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Antiage - Cuidados para prolongar la juventud

Generalmente, la mayor parte de nosotros asocia la idea de vejez al aspecto externo: un rostro arrugado, un cabello canoso y un andar lento. Sin embargo, se trata de un proceso que abarca la totalidad de lo que somos: no sólo nuestra piel envejece, también lo hacen nuestro olfato, nuestro sistema cardiovascular y nuestro metabolismo. Desde el punto de vista psicológico, no tenemos la misma actitud a los 20 años que a los 60. De manera similar a como asociamos la idea de vejez a unos pocos y exteriores signos, también solemos percibirla como algo que sólo sucede “cuando se es viejo”. Y allí también nos equivocamos: la memoria alcanza su pico aproximadamente a los 25 años, lo que quiere decir que desde de ese momento comienza a envejecer; a partir de los 30 ya comienza a perderse masa y fuerza muscular y los 35 indican, en la inmensa mayoría de las mujeres, una merma de su capacidad reproductiva. En suma: aunque no lo percibamos, lo cierto es que comenzamos a envejecer desde muy jóvenes, especialmente en la actualidad donde las expectativas de vida en nuestro país superan los 70 años. Envejecer es inevitable y siempre lo ha sido. Las buenas noticias actuales consisten en que se sabe que existe una actitud de vida que puede retrasar —y mucho— ese proceso. Se trata de envejecer lo mejor posible y de ello trata este volumen.

Generalmente, la mayor parte de nosotros asocia la idea de vejez al aspecto externo: un rostro arrugado, un cabello canoso y un andar lento. Sin embargo, se trata de un proceso que abarca la totalidad de lo que somos: no sólo nuestra piel envejece, también lo hacen nuestro olfato, nuestro sistema cardiovascular y nuestro metabolismo. Desde el punto de vista psicológico, no tenemos la misma actitud a los 20 años que a los 60. De manera similar a como asociamos la idea de vejez a unos pocos y exteriores signos, también solemos percibirla como algo que sólo sucede “cuando se es viejo”. Y allí también nos equivocamos: la memoria alcanza su pico aproximadamente a los 25 años, lo que quiere decir que desde de ese momento comienza a envejecer; a partir de los 30 ya comienza a perderse masa y fuerza muscular y los 35 indican, en la inmensa mayoría de las mujeres, una merma de su capacidad reproductiva. En suma: aunque no lo percibamos, lo cierto es que comenzamos a envejecer desde muy jóvenes, especialmente en la actualidad donde las expectativas de vida en nuestro país superan los 70 años. Envejecer es inevitable y siempre lo ha sido. Las buenas noticias actuales consisten en que se sabe que existe una actitud de vida que puede retrasar —y mucho— ese proceso. Se trata de envejecer lo mejor posible y de ello trata este volumen.

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ANTIAGE<br />

<strong>Cuidados</strong> <strong>para</strong><br />

<strong>prolongar</strong> <strong>la</strong> <strong>juventud</strong><br />

Patricia Conti<br />

Ricardo Simonetti<br />

Esteban Lozano<br />

Laura Figueroa


<strong>Antiage</strong> : cuidados <strong>para</strong> <strong>prolongar</strong> <strong>la</strong> <strong>juventud</strong> /<br />

Patricia Conti...[et.al.]. ; dirigido por Marcelo<br />

Caballero ; edición literaria a cargo de: Mónica<br />

Piacentini. - 1a ed. - Buenos Aires : Pluma y<br />

Papel, 2007.<br />

144 p. ; 17x11 cm.<br />

Índice<br />

ISBN 978-987-1021-90-1<br />

1. Cosmética. I. Marcelo Caballero, dir. II. Mónica<br />

Piacentini, ed. lit.<br />

CDD 646.7<br />

Introducción / 11<br />

© 2007 by Pluma y Papel<br />

Ediciones de Goldfinger S.A.<br />

Equipo de redacción: Lic.Patricia Conti,<br />

Prof. Ricardo Simonetti,<br />

Lic.Esteban Lozano y<br />

Lic. Laura Figueroa<br />

Diseño de tapa: PensArte<br />

Diseño interior: m&s estudio<br />

ISBN: 978-987-1021-90-1<br />

Pluma y Papel Ediciones<br />

A. J. Carranza 1852 (C1414COV)<br />

Buenos Aires - Argentina<br />

info@plumaypapel.com<br />

www.plumaypapel.com<br />

Queda hecho el depósito<br />

de Ley 11.723<br />

Reservados todos los derechos.<br />

Esta publicación no puede ser reproducida, ni en<br />

todo ni en parte, ni registrada en, transmitida por<br />

un sistema de recuperación, en ninguna forma ni<br />

por ningún medio, sin el permiso expreso<br />

por escrito de <strong>la</strong> editorial.<br />

colección Compactos de PaPel<br />

I. CUIDANDO LA SALUD<br />

Capítulo 1 - La menopausia / 25<br />

Cómo reconocer su cercanía o presencia / 28<br />

Cómo sobrellevar<strong>la</strong> / 32<br />

Capítulo 2 - La osteoporosis / 37<br />

Factores de riesgo / 40<br />

Cómo prevenir <strong>la</strong> osteoporosis / 43<br />

Capítulo 3 - La artrosis / 45<br />

Cómo evitar o detener <strong>la</strong> artrosis / 48<br />

Tratamientos <strong>para</strong> aliviar <strong>la</strong> artrosis / 51<br />

Capítulo 4 - Contro<strong>la</strong>r el sobrepeso / 55<br />

La mesa <strong>para</strong> bajar de peso / 58<br />

Actividad física <strong>para</strong> quemar grasas / 62<br />

Capítulo 5 - Las enfermedades cardiovascu<strong>la</strong>res / 65<br />

Autoevaluación de riesgo cardíaco / 68<br />

Hacia un estilo de vida cardiosaludable / 70<br />

Impreso en Argentina<br />

Printed in Argentina ÍNDICE 7


II. CUIDANDO LA BELLEZA<br />

Capítulo 6 - P<strong>la</strong>n antiarrugas / 77<br />

Tipos de arrugas / 80<br />

Buenos hábitos que alejan <strong>la</strong>s arrugas / 81<br />

Malos hábitos que generan arrugas / 87<br />

Máscaras, cremas y lociones antiarrugas<br />

<strong>para</strong> e<strong>la</strong>borar en casa / 89<br />

La ayuda de los tratamientos profesionales / 94<br />

Capítulo 7 - Guerra a <strong>la</strong> celulitis / 99<br />

Tipos de celulitis / 101<br />

Grados de celulitis / 103<br />

Programa anticelulitis / 105<br />

Terapias médicas contra <strong>la</strong> celulitis / 109<br />

Capítulo 8 - Cuidar el cabello / 111<br />

Aprenda a reconocer los signos<br />

del envejecimiento capi<strong>la</strong>r / 114<br />

Consejos generales <strong>para</strong> el cuidado / 116<br />

Atendiendo problemas específicos:<br />

canas, alopecia y caspa / 119<br />

Las canas / 119<br />

Alopecia / 120<br />

Hábitos <strong>para</strong> evitar <strong>la</strong> caída del cabello / 121<br />

