10 La ciudad de a píe y en bicicleta
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Todos los domingos mi mamá se levantaba a alistarse para la
ciclovía, evento que significaba independencia y movilidad. El día
anterior alistaba su sudadera, tenis y camiseta, para conformar
un atuendo completamente distinto al que usaba entre semana;
además debía dejar listo todo el oficio de la casa para tener el
permiso de la abuela.
En la mañana salía en su bicicleta cargando un bolso con agua,
dinero y papeles. Para su trayecto de los domingos siempre
recorría parte de Kennedy para salir a banderas y tomar las
Américas hasta la Boyacá. Tomaba toda la ciclovía de la Boyacá,
en un principio recorría un tramo corto, pero poco a poco fue
aumentando hasta llegar a la 127, en donde paraba y se tomaba
una gaseosa y se devolvía.
Ese recorrido lo hizo por más o menos cuatro años, tiempo en el
que la ciclovía se transformó y se extendió por más kilómetros
de la capital como la carrera Séptima, carrera 15, calle 116, la Av
Boyacá y la Av calle 26.