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El Cocodrilo (Mako, hijo de Set, o Sebek)
Esta misma doctrina de máxima inocencia que se revela en una fertilidad
máxima la encontramos en el Antiguo Egipto en el simbolismo del
dios Cocodrilo Sebek. La tradición dice que el cocodrilo carecía de órganos
reproductores (compárese con lo que anteriormente se dijo sobre el
buitre Mat). A causa de esto, no a pesar de ello, era el símbolo de la mayor
energía creativa. (Freud, como veremos más adelante, explica esta aparente
antítesis*.)
Una vez más invocamos al reino animal para que cumpla la función de
padre del redentor. A orillas del Eufrates, se adoraba a Oannes, o Dagón,
el dios pez. El pez en cuanto símbolo de paternidad, maternidad y perpetuación
de la vida en general se repite una y otra vez. La letra N (Nun, N,
significa Pez en hebreo) es uno de los jeroglíficos originales que representan
esta idea, debido, según parece, a las reacciones mentales provocadas
por la constante repetición de esta letras. Así pues, hay un buen número
de dioses, diosas y héroes epónimos cuyas leyes están en función de la letra
N. (Respecto a esta letra, véase Atu XIII.) Está relacionada con el Norte y,
así pues, con los cielos estrellados que circundan a la Estrella Polar; también
lo está con el viento Norte, y tiene que ver con los signos de Agua. De
aquí que la letra N aparezca en los relatos del Diluvio y de los dioses-pez.
En la mitología hebrea el héroe correspondiente es Noé. Adviértase también
que el símbolo del Pez ha sido escogido para representar al Redentor
o Falo, el dios en virtud de quien el hombre pasa a través de las aguas de la
muerte. El nombre común que hoy se da en el sur y en otras partes de Italia
a este dios es Il pesce. Asimismo, su consorte femenina, Kteis, está representada
por la Vesica Piscis, la vejiga del pez, y esta imagen aparece repetidamente
en muchas vidrieras de iglesias y en el anillo episcopal 1 .
En la mitología del Yucatán se trataba de los «antiguos cubiertos de
plumas que surgieron del maro. Hay quien ha visto en esta tradición una
referencia al hecho de que el hombre es un animal marino; nuestro aparato
respiratorio aún posee branquias atrofiadas.
Hoor-Pa-Kraat 1
Llegados a una teogonia altamente sofisticada, aparece un símbolo totalmente
claro y concreto de esta doctrina. Harpócrates es el Dios del Silencio,
y este silencio tiene un significado muy especial (véase ensayo anexo,
Apéndice). Lo primero es Kether, el Ser puro ideado como un aspecto
de la pura Nada. En su manifestación, él no es Uno, sino Dos; sólo es Uno
porque es 0. Existe; Eheieh, su nombre divino, que significa «Yo Soy» o
«Yo Seré», es simplemente otra forma de decir que él No Es; porque el
Uno no lleva a ninguna parte, que es de donde vino. Así que la única manifestación
posible está en el Dos, y esa manifestación tiene que llevarse a
cabo en silencio, pues el núero 3, el número de Binah —Entendimiento—
aún no ha sido formulado. Con otras palabras, no hay Madre. Todo lo que
tenemos es el impulso de esta manifestación, y ella debe tener lugar en silencio.
Es decir, hasta ahora no tenemos más que el impulso, que está sin
formular; sólo cuando es interpretado se convierte en el Verbo, el Logos
(véase Atu I).
Examinemos ahora la forma tradicional de Harpócrates. Es un niño, es
decir, inocente, y todavía no ha llegado a la pubertad; como forma más
sencilla de Parsifal aparece representado de color rosicler. Es el amanecer
—el anuncio de la luz a punto de llegar, pero de ningún modo esa luz—;
tiene un mechón de pelo negro que se ensortija alrededor de su oreja, y eso
representa la influencia del Altísimo que desciende sobre el Brahmarandra
Chakra. El oído es el vehículo de Akasa, Espíritu. Este es el único símbolo
significativo, es el único signo de que él no es solamente el niño calvo,
pues es el único color que hay en la burbuja rosicler. Pero, por otro lado,
su dedo pulgar o está delante de su labio inferior o dentro de su boca;
¿dónde?, no lo sabemos. Sobre este punto hay dos escuelas de pensamiento
en desacuerdo; si empuja hacia arriba su labio inferior, enfatiza el silencio
en cuanto silencio; si su pulgar está dentro de su boca, recalca la doctrina
de Eheieh: «Yo Seré». Pero, en el fondo, estas dos doctrinas son idénticas.
1 El Loco, evidentemente, también es un aspecto de Pan; pero esta idea está representada
en su expresión más plena por el Atu XV, cuya letra es la semivocal A'ain, emparentada con
Aleph.
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