Tres maneras de disimu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> escasez<br />

de cabello / 123<br />

Tratamientos médicos / 124<br />

La caspa / 125<br />

Capítulo 9 - Prevenir <strong>la</strong>s várices / 127<br />

Tipos de várices / 130<br />

Programa antivárices / 131<br />

Buenos hábitos que alejan <strong>la</strong>s várices / 131<br />

Malos hábitos que generan (y empeoran)<br />

<strong>la</strong>s várices / 132<br />

Tratamientos caseros / 134<br />

Tratamientos médicos / 135<br />

III. ATENDIENDO NUESTRO ESPÍRITU<br />

Capítulo 10 - El fantasma de <strong>la</strong> depresión / 139<br />

Cómo reconocer <strong>la</strong> depresión / 142<br />

Pasos <strong>para</strong> superar<strong>la</strong> / 145<br />

Capítulo 11 - Desterrando el estrés / 151<br />

Algunos síntomas inequívocos de estrés / 154<br />

El “top ten” de situaciones estresantes / 155<br />

Tips <strong>para</strong> dominar el estrés / 156<br />

8 ANTIAGE<br />

ÍNDICE 9


Introducción<br />

Qué es envejecer<br />

GENERALMENTE, <strong>la</strong> mayor parte de nosotros asocia <strong>la</strong> idea<br />

de vejez con el aspecto externo: un rostro arrugado, un<br />

cabello canoso y un andar lento. Sin embargo, se trata<br />

de un proceso que abarca <strong>la</strong> totalidad de lo que somos:<br />

no sólo nuestra piel envejece, también lo hacen nuestro<br />

olfato, nuestro sistema cardiovascu<strong>la</strong>r y nuestro metabolismo.<br />

Desde el punto de vista psicológico, no tenemos<br />

<strong>la</strong> misma actitud a los 20 años que a los 60.<br />

De manera simi<strong>la</strong>r a como asociamos <strong>la</strong> idea de vejez<br />

a unos pocos y exteriores signos, también solemos<br />

percibir<strong>la</strong> como algo que sólo sucede “cuando se es<br />

viejo”. Y allí también nos equivocamos: <strong>la</strong> memoria alcanza<br />

su pico aproximadamente a los 25 años, lo que<br />

quiere decir que desde ese momento se comienza a envejecer;<br />

a partir de los 30 ya comienza a perderse masa<br />

y fuerza muscu<strong>la</strong>r y los 35 indican, en <strong>la</strong> inmensa<br />

INTRODUCCIÓN 11


mayoría de <strong>la</strong>s mujeres, una merma de su capacidad<br />

reproductiva. En suma: aunque no lo percibamos, lo<br />

cierto es que comenzamos a envejecer desde muy jóvenes,<br />

especialmente en <strong>la</strong> actualidad donde <strong>la</strong>s expectativas<br />

de vida en nuestro país superan los 70 años.<br />

Envejecer es inevitable y siempre lo ha sido. Las<br />

buenas noticias actuales consisten en que se sabe que<br />

existe una actitud de vida que puede retrasar —y mucho—<br />

ese proceso. Se trata de envejecer lo mejor posible<br />

y de ello trata este volumen.<br />

Por qué envejecemos<br />

Actualmente, <strong>la</strong>s dos teorías científicas más aceptadas<br />

<strong>para</strong> explicar el envejecimiento son: <strong>la</strong> del programa<br />

y <strong>la</strong> del desgaste. Ambas, por supuesto, son formu<strong>la</strong>ciones<br />

complejas pero intentaremos explicar<strong>la</strong>s de<br />

<strong>la</strong> forma más breve y coloquial posible.<br />

La teoría del programa postu<strong>la</strong>, en esencia, <strong>la</strong> idea de<br />

que el cuerpo debe reponer <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s que mueren, que<br />

lo hace de manera cada vez menos eficiente a medida<br />

que pasa el tiempo y que cuando ya no puede hacerlo,<br />

el organismo deja de funcionar. Diariamente, mueren<br />

más de medio millón de célu<strong>la</strong>s en nuestro organismo;<br />

sin embargo, un cuerpo joven y saludable vuelve a construir<br />

<strong>la</strong> misma cantidad. Con el paso del tiempo, el organismo<br />

pierde capacidad de rendimiento y, dentro de ese<br />

rendimiento, se encuentra <strong>la</strong> capacidad antes mencionada<br />

de restituir <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s muertas. Desde el punto<br />

de vista que acabamos de explicar podríamos decir<br />

que, metafóricamente, el cuerpo opera como una suerte<br />

de batería que se vacía cada vez más y, por ende, ilumina<br />

cada vez menos.<br />

La segunda de <strong>la</strong>s teorías, <strong>la</strong> del desgaste, está íntimamente<br />

vincu<strong>la</strong>da con un concepto muy en boga y de<br />

amplia divulgación en <strong>la</strong> actualidad: los antioxidantes.<br />

Según esta segunda perspectiva, el ser humano se gasta<br />

a sí mismo, pues quema energía <strong>para</strong> poder vivir y durante<br />

esa generación de energía se producen toxinas y<br />

productos de desecho que arruinan y destruyen célu<strong>la</strong>s.<br />

Uno de los factores que más daño celu<strong>la</strong>r produce son<br />

los denominados radicales libres y es contra ellos justamente<br />

que actúan los antioxidantes. Explicamos: los radicales<br />

libres son átomos o grupos de átomos que tienen<br />

un electrón desapareado, libre o disponible, con lo<br />

cual recorren nuestro organismo intentando “robar” un<br />

electrón de <strong>la</strong>s molécu<strong>la</strong>s estables con el objetivo de alcanzar<br />

su estabilidad electroquímica. Una vez que el radical<br />

libre ha conseguido sustraerle ese electrón a <strong>la</strong><br />

molécu<strong>la</strong> estable, esta última se convierte, a su vez, en<br />

un radical libre (por quedar con un electrón desapareado),<br />

iniciándose de esa manera una verdadera reacción<br />

en cadena que destruye nuestras célu<strong>la</strong>s. Ese estado de<br />

constante desestabilización que producen los radicales<br />

libres, y que se denomina oxidación, resulta muy favo-<br />

12 ANTIAGE<br />

INTRODUCCIÓN 13


able <strong>para</strong> que se desarrollen ciertos tipos de enfermedades.<br />

