Aprender a amar como Jesús
Para aprovechar este Año, en Institució Familiar de Educación, además de trabajar la Amoris Laetitia, hemos publicado un pequeño libro, Aprender a amar como Jesús.. Lo podéis disfrutar en familia, y aprovechar este Año para crecer en la alegría del amor que se vive en las familias. Autor: Mn. Josep Ribot
Para aprovechar este Año, en Institució Familiar de Educación, además de trabajar la Amoris Laetitia, hemos publicado un pequeño libro, Aprender a amar como Jesús.. Lo podéis disfrutar en familia, y aprovechar este Año para crecer en la alegría del amor que se vive en las familias.
Autor: Mn. Josep Ribot
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12. La confesión no es solo para los pecados mortales. La confesión frecuente
pone la lucha en los detalles: pecados veniales o faltas de amor.
Y ayuda a formar la conciencia. Permite hablar con el sacerdote sobre
cómo crecer en amor a Dios y a los demás: devoción a la eucarística y a la
Virgen, oración mental, santificación de la vida familiar y del trabajo profesional,
mejora del carácter, educación de los hijos o ayuda a los amigos.
13. ¿Por qué debes confesarte con un sacerdote? No porque él sea mejor
que tú, sino porque así lo ha decidido el Señor. Dios quiere que tengas
la seguridad de que te ha perdonado y esto da mucha paz.
Porque no es lo mismo pedir perdón que ser perdonado. Si rompo un
cristal y pido perdón al vecino: puede que me perdone; o no,porque es
la quinta vez; o solo si pago un cristal nuevo.
14. La misericordia de Dios es infinita: da mucha paz. Dios perdona
todo, si el arrepentimiento es sincero. Siempre, no se cansa de perdonar.
Por eso la confesión o reconciliación es el sacramento de la alegría. Vale
la pena.
15. ¿Cómo confesarse? 1. Examen de conciencia: recordar qué cosas has
hecho mal. 2. Dolor de los pecados: reconocer que no has actuado correctamente
y arrepentirte. 3. Decir los pecados al sacerdote: con sinceridad.
4. Propósito de la enmienda: desear cambiar. 5. Cumplir la penitencia:
rezar la oración o hacer la obra que indica el confesor.
16. Culpa y pena. Si un hijo desobedece a su madre y sigue jugando con
el balón y rompe el espejo, la culpa es suya. Aunque su madre le perdone
(culpa), debe arreglar el espejo (pena). Una forma de hacer penitencia es:
la oración, la limosna y el ayuno (sacrificios).
La indulgencia, total o parcial, permite liberarse de la pena pendiente
por los pecados ya confesados y perdonados. Se puede ofrecer por un
difunto. Quien muere en gracia de Dios, pero con penitencia pendiente,
debe purificarse en el purgatorio.
Para ganar una indulgencia: 1. Realiza la obra indicada. 2. Comulga. 3.
Confiésate. 4. Reza por el Papa. 5. Arrepiéntete de todos los pecados cometidos
y renueva tu deseo de ser santo.
17. Eres pecador y santo. Te arrepientes de tus pecados. Pero, sobre todo,
te ilusiona amar a Dios y amar a los demás.
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