ser<br />

más grande que él. Hombre de sencillez<br />

y líder de un grupo de seguidores,<br />

arriesgó su vida denunciando, sin<br />

miedo, la corrupción y el desenfreno<br />

de los poderosos de su tiempo.<br />

Durante su vida y la de Jesús, Galilea<br />

– la tierra de Jesús – estaba siendo<br />

gobernada por Herodes Antipas, hijo<br />

del rey Herodes el Grande muerto<br />

cuando Jesús era un niño. Vivía rodeado<br />

de los poderosos de su tiempo:<br />

generales, magnates, los dueños de<br />

la tierra, los soldados, los jueces – en<br />

fin – los que imponían las cargas a las<br />

mayorías. En su morada era donde se<br />

celebraban las grandes fiestas donde<br />

asistían, como hoy, “un banquete a sus<br />

magnates, a sus oficiales y a la gente<br />

principal de Galilea”. Herodes gobernó<br />

por 43 años e impuso un sistema<br />

de corrupto aliado a los dueños de la<br />

tierra, los fiscales, publicanos, jefes<br />

locales, comerciantes y escribas.<br />

Hoy contrasta la lucha de un hombre,<br />

Juan, movido por el Espíritu de la justicia,<br />

en contraposición de Herodes y<br />

JUEVES 29


su gente, movidos por la ambición de<br />

poder. Hoy somos ante dos grandes<br />

caminos: el del bien y el del mal, el de<br />

la vida y el de la muerte, el del amor y<br />

el del egoísmo. Hoy estamos interpelados<br />

a decidir si queremos dejarnos<br />

guiar por el miedo a perder nuestro<br />

“poder” y por el pecado que nos hace<br />

avanzar hacia la destrucción y la muerte.<br />

Hoy estamos frente a la coherencia<br />

mostrada desde la cárcel del Bautista,<br />

quien se atreve a denunciar, a entregarse<br />

al pueblo por amor, a seguir el<br />

camino de la fidelidad a Dios que lo<br />

mueve a realizar lo que es correcto,<br />

agradable y justo, aunque le cueste la<br />

vida. Esto es lo que el mundo necesita:<br />

hombres y mujeres prestos a anunciar<br />

el amor y a denunciar la injusticia;<br />

personas movidas por el corazón del<br />

Resucitado que se saben servidores<br />

y no servidos desde el poder; gente<br />

motivada desde la fragilidad del llamado<br />

a luchar por un mejor mundo,<br />

aunque esto cueste. Demos gracias<br />

por los que luchan por el Reino y no<br />

30<br />

aparten<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Esto quiere Dios de ustedes:<br />

una vida sagrada<br />

Lectura de la primera carta<br />

del apóstol san Pablo a los<br />

Tesalonicenses 4, 1-8<br />

Hermanos, por Cristo Jesús les rogamos<br />

y exhortamos:<br />

Han aprendido de nosotros cómo proceder<br />

para agradar a Dios; pues procedan<br />

así y sigan adelante. Ya conocen las<br />

instrucciones que les dimos, en nombre<br />

del Señor Jesús. Esto quiere Dios<br />

de ustedes: una vida sagrada, que los<br />

70<br />

se retractan en construir un mundo<br />

mejor. El Evangelio es realidad, vida,<br />

esperanza y amor que nos impulsa<br />

a luchar para que el mundo, nuestro<br />

pequeño y gran mundo, se deje guiar<br />

por el Dios que siempre escucha el<br />

clamor de su pueblo, aunque esto sea<br />

difícil. Esto también es el Evangelio- la<br />

Buena Noticia de Jesús de Nazaret.<br />

ORACIÓN<br />

Te damos gracias Dios por tantos<br />

hombres y mujeres que arriesgan<br />

hasta la vida por la construcción de tu<br />

Reino en este mundo. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Apoyar algún movimiento eclesial<br />

