Hermandad La Merced - Revista La Reseña 2018
Organo informativo oficial anual de la Hermandad de Jesús Nazareno de La Merced de La Antigua Guatemala.
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LA MERCED, LA ANTIGUA GUATEMALA 2018 • 18 EDICIÓN
2
Editorial
Floridalma Carrillo de Gaytán
Cuaresma tiempo para redescubrir
el camino de la caridad
Fray Eduardo Pérez Simancas
Párroco de San Sebastián, La Merced.
Porque todos tenemos una
historia que contar…
Manuel Antonio Estrada Ortiz
Presidente
La Orden de La Merced
Fr. Antonio López Martín
Mercedario
Me vio a los ojos
Jesús de la merced
Danny Gamboa
El Peregrino
William Gabriel Castellanos Mayén
Aquí estoy mi Jesús, aquí me
tienes…
Walter Enrique Gutiérrez Molina
Los retratos de Jesús Nazareno
de la Merced de La Antigua
Guatemala
Fernando Urquizú
El Último Turno de
Viernes Santo
Erick Reyes Andrade
La marcha fúnebre titulada “En
memoria a ti”
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Indice
Fotografía de Portada: NELO MIJANGOS
Diseño y Diagramación: CESAR HERNANDEZ
Impreso en: LA COPIA FIEL LITOGRAFIA®
Permitida la reproducción parcial o total citando la
fuente. Derechos Reservados 2018 ®
Hermandad de Jesús Nazareno de La Merced
de La Antigua Guatemala
Cuaresma y Semana Santa - Año del Señor 2018
Fotografía: J. Francisco Pelén
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Editorial
Floridalma Carrillo de Gaytán
El tañer de los bronces mercedarios de La Antigua
Guatemala, nos convocan a vivir nuevamente, el
misterio de la pasión, muerte y gloriosa
resurrección de nuestro Señor Jesucristo, en esta
antañona y mística ciudad. Los sentidos se
sumergen entre el ritual aroma de incienso, corozo y
pino; mientras en nuestra mente, se adivina una mirada
penetrante, que al mismo tiempo se torna compasiva;
se dibujan unos labios entreabiertos que más que
cansancio, expresan ternura y misericordia. Y aferradas
al madero de la cruz, unas manos morenas, signo de
nuestra redención… ¡Es la imagen de JESÚS
NAZARENO, el NAZARENO DE LOS ANTIGÜEÑOS!, cuya
imagen rememora la entrega y el sacrificio del Hijo de
Dios en aras de la salvación de la humanidad.
Confesamos el privilegio que tenemos de haber nacido
en esta tierra bendita y ser herederos de la devoción,
que nuestro JESÚS NAZARENO inspira a su pueblo,
legado ancestral que se transporta en el tiempo, hacia
el presente de las nuevas generaciones. Cómo se
conmueve el alma, cuando vemos el peregrinar de
nuestros hermanos: la mujer morena enfundada en la
policromía de un güipil, rogando por un mañana más
justo; o el trabajador que ofrece su jornada para llevar
el sustento familiar; o el profesional que pide fortaleza
para ser honesto y probo; escuchamos también la
oración paterna y materna que imploran la luz para
guiar a sus hijos. No falta el niño y el joven que ofrendan
su alegría e ilusión… y como visión etérea, llegan los
venerables abuelos que agradecen la sabiduría que
regalan los años.
Dentro de este contexto, agradecemos a Dios, toda esa
demostración de fe que se enriquece con la
“Ser mercedario,
es liberar al mundo con
ternura y misericordia”
tradición antigüeña, en que se
conjugan los talentos de artistas y
artesanos que vierten su corazón a
través de su genio creador. Todo se
materializa entre aromas, formas,
colores y notas musicales.
Evocamos entonces a nuestros
mayores, que nos hicieron
depositarios del tesoro de nuestras
creencias; más de alguno sonreirá
desde la dimensión eterna y otros aún
recorren los cortejos procesionales de
Domingo de Ramos y Viernes Santo,
mientras las venerables abuelas
elevan sus oraciones, aprisionando
entre sus manos el Santo Rosario. En
esta evocación descubrimos a JESÚS
NAZARENO como la fuente primigenia
de las vivencias de fe, en el seno de la
familia antigüeña, que van
enraizándose de generación en
generación. Es así como el joven
padre de familia no puede esconder el
orgullo de integrarse a las filas, con su
pequeño hijo en brazos, mientras
mamá extasiada, contempla aquel
capullo morado con destellos blancos,
que cuida con sus amorosas manos.
Fotografía: Francisco Pelén
Sabemos que JESÚS, ha tenido
predilección por los niños, porque
poseen las características idóneas
para gozar del reino de su PADRE, y
aunque ellos son aspirantes para
llevarle en hombros, no lo son para
ganar su amor… ¡Ya lo tienen
ganado!
Dentro de la legión de hermanos
que profesan su devoción por el
NAZARENO DE LOS ANTIGÜEÑOS,
llegan con su frescura y vigor,
aquellos jóvenes que dentro de
este mundo materialista, desafían
tantos antivalores que azotan hoy
a nuestra sociedad, para compartir
con Él, el peso del madero y el
sufrimiento de su madre María…
Así lo hizo un joven mercader
llamado Pedro Nolasco, nacido en
un pueblo cercano a Barcelona.
Sentía día tras día, una llamada
especial de Dios. Veía las miserias
e injusticias que ocurrían en el
mundo en el que vivía. Un día,
agotado de mirar hacia otro lado
ante una realidad que no podía
tolerar, se interrogó si estaba
haciendo todo lo que estaba en su
mano o, por el contrario, no estaba
siendo fiel a lo que su corazón le
exponía a gritos. Así brotó el
carisma mercedario, que se dedica
a luchar por la libertad de los
cristianos que habían abandonado
la religión y, sobre todo, de
aquellos que, en situación de
esclavitud, estaban en peligro de perder su fe. “Y, a
su lado, la Virgen María, por la que Nolasco sentía un
profundo amor. Sería Ella quien, en la madrugada del
2 de agosto de 1218, se le apareciese rodeada de
ángeles y de santos para dejarle un mensaje: «En
voluntad de mi Santísimo Hijo y Mía, funda en el
mundo una Orden que, en mi honor, deberá llamarse
Orden de la Virgen de la Merced de la Redención de
Cautivos”.
Es de gran bendición para la Hermandad de las
Consagradas Imágenes de Jesús Nazareno y María
Santísima de Dolores, vivir este año del Jubileo de la
Orden de la Merced, que gracias a Dios, arriba a sus
800 años de Fundación y tener al mismo tiempo, el
privilegio de compartir el Carisma Mercedario.
JESÚS NAZARENO:
Te rogamos que bendigas a nuestros guías espirituales de
la Orden de la Merced, para que sigan difundiendo tu
palabra y fortaleciendo el espíritu de San Pedro Nolasco,
que nos llama a “Ser redentores de nuevos cautivos”
(Himno del Jubileo), porque… “Ser mercedario, es liberar al
mundo con ternura y misericordia”.
