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Shofar virtual:
¿Se puede tocar por internet?
Por Rab. Ioni Shalom
Hace 2 años escribí para esta misma revista acerca de una
ley muy curiosa que aparece en uno de los compendios más
importantes de ley judía: el Shulján Aruj. Allí cita: “Aquel que
toca el Shofar desde dentro de un pozo o dentro de una
cueva, aquellos quienes están dentro del pozo o de la caverna
cumplen (con la Mitzvá del Shofar). Los que están fuera, si
escuchan la voz del Shofar, cumplen pero si escuchan el eco,
no cumplen. Lo mismo ocurre con quien toca dentro de un
barril grande o situaciones como esa” (Shulján Aruj 587:1).
La ley es clara: para cumplir con la Mitzvá del Shofar se debe
poder escuchar directamente la voz que sale del cuerno,
su sonido original. Si lo que se escucha es su eco o una
amplificación, no se lo considera la voz del Shofar, por tanto
queda invalidada la Mitzvá. Dicho de otro modo, no se podría
escuchar el Shofar por micrófono y aún menos a través de una
reproducción de internet.
Pero lo que más me llama la atención es que hable de
situaciones no solo de cuevas o de pozos, sino de alguien
que está… ¡en un barril! ¿Por qué alguien estaría allí para
escuchar el Shofar?
Conocemos casos donde hay quienes deben albergarse en
los espacios más recónditos por todo tipo de persecuciones,
discriminaciones, bombardeos y peligros que acechan.
Escaparse por túneles o protegerse en refugios para salvar
vidas se ha vuelto una realidad común para quienes viven en
medio de conflictos bélicos. ¿Pero un barril?
Pareciera como si la ley judía fuera avanzando desde lo
más común a lo menos pensado. Dudo que la ley judía se
haya inspirado en la recordada serie de Chespirito, quien
interpretaba al Chavo del 8. Para quienes no vivimos en esa
situación, ¿cuál es el mensaje de la ley judía al día de hoy?
Y tal vez tenga que ver con la situación extrema y diferente
que nos toca vivir a todos por igual en distintas partes del
mundo. Hoy el planeta entero comparte una misma situación
que genera dolor, angustia y ansiedad: la pandemia nos ha
afectado de manera genérica y cada uno debe quedarse en su
casa para cuidarnos entre todos. Cada uno en donde le toque,
cada uno en su “barril”.
¿Pero entonces qué pasa con el Shofar si debemos quedarnos
en nuestras casas? Sin dudas es uno de los símbolos más
fuertes de Rosh Hashaná. Adultos y niños suelen esperar
ansiosamente ese momento especial. Hay algo en el Shofar que
estremece ¿También nos quitará el COVID esa experiencia?
¿Nos quedaremos sin Shofar este año?
Quiero compartir con ustedes dos posibles respuestas:
1) En los últimos años, en nuestra comunidad, cientos de niños han
aprendieron a tocar el Shofar. Desde los espacios educativos en
Juventud, Talmud Torá y Ofakim, hasta las hermosas experiencias
de los niños que se han acercado a lo largo de los últimos años a
tocar en Shofar en Hacoaj, hemos logrado que el Shofar no sea algo
lejano sino que cada uno pueda tocarlo. A aquellos que tengan Shofar
en sus casas, los invito a salir al balcón y tocar el Shofar para que
la mayor cantidad de gente pueda escuchar y sentirse reconfortada,
sabiendo que alguien más se preocupa porque todos podamos
reconectarnos con los sonidos de la Tekiá, el Shevarim y la Truá.
Para quienes no tengan, hemos puesto a disposición una iniciativa
para que puedan conseguir un Shofar de manera muy accesible y
rápida. El mundo nos obliga a pensar diferente y adaptarnos a una
nueva realidad.
2) En ese último sentido, la segunda respuesta viene justamente
del mundo de la propia ley judía. Los sabios a través de la historia
han entendido que la ley es dinámica. Justamente la raíz de la
palabra Halajá ,(הכלה) está relacionada con la palabra ,תכלל que
significa andar, moverse. La ley judía ha cambiado y se ha ido
modificando con el tiempo para poder adaptarse a la realidad en
la que se vive. En este sentido, uno de los grandes legisladores
de ley judía, Rab. Eliezer Yehuda Waldenberg (conocido también
como Tzitz Eliézer) trae un importante aporte para estos momentos.
Tzitz Eliézer ha dedicado gran parte de su estudio y enseñanza
a cuestiones de Halajá, medicina y ética. Ha escrito en relación a
fertilidad, aborto, transplante de órganos, eutanasia, cirugías de
cambio de sexo y muchos otros temas, siendo una referencia para
todo tipo de línea dentro del Judaísmo. Nacido en Ierushalaim en
1915, hijo de inmigrantes lituanos. En su pequeña sinagoga de la
calle Yafo, se congregaban especialmente médicos, asistentes
y nurses y allí contestaba preguntas acerca de la aplicación de la
ley judía para casos de enfermedades y situaciones especiales. En
relación al Shofar, Rab. Waldenberg recuerda la anterior ley citada
y recalca como explicamos la necesidad de escuchar la voz y no
una reproducción. No es posible cumplir con la Mitzvá a través de
un teléfono o medios similares. Sin embargo en su Responsa (Tzitz
Eliezer 8:11) sugiere que, tal como ocurre con la lectura de la Meguilá
(en la que debe escucharse la voz), en caso de encierro extremo
obligatorio, la obligación de escuchar el Shofar puede ser cumplida a
través de medios electrónicos תעשב פ"כע ריתהל שי ןכ לעו) .(קחדה Rab.
Waldenberg fue presidente del Tribunal Rabínico de Jerusalem, fue
designado para el Beit Din Hagadol y en 1976 recibió en Premio
Israel, otorgado a los mayores honores culturales del estado.
“Min hametzar karati iá” (Salmos 118:5), desde las profundidades
clamo a Dios. Desde pozos más profundos y dolorosos, desde
los barriles más estrechos e incómodos, el Shofar es sonido de la
esperanza. Es la depuración de nuestros dolores más intensos y del
compromiso con la vida para purgar aquello que no nos permite hacer
de nuestra vida, una vida mejor. Es el recuerdo de que como pueblo
judío, siempre haremos todo para mantener la esperanza que es
propia de nuestra tradición y que el Shofar será eternamente una voz
que va más allá de las palabras, los apremios y los impedimentos.
Que este nuevo año, podamos reproducir la voz del Shofar a través
de las acciones de nuestras manos y el palpitar conjunto de nuestros
corazones. Que podamos crear del mundo, un lugar más sano, más
dulce, libre de violencia y con más amor.
¡Sale y vale!
Shaná Tová y Gmar Jatimá Tová!
VIDEO
shofar