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Revista Festival de Cine de Cartagena 2022 | Diario Criterio

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SUMARIO

“El cine está hecho para compartir”....................................4

Los recomendados del FICCI................................................6

Entrevista a Claudia Triana - Proimágenes...........................8

La persistencia del amor eficaz ........................................10

Pier Paolo Pasolini: una contradicción viva .......................12

Una mirada al cine afro e indígena....................................14

El cine del mundo en Bogotá.............................................15

Una publicación de

Diario Criterio es una empresa de

ABC Producciones y Comunicación SAS.

Nit: 901.287.583-2

Director Editorial José Fernando Hoyos

Director Digital y de Proyectos Alejandro Hernández

Editor General José Ángel Báez

Asesor Digital Guillermo Franco

Asesor Editorial Mauricio Sáenz

Editor Actualidad Gustavo Gómez Martínez

Directora Unidad de Data Mireya Camacho

Editor Nación Jorge Alberto Cote

Editor Investigaciones Luis Ángel Murcia

Editor Cultura y Entretenimiento José Vicente Guzmán

Periodista Manuel Restrepo

Periodista María Fernanda Gaitán

Periodista David Ortega

Periodista Arantxa Díaz Aguirre

Periodista Estefanía Sánchez

Editor de Arte Sergio Mejía Bolívar

Editor Senior Audiovisual Christian Arévalo

Editora Audiovisual Luisa Rico

Desarrollador Web Juan David López

Jefe de Redes Luisa Suárez

ÁREA ADMINISTRATIVA

Directora Administrativa y Juridica Natalia Pulido

Contadora Administrativa Érica Viviana González

Síganos en nuestras redes:

@diariocriterio

www.diariocriterio.com

Montaje Portada: Arte Criterio.

Impreso por Editorial La República S.A.S.

Bogotá - Colombia © 2022

3


Fotos: Laboratorios Black Velvet

“El cine está hecho

Luego de una versión suspendida a la mitad y otra sui géneris, con

eventos esparcidos durante el año, vuelve el Festival Internacional de

Cine de Cartagena de Indias (FICCI). ¿Qué esperar de esta edición?

Ya han pasado dos largos años desde que la edición

60 del Festival Internacional de Cine de Cartagena

de Indias (FICCI) fue suspendida a la mitad. Habían

transcurrido solo tres días de charlas, proyecciones

y homenajes a figuras como el director de cine alemán Werner

Herzog, cuando el avance de la pandemia del coronavirus obligó

a frenar en seco todo lo que estaba planeado.

“El golpe al sector cultural fue tremendo y nosotros fuimos las

primeras víctimas porque cayó en pleno evento”, recuerda el director

artístico del FICCI, Felipe Aljure. Lo más difícil, recuerda, era

pensar en lo complejo que se veía una posible recuperación porque

a la par del festival, todo el sector y el ecosistema del cine (realizadores,

productores, distribuidores y exhibidores) resultó afectado.

Y la pandemia, con sus efectos, se fue alargando más de lo previsto.

Aun en medio de esas dificultades, al año siguiente el festival

hizo un esfuerzo enorme por mantener la presencialidad con una

edición distinta, a la que llamaron FICCI Interruptus: ocho jornadas

para proyectar largometrajes y cortometrajes en las noches

de luna llena de Cartagena. Una experiencia que no solo enseñó

que se pueden hacer proyecciones al aire libre con sonido y pantallas

de alta calidad, sino que contribuyó a profundizar el diálogo

entre el festival y el público local, una de las obsesiones de Aljure.

Ahora, cuando la pandemia parece estar dando un respiro, el

FICCI da un paso más en su camino a la recuperación con su edición

61, un regreso a la versión tradicional: seis días sin interrupciones

en los que personas de la ciudad, del país y del mundo se

encuentran alrededor del cine. Una edición en la que se proyectarán

154 películas de 38 países, la invitada especial será la actriz

española Rossy de Palma y habrá homenajes a directores clásicos

como Pier Paolo Pasolini y François Truffaut.

Y si bien es una edición con películas de alto nivel, incluyendo

una nominada a los premios Oscar, cintas que vienen del Festival de

4


Foto: Arturo Rodríguez

Felipe Aljure, director

artístico del Ficci, es cineasta

y ha dirigido 'La gente de

la Universal' (1991), 'El

colombian dream' (2006) y

'Tres escapularios' (2015).

para compartir”

Sundance y cinco estrenos mundiales, Aljure sabe que aún falta más

para recuperarse completamente del golpe que dejó la pandemia.

“En este momento se están escribiendo las nuevas reglas de las relaciones

cinematográficas –explica–. Las plataformas de streaming están

haciendo movimientos importantes que de alguna manera pueden

afectar la exhibición como la conocemos. Nos queda seguir

observando para, cada año, armar el mejor festival que podamos”.

Cine en pandemia

Aun así, en este mundo que intenta liberarse de la peste, Aljure y

el comité curatorial del festival encontraron que los cineastas no

se detuvieron. En algún momento llegaron a pensar que, debido

a las restricciones de la pandemia, a la hora de elegir las películas

para esta edición se iban a encontrar con pocas y de menor calidad.