También te damos gracias por esos hombres y mujeres que
integran la Hermandad Mercedaria, bendice a sus familias
que muchas veces se ven privadas del padre, de la madre o
del hijo, porque están trabajando para ti. Bendice a los
hermanos y hermanas cargadores, así como a los
colaboradores que con su esfuerzo, contribuyen a
mantener vivas nuestras tradiciones de Cuaresma y
Semana Santa.
¡Amén!
5
Cuaresma
tiempo para redescubrir
el camino de la caridad
Fray Eduardo Pérez Simancas
Párroco de San Sebastián, La Merced, Antigua Guatemala
En las cosas necesarias, la unidad;
en las dudosas, la libertad;
y en todas, la caridad. San Agustín
Por tanto, el que está en Cristo
es como una nueva creación,
Fotografía: www.semanariofides.com
Pasó lo viejo y todo es nuevo.
“Cuando uno tiene a Dios en el corazón, se renueva todo por
dentro, está abierto a todo cambio y va dejando a un lado
todo lo que le quita la vida, todo lo que es mediocridad,
todo lo que le encierra en sí mismo y se vuelve en Amor a los
demás. “
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
El Evangelio nos da la ley de la caridad, muy bien definida por
las palabras y ejemplos constantes de Cristo, el buen
Samaritano. Él nos pide que amemos a Dios y a todos nuestros
hermanos, sobre todo los más necesitados. La caridad, en
verdad, nos purifica de nuestro egoísmo; derriba las murallas
de nuestro aislamiento; abre los ojos y hace descubrir al
prójimo que está a nuestro lado, al que está lejos y a toda la
humanidad. La caridad es exigente pero confortadora, porque
es el cumplimento de nuestra vocación cristiana fundamental y
nos hace participar en el Amor del Señor.
Nuestra época, como todas, es la de la caridad. Ciertamente,
las ocasiones para vivir esta caridad no faltan.
6
Cada día, los medios de
comunicación social embargan
nuestros ojos y nuestro corazón,
haciéndonos comprender las
llamadas angustiosas y urgentes
de millones de hermanos
nuestros menos afortunados,
perjudicados por algún desastre,
natural o de origen humano; son
hermanos que están
hambrientos, heridos en su
cuerpo o en su espíritu,
enfermos, desposeídos,
refugiados, marginados,
desprovistos de toda ayuda; ellos
levantan los brazos hacia
nosotros, cristianos, que
queremos vivir el Evangelio y el
grande y único mandamiento del
Amor.
Informados lo estamos. Pero,
¿nos sentimos implicados?
¿Cómo podemos, desde nuestro
periódico o nuestra pantalla de
televisión, ser espectadores fríos
y tranquilos, hacer juicios de valor
sobre los acontecimientos, sin ni
siquiera salir de nuestro
bienestar? ¿Podemos rechazar el
ser importunados, preocupados,
molestados, atropellados por
esos millones de seres humanos
que son también hermanos y
hermanas nuestros, criaturas de
Dios como nosotros y llamados a la vida eterna?
¿Cómo se puede permanecer impasible ante esos
niños de mirada desesperada y de cuerpo
esquelético?
¿Puede nuestra conciencia de cristianos
permanecer indiferente ante ese mundo de
sufrimiento? ¿Tiene algo que decirnos todavía la
parábola del buen Samaritano?
Al comienzo de la Cuaresma, tiempo de penitencia,
de reflexión y de generosidad, Cristo nos llama de
nuevo. La Iglesia, que quiere estar presente en el
mundo, y sobre todo en el mundo que sufre, cuenta
con vosotros. Los sacrificios que haréis, por
pequeños que sean, salvarán cuerpos y confortarán
espíritus, y la “civilización del Amor” no será ya una
palabra vacía.
La caridad no vacila, porque es la expresión de
nuestra fe. Que vuestras manos se abran pues
cordialmente para compartir con todos aquellos que
vendrán a ser por ello vuestro prójimo ‘‘.
‘‘Servíos unos a otros por la caridad” (Gal 5, 13).
Con este mensaje de san Juan Pablo II invitamos a
todos los hermanos y hermanas a que vivamos
juntos este tiempo de cuaresma, tiempo de
conversión, en la verdadera búsqueda del Dios de la
vida, que nos ha entregado a su propio Hijo como
nuestra Salvación. Que tengamos todos una santa y
bendecida cuaresma, y que este tiempo maravilloso
de conversión nos lleve a un verdadero encuentro
con Cristo Resucitado el centro de nuestra historia, y
que solo en él repose todo lo que somos.
Citamos en esta nota el Mensaje del Papa Juan Pablo II para la cuaresma de 1986. Un
mensaje realmente actual en nuestros días y al cual debemos de prestar mucha
atención.
Fotografía: www.citywonders.com
7
Porque todos tenemos una
historia
que contar…
MANUEL ANTONIO ESTRADA ORTIZ
Presidente
8
Es –casi- toda una vida
en la que he escuchado
innumerables historias
que cada uno cuenta y es, en
cada relato, donde se refleja
cada vivencia con Jesús
Nazareno de La Merced de La
Emérita y Benemérita Ciudad.
No sé, talvez será una historia
de regocijo espiritual, o
alguna que hable por sí sola
de la alegría por algún triunfo
obtenido… o quizás de un
momento triste o de aflicción;
la pérdida de algún ser
querido o la llegada de un
nuevo integrante de la
familia… la despedida sin
retorno de algún Socio de la
Hermandad o la Copa por el
triunfo obtenido por el Equipo
Antigua GFC ya en tres
oportunidades…
La presentación en el templo,
de algún niño en sus cuarenta
días de nacido; una bendición
de vientres.
Fotografía: Nelo Mijangos
Un joven confirmando o una graduación… Una
quienceañera, una pareja de novios en el día de
su aniversario o en el día de su boda…
Aquellas parejas que celebran su aniversario de
Matrimonio… aquellos momentos para
acercarnos y sentir el aroma fresco de cada
huerto de la cuaresma…
Nunca falta una imagen que refleje cada
momento vivído con el Nazareno de Los
Antigüeños.
O simplemente para decir buenos días, buenas
noches… dar gracias por un favor recibido o
sencillamente poner con fe, a los pies de Jesús
o de su Santísima Madre, alguna dolencia o
enfermedad… algún momento difícil que
atraviesa la familia o para pedir la bendición y
así conseguir un buen trabajo…
Fotografía: Marcela Molina
Todos los que nos hemos
acercado a la nave lateral del
Templo Mercedario hemos
llegado con la firme esperanza
de encontrar algo de paz para
nuestro abatido corazón y
consuelo como bálsamo de
amor para nuestra alma.
Y es que sabe, nunca falta
una celebración de una
familia antigüeña, sin que se
recuerde algo vivído en La
Merced… Si con Jesús, el
colocho… o la Virgen de
Dolores.