Y el proceso de envejecimiento, por su parte, no es<br />

sino otro de los signos de que está teniendo lugar un<br />

fuerte y constante proceso de oxidación en nuestro cuerpo.<br />

Por supuesto, ese proceso puede acentuarse con <strong>la</strong><br />

acción de factores oxidantes, tales como <strong>la</strong> contaminación<br />

ambiental, el estrés, el cansancio físico, el consumo<br />

de bebidas alcohólicas, el pernicioso hábito de fumar<br />

y una dieta pobre en sustancias antioxidantes.<br />

Resumiendo: en <strong>la</strong> primera de <strong>la</strong>s teorías el cuerpo<br />

se va apagando y en <strong>la</strong> segunda se va intoxicando y degenerando.<br />

Y ello da como resultado el proceso de envejecimiento.<br />

Cómo envejecemos<br />

¿De qué manera se va produciendo el proceso del<br />

cual acabamos de esbozar en forma por demás resumida<br />

<strong>la</strong>s dos grandes teorías? De <strong>la</strong> siguiente forma:<br />

Actividad cerebral<br />

Desde el mismo momento del nacimiento nuestro<br />

cerebro ya está dotado de suficientes neuronas como<br />

<strong>para</strong> mantenernos lúcidos a lo <strong>la</strong>rgo de toda <strong>la</strong> vida. Sin<br />

embargo, esa lucidez no será siempre igual. La memoria<br />

y <strong>la</strong> capacidad de observación, por ejemplo, decaen<br />

a partir de los 25 años, especialmente si ambas cuali-<br />

dades no son ejercitadas. También <strong>la</strong> capacidad de implementar<br />

cambios, adoptar nuevos hábitos e ideas<br />

disminuye notablemente con el transcurrir del tiempo.<br />

Cabello<br />

El paso de los años va haciendo que disminuya <strong>la</strong><br />

cantidad de raíces capi<strong>la</strong>res, los cabellos restantes crecen<br />

más lentamente y suelen hacerlo también de forma<br />

más débil. Asimismo, se estanca <strong>la</strong> producción de<br />

pigmentos, por lo que aparecen <strong>la</strong>s canas. Esto puede<br />

suceder en cualquier momento cercano a los 20 años,<br />

pero a partir de los 40 es una excepción encontrar alguien<br />

que no <strong>la</strong>s posea.<br />

Vista<br />

Alrededor de los 40, hace su aparición <strong>la</strong> famosa<br />

presbicia que obliga a alejar el material de lectura <strong>para</strong><br />

poder leerlo. A partir de los 50 comienza también a<br />

obstaculizarse <strong>la</strong> visión nocturna y desde los 65 pueden<br />

empezar a surgir problemas de cataratas, si bien<br />

esto último no es tan usual que suceda y sólo se da en<br />

algunos casos en particu<strong>la</strong>r. Hacia los 80, <strong>la</strong>s pupi<strong>la</strong>s<br />

reducen su tamaño y dejan pasar menos luz, por lo que<br />

se necesita mucho más luminosidad ambiente.<br />

Oído<br />

Los canales auditivos más estrechos comienzan a<br />

cerrarse alrededor de los 50 años, con lo cual se perci-<br />

14 ANTIAGE<br />

INTRODUCCIÓN 15


en menos los tonos altos. Valga como ejemplo por demás<br />

ilustrativo el hecho de que a los 30 años puede escucharse<br />

c<strong>la</strong>ramente el canto de los pájaros (15.000<br />

Hertz) mientras que a partir de los 70 sólo se capta un<br />

tercio de lo anterior (esto es, 5.000 Hertz) lo que equivale<br />

al <strong>la</strong>drido de un perro.<br />

Olfato<br />

En general este sentido empieza a perder su capacidad<br />

después de los 40 años.<br />

Piel<br />

El envejecimiento de este órgano (sí: <strong>la</strong> piel es un<br />

órgano y, de hecho, el más extenso del cuerpo) es, tal<br />

vez, el que más le preocupa a <strong>la</strong>s mujeres, ya que implica<br />

<strong>la</strong> aparición de <strong>la</strong>s tan temidas arrugas. Sin embargo<br />

éstas tampoco llegan de un día <strong>para</strong> el otro. Son<br />

fruto de un <strong>la</strong>rgo proceso a través del cual el cuerpo se<br />

va secando lentamente, ya que <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s sebáceas<br />

frenan su producción de sustancias grasas, al tejido<br />

conjuntivo cada vez le cuesta más almacenar líquido y<br />

eso hace que <strong>la</strong> piel se torne floja y arrugada. ¿Cómo y<br />

cuando sucede todo ello? Las primeras arrugas suelen<br />

aparecer alrededor de los 20 años en <strong>la</strong> zona de <strong>la</strong> frente<br />

y hacia los 30 hacen su aparición otras arrugas que<br />

se ubican alrededor de los ojos y que se conocen popu<strong>la</strong>rmente<br />

como patas de gallo. Ya arribando a los 50 se<br />

perfi<strong>la</strong>n pequeñas arrugas alrededor de <strong>la</strong> boca y, más<br />

ade<strong>la</strong>nte, <strong>la</strong> piel se torna cada vez más fina, seca y menos<br />

elástica, especialmente a partir de <strong>la</strong> menopausia.<br />

Además, también se hacen presentes <strong>la</strong>s denominadas<br />

manchas que suelen ubicarse preferentemente<br />

en <strong>la</strong> frente y el dorso de <strong>la</strong>s manos.<br />

Huesos<br />

Los depósitos de calcio, mineral imprescindible <strong>para</strong><br />

<strong>la</strong> conformación ósea, empiezan a disminuir a partir<br />

de los 35 a 40 años. Es por esa razón que desde ese<br />

momento también comienza a decrecer <strong>la</strong> fuerza y <strong>la</strong><br />

densidad de los huesos, éstos se tornan más porosos y<br />

su peso disminuye. Esta descalcificación es más severa<br />

en <strong>la</strong>s mujeres, debido a <strong>la</strong>s pronunciadas modificaciones<br />

hormonales que tienen lugar en <strong>la</strong> menopausia<br />

y que aceleran <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada osteoporosis. Vale destacar<br />

