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RELATOH!S<br />
Hay muchos<br />
actos de<br />
amor<br />
¿<br />
Q<br />
ue<br />
si estuvimos hasta la coronilla<br />
del 2020 y mucho más de los<br />
acontecimientos del 2021? ¡Un<br />
montón! Yo no sé ustedes, pero<br />
yo anhelaba que ya iniciara un<br />
nuevo año; pensando en nuevas<br />
posibilidades, esperanzada en que<br />
por fin hubiera un respiro de la angustia cotidiana… ¡Ay, qué<br />
sé yo!<br />
Realmente me propuse mentalmente darle la bienvenida al<br />
2022 afianzando mucho más mis convicciones en la belleza<br />
de las cosas simples. Ese fue mi mantra: ser la mirada<br />
tangente de un mundo que gira desproporcionadamente<br />
provocando mareos.<br />
Por eso, aquella mañana del primero de enero, mientras todos<br />
dormían la resaca de Año Nuevo, yo me levanté tempranito,<br />
colé café y saludé al nuevo día con cara de satisfacción y<br />
dando un paso afuera en la terraza.<br />
Era un sábado radiante. La calma y el silencio se antojaban<br />
deliciosos. Días antes me había ocupado de sembrar algunas<br />
plantas, así que me dispuse a inspeccionarlas, hasta que un<br />
fétido olor me sacó de mi burbuja feliz. ¿Qué era aquello y de<br />
dónde provenía?<br />
- No, ¡pero yo no lo puedo creer! , me dije a mí misma y<br />
mirando para arriba, como si la mata de nísperos me iba a dar<br />
alguna respuesta.<br />
Una terraza que me fajé a limpiarla el día anterior,<br />
precisamente para este momento de año nuevo y el gato del<br />
vecino sufre una indigestión y viene a “despacharse” en mi<br />
escalera…<br />
- Ok, pensé. Estoy en modo positivo.<br />
No sé de dónde saqué que aquello era una buena señal: me<br />
convencí de que amanecer con aquel embarre en Año Nuevo<br />
no debía ser otra cosa que el augurio de un buen porvenir.<br />
Pero lo tenía que limpiar. Entonces recordé a mi profesor de<br />
química en el bachillerato, que siempre incluía tiempo en<br />
la agenda de clases para compartirnos anécdotas y consejos<br />
sobre cómo aplicar la química en nuestras vidas.<br />
Sí, la química es una de esas materias que crees que nunca<br />
usarás, pero ese pensamiento erróneo es porque no todos<br />
tienen la suerte de haber tenido a un «profe» como don Vidal.<br />
Con él aprendí que el cloro en realidad se llama hipoclorito<br />
de sodio y que una de sus principales características es la<br />
de romper los enlaces químicos de las sustancias, por eso es<br />
un potente e instantáneo neutralizador de olores, bueno; de<br />
malos olores.<br />
Gracias a las ganas de enseñar de mi profesor, contándonos<br />
divertidas anécdotas sobre la materia, mi enfoque de esa<br />
mañana se volcó hacia la paciencia y el amor: hay gente que<br />
quizás nunca te regale algo material y que, por el contrario,<br />
da mucho de sí mismo, que comparte lo suyo, su experiencia...<br />
sabiendo que aunque en el momento no lo veas, está dándote<br />
algo valioso.<br />
Entonces, sí, definitivamente hay muchos actos de amor y la<br />
enseñanza es uno de ellos.<br />
#ESMATILDA<br />
SÍGUELA COMO @ESMATILDA<br />
66 <strong>Oh</strong>! 19 de febrero de 2022