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Revista La Placeta de Lorca número 69 marzo 2020

En La Placeta de marzo vamos a mudar la tristeza, vamos a darle aire a los pesares. Vamos a vivir una Semana Santa distinta, no diferente, que esa ya la vivimos cada año. La de 2020 va a ser una Semana Santa en casa pero eso no significa que no podamos disfrutarla. Llevamos toda la vida diciendo que ser azul, blanco, morado, encarnado, negro o del Resucitado es un sentimiento, y no hay bicho que pueda con eso. En esta edición, también distinta para nosotros, Cleopatra y Santa Elena se han quedado en camerinos, estaban listas para saltar a la Carrera, pero como tantos otros personajes de los Desfiles, este año descansarán. Ricardo Martínez firma esta ilustración que es un homenaje a todos aquellos procesionistas que después de semanas de trabajo han visto como la situación sanitaria obligaba a suspender las procesiones. No pasa nada, ¡con más ganas cogeremos las de 2021! Aquí la tienes, La Placeta de marzo....venga, vamos a mudar la tristeza.

En La Placeta de marzo vamos a mudar la tristeza, vamos a darle aire a los pesares.
Vamos a vivir una Semana Santa distinta, no diferente, que esa ya la vivimos cada año. La de 2020 va a ser una Semana Santa en casa pero eso no significa que no podamos disfrutarla. Llevamos toda la vida diciendo que ser azul, blanco, morado, encarnado, negro o del Resucitado es un sentimiento, y no hay bicho que pueda con eso. En esta edición, también distinta para nosotros, Cleopatra y Santa Elena se han quedado en camerinos, estaban listas para saltar a la Carrera, pero como tantos otros personajes de los Desfiles, este año descansarán. Ricardo Martínez firma esta ilustración que es un homenaje a todos aquellos procesionistas que después de semanas de trabajo han visto como la situación sanitaria obligaba a suspender las procesiones. No pasa nada, ¡con más ganas cogeremos las de 2021! Aquí la tienes, La Placeta de marzo....venga, vamos a mudar la tristeza.

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Inmaculada Jiménez y Paco Montoya

disfrutando de charla y café en Madrid

independientemente de donde sea o vivas. Particularmente nunca

me planteé labrarme un futuro fuera de Lorca. Lo que sí quería conocer

era lo que había en el mundo. Después, la vida, los trenes y

las oportunidades han pasado y el destino se ha encargado de colocarnos,

o descolocarnos, según se mire, en una ciudad u otra.

Formo parte de una generación en la que hemos tenido más oportunidades

que nadie. Nuestros padres se han desvivido para que

podamos disfrutar de ese famoso estado del bienestar que tanto

sacrificio supuso. En mi caso lo he exprimido, pero siempre tremendamente

anclada a mi ciudad. Soy consciente de las carencias

de la distancia, pero a la vez, es eso lo que te hace valorar más cada

vuelta a casa. Y es increíble como ese sentimiento se transmite de

una forma orgánica. Una anécdota, a mis hijas, de 13 y 6 años y que

jamás han vivido en Lorca, les preguntaron hace poco en un viaje:

-"¿de dónde sois?"-

-"De Lorca, pero vivimos en Madrid"-, contestaron...

-Procedes de una familia de comerciantes ¿qué harías para recuperar

el comercio tradicional en la Ciudad del Sol?

-Es cierto que estamos inmersos en un cambio de hábitos de consumo

general que nos hace enfrentarnos al futuro con más incertidumbre

que nunca. Las tecnologías, que han sido capaces de

poner el mundo en la palma de nuestra mano, nos han avocado a

cambiar radicalmente la forma de consumir y, sobre todo, de tener

una amplia información instantánea de toda la oferta disponible

en el mercado. Esto es un hecho incuestionable y ante el que no

podemos vivir de espaldas, pero a la vez creo que esta aceleración

actual va a propiciar una oportunidad para el comercio tradicional.

Creo que en la diferencia estará la virtud. Venimos de un modelo

de guerra de precios sin más que está agotado, pero sobre todo, en

el que las nuevas generaciones no quieren participar. Cada vez querremos

consumir con más sentido, en comercios con valores reales,

productos que representen algo más que el producto en sí, que

sean capaces de emocionarnos y justifiquen una inversión o capricho.

Yo creo que tenemos una gran oportunidad por delante, armar

de valor todo lo que hacemos o consumimos es un reto apasionante,

pero indudablemente el apoyo institucional es imprescindible.

Tener una ciudad amigable con el comercio, que sea

fácilmente transitable, que apoye diferentes iniciativas que incentiven

no solo la compra en sí sino el ánimo del consumidor, es fundamental

y contagioso.

-¿Por qué eres tan feliz, cuando vuelves a la Virgen de las Huertas?

-¡La Virgen de las Huertas es mi vida! Las misas de domingo en el

convento, los juegos de cocinitas en el huerto, mi giradiscos y los vinilos

de Mecano. El armario divino de mi hermana, la cocina que

sabe a gloria de mi madre, el sabio sillón de mi padre y las mejores

risas de hermanos. Esa piscina que nos da la vida los largos veranos,

la bodega en la que tantas largas sobremesas hemos pasado, mi vestido

de novia colgado en la misma habitación en la que despedí a mi

amor…. La Virgen de las Huertas es todo y aunque a veces los recuerdos

nos cuesten siempre, merece la pena.

-Gracias Inma por emocionarme como siempre y por haberme

abierto la puerta de tu corazón....#TeQuieroLorca #VivaLaVida.

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