que el riesgo de fracturas de cadera se incrementa alrededor<br />

de los 40 años y continúa creciendo con el<br />

transcurso de los años.<br />

Articu<strong>la</strong>ciones<br />

Alrededor de los 40 años comienzan a presentarse<br />

ciertas molestias, especialmente en <strong>la</strong>s caderas, rodil<strong>la</strong>s<br />

y cuello. En algunos casos, al llegar a los 60 o 70<br />

años, esas eventuales molestias devienen en artrosis.<br />

Más allá de <strong>la</strong>s determinaciones genéticas —que influyen<br />

y mucho— <strong>la</strong> falta de ejercicio y el sobrepeso ayudan<br />

a que ello suceda.<br />

16 ANTIAGE<br />

INTRODUCCIÓN 17


Músculos<br />

Los músculos conforman alrededor del 45% del peso<br />

de una persona y, si no hay entrenamiento, con el<br />

paso de los años se reducen al 25%. A partir de los 30<br />

años, se pierde masa y fuerza muscu<strong>la</strong>r. El ejercicio físico<br />

regu<strong>la</strong>r ayuda a contrarrestar ese proceso.<br />

Tejido adiposo<br />

Muy especialmente después de <strong>la</strong> menopausia, se<br />

incrementa notablemente <strong>la</strong> proporción de grasa en el<br />

cuerpo de <strong>la</strong> mujer. Una creencia popu<strong>la</strong>r afirma que a<br />

partir de que se experimenta ese cambio, cada año suma<br />

un kilo. Sin embargo, no tiene porqué ser así: una<br />

dieta equilibrada y el ejercicio físico regu<strong>la</strong>r pueden<br />

hacer que se mantenga el peso adecuado.<br />

Sistema cardiovascu<strong>la</strong>r<br />

Después de los 25 años comienza a experimentarse<br />

un descenso de <strong>la</strong> capacidad del sistema cardiovascu<strong>la</strong>r<br />

<strong>para</strong> liberar sangre oxigenada por el organismo durante<br />

el ejercicio. De hecho, y <strong>para</strong> hab<strong>la</strong>r con cifras, se<br />

calcu<strong>la</strong> que <strong>la</strong> aptitud aeróbica decae entre un 5 y un<br />

10% entre los 25 y los 75 años, lo que se evidencia en<br />

una mayor tendencia a <strong>la</strong> fatiga ante el mismo esfuerzo<br />

realizado. Por otro <strong>la</strong>do, el corazón también <strong>la</strong>te a una<br />

velocidad menor y los vasos sanguíneos se afinan, pierden<br />

flexibilidad y pueden llegar a taponarse seriamente.<br />

La tensión arterial también suele aumentar con el paso<br />

de los años, dando lugar eventualmente a <strong>la</strong> hipertensión<br />

arterial, dolencia que puede hacerse crónica y que<br />

siempre debe estar bajo control médico. Por supuesto,<br />

todo ello y otros peligrosos signos de envejecimiento<br />

cardiovascu<strong>la</strong>r se acentúan en quienes fuman, llevan<br />

una vida sedentaria y tienen una alimentación inadecuada,<br />

fundamentalmente, rica en grasas saturadas, tales<br />

como <strong>la</strong> manteca, <strong>la</strong> crema y <strong>la</strong>s carnes grasas.<br />

Capacidad pulmonar<br />

La cantidad de aire que puede inha<strong>la</strong>rse (conocida<br />

como capacidad vital) comienza a mermar a partir de<br />

los 40 años. Los pulmones también van perdiendo e<strong>la</strong>sticidad<br />

y, al recibir el organismo menos oxígeno, se reduce<br />

<strong>la</strong> capacidad de rendimiento, tanto físico como<br />

mental. Si no se mantiene el entrenamiento adecuado,<br />

una persona de 70 años tendrá aproximadamente <strong>la</strong> mitad<br />

del rendimiento que un joven de 20.<br />

Sistema inmunológico<br />

Con el avance de los años el organismo produce cada<br />

vez menor cantidad de célu<strong>la</strong>s inmunológicas y el<br />

deterioro más pronunciado acaece después de los 60<br />

años, ya que el timo (principal glándu<strong>la</strong> del sistema inmunológico)<br />

se encoge hasta el punto de tornarse casi<br />

invisible. Es por esta razón que <strong>la</strong>s personas mayores resultan<br />

un b<strong>la</strong>nco fácil de <strong>la</strong>s enfermedades infecciosas<br />

18 ANTIAGE<br />

INTRODUCCIÓN 19


y tienen mayores problemas <strong>para</strong> recuperarse cuando<br />

<strong>la</strong>s contraen. Asimismo, a partir de esa etapa <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s<br />

cancerosas tienen más oportunidades de proliferar.<br />

Producción de hormonas<br />

La producción de estrógeno y progesterona de los<br />

ovarios comienza a ser menor a partir de aproximadamente<br />

los 35 años y ello hace que <strong>la</strong> fertilidad se vaya<br />

agotando de manera gradual hasta llegar a <strong>la</strong> menopausia<br />

(que puede tener lugar en un período sumamente<br />

amplio que va de los 40 a los 55 años) cuando cesan definitivamente<br />

<strong>la</strong>s menstruaciones. La menopausia puede<br />

durar varios meses o varios años y puede transcurrir<br />

casi sin huel<strong>la</strong> alguna o, por el contrario, generar sofocones,<br />

acaloramientos, insomnio y cuadros depresivos,<br />

entre otros problemas e inconvenientes.<br />

Colesterol<br />

El porcentaje de colesterol —una grasa que cuando<br />

existe en exceso se deposita en <strong>la</strong>s arterias— tiende a<br />

incrementarse con los años. El pico máximo suele darse<br />

después de los 60. Una dieta pobre en grasas saturadas<br />

y el ejercicio físico regu<strong>la</strong>r resultan buenas maneras<br />

de combatirlo.<br />

eficientemente empieza a disminuir a partir de los 20<br />

años, a razón de 100 calorías menos cada diez años.<br />

Es conveniente que una mujer medianamente activa de<br />

20 años consuma 2400 calorías, una de 30 ingiera<br />

2300 y así sucesivamente.<br />

Sexualidad<br />

La sexualidad es una función que (contrariamente<br />

a lo que se creía hasta hace re<strong>la</strong>tivamente poco tiempo)<br />

no tiene porqué disminuir con <strong>la</strong> edad, especialmente<br />

en el caso de <strong>la</strong>s mujeres. Si bien es cierto que<br />

se pueden experimentar ciertas molestias físicas después<br />

de <strong>la</strong> menopausia, tales como <strong>la</strong> sequedad vaginal,<br />