Pero nada de eso pasó.

“Hay una tendencia, marcada por la pandemia, de producciones

filmadas en una sola locación y sus alrededores. Hay menos

historias de carretera o de las que ocurren en varias locaciones.

Con todo eso, son películas estupendas”, dice Aljure y habla de

cintas como Vortex, de Gaspar Noé; Ríos de ceniza, de Alberto

Gómez Peña; o La roya, de Juan Sebastián Mesa.

También encontraron, sobre todo en las nuevas generaciones,

una intención de mezclar géneros experimentales, atrevidos y

arriesgados, con otros más clásicos. Da como ejemplo A cidade

dos abismos, de Priscyla Bettim y Renato Coelho, que fusiona

estos nuevos modos de narrar con el thriller.

Todas estas películas, como sucede desde que Aljure y su equipo

llegaron al festival (2019), estarán divididas en varias muestras

que destacan lo mejor del cine indígena y afro, del cine sobre

Cartagena, del cine caribeño, de los cortos, del documental y de

las ficciones (de aquí, de allá y de acullá). Pero también habrá una

pequeña muestra para reflexionar sobre un tema coyuntural, a través

del cine. En este caso, con una sección que llamaron ‘Erotika’

Por cuarto año, además, los organizadores se mantienen en su

decisión de no tener una competencia oficial, como sucedía antes.

“Somos un festival en donde hay un comité curador que evalúa

las películas para decidir cuáles entran y en ese momento es que

se da una competencia. Una vez dentro, todas son invitadas de honor.

El cine, a diferencia del deporte, está hecho para compartir”,

explica Aljure.

Esa visión, así como su idea de festival, se ha venido consolidando

poco a poco. Y ahora, justo cuando el FICCI se repone de

todo lo que ha dejado la pandemia, es toda una apuesta.

5


Los recomendados del FICCI

Manuel Kalmanovitz, crítico de cine y quien hizo parte del comité curatorial de

esta edición del festival, recomienda 11 producciones para disfrutar en Cartagena.

1. All Eyes Off Me

(Hadas Ben

Aroya)

Sección: Erotika

En estas ediciones del FICCI

siempre hay una sección

que propone dirigir la

atención a algún asunto específico,

en este caso es Erótika, que se

enfoca en las corrientes corporales

y afectivas que nos atraviesan.

Esta película israelí, la segunda de

su directora, se centra en una muchacha

que, en sus relaciones con

un novio y con un empleador,

termina por cuestionar lo que desea

y lo que se supone debe desear.

2. La roya

(Juan Sebastián

Mesa) Sección:

Ficciones de aquí

La segunda película del director

de Los nadie hace un

cambio radical de paisaje y

pasa del caos urbano a la ruralidad

de una zona cafetera, escenario

de un choque generacional entre

los abuelos, sintonizados con

los ciclos de siembras, cuidados y

cosechas, y los nietos que sienten

la atracción de las diversiones frenéticas

de la ciudad. Una mirada

lúcida sobre el dilema imposible

de quedarse o irse.

3. Siete perros

(Rodrigo Guerrero)

Sección:

Ficciones de allá

En un primer piso de un edificio de Buenos

Aires, un hombre mayor vive con

los siete perros del título. En conflicto

con la administración, que no permite tener

tantos animales, el hombre busca encontrarles

dueño a algunos de ellos. Con una actuación

central cuidada y muy sutil, es una película de

dramas mínimos bellamente sintonizada con lo

que Georges Perec llama “lo infraordinario”.

4. Aloners

(Hong Sung-eu)

Sección:

Ficciones de acullá

La difícil conexión entre la gente es el asunto

central en esta película coreana que

muestra, sin grandilocuencias, el drama de

la trabajadora estrella de un call center que recibe

la tarea de entrenar a una nueva empleada en su

labor. Contrastando las exigencias de eficiencia

con las necesidades humanas de contacto, empatía

y cercanía, es una comedia triste sobre la

soledad en el capitalismo tardío.

5. La forma que

tienen las nubes

(José Luis Osorio,

George Gallardo)

Sección: Documentes

hecho en casa

Documental que retrata complejamente

a un hombre encarcelado durante un

permiso de salida para ver a su hija. Siguiéndolo

por tres días, la película revela que,

además de ser un padre cariñoso, atento y responsable,

en sus horas oscuras se ha dejado llevar

por el crimen y la violencia. La ambigüedad de

su figura central es incómoda pero bienvenida

en esta época de moralidades en blanco y negro.

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6. Las cercanas

(María Álvarez)

Sección:

Documentes algo

que declarar

Dos hermanas gemelas de

91 años, antiguas figuras

destacadas de la música

clásica, viven en un apartamento

asfixiante y atiborrado de recuerdos

en Buenos Aires. El documental

funciona como un catalizador

para que las dos hermanas

expandan ante la cámara, como si

se tratara de un referí, las corrientes

de afectos, la cercanía y la distancia,

los logros y los pendientes,

de esa cercanía extraordinaria.

