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COLOMBIA

Un Estado que no esté en capacidad de proteger a su población es indolente, ya que al no incluir en su agenda la solución a los problemas sociales que aquejan a la comunidad está atentando contra la paz. Los dirigentes políticos se han acostumbrado a conocer las atrocidades que cometen grupos criminales contra personas inocentes, sin preocuparse por investigar lo que sucede, por qué y quien lo hace. El Estado no se inmuta frente a la ola de violencia imperante, y los humildes campesinos son quienes más sufren, ya que cuando se presenta una masacre el gobierno trata de justificar sus acciones contra la población señalando a los muertos como subversivos, y mostrando ante la opinión pública pruebas incongruentes. El panorama en cuanto a la denuncia y encarcelamiento de los perpetradores de crímenes no es alentador, el presidente se preocupa más por proteger las fuerzas militares de sus acciones irresponsables sin ninguna planificación, que hacer verdadera justicia social. Los guerrilleros, los paramilitares, los narcotraficantes, la delincuencia común, los terratenientes, hacen de la suya en una nación que se desangra sin la protección adecuada a la ciudadanía. En Colombia lo que se quiso representar con la paloma de la paz con el olivo en su pico, pasó de ser blanca a negra porque esa es la verdadera realidad del país. En el libro se hace una serie de reflexiones y se presenta una encuesta sobre dicha problemática, junto con unas tipologías que reflejan la indiferencia de un Estado que no hace nada para acabar con las matanzas, que ponen en primera plana de la opinión internacional a una nación cuya bandera se tiñe de rojo con la muerte de inocentes.  

Un Estado que no esté en capacidad de proteger a su población es indolente, ya que al no incluir en su agenda la solución a los problemas sociales que aquejan a la comunidad está atentando contra la paz.

Los dirigentes políticos se han acostumbrado a conocer las atrocidades que cometen grupos criminales contra personas inocentes, sin preocuparse por investigar lo que sucede, por qué y quien lo hace.

El Estado no se inmuta frente a la ola de violencia imperante, y los humildes campesinos son quienes más sufren, ya que cuando se presenta una masacre el gobierno trata de justificar sus acciones contra la población señalando a los muertos como subversivos, y mostrando ante la opinión pública pruebas incongruentes.

El panorama en cuanto a la denuncia y encarcelamiento de los perpetradores de crímenes no es alentador, el presidente se preocupa más por proteger las fuerzas militares de sus acciones irresponsables sin ninguna planificación, que hacer verdadera justicia social.

Los guerrilleros, los paramilitares, los narcotraficantes, la delincuencia común, los terratenientes, hacen de la suya en una nación que se desangra sin la protección adecuada a la ciudadanía.

En Colombia lo que se quiso representar con la paloma de la paz con el olivo en su pico, pasó de ser blanca a negra porque esa es la verdadera realidad del país.

En el libro se hace una serie de reflexiones y se presenta una encuesta sobre dicha problemática, junto con unas tipologías que reflejan la indiferencia de un Estado que no hace nada para acabar con las matanzas, que ponen en primera plana de la opinión internacional a una nación cuya bandera se tiñe de rojo con la muerte de inocentes.

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COLOMBIA UN ESTADO

INDOLENTE

Soy un hombre honesto, puntual, respetuoso, entregado, dedicado con gran

sentido de pertenencia, emprendedor, excelente trabajador tanto en equipo

como individual, perfeccionista, me gusta aprender, siempre doy lo mejor de mí

en todo lo que hago por eso cada cosa que hago refleja mi esfuerzo y dedicación,

no me quedo con nada siempre me encuentro indagando a fondo sobre cada

tema para así aprender más y poder perfeccionarme en lo que me desempeñe

mejorando cada vez más, soy una persona de empuje. Me he formado en

sistemas , inglés, artes gráficas, diseño industrial y profesional en

mantenimiento de motocicletas e ingeniería mecánica. En mi labor docente

propendo por una sociedad más justa e igualitaria

Un Estado que no esté en capacidad de proteger a su

población es indolente, ya que al no incluir en su agenda la

solución a los problemas sociales que aquejan a la

comunidad está atentando contra la paz.

De venta en las principales librerías del mundo

Los dirigentes políticos se han acostumbrado a conocer las

atrocidades que cometen grupos criminales contra

personas inocentes, sin preocuparse por investigar lo que

sucede, por qué y quien lo hace.

El Estado no se inmuta frente a la ola de violencia

imperante, y los humildes campesinos son quienes más

sufren, ya que cuando se presenta una masacre el gobierno

trata de justificar sus acciones contra la población

señalando a los muertos como subversivos, y mostrando

ante la opinión pública pruebas incongruentes.

El panorama en cuanto a la denuncia y encarcelamiento de

los perpetradores de crímenes no es alentador, el

presidente se preocupa más por proteger las fuerzas

militares de sus acciones irresponsables sin ninguna

planificación, que hacer verdadera justicia social.

Los guerrilleros, los paramilitares, los narcotraficantes, la

delincuencia común, los terratenientes, hacen de la suya en

una nación que se desangra sin la protección adecuada a la

ciudadanía.

En Colombia lo que se quiso representar con la paloma de

la paz con el olivo en su pico, pasó de ser blanca a negra

porque esa es la verdadera realidad del país.

En el libro se hace una serie de reflexiones y se presenta

una encuesta sobre dicha problemática, junto con unas

tipologías que reflejan la indiferencia de un Estado que no

hace nada para acabar con las matanzas, que ponen en

primera plana de la opinión internacional a una nación cuya

bandera se tiñe de rojo con la muerte de inocentes.

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