Aprender a amar como Jesús
Para aprovechar este Año, en Institució Familiar de Educación, además de trabajar la Amoris Laetitia, hemos publicado un pequeño libro, Aprender a amar como Jesús.. Lo podéis disfrutar en familia, y aprovechar este Año para crecer en la alegría del amor que se vive en las familias. Autor: Mn. Josep Ribot
Para aprovechar este Año, en Institució Familiar de Educación, además de trabajar la Amoris Laetitia, hemos publicado un pequeño libro, Aprender a amar como Jesús.. Lo podéis disfrutar en familia, y aprovechar este Año para crecer en la alegría del amor que se vive en las familias.
Autor: Mn. Josep Ribot
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SANTIDAD
Tu misión divina y humana
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por
nuestros pecados” (1 Juan 4, 10)
“El nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos
santos e intachables ante él por el amor” (Efesios 1, 4)
“Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5, 48)
“Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4, 8)
1. El primer Mandamiento de la Ley de Dios, el más importante y resumen
de su voluntad, es amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,
con toda tu mente y con todas tus fuerzas. La Ley de Dios es una invitación
a querer, de verdad. A Dios le interesa tu corazón.
La santidad la da Dios. Es siempre un regalo. No es fruto del esfuerzo personal.
Es tomar conciencia de que Dios te ama. Y tu respuesta es amarle.
Es don y tarea, gracia y correspondencia.
2. Dios te invita a amar porque quiere que seas feliz. El secreto de la felicidad
es amar y saberse amado. El egoísta, que no sabe amar, es un desgraciado.
La fórmula de la felicidad es hacer felices a los demás.
3. Ser santo es ser amigo de Dios. Ámale de verdad. Trátale con confianza.
Sé consciente de lo mucho que te ama. Desde siempre, con un amor
incondicional, no porque tú hagas méritos.
4. Ser santo, ser buen cristiano, es parecerse a Jesús. Imitarle, actuar
en cada momento como lo haría Él. ¿Cómo te imaginas al Señor
como compañero de trabajo, vecino o amigo, en el restaurante, en el
deporte o cenando en tu casa? Tu Modelo es Jesucristo. Ser santo es
parecerse a Jesús y a la Virgen María. Cuanto más te parezcas a Jesús,
más santo eres.
Jesús es amable, comprensivo, animante, corrige con cariño para ayudar,
servicial, trabajador, alegre, se preocupa por cada uno, y quiere a su Madre
la Virgen María más que todos nosotros juntos.
Jesús está vivo. Como las circunstancias de tu vida varían cada día, la
santidad no es algo rígido ni repetitivo. Ser santo es ser amigo de Dios y
actuar como lo haría Él. En la oración pregúntale al Señor.
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