ese y otros problemas pueden desaparecer con una<br />

terapia de reemp<strong>la</strong>zo hormonal y también con otro tipo<br />

de tratamientos, en caso de que ésta esté contraindicada.<br />

¿Qué sucede con el deseo sexual una vez ocurrida<br />

<strong>la</strong> menopausia? No hay reg<strong>la</strong> fija al respecto. Efectivamente,<br />

tal como lo sostenía <strong>la</strong> vieja creencia, en algunos<br />

casos disminuye. Sin embargo, en otros se incrementa,<br />

lo cual parece deberse especialmente a que<br />

cede <strong>la</strong> presión psicológica del riesgo de embarazo.<br />

Metabolismo<br />

El número de calorías (contenido energético de los<br />

alimentos) que el cuerpo necesita <strong>para</strong> desempeñarse<br />

20 ANTIAGE<br />

INTRODUCCIÓN 21


A<br />

¿Hay posibilidad de revertir el proceso de envejecimiento<br />

que acabamos de describir? No y sí. No,<br />

porque nadie ha hal<strong>la</strong>do hasta el momento <strong>la</strong> fuente<br />

de <strong>la</strong> vida eterna y es inexorable el hecho de envejecer.<br />

Sí, porque hoy en día tenemos una enorme<br />

cantidad de herramientas que nos permiten retrasar el<br />

proceso de envejecimiento, vivir más tiempo y hacerlo<br />

con una mayor calidad de vida. Este libro apunta<br />

a explicar en qué consisten esas herramientas <strong>para</strong><br />

un segmento de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción en particu<strong>la</strong>r: <strong>la</strong> mujer.<br />

Efectivamente, si bien algunas de <strong>la</strong>s problemáticas<br />

y de los cuidados necesarios a partir de<br />

los 40 años son idénticos <strong>para</strong> ambos sexos (como<br />

<strong>la</strong> necesidad de mantener a raya y en una cifra saludable<br />

los niveles de colesterol en <strong>la</strong> sangre y <strong>la</strong><br />

presión arterial) lo cierto es que <strong>la</strong> mujer tiene una<br />

serie de cuestiones a cuidar y a resolver que son<br />

patrimonio exclusivo —o, casi— de su sexo, tales<br />

como <strong>la</strong> mayor propensión a <strong>la</strong> osteoporosis en lo<br />

que hace a salud, a <strong>la</strong> celulitis en lo que refiere a<br />

belleza y a <strong>la</strong> depresión en lo referente a bienestar<br />

y salud emocional. A el<strong>la</strong> está dirigido este libro.<br />

I. CUIDANDO LA SALUD<br />

22 ANTIAGE


w<br />

CAPÍTULO<br />

1<br />

La menopausia


w<br />

LA menopausia es uno de los momentos más críticos<br />

—si no el más— en <strong>la</strong> vida de una mujer. Se conoce<br />

con ese nombre a <strong>la</strong> etapa en que no se ha producido<br />

<strong>la</strong> menstruación durante, por lo menos, un año y suele<br />

ocurrir, en <strong>la</strong> mayoría de los casos, entre los 45 y los<br />

50 años. Antes de esa etapa comienzan a aparecer<br />

ciertos signos que <strong>la</strong> anuncian, tal como algunas irregu<strong>la</strong>ridades<br />

en los ciclos menstruales, irregu<strong>la</strong>ridades<br />

que se originan en <strong>la</strong>s modificaciones hormonales, especialmente<br />

en el abrupto descenso de <strong>la</strong> producción<br />

de estrógenos, un tipo determinado de hormonas.<br />

Si bien a continuación detal<strong>la</strong>mos y explicamos los<br />

principales síntomas que caracterizan a esta etapa, es<br />

importante dejar en c<strong>la</strong>ro que no todas <strong>la</strong>s mujeres <strong>la</strong><br />

experimentan de <strong>la</strong> misma manera. Mientras algunas <strong>la</strong><br />

atraviesan prácticamente sin dolores ni molestias físicas,<br />

<strong>para</strong> otras implica casi un calvario.<br />

Al acercarse a <strong>la</strong> menopausia es primordial tener<br />

dos cosas en c<strong>la</strong>ro. La primera: que existen muchos métodos<br />

(algunos más científicos y otros más caseros) de<br />

LA MENOPAUSIA 27


minimizar <strong>la</strong>s molestias de esa etapa. Y segundo y principal:<br />

<strong>la</strong> menopausia no es más que un ciclo que se suma<br />

a <strong>la</strong> vida de <strong>la</strong> mujer y no es, de ninguna manera,<br />

sinónimo de vejez. Teniendo en cuenta que <strong>la</strong> expectativa<br />

de vida <strong>para</strong> el sexo femenino es de 75 años, es<br />

importante darse cuenta de que, cuando <strong>la</strong> menopausia<br />

se produce aún nos quedan años y décadas <strong>para</strong> ser<br />

productivas y felices. Eso sí: implementando ciertos<br />

cuidados y precauciones que no eran necesarios cuando<br />

teníamos 20 años.<br />

Una última ac<strong>la</strong>ración: hemos decidido colocar este<br />

capítulo ni bien comenzado el libro debido a que<br />

buena parte de los inconvenientes en materia de salud<br />

y belleza (o, si se prefiere, los nuevos desafíos a enfrentar)<br />

que se detal<strong>la</strong>rán en los capítulos siguientes están<br />

re<strong>la</strong>cionados con los cambios hormonales derivados de<br />

<strong>la</strong> menopausia. Efectivamente, es <strong>la</strong> merma de <strong>la</strong> producción<br />

de estrógenos lo que hace a <strong>la</strong> mujer posmenopáusica<br />

tan propensa a sufrir osteoporosis así como<br />

también a perder <strong>la</strong> lozanía de <strong>la</strong> piel, entre otras dificultades<br />

propias de <strong>la</strong> edad.<br />

¿Cómo reconocer su cercanía o su presencia?<br />

Cambios menstruales<br />

La menopausia implica el fin de <strong>la</strong> capacidad reproductiva<br />

y, por ende, <strong>la</strong> finalización de los períodos mens-<br />

truales. Sin embargo, ello no sucede de un día <strong>para</strong> el<br />

otro, sino de manera gradual y de forma distinta de<br />

acuerdo a <strong>la</strong> mujer. A veces <strong>la</strong>s menstruaciones se hacen<br />

más <strong>la</strong>rgas (durando, por ejemplo, 15 días), en otros casos<br />

el flujo menstrual se intensifica o, contrariamente, es<br />

menos abundante, etc. Como ya no se tiene <strong>la</strong> regu<strong>la</strong>ridad<br />

de antes es muy importante el control ginecológico<br />

<strong>para</strong> estar segura de que, efectivamente, se trata de síntomas<br />

