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HISTORIAS PARA PERDERSE _ENTRE HOJAS

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Escuela Normal Superior de Querétaro

Historias para perderse

“Entre hojas”

ESCRITOS POR JÓVENES NORMALISTAS DE LA ENSQ

Coordinado por la Mtra. Nayely Cancino Banderas



DIRECTORIO

MVZ. Francisco Domínguez Servién

Gobernador Constitucional del Estado de Querétaro

M. en C. José Carlos Arredondo Velázquez

Secretario de Educación

Lic. Fernando Urbiola Ledesma

Director de Educación

Lic. Jesús Hernández Briseño

Director de la Escuela Normal Superior de Querétaro

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución,

comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la

autorización expresa de su titular, salvo excepción prevista por la ley.

D.R. © 2021 Escuela Normal Superior de Querétaro

Colón 14, Centro Histórico, C.P. 76000

TEL: 2144941

Querétaro, Qro.

Primera edición: Mayo 2021

ISBN: 978-607-9435-19-6

Impreso en México

Printed in Mexico

5



PRESENTACIÓN

Cuando descubres en tus alumnos que tienen algún talento relacionado con la capacidad

de transformar las ideas, las emociones y vivencias en letras, puede decirse que como

maestro has dado un gran paso.

La capacidad y el talento para escribir no es privativo de los escritores, cualquiera de

nosotros que desee dejar una huella imborrable puede plasmar en el papel lo quiera

recordar para la posteridad.

No obstante, una competencia que como maestros debemos tatuar en nuestros alumnos

es precisamente esa habilidad para deslizar sobre el papel lo que no podemos expresar

mediante la oralidad.

La escritura en el nivel superior ha sido objeto de estudio en lo que se conoce como

“escribir a través del currículo” y escribir desde los cursos, talleres de redacción, entre

otros. Es decir, que en todos los cursos que comprende la malla curricular del Plan de

Estudios 2018 para la Formación de Maestros que, son dos procesos que tienen un

papel esencial como herramientas para que docentes y estudiantes puedan acceder

o abordar los contenidos, así como construir conocimiento en cada espacio curricular.

La construcción de textos literarios y narrativos no debe ser una actividad obligada

solo para los docentes que imparten esas asignaturas, sino que debe ser una intención

orientadora y motivadora de cualquier docente.

En ese sentido, en la Escuela Normal Superior de Querétaro, desde el año 2016,

cuando se implementó el Programa de “Leer para la vida” por parte de la Secretaría de

Cultura; cuyo objetivo era sensibilizar sobre la importancia para desarrollar habilidades

de la lectoescritura y poder habitar en la sociedad de la información con suficientes

herramientas y más aún, cuando se trata de escuelas formadoras de docentes.

No hemos cesado en los intentos de inculcar este binomio cultural de leer para escribir.

Han sido muchos los intentos que se han realizado en el interior de nuestra normal, en

el sentido de que el maestro escriba y publique para que el alumno también lo haga y

por primera vez en la historia de nuestra Institución, en este ciclo escolar 2021 son los

normalistas quienes protagonizan la publicación de textos narrativos y poéticos.

Por ello felicito ampliamente a la Mtra. Nayely Cancino Banderas quien a través de

su trabajo en la academia de inglés lo mismo que en las comisiones que se le han

encomendado como, la creación del Primer Club de Lectura de la ENSQ “Entre hojas”

que con un grupo de normalistas cada sábado se reúnen en la Biblioteca Escolar ya sea

de manera presencial o virtual, incita y motiva a sus estudiantes tanto a la lectura como

a la escritura.

Este texto denominado “Historias para perderse entre hojas” es una muestra clara de su

trabajo incesante en pos de la adquisición de una competencia vital para las personas y

por ello me congratulo al saber que las y los estudiantes de la ENSQ son ahora, quienes

han participado en la creación y construcción de estas historias, mostrando así parte de

su motivación para ser pilares en el fomento a la lectura, aportando así su granito de

arena para la construcción de mundos nuevos.

Mtro. Roberto Compeán Martínez

DIRECTOR DE LA ENSQ



Índice

De seres vivos.......................................13

Cazando por elección............................................................................................15

Por Ma. Guadalupe Maldonado Saavedra

Rul la pulga.............................................................................................................19

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Torentino.................................................................................................................23

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Voces extintas........................................................................................................25

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

De la escuela y otras vidas..................27

Año 2021................................................................................................................29

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Diálogo entre un profe y su alumna........................................................................37

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Un viaje a través del tiempo: resguardando mi patrimonio....................................37

Por Alexa Daniel Jiménez Ibarra

Difícil pero no imposible.........................................................................................41

Por Jesús Alejandro Sánchez Linares

El autobús y Miley...................................................................................................43

Por Ma. Del Carmen Martínez Elizalde

El Chimeco.............................................................................................................47

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

El último lunes........................................................................................................49

Por Luz Elena Guevara García

Maldito beat-car......................................................................................................53

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Amanecer en Amealco...........................................................................................57

Por Esmeralda Bahena Hernández


De más de uno......................................59

35 años de matrimonio...........................................................................................61

Por Luz Yenira Servín Trejo

Amores fugaces.....................................................................................................65

Por Estrella Saraí Ruíz

Dulce melodía........................................................................................................71

Por Ernesto Daniel Marín Torres

Ellos........................................................................................................................73

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Hasta el cielo..........................................................................................................75

Por Luz Yenira Servín Trejo

¡Hasta que la muerte nos separe! .........................................................................79

Por Alejandra Zapata Vázquez

Ley de Herodes......................................................................................................83

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Problemas de amor................................................................................................85

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

De las artes............................................87

Estragos.................................................................................................................89

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Mariachi Loco.........................................................................................................91

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

De otros mundos..................................93

Campamento de terror...........................................................................................95

Por Perla Guadalupe González González

De regreso al combate..........................................................................................97

Por Alan Josué Irineo Gutiérrez

Deja tu mente Volar...............................................................................................99

Por Andrea Montoya Acosta


Entremés Navideño...........................103

¡Arriba todos, los reyes magos han llegado!........................................................105

Por Andrea Montoya Acosta

Ausente................................................................................................................109

Por Mayrel Michelle Maldonado Orozco

Supón que la noche es fría...................................................................................111

Por José Armando Esparza Santoyo

Una Luz de Esperanza.........................................................................................113

Por el Club de Lectura “Entre Hojas” de la Escuela Normal Superior de

Querétaro

Autores de las Licenciaturas en

Enseñanza Aprendizaje de la

ENSQ...................................................117



DE SERES VIVOS

13



Cazando por elección

Por Ma. Guadalupe Maldonado Saavedra

Había una vez en 1965 un joven llamado Rodrigo, un muchacho curioso y hambriento

de conocimiento, él era una persona cuyo interés era convertirse en cazador dentro de

los cerros mexicanos, para cumplir ese sueño tan preciado; para eso, tenía que recurrir

con un viejo sabio llamado Don Ezequiel, él le revelaría todas sus hazañas y además le

comentaría las anécdotas sobre los tropiezos que encontró en el camino ya que él viejo

no fue cazador por elección, sus padres lo obligaron desde muy pequeño e inclusive

se lo inculcaron a lo largo de su infancia mediante juegos aparentemente inocentes,

aunque la verdad nunca fue tan malo cazar, le terminó gustando después de todo y ahora

conocía tan bien las estrategias que era capaz de tener un aprendiz.

Don Ezequiel le enseñaría todos los secretos para convertirse en un excelente cazador,

quería inclusive llegar a ser el mejor, el más ágil, cuidadoso, victorioso y grande cazador

lleno de éxitos; es por ello que requería de una muy buena preparación.

Cuando Rodrigo llegó a la casa de Don Ezequiel, muy cerca de los cerros sinaloenses

se detuvo a observar con profundidad sus alrededores, la casa era realmente bella y

enorme, jamás vista por sus propios ojos, Rodrigo comenzó a preguntarse si todo eso

que le pertenecía a Don Ezequiel lo había conseguido cazando, la casa tenía además

un gran jardín con plantas que parecían ser interminables, de muchos colores y olores,

con mucho césped hermoso y brillante, podado de la manera más increíble, ¿qué habría

detrás de ese lugar tan maravilloso?

Rodrigo entonces recordó a sus padres, ellos sabían lo que pretendía y a pesar de que

se sentían confundidos al ver la partida de su hijo también estaban demasiado orgullosos

de él y solo querían verlo triunfar en lo que se propusiera.

Fue su tío Gerardo quien quiso negarse a que cumpliera sus sueños, diciéndole a su madre

que a los escasos 16 años era un puberto, que no sabía lo que quería y que únicamente

arruinaría su vida con sus estupideces e intentos absurdos; sin embargo, la familia para

él no tenía relevancia ya que solo convivían con Rodrigo para obtener información y

criticarlo, cosa que sucedía muy a menudo en aquellos pueblos sinaloenses, con gente

de avanzada edad. Su madre tuvo que confrontarlo y ponerle en claro que apoyaría a su

hijo en sus decisiones, a Rodrigo, no le quedó más que agradecer y emprender rumbo

a la casa de don Ezequiel.

Fue entonces que se sintió listo para entrar, dejó sus miedos y los nervios que tanto

lo atormentaban en ese momento, temía que fuera una persona imponente y que lo

tratara mal, Rodrigo siempre fue un joven curioso y sus pensamientos lo transportaban

a muchos escenarios, así le gustaba ir por la vida, soñando como todo hombrecito

conociendo el mundo.

Tocó la puerta, en instantes un viejo solitario se acercó para abrirla y preguntó

_ ¿quién es usted? _ a lo cual Rodrigo respondió con otra pregunta

_ ¿Es usted Don Ezequiel? _ El viejo contestó dudoso, con un movimiento de cabeza

respondiendo,

_Sí, ¿qué se le ofrece? Rodrigo, _ un poco asustado y dudando que aquel hombre viejo

y solitario lo ayudase a convertirse en un cazador profesional le responde:

15


_Don Ezequiel, vengo a usted para que me ayude a convertirme en cazador.

Don Ezequiel empezó a reír comenzando por utilizar un tono suave, después prosiguió

aumentando el volumen de su risa de manera gradual hasta llegar a ruidosas carcajadas,

no lo podía creer, aquel jovencito era pequeño y aparentemente tímido, aunque sabía

que podría contar con el potencial requerido; fue luego de las risotadas cuando respondió

haciendo mención de un viejo y sabio pensamiento:

_ ¡Mira muchachito, aquel que busca ser cazador, tendría que ser una persona bastante

inteligente para poder persuadir a sus presas!

Rodrigo explicó entonces que sus intenciones para ser cazador eran genuinas y

necesitaba entrenamiento de la persona correcta para poder llegar a serlo algún día.

_ Los cazadores no piensan como cualquier hombre, ni se dejan guiar por los demás;

los cazadores se guían por sus instintos para poder encontrar a su presa, cuando la ven,

saben que es la indicada y son capaces de sentir cuando se deben cazar.

Respondió Don Ezequiel.

_ Pero eso requiere de enseñanza por parte de alguien, es por esa única razón que yo

he decidido acudir a usted_ Contestó Rodrigo.

_ Yo solo te guiaré por el camino para convertirte en cazador, te lo pido de la manera más

atenta posible, no esperes más de mí, es todo lo que puedo hacer.

A la mañana siguiente, después de tantas dudas e incertidumbre Don Ezequiel le explicó

a Rodrigo que para poder convertirse en cazador necesitaba saber que las presas las

coloca la misma muerte dentro de las trampas, no el destino.

Rodrigo preguntó asustado _ ¿la muerte guiará a las presas hacia mis trampas?

_ Exactamente, la muerte es misteriosa y selectiva. Ella esconde los más profundos

secretos que casi nadie podría revelar; estoy presentándote un mundo de posibilidades

al brindarte a ti, jovencito, esta información exclusiva. La muerte sabe quiénes deben

seguir en el campo de los vivos y quiénes deben simplemente irse para siempre.

Aquella tarde Don Ezequiel y Rodrigo construyeron trampas de manera meticulosa,

llevando a cabo pasos específicos para que todo resultara perfectamente bien y

procedieron a colocarlas en distintos puntos en el cerro cerca de un río, según la gente

del pueblo, ahí solían pasar animales de todas las especies para caza, por lo tanto, el

viejo cazador y el aprendiz se encontraban en el lugar adecuado.

Para poder hacer salir a los animales, Don Ezequiel le explicó que deberá bajar su

energía corporal, haciéndole sentir a la presa que no hay ninguna amenaza cerca.

Rodrigo exclamó:

_ Pero, Don Ezequiel, ¿usted dijo que la muerte los guiará a mis trampas?

_Claro que lo hará, pero es necesario que nosotros bajemos nuestra energía para que

la muerte haga presencia.

Tiempo después una pequeña libre cayó en la trampa de Rodrigo, la trampa era una

jaula hecha de varas y ramas de árbol cubierta con hierbas secas. Al acercarse al animal,

Don Ezequiel le dijo a Rodrigo

16


_ Mata la liebre, torciendo el cuello del animal, con las manos.

Rodrigo asustado se acerca aún más, toma al animal entre sus manos, pero es incapaz

de asesinarlo y lo vuelve a meter a la jaula, al tiempo que voltea la mirada hacia atrás

para observar a Don Ezequiel quien se encontraba molesto, pero se acercó y le explico

a Rodrigo que la muerte había traído a la liebre directo a la trampa, para ser el alimento

de la noche,

_ El destino de la liebre es ser alimento.

Rodrigo aún asustado le respondió -Don Ezequiel, si la muerte eligiese el destino de

esta libre sería alimento para otro animal o quizás sus restos en descomposición serían

alimento para los bichos, la muerte no puede decidir en estos momentos la existencia

de esta liebre.

–¡Ay! Rodrigo, si a cazar quieres aprender, en mí debes confiar, sé perfectamente lo que

te digo, soy un viejo que ha tenido muy mala experiencia con las mentiras y no las quiere

nunca más en su vida, puedes fiarte de mí sin preocupaciones, todo estará bien. Fue así

que Don Ezequiel le hizo ver a Rodrigo que la liebre, aunque fuera libre; su tiempo de

vida no le permitiría llegar más allá del siguiente día. Rodrigo al no creer en las palabras

de Don Ezequiel, abrió la jaula e intentaba dejar en libertad a la liebre, cuando Rodrigo

vio que la liebre no salía de la jaula, volvió a observar con más calma al animal, la liebre

yacía muerta, arrinconada en la jaula.

Las palabras de Don Ezequiel se cumplieron y Rodrigo, siendo un cazador ya algo viejo,

aprendió que la muerte es quien decide que ser vivo entregará su existencia a la luz.

17



Rul la pulga

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Este libro ya está acostumbrado a estar empolvado y olvidado, pero se alegra cuando

buscan entre sus hojas; esta historia pues, se siente identificada con este personaje del

que les contare a continuación:

La pulga Rul era una pulguita muy juguetona, le encantaba tener amigos y recorrer

toda su casa. Vivía en Coffee, un perro dálmata, su pelaje era blanco y con pequeñas

manchas cafés, que se extendían a lo largo de su cuerpo. El lugar favorito de Rul la pulga

era siempre en la cabeza de Coffee; justo en el medio de sus ojos; en ese pequeño hueco

que quedaba entre la nariz y la frente, porque se formaba una especie de resbaladilla en

donde a Rul, le encantaba jugar.

La mamá de Rul era una gran pulga, pues le enseñaba en qué lugares debía de morder

para no lastimar a Coffee, le enseñaba la receta antigua de la abuela pulga. -¡Recuerden

no morder en las orejas, ya que corren mucho peligro y es seguro que Coffee los arroje

muy muy lejos, al rascarse con sus enormes patas! -decía su madre, repitiendo las

enseñanzas de la abuela-.

Un día, Rul jugaba, mordiendo y caminando por el cuello de Coffee; siguió caminando y

mordiendo hasta que de pronto, se perdió. Sin saberlo, llego a la oreja de Coffee y le dio

una buena mordida, pues tenía mucha hambre; enseguida Rul sintió un gran movimiento

que sacudió toda la oreja; ¡era la pata de Coffee!, justo en ese instante, después de

mucho malestar al perro con sus pequeños mordiscos, Rul salió disparado al suelo, lejos

muy, muy lejos.

Rul voló por los aires hasta que tocó el suelo, rodando y rebotando varias veces en el

jardín sin poder detenerse siquiera de una vaina de pasto, temblando por el susto y algo

mareado por las volteretas; trató de ubicarse, sin embargo; Rul ya no pudo regresar a

casa, caminó abriéndose paso a través de las ahora enormes vainas de pasto; hasta

encontrar la banqueta, en la parte frontal del jardín; pesó que así podría al menos,

esperar que un perro o un gato, aunque fuera callejero, le dejara subir a su lomo para

tratar de ver desde arriba, a su antigua morada, pero Rul se quedó solito.

Al día siguiente, la valiente pulga se dirigió al parque, pues quería divertirse y hacer

algunos amigos; no se sentía muy seguro estando lejos de casa.

Pero todos se divertían, otras pulgas, hormigas, garrapatas, piojos y chinches; ese

parque de juegos era un verdadero insectario y nadie invitaba a Rul a jugar, pues a nadie

le gustaba tener un amigo “mordelón”.

Rul paso así varios años, sin tener amigos, caminaba solo por las calles, nadie le daba

hospedaje cuando llovía; cuando hacia sol, nadie le brindaba agua para refrescarse,

nadie hablaba con él. ¿Sería posible que Rul olvidara qué es o cómo es tener y cultivar

una bonita amistad?

Llego el otoño y Rul se hizo un poco más grande; así que adaptó una hoja de árbol de

fresno como su casa.

Un día, sintió que su casa se levantaba por los aires como si fuera un avión; cuando

se acercó a la orilla de la hoja, echó una mirada al suelo, que en ese momento se

encontraba ya muy muy lejos, como para poder soltarse y regresar.

19


_ ¡Dante!, ¡ven no te quedes atrás! - Escuchó Rul agudizando sus pequeñas antenas,

algo mareado por su segundo y repentino vuelo de su vida; apenas le dio tiempo de

tomar sus cosas y aterrizar justo enfrente, antes de perder su hoja. Pudo ver entonces,

una linda cara contenta, que se dirigía al interior de la casa; comprendió el porqué de

su prisa; era la mamá de Dante, quien le invitaba a seguirla, para entrar al interior de la

casa.

Rul se llenó de alegría, pues Dante parecía ser un amigo fiel; la pulga buscó en su maleta

una gorra y una bufanda y pensó que ese, había sido un día excelente para volar y que,

por fin, después de mucho tiempo de estar solo, encontraría en Dante no solo un amigo,

sino también, con quien compartir un nuevo hogar.

La mamá de Dante tomó un libro de la biblioteca de la casa y le pidió a Dante que

se sentara, para que ella le leyera. Dante observó a ese pequeño insecto cerca de

la alfombra y le hizo una seña, tendiéndole la mano a Rul, para que subiera al sofá

apresuradamente. Así que la bella dama tomó el volumen, pasó entre hojas y leyó hasta

que Dante y Rul se quedaron dormidos.

Al día siguiente, Rul la pulga y Dante, el pequeño niño alegre, de tez clara, inquieto pero

muy inteligente; pasaron la mañana yendo juntos por toda la casa de un lado a otro y

mientras se iban conociendo, exploraban nuevos rincones.

Todo era nuevo y maravilloso para Rul, era una pulga llena de aventuras; pues gracias a

la creatividad que Dante había desarrollado por escuchar las lecturas de su madre, se le

ocurrían infinidad de historias y de un momento a otro podría convertirse en pirata, o ser

el ayudante del mago y con eso, lograba desaparecer el brócoli del plato que su mamá

le había cocinado.

Rul y Dante eran ahora, los mejores amigos pues Rul podía ver los universos que Dante

imaginaba, incluso ser el protagonista de algunos de ellos; pero no todo era juego, pues

al terminar de comer, su mamá hacía la tarea con él, Dante y Rul hacían carreritas para

saber quién contaba más rápido hasta el mil, y a Rul le encantaba verlos jugar; la mamá

le hacía castigos en idioma familiar; tan familiar, que Rul lograba sentirlos, pues los

castigos eran cosquillas que su mamá le hacía hasta agotar las carcajadas de Dante y

después de un momento, Dante, con un abrazo fuerte y cálido le decía a su madre, lo

mucho que la quería.

Rul como todo mejor amigo sabía todo de Dante, pero la vida de una pulga es muy corta

para ver crecer a Dante y que éste siguiera apreciándolo como su amigo; lamentablemente

cuando algunos adultos crecen, dejan de observar las cosas maravillosas que la

naturaleza regala; por lo que dicen desde entonces; que Rul la pulga, les cuenta a todos

los nuevos amigos que hace lo maravilloso que era Dante, un pequeño y aventurero

lector, que logró encontrar en una pulga, la verdadera amistad.

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Torentino

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Era un gran sábado y la plaza lo demostraba; en cada lugar del pueblo había un cartel con

una imagen y el nombre de él. En punto de las cuatro de la tarde ya estaban abarrotadas

las gradas, desde donde se veían ondeando los pañuelos y abanicos por el calor que

envolvía la emoción. A las cinco treinta de la tarde, cuando el sol estaba por retirarse; le

llamaron a su camerino, le tocaba participar. Con gran rapidez se posó enfrente de su

espejo, tomo su muleta y se acomodó su montera.

Al salir a la arena la multitud le aplaudió coreándolo, se colocó en el centro de la plaza,

moviendo un poco de arena con los pies como ritual de buena suerte y bajó un poco

su perfil, sin perder su gallardía. Después de la gran entrada, le tocó el turno de salir al

estelar de la tarde, en la sombra del túnel se entrecruzaron las miradas, eran unos ojos

blancos y grandes que el torero no perdió de vista, el animal siguió sigiloso y asomó

su cuerpo por la orilla de la plaza; cuando los rayos del sol le tocaron su pelaje el toro

resplandeció, su trote era tan elegante que le generó envidia a su oponente; recorrió

las orillas del escenario como si saludara a su público, el toro tomó su lugar quedando

de frente al torero; el bovino bajó la cabeza, mostrando sus largos y afilados cuernos,

se veía, qué digo se veía; ¡era un toro bien forjado!; su masa muscular parecía haberse

moldeado en un gimnasio olímpico. - ¡No es cualquier toro! - fue lo que el torero pensó.

