Revista Llave

SOCIEDAD 15
A partir de abril y durante los siguientes
cinco meses, la franja costera veracruzana
recibirá a los reptiles para que depositen sus
huevos sobre la arena, después partirán a
mar abierto sin siquiera tener la oportunidad
de conocer a sus crías, refirió el funcionario.
“Las tortugas tiene muchas crías, las
liberan, prácticamente no hay cuidado pa−
rental. Estamos hablando de que una tor−
tuga puede poner de 100 a 120 huevos y
puede poner más de una anidada, es decir,
aproximadamente una tortuga pone en un
año de 400 a 500 huevos en una temporada
y de esos bien poquitos logran llegar a la
adultez”, agregó.
Precisó que de julio a noviembre (aun−
que veces hasta diciembre) se lleva a cabo
el proceso de eclosión de cada uno de los
huevos que dejó la hembra. A las tortuguitas
les corresponde romper el cascarón, emer−
ger y buscar el mar.
Una de las teorías científicas apunta a
que, para llegar al océano, las tortugas se
orientan por las referencias magnéticas que
varían en la superficie de la Tierra. Otro de
los argumentos apuesta a que los ejemplares
se ubican por la posición de las estrellas.
Desde que la tortuga madre deposita
los huevos en los nidos, deberán pasar, en
promedio, de 50 a 56 días para la eclosión,
aunque esto depende mucho de la tempe−
ratura ambiental, la cual también defini−
rá el sexo de cada una de las crías, refirió
González Baca.
El especialista comentó que a partir de
ese momento comienza un largo camino
de supervivencia para las tortugas, porque
solo una de cada mil crías llegará a adulta.
“Por la cantidad que deposita una hem−
bra, estadísticamente muchas se quedan en
el camino y son parte de cadena atrófica”.
En el camino, los quelonios se pueden
encontrar con cangrejos, moscas y escara−
bajos que acostumbran depredar los nidos.
Mapaches, perros, zopilotes, gaviotas, peces
y tiburones son otros de los animales que
están al acecho de las crías.
“Por eso es importante este tipo de acti−
vidades de preservación, que nosotros como
Parque Nacional y la comunidad en general
llevamos a cabo; también hay comunidades
que se dedican a la conservación de la tortu−
ga, instituciones académicas, asociaciones
civiles, es decir, hay una gran cantidad de
gente dedicada preservar estas especies
que no es tan fácil que lleguen a adultas”,
narró el encargado del PNSAV.
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