Central 88

EDITORIAL
Hoy es 23 de junio, 16:11 hs, estoy sentado frente a la computadora con la responsabilidad y
obligación de entregar un texto para la editorial de la edición #88 de Revista CENTRAL y la verdad
que se hace muy difícil, pues me siento en la obligación de entregar un material con una mirada
optimista de la situación excepcional que está atravesando el país y particularmente Mar del
Plata.
Por un lado los números epidemiológicos que exhibe la ciudad son muy buenos -más aún
teniendo presente que somos alrededor de 800.000 habitantes y, a pesar de nuestros problemas de
pobreza y!desocupación!estructurales- pero por razones que escapan a mi entendimiento la ciudad
todavía tiene actividades prohibidas como la gastronomía o el surf.
A nivel gubernamental nacional y provincial gana consenso la idea de que la cuarentena se va a
extender hasta septiembre, lo cual empieza a generar un temor en la industria turística y
actividades vinculadas, pues la ciudad ya perdió varios !nes de semana largo, las vacaciones de
invierno y la extensión de la cuarentena pone un manto de sombra sobre la aún lejana temporada
de verano.
No quiero explayarme sobre las consecuencias económicas y humanas que debería enfrentar la
ciudad si no tuviese una Temporada de Verano por lo menos 5 o 6 puntos, pues este es solo un
texto editorial y no una película de terror.
Y para colmo, anoche un joven cordobés movido por sus hormonas in"igió un montón de leyes
para venir a visitar a su novia y lo hizo contagiado de covid19.
Claramente los retenes en los accesos a la ciudad son nuestra mejor vacuna (algunas cifras:
desde la imposición de la cuarentena más de 60.000 vehículos fueron controlados y más de 3.700
vehículos fueron !rechazados al momento de querer ingresar, por ello una felicitación para sus
responsables provinciales y municipales).
Pero el joven que vino desde Córdoba, recorrió 1.100 kilómetros y me pregunto ¿cuántos retenes,
controles, etc. tuvo que pasar? A la luz queda que nadie hizo correctamente su trabajo en las otras
jurisdicciones.
No podemos seguir viviendo contando los días, para ver cuándo llegamos a los 21 necesarios para
pasar a la fase 5, especulando para ver si el cordobés será tomado como un caso autóctono o no,
qué pasaría con sus eventuales contagios, etc. No es esta la forma de vivir esta cuarentena.
Luego de 100 días, deberíamos como ciudad empezar a trabajar en conjunto en planes, propuestas
y proyectos para poner en movimiento económico a Mar del Plata.
A lo mejor esta Pandemia y su cuarentena podrían ser vistas no como un desafío a enfrentar
sino como una oportunidad para que, de una vez por todas, los marplatenses iniciemos un
camino de coincidencias, objetivos y trabajo mancomunado para que esta sea la Ciudad Feliz,
modelo a seguir en todo el país.
Tenemos las condiciones, tenemos la gente, tenemos las ganas.
Que Dios los bendiga
Martín Sala
@MartinSalamdp
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