Yo tengo tantas… pero tantas
historias que contar: desde
adornar el VI Paso del
Viacrucis y la alfombra de
Viernes Santo que hacía mi
abuela Leonor frente a las
cinco puertas… o en
Navidad, la bisabuela Rosaura y la abuela
Soledad recibiendo a los Santos
Peregrinos… La presencia de mis Padres
en La Hermandad durante muchos años…
el amor de mi familia puesto de manifiesto
en cada grupo parroquial con su trabajo…
y mil cosas más…
En todos estos años vivídos junto a Jesús
Nazareno he escuchado innumerables
historias de angustia y de dolor; de
aflicción e incertidumbre; de pena y de
desesperación… pero también me ha
correspondido vivir momentos de euforia y
alegría; de agradecimiento y bendición;
de amor y de esperanza…
Es por eso que yo hoy le pregunto a Usted,
¿Qué es lo que hoy nos tiene
que contar?
¿Cuál es su Historia?
9
Fotografía: Roberto Masaya
10
La Orden de
La Merced
Fr. Antonio López Martín
Mercedario Q.E.P.D.
Pedro Nolasco, quince años de
haberse dedicado a la redención de
cautivos, juntamente con varios
compañeros y al ver que el número
de cautivos en vez de disminuir
crecía en forma desmesurada, por
inspiración divina, para poder
continuar la obra de Dios iniciada por
él. La noche del 1 de agosto de
1218, ocurrió la intervención de
María santísima en la vida de Pedro
Nolasco; una experiencia personal
mariana sorprendente que iluminó su
inteligencia y movió su voluntad, para
que convirtiera un grupo de laicos en
una Orden Religiosa que con la
aprobación de la Iglesia y protección
y amparo del Rey Aragón continuara
la obra de misericordia comenzada.
Intervienen en esta fundación de La
Orden de La Merced y el Obispo de
Barcelona, Don Berenguer de Palou;
su proyecto, inspirado por Dios y a
través de María, fundar una Orden
Religiosa Redentora, bajo el
Patrocinio de María Santísima.
El 10 de agosto de 1218 se
constituyó oficialmente la nueva
Orden Religiosa Redentora de
Cautivos. En la Ciudad de Barcelona,
el Obispo Berenguer de Palou, dio a
Pedro Nolasco y compañeros las
vestiduras blancas que llevarían
como propia de la Orden; les hizo
entrega de la Regla de San Agustín y
autorizó para que en el hábito de la
Orden figurara el signo de la Catedral
de la Santa Cruz. Luego Pedro
Nolasco y los primeros Mercedarios,
emitieron allí mismo, delante del
Obispo, la profesión religiosa.
Fotografía: www.catholicireland.net
De las Primeras Constituciones de la Orden de La
Merced en 1272, se destacan entre otros, tres
elementos que son muy importantes y que se
refieren a la fundación: el nombre, el Fundador, y
el fin de la Orden. El nombre definitivo es, Orden
de la Virgen María de la Merced, de la Redención
de Cautivos. Pedro Nolasco fue constituido como
Servidor, Mensajero y Fundador. Finalmente su
labor es la de visitar y librar a los cristianos que
están en cautividad y en poder de los sarracenos o
de otros enemigos de nuestra ley…
La Orden de La Merced nació como Orden
Religiosa redentora con carácter militar. Los títulos
de Maestre es para el Jerarca Supremo de la
Orden; que es el Padre General, con sede en
Roma; el de Comendador, el título de Prior es para
el Superior de Barcelona y el de Comendador para
el encargado de la encomienda o casa, que solo
usaban las Ordenes Militares.
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La organización de la Orden en el
primer siglo, era de la siguiente
forma: Pedro Nolasco desde 1218
hasta su muerte desempeñó el
cargo del Primer Maestre, como
autoridad suprema. En segundo
lugar estaban los Lugartenientes
que eran los que representaban al
Maestre con amplias facultades
para proceder en asuntos de la
Orden, con los Obispados en los que
se hallaba presente La Merced.
Después estaban los
Comendadores que hoy se llaman
Superiores locales y son los
encargados de administrar los
bienes y atender a los religiosos de
la Comunidad que se les ha
confiado.
A partir de 1240 ya existían los muy
importantes donados que emitían
los votos religiosos y pondríamos
compararlos a lo que hoy llamamos
Hermanos Cooperadores.
La confirmación Pontificia de la
Orden la efectuó el Papa Gregorio
Noveno, el 17 de enero de 1235, en
Perusa, con la bula Devotionis
Vestrae, incorporando así a la nueva
Orden a la Iglesia Universal.
El fin principal de la Orden de La
Merced, fue la redención de
cautivos y para poder realizar ese
ministerio, los frailes tenían que
hacer colectas de limosnas para la
redención. Todo religioso en fuerza
de su profesión, quedaba convertido
en autentico limosnero para dicha
actividad. Para tal efecto la orden,
muy pronto encontró un original
medio de promover la ayuda popular
a favor de los cautivos, recorrían
ciudades y pueblos predicando la
próxima redención y recogiendo
limosnas para las Iglesias. Cumplido
este cometido, a los cautivos se les
proporcionaba el vestido y viáticos
para el camino, y se les despedía
para que regresaran a su tierra con “gozo y alegría”.
Otro medio lo fue la colocación estratégica de alcancías
en las Iglesias. Pedro Nolasco también canalizó la
colaboración de los seglares en la recolección de
limosnas, utilizando personas sensibilizadas con el
problema del cautiverio que voluntarios o contratados,
estaban al servicio de la Orden.
Otros colaboradores para este ministerio lo fueron
cofrades seglares mercedarios que agrupados en la
Cofradía de la Limosna de los Cautivos, instituida
también por Pedro Nolasco, los cuales cooperaban con
los frailes en el Hospital Santa Eulalia y fueron medio
auxiliar eficiente en la colecta de la limosna para la
redención.
Los mercedarios pronunciaban cuatro votos: pobreza,
castidad, obediencia, y cuarto: " estar dispuestos a
entregarse como rehenes y dar la vida, si fuese
necesario, por el cautivo en peligro de perder su fe".
Muchos eran, por entonces, los cristianos que eran
capturados y vendidos como esclavos a los
musulmanes de África, lo que ocurrió hasta que
desapareció la piratería. Los mercedarios cumplieron
con la promesa hecha y en su historia constan,
perfectamente documentadas, 344 redenciones y más
de 80,000 redimidos. Se dedicaban a liberar cautivos
cristianos de manos de los sarracenos, llegando incluso
a dar la vida por ellos, ya que cuando faltaba el dinero
para liberarlos, ellos mismos se quedaban como parte
del pago corriendo el riesgo de ser torturados e incluso
asesinados si no se llegaba con el dinero del rescate.
Muchos corrieron esta suerte, entre ellos: San Serapio
(prisionero, torturado y asesinado), San Pedro Armengol
(prisionero y torturado, sobreviviente pero con graves
secuelas físicas), San Ramón Nonato (prisionero y
torturado, sobreviviente), etc.