23


Cuando el toro lo miró de frente y bufó, el torero lo reconoció; ese era el novillo que

anteriormente le perteneció; cuando éste era muy pequeñito. Tiró su espada, pero en

el intento se congeló, pues no podía dañarlo. - ¡Es “Torentino”! -, recordó. En el mismo

instante, el toro movió su cabeza, invitándolo a que siguiera con el espectáculo; el

torero tomó con las dos manos su muleta y la sacudió provocando al animal y por unos

segundos; el toro pataleó, tomó fuerza para el agarre, después solo se dejó llevar en una

carrera, el toro fijaba su meta en el manto rojo; mientras tanto el torero desconcertado,

decidía si esquivarlo por la derecha o la izquierda. El toro siguió y a mitad de su

trayectoria bajó los cuernos rosando el piso; cuando sintió el roce de la muleta, los dirigió

nuevamente hacia el cielo, moviéndose a la derecha y despegando sus patas delanteras

del piso; la muleta ondeó por los aires, los espectadores enmudecidos, se levantaron

de sus asientos, muchos de ellos intentando cubrir sus ojos con sus manos pegadas al

rostro; dejando unas rendijas para ver lo peor.

El torero giró dos veces a su izquierda perdiendo su montera; con un brazo extendido

y después de la maniobra, con la respiración agitada, agradeció a su público que le

reconoció su valentía en una oleada de aplausos y vítores. Las rosas caían al centro de

la plaza, el toro orgulloso, trotó con más gallardía al ver que la gente les aplaudía por tan

maravillosa suerte y se dirigió al túnel de donde había salido, guardando en su recuerdo

el encuentro con su antiguo dueño…

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Voces extintas

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Mi nombre no importa si mi futuro es incierto, al llegar la modernidad todo se irá

modificando. Mi trabajo es limpiar calles, hace treinta años lo hacía en las escuelas

por las mañanas y por las tardes recogía entre las hojas de los árboles en la alameda;

pero hoy debo de limpiar afuera de mi casa, aunque este a seis horas de la ciudad, un

tanto alejado de la tecnología, esto ha hecho que me traslade a diversas ciudades para

obtener un poco de pan, pero, por ahora; lidio con el calor del verano en mi casa que es

un multifamiliar, donde las ventanas de los vecinos se encuentran lado a lado, muy cerca

de las calles donde no te dejan dormir por el estruendo que provoca el paso de los autos

a todas horas; a pesar de ello, llega un momento en que todos queremos ir a descansar

y lo que menos uno desea, es escuchar ese ruido de los vecinos estresados igual que

yo, porque vivimos cada vez más, con menos áreas verdes.

Esto se volverá cada vez más difícil, como padre no puedo explicarles a mis hijos porqué

en los últimos años las migraciones de los desafortunados son cada vez más extensas ni

por qué a ellos, mis pequeños, los alimento de tan mala manera, no creo que entiendan

qué es lo que hay en estos tiempos de cambio y porque los chiquillos ya no pueden salir,

¡si por ellos es que cada vez somos menos!

Sé que estamos en épocas distintas, pero, ¿Quién no extraña a sus vecinos, los

pistacheros, sus sombras y fragancias al pasear por las esquinas? Ahora es difícil

encontrarlos con todos los aromas fétidos que despiden las calles.

Es triste entender ¿por qué los únicos días en los cuales no laboro, es cuando llueve?

La brisa y el viento que deja la lluvia a su paso limpia el cielo, elimina de las calles la

basura, el polvo de cosas olvidadas a propósito sobre las banquetas. El agua limpia todo,

si así fuere; me gustaría que limpie los corazones de los humanos, pero cuando los veo

bajo la lluvia los veo llevando un trocito de techo despegable y los que no tienen remedio

¡corren a toda prisa!

Me gustaría que nosotros también tuviésemos una lengua para decir todo lo que el

humano no quiere ver y juro que muchas especies no estaríamos en peligro de extinción.

Pero, lamentablemente esto es solo un pensamiento de una pequeña paloma.

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DE LA ESCUELA Y

OTRAS VIDAS

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Año 2021

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Hoy o nunca en mi vida

La jefa de grupo se asomó a la puerta con la táctica de un detective, - ¡ahí viene la

prefecta! - mencionó mientras corría a su lugar, se escuchó un mormullo –“Jorge no se

baña”-, un relinchido de caballo, un burro, borrego, pato, gato, perro y demás; el salón

era un zoológico, al entrar la prefecta al ruido se lo comió el regaño de tan exigente

personaje

_ ¡Hay Estrella, como pones el ejemplo, te pondré reporte por estar haciendo relajo; se

supone que eres “la jefa de grupo”! Muchachos; el director me mandó a decirles que el

próximo lunes 20 de noviembre les toca el turno de presentar los honores; a ver ¿quién

quiere participar?

El alumno más destacado levanto la mano.

_ ¡Hay Gordo tenías que ser tú!

_ A ver, ¿quién dijo eso? preguntó la prefecta

_ ¡Ulises! - Una voz desconocida, que la prefecta no ubicaba lo señalaba

_ ¡No es cierto maestra, fue ese Güey! (El inocente intento defenderse).

_ ¡Ulises, pásate aquí enfrente!

_ Pero maestra, ¡ese Güey fue! Sin herramientas, Ulises intento defenderse nuevamente.

_ ¡A mí no me importa, debe de saber que no se puede dirigirse de esa manera a otro

compañero!

_ ¡Por tonto! -, se escuchó otra voz en tono de burla.

_ A ver ¿quién quiere participar en los honores?… Nadie, bueno; pasare a los que en la

semana pasada obtuvieron un reporte.

La prefecta repartió los papelitos con las seis efemérides escritas en ellos, pero sobro

una y es ahí donde entro yo en la historia; por más que me escondí, la prefecta me dio

la última efeméride:

_ “20 de noviembre de 1910, se proclama el plan de San Luis y se da comienzo a la

Revolución Mexicana”- Para mí era algo indiferente; pero me aprendí lo que tenía que

decir por miedo a un citatorio.

La chicharra dio inicio al receso y fue entonces cuando me junte con mis compañeros

Carlos alias el “tortas”, como siempre con su mochila pegada a la espalda, jamás se la

quitaba, el “wipo” mi aliado de lentes; sus padres lo traen en su auto a la escuela, pero

va reprobando geografía, matemáticas y español, “Quiroz”, el único que no tenía apodo

por ser el líder; bueno si tiene apodo, pero nadie tiene el valor de mencionarlo por miedo

a tener una membresía de bullying por el resto de su vida. El receso estaba por terminar

y fui a caminar con la idea de ser libre antes de entrar a esos salones asfixiantes, en eso

me cerraron los ojos unas manos frías, y su perfume me hizo acelerar mi corazón, pero

la pregunta que me susurro en el oído la delato - ¿Adivina quién soy? -

29


_ ¡Eres Silvia! -, le respondí.

_ ¡Ash! _movió su cabello.

_ ¿Qué clase te toca?

_ ¡Tutoría¡;con un gesto señalándose a sí misma, me devolvió la respuesta.

_ ¡Educación física!

_ ¡Hoy preferiste estar con tus amigos! -, me dijo con voz desafiante.

_ ¡Y tú con Carla! - le respondí sin el aval de pelear.

_ ¡No es cierto!, no la he visto desde… ya hace tiempo.

_ Si quieres podemos quedarnos en el Laboratorio 2.

_ Quería tomarle la mano, pero me lleve su mochila y corrí mientras ella me perseguía

y nos pusimos cómodos en un punto ciego del laboratorio para que algún prefecto o

maestro no lograra descubrirnos.

Platicamos de todo y nada; lo bonito de esto era que existía una rivalidad y entre

empujones le quite una pulsera y vi algunos cortes, además de algunas marcas rojizas

que pudo hacerlas antes de venir a la escuela, intente no hacer un gesto que delatara

ante su persona mi descubrimiento; mientras me ponía la pulsera, Silvia no me siguió el

juego y en el momento menos indicado dije un comentario que sabía que no tenía que

decir:

_ ¿Me queda perfecta verdad?

_ ¡Necesito la pulsera!

_ ¡Está bien! _ y mientras me quitaba la pulsera bordada con su nombre, su mano toco

la mía para dejar lo que estaba haciendo.

_ ¡Mejor consérvala!

_ ¿En verdad?, ¿no la necesitas?; entendí que esa también fue una pregunta que no

tenía que haber hecho.

_ ¿Sabes que me corto cuando veo sufrir a mis abuelos?

_ ¿Vives con tus abuelos?

_ No, ellos viven con unos de sus amigos

_ ¿Tus padres murieron?

_ ¡Mis padres se drogan, tontito! Unas risas rompieron la atmosfera que me asfixiaba.

No sabía cómo al estar con ella tenía tantas preguntas que estaban deseosas de salir

de mis labios y en la clase de español en la práctica para la mesa redonda; jamás pude

hacer una sola pregunta; aun cuando estaban amenazando con reprobarme.

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_ No sé cómo puede durar tanto una hora.

_ ¿Te estoy aburriendo?

Mi respuesta era no, pero no sabía cómo decirlo, (no sea que lo echase a perder) y

entonces; sentí su abrazo ¡no sé cómo abrazarla! Pero creo que por fin hice lo mejor,

estar ahí sin decir nada, solo comiéndonos el tiempo y la fuerza del timbre fue lo único

que nos separó.

El tortas ya había estrenado su marrana en las paredes del baño y puso con mi corrector,

su mejor frase “Jorge no se baña”; escribir un verso en ese tono, para mí era muy

ofensivo.

A la salida, las porras del equipo profesional de la ciudad esperaban un camión; el mismo

que varios de mis amigos tomaban. Cuando veía esta postal, cada fin de semana quería

que el estadio lo hubieran construido al norte de la ciudad para que fuera yo quien no

pagara el pasaje, pues la porra invitaba el pasaje hasta el estadio; solo me conformaba

con escuchar a la porra ser coreada por la multitud de alumnos; así fue como llegue a mi

casa después de dos horas de haber salido.

Lunes

Antes de entrar, dos chicos corrían detrás de Quiroz, el primero lo pasó y el segundo le

dio un zape, estrellándole un huevo y Quiroz los intento alcanzar; pero el golpe y el huevo

que le escurría provocó que no lo hiciera.

_ Al verme me dijo - ¡esa mochila es del 1°G - y cuando la encuentre la vamos a echar

al sótano!

_ En menos de 5 minutos lo tuve que bautizar con cubetadas de agua para quitarle al

máximo, el resto de huevo estrellado y su desagradable olor.

Clase de español

_ ¿Quién huele tan mal? - dijo la maestra

_ ¡Jorge! por ahí se escuchó.

_ ¡Es el nuevo shampoo de Quiroz! Jajajaja_ Todos se rieron, menos yo; pues sabía las

consecuencias futuras.

_ ¡Vete a lavar la cabeza!

_ Está bien que te cuides tu cabello, pero sería mejor que cuides tus calificaciones- dijo

la maestra.

No tardo mucho la maestra en comenzar la clase y pasar lista, nos pidió que abriéramos

el libro y siguiéramos leyendo sobre la mesa redonda; tenía duda si la mesa redonda era

para debatir o para desarrollar leyes, para eso le pregunté a mi compañero que no me

escucho y tuve que repartírselo en voz alta.

_ ¿Otra vez tu Abel?

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_ Pero maestra…

_ ¡Pero nada!, no traes material, estas platicando, pero eso sí Abel; ¡estás bien atento

para decir que Quiroz cambió de shampoo! Mira, tienes muchos pretextos, ¡vete a la

dirección por un reporte!

Me levante de mi butaca y azote la puerta. Me salí a caminar por el patio de la escuela,

sin rumbo a la dirección claro, no podía dejar que una injusticia se concretara; pero la

prefecta Luz me vio caminar sin rumbo e interceptó mi camino:

_ ¿Otra vez afuera muchachito?

_ ¡La loca de español me sacó!

_ Si le faltaste el respeto tiene toda la razón-

_ No prefecta, ¡me sacó porque me vio preguntándole a un compañero para qué sirven

las mesas redondas!

_ ¿Nada más?

_ ¡Si maestra!

_ Me sacó del salón para pedirle un reporte y pues me dio coraje y le azote la puerta.

_ Haber vete al salón y si dice algo tu dile que en el receso le entrego el reporte.

_ No sabía que decirle, jamás me espere que me hiciera caso, aun contándole la verdad.

La banda de guerra comenzó a dar su toque rápidamente recordé que se me olvidó el

papelito con mi efeméride; y por más que lo pensaba, no lo recordaba del todo; solo

podía acordarme de que la efeméride estaba escrita en mi libreta; pero que estaba en mi

mochila y ésta, que estaba en clase de español y esa era una clase a la cual no quería

volver entrar….- “20… de noviembre”, intentaba tranquilizarme para recordar; mientras

estaba pensando cerca del auditorio, observé por un buen tiempo que se tardó en llenar

la plaza cívica. Aún con el tiempo extra que me dio el sonar del himno nacional, el himno

escolar, y el largo sermón del director no recordaba más que eso “20 de noviembre” y

solo rezaba para que la fecha que tenía en mi cabeza no fuera solo la fecha de ese día;

de pronto, solo escuche:

_ ¡ahora pasaremos con las efemérides! _ y como soldaditos, pasaba uno a uno de mis

colegas; cuando me tocó el turno, le pedí a mi compañero que ya había pasado, que me

prestara su folder; al estar enfrente del micrófono abrí el folder y salió la frase

_ “20 de noviembre de… _ Cerré los ojos ¡di algo por favor, di algo! no pasa nada,

recuerda, rebobina este paso – “20 de noviembre del 2019”, ¡Silvia de primero “H”!

¿quieres ser mi novia’?...

La plaza cívica se encendió entre silbidos y gritos románticos; el director me quito de un

jalón el micrófono, mientras pedía que la juventud enloquecida tomara compostura de un

acto que sé que los maestros a esa edad jamás se hubieran atrevido a realizar; quieren

que seamos como ellos, nos obligan a estar “quietos”; pero cuando logré tener la calma;

fue solo al ver la silueta de Silvia salir de entre la formación del grupo y gritar un largo

¡SIIIIIIIIII QUIEROOO SER TU NOVIAAAA! Y entonces la escuela se volvió a encender

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entre gritos de ¡beso, beso beeeeso! y se escuchaba que algunos eran disléxicos al decir

sexo o solo era beso, pero mi mente descifraba un mensaje extraño.

20 minutos después

El director me mando a su oficina y no lo culpo; la adrenalina me invadió, era la mejor

oportunidad para que toda la escuela supiera que me gustaba Silvia y en un movimiento

relámpago encendí el micrófono que tenía bocinas directas afuera de todos los salones.

En fin, ¡a lo hecho, pecho! El director entró a la sala que quedaba justo afuera su oficina

y me preguntó:

_ ¿Sabes que has hecho?

Mi respuesta fue rápida, pues no sabía en qué momento descubrían mi acto

_ ¿No sé qué edad tenga, pero ¿ya se le olvidó cuando se enamoró de una niña de su

salón?

_ No obtuve una respuesta, así que proseguí:

_ ¡Lo que hice, sé que jamás volveré hacerlo y estoy dispuesto a hacer otra tontería en

el nombre del amor y felicidad!

_ ¿Acaso eres cupido muchachito? Si cada vez que creas que te gusta una chica…

_ Sonaron tres golpes en la puerta, -Toc, toc, toc-

Era la hermosa Silvia,

_ ¿Perdón señor Director, puedo platicar con usted? - antes de que pase otra cosa, ¡por

favor!, es muy importante. _ Dijo Silvia con una dulzura y una tristeza que juntas parecían

terriblemente contradictorias.

_ Estoy por asignarle su bien merecido castigo a este señor; pero pase a la oficina por

favor-

_ ¡Usted de aquí no se mueve jovencito! Regreso en unos minutos- me dijo el director,

guiando a Silvia al interior de la misma.

Dentro de la oficina del director, escuché a Silvia arrastrar la silla para sentarse delante

del escritorio, mientras el maestro tomaba su puesto al lado contrario.

Me arrastré por la pequeña sala en donde estaba listo para recibir por amor mi castigo, y

pegué mi oreja a la puerta de la dirección para escuchar mejor.

_ Dígame Silvia, ¿Qué es lo que ocurre? -

_ Profesor, sé que lo que hizo Abel no es lo más apropiado para una ceremonia cívica y

tal vez merezca un castigo por eso…

¡Ha! ¿Qué cosa?, yo declarando mi amor frente al público y a todo pulmón y a Silvia

se le ocurre decir que merezco un castigo; ¡valiente novia que me acabo de conseguir!

-pensé-

_ ¿Vino a mi oficina solo para abogar por su nuevo noviecito? ¿Y espera que lo perdone

después de todo el desorden que armó en la ceremonia?

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_ No, no, no; no espero que lo perdone; pero… usted sabe lo dura que es mi vida, ¡ya

bastante tengo con no ver “limpios” a mis padres y encima mis abuelos tienen broncas!

Estoy a punto de perderlos; lo único que le da sentido a mi vida en estos momentos, son

las ocurrencias y la paz que me da Abel cuando estoy con él; ¿Acaso no merezco solo

un poco de felicidad en mi vida?,

_ ¡Wow, wow, wow! ¿Qué estaba diciendo ahora, mi hermosa noviecita? ¿Estaba

tratando de ayudarme? ¡Hay torpe! y yo creyendo que solo se burlaba de mí, ¡vaya

galancito que resulté ser! _ Me apené mucho, pero me dio gusto saber que al menos me

consideraba algo bueno en su vida.

El director se quedó mudo por unos segundos, carraspeó la garganta invadido por el

sentimiento y con su voz nerviosa pero un tanto fuerte respondió:

_ Claro, ya veremos qué hacer con el cupido del “20 de noviembre”, por ahora vaya a su

salón, que se hace tarde para su clase de Historia.

_ ¡Gracias Director!, Ya verá que no volveremos a meterlo en problemas; ¡Adiós!

Me levanté del piso y corrí a sentarme nuevamente en el sillón como si de ahí no me

hubiese movido, (aunque estaba súper agitado pensando que casi me descubrían y de

esa sí no me salvaría).

_ Abel; ¡Su turno de pasar a la Dirección!

_ Solo me encogí de hombros y le lancé una sonrisa tierna a Silvia que salió corriendo

rumbo a su salón, al tiempo que hizo un gesto para enviarme un beso con su mano.

El Director me pidió que tomara asiento frente al gran escritorio de la dirección, y procedió

a dictar sentencia:

_ Abel; ¡estás expulsado de la escuela!

Sentí que me congelaba, me puse morado o blanco, no lo sé; sentí mi cuerpo adormecido

por el frío que recorrió mi piel; ese era el peor castigo que un joven estudiante jamás

debía de escuchar.

Luego, el director al ver mi reacción, suavizó su mirada y dijo:

_ Eso sería lo que hubiese pasado si tu compañera no hubiese hablado conmigo; Silvia

es una joven extraordinaria, pero con muchos problemas; así que más te vale que no le

generes un dolor de cabeza más, sino por el contrario; que luego de este acto de valiente

amor que acabas de realizar enfrente de tooooda la escuela; te sirva para ser un buen

chico, y hacerla feliz.

Quería brincar sobre el escritorio y darle un abrazo, por tan agradable noticia

_ Pero no te emociones mucho; te libraste de la expulsión; pero harás guardia a la

bandera durante tu receso; y además recogerás la basura de los patios durante cuatro

semanas, a la entrada, luego del receso y antes de la salida, ¿escuchaste?

_ ¡Sí, señor!

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Diálogo entre un profe y su alumna

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

_ ¿Qué es un cenote?

_ Los cenotes son uno de los lugares mágicos que nos ofrece la madre naturaleza,

podemos decir que un cenote es un cuerpo de agua cristalina subterráneo de gran

profundidad.

_ ¿Qué significado tenían entonces, los cenotes para los mayas?

_ Fueron de mucha importancia para los mayas, desde el punto de vista ceremonial

hasta para la sobrevivencia, ya que se consideraban portales o ventanas al mundo de

los muertos. Para los antiguos mayas el agua era tan importante como fuente de vida;

además poseían un gran valor a nivel simbólico; modificaron el paisaje para contar con

reservorios permanentes e hicieron largos y amplios canales que les servían como

medio de transporte y vías de comunicación a manera de ríos artificiales.

_ Los mayas los bautizaron con la palabra “Dz’onot” que significa “abismo” o “caverna de

agua” y de ahí derivó a su nombre actual: cenotes.

_ Gracias profe, ¡se me acaba de ocurrir una gran idea!

_ por nada, ¡me agrada que pregunten y no se queden con dudas!...

Luego de su plática con el profesor, acerca del origen y significado de los cenotes; Alexa,

le regaló la siguiente creación como parte de los trabajos encomendados en la asignatura;

lo revisó y fue tal su sorpresa, que le prometió que algún día su texto sería publicado;

esperando poder cumplir con esa promesa; procedió entonces a su transcripción, para

deleite de los futuros lectores:

Un viaje a través del tiempo:

resguardando mi patrimonio

Por Alexa Daniel Jiménez Ibarra

Estudiante de la Secundaria Gral. “Epigmenio González”

Transcurría ya el año 2020, a finales del mes de marzo, en la Ciudad de México, dentro

de su habitación, se encontraba Miriam; una chica que en diciembre del año anterior

había cumplido la mayoría de edad (18 años).

Miriam era una chica a la que le gustaba pasar tiempo en su cuarto y con sus amigos,

pero no le agradaba mucho la convivencia familiar. Como ya lo había dicho antes, la

joven se encontraba en su cuarto; cuando de pronto llamo su atención una noticia en

la que se hablaba de un nuevo virus llamado “SARS COV-2 “, mientras escuchaba la

noticia, dijo en voz alta:

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_ ¡Otra gripita más para la humanidad! _ pero enseguida perdió el interés. Al pasar de

los días esa noticia, que en principio llamo su atención, se convirtió en una verdadera

pesadilla pues el mundo se declaraba en “pandemia”.