perimenopáusicos y no de alguna patología, ya<br />

sea esta benigna o maligna.<br />

Sofocos<br />

Los sofocos u oleadas de calor son, quizá, el síntoma<br />

más conocido o con más “prensa” de <strong>la</strong> menopausia.<br />

Pero… ¿en qué consisten concretamente? Se los<br />

caracteriza como una potente sensación de calor a <strong>la</strong><br />

que eventualmente pueden sumarse palpitaciones y alteraciones<br />

en el movimiento.<br />

Sudoración nocturna<br />

Íntimamente vincu<strong>la</strong>do al trastorno anterior, se trata<br />

de una aceleración cardíaca que se produce en medio<br />

de <strong>la</strong> noche y que se acompaña de transpiración, a<br />

lo que generalmente le sobrevienen los escalofríos.<br />

Sequedad vaginal<br />

Síntoma originado en <strong>la</strong> disminución de ciertas hormonas<br />

(los estrógenos) que hace que <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones se-<br />

28 ANTIAGE<br />

LA MENOPAUSIA 29


xuales puedan resultar dolorosas debido a <strong>la</strong> falta de<br />

lubricación o que, fuera de el<strong>la</strong>s, se sienta ardor, picazón<br />

o dolor en <strong>la</strong> vagina y <strong>la</strong> vulva.<br />

Dolor en <strong>la</strong>s mamas<br />

No lo sufren todas <strong>la</strong>s mujeres y, de quienes lo padecen,<br />

algunas lo experimentan de forma muy leve y,<br />

otras, muy acentuado. Al igual que en el caso de los<br />

desórdenes menstruales que mencionábamos un poco<br />

más arriba, es imprescindible el control regu<strong>la</strong>r ginecológico<br />

<strong>para</strong> estar seguras de que se trata, simplemente,<br />

de una molestia originada por los cambios propios de <strong>la</strong><br />

menopausia y no de una patología (ya sea benigna o maligna)<br />

que requiere otro tipo de atención médica.<br />

Osteoporosis<br />

Otra dolencia íntimamente vincu<strong>la</strong>da a <strong>la</strong> notable<br />

merma de estrógenos que se produce en <strong>la</strong> menopausia.<br />

Se trata de <strong>la</strong> pérdida de masa ósea y <strong>para</strong> saber cuáles<br />

son los factores de riesgo y de qué forma se puede prevenir,<br />

remitimos a nuestras lectoras al capítulo 2.<br />

Problemas cardiovascu<strong>la</strong>res<br />

También re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong> disminución de estrógenos<br />

que cumplen una importante función preventiva al<br />

respecto, <strong>la</strong>s mujeres suelen padecer este tipo de problemas<br />

luego de su menopausia. Para conocer más a fondo<br />

el tema y <strong>la</strong>s medidas preventivas ver nuestro capítulo 5.<br />

Aumento de peso<br />

Con el paso del tiempo el organismo quema cada<br />

vez menos grasas y, por ende, necesita incorporar menos<br />

calorías. Por otro <strong>la</strong>do, los ya tan mencionados estrógenos<br />

son también los responsables de distribuir los<br />

depósitos grasos en el cuerpo de <strong>la</strong> mujer, con lo cual,<br />

con <strong>la</strong> llegada de <strong>la</strong> menopausia y <strong>la</strong> disminución de<br />

estas hormonas, <strong>la</strong> grasa tiende a acumu<strong>la</strong>rse en <strong>la</strong> cintura<br />

y el abdomen. Tranqui<strong>la</strong>: <strong>la</strong> solución <strong>para</strong> que esto<br />

no ocurra o lo haga de manera mínima se <strong>la</strong> ofrecemos<br />

en el capítulo 4.<br />

Problemas en el cabello y <strong>la</strong> piel<br />

La ya mencionada disminución de estrógenos también<br />

afecta <strong>la</strong> salud y belleza de nuestro cabello y<br />

nuestra piel que ya no se muestran tan lozanos y fuertes<br />

como en <strong>la</strong> <strong>juventud</strong>. Para el primero de los casos,<br />

remitimos a nuestras lectoras al capítulo 8. Para conservar<br />

<strong>la</strong> belleza de <strong>la</strong> piel, al capítulo 6.<br />

Depresión<br />

La depresión es uno de los problemas a los que deben<br />

enfrentarse algunas mujeres durante <strong>la</strong> menopausia.<br />

Para saber cómo hacerlo y también <strong>para</strong> tener una<br />

información más completa acerca de el<strong>la</strong>, remitimos a<br />

nuestras lectoras al capítulo 10.<br />

30 ANTIAGE<br />

LA MENOPAUSIA 31


Problemas de memoria<br />

Nuevamente, <strong>la</strong> ya mencionada disminución de estrógenos<br />

es <strong>la</strong> causa de este trastorno.<br />

Cómo sobrellevar<strong>la</strong><br />

Hoy en día, debido al avance de <strong>la</strong> ciencia y al conocimiento<br />

que se tiene acerca de este período, afortunadamente<br />

contamos con una enorme batería de herramientas<br />

<strong>para</strong> paliar cada uno de los síntomas que<br />

detal<strong>la</strong>mos, minimizar riesgos y cuidar tanto nuestra salud<br />

como nuestra belleza, en este etapa de <strong>la</strong> vida que<br />

no tiene porqué ser menos plena que <strong>la</strong>s anteriores. A<br />

continuación detal<strong>la</strong>mos cuáles son:<br />

• En principio reiteramos algo que ya hemos dicho<br />

en nuestros tópicos “Cambios menstruales” y<br />

“Dolor en <strong>la</strong>s mamas”: el control ginecológico es<br />

fundamental en esta etapa de <strong>la</strong> vida. En realidad,<br />

lo es en todo momento, pero en este período<br />

hay que ser especialmente consciente de su<br />

primordial e insustituible poder preventivo. Visite<br />

a su ginecólogo y respete el cronograma que él o<br />

el<strong>la</strong> le indiquen <strong>para</strong> hacerse periódicamente<br />

exámenes tales como Papanico<strong>la</strong>u, colposcopía y<br />

mamografía. Se trata de procedimientos simples<br />

e indoloros que permiten detectar el cáncer (los<br />

primeros de cuello de útero y el segundo de ma-<br />

ma) en etapas iniciales y, por lo tanto, amplían<br />

en mucho <strong>la</strong>s posibilidades ciertas de curación.<br />

• Actualmente existen <strong>la</strong>s TRH, o sea, <strong>la</strong>s terapias<br />

de reemp<strong>la</strong>zo hormonal. A lo <strong>la</strong>rgo de este capítulo<br />

mencionamos muchas veces el hecho de que <strong>la</strong><br />

menopausia supone un radical descenso en <strong>la</strong> producción<br />

de estrógenos y que, como esas hormonas<br />

cumplen una importante función protectora a muchos<br />

niveles, ello acarrea desde predisposición a<br />

<strong>la</strong> osteoporosis y a los problemas cardiovascu<strong>la</strong>res,<br />

hasta aumento de peso y sequedad vaginal.<br />

Ésos y todos los otros inconvenientes originados<br />

en <strong>la</strong> falta de hormonas tienen su solución en <strong>la</strong><br />