Actualmente la Orden de La Merced tiene más de 160
casas y 9 Provincias. El ministerio principal es atender a
las personas que están privadas de libertad y a sus
familiares, tanto en el aspecto espiritual, como legal y
social, en aquellos lugares donde hay religiosos de La
Merced.
La Orden de La Merced en Guatemala
La presencia de la Orden de la Merced en Guatemala,
comienza con la presencia de Fray Bartolomé Olmedo, de
quien se dice que posiblemente fue el primer sacerdote
que pisó Guatemala por los años 1515. Los mercedarios
fundaron el primer convento en Santo Domingo alrededor
de 1514; en Panamá, en 1522; en León de Nicaragua, en
1528; en Santa Marta, Colombia en 1530. En América del
Sur y Guatemala, en 1536. Finalmente en México en
1592. En mayo de 1563 se creó la Provincia de Nuestra
Señora de la Presentación y si bien en esa fecha no era
todavía casas formadas, si estaba a punto de serlo las
encomiendas de Huehuetenango, San Pedro
Sacatepéquez y San Juan Ostuncalco en la sierra de
Guatemala.
La obra de los mercedarios fue ingente y no solo la
construcción del templo y convento tal como se puede
observar, en La Antigua como en la ciudad Capital.
La primera Iglesia fue el centro residencial y formativo que
estuvo vigente hasta el año de 1773, fecha en la cual la
Antigua fue trasladada a donde se encuentra hoy la Nueva
Guatemala de la Asunción, conocido el lugar como "Valle
de la Ermita"; con esto quiero indicar que el templo quedó
no solo en ruinas por el terremoto , sino totalmente
despojado de su ornamentación: Retablos, Imágenes,
Pinturas, Vasos Sagrados y objetos de culto fueron estas
dos iglesias en forma consecutiva en donde los religiosos
hicieron un gran apostolado atendiendo a las personas
que día a día y domingo a domingo asistieron a oír la
Santa Misa y a recibir los medios de santificación,
especialmente el Sacramento de la Confesión.
Además la Merced era el convento mayor de donde los
religiosos salían periódicamente a ejercer su apostolado.
Así sabemos que los mercedarios cristianizaron a los
indios lacandones que estaban ubicados en San Mateo
Ixtatán en el departamento de Huehuetenango, habiendo
sufrido muchas dificultades. También trabajamos
arduamente los mercedarios en la Cristianización de los
indios en Peten Itzá y en otros muchos lugares de
Guatemala y de Centroamérica.
La segunda venida de los mercedarios en Guatemala
En febrero de 1962 llegan los padres mercedarios José
María Fabián Rubio, Ignacio Zúñiga
Corres, y Fray Celso Leal Requejo,
con el objeto de fundar una casa en
Guatemala; después de haber
estado hospedados con los Padres
Franciscanos, posteriormente
residieron en la octava calle de la
zona nueve frente al Parque de la
Industria, el 10 de febrero de 1964 el
Señor Arzobispo Mariano Rosell y
Arellano les entregó la iglesia de
Belén, a la que incorporó el Padre
Antonio López Martín, como capellán
el 5 de Julio de 1964. El 16 de junio
de 1,966, los Padres Franciscanos
Gargallo y Ángel Tello Lecina pasan a
formar la segunda comunidad
mercedaria a Quetzaltenango.
A raíz del terremoto de 1,976 el 30
de Abril Mario Cardenal Casariego
nos entregó la iglesia de Capuchinas
primero para descombrarla y
después de haber realizado ese
trabajo, para reconstruirla y es así
como el 19 de marzo de 1,981 se
inauguró la iglesia de Capuchinas en
el aspecto arquitectónico. El 30 de
Abril de 1976, nos entregó la
parroquia de San Sebastián, de la
Merced de la Antigua Guatemala, por
medio del Obispo Auxiliar Monseñor
Ricardo Ham. Posteriormente se
construyó el Seminario Mercedario
en Ciudad San Cristóbal Mixco.
El 23 de marzo de 1,980 se fundó la
casa de Fátima en Panamá y el 14
de noviembre de 1,985, la parroquia
de Nuestra Señora de la Merced. En
1996 se fundó la casa de El
Salvador, en la ciudad Mereliot,
Antigua Cuscatlán.
www.minube.cl/fotos/paulinette
13
14
25de Marzo
30
de Marzo
15
Fotografía: La Hermandad
Me vio a los ojos
Jesús de La Merced
Danny Gamboa
16
Yvalió la pena el cansancio,
los desvelos, los repetidos
viajes a La Antigua… las
carreras, el sueño y las
jornadas largas de trabajo que
vivimos porque al final tenemos
en las manos un documento
histórico y atemporal del Jesús de
los antigüeños, que hace una
pausa en el tiempo para contar
relatos, vivencias y escuchar
narraciones que nos ayudarán a
familiarizarnos y a comprender el
porqué de esta inigualable
manifestación de fervor de un
pueblo hacia Jesús Nazareno de
La Merced.
En lo personal fue un proyecto
diferente, especial. No sabía
muchas cosas y fue de mucho
aprendizaje y en muchos
sentidos. Extensas horas de
trabajo en la producción y post
producción, así como el apoyo de
varias personas dan este resultado final. Conocer y
entablar profundas conversaciones con Fray
Fernando fue algo enriquecedor.
Profundas de su parte ya que yo era todo oídos y
preguntaba a lo que tenía duda. El estar de cerca
con la gente de la Hermandad y conocer el trabajo
arduo que muchas personas desconocen, ver cómo
colocan los enormes y artísticos telones que
servirían de escenario para las velaciones, escuchar
anécdotas de famosos alfombreros antigüeños, así
como de colaboradores, devotas y cucuruchos, le
dan un sabor relevante a este trabajo. Son muchas
las personas involucradas en las actividades que
conllevan la cuaresma, personas que dedican su
tiempo y trabajo para que todo salga a la perfección.
La idea inicial era hacer algo corto, conciso, pero
conforme pasaban los días, la información era más y
toda era relevante, así que no se podía omitir. En
conjunto con algunos miembros de la Hermandad se
armó la idea central y se le dio forma. Queríamos
algo diferente para poder mostrar a los
guatemaltecos la procedencia de tan venerada
imagen, sus registros de antaño, pero también, a un
Jesús vivo que mora entre nosotros, un Jesús que logra
penetrar en nuestra alma y nos recuerda que está
vivo… lo cual no fue difícil.
Desde los preparativos, la armada de los turnos, ver
como planchaban al vapor los trajes de los
colaboradores, cómo con tanta delicadeza van
armando los adornos que vestirán las andas con
pequeños detalles que quizá desde una banqueta no
logran contemplarse, pero que son detalles que en
conjunto logran que la belleza de los solemnes cortejos
dibujen estampas que proyectan a una Antigua
Colonial hacia el mundo entero de una forma única,
como en ningún rincón del planeta, porque la Semana
Santa en Antigua no tiene comparación.
Teníamos en mente poder ofrecer a la población un
documental que llegara al corazón y narrara lo que
queríamos de una manera sencilla. Este documental
es el resultado de la colaboración de varias personas
que desinteresadamente aportaron conocimiento,
tiempo y dedicación.
