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Regiones y conflicto armado<br />
Balance de la contribución del CNMH al esclarecimiento histórico<br />
ria a preservar con respecto de los efectos jurídico-penales. En este<br />
sentido se encuentran: por un lado, el Estado —avalado por la<br />
Comisión de Investigación de los Sucesos Violentos de Trujillo<br />
(impulsada gracias a la presión de la Corte Internacional de<br />
Derechos Humanos en 1995)— que reconoce como “sucesos<br />
violentos de Trujillo” los cometidos “entre el 29 de marzo y<br />
el 17 de abril de 1990”. Por el otro lado están MH junto con<br />
las víctimas, que consideran y reivindican —sin desconocer lo<br />
anterior— que hay que ir más allá y reconocer como “crímenes<br />
de lesa humanidad en el carácter generalizado y sistemático<br />
de las acciones de violencia” perpetradas entre 1986 y 1994 en<br />
Trujillo y nombrarla como “la masacre continuada de Trujillo”<br />
reconociendo así “la dimensión colectiva y prolongada de los<br />
crímenes”. Se trata de qué hechos abarcar y cómo reconocerlos:<br />
puntuales y “violentos” o extendidos en el tiempo, y como<br />
“sistemáticos y crímenes de lesa humanidad”. De otro lado, se<br />
encuentra también una tensión entre la Comisión Intereclesial<br />
de Justicia y Paz (principal agente de la memoria en Trujillo<br />
después de 1995) y la fuerza pública, que se oponen en la manera<br />
de nombrar unos hechos de violencia: la primera afirma<br />
un “ataque de las FF. AA. a un grupo de trabajadores más un<br />
enfrentamiento FF. AA.-guerrilla”; la segunda lo afirma como<br />
“combate o emboscada”. En ambos casos, lo que se está jugando,<br />
además de “la memoria de las víctimas”, son las implicaciones<br />
penales que los hechos de violencia adquieren, según sean<br />
estos reconocidos de una u otra manera.<br />
En segundo lugar, en Trujillo también se dan tensiones con<br />
relación a la manera de orientar el trabajo de memoria entre las<br />
víctimas por parte de los diferentes agentes que lideran dicho<br />
proceso: la CIJP impulsa un trabajo de memoria para proyectarlo<br />
más allá de la localidad (nacional e internacionalmente, con<br />
todo el significado político que conlleva la denuncia de la violación<br />
a los DH por parte del Estado y sus FF. AA.); la Asociación<br />
de víctimas de Trujillo (Afavit) prefiere centrarse en el trabajo<br />
“hacia adentro”, hacia la comunidad víctima y trabajar las dimensiones<br />
de su dolor y de las posibilidades de reconstrucción<br />
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