Al principio no entendía la magnitud de la enfermedad pues, en sí, no había nadie

cercano a ella que estuviera enfermo y no le tomaba importancia, pero, su perspectiva

cambió con el paso de los meses, pues en realidad era una situación grave para el

mundo; los cambios fueron impactando en su vida.

Primero le informaron de la universidad a la que se supone entraría; que las clases

serían ahora online, por causa de la pandemia; esa noticia la estresó demasiado:

_ ¿Qué está sucediendo? - pensaba, - ¡No puedo ver a mis amigos, no puedo asistir a mi

primer año de universidad presencialmente! -

Una noche, su mamá decidió hacer una cena especial, en la que estaría Miriam, su

pequeño hermano de 10 años y su padre. Los padres de Miriam trataban de animar la

velada y sacaron las fotos del último viaje familiar que había sido el 31 de diciembre

de 2019; al cual Miriam decidió no querer ir pues podía tomar decisiones por sí misma,

ya que recién era mayor de edad. Cuando su familia comenzó a platicar de su viaje

a Tulum, Quintana Roo, Miriam pudo sentir nostalgia y algo de arrepentimiento por

haberse perdido ese viaje.

Esa noche Miriam se retiró a dormir, ya en su habitación no podía quitar de su mente el

deseo de haber asistido a ese viaje; pues su familia hablaba maravillas de los “Cenotes”

y por lo que se veía en las fotos el lugar era encantador. Se quedó en su mente, una foto

de un Cenote llamado Cristal ¡era hermoso!, de pronto quedó como hipnotizada y sintió

como se transportaba por esa foto a lo que parecía ser parte de una época antigua, como

en el pasado; cuando volvió en sí; se percató que estaba en la época prehispánica, en

el apogeo de la cultura maya.

Al principio se sintió confundida y con algo de miedo, pero se dio cuenta de que nadie

podía verla e inmediatamente exclamó: - ¡Esto es una maravilla! - de pronto, sintió

mucha curiosidad por saber todo sobre la Cultura Maya. Pudo realizar que los cenotes

eran parte imprescindible dentro de la cultura maya, ya que fueron el principal suministro

de agua dulce, además de formar parte esencial en sus vidas.

Miriam quedó absorta con los mayas porque eran politeístas y veneraban a más de

un dios. Entre los más importantes podían venerar por ejemplo a: Chaac, el dios de la

lluvia. Kukulkán o “Serpiente emplumada”, el dios del viento y de la lluvia (o dios de las

tempestades). Hurakán, dios del viento, tormenta y fuego. Miriam pensó: - ¡Finalmente

es bueno creer en algo!, Dios, Universo, Destino, o lo que sea…

- ¡Santo cielo! - Exclamó nuevamente, pues en realidad quedo paralizada cuando se dio

cuenta que la civilización maya realizaba sacrificios humanos, los cuales eran un rito

de gran relevancia en los ceremoniales religiosos de los mayas prehispánicos, pero el

objetivo de los sacrificios era brindar ofrendas a los dioses a cambio de recursos para la

supervivencia, tales como: alimento, lluvia, cura de enfermedades, etc.

Después de llevarse tremendo susto, por lo de los sacrificios, se maravilló, pues llamo su

atención lo que parecía ser un estadio de fútbol, se acercó y se percató que los mayas

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contaban con varias tradiciones, entre las que se destaca el Gran Juego de Pelota, esto

le interesó tanto que se quedó observando como jugaban; parecía que se divertían, pero

a la vez no tanto.

Algo que sin duda llamó su atención, fueron las maravillosas construcciones

arquitectónicas, pues Miriam estaba cursando el primer año en la facultad de arquitectura

(aunque fuera online) y recordó una de sus cátedras en la que el maestro les habló sobre

los mayas ya que destacaron como civilización y por sus construcciones majestuosas;

con piedra labrada de figuras y diversos mensajes ocultos. Se distinguieron además por

el uso constante del arco falso; entre otras cosas.

Curiosamente, Miriam se distrajo nuevamente, en esta ocasión; por un olor delicioso que

despertó su hambre y no dudo en averiguar de dónde provenía ese olor tan exquisito, se

dirigió a ese lugar y se dio cuenta que era el olor a tortillas recién hechas, sin dudarlo,

tomó una cerca del fogón, al fin y al cabo; nadie podía verla, -¡Que delicia, tan perfectas

como las de mi abuelita!- Pudo al saborearla, darse cuenta de que el maíz fue la base

de la alimentación tanto de los mayas como de otras civilizaciones prehispánicas de

Mesoamérica. Y comprendió porqué desde entonces existen variedades de granos de

maíz, que originaban delicias como esas tortillas y que más adelante se diversificaron

para entregar a los mexicanos el delicioso sabor y variedad de los tamales, el atole, el

pozol e incluso algunos tipos de panes, entre otros alimentos; - ¡Con razón aún continúan

vigentes! -pensó; seguro se expandieron las recetas desde los municipios con antiguos

asentamientos mayas al resto de Mesoamérica.

La noche cayó, y Miriam quedo aún más sorprendida pues el cielo se miraba precioso,

las estrellas parecían estar tan cerca de ella, que pensaba que podía tocarlas; se acercó

a algo que parecía un mirador y se percató de que integrantes de esta civilización

realizaban anotaciones y recordó que en sus clases de historia le enseñaron que los

mayas observaron por mucho tiempo los astros y que por eso conocieron sus movimientos.

Su Cosmología se basaba en la Vía Láctea y sabían con exactitud las revoluciones

sinódicas de varios planetas, como Mercurio, Venus, Marte Júpiter y Saturno y que sus

conocimientos y aportaciones matemáticas fueron muy importantes, tanto así que aún

las osamos en la era actual. Los mayas fueron innovadores en el conocimiento, con el

uso del cero “0” y en aritmética por los órdenes del sistema vigesimal. Crearon su propio

sistema de numeración, pero no para hacer cálculos; sino para lograr medir el tiempo.

De alguna manera, Miriam sabía que ese viaje había terminado y que era hora de

regresar a casa, se acurruco en una de las piedras y se quedó dormida mirando las

estrellas.

A la mañana siguiente la despertó un olor delicioso, así que rápidamente se puso de pie y

pensó - ¡Sigo aquí! - pero no; ya estaba en casa, ese olor era de las tortillas que su mamá

estaba haciendo para el almuerzo, se dirigió a la cocina y le dijo a su mamá: - ¡Tienes

que enseñarme a hacer estas tortillas! -

_ ¿De cuándo a acá te interesa la cocina Miri? - pregunto su mamá. -Desde hoy mami,

desde hoy, ¡esta es mi herencia y patrimonio cultural y quiero conservarlo! Y sabes,

ojalá este año las cosas mejoren para el mundo y ojalá podamos viajar en año nuevo

porque quiero conocer Tulum. Su mamá quedo algo sorprendida pero muy contenta con

la actitud de Miriam.

Miriam había quedado encantada con todo lo que pudo ver de esa época, pero a la

vez se puso triste, pues sabía que en nuestra era estábamos terminando con toda esa

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riqueza antigua, extinguiendo el patrimonio natural y desvalorizando el cultural. Pensaba

que sin dudarlo esa época había sido sin duda la más genial. Cuando miro su celular

se percató que durante su sueño había capturado en ese moderno aparatito miles de

fotos de su viaje a la civilización maya, pero al ver en su galería; no tenía ninguna de las

fotos que había tomado, le causó pena, pero pensó que esos recuerdos jamás los podría

olvidar, pues quedarían grabados en su mente para siempre.

Miriam de repente tuvo una idea: ¡Debo dejar evidencia de este año para que las nuevas

generaciones puedan ver que en este tiempo también tenemos cosas buenas y que

las tradiciones y costumbres seguirán vivas mientras las arraiguemos y respetemos!

Entonces, comenzó a tomar fotos de lo que le parecía lo más representativo e interesante

de México y escribía al respecto…

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Difícil pero no imposible

Por Jesús Alejandro Sánchez Linares

Hace mucho tiempo, en una parte de México existió un niño, cuya pequeña historia de

vida empieza desde la primaria. Era un niño demasiado aplicado, alegre, feliz y sobre

todo con grandes sueños; como, por ejemplo, convertirse en un jugador profesional. En

el receso destacaba por saber jugar demasiado bien, lamentablemente por la situación

económica de la familia, jamás logró llegar con equipos más grandes como para

demostrar ese talento en un equipo de fútbol que no fuera el del barrio. Al llegar a quinto

año tuvo que despedirse de su escuela para ir a otra, (ya sé que suena muy normal) pero

su vida no fue la misma, ya que no pudo socializar o encajar con los demás niños de esa

escuela fue despreciado por los nuevos compañeros, motivo por el que lamentablemente

dejó de practicar aquello que tanto quería. Pero este chico era algo especial y pronto

descubrió otro gran talento oculto que era su encanto por la música, ya que gracias a la

oportunidad que se le dio de tocar en el grupo de música de la escuela supo que también

era bueno en eso.

En un sorteo logró ganar un violín, y muy pronto aprendió a tocar y a destacar junto a los

demás niños que formaban parte de ese grupo de música. Más adelante les llegó la noticia

que competirían junto con otras escuelas de tiempo completo, así que este joven logró

participar en grandes eventos, no sólo de música y de futbol, sino que descubrió nuevos

pasatiempos, entrando a concursos como el de inglés, recitales de música, puestas de

teatro y muestras de danza. Al llegar al auditorio en el cual se iba a llevar a cabo una

de tantas competencias; los compañeros y él notaron que, muchas escuelas eran las

que destacaban por ser inmensas en relación a la cantidad de niños que conformaban

el grupo de música, eran demasiados; mientras ellos solo eran unos cuantos; apenas

uno para cada instrumento de la banda, pero eso no los desanimó en cambio se llenaron

más de confianza. Entraron al escenario en su turno, lograron tocar con astucia las

canciones de “cielito lindo”, “la Sinfonía de Beethoven, “el himno a la alegría” y con esta

combinación lograron ganar el concurso. Por su parte, los compañeros de inglés también

lograron el primer lugar en el deletreo, pero eso no significaba que el chico pensara en

abandonar su sueño de ser un jugador profesional.

Al llegar el fin de ciclo, dijo adiós a sus amigos se sintió muy contento de lograr salir de

ahí, aunque fuera por un instante; pero ahora comenzaría una nueva etapa.

Se encontraba en una etapa crucial de la vida, la secundaria, era tiempo de iniciar desde

cero y empezar bien. Esta vez fue más fácil hacerse de amigos, tres de los mejores se

convirtieron en eso, no sólo porque lo protegieron y le enseñaron a defenderse; sino que

además compartían una gran pasión por el futbol; lo que dio pie a que destacaran de

entre los mejores grupos de la escuela, completando con él, el equipo del salón, pues

si bien eran buenos jugadores y todo, no había ningún otro defensa tan bueno como él.

Muy pronto el profesor de educación física los vio y los metió al torneo escolar que

se llevaría a cabo con el turno de la mañana y ellos irían orgullosamente, como la

representación del turno vespertino. En el primer partido arrasaron con el primer equipo

de la mañana, lo golearon, sin tiempo a que reaccionaran los demás miembros del

equipo que aún esperaban en la banca. Con el segundo equipo sucedió casi lo mismo, y

así se la siguieron; eran de verdad imparables.

Pero no todo es seguro en esta vida y muy pronto una tragedia sucedería; en las fases

de eliminación estando en semifinales, el Joven atleta sufrió un enorme accidente,

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gracias a un gran golpe del defensa del equipo contrario, pudo pensar lo peor al sentir

al contrincante caer justo encima de su pierna; evidentemente la acción lo dejó de

inmediato fuera del juego y de caminar ni pensarlo; le habían roto la pierna y sentía como

si le hubiese caído todo el estadio encima. Lo llevaron al doctor de emergencia para que

éste pudiera actuar rápidamente, pero luego de varias horas de pasar por exámenes,

estudios y diversas clases de cirugía. Cuando por fin logró estabilizarse y que estuvo

consciente; los médicos le dijeron que no podría volver a ser lo mismo, pues si alguien se

le ocurría hacerle otra entrada igual; entonces sí el diagnóstico sería que definitivamente

no estaría habilitado para caminar.

Triste en recuperación y deprimido no sabía qué hacer.

Tiempo después de la recuperación del incidente, su única concentración era los

estudios, ya que sus papás se opusieron a que siguiera jugando por el riesgo que le

representaba; pero, al muchacho no le importó, siguió entrenando solo que a escondidas

de sus padres.

En las mañanas mientras sus papás se iban a trabajar él se preparaba en el campo

de la escuela y así siguió. Pronto le llegó la oportunidad de seguir su sueño, acudió en

forma clandestina y sin aviso, al lugar en donde serían las pruebas para las visorias

de nuevos prospectos; pero, la desgracia apareció, una mala jugada por parte de sus

nuevos colegas y se fue de regreso al hospital. Tristemente todo fueron malas noticias,

los médicos le dijeron que muy difícilmente volvería a jugar pues si deseaba seguir

caminando no tenía otra opción más que abandonar el juego para siempre.

El tiempo pasó y salió de la secundaria ahora venía la siguiente etapa de su vida, pero

conforme pasaba el tiempo y el joven crecía, veía más difícil que su sueño se convirtiera

en realidad.

Entro a la selección de la escuela, pero no soportaba el inmenso dolor en la pierna, cada

vez que avanzaba, el dolor crecía más y más; entonces tomó una decisión: lo dejó. No

sabía qué hacer, jugar fut era imposible para él y solo le quedaba rendirse y dejar ese

sueño atrás, en ese momento durante dos años dejó de entrenar y hacer lo que más

le gustaba, pero, otra oportunidad llegó con el equipo del que era fiel admirador; eso

fue otra motivación para seguir adelante y una vez más lo intento; casi lo logra, se miró

estando muy cerca, pero tampoco logró ser seleccionado para quedar en el equipo.

Cada vez se hacía más difícil puesto que por la edad, no sería tan fácil

encontrar su categoría. El tiempo pasó y la prepa fue historia simple; pasaron dos años

más y la última oportunidad para él estaría a la vuelta de la esquina y así fue, lo intento

y lo logró pensaba cómo es que pudo tardar tanto en obtener una gran oportunidad para

convertir su sueño en realidad. El joven pudo darse cuenta que la exigencia era muy

diferente a todo lo que antes había vivido y conocido con respecto del deporte, todo

era muy duro, necesitaba ser fuerte, así que eso no lo detuvo; él estaba dispuesto a

convertirse en un jugador profesional siguió y siguió hasta que por fin lo consiguió. Así

fue como llegó a la primera división con un equipo al que innumerables veces y desde

muy chico, había visto solo por televisión; pero eso sólo sería el comienzo de más metas

y sueños por cumplir como un jugador profesional, así que espero poderlo contar en una

segunda parte, para que vean que todo es difícil, más no imposible…

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El autobús y Miley

Por Ma. Del Carmen Martínez Elizalde

Era un día como cualquier otro, los rayos del sol más intensos que el día anterior, el

simple hecho de pensar salir de casa era bastante agotador. Un día cualquiera, común

y corriente en el que Miley debía asistir a la escuela, sin importar que tan desagradable

estaba el clima en esas fechas.

Miley era una chica que estudiaba la preparatoria, cursaba su último año, vivía sus

últimos días en aquella preparatoria que la vio crecer durante dos años y medio, esos

días en los que la cabeza de todos se mantenía ocupada pensando qué universidad

elegir y sobre todo qué pensarían sus padres al respecto.

Eran las 11:00 de la mañana y Miley por fin despertaba, como todos los días lo primero

que hacía era tomar su teléfono y revisar sus mensajes, ese día en especial decidió

revisar qué clases le esperaban para esa tarde calurosa; mientras tanto, comenzó a

pensar qué tan importante era llegar puntual a la primera clase, aquella que iniciaba

exactamente en una hora con treinta minutos es decir, a las 12:30 pm, tomando en

cuenta que su transporte demoraba una hora de su casa hasta el colegio , así que,

después de revisar su itinerario pensó y dijo:

_ Creo que hoy es importante que esté puntual en clase-, revisó su reloj. _ ¡Ay no! Tengo

media hora para salir de casa.

Enseguida Miley sale corriendo de la cama, prepara su uniforme y se da un baño breve,

ni si quiera se detiene un momento a desayunar solo sale corriendo a la estación de

camiones, como todos los días Miley se encontraba camino al colegio con su amiga

Denis, ella sabía lo impuntual que era Miley así que ese día la que demoró en salir

de casa fue Denis. A pesar de todos los percances que tuvieron durante su trayecto al

colegio lograron llegar minutos antes de que iniciara su clase; algo que definitivamente

no pasaba muy seguido, por fortuna, la clase todavía no comenzaba y la profesora no

había llegado, podríamos decir que por fin en al menos una clase habían sido puntuales.

Como todos los días en el colegio, las horas pasaban mientras Miley y Denis almorzaban

en la cafetería; uno de sus compañeros les informó que ese día se habían suspendido las

tres últimas clases así que podían irse a casa, Denis se alegró bastante, pero al parecer

a Miley no le agradaba mucho la idea ya que en su casa no había nadie que la esperara,

así que pasaría toda la tarde sola.

Terminó la hora del almuerzo y enseguida el grupo de Miley, salió del colegio, con la idea

de ir a casa de uno de ellos, comprar comida y sodas para pasar la tarde juntos, después

de treinta minutos, esperar ya no era una opción, el plan se había cancelado; Denis y

Miley decidieron ir a casa, para poder descansar y dormir ya que, en los últimos días de

colegio, habían estado presionadas por los trabajos y tareas, causándoles demasiado

estrés a sus mentes.

Caminaron hacia la estación de autobuses conversando sobre que había estado

pensando cada una respecto a la universidad, Denis estaba convencida que, ser

criminóloga era su vocación mientras que Miley no tenía idea alguna de lo que haría con

su vida una vez que concluyera la preparatoria. Siguieron conversando sobre los planes

de Denis, ella estaba muy feliz, ya que sus papás tenían la oportunidad de solventar los

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gastos de una de las mejores universidades de su ciudad y por supuesto ella no dejaría

ir esa grandiosa oportunidad, así que le dio la gran noticia a Miley; estaba terminando

su proceso para ingresar a la universidad que siempre había querido. Pasaron las horas

y sin darse cuenta había anochecido, pero Miley estaba muy lejos de casa, aun así,

decidió irse a la suya, enseguida subió al autobús, tomó un asiento y no pudo evitar

quedarse dormida.

Eran ya las 07:15 pm y Miley bajó del autobús en la esquina, estaba casi por llegar a

casa, cuando, desde ese punto, pudo ver que su papá, mamá y hermanos se alejaban en

el auto, intentó acelerar el paso, pero no logró alcanzarlos, incluso notó que su hermano

alcanzó a verla a lo lejos, pero supuso que su padre no quiso esperarla; por lo que

inmediatamente bajó la velocidad de su paso y al llegar a casa se quedó con la idea

de que todos habían salido de casa. Como todos los días, lo primero que hizo fue dejar

sus cosas en su cuarto y recostarse mientras veía su celular y revisaba sus mensajes,

enseguida en el cuarto de sus padres escuchó como caía un vaso de vidrio, era un ruido

muy claro y repentino, Miley era tan miedosa pero esa noche en especial lo primero

que pensó al escuchar ese ruido fue que su hermano menor como era costumbre

estaba jugándole una broma pesada, o como era costumbre estaría escondiéndose para

después asustarla con un-¡Buuh!-, así que fue a la habitación de sus padres y llamó a

su hermano diciendo:

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- ¡David, sé que estás ahí, sé que siempre haces esto, pero esta vez no funcionará.

-

Miley había olvidado por completo David se fue en el auto de su padre junto con toda su

familia y siguió diciendo:

_ ¡David, ya! ¡sal!

Mientras caminaba de vuelta a su habitación, recordó que era ilógico que fuese su

hermano el que le estuviera jugando una broma pesada, entonces decidió salir de nuevo

a revisar, pero ahora un poco confundida; al salir se percató que definitivamente alguien

salió a una velocidad demasiado rápida directamente a las escaleras de frente, fue tan

veloz que ni siquiera pudo reconocer quien era, o si en realidad era una persona, se

asustó demasiado y regresó a su habitación cerrando su puerta, estaba tan asustada

que no le puso llave, enseguida notó como se movía velozmente la manija de su puerta

como si alguien quisiera entrar, pero sin tener éxito. Miley pensaba que todo aquello era

ilógico, ya que no había puesto llave a la puerta, no sabía qué hacer así que enseguida

llamó a su madre preguntándole si todos estaban con ella, es decir sus hermanos

incluyendo a David, habían salido con ellos; confundida su madre dijo que sí, en ese

momento Miley salió corriendo de su habitación y la única opción que tuvo fue salir de la

casa, con lágrimas en los ojos preguntándose si alguien quiso hacerle daño, pero era

absurdo ya que la puerta de la habitación de Miley no tenía llave, ella pensó en la única

opción que quedaba, seguro había sido algo paranormal o quizá no, angustiada y con un

llanto inconsolable Miley le daba vueltas al asunto tratando de descifrar qué fue lo que

realmente pasó, esto mientras llegaba su familia y ella pudiera explicar qué es lo que le

había sucedido.

Veinte minutos después a lo lejos se alcanzaba a ver el auto del padre de Miley, era un

alivio para ella, se sentía a salvo y con un peso menos ya nadie podía hacerle daño, su

madre desesperada le pregunta:

_ ¡Miley, Miley!, ¿Qué ocurrió?


Miley muy confundida y desorientada comenzó a platicarle todo lo que sucedió, cuando

entraron de nuevo a la casa ella seguía con un llanto inconsolable y nadie entendía lo

que había pasado, ni por qué unos intrusos habían entrado a su casa sin llevarse nada

y sin entrar a la habitación de Miley, después de pensar y pensar que fue lo que había

ocurrido la madre de Miley dijo:

_ Creo que debes saber que…

El claxon de un auto interrumpía a su madre.