8. Yo y las bestias

(Nico Manzano)

Sección:

Hace calor

Un veinteañero es expulsado

de la banda en la que toca

y decide emprender un

proyecto en solitario, aunque eventualmente

en la soledad se manifiestan

unas presencias misteriosas, con

el rostro oculto y vestidas de colores

planos. Es un viaje oscuramente cómico

el de este personaje abrumado

por la neurosis y la decepción en su

intento no del todo exitoso de fugarse

de la realidad venezolana.

7. Leonor will

never die

(Martika Ramírez

Escobar)

Sección:

La gente que hace

cine y lo que el cine

le hace a la gente

Homenaje gozoso al cine de

acción filipino ochentero,

con peleas no tan fluidas,

giros melodramáticos y abundante sangre, que tiene como protagonista a una

mujer mayor, exdirectora de este género que queda en coma cuando un televisor

le cae encima. Alternando entre el mundo real y lo que ella vive en su mente,

es un pastiche alegre y vital con romance, peleas, intrigas, canciones y bailes.

9. A cidade dos abismos

(Pryscilla Bettim y

Renato Coelho)

Sección: Omnívora

Siguiendo la tradición de películas

ambientadas en Sao Paulo

que exploran los cruces que

suceden en sus noches, este drama

sigue a una pareja de prostitutas en

sus recorridos e interacciones con

médicos sanguinarios, bartenders

comprensivos y policías violentos. Es

un viaje con momentos de esperanza

por las posibilidades de solidaridad

entre los desposeídos y de desazón

por la violencia institucional.

10. Chi ma nkongo´memorias

de un

pueblo cimarrón

(Lucas Silva) Sección: De indias

Documental extraño e

inclasificable, lleno de

vida y relajo, que registra

la llegada a San Basilio de

Palenque en 1999 del tamborero

Paulino Salgado para visitar

a su hermana, la cantadora Graciela

Salgado, líder de las legendarias

Las alegres ambulancias.

Más que una historia lineal, el

documental es una inmersión

en una cultura donde la música

y el festejo están ligados a la

vida y la muerte.

11. Para su tranquilidad,

haga su propio museo

(Ana Endara, Pilar Moreno)

Sección: Hace calor

Este documental panameño

toma como punto de

partida un museo casero

creado por una artista autodidacta

que encontraba criaturas

delicadas en hojitas, troncos y

pedazos de lata. A partir de la

mirada particular de la artista,

y dialogando con contemporáneas

suyas de la zona, el retrato

se amplía diestramente para

pensar las limitaciones existenciales

y expresivas de las mujeres

en una época no tan remota.

7


“El sector audiovisual

colombiano se acopló de manera

admirable a la pandemia”

Claudia Triana, la directora de Proimágenes, cuenta cómo le fue al

cine colombiano durante la pandemia y cuál es hoy la salud de este.

Desde 1998 está al frente de Proimágenes, entidad que

promueve el cine colombiano y acompañó todo el proceso

que le dio vida a la Ley de Cine (Ley 814), que

transformó la producción nacional, en buena parte con

la creación del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC).

Y como el Festival Internacional de Cine de Cartagena se alimenta,

en buena parte, de lo hecho en Colombia, DIARIO CRITERIO le

preguntó a Claudia Triana sobre cómo le fue a la producción nacional

en tiempos de pandemia y cuál es el presente.

CRITERIO: ¿Qué pasó con el cine colombiano durante la pandemia

y en qué quedó ahora que, al parecer, salimos de ella?

CLAUDIA TRIANA: El sector audiovisual, sin duda, fue uno de los

más perjudicados: se interrumpió la producción porque implica la movilización

de grandes equipos humanos y técnicos, así como el inevitable

contacto cercano en los rodajes. Y, además, el cierre de las salas de

cine. Pero la creación de películas no se detuvo y muchos realizadores

aprovecharon la cuarentena para escribir sus guiones; igualmente, varias

películas que ya no tenían posibilidad de exhibición presencial, encontraron

nuevas oportunidades de circulación en plataformas como

Retina Latina y RTVC Play. De esta etapa queda un sector fortalecido

que se acopló de manera admirable y que sigue en crecimiento.

CRITERIO: O sea, nunca quedó estático…

C.T.: Durante la pandemia la mayoría de festivales y mercados se

transformaron al formato híbrido y la formación también se trasladó a

la virtualidad. Nuestro cine estuvo en festivales clave, con participaciones

destacadas: En 2020, Son of Sodom ganó un premio en Cannes y

Entre tú y Milagros, en Venecia. En 2021, Memoria obtuvo el Premio

del Jurado en Cannes.

CRITERIO: ¿Y cómo va la reapertura de las salas?

C.T.: Si bien el Gobierno autorizó su apertura en septiembre de 2020,

tan solo a finales de noviembre de ese año se había logrado una apertura

del 60 por ciento con 75.904 espectadores en el primer fin de

semana. Esta cifra va en aumento y hoy el total de las salas se encuentra

en operación y el público ha venido reaccionando positivamente.

CRITERIO: ¿Qué cifras muestran los efectos de la crisis en el

cine colombiano?

