NOVENO NÚMERO

R: Toqué este verano en fiestas de Burgos
y en el Sonorama. Fue como cumplir dos
sueños que tenía desde hacía mucho.
Más que nada porque sientes cierto reconocimiento
por parte de tu ciudad y por
parte de un festival de tu región que tiene
un prestigio brutal y eso es algo único.
No tanto por tener mucha o poca gente
escuchando, sino como un logro musical
personal de haber llegado hasta ahí con
mi música y mi esfuerzo.
Sé que el haber llegado a eso no me asegura
volver a hacerlo en un futuro, pero el
simple hecho de haber estado ya ahí, me
da mucha felicidad.
P: Te gustaría que tu música fuese
recordada como…
R: Verdadera, auténtica y genuina. No
quiero que la gente la vea como algo estético.
Pongo mucho cariño, esfuerzo y alma
en cada canción y me gustaría pensar que
hay personas que saben ver todo eso detrás
de ellas. Que aunque yo me vaya del
mundo, ese sentimiento siga recorriendo a
las personas que escuchen mis temas.
P: ¿Una canción tuya que recomendarías
escuchar especialmente? ¿Por
qué?
R: Recomendaría escuchar unas cuantas,
jeje. Pero quizás “Las Montañas de Ultramar”
es un tema muy completo en el que
confluyen música y letra muy potentes y
elaboradas.
Además tiene una parte de poema de la que
estoy muy orgulloso y creo que como primer
tema a escuchar con calma y dedicación,
puede conseguir brotar sensaciones en
aquella persona que lo haga.
P: ¿Cómo es un día cualquiera de tu
vida?
R: Como cualquier persona. Me levanto muy
pronto para trabajar en una oficina, como
mucha gente, y al salir dedico casi el resto
del tiempo a la música (ensayos, composición,
gestión de conciertos, diseño, redes
sociales, conciertos…) y siempre intento
sacar un rato para disfrutar de mi gente y
de mi mismo, dedicándome tiempo de valor
(leer, ver documentales, escuchar música, ir
a conciertos, viajar…)
P: ¿Proyecciones de futuro a nivel profesional
y profesional?
R: Un nuevo disco para 2020, más conciertos,
espero que algún festival y mucha
mucha música.