Miley despertaba de la siesta que tomó en el autobús, justo en la esquina donde paraba

el autobús para llegar a casa.

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El Chimeco

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

_ ¡Chalco, Xochimilco, Coyoacán!

_ ¿Pasa por Azcapotzalco?

_ ¡Llego a Tlatelolco!, retorno a Mixcoac para llegar a Tacubaya y luego hasta la casa

de Juancho

_ ¿si pasa pues?

_ Mira man´to salgo a Chalco, Xochimilco, Coyoacán, Tlatelolco; retorno en Mixcoac,

hago base en Tacubaya y al final cruzo hasta Azcapotzalco por donde vive el Juancho,

¿no sé si quiera subir?

_ ¿Pues si llega?

_ ¡Ya le dije que sí!

_ ¿Cuánto cuesta?

_ Con dos cacaos te llevo

El joven Guaycura subió a la trajinera y esperó a que saliera del paradero.

_ Usted no es de aquí, ¿verdad joven?, le dijo el chofer a su único pasajero.

_ ¡Soy de muy lejos señor!, pero las sequías me hicieron migrar a esta zona.

_ Probablemente seamos parientes lejanos, pues has de saber que nosotros los mexicas

venimos de Aridoamérica, pero, ya nos adoptaron aquí.

Después de quince minutos de espera, ya se habían trepado treinta monos probablemente

de Tepito y aún le entraron cinco pasajeros más; el agua estaba a milímetros de meterse

a la trajinera, el joven Guaycura identificó a dos señoras que murmuraban de él

_ ¡esos de Aridoamérica nos van a cambiar nuestras tradiciones tan bonitas que

tenemos! -

_ Mejor que se queden allá, oye, hablando de fiestas, ¿vas a ir a los sacrificios de Tláloc,

este año? -

_ No man´ta, ¡me va tocar doblar turno! Te digo que mi viejo que es coyote, le dieron título

pipiltin y pues, quiero una cama con colchas de algodón.

_ ¡Qué bueno que ya son nobles comadre!

_ ¿y tú amiga para cuándo?

_ ¡Ash!, dice mi viejo que al regresar Quetzalcóatl nos ira mejor, ya que le dará su

recompensa por haberlo esperado.

_ ¡Esperemos que llegue pronto pa´ que vivas como nosotros comadre!

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En el carril exclusivo paso una trajinera policía, iba a toda velocidad, pues por lo que

oímos, en el tianguis se soltó un jaguar con garras y colmillos tan afilados, que temían

atraparlo y morir en el intento.

Era uno de los volantes que repartió un nahual; el Guaycura al observar el volante se

quedó pensando, pero el volantero le sugirió que no se metiera a estudiar estrategias

militares; pues en la escuela general Telpochcalli enseñaban lo mismo.

La trajinera paso por Chapultepec lejos del zoológico, y ya por Indios Verdes subió un

ambulante:

_ ¡Para esa hambre que lo acompaña, acompáñela con unos ricos y deliciosas

chachalacas con jugo de vainilla¡, ¡tres cacaos le valen; tres cacaos le cuestan!

_ ¡Pero si su apetito es más grande también le ando manejando el chichicuilote! ¡Pruébele

señorita, sin compromisos! y ¡para ese niño que va allá atrás, que no deja de llorar! le

damos cupiches con chile de árbol ¿o lo sacrificamos? ¡Usted diga señora! ¡el que no me

compre no se enoje, por haber rechazado la comida más sabrosa echa por la abuela…!

La trajinera ya había pasado por Indios Verdes; de pronto por Pino Suarez, encontró unas

cabezas olmecas muy extrañas; más adelante, ya regresando por donde había iniciado

el viaje, estaban unos danzantes; al fondo, el Templo Mayor; con las escalinatas teñidas

de rojo; ¡esa era la ciudad más bonita que jamás había visto! En eso, un movimiento

abrupto lo despertó, lo que provocó que abriera los ojos, como si la trajinera hubiera

pasado por un “bache”. Realmente se había quedado dormido, lo que le estaba pasando

en realidad era un asalto, le dieron un trancazo, que fue lo que lo despertó; le quitaron

el celular y la mochila; después de que los ladrones se bajaron del camión el muchacho

pregunto algo asustado:

_ ¿La secundaria Técnica Vasco de Quiroga?

Un viejito sonrió y contesto:

_ ¡Hijo, ya casi llegamos a la terminal de Chimalhuacán!

El jovencito dio un brinco, para bajar de la unidad,

_ ¿Y con que vas a ir a estudiar si te acaban de asaltar?...

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El último lunes

Por Luz Elena Guevara García

Hoy me desperté sin ganas de ir a la escuela, creo que no debo desvelarme los domingos,

pero qué más da, ya solo resta una semana y por fin vacaciones.

_ ¡No cabe duda de que cada vez te odio más! -

Le digo al despertador girando la cabeza desde mi almohada.

_ ¡Solo cinco minutos más por favor! y me despiertas ¿sí? _Le vuelvo a decir como si

realmente me escuchara. Me siento un poco tonta y vuelvo a cerrar los ojos. _

_ ¡Elena!, ¿Acaso no piensas ir a clases?,-

Me grita mi mamá desde la cocina.

Veo la hora y sólo faltan quince minutos para las 7:30 am, rápidamente me levanto, volteo

a ver mi despertador enojada por no haberme despertado y me pongo mi uniforme, tomo

mi mochila y salgo corriendo a la calle, si bien me va, alcanzo a llegar un minuto antes

de que cierren la puerta, odio correr con falda, pero quiero llegar por lo menos a tiempo.

_ ¡Desayuno en la escuela mamá!,- le grito mientras voy casi por la banqueta. Si bien

me va llego un minuto antes de que ya no me dejen pasar.

Mis cálculos fallaron, llegué dos minutos tarde, afortunadamente el vigilante no está en la

puerta y logro entrar sin que me vean. Y creo que hoy la suerte está de mi lado, porque

la maestra no ha llegado al salón. Saludo a mis amigas y platicamos un poco acerca de

nuestros fines de semana.

_ ¡Oye Elena qué grosera!, te estuvimos esperando en la fiesta de Daniel, nos súper

juraste que sí irías-,

Me dice Yareli, viéndome fijamente a los ojos con el ceño fruncido.

_ ¡Ya sé y les juro que sí iba a ir!, pero mi mamá me obligó a pasar todo el día con ella

que porque que ya sólo me la vivo con ustedes. -

Le contesté, poniendo los ojos en blanco y un poco enojada conmigo misma por no

haber ido. Entra la maestra al salón y comienza a entregar las hojas del examen para

el que, como es costumbre, no estudié; espero no esté difícil, es el último parcial y no

puedo reprobar ahora.

Contesto el examen y lo entrego, creo que no me irá tan mal. Quedan unos cuantos

minutos para que termine la clase y la maestra deja salir a quienes ya terminaron.

Aprovecho para ir a la cafetería a desayunar, realmente tengo mucha hambre. Es lunes

y el menú de hoy no me gusta del todo, así que pido lo que tolero más.

Enseguida llegan mis amigas y nos sentamos en una de las mesas más cómodas,

aunque las sillas están heladísimas por la hora que es.

_ ¿Hicieron el diagrama de flujo? - pregunta Daniela.

_ Sí, ¿te lo paso? - Le contesto con medio taco en la boca-

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_ Sí, porfa, se me olvidó y me acordé apenas hoy en la mañana. Me dice mientras saca

mi libreta de mi mochila.

_ ¡No inventes! ¿Ya te contaron cómo se puso Alejandra en la fiesta? -, dice Yareli

mientras ve la pantalla de su teléfono.

_ ¿No se supone que ella no se lleva con Daniel? Según yo, a ella ni la invitaron, le

contesté. -

_ Pues no, pero ahí llegó la ridícula, - contesta Daniela mientras sigue copiando el

diagrama.

_ Se puso borrachísima y ella ni unas cervezas llevó, el chiste es que ya andaba bien

mal y se puso a gritarle un montón de cosas a Daniel qué porque a ella no la invitó nadie,

le aventó un servilletero que estaba en su mesa y se quiso sentar después, y se cayó,

empezó a decir que quién le había quitado la silla y que ella iba en buen plan pero que

todos eran bien mala onda. Y eso no fue todo, literalmente se puso como loca, hasta

mordió a Miriam, lograron quitársela de encima, pero quién sabe qué se haya metido

para haberse puesto así, ya después de eso la sacaron de plano de la casa de Daniel y

creo que Miriam y Ángel la llevaron a su casa-

Me platicaban entre Yareli y Daniela.

_ ¡Ay! no inventes, entonces yo creo que por eso no vino, si yo hiciera un oso así no

podría ni verlas a la cara.

_ Pero, oigan, tampoco vi a ni a Miriam ni a Ángel-, les contestó un poco sorprendida.

_ Oye es cierto... bueno igual y llegan a la siguiente clase- Dice Daniela sin mostrar

importancia.

El día continúa aburridamente normal, salimos temprano porque es la última semana

y ya no hay mucho por hacer. Llego cansada a mi casa y dejo mi mochila en el sillón.

_ ¿Cómo te fue? - me pregunta mi mamá cuando me escucha entrar a la cocina.

_ Bien, tuve un examen y en las otras clases solo entregamos trabajos pendientes para

que nos dieran calificación, nos dejaron salir temprano porque terminamos rápido-

Le contesto mientas me siento en el desayunador.

_ ¡Ay! qué bueno hija. ¿Vas a comer? -

Me pregunta viéndome de reojo y sacando un plato de la alacena.

_ Sí, pero poquito porque casi voy saliendo de receso- le digo al mismo tiempo que me

levanto a lavarme las manos.

Terminé y mi mamá dijo que iría a hacer las compras, yo me fui a mi cuarto y me puse a

contestar unas autoevaluaciones que quedaron de tarea para la siguiente clase.

No me di cuenta del momento en el que me quedé dormida, el reloj marcaba ahora las

04:52 am cuando me despertó un mensaje que llegó al grupo de mi salón, se me hizo

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muy raro que nuestro tutor lo haya mandado a altas horas de la madrugada, se me erizó

la piel y me quedé helada cuando terminé de leer lo que decía:

Estimados alumnos, se les comunica que, por indicaciones del director, y por

motivos de la alarmante situación que se acaba de declarar verdadera y oficial,

ya no asistirán más a sus labores escolares lo que resta del semestre, es decir

hoy fue su último día de clases, sus maestros se pondrán en contacto con ustedes

para terminar y enviar lo que quedó pendiente en su materia para concluirla.

Las instalaciones no estarán en servicio, por lo que, si tienen algún asunto que

requieren aclarar con servicios escolares, deberán hacerlo por medio de la página

oficial o correo electrónico. Se les hace la atenta recomendación que no salgan de

casa, prevengan los suficientes víveres para unas cuantas semanas, cierren bien

toda puerta, ventana y cualquier tipo de acceso que tengan y lo más importante,

mantengan la calma.

Sin más por el momento se les envía un cordial saludo y espero vernos pronto.

Atte.: Lic. Armando Hernández

Director General de las Escuela del Estado.

Me quedé por unos minutos congelada, sentí un aire frío que recorrió todo mi cuerpo

y mi vista se fijaba a la nada mientras mi mente quedó en blanco, segundos después

reaccioné y decidí no darle importancia, me quité mi uniforme y me puse solo una

camiseta, me acosté a dormir de nuevo, aunque ese mensaje daba vueltas en mi cabeza

y no me dejaba dormir, al final conseguí quedarme dormida.

Sonó mi alarma a las 6:00 am y me despertó, iba a levantarme a prepararme para la

escuela, pero antes de hacerlo, encendí mi celular para asegurarme que el mensaje

que recibí en la madrugada no fue un sueño, efectivamente no lo era, releí el mensaje,

y mi WhatsApp estaba lleno de notificaciones, nuevamente no le di importancia y no leí

ningún mensaje porque realmente eran muchos, seguía con bastante sueño por lo que

volví a dormir. Las horas pasaron como si fuera un domingo, mi mamá no me despertó

para desayunar y casi era hora de comer ya, no creí haber dormido tanto. Me levanté y

después de ir al baño a lavarme la cara, fui a la cocina, no había ni desayuno ni comida

preparada, tampoco estaba mi mamá, recordé que el día anterior dijo que iría a hacer

las compras y no vi ni una sola bolsa en la mesa, ni despensa nueva en la alacena y

tampoco en el refri.

_Quizá no se siente bien- me dije a mí misma mientras me dirigía a su cuarto-

Abrí la puerta y ella no estaba, salí al patio y tampoco estaba el carro.

_Tal vez ayer ya no fue por la despensa y apenas fue hoy- Me encontré nuevamente

diciéndomelo a mí misma, buscando una manera de tranquilizarme.

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Regresé a mi cuarto y me puse a recoger un poco el desastre que tenía, hacía tiempo

que no limpiaba, terminé y recordé que mamá no llegaba, comencé a preocuparme.

Encendí mi teléfono y vi que tenía incontables llamadas perdidas de ella del día anterior,

marqué otras incontables veces a su número y no me contestaba, el miedo se apoderó

de mí, comencé a ver todos los mensajes que tenía en WhatsApp, no entendía nada

de lo que estaba pasando, prendí la tele y las noticias se apoderaron de todos los

canales, me encontraba en un estado en el que ya no podía asimilar nada, mi mente

solo alcanzaba a captar una que otra palabra, escuchaba muerte, canibalismo, personas

atacando personas, personas muriendo y reviviendo a los pocos minutos, virus, pasaban

imágenes de carreteras cerradas y gente entrando en pánico corriendo entre los carros,

veía cómo unos atacaban a otros como si literalmente quisieran comérselos, como un

león ataca a su presa. Apagué la tele y a mi cabeza vinieron millones de pensamientos,

recordé el mensaje que recibí en la madrugada, en específico la parte en donde decía

que no saliéramos de casa y aseguráramos todo tipo de acceso, recordé como me

platicaron mis amigas que se puso Alejandra, y recordé que ni ella ni Miriam ni Ángel

fueron a la escuela, recordé que mamá no se hallaba en casa y no sabía exactamente

dónde estaba ni en qué momento se fue.

Hoy ya no sé qué día es, no sé cuánto tiempo ha pasado, no recuerdo cuándo fue que se

terminó la comida, ni el momento en el que dejó de haber agua, no supe cuando fue que

dejó de haber electricidad. No sé en qué momento un vacío se apoderó de mí, sentía que

la comida ya no me hacía falta, no sé en qué momento perdí la esperanza de que todo

fuera un sueño. Si me preguntan por mamá; ella nunca regresó.

Hoy me encuentro aquí, tirada en la sala de mi casa, agotada y con una gran mordida en

el brazo, siento como poco a poco todo se va desvaneciendo, como cada recuerdo se

va quedando uno por uno en cada respiración que me queda, y la imagen de mamá se

queda en el último parpadeo, ese parpadeo infinito.

Sé que en unos minutos más, olvidaré ese último lunes en el que tanto esperé a que

volviera mamá.

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¡Maldito beat-car!

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

_ No digas tu deseo que es de mala suerte, ¡13 años eh, ya eres todo un hombre! -

_ Mamá ya tengo sueño, ¿me puedes llevar a mi cuarto? -

_ Bueno este hombrecito tiene que retirarse ¿no quieres llevar tu pastel? -

Cuando me acosté y mi mamá se despidió con un beso en mi mejilla la respiración fue

profunda y el tiempo parecía de verdad incalculable; enseguida, los ojos se me cerraron.

El despertador sonó e inmediatamente llame a mi mamá y como toda mamá, su atención

llegó enseguida encendiendo la luz y con cara de asombrada me dijo:

_ ¿Te sientes mal? ¿no quieres ir a la escuela?

_ (Con coraje le respondí) mamá si sabes que… nada mamá.

_ ¿Te sientes bien? -

_ Me siento de pelos, me siento completo -

_ ¡Pues vístete pelos y bajas a que te de desayunar! -

Me acorde de la película de Spider-Man, (una escena en la que Peter se sentía diferente

después de que la araña lo mordiera), así me sentía; era una sensación extraña estar

sentado al filo de mi cama y sentir unas ganas inmensas de dar ese salto y con mis

manos en la cama, me impulse con el miedo y después, ahí me tenías, en medio de mi

cuarto, levantado sin hacer nada, sin pensarlo y con gusto puse música con ritmo y bailé,

me comencé a vestir un poco incómodo pues los calzones me quedan chicos creo que

después de todo mi mama tiene razón, me estoy convirtiendo en un hombrecito.

Tomé las llaves de mi beat-car que tenía estacionado en mi cuarto, desayuné lo más

rápido posible en mi beat-car como si se tratase de esos autos en el servicio de comida

rápida, con el sándwich en mano tome los controles de mi auto para salir quemando

llanta aunque estuviese prohibido porque el piso de la casa era muy difícil de encerar;

aceleré hasta 360 km pero tardé más en el auto que lo que tardaría caminando, ya muy

cerca de la escuela me encontré a Ivet; encendí las luces para llamarle su atención

cuando me empareje a su caminar; pensé en decirle una frase llegadora como: ¡súbete

nena!, pero solo le dije: - si me acompañas, ¡serías una bonita compañía!-.

¿Qué más quieren?, así fue mi pizca de frase romántica; pero, aunque no lo crean, me

sonrió, abrió la cajuela del auto, guardó su mochila y sacó un casco y si creen que la

mejor imagen es ver a una figura femenina cuando se coloca el casco y se sube a tu

vehículo; entonces no saben lo que es sentir su abrazo cuando uno acelera y sentir en

los pies el ronroneo del motor y el reflejo de la pareja que provocan los farolitos a las

6:59 de la mañana.

Al entrar a la escuela, recibí en mi teléfono una notificación que habría una junta de

jefes de grupo en el edificio ejecutivo y por primera vez sería en el cuarto piso y antes

de dirigirme al edificio quemé llanta, haciendo unas donas subía los pisos tan rápido

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con la intención de que no fuese detectado por las cámaras de seguridad. Llegando al

salón asignado, fui infraccionado por 3 de las 4 cámaras, el salón ya estaba lleno de

alumnos en sus butacas de madera, pero para mí se tenía el cajón bien delineado ahí lo

aparque y desde mi asiento espere a que llegara el maestro. La reunión se alargó más

de lo esperado, pues los jefes de grupo de primer grado exigían la colocación de lockers

y papel higiénico; los de mi generación pedíamos que las tardeadas volvieran a estar

en los antros y los de tercero rogaban para que les quitaran el horrible poema para su

clausura.

En el receso se enfrentaba un tercio del grupo de 3°A Y dos tercios del 3°F claro, el

equipo a vencer y un combinado de primeros segundos y terceros los cuales pidieron

que fuera el portero, pero sabiamente les dije que yo podía dirigirlos desde la banca

como DT. Hice la alineación y escogí a mi mejor jugador, el delantero estrella; nombrado

así por haber metido un gol en cada uno de los recesos, en lo que va del ciclo escolar.

Se notaban claramente molestos por mandarlo a la portería.

Cuando acabó el receso, luego de ganar 2 a 0; mi equipo me levantó con todo y beat-car

y me llevaron hasta mi salón coreando mi nombre, Ivet en el fondo del pasillo, estaba

en una llamada telefónica encendí el motor eléctrico para que no escuchara que me

acercaba y comencé a escuchar:

_ No sé, tú dime; ¿en tu casa o en la mía?… ¡en la mía otra vez! Estás loco Raúl; la

última vez casi nos cachan… si Raúl, 20 minutos después llegaron, pero si hubiéramos

visto un video más mi papá que jura y se persigna que lo único que tengo adentro es

el espíritu santo jajajaja ¡si tontito!, ¡no, en mi casa no!, sabes que mi fantasía es que

suceda en el cuarto de tus padres… ya me toca mi fantasía tú ya conoces la azotea, mi

auto… ¿porque no puede ser en tu casa?… no que los de preparatoria son…

_ Sí, ¡ha sido súper lo que llevamos!, pero me toca que sea en tu casa; puede que salude

a tu mamá y después desacomodemos el sofá… ¡a no, estás loco papacito! Siempre

debe de ser con condón… sí, en tu casa o en la mía, pero con condón ¿sabes cómo me

arriesgo aceptar que uses los del seguro? ¡Si eso es amor, te acepto pobre pero no te

aceptaré irresponsable! -

De repente escuché que lloraba; tenía que retirarme y dejarla con sus maldiciones o

provocaría que me descubriera; pero, tampoco podía dejarla, intenté activar la apalanca

de reversa y sin querer encendí las luces.

_ ¿qué haces espiándome? -Me dijo con su voz cortada. -

Me acerque lentamente:

_ ¿Qué escuchaste?

_ ¡Todo! (respondí con tono de tristeza)

_ ¡Estaba con otra chica!

_ Puede que fuesen sus amigos y solo lo estaban molestando

_ No lo creo, ¡descompuse una familia, el idiota tiene familia!

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No tenía fuerzas para contestarle, le pedí que me acompañara a las canchas; estando

ahí encendí un churro y le di tres toques y se lo pasé; su respuesta fue negativa.

_ ¡No sabía que te drogabas!

_ No me drogo, es para quitar los dolores que luego tengo.

_ ¿Tienes receta?

_ ¡No, claro que no! Solo lo descubrí un día que conocí a tu novio

_ Ah, ¡ahora menos lo quiero probar! –

_ ¡Te ayudará a pensar!

_ Si es así, a ver dime: ¿qué piensas de lo que escuchaste?

_ Pues (acerqué el cigarro de mota a mis labios di un pequeño jalón), _ estas

experimentando y sé que, si supieras que ya tenía familia, no lo hubieras hecho; te

ayudará a conocer más a las personas; pues a nuestra edad aún somos muy inocentes.

_ Y si te dijera que aún con familia ¡también haría lo mismo!