C.T.: En 2019 se estrenaron 48 películas colombianas, siete más que en

2018. Del total, 19 fueron óperas primas. Ese año asistieron 73,1 millones

de espectadores a las salas de cine. Esta cifra representa un máximo histórico

para la industria cinematográfica colombiana. Con un incremento de 9

millones de espectadores frente a 2018, un crecimiento del 14 por ciento.

Claudia Triana dirige Proimágenes

desde 1998. Desde allí ha

sido testigo e impulsora de la

evolución del cine colombiano.

De los recursos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, para

2020, había aprobado un presupuesto de 38.066.227.042 pesos, que

por la pandemia se redujo a 14.037.772.242 pesos, que provenían de

un remanente de 2019 y del recaudo de taquilla de los tres primeros

meses del año. Es decir, se pudo destinar menos de la mitad del presupuesto

que se había proyectado.

Foto: Archivo Particular

8


Asociación Internacional de Comisiones Fílmicas

CRITERIO: ¿Y en 2020?

C.T.: Naturalmente, hubo una reducción dramática y un impacto

económico radical para la generación de empleos y la creación de historias.

Ya en 2021 la asistencia a salas creció 98 por ciento y diciembre

fue el primer mes con mayor asistencia desde 2019.

CRITERIO: En cuanto a la producción, ¿qué películas y cómo

se rodaron en épocas del covid?

C.T.: Con los Ministerios de Salud y de Cultura se reglamentó un

protocolo, implementado a mediados de octubre de 2020. Las películas

nacionales e internacionales, que regresaron con la apertura de los

cielos, se rodaron de acuerdo con las medidas de bioseguridad.

Progresivamente se activó el calendario de estrenos y en lo que respecta

a películas que cuentan con estímulos del FDC, a partir de la

implementación del protocolo, se rodaron 44 cortos y 12 largos, entre

ellos Jauría, Golán, Un varón, Los reyes del mundo, Anhell 69 y Sandra.

CRITERIO: Siempre se habla del distanciamiento entre el

cine colombiano y el público. ¿Eso ya se superó o qué falta

para que mejore esta relación?

C.T.: Esto es un proceso que lleva años y cuyo impacto se puede ver

incluso en el cambio generacional. Seguramente, con el trabajo de los

diferentes aliados del sector, en unos años podremos contar con un

público que se apropie de su cine.

Desde Proimágenes Colombia, y en articulación con las demás entidades

y organizaciones dedicadas a la promoción del cine nacional,

asumimos este reto como nuestra razón de ser y llevamos a cabo diversas

estrategias. En alianza con el Ministerio de Cultura, por ejemplo,

celebramos cada año la Temporada Cine Crea Colombia, dirigida a los

públicos, en la que ofrecemos mediante diversos canales y espacios un

catálogo de películas con acceso gratuito.

CRITERIO: Se habla de un auge del documental colombiano.

¿Es percepción? ¿Es realidad?

C.T.: La producción documental en Colombia se mantiene en constante

actividad. De hecho, podríamos decir que desde 2016 el documental

nacional ha empezado a crecer en estrenos. En 2019, hubo

48 estrenos de los que ocho fueron documentales; en 2020, se estrenaron

27 películas colombianas, diez son documentales. Y en 2021,

hubo 30 estrenos colombianos de los cuales diez fueron documentales.

Esto ocurre también por la labor de distribuidoras alternativas como

DOC:CO y Distrito Pacífico. De este año, es importante resaltar a

ALIS, película de Clare Weiskopf y Nicolás van Hemelryck, que nos

representó en la Berlinale, llevándose dos premios.

CRITERIO: ¿Qué aspira a decir en diciembre de 2022, a la

hora de hacer un balance del cine colombiano en el año?

C.T.: Como Proimágenes nuestra aspiración permanente es seguir

aportando a las políticas que han logrado que el sector audiovisual sea

relevante para el país, no solo en el sector cultural, sino en la economía,

la educación y sectores complementarios como el turismo; esperamos

que el recaudo se siga recuperando para ampliar las estrategias de fortalecimiento,

no solo en la producción cinematográfica, sino de series,

videojuegos y otros tipos de contenido y también en la promoción del

país como escenario de rodaje; que más producciones internacionales

se realicen aquí implica empleo y oportunidades. Trabajaremos por

avanzar en el camino de reconocimiento nacional e internacional de

este sector como elemento de patrimonio inmaterial, determinante

en nuestra identidad como país; recuerde que un país sin cine es como

una casa sin ventanas.

POR PRIMERA VEZ

EN LATINOAMÉRICA

BOGOTÁ

Colombia

2022

20, 21 y 22 de septiembre

Patrocinador Oficial

Organizadores

9

9


La persistencia del

‘Camilo Torres Restrepo: el amor eficaz’, el más reciente documental de

Marta Rodríguez, pionera del cine colombiano, es un homenaje a su amigo,

el cura guerrillero. Se verá por primera vez en el FICCI.

