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10 cm<br />
26<br />
Lecturas de domingo<br />
SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>16</strong> DE ENERO DE <strong>2022</strong><br />
5 cm<br />
4 cm<br />
La belleza<br />
3,5 cm<br />
3 cm<br />
de lo feo<br />
Hay que reconocer que “la perfección, o la idea de belleza,<br />
aún no se logra y que, tal vez, nunca podamos alcanzarla,<br />
debido sobre todo a nuestra total y natural imperfección<br />
que nos caracteriza a todos”.<br />
ENSAYO<br />
JOSÉ RIVERA GUADARRAMA<br />
Ciudad México<br />
Tomado de La Jornada Semanal<br />
Dentro de la historia<br />
del arte se piensa<br />
que hay pocas<br />
obras, incluso escasas,<br />
consideradas<br />
como bellas dentro de las disciplinas<br />
a las que se circunscriben,<br />
Mientras se da por hecho que es<br />
fácil encontrar propuestas feas,<br />
debido a que carecen de sentido<br />
estético. Por lo tanto, el oxímoron<br />
la belleza de lo feo no es un simple<br />
juego de palabras o figura retórica.<br />
Al contrario, expone toda<br />
una complejidad en cuanto a sus<br />
definiciones.<br />
Lo anterior viene acentuado,<br />
además, por las características actuales<br />
del mercado del arte. Así, lo<br />
bello se limita a todo aquello que es<br />
útil, a lo práctico, a lo que se puede<br />
utilizar sabiendo que dará algún<br />
resultado económico y positivo,<br />
mientras que lo feo da la apariencia<br />
de que se quedó circunscrito o<br />
reservado en el conocimiento más<br />
antiguo, en un incompleto arcaico.<br />
Es en este sentido que la cuestión<br />
respecto a qué hace bella o fea alguna<br />
obra de arte no es fácil de resolver.<br />
Los antiguos griegos usaban el<br />
vocablo aischron (feo), pero no<br />
hay datos suficientes que ayuden<br />
a dilucidar las características específicas<br />
de ese término. El concepto<br />
de belleza lo utilizaban en<br />
dos formas: una, para referirse al<br />
comportamiento honorable de<br />
los ciudadanos, que los hacía valerosos<br />
en el combate y representaba<br />
un aspecto ético importante<br />
para el desarrollo de aquellas<br />
sociedades. Otra, para la belleza<br />
corporal en sí.<br />
Un ejemplo es el caso del filósofo<br />
griego Sócrates, de quien Alcibíades<br />
decía que era feo cuando<br />
callaba, pero hermoso cuando hablaba.<br />
Es sabido que aquel pensador<br />
tenía los ojos saltones, nariz<br />
chata, labios gruesos, era de baja<br />
estatura, calvo y obeso. Sin que<br />
esto resulte peyorativo, podemos<br />
considerar que no era muy agraciado<br />
de cuerpo. Sin embargo, era<br />
un sabio. Es decir, su belleza estaba<br />
en su pensamiento, era interna.<br />
Para él, lo externo era una cuestión<br />
que no lo acomplejaba. Eso es<br />
respecto a las personas, pero ¿qué<br />
pasa con las obras de arte? ¿Hay<br />
alguna forma de saber si algo artístico<br />
es bello o feo?<br />
El cuadro del santo feo<br />
En su libro La historia del arte<br />
(1995), Ernst Gombrich cita el<br />
caso de Caravaggio, a quien la<br />
Iglesia católica le encomendó un<br />
cuadro de san Mateo para colocarlo<br />
en un altar de Roma. Cuando<br />
lo terminó, los obispos se escandalizaron<br />
por considerar que<br />
carecía de respeto hacia el santo.<br />
El resultado fue una pintura que<br />
describía a un personaje con la<br />
cabeza calva, descubierta, con los<br />
pies llenos de polvo, sosteniendo<br />
sin ningún cuidado un voluminoso<br />
libro. El lienzo no fue aceptado<br />
y, por lo tanto, Caravaggio<br />
tuvo que repetirlo hasta que resultara<br />
de buen agrado.<br />
Aquellos quienes dictaminaron<br />
en esa ocasión el valor del cuadro,<br />
¿en qué se basaron? Por fortuna,<br />
las dos versiones de la pintura se<br />
pueden apreciar en el libro mencionado.<br />
Así, podemos confirmar<br />
que, desde siglos atrás, las divergencias<br />
respecto a lo que debe ser<br />
considerado bello es un asunto casi<br />
arbitrario.<br />
Se considera que en la naturaleza<br />
también existen el bien y el mal.<br />
Así es como la mayoría de las veces<br />
HUMBERTO ECO<br />
ANALIZA LA FEALDAD<br />
DESDE TRES<br />
PERSPECTIVAS:<br />
“LA FEALDAD EN SÍ<br />
MISMA, LA FEALDAD<br />
FORMAL, Y LA<br />
REPRESENTACIÓN<br />
ARTÍSTICA DE AMBAS”,<br />
Y DETERMINA QUE<br />
“SÓLO A PARTIR<br />
DEL TERCER TIPO DE<br />
FEALDAD SE PODRÁ<br />
INFERIR LO QUE ERAN<br />
EN UNA CULTURA<br />
DETERMINADA LOS<br />
DOS PRIMEROS TIPOS”<br />
asociamos o diferenciamos lo bello<br />
de lo feo, como una antítesis, un<br />
simple juego de opuestos. Sin embargo,<br />
dentro de la naturaleza, en<br />
las cosas que vemos y percibimos,<br />
esas diferencias no existen, no tienen<br />
ningún significado. Es en la vida<br />
práctica donde el ser humano<br />
les da ese sentido, pero casi siempre<br />
desde su utilidad inmediata.<br />
Por lo tanto, no es fácil prescindir<br />
de esas ideas preconcebidas. Pero<br />
los artistas que mejor lo consiguen<br />
producen con frecuencia las obras<br />
más interesantes. “Ellos son los que<br />
nos enseñan a contemplar nuevos<br />
atractivos en la naturaleza, la existencia<br />
de los cuales nunca nos pudimos<br />
imaginar”, asegura Gombrich.<br />
Lo bello, la felicidad, el placer y<br />
la verdad<br />
Para algunos filósofos, el asunto<br />
tiene que ver más con el sentido