Estoy satisfecho con el resultado, esperando poder
aportar más a la familia mercedaria y a quienes
quieran conocer más sobre Jesús por medio de lo que
pueda ofrecer como fotógrafo y como productor
audiovisual, porque yo crecí siendo cucurucho, porque
mis primeros pasos en la fotografía fueron en
procesiones y porque me
apasiona la Semana Santa
guatemalteca y todo lo que ella
conlleva.
Tanto color, tantos rostros,
desde los norteamericanos,
pasando por Centroamérica,
hasta llegar al extremo sur,
europeos y asiáticos, se van
conjugando con los rostros
chapines para matizar las
miradas en una sola
dirección… todas van hacia
Jesús de La Merced.
Contemplar esto desde el ojo
de la cámara fue diferente.
Había estado ahí, lo había visto
antes pero no lo había
observado. No se necesita ser
cucurucho para descifrar
muchas de las miradas, para
comprender esos ojos que
buscan un encuentro con
Jesús y entender cuando
alguien me diga “Me vio a los
ojos”.
Fotografía: Danny Gamboa
17
Fotografía: Aldo Fernández
El Peregrino
William Gabriel Castellanos Mayén
Año de 1998, inicia la más bella historia de
los miles de aspirantes mercedarios. A
iniciativa de la Sub-directiva sección
Guatemala, se aprueba ante la Asamblea
general, el primer Cortejo Procesional Infantil.
18
Santísima Virgen de Dolores
quien rodeada de niñas
cargadoras revestidas con
característico color blanco
hacen su pequeña penitencia.
Fotografía: Aldo Fernández
Incertidumbre, nerviosismo y entusiasmo se vivían
en los corazones de quienes en ese entonces
conformaban las filas de la Hermandad de La
Merced. Esa tarde del Miércoles Santo, se vivía un
pequeño Domingo de Ramos, a diferencia que los
cargadores serían los más pequeños de las largas
y eternas filas mercedarias. Característica especial
es que a la usanza de los mayores, los cucuruchos
llevarían en sus manos una pequeña lanza que
fuera un obsequio para todos los niños al
momento de realizar su inscripción.
Y es así... 30 niños cucuruchos levantarían las
andas y a los acordes de la marcha fúnebre "Jesús
El Peregrino", inspiración del recordado maestro y
compositor Manuel Antonio Ramírez Crocker,
dedicara a la pequeña imagen Nazarena quien
peregrina piadosamente en las casas de los fieles
devotos mercedarios; lo acompaña la réplica de la
Con el transcurrir del tiempo,
la devoción de los niños y
niñas en participar en los
cortejos procesionales
infantiles ha incrementado
año con año siendo una de
las actividades más
esperadas por los pequeños
que imitando la devoción de
sus padres y teniendo su
particular Fe participan con
mucho amor. Ahora muchos
de esos niños que iniciaron la
bella tradición de las
procesiones infantiles
mercedarias, ya siendo
adultos emociona ver como el
semillero año con año se
fortalece y engrosan las filas
de lo que ya hace 20 años dio
un inicio.
“La Oración más grata es la
de los Niños...”
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Fotografía: Nelo Mijangos
Fotografía: Nelo Mijangos
Fotografía: Roberto Masaya
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Aquí estoy mi Jesús,
aquí me tienes…
Walter Enrique Gutiérrez Molina
Quién de los que nos decimos católicos no ha escuchado la
frase que da nombre a este artículo? En la voz de alguna
persona devota, el canto que inicia con estas palabras se
vuelve un verdadero mar de sentimientos y expresión de la
más genuina fe conservada a través del tiempo. El Viernes Santo de
2006 tuve la gran bendición de llevar en hombros a la Consagrada
Imagen de Jesús Nazareno de la Merced en la tanda 30, es decir, la
que inició la procesión.
Apresuradamente salí de la Nueva Guatemala de la Asunción rumbo
a La Antigua. Faltando diez minutos para las seis logré llegar al
crucero del templo mercedario no sin vencer algunos obstáculos,
especialmente la gran cantidad de fieles que se habían congregado
ya en el atrio y el sagrado recinto. Después del rezo del Padre
Nuestro, la centuria romana ejecutó una fanfarria, luego el clarín
anunció el silencio y después la banda interpretó la Marcha Fúnebre
de Federico Chopin. El monumental mueble en el que es portado
Jesús Nazareno avanzó por la nave central. Hasta aquí mi relato
puede parecer similar a otras salidas procesionales.
Sin embargo al llegar al bajo coro, el anda se detuvo, fue colocada en
el suelo y la banda terminó de tocar. Justo cuando se empezó a
empujar el anda sobre los rieles, la voz de una mujer entrada en
años se dejó escuchar en medio de los fieles: “Aquí estoy mi Jesús
aquí me tienes” fue lo único que cantó sola. De inmediato un
gigantesco coro formado por la multitud de devotos a los que nos
integramos también los cucuruchos le siguió: “Humillado pidiéndote
de hinojos una mirada de tus dulces ojos que inflame con tu amor mi
corazón…” Los que no respondían al canto era porque el llanto no se
los permitía. Impresionante momento;
pocas veces tiene uno la oportunidad
de vivir un instante tan intenso.
La impresión no se borró de mi mente y
no me he cansado de comentarla con
personas allegadas y devotas. Me
propuse entonces escribir este pequeño
ensayo sobre algo tan sencillo pero tan
lleno de sentimiento, devoción y amor a
Jesús Nazareno como los alabados de
pasión, no solo en La Merced antigüeña
sino en todos los lugares donde la
Semana Santa es conmemorada con
gran piedad.
Contando con el apoyo de algunos
miembros de la hermandad mercedaria,
se localizó a la responsable de tan bello
acto: la señora Amalia Hernández
Castellanos. Como buena antigüeña,
piadosamente acude a ver todas las
procesiones de Cuaresma y Semana
Santa. Sin embargo es el Nazareno de la
Merced quien mueve sus más profundos
sentimientos. Cuenta doña Amalia que
allá por los años sesentas trabajaba en el
hospital infantil Elisa Martínez de Arévalo
y con los niños que cuidaba solía ensayar
este canto para ofrendarlo al paso del
bello Nazareno. Desde aquellos años,
siempre trata de llegar el Viernes Santo al
monumental templo mercedario. -Antes
salía la procesión a las 8:00- relata. Este
año que saldrá a las 5:00 hará el
esfuerzo de llegar más temprano para
acompañar con su voz la salida de la
procesión.
Fotografía: J. Francisco Pelén
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-El Señor siempre me ha protegido. En una ocasión, estando muy
cerca de los rieles que conducen el anda hasta el atrio, recibí un
empujón cayendo de espaldas sobre la alfombra; milagrosamente no
me golpeé siendo diabética y con una cirugía reciente en la pierna-
Nos contó mientras buscaba algunas fotos de Jesús Nazareno.