Por Alejandra Meneses Reyes*

Foto: Archivo Particular

Sentada en la cocina de su casa, Marta Rodríguez sostiene

una conversación imaginaria con Camilo Torres, el amigo

que una vez le habló sobre ‘el amor eficaz’. Reconociendo

la forma en la que las ideas de Camilo han atravesado

su quehacer cinematográfico, la directora le hace preguntas

a un fantasma que permanece vivo 56 años después. La imagen

espectral de Camilo ha aparecido una y otra vez en nuestra historia

y cinematografía[1], pero, en esta ocasión, una voz sin cuerpo

atraviesa el material de archivo, lanzando una mirada a lo vivido

y suponiendo algunas respuestas. Marta Rodríguez y Fernando

Restrepo se arriesgan, así, a volver a traer a Camilo Torres, exponiendo

su influencia a través de los años, a pesar de la paradoja de

su temprana desaparición.

Camilo Torres es indefinible. Sociólogo, sacerdote, docente, líder

político, revolucionario… Los rótulos se quedan cortos frente

a su figura. Quizá su condición permanente fue la transformación

y el ser contradictor de los poderes jerárquicos institucionales.

Por ello, buscaba involucrarse en los contextos sociales de los más

vulnerables y vulnerados, en lugar de promulgar a distancia la palabra

de Dios. Era en la cercanía espiritual y la solidaridad social

activa que residía, para él, el sentido del ‘amor eficaz’. Un amor

con resultados, capaz de materializarse en acciones concretas, en

el compartir comunitario, en la lucha popular en contra de las

violencias estructurales.

En su más reciente

documental, Marta Rodríguez

(88 años) intenta un diálogo

con su amigo Camilo Torres

Restrepo, quien murió en

combate en 1966.

El amor es eficaz cuando empieza en el propio ser en relación

con los otros, cuando se reconocen las necesidades compartidas

y se unen fuerzas para solventarlas en justicia. El amor eficaz se

compromete, se esfuerza y se sacrifica de ser necesario. ¿Era necesario?

Le pregunta Marta al Camilo fantasmal. ¿Era necesario

morir a los 37 años con un fusil en mano? Esas mismas manos

que predicaban el amor por el otro, ¿armadas?, ¿sirvió el sacrificio

para el cambio social? La palabra muerte, la violencia crónica,

sigue rondando nuestra cotidianidad, señala Marta. ¿Cuáles son

los límites de la violencia como instrumento de cambio político?

Los derechos básicos también configuran el amor eficaz. ¿Cómo

dejar callado el corazón ante la vulneración de estos derechos? Y, a

su vez, ¿qué significa organizarse?, ¿cómo?,¿para qué?, ¿es necesario

morir? Marta nos mira desde el fondo de la pantalla. ¿Somos las y

los jóvenes que como a Camilo ella quiere cuestionar?

La conversación entre Marta y Camilo se alterna con los pensamientos

y testimonios de otros sacerdotes y estudiosos de la

violencia en el país. La música resuena protestante y familiar sobre

las imágenes de la violencia, las fotografías de Camilo y el archivo

de la directora y de su compañero Jorge Silva.

Camilo pensaba que el pueblo estaba desesperado y que lucharía

hasta las últimas consecuencias. ¿Lo estaba?, ¿lo está?, ¿desesperado

o esclavizado? Cuando Marta Rodríguez y Jorge Silva

filmaron Chircales (1972) el pueblo necesitaba hacerse consciente

de su propia condición. Para

la cineasta se ha tratado de

un proceso lento, de mirar

de cerca, de mirar de lejos,

de mirar con otros ojos,

desde el lugar de los otros

–campesinos, indígenas,

mujeres, etcétera–, de darles

voz artísticamente sin bajar

la guardia de la denuncia,

pero no de sacrificar la propia

vida por la revolución.

Marta ha hecho de su cine

la insignia de su propia revolución.

De Camilo aprendió

el valor de la mirada sobre

los otros y la apertura

* Filósofa, crítica de cine y docente de

cine documental.

10


amor eficaz

Otros documentales

para ver

‘LOS ZULUAGAS’

(Flavia Montini)

Sección: Documentes

- Hecho en casa

El hijo de dos exguerrilleros

del EPL, exiliados en Italia,

que nunca entendió por qué

sus padres eligieron la lucha

armada por encima de la familia,

regresa a Colombia para encontrar respuestas.

‘MAGALUF GHOST TOWN’

(Miguel Ángel Blanca)

Sección: Documentes - Algo

que declarar

La historia de cómo Magaluf,

un municipio de la isla de

Mallorca, España, ha hecho del

turismo de las fiestas, los excesos,

las drogas y el sexo, su razón de ser.

‘MYANMAR DIARIES’

(The Myanmar Film Collective)

Sección: Documentes - Globo

Un poderoso material audiovisual,

hecho por varios cineastas,

sobre las protestas y el

movimiento de desobediencia

civil nacido tras el golpe de

Estado de febrero de 2021.

OSTROV - LOST ISLAND´´ (Svetlana

Rodina, Laurent Stoop)

Sección: Documentes - Globo

Una isla rusa en el Mar Caspio

solía ser un paraíso pujante

hasta que, en los noventa, comenzó

un declive que la tiene

en ruinas, sin electricidad y sin

esperanza.

del corazón. Quien se abisma a hacer cine documental pensando en la posibilidad

de una transformación social se arriesga a no acumular riquezas, pero

quizá su resonancia brilla a largo plazo. Como Camilo, Marta ha puesto el

compromiso personal y social por encima de otros intereses. Su quehacer

persiste para la memoria, como persiste la lucha de Camilo Torres en las

calles, desde otras voces, desde todos los rincones del país.