_ ¿Realmente te gustaría que eso pasara en tu familia? -

_ No, pero no me gusta guardarme sentimientos. -

_ Pero no todas las personas valen la pena, como para estar a nuestro lado. -

_ ¿yo merezco estar a tu lado? -

_ Claro Ivet, ¡me encantaría caminar a tu lado! –

_ Creí que correrías de mí, después de lo que escuchaste-

Las risas salieron a borrar nuestros problemas.

_ No sabes cómo me gustaría estar de pie y poder verte a los ojos.

_ Podrás verme a los ojos, pero jamás al alma.

Respondió haciéndose la fuerte.

_ ¡No es para verte, si no para ver la sonrisa que me produces cuando estoy a tu lado!

_ ¡No me digas que te gusto!

_ Mejor Ivet, dime si yo te gusto a ti y si no, para poder abrazar mis palabras cubiertas

de sentimientos y darme la vuelta.

_ ¿Y de dónde sacaste esas palabras tortolito?

_ No me digas eso, ¡sé que soy pésimo para decir estas cosas!

_ Un poco, oye cambiando de tema, ¿cuándo dejarías tu beat-car?

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_ Pues como en la familia ya no tenemos el burrari …_ Su opinión me interrumpió:

_ ¡Me encantaba el burrari!, no sabes cuánto lamento que ese auto modelo 98 se

accidentara.

_ ¡Pues ahora debo de usar el beat-car! ya que es lo único que el seguro pudo cubrir.

_ ¿Pero, ¿quién apodo al bochito como burrari?

_ ¿Te acuerdas que mi abuelo tenía un burro con pelos dorados (con un gesto me

respondió que sí),

Bueno mi papá compro ese bocho que parecía bote pateado; cuando lo estaba

estacionando, no vió que estaba ahí el asno y lo atropelló; dice mi papá que subió el

burro en la parte de atrás para llevarlo a enterrar lejos, cuando llego a la casa encontró

a mi abuelo buscando al burro y mi papá le respondió que probablemente se escapó, en

la tarde mi mamá feliz pidió que todos fuéramos al mercado; _ ¿Sabes Ivet? ¡Subimos

11 personas en el bocho!

Mi abuelo sorprendido dijo: mira hijo, el asiento del bocho tiene pelos como los de mi

burro y lo único que hizo mi papá fue darle marcha tres veces antes de que arrancara y

mi abuelo dio su opinión infantil: “estaba mejor mi burro”.

Toda la familia nos la pasamos muy bien, en la noche mi papá se confesó con mis tíos

del accidente de la mañana y mis tíos bautizaron al bocho como “burrari” por dos cosas

una para que siempre mi papá recordara el suceso y otra porque mi abuelo tenía razón

su burro jalaba mejor que el bocho.

_ ¡Me gusta tu familia, es la más alegre que conozco! -

_ Desde que el burrari se accidentó ya todo ha cambiado.

_ ¡Qué mal que sólo exista una prepa en este pueblo y yo no pueda ir!

_ Yo tampoco quisiera ir a la preparatoria, pero ahora solo creo que lo que me queda es

estudiar y tener una carrera.

_ Ahora entiendo porque mi mamá quería una mujer, pues siendo hombre podría estudiar

o trabajar, o tomar cerveza y estar en fiestas y estar sentado porque no sabes bailar; o tal

vez orinar un árbol y mojarte los zapatos.

_ ¡Qué asco!

_ ¡Ivet todas las ventajas conllevan desventajas!

_ Cuando llegue a mi casa será lo mismo Ivet, comeré; haré tareas y me dormiré.

_ Y abrirás los ojos.

El despertador sonó giré la cabeza y ahí estaba mi silla de ruedas; me salió una lagrima

y al instante llamé a mi mamá…

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Amanecer en Amealco

Por Esmeralda Bahena Hernández

Esta historia habla sobre un poblado conocido como “lugar de los manantiales”, admirado

por sus tradiciones indígenas, grandemente apreciado por sus cuerpos de agua y por el

visible y enigmático lienzo panorámico, siempre arbolado de basta diversidad, tapizado

de perfumadas plantas vasculares, uniformadas de traje rosa, blanco o púrpura, que

especialmente en la época en la cual florecen, despiden un aroma dulce ofreciendo a la

vez el mejor de los paisajes mostrando sus cualidades únicas de mirasol.

En ese pueblo mágico de clima frío, en donde se respira el aroma a petricor, especialmente

característico y penetrante liberado por la efervescencia de la niebla de sus montañas

que choca con las rocas arcillosas; ahí vive Aketzali, del Náhuatl– sonido claro y

agradable- que significa: “agua bella y clara”; ella, una niña feliz y alegre, de apenas 11

años, estatura y complexión promedio de acuerdo con su edad, cabello oscuro como la

obsidiana, con ojos grandes y rasgados de color profundo, casi como el negro, ojos que

presumen un brillo radiante e incomparable y las chapitas coloradas, como teñidas por

las caricias del sol que nacen de sus mejillas en su hermosa piel morena.

Generalmente al despertar, Aketzali admira los primeros destellos de luz celestial, apenas

visibles que atraviesan el huequito de la cubierta laminada de su cuarto; ese resplandor

que a su vez señala directo a su mesa favorita, construida con metales reciclados en la

cual algunos días realiza su trabajo artesanal y de bordado.

Sin aún levantarse de su cama de tamaño perfecto, firme y confortable; Aketzali observa

detenidamente cada rincón del acogedor lugar en donde duerme y agradecida ante la

vida por lo que le ofrece día con día, aún a su corta edad; se detiene un momento en sus

pensamientos y susurra una frase con la intención de expresar la sabiduría popular que

le han transmitido sus padres para agradecer por lo que tiene.

Después de aquellos minutos de manifestación intelectual, estructurada por operaciones

basadas en lo armónico, digno y adecuado a la cual llamamos reflexión; Aketzali se

prepara para comenzar un bello día de perdurable existencia, cepilla su cabello negro,

lacio y brillante para tejerlo entrelazando algunos listones de gamas distintas que resaltan

los lindos rasgos de su rostro.

Se pone su colorido atuendo confeccionado con telas, algunas lisas y opacas, otras

luminosas y plisadas. Se cubre con su rebozo de bonitos bordados y colocándose

rápidamente los huaraches de piel vacuna, con tonalidades parecidas al ocre, toma de

la mano a su mejor amiga Lelé -la preciosa muñeca tradicional de trapo, considerada un

símbolo representativo de nuestro México, elaborada por manos de mujeres artesanas

que muestran sus habilidades utilizando lienzos y cintas coloridas-; para dirigirse hacia el

patio donde se encuentra la cacerola de peltre azul, donde se lava las manos, su carita

y sus dientes, algunos deciduos, otros recientemente permanentes.

Una vez terminado su aseo personal, se sienta junto a su madre sobre una dimensionable

roca opaca y áspera, que para cualquiera que la observe, es un simple sillar conformado

por fragmentos de cuarzo con agregados pétreos; pero , para ella, es otro de sus

lugares preferidos porque está ubicado cerca del comal para echar tortillas y es ahí

donde acompaña a su madre mientras ésta le comparte su sabiduría o como le llama

su padre “el conciliador de conflictos”, nombrado así porque deriva del claro sentido

de la vida, compuesto por la experiencia y la visión –a veces de tonos claros, grises u

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obscuros- emanada del sano equilibrio de emociones y que cuestionan la realidad; pero

que conduce su toma de decisiones. Aketzali, siempre atenta y fascinada, sin moverse

de ese lugar, escucha de su madre los sabios consejos, su opinión o las historias de sus

antepasados.

Cuando se sienta sobre la roca parecida a la Diorita, selecciona la taza de barro que está

despostillada de una pequeña orilla por la parte inferior y agarrándola con sus suaves

manos, sirve su exquisita bebida caliente y aromática preparada con canela, piloncillo

y un toque de chocolate amargo; la acompaña con su desayuno y cuatro tortillas de

extraordinario sabor por el nixtamal de maíz negro que prepara su mamá.

Al terminar sus alimentos, cumple con sus responsabilidades y se alista para infiltrarse

en esa nueva etapa desconocida para ella y de la que hace poco tiempo forma parte;

aunque prefiere no renunciar al periodo anterior, porque es donde ha disfrutado su

infancia, adquiriendo disciplina y rutina, armonía emocional y sobre todo fortalecimiento

de su autoestima que se consolidarán a partir de ahora y hasta su vida adulta.

Cuando desea salir a jugar alejada de su hogar, primero observa la barda de apiladas

rocas ígneas como pómez negra; arriscadas, ásperas, grisáceas y cristalizadas por los

minerales de grano fino cuya formación ha sido a partir del enfriamiento de roca fundida,

esa cerca que delimita su casa, pero al atravesarla, la lleva al sendero acolchado por

hoja caduca de tonos naranjas, con hileras de colosos árboles frondosos a una distancia

entre uno y otro casi perfecta y que a su paso expiden un agradable aroma.

Después a unos cuantos metros, al ponerse de pie, en donde la senda se divide en

dos pasajes, se encuentra aquel sitio que no cuenta con señalamientos y en su andar

cualquiera puede tropezar con las empolvadas rocas desniveladas de sombrías

tonalidades o con los astillados troncos marchitos y secos que cubren el suelo.

Finalmente, se sitúa en el camino considerado por los mismos pobladores como “una

travesía hacia paraíso” debido a la sensación de alegría, tranquilidad y felicidad que

vertieron sus Dioses ancestrales; esa zona en la que los habitantes han colocado de

manera uniforme diferentes tipos de piedra de la región y que quizá sea la razón por la

cual la utilizan mayormente como vía de comunicación.

¡Un lugar mágico para Aketzali!, porque genera en ella diferentes sensaciones al igual

que ampliar su perspectiva de la vida; por ejemplo, cuando contempla los detalles

del hermoso paisaje y al respirar el fresco, fluido y repleto de gases atmosféricos; la

impulsan a mostrarse decidida a dar pasos firmes, fuertes y constantes, acompañados

de tenacidad y esperanza, surgidas de eventos cotidianos como los que ella vive cada

amanecer en Amealco.

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DE MÁS DE UNO

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35 años de matrimonio

Por Luz Yenira Servín Trejo

Era un día como cualquier otro, en el que me encontraba en casa, sola con papá,

ya que, mamá había ido a trabajar y mi hermano igual. Y yo como siempre una floja

que se levantaba tarde me tocaba quedarme sola con él. Cabe mencionar que no era

malo quedarme con él ya que la mayoría de las veces me traía el desayuno a la cama,

platicábamos de cosas interesantes como el trabajo, la escuela, problemas en el mundo,

entre otras cosas. Así que lo único malo es que cuando él se fuera a trabajar ahora si me

quedaría completamente sola, pero solo por unas horas.

Puedo decir que, a pesar de los defectos, él era el mejor papá del mundo; siempre lo había

visto así y sé con toda certeza que lo es. Me voy a tomar la libertad de contarte algunas

situaciones que pasaron con él cuando me encontraba en mi etapa de preparatoria.

Desde que tengo memoria papá siempre me prohibió tener novio ya que según él eso

afectaría a mis estudios, para serte sincera nunca lo entendí; pero si él veía que eso

era algo malo es porque así lo era… yo, en cambio a mis 16 años no lo entendí y como

siempre había ido bien en la escuela, decidí por mi propia cuenta tener novio. Nunca

pensé que fuera algo tan malo ya que a esa edad es algo completamente normal, pero

aun así no les dije y lo mantuve en secreto por más de un año, hasta que ese secreto

salió a la luz por culpa de mi hermano (en el momento te juro que lo odie).

Mamá y papá se enteraron. Mamá como siempre me comprendió y me dijo que lo único

que la tenía molesta es que se lo hubiera ocultado y claro hasta me dijo que terminara

con él (cosa que nunca hice). En cambio, papá…me dejo de hablar por más de tres

meses, no me dirigía la palabra para nada. No tienes una idea de lo mal que me sentía,

no sabía qué hacer, no tenía el valor de hablar con el de frente y preguntarle si mi error

había sido tan grande para que me tratara así. No recuerdo muy bien cómo fue que

después de 4 meses me comenzó a dirigir la palabra, en ese momento me sentí muy

contenta ya que, con esa acción, me dejaba ver que ya no estaba molesto conmigo.

Sé que tal vez te estés preguntando, ¿y por qué me está contando esto? ¿Tu padre

que tiene que ver? En el transcurso de la historia irás notando el porque te conté esa

pequeña situación con papá. También quiero que recuerdes esto: papá y mamá van a

cumplir 35 años de casados. Toda una vida ¿No?...

Volvamos al comienzo, ese día, nunca olvidaré ese día. Un sábado del mes de

septiembre, no sé si por intuición o por curiosidad tome el celular de papá cuando él

estaba tomando un baño. Comencé a revisarlo solo para ver que podía encontrar, entre

a WhatsApp, a sus fotos, a las llamadas, y por ultimo a los mensajes de texto normales

que en estos tiempos ya casi nadie los utiliza. Cuando entré al buzón de los mensajes

vi la primera conversación, era un número que no tenía registrado y como te dije al

principio por curiosidad entré a ver que había en esa conversación. Nunca olvidaré esa

sensación, mi cuerpo comenzó a temblar, las manos se me pusieron frías como un hielo,

comencé a sudar… creo que ya te estas imaginando que había en esa conversación. En

ese mensaje solo te diré que se encontraba la palabra “amor” y cabe mencionar que no

era el número de mamá. Lo único que hice fue tomar captura de pantalla y mandarlo a mi

contacto ya que sabía que si le contaba a alguno de mis dos hermanos no me creerían

porque no tendría pruebas. Así que eso fue lo único que se me ocurrió. Después de eso

borré la captura y el mensaje donde me mandé la foto para que no se diera cuenta.

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No le dije absolutamente nada, la verdad no sé porque, pero así reaccioné en ese

momento. Llegó la hora en la que él se tenía que ir a trabajar, me despedí y en cuento

cerró la puerta que da a la calle, comencé a llorar como una magdalena. Mi mente

comenzó a trabajar al mil por hora, haciéndome ideas que yo sabía que no eran ciertas,

así como que ese mensaje era de alguno de sus amigos, que se había equivocado o

incluso que le había prestado su celular a uno de sus compañeros de trabajo para que

le mandara un mensaje a su esposa. Pero aun así no encontraba una respuesta lógica

a lo que había visto.

Llego mamá, trate de estar lo más tranquila posible para que no sospechara nada.

Pasaron varias horas hasta que llegó mi hermano de trabajar. Le dije que me acompañara

a comprar algo para tener tiempo de hablar con él y contarle lo sucedido. Ya afuera de

casa, le enseñé el mensaje y le conté como fue que lo había encontrado. Me dijo que

él iba a hablar con papá para ver qué era lo que estaba pasando. En ese momento de

nuevo comencé a llorar, mi hermano me abrazó y me dijo que todo estaría bien. Pero

muy en el fondo yo sabía que no sería así…

Ese mismo día mi hermano decidió confrontar a papá para ver si era real o simplemente

nos estábamos haciendo ideas tontas en la cabeza. Cuando terminaron de hablar mi

hermano vino conmigo a decirme que no me preocupara más y que no era nada malo,

la verdad es que no le creí y tome la decisión de contarle lo sucedido a mi otro hermano

(olvidé mencionar que tengo 2 hermanos, pero ahora ya lo sabes), A lo que él me contestó

que ya había ocurrido otro suceso con él cerca de su casa, pero que no me había dicho

para no preocuparme. Me contó que encontró en la calle principal de su condominio a

papá dentro del carro como si estuviera esperando a alguien, así que decidió ir a verlo

para ver si estaba bien, papá le contestó que sí y que solo estaba esperando a un

compañero del trabajo para llevarlo, esto lo dijo con voz temblorosa y muy nervioso casi

al borde de sudar. Mi hermano le dijo que estaba bien, pero es más que obvio que no le

creyó, por la impresión y las dudas mejor no fue a trabajar.

Al momento de yo leer esto, la piel se me erizo y sentí un escalofrió horrible por todo

el cuerpo, esto quiere decir que mi sospecha era cierta, pero aún no teníamos las

suficientes pruebas como para hablar todos con papá o decirle a mamá…

Pasaron varios meses, siete para ser exacta. Esa idea y pensamientos me atormentaban

todos los días, comenzaron a aparecer más y más dudas. Pero no le podía decir a mamá

o más bien no sabía cómo decírselo… o dime ¿tu cómo le dirías algo así a tu mamá? Te

puedo asegurar que tu respuesta solo fue “se lo digo tal y como son las cosas” o ¿no?,

créeme que no es tan fácil como parece.

Un día viernes del mes de marzo…eran las 11 de la noche y me encontraba con mamá

viendo una película en su recámara. Comenzamos a platicar de las relaciones, de los

engaños, las mentiras, y ese tipo de cosas; cada cosa llevaba a otra…Me armé de valor

y le conté lo sucedido a mamá. Sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba temblando y

con las manos frías igual que un hielo. Mes sentí la peor hija en ese momento, no sabía

qué otra cosa hacer; por mi culpa una bomba se había activado en la familia. Después

de 3 horas de tratar de tranquilizar a mamá, pude hacer que se calmara un poco. Mamá

en esas horas había construido un plan para poder comprobar todo lo que yo le había

contado.

Te juro que esa noche se me hizo eterna, no dormí para nada y mamá tampoco. Justo el

sábado mi hermano (el que me contó la segunda situación) nos invitó a su casa a comer

como de costumbre. En el camino para llegar a su casa, pasaban muchas cosas por

mi mente, recosté mi cabeza en el cristal de la ventana y lloré en silencio hasta llegar

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al destino. En una parte del camino abrí los ojos y volteé para el frente; lo único que

pude ver fue el rostro de mamá lleno de lágrimas… Mi corazón en ese momento se hizo

pedazos.

Llegamos finalmente a casa mi hermano, mamá no se podía bajar del carro ya que se

sentía muy mal, entre todos la convencimos de bajar y entrar a la casa para comer. Ella

aceptó, pero dijo que más tarde tenía que hablar con todos nosotros. Los minutos se

pasaron muy lentos como cuando un caracol va caminando por la acera. Aún recuerdo

la hora, dieron las siete de la tarde. Mamá nos reunió a todos en el parque que se

encontraba frente a la privada de la casa de mi hermano. Y dijo: “Hijos, tomé la decisión

de divorciarme de su padre”. A todos los tomó por sorpresa menos a mí, nadie dijo nada

así que me volví a armar de valor y con todas mis fuerzas le dije a papá lo que había

encontrado en su celular y lo que había pasado con mi hermano cerca de su casa… A

papá no le quedó de otra más que decir la verdad, pero nos pidió que nos retiráramos

porque se quería quedar solo con mamá para explicarle todo. Regresamos a la casa, la

verdad es que me imaginé que todos me reclamarían por haberle contado todo a mamá,

pero fue todo lo contrario; me dijeron que estuvo bien y que fue lo mejor.

Después de unos minutos recibí una llamada de mamá, donde me decía que nos veía

en la esquina del fraccionamiento para hablar y que les dijera a mis hermanos. Salimos

y antes de llegar a donde papá y mamá se encontraban pude notar que había alguien

más… Era ella, la amante, la otra, o como le quieras decir. Llegamos con ellos y le

pregunté que si era ella (ya sabía su nombre) y me contestó que sí, lo único que hice

fue apretar mis manos lo más fuerte que pude para contenerme de hacer una tontería.

Después de estar hablando con ella uno de mis hermanos llegó a la pregunta que a todos

nos importaba: ¿Usted tiene alguna relación con papá?, a lo que ella descaradamente

dijo que sí. Te juro que quería decirle muchas cosas, pero no sé porque después de

escuchar eso no pude, las palabras no me salían. Mamá ya lo sabía, pero cuando

escuchó eso solo se dio media vuelta y se fue. Yo corrí tras ella y los demás se quedaron

ahí, ya no sé qué más paso, lo único que me importaba en ese momento era mamá.

La alancé después de una cuadra, me abrazó con todas sus fuerzas a lo que yo le

correspondí de la misma forma, lloramos casi hasta quedarnos sin lágrimas, gritamos

hasta no poder más. Eso nos ayudó a desahogarnos y sacar todo lo que nos habíamos

aguantado del día anterior.

No te puedo contar más porque ni yo sé que va a pasar. Siento que el mundo se me vino

encima, siento que todo fue mi culpa, siento que soy la peor hija del mundo…

Me cuesta tanto entender el porqué de todo esto, te juro que no lo entiendo. 35 años de

matrimonio, donde siempre hubo amor, atenciones, cariño, comprensión y todo lo bueno

que te puedas imaginar, donde de ello nacieron 3 hijos y de uno de ellos nacieron 2

niñas hermosas que ahora son mis sobrinas. Pero como en un abrir y cerrar de ojos todo

cambió, todo eso se acabó y sé que nada volverá a ser como antes.

Me gustaría decirte que es lo que pasara después, pero ni yo lo sé. Espero algún día

contarte lo que paso después de todo esto. Espero que cuando se llegue ese momento

pueda decirte que soy “feliz” y que también mamá lo es. 35 años…toda una vida.

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Amores fugaces

Por Estrella Saraí Ruíz

14 de agosto, 2019.

Hoy, inicia una etapa nueva para mí, una etapa que todos los adolescentes esperan

y creen que será lo mejor que vivirán por alguna extraña razón esta etapa de la que

hablo, es llamada “La universidad”. Yo no creo que un grado más pueda cambiar algo,

más bien creo que, sólo es una ilusión tonta que nos meten nuestros padres para seguir

estudiando, pero, en fin.

Mi nombre es Hanna, tengo 19 años y me encuentro emocionalmente bien, no lo niego

me causa emoción y curiosidad mi primer día en la universidad. Pero, no es algo de lo

que hable día tras día como mi vecina Verónica, _ ¡wow, realmente esa niña me tiene

cansada! _ lo único que hace cada que la veo, es hablarme de la emoción que siente

por iniciar la universidad, y la acompaño en dicha emoción. Pero, qué aburrido hablar

cada minuto de eso ¡en serio!