Tratando de rastrear este maravilloso canto, nos trasladamos a la
Nueva Guatemala donde la señora Socorro viuda de Chavarría –doña
Coco- en el histórico templo de San Francisco nos contó que ella
cantaba en un coro en la parroquia Santa Marta en el año 1943 y
que allí aprendió este alabado. Seguramente que el alabado en
cuestión formó parte originalmente de los homenajes a Jesús
Sacramentado como lo atestigua el hecho de encontrarlo en un
himnario dedicado al Santísimo, la Inmaculada Concepción y el
Corazón de Jesús, fechado en 1930 e impreso en la Tipografía
Sánchez & de Guise, integrándose luego a las interpretaciones
ejecutadas al paso de nazarenos y sepultados. La letra parece
ceñirse más a la figura de Jesús con la cruz a cuestas ya que implora
“una mirada de sus dulces ojos”.
Aún así, podemos conjeturar que su aparecimiento debió realizarse
después de las dos primeras décadas del siglo XX, cuando como
producto de la Reforma Liberal de finales del siglo XIX; la renovación
del culto a partir del pontificado de León XIII; la revolución mexicana
de 1910 y su creciente influencia en la música popular
guatemalteca; y el mejoramiento de las imprentas y su acceso a las
masas, se vivió un acercamiento del pueblo a las formas
tradicionales de la liturgia.
Cuando los gobiernos liberales guatemaltecos desmontaron el
aparato eclesiástico que operaba en Guatemala desde la colonia, el
catolicismo profundamente arraigado en la población tuvo que
buscar formas alternas de mantener el culto y la liturgia. La música,
parte fundamental de éstos se vio debilitada en sus formas más
elaboradas al no contar con sus grandes patrocinadores, como por
ejemplo las ordenes religiosas. El pueblo buscó entonces nuevas
formas de alabar a Dios, proliferando las expresiones menos
académicas y más vernáculas.
Siguiendo la tesis del historiador Fernando Urquizù, es
paradójicamente en el período liberal donde se fortalecen las
expresiones religiosas que subsisten hasta nuestros días. Esto
obedeció fundamentalmente a la asimilación de nuevas formas de
expresión ideológica y artística que el pueblo incorporó a su universo
religioso.
A finales del siglo XIX, el Papa León XIII intenta insertar a la Iglesia
Católica dentro del marco de un mundo cambiante y abiertamente
laico que se alejaba rápidamente de los cánones tradicionales de la
religión. El documento más fuerte sin duda alguna fue la encíclica
Rerum Novarum, publicada en 1891 y que contenía un fuerte
pronunciamiento en cuanto al “nuevo orden” socio-económico de la
sociedad contemporánea. Paralelamente a este pronunciamiento,
los esfuerzos de la Iglesia se dirigieron a modernizar el culto,
haciendo más cercanos los sacramentos, la liturgia y aprovechando
nuevos elementos tales como la fotografía para extender y fortalecer
el imaginario colectivo.
A finales de la primera década del siglo XX se desarrolló en el vecino
país del norte una revolución cuyos efectos políticos, sociales y
económicos influyeron de diversas formas sobre nuestro país
gobernado férreamente por aquellos años por el licenciado Manuel
Estrada Cabrera. Sin embargo dentro de la cultura popular
encontramos varios elementos ligados a
ese movimiento popular. Uno de los más
destacados en este aspecto es quizá la
proliferación de corridos populares que
tienen mucha influencia de los que se
hicieron en México por aquellos años.
Junto a los corridos fueron importados
cantos religiosos populares como el
famoso “Tu Reinarás” que tanto arraigo
tiene en nuestros días.
A la par de esto, imprentas como
“Sánchez & de Guise” que ya
funcionaban desde finales del siglo XIX,
incrementaron su producción haciendo
accesibles a una base mayor de población
los cantos, novenas y devocionarios que
hasta en ese momento se conocían,
motivando también la producción de
nuevos elementos que enriquecieran y
modernizaran el culto.
Según apunta el doctor Carlos Navarrete
en su libro “El romance tradicional y el
corrido en Guatemala” se han podido
identificar alabados derivados del
“Alabado Viejo” que procede del siglo XVII
y que es adjudicado a Fray Antonio Margil
de Jesús de la Orden de los Recoletos.
Este alabado influye concretamente en el
famoso “Venid Pecadores”, situación que
demuestra el arraigo, la pervivencia y el
profundo sentimiento que a través de los
siglos ha despertado en los guatemaltecos
la devoción por la pasión redentora de
Nuestro Señor y los dolores y lágrimas de
la Santísima Virgen María.
Son, pues, nuestros cantos populares más
conocidos como “alabados”, tesoros poco
estudiados y en vías de extinción. Después
del Concilio Vaticano II se han introducido a
la liturgia cantos de origen protestante en
detrimento de aquellos creados por la
piedad popular especialmente antes de la
primera mitad del siglo XX.
En la ya cercana Semana Santa
prestemos oídos no sólo a nuestras
sentidas marchas. En alguna esquina,
tras un balcón, en la puerta del templo o
en medio de la concurrida plaza, alguna
persona piadosa, como doña Amalia o
doña Socorro, envolverán a Jesús o la
Virgen con las notas de su oración
convertida en canto. Sintámonos parte
de ese sentimiento y cantemos con ellas;
no permitamos que las grandes y
legítimas expresiones de nuestra
devoción se extingan. Sigamos haciendo
de nuestra Semana Santa el bastión
de la religiosidad y tradición que aún
hoy representa.
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Los retratos
de Jesús Nazareno
de la Merced de
La Antigua Guatemala
Fernando Urquizú
La presente exposición realiza un breve esbozo
de los retratos de fotografía de la escultura
actualmente conocida como Jesús Nazareno de
la Merced de la Antigua Guatemala, que tiene
como hilo conductor su utilidad en los distintos
imaginarios en que se reflejan, a través de sus
imágenes que nos acercan a otras realidades de su
historia que concatenada determina su función
social actual.
La fotografía y la devoción
La fotografía es un producto del desarrollo de la
ciencia y el arte que permite la captación de
momentos que pueden ser almacenados bajo
distintos soportes, que ya a mediados del siglo XIX
había alcanzado la comercialización a nivel global,
estandarizando los procesos de toma de imágenes y
su revelado. Sin embargo, la Iglesia Católica no
permita su uso en aquellos tiempos por tener un
carácter de producción en serie. Este punto de vista
cambió, cuando llegó al trono de San Pedro el Papa
León XIII, quien encabezó un proceso de
actualización del catolicismo en la última década de
este siglo, que incluyó la reproducción mecánica de
las imágenes para ampliar el registro y propagación
de las devociones.
Este proceso fue aplicado en la arquidiócesis de
Santiago de Guatemala por el Arzobispo Ricardo
Casanova y Estrada con el fin de dar seguimiento a
la reproducción de imágenes, y al nuevo papel de la
Iglesia en el capitalismo como forma de organización
social y como medio interlocutor entre las
diferencias de los distintos grupos sociales para
proteger a los pobres, también fundamentó el uso
de la fotografía de las “imágenes milagrosas” en la
difusión y cumplimiento del Evangelio.
