articulo_ARQ COACHING_arquitectura. Conversación_Miquel del Pozo

¿En qué momento fuiste mínimamente consciente de que además de pasarlo bien te podía dar un
resultado positivo desde el punto de vista comercial para tu trabajo como arquitecto y para el
estudio?
Para ser arquitecto es imprescindible tener un buen cliente, imprescindible para hacer buenos
proyectos. Y que te conocieran por algo como esto, ya era un ltro maravilloso hacia la posibilidad de
encontrarse con ese tipo de cliente.
Si viene un cliente porque hemos puesto un anuncio en el periódico, me puedo encontrar cualquier
cosa. Si viene porque ha leído que hablas de Miguel Ángel, hay muchas más posibilidades de que
nos entendamos.
Era una intuición inicial, pero por otra parte decía: a lo mejor ese cliente nunca llega. Pero que te
conozcan por esto…
Siempre es sano, te va a traer un tipo de cliente alineado contigo, con tus valores…
Sí. Yo explicaba cómo vivía el arte, y por lo tanto si alguien asociaba esa experiencia con su aventura,
hablando de Picasso o Van Gogh, seguro que nos íbamos a entender.
Aparte de lo bien que te lo has pasado, ¿qué otros resultados positivos ha generado todo esto,
tanto a ti como al estudio?
Ha sido provechoso en todos los sentidos.
A nivel personal ha sido extraordinario, por la satisfacción y por la gente que he conocido. Me ha
puesto en contacto con unas personas que por a nidades son interesantes, del mundo del arte, de la
cultura… He hecho amistades, he tenido la posibilidad de hablar con gente conocida, escritores… Me
he relacionado con un mundo maravilloso.
A nivel profesional exactamente lo mismo. Muchos de estos contactos se han hecho desde esta
a nidad, primero se ha establecido la relación personal que ha acabado convirtiéndose en un
encargo arquitectónico.
Hemos recibido encargos de seguidores (aunque no son exactamente seguidores). Han llegado
también porque del mundo de Twitter salté a dar clases presenciales, en Bibliotecas Públicas de
Cataluña, y desde hace cuatro años conferencias en el Museo del Prado. En estas conferencias,
muchas veces con los mismos alumnos se establece una relación personal y de ahí se genera un
encargo. Ese cliente nunca hubiera contactado con nosotros si no hubiera venido a la conferencia.
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