Llegó la hora de irme y mi papá me empezó a presionar, así que, me alisté rápidamente

y empaqué todo lo necesario en mi mochila, desde un lápiz hasta dulces para ofrecerles

a mis nuevos compañeros. Mi mamá dice que un dulce alegra la vida, y que debo ser

amable con las nuevas personas que formarán parte de mi cotidianidad. Así que, qué

mejor manera de iniciar esto que dando dulces.

Al llegar a la universidad me despedí de mis papás, se encontraban más emocionados

que yo ¡en serio! , me desearon suerte, y después, mi mamá casi se fue llorando y mi

papá diciéndole que se tranquilizará.

Empecé a buscar mi salón y cuando lo encontré ingresé lentamente; en ese momento

todo cambió.

Jamás creí que pasaría esto. No a mí, a la chica que creía que la universidad sólo es

un grado más. Pero, en ese instante presentí que nada volvería a ser igual. Ahí estaba

él, con una sonrisa perfecta, risa escandalosa, mirada profunda y unas cejas tupidas

que resaltaban todo su rostro. No podía dejar de mirarlo, me encontraba en mi banca

observándolo, viendo como sonreía.

Inmediatamente supe que había visto al chavo que siempre imaginé, tenía que contarle

todo a Esme, mi mejor amiga desde hace 5 años, es mi compañera y confidente, así que

debía saber que en mi primer día como universitaria había conocido a alguien que me

dejó sin respiración. No dude, tomé mi teléfono y le envié mensaje.

_ He conocido un chico de tez morena, ojos cafés, cejas perfectas y risa escandalosa.

_ ¡Cuéntame más!, ¿Ya le hablaste? -

_ No, aun no. Llegué y me senté, al voltear lo vi y no hemos tenido oportunidad de

presentarnos. -

_ Tienes que hablarle, saber cómo se llama y todo lo que puedas averiguar de él.

_ Empezará mi clase, te cuento todo en la noche. -

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En nuestra primera clase, nos presentamos ante el grupo, y ahí supe su nombre. Su

nombre es Omar y tiene 19 años, no quiero emocionarme antes de tiempo. Pero, parece

ser el hombre perfecto, sin exagerar. Y lo dice alguien para quien los hombres son, hasta

cierto punto, irrelevantes.

Al día siguiente, iba caminando hacia la cafetería y choque con alguien, al voltear vi que

era él. Tenía su mirada clavada en la mía y por un segundo el mundo desapareció, sus

ojos pasaron de ver mis ojos a mis labios, sentí una revolución interior, me sentí segura y

con ganas de permanecer así de cerca de él para siempre. Después de unos segundos,

volvimos a la realidad, pero la sensación en mi interior seguía.

_ Lo siento, no te vi. ¿Te lastime? _Me dijo él, con una sonrisa y su mirada penetrante. _

_ No, no te preocupes, estoy bien ¿Y tú?

_ ¿Segura?

- Sí, segura. Todo bien.

Me observó por unos instantes y después me dijo:

_ ¿Por qué usas eso en tu cabeza? - (Se refería a la diadema cruzada que llevaba

puesta).

_ ¡Ah!, es que mi cabello amaneció muy rebelde y solo así pude acomodarlo.

_ ¿En serio?; sólo eso se me ocurrió decir.

_ Se te ve bien, nos vemos más al rato.

Sonrió y siguió caminando.

Durante todo el día, una sonrisa invadió mi rostro, no olvidaba sus ojos viendo los míos,

tampoco nuestra conversación. No es algo que afecte mis estudios o clases, pero es algo

que me gusta recordar, y sentir que aún sigo a 5 cm de él, recordar que lo tuve cerca

y sentí sus hombros pegados a los míos. Nunca me había pasado algo similar, nunca

había sentido esto y mucho menos por alguien que apenas conocía. Pero, con él todo

fue distinto, supe que sería distinto, que las reglas no aplicarían en esta ocasión y que

él sería mi destrucción.

Los días pasaron, nuestra comunicación mejoró; pero, había días malos y buenos, días

en los que nos hablábamos mal y otros en que parecía que lo nuestro era más que una

amistad. No sé cómo llegamos a eso, como lo nuestro se convirtió en un juego en el cual

todos estaban involucrados y nosotros éramos los protagonistas.

Supongo que así es la vida, un juego de ajedrez donde a veces eres el protagonista y en

otras ocasiones solo quien observa, y quien logre colocar y jugar mejor sus piezas será

quién ganará en este juego llamado vida. En esta ocasión, me tocó perder, pero no me

arrepiento de ninguno de mis movimientos, porque cada uno de ellos, me llevó hacia él

y siempre será mi mejor ganancia.

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Marzo 15, 2020.

Al llegar a la universidad lo encontré, estaba abrazando a una mujer de cabello castaño

y cuerpo delgado. En ese momento, sentí un vacío en mi estómago y mis ojos arenosos,

pero solo seguí caminando. Al llegar al salón, me senté y sólo respiré, tratando de

entender por qué sentía ese vacío en mi estómago y la sensación fría en cada músculo.

Cuando escuché una voz, era mi compañero que se encontraba a una banca de mí.

_ ¿Estás bien? - Me preguntó:

_ Si lo estoy, ¿Por qué?

_ Se nota que estás triste, ya los viste ¿cierto?

En ese momento sentí un nudo en mi garganta, respiré y solo contesté:

_ Sí, los vi en la mañana al llegar. Pero no importa, no es nada mío. -

En ese momento él entró al salón y se dirigió a su banca, sólo agaché la mirada. Sabía

que saldría de esto, porque sólo era un capricho juvenil, que no interferiría en mis metas

académicas, él debía salir de mi cabeza, porque él ya tenía alguien más a su lado. Pero

no fue así, los meses pasaron, yo seguí enfocada en mis estudios y él, aún seguía con

ella y ese sentimiento de vacío cada que los veía juntos no había desaparecido, como

tampoco la sensación de mariposas en el estómago cada que lo tenía a mi lado. No

lograba comprender por qué el sentimiento no había desaparecido después de tanto,

solo sabía que cada que él tenía un logro, yo era feliz, y cada que él estaba mal, yo

hacía todo indirectamente posible para que estuviera bien. No eliges a quien querer, ni

tampoco cuando olvidarás a una persona, simplemente sucede en el momento menos

esperado; lo comprendí con el tiempo y entendí que quererlo no era mi elección, pero

estar para el sí y yo estaría para él; aunque él no me quisiera. Porque, cuando quieres a

alguien haces las cosas sin esperar nada a cambio y yo no esperaba nada, solo quería

verlo bien.

Mayo 17, 2020.

Hoy es mi cumpleaños, han pasado varios meses desde mi primer día como universitaria.

Han pasado demasiadas cosas, conocí grandes personas y he vivido experiencias

inolvidables, creo no era mentira aquello de que la mejor etapa de tu vida, ocurre en la

universidad, lo empezaba a creer. Mis amigos organizaron una pequeña celebración

dentro de la universidad, compraron mi pastel favorito; el de chocolate y me cantaron las

mañanitas. Después, cada uno me abrazó y felicitó. Me sentía muy feliz, realmente me

sentía así, pero algo me faltaba. Él no me había felicitado y lo único que deseaba era

que lo hiciera.

En receso, vería a un amigo, se llama Daniel. Lo conocí hace dos meses, estudia en

la misma universidad, pero en distinta especialidad. Es un chavo muy agradable e

inteligente, aunque algo serio. Me agrada demasiado.

Cuándo llegó, me abrazó y me dio un pequeño obsequio, unos girasoles junto con mis

chocolates favoritos. Nos sentamos detrás de un salón, en un pequeño lugar que con el

tiempo lo hicimos nuestro sitio especial. Y ahí, en ese instante; el día de mi cumpleaños,

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me pidió que fuéramos novios. Lo pensé por unos minutos, llegué a la conclusión que

era momento de empezar algo nuevo e intentar dejar a Omar atrás, con dudas, pero

con emoción al final mi respuesta fue sí. Las oportunidades, se presentan sólo una

vez en la vida, debemos correr riesgos para ganar y en ocasiones perder. Pero, si no lo

intentamos, jamás lo sabremos. Eso es parte de la adolescencia, te encuentras con un

sin fin de oportunidades, cometes errores y aprendes lecciones, debemos dejar el miedo

a caer, para poder ganar. Tal vez cometí un error, tal vez, aún no era tiempo de intentar

algo más. Pero, mi decisión fue aceptar las consecuencias e intentarlo.

Después de varios días, Omar y la mujer de cabello castaño terminaron. Debo admitir

que, fue una noticia que me alegró por completo, a pesar de que yo ya tenía a alguien

a mi lado. No podía fingir que no lo quería, tampoco podía seguir engañando a mis

sentimientos, él era el motivo de muchas sonrisas y lágrimas. Sabía que mi decisión fue

precipitada, y ahora debía pagar las consecuencias.

Con el tiempo arruiné mi relación, no podía estar en un lugar en el que no podía ser yo,

no cuando deseaba estar al lado de alguien que apenas me veía.

Como lo mencioné, ser adolescentes es cometer error tras error, para poder aprender y

para crecer debes hundirte, y sólo aquellos que decidan nadar contracorriente serán los

que logren subsistir.

Diciembre 1, 2020.

Llegó navidad, una celebración en la que las personas suelen sentirse por una extraña

razón un tanto mejor, que en el resto del año; ese tiempo donde el amor y la felicidad

se sienten en el aire. Una época, donde pasan sucesos que te marcan y te hacen feliz.

La escuela organiza una posada, una tradición que se hace desde que fue inaugurada.

Suele haber bailes y ponche caliente, te reúnes con tus maestros y el ambiente es alegre

y colorido. Se organiza en la tarde después de clases.

Ese día, antes de que iniciara, los de mi salón irían a comer a la casa de uno de nosotros.

Me encontraba sentada arriba de una banca, cuando Omar se me acercó y me dijo:

_ ¿Quieres ir?

_ ¿A dónde?

_ Iremos a casa de Abel, sólo comeremos y después regresamos a la posada. ¿Vienes?

Lo pensé por un segundo, pero al final acepté la invitación.

Al llegar a la casa de Abel, Omar se sentó a lado mío, conversamos por unos minutos y

después sus amigos le hablaron. El sólo me dijo:

__Lo siento, en un momento regreso.

__Si, no te preocupes. - Le respondí y seguí conversando con una de mis amigas.

Pasó el tiempo, casi llegaba la hora de regresar a la universidad. Me paré para ir al

tocador y choque con él, lo miré, sonreí y le pedí disculpas. Después, empezamos a

conversar, pasaron los minutos y ocurrió lo menos esperado, en el momento menos

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imaginable, pero que deseaba desde el día en que lo conocí. Nos dimos nuestro primer

beso; el mundo desapareció, solo éramos él y yo de nuevo. Pero, el momento mágico se

esfumó en un abrir y cerrar de ojos, fue un soplo de aire que nunca volvió a regresar. Sólo

se alejó, dejándome ahí, se fue sin mirar hacia atrás. Supongo que era de esperarse,

hombres como él no miran mujeres como yo. Y no porque no sea lo suficiente para él,

sabía que no era eso porque se lo que valgo y lo que merezco, simplemente hay cosas

que no se pueden explicar, no se puede obtener una respuesta. Pero, sabía que lo

nuestro había llegado a su fin, si es que puedo realmente decir que hubo un nosotros en

algún momento, quizá solo estuvo en mi imaginación.

Sabía que debía continuar, la vida es muy corta y me quedaba demasiado camino por

delante, hay cosas más importantes que un hombre, pero realmente me dolía.

Lloré por muchas noches, me aferraba a la idea de que esto le sucede a todas, que era

un amor juvenil, un capricho más; pero realmente no era así. Existen personas que te

marcan, que te dejan una herida permanente. Tal vez, nunca hubo nada, jamás existió

un nosotros más que en mis sueños. Pero, sabía que mi cariño era real, que ese cariño

rebasaba cualquier mal momento, sabía que él siempre ocuparía un lugar en mi corazón,

una historia que le contaría a mis hijos cuando tuvieran su corazón herido, un amor

juvenil que jamás pudo ser.

El amor es inexplicable, el amor lastima y deja heridas que nunca cerrarán. Pero, también

te regala los momentos más felices de tu vida. Existen amores fugaces, el primer amor

o el amor de tu vida, amores que nunca fueron, amores perdidos. Pero, de cada uno

aprendes y creces, te hacen mejor persona y te dan motivos para seguir peleando,

aunque al principio duela. Tal vez, mi historia con Omar empezó y terminó el día que lo

conocí, ese día sentado en su banca con esa mirada penetrante que tanto lo caracteriza

y lo demás solo fue un espejismo, una idea que deseaba que se hiciera realidad.

Hoy, 3 meses después, aquí estoy, recordándolo con una sonrisa en mi rostro y deseando

que esté donde esté se encuentre bien y sea feliz. Deseando, que en algún momento

nuestro final, sea un “felices para siempre”.

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Dulce melodía

Por Ernesto Daniel Marín Torres

Mi nombre es Estefany, soy una chica bajita, cabello castaño y ojos obscuros, tez y

complexión media, nadie que resalte mucho por la calle; sin embargo, cuando le conocí

por alguna razón, sentí que solo me miraba a mí por encima de todos.

Dato curioso* siempre vas a encontrar el amor, pero no en la persona que esperas*

En mi primer año de universidad conocí un chico peculiar, de esos que esperarías

cualquier cosa, menos que fuese dulce o tierno, tenía la mirada distante, cabello un tanto

alborotado, de 1.85 de estatura y complexión bastante delgada.

Lo miraba con el rabillo del ojo cada vez que podía, sentado a varias butacas de distancia

detrás de mí, era un chico listo, pese a que no participaba en clase, cuando lo pasaban

al frente, podía apreciar que resolvía ecuaciones sin problema, cada día que pasaba me

intrigaba más que escondía detrás de esa personalidad tan desinteresada.

Pasaron algunos días, y fue entonces que la profesora de matemáticas me asignó hacer

equipo con él y otras dos chicas, cuando se acercó y tomo la silla de junto, pude sentir

cómo el calor en mi cuerpo se intensificaba hasta hacerse notar, al posarse un tono rojizo

sobre mis mejillas, estaba tan nerviosa por tenerle cerca que me sudaban las palmas

de las manos, mi corazón estaba tan acelerado cómo si hubiese corrido un maratón, y

lo único que pude hacer en ese momento, fue apartar la mirada, esperando que no lo

notará, en los momentos que él se dirigía al resto del equipo para comparar resultados

de las ecuaciones, yo le respondía siempre sin apartar la mirada del cuaderno, no podía

mirarlo sin delatar a mi corazón, me sentía demasiado atraída a él, y él, parecía solo

estar ahí, tan sereno como si no le importase quien estuviera junto a él.

Pasado el tiempo no podía evitar hablarle, ya que teníamos que trabajar todo junto, así

que me tragué mi sentir, consiguiendo disimular mi atracción hacia él, por qué pensé

que él no se sentía de esa misma manera y comencé a salir con otro chico que conocí

anteriormente, con quien pensé que las cosas funcionarían porque había sido mi amor

de infancia, sin embargo, no fue así, porque no era ahí donde mi corazón deseaba estar.

Yo asistía a clases de francés y voleibol por las tardes, luego dela jornada escolar; una

tarde al terminar la sesión, lo vi ahí, sentado en la banca de la parada del bus, no tenía

razón para seguir ahí, él había podido ir a casa hace horas, me acerqué esperando

que dijera algo, pero… No lo hizo, yo me limité a saludarle, y él me respondió sin decir

más, quedé en silencio, y comencé a pensar que quizás debería decirle algo más, pero

en pocos minutos llegó el autobús, así que no dije nada y abordé el autobús, él hizo lo

mismo, una vez arriba se sentó junto a mí, platicamos un poco, pero el bus no hacía

mucho tiempo de camino a casa, y cuando me dispuse a bajar del bus, él sin decir nada

bajo detrás mío, yo no sabía dónde vivía él, y le cuestione.

__ ¿vives por aquí?

A lo que el simplemente contestó que no.

Camino a mi lado sin decir nada, para llegar a mi casa yo debía atravesar un parque un

tanto grande, lleno de árboles, en el centro de este, había unas bancas alrededor de

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unos juegos para niños, al pasar entre los árboles, justo a la altura de las bancas me miró

con una ligera sonrisa y acto seguido me dijo:

__ ¿quieres acompañarme, y sentarnos en una banca un rato? Hace un buen clima,

podríamos disfrutarlo, y después te acompaño a tu casa.

Accedí, debo admitir que no me lo esperaba, cuando nos sentamos yo estaba un poco

nerviosa y como siempre, intentaba disimularlo, charlamos un poco, al ponerse el sol,

el tomo su móvil y puso una melodía, una hermosa y dulce melodía, cada nota recorría

mi cuerpo, invadiéndome de emociones palpitantes, no pude evitar sentir que era el

momento perfecto, lo miré, mientras el viento movía su cabello, su ondulado y negro

cabello, al mismo tiempo que un ligero rayo de sol le iluminaba el rostro, fue cómo si

el tiempo se detuviese, y yo no hacía más que admirar cada detalle en él, sus negras,

prominentes, alargadas y rizadas pestañas, su mandíbula definida, su perfecta y perfilada

nariz , sus orbes claros como miel, y cada uno de los lunares en su tersa piel.

Interrumpió mi deleite con un abrazo, de la nada sólo se giró hacia mí, me miró unos

segundos, y me rodeó con sus brazos, fue una sensación predilecta, un abrazo tan

cálido, me armé de valor y puse mis labios sobre los suyos, en ese momento cada uno

de mis poros parecía ser un sensor que no sólo sentía su roce, sentía todo su ser, sentí

mi alma fundirse con la suya.

Fue ahí donde me di cuenta de que estaba enamorada de él, completa e infinitamente

enamorada, que pasará lo que pasará, nada iba a cambiar mi sentir, me tenía, yo siempre

había hecho de todo para no enamorarme, yo quería salir ilesa, nunca me gustó la idea

de usar todas las camisetas rotas que te deja el amor, o pagar ese amor maravilloso con

lágrimas nocturnas hasta quedarme dormida, tenía miedo, pero con su abrazo ese miedo

se disipaba rápidamente.

Quería quedarme ahí para siempre, yo me la había pasado en el lugar y el momento

equivocado, pero justo allí, justo con él, fue que sentí que estaba en el momento y el

lugar indicado, porque sabía que mientras estuviera en sus brazos todo estaría bien,

muy bien.

Él, sin nunca haber hecho nada para sujetarme, hizo que se me adherirá al pecho un

sentimiento tan grande de esos que se niegan a desaparecer, yo era suya, y no me

refiero a posesión, mi alma nació para ser complementada por la suya para la eternidad.

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Ellos

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Un chico y una chica

_ Caminaban dos enamorados -¡que original eh!-

_ ¿Me dejas terminar? - la calle estaba húmeda, pues media hora antes había llovido-

_ ¡No me digas que la luna los acompañaba!

_ No, la luna muy probablemente estaba observando a otros enamorados más

interesantes. -Ellos caminaban bajo la luz de los faros y la serenata de los grillos-

_ ¿La chica lleva vestido?

_ Solo fue una cita cualquiera, aunque se estaba desarrollándose mejor de lo planeado.

_ Ella llevaba un pantalón blanco ajustado con botas cafés de tacón hasta las rodillas

y chamarra azul; su peinado era una cola de caballo y un fleco que dejaba caer sobre

su rostro al lado derecho; el hombre parecía alto, con el peso y fuerza suficiente como

para cargarla.

_ Y su vestimenta era tan casual que no vale la pena describirlo-,

_ Si algo así, _ aunque él, era el más nervioso tanto, que no pudo tener un paso lento

para alargar la plática.

_ ¿Le dará una oportunidad verdad?

_ Muy seguramente no, _ fue una cita muy agradable y fuera de lo común llena de

ocurrencias, pero, no despertó el interés, a diferencia del joven que buscaba el hilo para

otra cita. Al ver que era su último intento para conseguir su beneficio; por lo que se jugó

su última carta…

_ ¿Qué quieres decir con eso?, ¿Qué sucedió con el chico?

_ El joven brinco encima de un charco y la mojó; por tres segundos, su plan fue el peor

de todos, la mujer exclamo: ¡es agua sucia!

_ Y entonces la joven - aceleró el paso a la otra acera y en medio del charco más grande

ataco a su oponente, realizando en su lugar un gran salto para también mojarlo.

_ Sí; - el joven uso su táctica de guerrilla, se mudó a un charco más grande que el

primero, pero aún ese no era lo suficientemente grande para ganarle a su enemiga, era

eminente que no tenía municiones para luchar en esos eternos minutos, él tenía una

mejor técnica que su contrincante, la batalla se prolongó mientras él la mojaba y ella se

salpicaba.

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_ Hasta que _ de pronto, se escuchó una voz proveniente de una casa del alrededor:

“están demasiado grandes como para que se estén mojando” ; por lo que decidieron

parar la batalla.-

_ ¿Así termino la batalla, sin un ganador?

_ No, espera; ¡no era cuestión de competencia!

_ La chica cayó en el señuelo, mientras se veía qué tan sucia quedo y exclamaba su

malestar, el joven tomó el valor y le comento: ¿quieres salir la próxima semana? Y de

pronto, todo se congeló; se detuvieron a sólo dos casas de la vivienda de la chica;

platicaron media hora más_

_ Espera, ¿eso lo dices como para darle más acción a tu historia o como por qué?

_ No, eso era para ver si ocurría algo más, como un ¡beso que sellara la cita!

_ Se despidieron con un abrazo, él se fue tranquilo ya que ella le explicó que su calle era

más tranquila que una misa;

_ Mmmm_ ¡pero realmente era para decirle que se quedara y la acompañara en las

calles más peligrosas de la ciudad!

_ Ok; entonces, Él se quedó, platicaron hasta más tarde y luego se fue caminando hasta

la esquina, para tomar un camión; jugándose sus cartas para poder verla nuevamente.

FIN

_ ¡Bonita historia para que faltara la luna!

_ La luna y las estrellas, digamos… mmmm…. ¡Se escondieron porque esta noche

dejaron brillar a la más bonita!