Una variante de la fotografía es
el llamado retrato de aparato
que consiste en un registro de
una imagen de cuerpo
presente con el fin de ser
reconocida a primera vista por
el público relacionado a ella.
En este caso específico, la
escultura de Jesús Nazareno
de la Merced de la Antigua
Guatemala, partiendo de la
explicación de otro retrato del
mismo género de las
autoridades eclesiásticas que
generaron la reorganización de
su culto.
El registro en imágenes de la
historia de Jesús Nazareno de
la Merced de la Antigua
Las fotografías permitieron
poner los retratos de personas
e imágenes religiosas al
alcance de las masas, razón
que nos explica la presencia de
retratos iconológicos e
iconográficos en la cambiante
difusión del evangelio que se
desarrolló con el siglo XX. El
entendimiento de este
principio nos permite
establecer e interpretar las
imágenes derivadas de este
proceso de reorientación de la
proyección de la imagen de la
Iglesia a sus fieles, que en la
Antigua Guatemala fue
conducido en una primera
etapa por el fotógrafo Juan
José Yas.
El primer punto de referencia
es un retrato de visita pastoral
del Arzobispo Casanova y
Estrada en la que figura de
manera sedente con capa,
mitra y báculo como símbolos de su autoridad. junto
a su equipo de trabajo en el lado derecho de esta
fotografía figuran los presbíteros Luis Montenegro y
Eugenio Novi que fueron los reorganizadores de las
tradiciones de Cuaresma y Semana Santa en la
Antigua Guatemala, bajo la dirección del gran líder
religioso entronizado a manera de pastor de un
pueblo.
Primera visita de Ricardo Casanova y Estrada a la Antigua G., con la presencia
simbólica del arzobispo de Guatemala junto a los reorganizadores de Cuaresma y
Semana Santa de la Antigua G. los presbíteros Luis Montenegro y Eugenio Novia
en la primera década del siglo XX captada por Juan José Yas.
El registro de los reorganizadores de las tradiciones
fue enriquecido de manera lógica con el retrato de
los bienhechores de
la Sociedad de Jesús
Nazareno de la
Merced de la Antigua
Guatemala, siguiendo
la lógica de
ordenamiento que
nos permite
actualmente
comprender el papel
de la escultura como
eje de las tradiciones
de hace poco más de
una centuria.
Fotografía de exteriores de los bienhechores de la
Sociedad de Jesús Nazareno de la Merced de la
Antigua Guatemala en cuya imagen podemos
apreciar el seguimiento de una política de registro
del movimiento religioso católico del país.
El retrato
iconográfico e iconológico de Jesús Nazareno de la
Merced de la Antigua
El desarrollo ordenado de la Sociedad de Jesús
Nazareno de la Merced de la Antigua Guatemala,
que posteriormente fue
cambiado al de hermandad,
pronto demandó la
reproducción de sus retratos a
gran escala para surtir la
demanda de una ciudad que
vislumbraba un futuro
desarrollo basado en un
capital proveniente del cultivo
del café que buscaba
ampliarse al turismo
procediendo al rescate de los
espacios ganados por la ruina,
la propiedad privada y el
comercio informal del que fue
rescatado paulatinamente, en
un proceso respaldado por un
grupo de vecinos que fincaban
el futuro de las nuevas
generaciones en el recate de
la Antigua Guatemala, que se
planteó, no solo de sus
edificios, sino de sus valores
morales e inténtales
expresados en sus devociones,
que se habían mudado a la
capital pero que sin embargo,
dada la riqueza cultural de la
capital del antiguo reino
habían quedado en algunos
rincones de la ciudad en casas
e iglesias valiosas esculturas
como la del Señor Nazareno
de San Jerónimo, que fue
trasladado y reorientado su
culto desarrollado en la iglesia
de San Jerónimo, que se mudó
a San Sebastián y luego a la
iglesia de la Merced de la
Antigua Guatemala.
Una vez restaurada la
escultura de Jesús Nazareno y
trasladada a la iglesia de la
Merced como punto de
arranque de su nueva historia,
se procedió a visibilizarlo como
una nueva fuente de devoción
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Turno para cargar en las procesiones
del año 1919 de Jesús Nazareno de
la Merced de la Antigua Guatemala
personalizada con sus
devotos mediatizada con el
uso de la fotografía, situación
perceptible en una nueva
fotografía de aparato que
podemos apreciar un
fotoimpreso de 1919, que se
acercó a sus devotos a través
de los turnos.
Este impreso permitió
acercar a los devotos a la
recapitulación de la fe en la
medida que refleja los
símbolos iconográficos que
debe portar un nazareno
como la cruz a cuestas,
túnica morada o roja, un
cíngulo atado a la cintura y al cuello, corona de
espinas completados por un nimbo que acentúa el
carácter sobrenatural del personaje representado.
Esta presentación de la imagen de Jesús permite
asociarla fácilmente a las lecturas del Nuevo
Testamento contribuyendo así, de manera eficaz a la
comprensión del mensaje iconológico de dicha
escultura que permitió precisar de manera más exacta
la función didáctica en la enseñanza y recapitulación
de la Pasión de Cristo en los fieles.
En este orden de ideas una fotografía que dio base
visual a un turno se transformó en un documento
jurídico en la medida que debela un propietario de un
derecho a llevar en hombros a la escultura que al
paso del tiempo cobra especial vigencia, cuando se
transfiere a nuevas generaciones que le adjuntan el
valor sentimental de pertenencia y recuerdo pasando
a constituirse en parte fundamental de una nueva
fuente arqueológica denominada “patrimonio
industrial” como evidencia material realizada por
medio de maquinaria.
El retrato de la historia
El desarrollo de la devoción a Jesús Nazareno de la
Merced de la Antigua Guatemala unido a la
reorientación del uso de la
tierra en la Antigua
Guatemala provocó que
paulatinamente fuera
identificado por la
historiografía liberal como
una pieza fundamental del
“patrimonio tangible de
Guatemala” generador de
manifestaciones intangibles,
ambas útiles para el turismo.
En este orden de ideas se
planteó una primera historia
de Jesús Nazareno de San
Jerónimo para tratar de
explicar el movimiento de
grandes masas de devotos
en la ciudad, a cargo del
periodista cultural Víctor
Miguel Díaz a finales de la
década de 1920, cuando
nuestro país de convertía en
destino turístico mundial.
