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El arte como instrumento de tejido social
Por: Martha Estefany Escobar S.
El arte, que es la máxima construcción
del ser humano, es la
forma con la cual podemos actuar
para cambiar el mundo, a partir
del reconocimiento de lo que nos
hace ser.
Algunos nos preguntamos
constantemente cuál es nuestra
función social como seres políticos,
dentro de un Estado con determinado
sistema económico y
nos preguntamos nuevamente si
somos autónomos o heterónomos,
y cómo podemos mejorar nuestra
situación o la de otros, o si debemos
ser altruistas para esta función,
basándonos en un sistema de
vida en donde debemos tener todo
para no querer nada más que ayudar
al prójimo.
Buscamos salir del planeta a
través de las redes, y entre tejidos
vemos cómo el mundo necesita de
nuestra ayuda humanitaria, pero
no necesitamos alejarnos tanto
para darnos cuenta de los baches
que hay en la ciudad que habitamos
y dudamos en ayudar. Sin
embargo, están aquellos que no
se tambalean entre las redes y ponen
manos a la obra clavando las
agujas en donde no interviene el
Estado.
Es por eso que algunos jóvenes
de la ciudad, con iniciativas actualizadas,
proyectan con un aire
fresco el concepto de lo urbano
desde el cuidado ambiental y a través
del arte, la pregunta es cómo lo
logran. Sabemos que el núcleo de
toda sociedad es la familia, estos
son los grupos focales a los cuales
se dirigen los proyectos, siempre
y cuando su entorno o barrio esté
en estado de vulnerabilidad, ahora
bien, muchas veces se encuentran
familias disfuncionales por diversas
causas y esto afecta como efecto
dominó en su entorno.
Normalmente, las actividades
de socialización, involucra a los
participantes a través del desarrollo
artístico para reconocerse,
reconocer el entorno, y generar
El arte, que es la
máxima construcción
del ser humano, es
la forma con la cual
podemos actuar
para cambiar el
mundo, a partir del
reconocimiento de lo
que nos hace ser.
una identidad colectiva, de acuerdo
a las características que posee
su espacio. Recuperar el espacio
hace parte de estas actividades.
Más que embellecer la ciudad es
fortalecer el imaginario de la ciudad
cívica en la que creemos que
habitamos, es como mantener el
legado de aquellos a los que llamamos
nuestros padres fundadores.
Cuando creemos en lo que
hacemos, nada nos da miedo.
A veces las empresas por su
responsabilidad social crean
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query=arte&position=27
fundaciones e intervienen, o las
ONGs, inclusive algunas personas
naturales de buen corazón, están
ahí, prescindiendo de la administración
pública para hacer algo.
Naturalizar el horror de lo que
somos como sociedad no debería
verse normal ante los ojos de un
administrador público, pues honestamente,
el porcentaje de escasez
es tan alto que ante los ojos
es evidente la falta que nos hace
el arte o el deporte como el mejor
molde para entretejer el espíritu
de una sociedad que pretende mejorar
con urgencia, sin disfraces y
con el desenfreno de la libertad de
expresarse sanamente.
Por favor, entendamos que no
es solo un guión de teatro para hablar
del maltrato en sus distintas
facetas, es un guión de teatro para
escuchar el desahogo de los que
muchos piden a gritos silenciados,
no es solo pintura, música o
danza, nuestros sentidos son el receptáculo
de una sociedad de hilos
rotos, de una prenda de algodón
ajado y sin cuidados de etiqueta,
porque no es solo la fotografía al
niño, es el entorno del niño, y no
es vestir, es desvestir. Volvamos al
origen, ¿cuál es el concepto de cultura
que manejamos?.