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Hasta el cielo

Por Luz Yenira Servín Trejo

Te puedo decir que te conocí muy poco, pero en ese poco tiempo te volviste la persona

más importante de mi vida. La que me dejó aprendizajes muy grandes y experiencias

que sé que jamás debo volver a pasar.

No recuerdo muy bien qué edad tenía cuando te conocí por primera vez, por lo que me

dice mamá es que yo tenía algunos años cuando me viniste a visitar y a conocerme.

Esto lo puedo comprobar por una foto que tengo contigo. Pero creo que eso es lo menos

importante ahora.

Mis padres me han contado que tuvieron una muy mala primera impresión de ti, ya que,

eras una persona arrogante y envidiosa por la forma en que los trataste la primera vez.

Pero esto fue cambiando poco a poco con tus acciones y forma de ser. Te volviste uno

más de la familia.

Te pasabas casi todas las tardes con nosotros, platicándonos de tu vida y tus problemas

que en esos momentos estabas pasando. Mamá te preparaba tu comida favorita para

que vinieras a comer con nosotros y poder verte, aunque fuera un momento.

Te puedo contar muchas de las cosas que me dejaron una marca muy grande en mi

corazón gracias a ti, pero solo te recordaré tres que para mí fueron las más significativas.

La primera, un 15 de noviembre, justamente el día de mi cumpleaños, para serte sincera

no recuerdo en qué año fue, pero ya era un poco tarde más o menos las 10 u 11 de la

noche. Alguien tocó la puerta, todos nos preguntamos ¿Quién será?, mamá se levanta

y va a la puerta. Yo volteó a verla y simplemente me sonríe y me dice que alguien me

busca. Yo no esperaba a nadie, así que solo me levanté y fui a ver quién era… eras tú,

con una bolsa de regalo en una de tus manos. Te abracé con todas mis fuerzas y te dije

al oído “muchas gracias”, me correspondiste el abrazo y me dijiste “muchas felicidades” y

también que ya te tenías que ir porque era tarde y al siguiente día tenías que ir a trabajar.

Te fuiste, entre a casa y abrí el regalo. Era una muñeca muy bonita de la bella y la bestia.

La verdad yo pensé que se te había olvidado que ese día era mi cumpleaños… pero vi

que no fue así.

La segunda fue un día que viniste a casa y mamá tenia antojo de pay de manzana

que sólo vendían en Costco, y nosotros no nos encontrábamos en la mejor situación

económica así que tú te ofreciste a traerlo. No sé si se te olvidó donde lo vendían o no

supiste cual era, porque toda esa semana nos trajiste un pay diario, pero no era el que

mamá te había encargado. Así que justamente el último día de esa semana le atinaste al

que si era y créeme que por ese detalle te estaré eternamente agradecida.

La tercera y última… en casa solo había dos cuartos, así que en uno se dormía uno

de mis hermanos y en el otro nos dormíamos mi otro hermano y yo. Cuando estaba

pequeña no había mucho problema, pero cuando fui creciendo a mamá ya no le gustaba

que yo durmiera con mi hermano y justamente el día que me iban a dejar un cuarto para

mi sola, llegaste tú a visitarnos, yo te conté todo lo sucedido y te dije que mis padres ya

no me querían porque me iban a dejar en un cuarto sola… (ahora pienso sobre esto y

sé que no sabía lo que decía), tú me dijiste que no era así, que ellos me querían mucho

y que por eso me estaban dejando un cuarto para mi sola, para que tuviera mi propia

privacidad, la verdad es que en el momento no lo entendí y hasta me molesté contigo

por darles la razón a mis padres. Ahora en este preciso momento sé que estabas en lo

correcto y que lo que hicieron mis padres fue lo mejor.

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Siempre llegabas a casa con algún detalle, ya fuera fruta, papas, dulces o hasta incluso

postres, pero nunca llegabas con las manos vacías. Te puedo decir que con lo más

mínimo o simplemente con tu presencia a mí me hacías la persona más feliz del mundo.

No sé qué día todo esto cambio, dejaste de venir, ya no nos mandabas mensajes ni nos

llamabas. Pero hay algo que nunca cambio y es el cariño que yo te tengo.

Un día de la nada, recibimos una llamada de tu hija. Pensamos que era para alguna otra

cosa, pero no fue así. Nos dijo que estabas enfermo pero que no sabían que era lo que

tenías. Ella envío una foto a papá de ti. Estabas sentando en una silla de ruedas con una

bata de hospital, ya no eras el mismo, te veías muy decaído, pálido y más delgado que

la última vez que te vi.

Pasaron días, caíste en cama y te encontrabas en tu casa, pero no se veían mejorías en ti.

Entonces mamá se ofreció a llevarte una doctora de confianza para que te revisara y nos

dijera específicamente que era lo que tenías. Aceptaste e inmediatamente la llevamos

contigo. Ella tan solo con verte supo que era lo que te estaba pasando, pero no dijo nada.

Te hizo varias preguntas, a las que tu contestaste sinceramente, pero hubo una en la cual

te juro que mi corazón se detuvo por unos segundos, mi cuerpo comenzó a temblar y mis

ojos se pusieran llorosos. Esa pregunta fue ¿usted sabe lo que es el cáncer? A lo que

contestas que sí y dijiste…”es como si me estuviera pudriendo por dentro” no tienes una

idea de lo que sentí al escucharte decir eso. Nosotros nunca nos imaginamos que era

algo tan grave. Lo único que hice fue salir de tu recámara y comenzar a llorar.

Pasó un mes o tal vez un poco más, te encontrabas con medicamentos, pero no había

ninguna mejoría. Un día por la tarde volviste a recaer, pero más fuerte que las últimas

veces. Lo único que pediste y que no te volvieran a llevar al seguro ya que estabas harto

de ir a ese lugar. La única opción fue llevarte a un hospital particular. Llegué a verte con

papá y mamá, te encontrabas en la primera habitación del primer piso. Cuando entré, tú

estabas acostado en la camilla, me pediste que me acercara, lo hice me tomaste de la

mano y me dijiste que me querías mucho, que me cuidara y que le echara muchas ganas

a mis estudios, me persignaste y yo te di un abrazo tratando de no lastimarte. Esto lo

hiciste con todos tus familiares que se encontraban ahí.

Pasaron varios días que no supe nada de ti, pero yo sabía que estabas bien. Exactamente

un viernes 3 de diciembre del 2016, yo fui a la escuela como cualquier otro día normal

justamente ese día tenia examen de matemáticas a la ultima hora o sea a las 7 de la

tarde. Por suerte ese examen fue en equipos y agradezco que fuera así porque no me

pude concentrar para nada. Salí una hora después, mamá me marco y me dijo que papá

pasaría por mí a la escuela, que lo esperara donde siempre ya que ella estaba un poco

ocupada, se me hizo raro ya que papá estaba en el turno de la tarde y salía hasta las 10

de la noche, pero no le pregunté nada. Papá llego, me subí al carro y ahí se encontraba

mi hermano, para llegar a la casa se tenía que dar vuelta en el primer retorno y seguir

todo pie de la cuesta, pero papá se fue derecho y bajo por todo Belén. Justamente el

camino para llegar a tu casa… le pregunté a papá que a dónde íbamos y que, si pasaba

algo, a lo que me respondió que íbamos a verte y me puse muy feliz ya que tenía días

que note veía. Llegamos a tu casa y ahí estaba toda la familia y ahí estaba mamá... antes

de entrar mamá salió, me abrazó y me dijo que tenía que ser muy fuerte a lo que yo no

entendí porque me lo decía. Entré a tu casa y estaban todos llorando, fue ahí cuando me

di cuenta que te había pasado algo. Me quedé en la puerta de tu cuarto, te vi estabas

cubierto con una sábana de color morado, no supe que hacer al verte así y lo único que

hice fue comenzar a llorar. Nunca me imaginé que esa sería la última vez que te vería…

Mi corazón se partió en mil pedazos.

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Sé que no podrás leer esto, pero te digo que siempre te llevaré en mi mente y en mi

corazón. Que el amor que te demostré sigue estando aquí, aunque ya no lo puedas

sentir. Te recordaré siempre como la mejor persona que pudo llegar a mi vida, que me

enseñó muchas cosas buenas como también malas y que estaré eternamente agradecida

contigo por lo que hiciste conmigo y mi familia.

Sé que te estarás preguntando tu que me estás leyendo, de qué persona hablo. Bueno

pues esa persona es mi abuelito, el único que se merece ese nombre y el único al que

considero que lo fue y que lo seguirá siendo, aunque ya no esté conmigo.

Espero estas palabras te lleguen hasta el cielo, y también espero con todo mi corazón

algún día volver a verte.

Te quiero.

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¡Hasta que la muerte nos separe!

Por Alejandra Zapata Vázquez

Hace ya varios años, existió una muchacha de 15 años que vivía en el un Rancho

llamado El Espejo. Ella era chaparrita, güerita, de pelo muy largo, siempre muy bien

vestida muy guapa fuerte, valiente y muy bien peinada; se llama Josefina Vázquez.

Al lado de su rancho estaba otro llamado La Calavera; ahí vivía un muchacho muy guapo

que tenía la misma edad de Josefina; él, era alto, guapo, morenito, muy trabajador y muy

bien vestido; su nombre era Hipólito Lemus.

Un día Hipólito conoció a la joven Josefina, y él desde que la vio quedó prendado de su

imagen; le gustó mucho, pero había un pequeño detalle, pues este joven caballero tenía

novia; aunque no por mucho tiempo, pues su atracción por Josefina fue tal, que pronto

dejó a su antigua novia para conseguir enamorar a Josefina.

Un día, Josefina iba cambiando para su rancho, cuando se cruzó con Hipólito que estaba

trepado en un árbol y desde ese árbol le grito a Josefina, pero ella, mujer bien educada

y un tanto altiva, no le hizo caso.

-Presumidilla, pensó-

Entonces ella, tomó valor y con voz fuerte le dijo:

- ¡Para que me hablas, si tu ni me conoces!

Él sin perder más tiempo ni formalismos bajó corriendo delárbol y a la distancia le dijo:

- ¡Pues me gustas! -

Ella, levantó una piedra y se la lanzó por atrevido.

Así quedó la cosa por unos días, pero al pasar de los mismos, Hipólito logró convencer

a Josefina, de que fuera su novia; eran novios de los de antes, de esas parejas que se

ven pasear por todos lados, nomás de “manita sudada” como se dice coloquialmente.

El joven Hipólito había sabido ganarse a pulso el corazón de la bella Josefina; siendo

siempre muy atento, muy respetuoso, responsable y sobretodo, muy detallista en todo

con Josefina.

Pasaron 3 años y ellos se casaron, como era costumbre entonces, apenas al cumplir los

18 años; pero vivían en el mismo rancho donde crecieron. Tiempo después, tratando de

ir haciendo su vida como pareja, decidieron mudarse a la ciudad de Querétaro; era un

matrimonio tan bonito, siempre uno buscando el bien para el otro, si se peleaban, no les

duraba mucho el gusto, pues no podían estar enojados y ya fuera uno primero y luego el

otro o a veces hasta al mismo tiempo; se pedían perdón, tratando de enmedar los errores

para no cometerlos de nuevo en el futuro.

Fruto de ese amor tuvieron nada más que 7 hijos; 3 mujeres 2 hombres y 2 pequeños

que perdieron la vida entes del nacimiento.

Y así es como en un rincón de la bella ciudad de Querétaro, la gente recurda a esta

pareja, en especial los hijos; porquefue un matrimonio bien consolidado, que duró nada

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más que 25 años de casados, y re casados; pues sin dudarlo, llegado el tiempo preciso,

renovaron sus votos y se volvieron a casar; Don Hipólito jamás perdió lo detallista, ya que

siempre que salía de misa, él le compraba sus rosas a Doña Josefina y al entregárselas

cariñosamente le decía: -una flor, para otra flor-

Eran el matrimonio más bonito que pudiera existir, pero como en toda vida y toda historia,

si no hay penas, es que no es vida; lamentable un triste día, le detectaron cáncer de

vesícula a Don Hipólito, noticia que sacudió por completo a la familia; sobre todo a su

amada esposa Josefina, quien lloraba día a día, pues para ella él era su vida, desde

antes y para siempre y le daba tristeza verlo enfermo.

Hipólito pasó varios días internado en el hospital militar, pues gracias a su carrera

como sargento; pudo recibir atención en aquel lugar, hasta que un 31 de diciembre;

Hipólito seguía internado, y ese mismo día de tanta pena, la propia Josefina se puso

mal; entonces los dos estaban internados; pero lamentablemente separados; pues uno

se encontraba en Irapuato y el otro en la ciudad de México.

Josefina tuvo como 5 cirugías en esa misma semana, ella pasaba de cirugía en cirugía;

pero ella como ya les había dicho desde el principio, era una mujer muy fuerte y muy

valiente, así que las superó todas; por su parte, Hipólito se aferró a la vida y por milagro

superó el cáncer, así que tiempo después, ambos regresaron a casa. Gracias a Dios

había pasado la tragedia.

Así con altos y bajos en las vidas de este matrimonio, el tiempo siguió su curso y con

ello, llegaron a cumplir sus 50 años de casados y de nuevo se casaron por la iglesia,

con fiesta y todo; Josefina ella quería festejar su boda ya que nunca tuvo la boda de

sus sueños, “pues en su tiempo esas cosas no se usaban”, en fin; con mucho amor e

ilusión, prepararon la ceremonia con ayuda de la familia; Hipólito y Josefina rodeados de

sus seres queridos se casaron y ellos eran los más felices; pues poco a poco cumplían

sus más grandes deseos.

Al terminar ese año, ya cerca del 31 de diciembre; Don Hipólito se puso enfermo

nuevamente pero no encontraban qué era lo que le aquejaba; y le decían que era una

u otra cosa, sin descifrar el diagnóstico; hasta que nuevamente fue aparar al hospital;

donde ahora le decretarían otro tipo de cáncer; ahora éste se encontraba en el páncreas;

el dolor que fue para la familia saber que él estaba enfermo; fue demasiado grande, Don

Hipólito enfermó rápidamente hasta ya no poder comer, ni pararse siquiera de su cama,

se le dificultaba el poder respirar bien; se puso tan mal que un domingo se lo llevaron

a internar y cada día se veía más difícil, verlo recuperarse.

Un martes desde el hospital, se comunicaron con la familia, para darles la triste noticia

de que Don Hipólito había fallecido; aunque ya lo presentían desde que se escuchó el

timbre; fue un dolor muy grande el que embargó a toda la familia por aquella terrible

noticia.

Sin embargo, no todo fue triste; antes de morir Hipólito tomó fuerzas y logró hablar con

su amada Josefina; su esposa y con los ojos humedecidos por la gran dicha que le daba

el verla, le dijo que ella siempre había sido y seguiría siendo el amor de su vida. Y hasta

la fecha Josefina lo recuerda como un hombre sincero, detallista y amoroso. Las últimas

palabras que Hipólito dijo a su esposa fueron: ¡SIEMPRE FUERTES! Y como familia hoy

Doña Josefina, sus hijos y sus nietos siguen siempre adelante en la vida; con esa misma

filosofía.

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Ley de Herodes

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Artículo 1. Usted tiene toda la razón inequívoca por el simple hecho de tener una virtud

que usted crea que nadie en este mundo de 7, 444, 443, 881 personas que lo habitan;

no pueden hacerlo mejor que usted.

Artículo 2. Razone sobre la triste existencia de las cosas; el sol en su larga vida persigue

a la luna, los pajaritos aún no se aprenden otra melodía y el tiempo siempre tiene prisa.

Artículo 3. Cuando llegue el momento de buscar las llaves u otro objeto de suma

importancia, redacte las groserías habidas y por haber, aunque usted tenga la culpa de

no tener buena memoria.

Artículo 4. Mientras toca el claxon creyendo que éste le resolverá todos o algunos de

sus problemas; perciba como tiene los músculos tensos del estrés que ha generado.

Artículo 5. No redondee los centavos al cajero; se hará millonario con ellos. No se le

olvide reclamarle por el servicio de carnicería, pues el corte no es el mismo como lo vio

en la revista. Y antes de irse regale los 20 centavos al cerillito de la tercera edad para que

él sea rico mínimo en sus últimos años de vida.

Artículo 6. Intente sonreír pues su jeta se ve mal desde muy lejos.

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Problemas de amor

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Él

_Lo que me molesta de ella es cuando le hago de comer, pues a mí me toca cocinarle

mientras ella hace el desayuno a mi lado.

_ ¿Y que ve de malo en eso?

_ Cuando estoy en la cocina ella corta los champiñones y con el mismo cuchillo ¡yo tengo

que cortar las naranjas para hacer el jugo!

_ ¿Le molesta hacer jugo de naranja?

_ Las naranjas hacen mucho espacio no puedo poner mi ajedrez porque ahí está su

florero en la mesa

_ Dígame señor Herrera, ¿duermen en cuartos separados?

_ Si pudiera lo haría, pero no, compartimos la misma cama y me asfixia; siento su

respiración en mi oído, el mismo buró de lado derecho de los tres cajones me pertenece

y a ella le pertenece todo lo zurdo.

_ ¿En ese cuarto hay pláticas en las noches?

_ Ninguna para que quiero platicar con ella en la noche si todo el día escucho como le

fue en el trabajo, de lo caro que está todo en la tienda, y remata con que quiere traer a

su mamá

_ ¿No le agrada la visita de sus familiares?

_ No es que me moleste, si no que ella no hace quehacer, dice que todo está en orden

y no me deja quitar el florero de la mesa para ponerle unas flores no acepta algo de mí.

_ ¿Crees que lo hace por venganza?

_ Me hizo vender mi automóvil, si no lo hizo por venganza dígame como se llama eso

_ ¿Dime cuál es tu objetivo a corto plazo con ella?

_ Separarme de ella

Ella

_ ¿Qué te molesta de él?

_ Me molesta que mis plantas tengan que compartir espacio con su caja de herramienta

_ ¿Tiene él las herramientas por toda la casa?

_ No, porque no lo dejo si no imagínese el desorden que hubiese en mi casa

_ ¿Usted compro la casa?

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_ No, pero pienso hacer allí mi negocio cuando ya no la ocupemos

_ Su esposo dice que le encantaría dormir en otro cuarto ¿usted qué opina?

_ Que se vaya por mi mejor, que se suba a dormir con el perro

_ ¿Tienen un perro en la azotea?

_ Si el perro vive en la azotea mi marido le hizo una casita muy bonita, por cierto

_ ¿Dígame cuando fue la última vez que platicaron en la noche?

_ Cuando compramos el buró porque vendimos la cama matrimonial y ahora dormimos

en litera individual

_ ¿Le agradan las visitas?

_ Yo tendría visitas a diario, pero mi mesa solo tiene dos sillas mi sala no tiene sala

_ ¿Usted obligo a vender el auto de su marido?

_ Si yo fui, era un auto muy grande ahora que tenemos bicicletas tengo más espacio para

mis adornos porque detesto su cuadro del futbol que abarca toda la sala por ese cuadro

me quito el reloj y ahora uso el florero como reloj solar

_ ¿Dígame cuál es su objetivo con él a corto plazo?

_ Dejarlo de ver

Pasaron algunos días y el juez dio resolución a su caso:

Santiago de Querétaro, Qro 14 de enero de 2014

Siendo el juez del caso de la señora Claudia Mora Muzquiz y el señor Raúl Herrera

Jiménez y escuchar sus peticiones considero que este matrimonio lo que requiere son

platicas conyugales mientras se tramita su divorcio deberán dividir la casa 3 metros de

ancho por 4 metros de largo el perro vivirá en cualquier parte de esta división de terreno.

_______________________________

JUEZ MONDRAGON SOTO GAEL

Ella y Él al escuchar la sentencia:

_ Señor. ¡Lo que nosotros queremos es comprar una casa más grande!

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DE LAS ARTES

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Estragos

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

Mi lectura corría pausadamente pues mi concentración es esporádica, en cada detención

del camión levantaba la mirada esperando a que un conocido subiera y platicáramos

en el trayecto, pero nadie ha subido en estas dos semanas, a quien le pueda dirigir la

palabra.

El camión hizo parada, subió un chico de mi edad, denotaba mucha alegría más de la

que yo he adquirido en años, cuando se sentó a mi lado, identifiqué que lleva en su mano

una guitarra,

_ ¡Ash! un artista callejero _ pensé.

Calificándolo de pies a cabeza mi veredicto fue; no tiene talento, de seguro arruinará mi

viaje, después de unos minutos se levantó y le pidió permiso al chofer para cantar.

A decir verdad, tenía talento, tanto talento, como para evaluar si le daba mi moneda de

($5) Cinco pesos o la de ($10) Diez pesitos, mi lectura fue concentrada, probablemente

leía con una sonrisa, pero cuando canto la última canción, dio unas palabras como si

fuera un artista reconocido cerrando su concierto en el palenque más importante.

Así se despedía el artista incognito, con sus lentes de sol en un día nublado; cantando

para su público igual de misterioso con el cubre bocas puesto y algunos con lentes o

sombreros, al escuchar la letra de la canción, las mariposas en el estómago aletearon

y en mi boca hacían un coro casi inaudible; sentía la presencia de esta persona que la

pandemia separó de mí; sentí la magia de la música en mí, quería hacer una locura

como gastar el crédito en una llamada eterna diciendo lo mucho que me gusta o correr

para sentir esa libertad que uno siente con la música aunque el querido lector o lectora

no me crea mi cuerpo tenia estragos: manos temblorosas y frías y un corazón que latía

con fuerza y las afectaciones por una melodía se repararon después de varios días;

ahora cuando subo al camión subo con la esperanza de, descomponerme nuevamente

con la magia de la música.

