Oh! Magazine - 11-07-2020

juntos. Tengo que admitir que llamo a la
casa varias veces al día, solo a preguntar
por ella o entrar al sistema de cámaras
a ver si tengo la suerte de que cruce y
verla. Tenemos muy buena química, ella
me hace maldades y yo a ella. Entre los
dos, ponemos loca a su madre (risas)”,
comenta ilusionado.
Ya hacen dos años de la llegada de la
“alegría” a su hogar, y sí que Arnaldo la
consiente.
Ella ha logrado cambiar muchas cosas
en él, y asegura seguirá cambiando lo
que sea necesario para darle su mejor
versión. ¿Lo principal? Antonella
modificó su forma de ver la vida, actuar
y tomar decisiones, porque ya no solo
es por él, sino por ella. “Me ha dado un
nuevo impulso para salir de mi casa,
todos los días, a trabajar con más ganas
para que se sienta orgullosa de mi y ser
ejemplo para ella”, expresa.
Legado y hogar
Arnaldo asevera que no existe fórmula
mágica para balancear las diferentes vertientes
de la vida, pero, en su caso, Dios
lo bendijo con dos mujeres fenomenales
que comprenden su dinámica de laboral
y entienden que, en ocasiones, se trabaja
desde casa. “Mi esposa Melissa y mi
hija Antonella me ayudan a relajarme y
hacen que me olvide un poco de la carga
empresarial, inventándose cualquier
cosa para romper la rutina y así tenemos
tiempo de calidad en juntos”, nos
comenta.
Y, sobre el futuro de su hija en la empresa
familiar, reconoce que le haría muy
feliz que continúe el legado que crearon
sus abuelos. Pero, “en su momento,
ella deberá de tomar la decisión de qué
profesional quiera ser. Siempre contará
con mi apoyo”.
Fue imposible no preguntarle “¿Cómo
quiere que siempre lo recuerde?” A lo
que, con ternura excesiva, contestó quiere
ser recordado tal cual: “con el cariño y
las exigencias, con las risas y llanto. Que
sepa que tuvo un padre que la amó tal
cual ella es y que siempre, aunque sea de
lejos, la estará viendo y cuidando”.
11 de julio de 2020 Oh!
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