El correcto entendimiento de
este proceso nos explica la
presencia de un fotoimpreso
generado de la escultura de
Jesús Nazareno de la Merced
de la Antigua Guatemala en
la página 145 del primer
registro formal, no
necesariamente científico de
las obras del arte nacional
expuesta en su obra: “Las
Bellas Artes en Guatemala”,
publicada en la Tipografía
Nacional en 1934, que hace
evidente la percepción de
esta imagen como parte
fundamental del patrimonio
del país, que había
sobrevivido en la Antigua
Guatemala que debía ser
revalorizado y a que se
fieles seguidores como el hermano
Pedro de Betancourt, quien vivió en
esta ciudad en siglos pasados cuyo
espíritu y mensaje aún puede
advertirse en cada uno de los
vestigios de sus monumentos. Los
mensajes religiosos de fraternidad
se fueron imponiendo a pesar de
exigencias y diferencias entre las
personas hasta desarrollar los
Acuerdos de Paz de 1996, a la par
que la tecnología fue transfiriendo
las imágenes de soportes
materiales a digitales, poniendo la
imagen del Señor al alcance directo
de los fieles por medio de
computadoras, teléfonos
inteligentes y otros dispositivos.
Fotoimpreso de la escultura de Jesús Nazareno de la Merced de la Antigua
Guatemala, que figura en la página 145 del primer registro formal, no
necesariamente científico de las obras del arte nacional expuesta en la obra:
“Las Bellas Artes en Guatemala”, publicada por Tipografía Nacional,
Guatemala, 1934.
contaba con el escenario perfecto para revivir
en este lugar con mucha gloria sus
procesiones.
El siguiente paso fue, emprender un estudio
profundo de los monumentos de la Antigua
Guatemala, con el fin de proponer la idea de
pervivencia de una cultura intangible que
expresa nuevos imaginarios, con utilidad no
necesariamente para personas del mismo
credo que ha exigido un proceso de
actualización constante de las imágenes de
Jesús Nazareno de la Merced de esta ciudad,
para abarcar un público local que se debatía en
un conflicto armado interno que recibía su
consuelo en ambas partes del conflicto, que
encontraban en el heroísmo de Cristo y sus más
Fotografía a colores de Jesús Nazareno de la
Merced de la Antigua Guatemala
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El Último Turno
De Viernes Santo
Erick Reyes Andrade
(Hermano cargador desde hace treinta años)
Fotografía: Roberto Masaya
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Aquel Viernes Santo del año 2006, tenía la
angustia de solo poder cargar en
hombros a la imagen de Jesús Nazareno
de la Merced una sola vez, pero en el
acompañamiento del mismo por las calles
empedradas antigüeñas hice las cuentas
sobre las cuadras que hacían falta y resulta
que el último turno era el que yo tenía, eso
llenó de emoción todo mi ser por lo que a
pesar del cansancio que se puede llegar a
tener en esos momentos existía el honor de
poder cargar otra vez, la adrenalina dio bríos
nuevos a la tarde cerca de la hora nona,
llevando la lanza tradicional simbólica a mi
lado estaba frente a la cruz atrial esperando
el paso cadencioso del andas procesional,
esa maravilla barroca de 80 almohadillas
que desde mis más tempranos recuerdos ha
portado con el respeto sacro a la venerada
imagen del Maestro Redentor.
Se acerca la imagen a su templo con una mirada
que resalta todos los sentimientos que la
espiritualidad puede hacer emerger en quien
está cerca, y allí buscando el número que tengo
asignado que era par con una felicidad radiante
pero al mismo tiempo con la mayor solemnidad,
surge un estado de éxtasis pero también de una
comunión total, es una emoción espiritual que el
peso del andas con todo el ornamento es
insensible, uno apoya la cabeza a la misma
como si se tratara de buscar ese consuelo que
calma cualquier angustia o buscando regocijo.
A pesar que se vuelve complicada la subida de
las gradas atriales para dar una vuelta de 180
grados para que la imagen de Jesús tenga frente
al pueblo que le acompaña y así tener la
bendición permanente hacia toda la feligresía
eso no importa porque se mantiene un contacto
que prodiga paz y armonía.
Ha llegado el momento de bajar el andas y
ponerla sobre rieles porque la puerta al templo
no es tan alta ni tan ancha y así se puede
proteger todo el mueble con la joya sagrada de
nuestra devoción, entrándola con un empuje
suave procurando entre todos los hermanos
cargadores cuidar todos los detalles, y en el
momento que pasa la imagen de Jesús
Nazareno bajo el portal del templo empieza la
ejecución de la marcha “La Granadera”, cuando
ya está toda la procesión adentro del templo y
bajo el coro del mismo con una fuerza rítmica
pero firme se levanta el andas con las notas de
“La Marcha Fúnebre” de Chopin, ese es el
instante en que la religiosidad está en todos
nuestros corazones como cargadores y el
bamboleo se hace solemne con ese sentimiento
de que se hiciera lo más largo posible este
camino para no dejar de cargar, la marcha es
imponente y el eco envuelve la atmósfera dentro
del templo, cada uno es una oración que lleva en
sus hombros la imagen de
quien nos enseñó la lección
mas grande, esa unidad que
existe por medio de las andas
que más allá de escuchar la
marcha también se escucha
las oraciones algunas veces
entre sollozos de tristeza, de
alegría petitoria, o de
consuelo que todos los
hermanos cargadores sienten
y esto es algo comprensible
para quien lo vive, es una
transformación que procura
Cristo allí en la nobleza,
humildad y en el amor para
cada uno de nosotros; este
tiempo que deja una marca
indeleble en la memoria de
cada hermano cargador llega
a su fin cuando se pone el
andas sobre los burros de
madera y aún allí existe una
oración profunda de
agradecimiento hacia la
imagen donde buscamos esa
mirada que brinda paz.
Fotografía: Roberto Masaya
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Marcha dedicada a la
consagrada imagen
de Jesús Nazareno
de la Merced de la
Antigua Guatemala el
sábado 09 de diciembre
2017, surge por la petición
especial de la esposa del
compositor guatemalteco
Carlos Vargas quien
después de escuchar el
motivo por el cual se
solicita la misma accede a
iniciar con la composición.
La solicitud de la marcha
se debe a que cada vez
que visitan la capilla del
Nazareno Mercedario a
ella la traslada a aquellos
años vividos con la familia
La marcha fúnebre titulada
“En memoria a ti”
y recuerda que fué la
primer procesión en la cual
su padre y su tío ya
fallecido, iniciaron su vida
como devotos cargadores,
ambos llevaban la
devoción a tan bella
imagen desde el año de
1983 y desde entonces
año con año cargaban en
hombros cada Domingo de
Ramos y Viernes Santo a
Jesús de la Merced por las
calles empedradas que
caracterizan aquel lugar.
Aquellos tiempos desde el
año 2011 ya no son lo
mismo después del
fallecimiento del tío quien
era fiel devoto y por
problemas de salud del
padre de la esposa del
mencionado compositor.
Para ambos es un
privilegio y honor dedicarle
la marcha a Jesús
Nazareno pues es una
pequeña ofrenda por todas
las bendiciones que a
diario recibimos de él,
sentimentalmente engloba
muchos recuerdos de
antaño que solo se pueden
vivir al lado del Nazareno
Mercedario antigüeño, y
las notas plasmadas en la
composición son basados
en los recuerdos de tantas
semanas santas pasadas
más no olvidadas.
Fotografía: Marcela Molina
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