[1] Varias películas documentales se han realizado en torno a la vida y resonancia de Camilo Torres

en nuestra historia. Entre ellas: Camilo Torres Restrepo (1966), de Diego León Giraldo; Camilo, el cura

guerrillero (1974), de Francisco Norden; El rastro de Camilo (2016), de Diego Briceño.

‘FATHER’ (Deng Wei)

Sección: Documentes - Globo

El abuelo de Deng Wei, ciego

desde los 3 años, vive con

amargura a sus 80 por la difícil

relación que lleva con su

hijo, padre del cineasta. Un

contraste entre dos generaciones

en la China contemporánea.

11


Pier Paolo Pasolini:

una

Este año se conmemora el centenario del nacimiento de uno de los intelectuales

más influyentes y polémicos del siglo XX. El FICCI presenta cuatro de sus

películas que abarcan una década e intereses diversos y de gran actualidad.

Por Pedro Adrián Zuluaga

Pasolini era un niño de pocos años cuando tuvo su primer

encuentro premonitorio con el cine: vio, en la calle, el

afiche de una película donde un tigre se preparaba para

despedazar –o quizá comerse– a un hombre. El niño, en

vez de asustarse como se esperaría, quiso ver la película. Sus padres

no lo permitieron. Esta “escena primitiva” de deseo, transgresión

y prohibición la cuenta Nico Naldini, insuperable biógrafo de Pasolini,

y pueden verse en ella las claves para mirar el abismo de un

hombre fascinado por fuerzas arcaicas e irracionales en aguda tensión

con un deseo de orden y comprensión.

La realidad, para Pasolini, era desbordamiento y pasión. Al escribir

–y lo hizo profusamente– sentía que la vida estaba contenida por un

sistema convencional de signos: las palabras. Con el cine encontró que

podía “expresar la realidad a través de la realidad”. A partir de Accattone

(1961), su primera película, se produce en Pasolini una explosión

de su amor –sin filtros– por los cuerpos, las acciones y los gestos.

Accattone –uno de los cuatro títulos de Pasolini que presentará

el FICCI– entronca con la tradición neorrealista de películas volcadas

a la representación de la vida en sus propias condiciones de

emergencia, pero la lleva a un lugar donde se anudan lo épico y lo

mítico. El mundo de los arrabales romanos es presentado con una

mezcla de crudeza y monumentalidad, como si la influencia de

Giotto y Masaccio, pintores que fueron una referencia de Pasolini

para construir la visualidad de la figura humana, se encontrara

con el deseo de “dar a ver” de manera directa, casi cruel: la de un

Rossellini o un Mizoguchi.

Prostitución, sexualidad y crimen aparecen como intereses de

Pasolini en su exploración de las periferias romanas en Accattone.

Pero al director no lo mueve solo el deseo de escandalizar –aunque

su vida fue un incesante escándalo– sino el de investigar la

densidad cultural de estos espacios periféricos, considerados bárbaros

por la cultura oficial. En eso, Pasolini tendrá un declarado

heredero en un cineasta –y poeta– como el colombiano Víctor

Gaviria. A ambos les interesarán las lenguas menores, y la manera

en que los jóvenes desafían toda autoridad con su sola existencia.

A propósito de una escena de Teorema, que arroja luz sobre un

mundo oculto de prostitución en la Estación de Trenes de Milán, la

profesora italiana Alessandra Merlo sintetizó así los intereses cinematográficos

de Pasolini: “Mostrar los actos que en nuestra sociedad

definen al sexo (…) entre lo que dicta la dignidad y lo que nos

empuja a darnos vuelta, caminar, comprometernos”. Pasolini mismo,

micrófono en mano, viajó por Italia y les preguntó a sus compatriotas

por la sexualidad. Pone en lo público lo que siempre se

consideró privado. El resultado es Comizi d’amore (1964), un filme

* Periodista y crítico de cine de Diario Criterio.

Las cuatro películas de Pasolini

que se verán en el FICCI:

Accattone, Comizi D'amore,

Pocilga y El Decameron.

12


contradicción viva

Pasolini descansa en medio del

rodaje de una de sus películas

en Matera, Italia. El director

apareció muerto y golpeado

en noviembre de 1975.

Foto: GaHetNa

construido con las voces de la gente, con su urgencia de hablar a la

vez que con su incapacidad para ir más allá de discursos heredados.

Esta película, que también se presentará en el FICCI, es de una

asombrosa actualidad. En este y en otros trabajos incompletos o

La nueva ola de Truffaut

Además de Pasolini, el FICCI también

le rendirá un homenaje al

guionista, actor y crítico de cine

François Truffaut, por los 90

años de su natalicio.

Se dice que desde pequeño, el francés

fue un excelente lector aunque

“mal alumno”. Tuvo una infancia

difícil, que dio a conocer en su ópera

prima, Los cuatrocientos golpes (1959),

un éxito que se destacó en Cannes con

el premio al mejor director.

