NUMERO 1

Introdución
Las aves rapaces necrófagas o más comúnmente
conocidas como aves carroñeras, han despertado
desde siempre un sentimiento negativo, y en los
últimos años, su gestión ha conllevado una gran
polémica, con grandes bandazos en la política de
conservación de estas aves tan necesarias por la
limpieza que efectúan de cadáveres en los campos
de la península.
En los últimos años se han visto afectadas por la
prohibición de dejar animales muertos en los campos,
dentro del protocolo de actuación contra la
encelafopatía espongiforme, o más comúnmente
llamada mal de las vacas locas. España al asumir la
normativa europea, se vio obligada a cerrar cientos
de muladares en todo el país. Dicha normativa
comunitaria fue dictada pensando mas bien en los
países del centro y del norte de Europa, donde hace
decenios que han desaparecido las aves necrófagas,
y no en países mediterráneos, en los que las aves
carroñeras desempeñan con eficacia y a coste cero
una labor de limpieza de cadáveres en el campo,
impidiendo la propagación de la enfermedad.
En noviembre de 2011 se levantó tras diez años de
veto, la prohibición, y España vuelve a permitir que
los animales que mueran en el monte y que hayan
pasado los registros sanitarios correspondientes
sean alimento para las especies carroñeras.
La excesiva red de muladares que existen en la actualidad,
y que no son gestionados de forma global,
la superpoblación de algunas zonas, favorecida
precisamente por aportes excesivos de comida en
ciertos muladares, la persistencia por desgracia
en los tiempos actuales de practicas ilegales como
los cebos envenenados, son los problemas que se
enfrentan las aves carroñeras de España. Junto a
estos también hay que destacar la proliferación de
parques eólicos, las zonas de escalada deportiva
que ocasionan molestias en época de cría y los tendidos
eléctricos.
La peculiaridad de su dieta las convierte en especies
indispensables para completar la cadena trófica en
el ecosistema mediterráneo. Son los encargados de
limpiar el campo de cadáveres, eliminando así cualquier
foco de infección
Existen otras rapaces como el milano real, el ratonero
o el águila real que son carroñeras ocasionales,
pero no están tan especializadas en el consumo de
cadáveres
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