TRH que le restituye al organismo de manera artificial<br />

aquello que ya no es capaz de producir por<br />

sí mismo: ciertas hormonas. La TRH puede llevarse<br />

a cabo de diversas modalidades, que incluyen<br />

parches trasdérmicos (que se adhieren sobre<br />

<strong>la</strong> piel) y contienen una reserva de hormonas;<br />

comprimidos de administración oral; óvulos y cremas<br />

que se colocan en <strong>la</strong> vagina. Sin embargo, es<br />

importante saber que —aunque pareciera serlo—<br />

<strong>la</strong> TRH está lejos de ser una panacea. Las opiniones<br />

de los médicos al respecto están aún muy divididas,<br />

ya que no se está realmente seguro de<br />

que no tengan inocuidad sobre el tejido mamario.<br />

Para decirlo de manera cruda y c<strong>la</strong>ra: se cree que<br />

puede aumentar el riesgo de cáncer en un 5%.<br />

32 ANTIAGE<br />

LA MENOPAUSIA 33


Eso no significa, de ninguna manera, que toda<br />

mujer a <strong>la</strong> que se le aplique TRH desarrol<strong>la</strong>rá un<br />

tumor. Pero implica que es un factor de riesgo<br />

importante, especialmente <strong>para</strong> aquel<strong>la</strong>s mujeres<br />

que ya están en grupos de riesgo, independientemente<br />

de si se aplican o no hormonas. Por ello,<br />

es importante saber que <strong>la</strong> TRH no es <strong>para</strong> todas<br />

<strong>la</strong>s mujeres y que su aplicación debe ser una decisión<br />

tomada conjuntamente con el médico y<br />

por un tiempo limitado.<br />

• Los sudores nocturnos y los sofocos pueden minimizarse<br />

usando ropa de algodón, lino y otros tejidos<br />

naturales, y descartando aquel<strong>la</strong>s prendas<br />

con alto contenido de fibras sintéticas. También<br />

ayuda el permanecer y dormir en ambientes frescos,<br />

hidratarse lo suficiente (nunca ingerir menos<br />

de 2 litros de líquido por día) y preferir los alimentos<br />

frescos —frutas, verduras y lácteos descremados—<br />

en detrimento de <strong>la</strong>s comidas muy<br />

grasas y, sobre todo, picantes.<br />

• En re<strong>la</strong>ción con los problemas de memoria, <strong>la</strong><br />

única solución consiste en hacer trabajar a <strong>la</strong><br />

mente en <strong>la</strong> mayor medida posible. Memorice<br />

textos o poemas, juegue al ajedrez o a algún otro<br />

juego donde intervenga de manera potente el razonamiento<br />

o <strong>la</strong> memoria, o realice cualquier otra<br />

actividad que implique poner en juego su capacidad<br />

cerebral.<br />

• Para todos los otros inconvenientes, <strong>la</strong> remitimos<br />

—tal como lo explicitamos más arriba— a los correspondientes<br />

capítulos, donde nos exp<strong>la</strong>yamos<br />

acerca de cada problemática en particu<strong>la</strong>r.<br />

• La sequedad vaginal, especialmente antes de <strong>la</strong>s<br />

re<strong>la</strong>ciones sexuales, puede ser combatida con alguno<br />

de los gels estériles e hidrosolubles que se<br />

venden en <strong>la</strong>s farmacias. Fuera de ese momento<br />

ayuda a evitar <strong>la</strong> sequedad el no usar desodorantes<br />

íntimos o cualquier otro producto perfumado<br />

que pueda irritar <strong>la</strong> vagina (apósitos, papeles higiénicos,<br />

etc.) y prescindir de <strong>la</strong> ducha del bidet.<br />

34 ANTIAGE<br />

LA MENOPAUSIA 35


w<br />

CAPÍTULO<br />

2<br />

La osteoporosis


w<br />

PARA comprender qué es <strong>la</strong> osteoporosis, nada mejor que<br />

pensar lo que significa su nombre: huesos (osteo) porosos<br />

(porosis). Efectivamente, cuando esta enfermedad<br />

tiene lugar, los huesos comienzan a perder <strong>la</strong> densidad<br />

y firmeza que los caracterizaba, se tornan porosos, se<br />

debilitan y, como consecuencia de ello, se encuentran<br />

más expuestos a fracturas. Esta es <strong>la</strong> razón por <strong>la</strong> cual<br />

muchas señoras mayores sufren <strong>la</strong>s famosas fracturas de<br />

cadera. ¿Por qué se produce en edades avanzadas (muy<br />

especialmente después de <strong>la</strong> menopausia) y preferentemente<br />

entre el sexo femenino? Hay dos razones básicas:<br />

en principio, porque los huesos necesitan absorber ciertos<br />

minerales —especialmente calcio— y a partir de los<br />

35 años al cuerpo le cuesta más retener los minerales<br />

en el organismo. En segundo lugar, porque los estrógenos<br />

que se producen durante toda <strong>la</strong> vida fértil de <strong>la</strong> mujer<br />

ayudan a fijar el calcio y, una vez producida <strong>la</strong> menopausia,<br />

cae drásticamente <strong>la</strong> producción de esas<br />

hormonas y también <strong>la</strong> protección que otorgaban.<br />

LA OSTEOPOROSIS 39


Por fortuna, quienes vivimos en esta época contamos<br />

con <strong>la</strong> inapreciable ayuda de un método de diagnóstico<br />

por demás certero <strong>para</strong> saber si tenemos osteoporosis<br />

o estamos a punto de sufrir<strong>la</strong>: <strong>la</strong> densitometría<br />