que en el se luche por la dignidad y<br />

superación de los que menos tienen.<br />

VIERNES 30 - SANTA ROSA DE LIMA<br />

Laudes: Sal 50; Cant. Is 45, 15-26; Sal 99<br />

Vísperas: Sal 40; Sal 45; Cant. Ap 15, 3-4<br />

del desenfreno, que sepa cada<br />

cual controlar su propio cuerpo santa y<br />

respetuosamente, sin dejarse arrastrar<br />

por la pasión, como hacen los gentiles<br />

que no conocen a Dios. Y que en este<br />

asunto nadie ofenda a su hermano ni se<br />

aproveche con engaño, porque el Señor<br />

venga todo esto, como ya les dijimos y<br />

aseguramos. Dios no nos ha llamado a<br />

una vida impura, sino sagrada. Por consiguiente,<br />

el que desprecia este mandato<br />

no desprecia a un hombre, sino a Dios,<br />

que les ha dado su Espíritu Santo.<br />

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL<br />

96, 1-2b.5-6.10-12<br />

R. Alégrense, justos,<br />

con el Señor.<br />

El Señor reina, la Tierra goza, se alegran<br />

las islas innumerables. Justicia y<br />

derecho sostienen su trono. R.<br />

Los montes se derriten como cera ante<br />

el dueño de toda la Tierra; los cielos<br />

pregonan su justicia, y todos los pueblos<br />

contemplan su gloria. R<br />

El Señor ama al que aborrece el mal,<br />

protege la vida de sus fieles y los libra<br />

de los malvados. R<br />

Amanece la luz para el justo, y la alegría<br />

para los rectos de corazón. Alégrense,<br />

justos, con el Señor, celebren<br />

su santo nombre. R<br />

EVANGELIO<br />

¡Que llega el esposo,<br />

salgan a recibirlo!<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 25, 1-13<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos<br />

esta parábola:<br />

—«Se parecerá el Reino de los Cielos<br />

a diez doncellas que tomaron sus lámparas<br />

y salieron a esperar al esposo.<br />

Cinco de ellas eran necias y cinco<br />

eran sensatas. Las necias, al tomar las<br />

lámparas, se dejaron el aceite; en cambio,<br />

las sensatas se llevaron alcuzas<br />

de aceite con las lámparas. El esposo<br />

tardaba, les entró sueño a todas y se<br />

durmieron. A medianoche se oyó una<br />

voz: “¡Que llega el esposo, salgan a<br />

recibirlo!”. Entonces se despertaron<br />

todas aquellas doncellas y se pusieron<br />

a preparar sus lámparas. Y las necias<br />

dijeron a las sensatas: “Dennos un<br />

poco de su aceite, que se nos apagan<br />

las lámparas”. Pero las sensatas contestaron:<br />

“Por si acaso no hay bastante<br />

para ustedes y nosotras, mejor es que<br />

vayan a la tienda y lo compren”. Mientras<br />

iban a comprarlo, llegó el esposo,<br />

71<br />

y las que estaban preparadas entraron<br />

con él al banquete de bodas, y se cerró<br />

la puerta. Más tarde llegaron también<br />

las otras doncellas, diciendo: “Señor,<br />

señor, ábrenos”. Pero él respondió:<br />

“Se lo aseguro: no las conozco”. Por<br />

tanto, velen, porque no saben el día ni<br />

la hora.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

Según la parábola que Jesús nos<br />

cuenta este domingo, esta es una<br />

más de las características del Reino<br />

de Dios: llega sin avisar. Hay que estar<br />

preparados, porque no sabemos ni el<br />

día ni la hora.<br />

En este mundo estamos de paso,<br />

no sabemos cuanto tiempo vamos<br />

a durar en esta vida. Algunos vivirán<br />

unos pocos años, otros tendrán larga<br />

vida y morirán en la ancianidad. Y, sin<br />

embargo, cuidamos tantas cosas:<br />

el éxito, nuestra jubilación, la salud,<br />

muchas cosas más; pero no siempre<br />

cuidamos el poder descansar<br />

eternamente en los brazos de Dios.<br />

Tendremos que abrir nuestras manos<br />

y mostrar lo que hemos hecho con<br />

ellas. Mostrar nuestra preparación y<br />

así evitar el fracaso definitivo de la<br />

vida, que se nos explica en Mateo 25,<br />

31´ss en el juicio final.<br />

Lo que no hayamos hecho hasta<br />

ahora, podremos hacerlo. Siempre<br />

estamos a tiempo de cambiar y<br />

prestar atención a la llamada de Dios<br />

para seguirla listos para responder:<br />

Estemos atentos para servir a los<br />

sedientos, para llevar consuelo a los<br />

encarcelados, para dar algo de comer<br />

a los hambrientos. Tengamos nuestra<br />

vida llena de obras de bien para<br />

mostrar, de acciones concretas en<br />

favor de quienes ni siquiera pueden<br />

agradecernos.<br />

Pedro Casaldaliga lo dice hermosa-<br />

VIERNES 30


mente: “Al final del camino me dirán:<br />

—¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin<br />

decir nada, abriré el corazón lleno de<br />

nombres”.<br />

ORACIÓN<br />

Señor, qué diferente es mi vida cuando<br />

me esfuerzo por verlo todo desde<br />

la mirada de la muerte. Cuántas cosas<br />

desde la fe en el encuentro final<br />

contigo, tienen sentido, la alegría que<br />

di a otros, los abrazos que brindé, la<br />

paciencia que demostré con el que<br />

estaba en un mal momento. Todo se<br />

transforma y se vuelve relativo de cara<br />

a la eternidad. ¡Qué pocas cosas son<br />

importantes! Ayúdame a vivir pensando<br />

en el cielo que me has prometido<br />

y que lo busque como esa perla fina,<br />

ese gran tesoro que dará plenitud a<br />

mi vida. Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Hacer un examen de conciencia y<br />