Desde entonces, fue uno de los mayores representantes del

nouvelle vague (la nueva ola francés), un movimiento que surgió a

finales de los años cincuenta y que cambió para siempre la forma

de hacer cine, rompiendo con las normas preestablecidas y haciendo

películas muy personales, que exponían la vida humana y la

mostraban sin tapujos.

En Cartagena se podrán ver Les 400 coups (1959), Jules et Jim

(1962), Le dernier métro (1980) y Vivement dimanche (1983).

apenas esbozados de Pasolini como Apuntes para una Orestíada

africana, Apuntes para una película sobre la India*, Apuntes para

un poema sobre el tercer mundo, Petróleo o San Pablo, hay un

Pasolini que desvela, incomoda, hurga e indaga. Para un mundo

como el de hoy, en que el arte ha devenido más proceso que resultado,

estas experimentaciones siempre inconformes de Pasolini

–estas películas por hacer– son actuales y visionarias. Como es

inspirador su permanente estado de duda y estupor en un presente

de militancias esencialistas.

Pasolini, quien se definió a sí mismo como una “fuerza del

pasado”, va de nuevo al encuentro de lo arcaico en las otras dos

películas suyas que trae el FICCI. En Pocilga (1969), desdobla la

película en dos partes y muestras la persistencia de lo bárbaro en

las entrañas del presente. “He matado a mi padre, he comido carne

humana y tiemblo de alegría”, es todo lo que dice el caníbal

que protagoniza el episodio “antiguo” de este filme.

En El decamerón (1971), su adaptación de Boccaccio, Pasolini

celebra la indisciplina de los cuerpos y su entrega a la vida y los placeres.

Cuatros años después abjurará de su propia “inocencia” y nos

deja con Saló, un testimonio del más cruel disciplinamiento sobre el

deseo. Es el fascismo, y está ocurriendo. “Estamos todos en peligro”

es el título –sugerido por él mismo– de la última entrevista a Pasolini,

realizada el día de su muerte, en 1975. El 2 de noviembre de ese año,

en una de sus habituales salidas nocturnas a los arrabales romanos, un

tigre (o un tigrillo pues el asesino era casi un niño) lo despedazó.

*Esta “película para hacer” plantea la historia de un majará que, según una leyenda

india, ofrece su cuerpo a los tigres para quitarles el hambre. Como el brasileño Glauber

Rocha, Pasolini creía que la fuerza esencial del tercer mundo era el hambre.

Foto: Domenico Notarangelo

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Una mirada al

cine afro e indígena

Además de las dos muestras oficiales, con largometrajes y cortometrajes

provenientes de todo el continente, el Ministerio de Cultura realizará

varios conversatorios para hablar de la representatividad.

El FICCI tiene, desde 2019, un espacio en su selección oficial

para el cine afro y el cine indígena. Fue una decisión

que en su momento levantó polémica, porque algunos

temían que por tener una mirada incluyente se perdiera

la calidad que identificaba al festival. Pero la experiencia de estos tres

años ha demostrado todo lo contrario: las dos muestras no solo les

han dado voz a cineastas e historias que normalmente tienen menos

posibilidades en el circuito comercial, sino que también han mantenido

la excelencia cinematográfica.

Este año, de hecho, las dos muestras dan un paso más allá y les

abren su espacio a largometrajes y cortometrajes de todo el continente

(y no solo de Colombia, como sucedía antes), lo que permitirá

abrir la mirada a otras narrativas que, sin embargo, mantienen en el

fondo temas muy parecidos.

En el caso de la muestra de cine afro, habrá dos largometrajes:

Apátrida, de la haitiana Michèle Stephenson, que sigue la lucha de la

abogada Rosa Iris Diendomi por devolverles la legalidad a los miles

de descendientes de haitianos a los que República Dominicana les

quitó la nacionalidad para “regular la situación migratoria del país”.

Y Opal, una película animada sobre la leyenda de una princesa hecha

por Alan Bidbard, de Martinica.

También destacan los cortometrajes El beat, de la colombiana

Irene Lema Dimaté, sobre la leyenda de Benkos Biohó en el Palenque

de San Basilio, y O ovo, de la brasileña Rayane Teles, sobre una

mujer que busca ser madre en un Brasil distópico.

En la muestra indígena se presentará Powerlands, en la que Ivey

Camille Manybeads Tso recorre el continente buscando otras mujeres

indígenas que lideren la defensa de sus territorios de la explotación

de las grandes multinacionales. También El canto de las mariposas,

una cinta peruana que sigue el viaje del pintor huitoto Rember

Yahuarcani al Amazonas en busca de sus orígenes.

En cuanto a cortometrajes colombianos, se presentará Aribada, de

Simon(e) Jaikiriuma Paetau y Natalia Escobar, que sigue la vida de

un grupo de mujeres trans en una comunidad embera del Eje Cafetero.

Así como El silencio de las semillas, de Elizabeth Pirela, sobre

una mujer wayúu, que, debido a la pandemia, regresa a la alta Guajira.