ósea. Se trata de un examen sencillo y totalmente indoloro<br />

que permite medir <strong>la</strong> densidad de los huesos y, por<br />

lo tanto, detectar <strong>la</strong> osteoporosis. En general, los médicos<br />

no suelen indicarlo hasta después de que se produzca<br />

<strong>la</strong> menopausia. Sin embargo, es mucho lo que se<br />

puede hacer antes, durante y después de <strong>la</strong> menopausia<br />

<strong>para</strong> evitar <strong>la</strong> llegada de esta dolencia. A continuación,<br />

mencionamos y explicamos cuáles son los factores de<br />

riesgo de esta enfermedad y seña<strong>la</strong>mos toda una serie<br />

de sencil<strong>la</strong>s y efectivas medidas preventivas, de manera<br />

tal de poder llevar un estilo de vida antiosteoporosis.<br />

Carga genética<br />

Si su madre sufrió fracturas óseas luego de <strong>la</strong> menopausia<br />

ante impactos re<strong>la</strong>tivamente pequeños, le conviene<br />

estar alerta. Es posible que haya sufrido de osteoporosis<br />

y, como <strong>la</strong> carga genética o predisposición familiar<br />

cuenta en esta dolencia como en muchas otras, es posible<br />

que usted también <strong>la</strong> padezca.<br />

Dieta baja en calcio<br />

La carencia de calcio es <strong>la</strong> causa directa de <strong>la</strong> osteoporosis.<br />

En general, <strong>la</strong> mayoría de los casos se deben<br />

a que no se consumen suficientes alimentos ricos<br />

en este mineral, pero también se dan los casos de personas<br />

cuyo organismo tiene dificultad <strong>para</strong> asimi<strong>la</strong>rlo.<br />

Baja densidad ósea<br />

Factores de riesgo<br />

Menopausia precoz<br />

Cuanto antes se produzca <strong>la</strong> menopausia más riesgo<br />

existe de contraer osteoporosis, debido a que <strong>la</strong> ausencia<br />

de los estrógenos (y de su función protectora) es<br />

más prolongada. Se considera menopausia precoz o<br />

temprana a <strong>la</strong> que tiene lugar alrededor de los 40 años.<br />

En esos casos, <strong>la</strong> TRH (terapia de reemp<strong>la</strong>zo hormonal)<br />

suele ser <strong>la</strong> alternativa indicada, pero ésta debe ser<br />

siempre recomendada por un médico ginecólogo.<br />

Las mujeres delgadas y de contextura pequeña tienen<br />

una densidad ósea menor (los huesos son menos<br />

compactos) y eso <strong>la</strong>s hace más proclives a sufrir osteoporosis.<br />

Tabaquismo<br />

El cigarrillo, entre los múltiples males e inconvenientes<br />

que genera a quien lo consume, impide que los<br />

huesos se oxigenen bien, lo cual los debilita y los hace<br />

una presa más fácil de <strong>la</strong> enfermedad que nos ocupa<br />

en el presente capítulo.<br />

40 ANTIAGE<br />

LA OSTEOPOROSIS 41


Vida sedentaria<br />

El ejercicio ayuda a fijar el calcio en los huesos y,<br />

como lógica consecuencia, una vida sedentaria hace<br />

exactamente lo contrario.<br />

Consumo prolongado de corticoides<br />

La administración de ciertos medicamentos que<br />

contienen corticoides —tal como algunos <strong>para</strong> enfermedades<br />

crónicas como el asma o ciertos tipos de artritis—<br />

acelera el proceso de descalcificación. Si usted<br />

consume medicamentos por alguna dolencia crónica,<br />

consulte con su médico si contienen corticoides y, en<br />

caso de obtener respuesta afirmativa, consulte también<br />

con él cuál es <strong>la</strong> estrategia más conveniente a seguir.<br />

Problemas de tiroides<br />

Si su glándu<strong>la</strong> tiroides es hiperactiva o recibe altas<br />

dosis de tiroxina (una sustancia <strong>para</strong> estimu<strong>la</strong>r su actividad)<br />

existe probabilidad de que desarrolle osteoporosis.<br />

Al igual que en el caso anterior, se impone <strong>la</strong> consulta<br />

con el médico <strong>para</strong> determinar qué hacer en esos casos.<br />

Cómo prevenir <strong>la</strong> osteoporosis<br />

Tenga una dieta rica en calcio<br />

Si bien es importante tener una dieta rica en este<br />

mineral desde <strong>la</strong> infancia, debido a que <strong>la</strong> masa ósea<br />

se forma en esa etapa, lo cierto es que nunca es tarde<br />

<strong>para</strong> implementar medidas benéficas en <strong>la</strong> alimentación.<br />

Eso significa: ingerir diariamente alimentos ricos<br />

en calcio. ¿Cuáles son?<br />

• Los lácteos constituyen una de <strong>la</strong>s alternativas<br />

más conocidas: leche, queso y yogurt no deben<br />

faltar en <strong>la</strong> mesa de ninguna mujer que haya superado<br />

<strong>la</strong> cuarta década de vida; por supuesto,<br />

siempre es mejor que sean descremados.<br />

• Una alternativa desconocida <strong>para</strong> <strong>la</strong> mayor parte<br />

de <strong>la</strong>s personas son <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s de sésamo a <strong>la</strong>s<br />

que eventualmente se conoce con el nombre de<br />

“calcio vegetal” debido al alto contenido de este<br />

mineral que poseen. Pueden adquirirse en comercios<br />

dietéticos, donde también suele encontrarse<br />

el delicioso tahini, pasta de sésamo ciento<br />

por ciento natural e<strong>la</strong>borada con semil<strong>la</strong>s pe<strong>la</strong>das,<br />

tostadas y molidas.<br />

• Las sardinas con espinas (que, por supuesto, deberán<br />

masticarse muy bien o procesarse) también<br />

son una riquísima fuente de calcio.<br />

42 ANTIAGE<br />

LA OSTEOPOROSIS 43


w<br />

Realice actividad física<br />

Es una buena manera de aumentar <strong>la</strong> densidad<br />

ósea y de fortalecer los músculos, que le sirven de “colchón”<br />

y apoyo a los huesos. Están especialmente recomendados<br />

<strong>la</strong> gimnasia con pesas, <strong>la</strong> caminata rápida y<br />

el baile.<br />

Evalúe con su médico <strong>la</strong> posibilidad de una TRH<br />

Tal como lo mencionamos, <strong>la</strong> menopausia implica<br />

un pronunciado descenso hormonal que afecta <strong>la</strong> densidad<br />

ósea. Eso puede evitarse con una TRH (terapia<br />

de reemp<strong>la</strong>zo hormonal) pero como se trata de un método<br />

que no está exento de contraindicaciones, siempre<br />

deberá ser el médico el encargado de evaluar <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción<br />

costo-beneficio en cada caso en particu<strong>la</strong>r.<br />

CAPÍTULO<br />

3<br />

La artrosis<br />

44 ANTIAGE

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