dedicar más tiempo a servir a Dios.<br />

SÁBADO - SAN RAMÓN NONATO<br />

Laudes: Sal 118, 145-152; Cant. Ex 15, 1-4.8-13.17-18; Sal 116<br />

31Vísperas: Sal 118, 105-112; Sal 15; Cant. Flp 2, 6-11<br />

PRIMERA LECTURA<br />

Dios mismo les ha enseñado<br />

a amarse los unos a los otros<br />

Lectura de la primera carta<br />

del apóstol san Pablo a los<br />

Tesalonicenses 4, 9-11<br />

Hermanos:<br />

Acerca del amor fraterno no hace falta<br />

que les escriba, porque Dios mismo les<br />

ha enseñado a amarse los unos a los<br />

otros. Como ya lo hacen con todos los<br />

hermanos de Macedonia. Hermanos,<br />

los exhortamos a seguir progresando:<br />

esforzados por mantener la calma,<br />

ocupándose de sus propios asuntos<br />

y trabajando con sus propias manos,<br />

como se lo tenemos mandado.<br />

Palabra de Dios.<br />

SALMO RESPONSORIAL<br />

97, 1.7-9<br />

R. El Señor llega para regir<br />

los pueblos con rectitud.<br />

Canten al Señor un cántico nuevo, porque<br />

ha hecho maravillas: su diestra le ha<br />

dado la victoria, su santo brazo. R<br />

Retumbe el mar y cuanto contiene, la<br />

tierra y cuantos la habitan; aplaudan los<br />

ríos, aclamen los montes. R<br />

Al Señor, que llega para regir la tierra.<br />

Regirá el orbe con justicia y los pueblos<br />

con rectitud. R<br />

EVANGELIO<br />

Has sido fiel en lo poco,<br />

pasa el banquete de tu señor<br />

Lectura del Santo Evangelio<br />

según san Mateo 25, 14-30<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos<br />

