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elespinarnº317

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Jesús Vázquez Ortega

#solucióntravesíaSanRafael

Nuestro tren (I)

El Espinar

número 317

Estamos en el Año Europeo del

Ferrocarril, un pretexto idóneo

para hacer un repaso al devenir en

el tiempo de la línea férrea

Madrid-Villalba-Segovia, la

infraestructura que trajo prosperidad

a muchos pueblos serranos,

conectando en principio a los

habitantes de la vertiente madrileña,

para prolongarla veinticuatro

años después hasta la ciudad

segoviana.

Hacemos memoria y nos remontamos

a 1864, cuando entra en

servicio el tramo Madrid-Villalba,

gestionado por la Compañía

Caminos de Hierro del Norte de

España. La creación de este ramal

fue todo un éxito que permitió

acercar la Sierra a la capital del

Estado con un trasiego incesante

de viajeros sin apenas incidencias,

excepción hecha del asalto que

sufrió un tren mixto en la madrugada

del 7 de junio de 1874 por

una banda de cinco forajidos

armados, que robaron el dinero a

los pasajeros junto a ocho certificados

con destino Guadarrama,

un suceso que jamás tuvo resolución.

Éste, fue un hecho aislado

que no enturbió la actividad normal

del transporte.

La presión política para que se

unieran las dos laderas, cristalizó

en 1881 con la concesión a la

misma operadora del enlace

Villalba-Segovia en la que medió

el ingeniero Miguel Muruve

Galán. Los trabajos dieron

comienzo en 1884 con el desafío

de traspasar el macizo montañoso

que separa ambas provincias. Fue

preciso perforar tres túneles, el

que une Tablada con Gudillos,

188 metros por debajo del Alto

del León y 2380 de longitud, otro

entre San Rafael y la Estación de

El Espinar (150 mts.), y el tercero

en Otero de Herreros (215 mts).

Tras cuatro años de duro esfuerzo,

se ganaba la lucha al consistente

granito. Su construcción no estuvo

exenta de infortunios laborales.

Un ejemplo es el acaecido en La

Losa un 5 de mayo, a poco más de

cincuenta días para la inauguración,

cuando una vagoneta con

seis operarios a bordo, perdió los

frenos mientras verificaba la alineación

de los raíles fabricados en

1883 por la todopoderosa Krupp

germana en la cuenca del Ruhr,

echando a rodar hasta alcanzar

más velocidad de la permitida,

ante el temor de un choque, los

trabajadores saltaron, con tan

mala fortuna que fueron a caer

sobre montoneras de balasto,

falleciendo uno de ellos y resultando

heridos muy graves los

cinco restantes. A pesar de ello, el

29 de junio de 1888 coincidiendo

con las fiestas de Segovia, se daba

luz verde a la línea con gran alborozo.

Dos días después la compañía

abría al público las puertas de

los convoyes, por fin aquella vieja

reivindicación era realidad.

Las épocas del ferrocarril

Originalmente el trayecto tenía

siete estaciones, Villalba,

Cercedilla, El Espinar, Otero de

Herreros, La Losa y Segovia, paulatinamente

afloraron otras paradas.

La duración media del viaje

de Segovia a Madrid o viceversa

era de tres horas y cincuenta

minutos. Como no podía ser de

otra manera, la conexión trasladó

a decenas de personas que dificilmente

hubieran podido moverse

en ambas direcciones, el ferrocarril

pasó a ser un transporte popular

utilizado también por nobles,

ilustres, obispos o personajes de

alta alcurnia. Se le llegó a denominar

el “tren de La Granja” en

parte debido a la rumorología, no

falta de perspicacia, ya que era la

única población frecuentada por

la Realeza que quedaba sin unión,

tanto El Escorial como Aranjuez y

Riofrío poseían estaciones.

Finalmente todas las opciones de

unir el Real Sitio cayeron en saco

roto, pero no por ello se detuvo el

alargamiento ferroviario en la provincia,

obteniendo un compromiso

firme de contar con 179 kilómetros

de vía en 1890.

Durante la gestión de la CCHE

hubo claros y oscuros, lógicos por

otra parte dado el incremento del

tráfico a lo largo de su extensión.

He dejado para más adelante una

relación cronológica de los percances

acontecidos desde su puesta

en marcha hasta los albores del

siglo XXI, sin embargo, hago un

adelanto que para muchos fue una

señal premonitoria de lo que

depararía el futuro. Transcurrida

una semana del pomposo estreno

de la red, ocurrió el primer accidente

en Otero de Herreros, cuando

el mixto con dirección Segovia

descarrilaba en una curva arrojando

un balance de cuatro heridos.

Por supuesto, todas las máquinas

que circulaban eran de vapor.

Bien entrada la década de los 20

se decidió electrificar el recorrido,

la tardanza en aprobar la partida

presupuestaria y la Guerra Civil

interrumpieron el propósito.

Concluida la contienda, en 1941

se creó RENFE, integrada en el

INI, que absorbió todas las líneas

ferroviarias, retomando el objetivo

de electrificación que se llevó a

cabo en dos fases. En 1944 se

suministraba corriente al enlace

Villalba-Cercedilla, culminando

el 25 de enero de 1945 con la circulación

entre Madrid y Segovia

de cabeceras de 4.200 CV para

trenes de viajeros y 3.000 para

mercancía, aunque se siguió alternando

temporalmente el empleo

de los dos tipos de energía, tanto

vapor como electricidad, paralelamente

también fueron renovados

los vetustos vagones de madera.

De forma gradual los españoles

más pudientes iban adquiriendo

motocicletas, comprando automóviles

o viajando en autobús, pero

el tren iba muy por delante, prueba

de ello son los casi 16.000

billetes expedidos en Madrid con

destino a la Sierra el 24 de julio de

1955, había nacido la figura del

dominguero, ferrocarril era sinónimo

de bonanza.

Las cuatro terminales de El

Espinar

Es nuestro municipio el único que

posee cuatro paradas dentro de

sus límites en la actualmente

denominada Línea 53 de Media

Distancia. Bien es cierto que fueron

erigidas en épocas distintas.

Como anteriormente veíamos, la

estación espinariega se finalizó en

1888, construyéndose en el barrio

de El Cogorrillo a iniciativa de

Manuel Fernández y Colón,

Marqués de Perales, con el fin de

agilizar el transporte de la lana

producida en el esquileo de la

villa. Su diseño es similar a otras

del mismo trazado, si bien destaca

el suministro de agua para las

locomotoras, que se tomaba de

una captación hecha en el Río

Moros. Por regla general las insta-

al realizar el mantenimiento de tu vehículo en mayo

ALVARO LÓPEZ SOTO, S.L.

Polígono Industrial Los Llanos de San Pedro, 16

40400 EL ESPINAR - Segovia

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