Además de las dos muestras, el Ministerio de Cultura tiene preparados

cuatro conversatorios para hablar del tema. El primero, el 17

de marzo a las dos de la tarde, reunirá a la ministra Angélica Mayolo

con dos realizadoras, para hablar de la importancia de la representación

y las estrategias conjuntas que pueden tomar el sector y la

institucionalidad para impulsar la participación de las comunidades

afros e indígenas en todos los eslabones de la producción audiovisual

y cinematográfica.

El segundo, el 18 de marzo a las diez de la mañana, reunirá a cinco

cineastas (tres de ellos indígenas) para hablar sobre las experiencias

de hacer cine con comunidades y en territorios indígenas. El 20 de

marzo a las dos de la tarde, habrá otro con cinco realizadores afrocolombianos

para hablar sobre la representación y participación de la

comunidad afrodescendiente en el cine colombiano.

Y finalmente, ese mismo día a las cuatro de la tarde, dos cineastas

indígenas y dos afrocolombianos discutirán sobre representación en el

cine nacional y sobre cómo fomentar la participación, profesionalización

y producción audiovisual en comunidades y territorios étnicos.

Los conversatorios serán en la sede de la Agencia Española de

Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid).

Dos de las películas que harán parte de la muestra

de cine afro: Opal (arriba), un largometraje de Alan

Bidbard, y El beat, un corto de Irebe Lema Dimaté.

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Foto: Dynamo Rock and Cola

Foto: Idartes

La Asociación

Internacional

de Comisiones

Fílmicas (AFCI)

escogió a

Bogotá debido

al crecimiento

de los rodajes

en la ciudad.

El cine del mundo en Bogotá

La capital será sede de Cineposium

2022, que reunirá entre el 20 y el

22 de septiembre a las comisiones

fílmicas de todo el mundo.

De un tiempo para acá, Colombia se ha convertido en

un destino recurrente para que las productoras internacionales

filmen sus películas, series y programas de televisión.

Entre 2015 y 2021, por ejemplo, se expidieron

9.910 permisos para filmaciones audiovisuales (un promedio de 1,416

al año), y muchos han visto a actores como Tilda Swinton, Will Smith

o John Cena paseando por las calles de algunas ciudades.

Detrás de ese esfuerzo hay, además de una ley nacional, varias entidades,

como la Comisión Fílmica Colombiana, la Comisión Fílmica

de Bogotá o la Comisión Fílmica de Medellín, cuyo fin es promover

al país o a cada ciudad como destino para filmación y que se encargan

de tramitar y facilitar los permisos, y de promover al talento local para

que apoye esos proyectos.

Comisiones como esas hay en todo el mundo y están agrupadas

en la Asociación Internacional de Comisiones Fílmicas (AFCI por su

sigla en inglés), una entidad creada en 1975, que cada año realiza un

encuentro para reunir a los comisionados de todo el mundo con personas

relevantes de la industria audiovisual, para hablar de los temas

más importantes, compartir ideas y mirar nuevos proyectos.

Los encuentros, llamados Cineposium, se han realizado en ciudades

como Nueva York (Estados Unidos), Barcelona (España) o San Petersburgo

(Rusia). Y este año, entre el 20 y el 22 de septiembre, llegará a

Bogotá un hecho histórico, porque es la primera vez que se hace en

América Latina y porque permitirá que personas relevantes del sector

lleguen al país.

“Es una ventana para mostrar la ciudad y generar un diálogo común

como industria, tanto a nivel nacional como internacional. Además,

fomenta la participación, la formación, la capacitación y el ‘networking’”,

como explica Ricardo Cantor, gerente de artes audiovisuales

del Idartes y director de la Cinemateca de Bogotá.

El evento será en Bogotá, gracias a una propuesta que presentó un

comité, liderado por la Comisión Fílmica de Bogotá, que pertenece

a Idartes, y la Cámara de Comercio de Bogotá, y que también contó

con el apoyo del Instituto Distrital de Turismo de Bogotá, Procolombia,

Proimágenes, la Comisión Fílmica Colombiana, Invest in Bogotá

y el Greater Bogotá Convention Bureau.

La presidenta de AFCI, Eve Honthaner, explicó que la ciudad no

solo presentó una propuesta excepcional, sino que la entidad “está

encantada de mostrar su apoyo a la industria y nuestra creciente membresía

en América Latina”. Un continente en el que la producción

de cine y televisión ha crecido. Tanto, que solo en Bogotá hay más de

100 estudios para producir, además de cine y televisión, animación y

videojuegos.

Otra cosa que ayudó a la selección, fue que el Cineposium de este

año está programado para después del Festival Internacional de Cine

de Toronto (TIFF), que se lleva a cabo en Canadá, país con la misma

zona horaria de Colombia (y con muchos vuelos directos disponibles

diariamente desde y hacia Bogotá), lo que permitirá a los participantes

asistir a ambos eventos en sucesión.

“Será una gran oportunidad para mostrar el crecimiento de las artes,

la cultura y la creación de la ciudad, además de continuar con los

esfuerzos para posicionar a nuestra capital como el epicentro audiovisual

de la región”, dice Catalina Valencia, directora de Idartes.

Foto: Pixabay: Germán Rojas

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PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL

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