esta parábola:<br />

—«Un hombre, al irse de viaje, llamó a<br />

sus empleados y los dejó encargados de<br />

sus bienes: a uno le dejó cinco talentos<br />

de plata, a otro dos, a otro uno, a cada<br />

cual según su capacidad; luego se marchó.<br />

El que recibió cinco talentos fue<br />

en seguida a negociar con ellos y ganó<br />

otros cinco. El que recibió dos hizo lo<br />

72


mismo y ganó otros dos. En cambio,<br />

el que recibió uno hizo un hoyo en la<br />

tierra y escondió el dinero de su señor.<br />

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor<br />

de aquellos empleados y se puso a<br />

ajustar las cuentas con ellos. Se acercó<br />

el que había recibido cinco talentos y le<br />

presentó otros cinco, diciendo: “Señor,<br />

cinco talentos me dejaste; mira, he ganado<br />

otros cinco”. Su señor le dijo: “Muy<br />

bien. Eres un empleado fiel y cumplidor;<br />

como has sido fiel en lo poco, te daré un<br />

cargo importante; pasa al banquete de<br />

tu señor”. Se acercó luego el que había<br />

recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos<br />

talentos me dejaste; mira, he ganado<br />

otros dos”. Su señor le dijo: “Muy bien.<br />

Eres un empleado fiel y cumplidor;<br />

como has sido fiel en lo poco, te daré un<br />

cargo importante; pasa al banquete de<br />

tu señor”. Finalmente, se acercó el que<br />

había recibido un talento y dijo: “Señor,<br />

sabía que eres exigente, que siegas<br />

donde no siembras y recoges donde no<br />

esparces, tuve miedo y fui a esconder<br />

tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo<br />

tuyo”. El señor le respondió: “Eres un<br />

empleado negligente y holgazán. ¿Con<br />

que sabías que siego donde no siembro<br />

y recojo donde no esparzo? Pues debías<br />

haber puesto mi dinero en el banco, para<br />

que, al volver yo, pudiera recoger lo mío<br />

con los intereses. Quítenle el talento y<br />

désenlo al que tiene diez. Porque al que<br />

tiene se le dará y le sobrará, pero al que<br />

no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.<br />

Y a ese empleado inútil échenlo fuera, a<br />

las tinieblas; allí será el llanto y rechinar<br />

de dientes”.»<br />

Palabra del Señor.<br />

MEDITACIÓN<br />

¿Cuál es el descontento del hombre<br />

que llama inútil, negligente y holgazán<br />

a su empleado? Muy sencillo: no está<br />

satisfecho con su empleado porque<br />

este es un vago de primera. Así de<br />

73<br />

claro. Lo que de verdad le incomoda<br />

es que se haya pasado el tiempo (mucho<br />

tiempo, precisa la parábola) sin<br />

hacer nada. Sin moverse, sin avanzar,<br />

estancado en su miedo (“tuve miedo<br />

y escondí tu dinero”).<br />

Se quedó inmóvil, puso el freno y se<br />

dedicó a ver el avance y el progreso<br />

de los demás. Esa es la parábola de<br />

los talentos que nos trae el Evangelio<br />

de hoy.<br />

Por otro lado, san Pablo, a quien no<br />

le gustaba para nada la vagancia ni<br />

el chisme, les dice en su carta a los<br />

tesalonicenses que sigan progresando,<br />

que se esfuercen, sin perder la<br />

calma, y se ocupen en sus asuntos<br />

trabajando con sus propias manos.<br />

Es que no queda de otra que trabajar.<br />

El empleado holgazán y que anda<br />

metiéndose en todo no es el modelo<br />

de un cristiano prudente y fiel.<br />

A nosotros nos puede llegar en algún<br />

momento la pereza, enemigo número<br />

uno del que quiere progresar en el camino<br />

de la fe. Puede que el desánimo<br />

reduzca los deseos de continuar en la<br />

lucha diaria por ser mejores, por mantener<br />

el paso decidido y ser constantes<br />

en esto de ser cristianos en serio.<br />

Nos cansamos, claro que sí. Fallamos<br />

y cometemos errores, por supuesto.<br />

Lo que no debemos es abandonar<br />

y tirar la toalla. Recuerda que, si hoy<br />

no pudimos hacerlo, mañana será<br />

otro día y nos dan la oportunidad de<br />

volver a intentarlo. Uno de los sabios<br />

más influyentes en China (Lao-Tse)<br />

dijo: “Un viaje de mil kilómetros comienza<br />

con un primer paso”. En los<br />

círculos de Alcohólicos Anónimos la<br />

consigna reza así: “Día a día, poco a<br />

poco, paso a paso”. De manera que<br />

lo que importa es trabajar y mantener<br />

el ritmo. Está prohibido abandonar<br />

y enterrar las cualidades que tienes,<br />

regalo de Dios. El que te hizo espera<br />

SÁBADO 31


mucho de ti, no lo defraudes.<br />

No tenemos que comprometernos en<br />

un único día a ser estupendos y santos<br />

durante el resto de nuestras vidas.<br />

Solamente hemos de comprometernos<br />

a intentar amar a Dios en el día de<br />

hoy; o si eso es demasiado, en esta<br />

hora. O durante este minuto. Dios nos<br />

ayudará momento a momento, paso<br />

a paso. Tenemos que dar pasos pequeños,<br />

o de lo contrario nos cansaremos.<br />

“Cada día tiene bastante con<br />

sus propios afanes”, nos dice Jesús.<br />

Tratar de cumplir la voluntad de Dios<br />

en un instante es más de lo que ha<br />

conseguido el mayor de los santos.<br />

Aunque, si incluso confiar en hacer la<br />

voluntad de Dios durante los próximos<br />

dos minutos te parece que va a<br />

terminar en frustración y fracaso, no<br />

olvides que la voluntad es la clave.<br />

Adelante y pasa al banquete de tu<br />

señor.<br />

ORACIÓN<br />

Señor, que cuando me llames a tu<br />

presencia puedas reconocerme<br />

como siervo bueno y fiel. Dame la<br />

gracia de no encerrarme en mí mismo<br />

y de abrirme al amor y solidaridad<br />

hacia los demás. Que pueda hacer<br />

crecer y fructificar todos los dones<br />

que he recibido de tu ilimitada bondad.<br />

Amén.<br />

CONTEMPLACIÓN<br />

Luego de leer, meditar y orar permanezco<br />

en silencio por un rato «saboreando»<br />

a Jesús, viéndolo en la fe.<br />

Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.<br />

PROPÓSITO DEL DÍA<br />

Practicar la caridad y tener un gesto<br />

solidario con un hermano necesitado.<br />

Una publicación de Fundación La Buena Noticia.<br />

www.revistarayodeluz.com<br />

74


75<br />

JUEVES 01


, ,<br />

76

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