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Mariachi Loco

Por Brayan Ángel Hernández Solorio

En el municipio Zapotlanejo Jalisco estaban de fiesta, era de los pocos municipios

escogidos para organizar el evento que llevaría al ganador al concurso del mariachi

para ir a Zapopan para concursar por “El charro de oro”. Así que Don Pepe era el

gallo del pueblo; pero realmente tenía una cerrada competencia y él lo sabía, pero sus

compañeros lo alentaban para ir a concursar, su mamá le tenía lavado y plancho su

traje color vino, siempre al verlo le pedía que se lo pusiera para ver el mínimo detalle,

tres veces fueron las necesarias para saber si la bastilla del pantalón quedaba a la justa

medida o debía de bajarla; las botas brillaban pero tenían un problema: ¡no le cerraban!,

al igual que la camisa, pues subió tres kilos aún y con la dieta minuciosa de su abuela;

en todos lados del mercado le regalaban a Don Pepe, alguna cosa para mostrarle su

apoyo mientras que él solo pedía una aguja.

El pueblito ya tenía a su gallo, en la final esos eran los discursos del alcalde que en

todos lugares anunciaban a Don Pepe como ganador; aunque Don Pepe siempre pedía

serenidad por la cerrada contienda; el párroco pidió que aceptara que en su iglesia fuera

la misa para darle la bendición al campeón.

Cuando llegó la fecha del evento, la plazuela del pueblo estaba atiborrada de gente y

de adornos coloridos, al fondo se veían los puestos de antojitos llenos de personas,

decían que era el mejor lugar para deleitar los sentidos; aún recuerdo al algodonero

promocionando sus dulces, al sereno apresurado pues el sol estaba por irse a dormir; la

iglesia marcó con sus campanadas que faltaba menos de una hora para iniciar el gran

evento.

Don Pepe tenía en sus mejillas la marca de diferentes bilés; uno era de su mamá otro

de su esposa y algunos más de mujeres que nunca antes vió en el pueblo, pero eran las

indicadas para su hijo, según su abuela. Cuando le tocó su turno de participar, la plazuela

coreó su nombre, la iglesia repicó sus campanas y un anciano encendió algunos cuetes

y chifladores que eran para festejar al santo que cumplía años uno mes más tarde, el

cielo era el más hermoso con fuegos artificiales y la noche llegando; sus compañeros

saludaron al público alzando los instrumentos, no recuerdo a alguien afuera, todos

estábamos presentes en el evento, el presentador anunció la participación del mariachi

de Zapotlanejo.

Buscaron un momento para poder iniciar, pues la multitud alentaba con mucho júbilo,

tardaron seis minutos para que se guardara un poco de silencio, cuando Don Pepe

hizo la señal para que arrancaran con la melodía: los violines hablaron, la gente guardó

silencio pero cuando acercó el micrófono para cantar, la gente se desordenó otra vez,

el juez furioso pidió que pararan todo hasta que hubiese la seguridad que no habría

más interrupciones dejando media hora de receso con la condición de que si se volvía a

interrumpir se descalificaría al mariachi local.

Pasando la prorroga se presentaron igual que antes y la gente solo respondió con

aplausos tristes por no apoyar como ellos querían; pero felices, por lo que, uno que

otro silbido fue callado para evitar la descalificación. La canción dio inicio, después de

ciertas estrofas le seguían aplausos de la población y para cerrar con broche de oro tomo

aliento para sacar la nota más alta y cuando sacó la nota; su camisa no pudo sostener

la presión y salió disparado el botón golpeando al gobernador en la cara, toda la plaza

desde dentro hasta afuera, guardó un enorme silencio; cuando Don Pepe terminó de

cantar, lo único que hizo fue correr para no ser víctima de burlas, caminó por las orillas de

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la plaza, de noche con una guitarra entre os brazos, hasta llegar a un árbol y allí se puso

a componer algunas canciones para pasar la lo amargo de aquella noche.

Al día siguiente lo fueron a buscar, todo el pueblo estaba presente y al encontrarlo lo

cargaron con júbilo para ayudarlo y demostrarle que para el pueblo era el mejor mariachi

y después el pidió una guitarra y esa fue la primera vez que lo escuche cantar esa canción

tan alegre reconocida que hoy no puede faltar en el repertorio del mariachi…

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DE OTROS MUNDOS

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Campamento de terror

Por Perla Guadalupe González González

En un campamento muy famoso en la ciudad de Londres, donde internaban a los

jóvenes más problemáticos de las escuelas, existía un gran rumor. Se decía que en

este sitio habitaba un alma en pena y merodeaba por los alrededores pidiendo ayuda. El

capitán Marlon, quien también era encargado del campamento, prohibía rotundamente

a los internos salir del espacio establecido y mencionar cualquier tipo de comentario

respecto al tema.

Adolph, un interno nuevo, supo de la leyenda, pero no con exactitud. Así que, en su

primer día de ingreso, ya en la madrugada tomo una linterna y se dirigió a las afueras

del campamento. Llegó a un lago y empezó a buscar pistas que lo ayudaran a resolver

el misterio. Estuvo allí alrededor de 2 horas y no tuvo resultado. Pero cuando estaba a

punto de regresar al campamento, algo asombroso pasó. Una mujer postrada frente a

él, con la cara quemada y un vestido blanco manchado de sangre y otro tanto quemado,

dejó totalmente desconcertado al chico.

_ ¿Está usted bien? Preguntó Adolph

Un largo silencio respondió su pregunta. El chico se quedó paralizado cuando la mujer

desapareció de la nada. En ese instante, Adolph salió corriendo. Cuando llegó al

campamento sus compañeros de cuarto le preguntaron que a dónde había ido, a lo que

él les contestó:

__La vi, vi a la mujer de la que tanto se habla. Estuvo frente a mí en el lago azul. Tenía un

vestido blanco con manchas de sangre y tenía partes de su cuerpo quemado.

August, otro interno, le preguntó sorprendido:

__ ¿Cómo has podido escapar del campamento, Adolph? Las bardas están muy altas y

las puertas tienen candados.

__En la parte de atrás, donde está el basurero, hay un hoyo, por ahí me escapé,

respondió Adolph

__Yo quiero ir, dijo Bruno.

__Escapémonos todos. Comentó Emil.

Los chicos planearon fugarse la noche siguiente. Para esto, llevaron consigo una

lámpara, varias navajas, antorchas, una casa de campaña y cerillos.

Los chicos deciden acampar donde Adolph ve a la mujer. Hacen una fogata y esperan.

Se dieron las 2:30 a.m. y no pasaba nada raro. Deciden dormir por turnos. Son las 4:00

a.m. cuando escuchan cosas raras y los muchachos salen a ver qué pasa. Ven una

luz demasiado enorme que hasta los ojos les lastima. Es la mujer acompañada de otra

criatura. Esa enorme bola de luz, parecida a un remolino, los acoge dentro de ella.

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Al día siguiente, exactamente a las 6: a.m. (hora en que despertaban a los chicos para

empezar sus labores) se dan cuenta que no están por ningún lado. Los encargados del

campamento comienzan una serie de búsqueda. El lago en el que ellos acamparon se

encuentra como a 2 horas. El jefe del campamento llega a ese sitio y encuentra algunas

de sus pertenencias tiradas y un papel con un mensaje escrito, el cual decía: “la vida se

encarga de todo aquel que hace mal, ayer me tocó a mí, hoy te toca a ti”. Esto confundió

demasiado al comandante y de inmediato realizó una lista de los muchachos que habían

desaparecido. Al finalizar esta, dio la orden de ampliar la búsqueda y dar parte a las

autoridades para que buscaran por cielo, mar y tierra.

Ya hay cientos de personas buscando a los chicos, pero desgraciadamente no hay

respuesta, no aparecen por ningún lado y la angustia que se vuelva cada vez más

grande. Los papás desesperados y la incertidumbre no los dejan tranquilos. Un agente

de la policía decide buscar dentro del lago así que llama a buzos especialistas en esto.

Cuando salen del agua, todos se llevan una enorme sorpresa; pues encontraron los

cuerpos de los chicos ahogados y con marcas de torturas, pero había uno que tenía aún

más marcas en la piel, y no sólo eran de tortura, a este chico lo habían quemado vivo.

Cuando los agentes entrevistaron a los jefes del campamento uno de ellos se desmoronó

al contar su versión, pues, resulta que el excomandante Cedrik era papá de Adolph, el

chico más rebelde del campamento. Sus lágrimas rodaron aún más cuando, les informó

a los agentes que, antes de empezar la construcción del campamento, vivía allí una

familia y al querer comprarles sus parcelas para la creación del campamento, estos se

negaron, así que optaron por amenazarlos de muerte y que Devin, el dueño de la granja

se negaba a vender incluso con amenazas. También, __comenta Cedrik, _ la única forma

de sacarlos de esos terrenos, fue incendiando su granja, pero por error el fuego tomó

más fuerza en la casa, donde se encontraban ellos y desafortunadamente murieron.

El agente de quedo sorprendido al escuchar su relato.

__Yo pienso que ellos se vengaron y por eso le hicieron eso a mi hijo, dice Cedrik con

lágrimas en los ojos.

De inmediato los agentes detienen y encarcelan al excomandante y a sus cómplices.

Llevando un año de encierro, misteriosamente aparece un papel con una nota escrita,

la cual decía:

¬¬__Te lo dije Cedrik, me vengaría de ti, no hay mentira que no sea descubierta.

El excomandante muere a los 3 días que apareciera la nota…

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De regreso al combate

Por Alan Josué Irineo Gutiérrez

Mi nombre es Chandler actualmente tengo 42 años, hace aproximadamente 24 años

atrás estuve en el frente en la guerra más devastadora y grande de la que se tenía

conocimiento, fui un joven soldado francés de 20 años que estuvo en el frente contra

Alemania, estar en ese lugar era peor que estar en el mismo infierno; a cualquier lado

que volteabas se percibía el gran olor a podrido, cientos de cuerpos por todos lados, uno

ya ni sabía si alguna vez fueron personas ya que sólo se veían pedazos de carne por

todo el campo de batalla, entre esos cuerpos se encontraban varios de mis amigos de la

infancia, así como varios hombres de mi pueblo natal, al tan sólo ver una cara conocida

me llenaba de tristeza y rabia contra esos malditos que les arrebataron la vida, pero no

podía hacer mucho puesto que aparte del coraje que tenía acumulado no puedo ni tomar

mi arma con precisión, no se empuñarla de forma que mis manos y pies no tiemblen, me

sentía un cobarde y un estorbo para los soldados de mi compañía, aunque a varios de

ellos no les importaba si no mataba a ningún alemán, los más veteranos me alentaban

diciendo que si le arrebataba la vida a alguien más no podría vivir con ello durante el

resto de mi vida, en esas ocasiones me sentía aliviado por sus consejos.

En las primeras noches me puse a recordar cómo había llegado hasta ahí ,pensaba mi

casa junto a mi madre, mi padre y mis dos hermanos pequeños, nuestra familia siempre

había sido de campo, muy humildes, que plantábamos y cosechábamos nuestra propia

comida durante la mayoría del año, siempre tuve ese sentimiento de proteger a mi familia

ante cualquier situación, un día que me encontraba con mi familia cenando, mi mamá

comentó que había escuchado la noticia que nuestro país había entrado en guerra, en

ese momento que nos contó todo era silencio no había ningún comentario acerca de

eso, mi padre al ver preocupado a mi madre nos comenta que la noticia tal vez era falsa

o que era una guerra que solo duraría unos cuantos días que nada nos pasaría y que

estaríamos bien, así que no me preocupé, unos días después de esa noticia llegaron

unos amigos a mi casa, me comentaron que en el centro del pueblo habían llegado

algunos militares que traían noticias importantes para todos los jóvenes y adultos, así

que en eso momento fuimos corriendo a escuchar de que se trataba, al llegar sólo

alcanzamos escuchar que necesitaban soldados para el frente, que había comenzado la

guerra y que nuestra nación nos ocupaba para vencer al enemigo que se aproximaba,

en ese momento éramos unos jóvenes que pensaban que al ir al campo de batalla sería

muy divertido, no sabíamos a lo que nos enfrentaríamos, mis amigos y varios jóvenes

más sin pensarlo comenzaron a enlistarse en ese momento, yo personalmente no sabía

qué hacer ante esa situación, si pudiera viajar al pasado me diría que es una mala idea y

que al hacerlo cambiaría mi percepción de la vida, pero no al ver a mis compañeros tan

contentos tomé la decisión de acompañarlos en esta aventura, que ahorita que lo pienso

fue la peor decisión que pude a ver tomado en mi corta vida.

Después de enlistarnos nos comentaron que al día siguiente llegarían los camiones

por nosotros a primera hora, ahora sólo me faltaba comentarle a mi familia, ya por la

noche mientras cenábamos le comenté a mis hermanos que en mi habitación había unos

dulces que los fueran a encontrar en ese momento en que no se encontraban le comenté

a mi madre y padre sobre la decisión que había tomado sin consultarlos, los dos se me

quedaron viendo con una cara pálida que nunca había visto, mi madre comenzó llorar,

mientras mi padre me decía que si sabía las consecuencias de lo que había hecho, en

ese momento no sabía que contestarle, al ver que no contestaba me dijo ya resignado el

día que irían ellos por nosotros, ya les comenté que al siguiente día, entonces mi padre

se para de la mesa y va al cobertizo por algo, al bajar me da una cruz de madera ya algo

vieja y me dice:

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__Mientras tengas esto a tu lado Dios siempre te protegerá. En la noche cuando estaba

acostado me sentía un poco mal por mi familia, pero feliz por conocer más lugares, ya

temprano por la mañana tomé mis cosas y me dirigí a la puerta de mi casa en donde

mi mamá y papá, ya me esperaban para despedirse de mí, no sabía que comentarles,

lo único que se me ocurrió fue decirles volveré pronto, antes de que sea navidad, me

abrazaron y salí de mi casa con un pensamiento de que haría todo lo que estuviera de mi

parte para volver a verlos. Ya después de una semana de entrenamiento, nos mandaron

al frente, no sabíamos en lo que nos habíamos metido, éramos unos jóvenes buscando

aventura, apenas llevaba un día y ya extrañaba a mi familia, siendo esa la primera noche

ahí.

Así pasaban los días en el campo cada día había nuevas víctimas entre ellas varios con

los que había venido a la guerra, me quería dar por vencido ya no quería saber nada

de la guerra, estaba cansado de ver morir personas, ese lugar no era para mí, quería

regresar a casa junto a mi familia, ya después de estar varios meses en el frente se

escucha entre las trincheras que la guerra ha terminado, en ese momento quería abrazar

a alguno de mis amigos ya que sabía que regresaría a casa, pero al voltear a los lados

no había nadie conocido mío todos mis amigos y la gran mayoría de las personas de mi

pueblo habían muerto no quedaba nadie, me sentía triste y a la vez aliviado porque ya se

acabaría mi sufrimiento, unos días después me pasaron a dejar a la casa de mis padres

en donde mi madre y padre me esperaban con mucho gusto y entusiasmo.

La primera noche después de llegar a casa no podía dormir recordaba todo por lo que

tuve que pasar en ese lugar y algunas veces hasta veía a mis amigos en mis sueños,

no soportaba pensar que de todos los amigos que éramos solo sobreviví yo, estuve

durante mucho tiempo con depresión un día al salir al pueblo se observaba una calma

y un silencio muy tenebroso yo era uno de los pocos jóvenes que sobrevivió, me sentía

solo no había nadie con quien platicar ni divertirse un momento, entonces fue cuando

llegué al mundo del alcoholismo, me refugié en el durante algunos años, no podía vivir

en paz con todas esas imágenes desgarradoras que se habían quedado impregnadas

en mi cabeza, eso hasta que un día por el pueblo me enamoré de una hermosa joven de

ojos azules, la invité a salir y tiempo después nos comprometimos y tuvimos dos hijos,

ya con una familia a mi lado era un poco más positivo respecto a la forma de ver la vida.

Actualmente tengo 42 años y estamos en el año de 1940, en la radio y en el periódico

se escucha que ha comenzado otra guerra, al escuchar esto un escalofrío me corre por

todo el cuerpo, pienso en si esta guerra es de menos o más importancia que la primera,

no sé qué pensar ni que pasara conmigo y mi familia.

No me preocupo demasiado por el tema ya que me decía a mí mismo para que les servirá

un viejo como yo en el ejército, estaba más concentrado en mis hijos y esposa. Un día

ya casi anocheciendo veo venir un camión militar hacia mi casa, pienso que tal vez están

perdido, al llegar a la puerta de la casa se baja un oficial , que dice buscarme para tratar

un asunto sumamente importante, así salgo para preguntar que se le ofrecía, él me

comenta que soy requerido por el ejército francés para pelear en esta nueva guerra, en

el momento que me comenta eso me niego a acatar tales órdenes, ya en ese momento

se me ocurre preguntarle al oficial que por qué a mí si hay personas más jóvenes y otras

con más experiencia en el campo de batalla. Él comenta que yo al ser uno de los pocos

sobrevivientes de la primera guerra, cumplo con los requerimientos para tener mi propio

escuadrón, me quedo callado sin saber qué hacer, el al ver mi negativa menciona que si

no acato las ordenes seré arrestado por traición a la patria. En ese momento se despide

y se va, me quedo pensando en mi familia no sé si volver al infierno del que algunas

veces pude salir con vida, pienso que la suerte se acabara en cualquier momento, ya

casi al partir a mi destino pienso en si algún día volveré a ver a mi familia de nuevo o

si este será el final que me tenía preparado el destino, del cual no podría escapar dos

veces, por cualquier cosa llevo la misma cruz que mi padre me dio 24 años atrás.

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Deja tu mente Volar

Por Andrea Montoya Acosta

Todo se remonta en el parque central de la ciudad, donde se encontraba Carlos y todos

sus amigos que les encantaba salir a andar en bicicleta sin tener un rumbo fijo a dónde

ir o que hacer.

Después de unas cuantas horas de andar paseando en bicicleta, los amigos de Carlos

le comenzaron a decir que sería divertido tirarse con la bicicleta por la cuesta abajo de

una calle, pero ellos sabían que a Carlos le daba un poco de miedo, él un poco temeroso

empezó a dudar si en verdad quería hacerlo y recordó lo que una vez sus papás le

dijeron:

__Tienes permiso de ir andar en bicicleta con tus amigos, pero, ¡por favor!, no

hagas locuras, ya que es un muy peligroso y no queremos que te pase algo grave,

¿entendido?

Carlos recuerda muy bien que él le preguntó porque no podría hacerlo si todos lo hacen

siempre a lo que su madre le respondió un poco enojada:

__Y si ellos se tiran de un puente, ¿tú también te tiras?

Entonces Carlos al recordar esto comenzó a temblar sin parar, él sabía que les podía

decir que simplemente no lo haría, pero esta vez sería diferente, ya que ese día estaba

Lilia la niña que le gustaba desde la primaria y sabía que no podía quedar cómo un

cobarde en frente de ella, así que agarró todo el valor que tenía y contó hasta tres, para

después poder soltar el freno, Carlos empezó a pedalear lo más fuerte que pudo hasta

que consiguió una gran velocidad, él solo podía ver cómo es que los árboles y arbustos

de la calle pasaban demasiado rápido.

De repente de bajo de un coche que estaba estacionado salió el pequeño gato de una

de sus vecinas y Carlos lo que hizo por impulso fue apretar las dos manillas del freno

de golpe, cuando de pronto se escucha solo un chirrido, la bicicleta empezó a moverse

de un lado a otro e iba cayendo a la derecha cuando de repente, Carlos siente el primer

golpe, que fue en su rodilla y después empezó a sentir cómo si el codo le quemara, y por

ultimo sólo escuchó un ruido cómo cuando su mamá rompe un huevo y lo pone a freír en

el sartén y al mismo tiempo comenzó a sentir un muy fuerte dolor en la cabeza.

Todos al ver lo que pasó van corriendo a donde esta Carlos y muy asustados comienzan

a preguntar;

__ ¡Carlos, Carlos, Carlos, ¿Qué te ha pasado? ¡Por favor abre los ojos!

Todos muy angustiados por no tener respuesta de Carlos empezaron a pensar en qué

hacer, porque no querían avisarles a sus papás, ya que sabían que les iba a ir muy mal

por desobedecer las órdenes de su mamá, pero Miguel era el más asustado de todos y

él no lo pensó más, así que salió corriendo directo a la casa de Carlos para avisarle lo

que había pasado.

Para este punto Carlos simplemente se sentía muy cansado y es por eso por lo que

no respondía a las preguntas de sus amigos, así que decidió dormirse mientras se

recuperaba.

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Carlos en su sueño comenzó a imaginar, inicio a visualizar algo que era muy peculiar

ya que nunca había soñado algo igual. Todo comenzó estando él en una selva, muy

oscura, rodeado de árboles realmente gigantes, los cuales tenían ramas que iniciaban a

enredarse entre los pequeños brazos de Carlos y lo dejaban inmóvil.

De repente en su sueño, comienza a acercarse un grupo de personas, las cuales supuso

Carlos que pertenecían a una tribu de esas que veía en las películas antiguas, lo miraban

muy fijamente y hablaban entre ellos en un idioma, que claramente Carlos no conocía.

Carlos comenzó a mirarlos con más determinación y empezó a analizarlos, se dio cuenta

que llevaban ropas de colores diferentes entre ellos y que algunos de los miembros de la

tribu usaba cómo una especie de turbante que les cubría todo el pelo.

Las personas de esta supuesta tribu de vez en cuando dejaban de hablar y uno de

ellos se acercaba a Carlos, lo miraba, lo tocaba y luego volvían a hablar con los demás

miembros de la tribu. De repente sonó el ruido de un Tam Tam continuo, y al parecer con

ese ruido se comunicaban todos los miembros de aquella tribu, porque de pronto uno de

ellos levantaba la mano para que todos pudieran guardar silencio y después de escuchar

ese Tam Tam volvían a su conversación entre ellos, que Carlos no podía comprender por

más atención que pusiera en su hablar.

Carlos se encontraba muy confundido; varias veces uno de los miembros de la tribu lo

agarraba y lo llevaba de una parte de la selva a otra y así se dio cuenta Carlos que había

más tribus en esa selva ya que parecía que estaban enseñando a Carlos cómo trofeo

a otros grupos, estos se lograban diferenciar ya que llevaban ropa totalmente diferente.

Carlos ahora estaba más confundido, ya que los miembros de las otras tribus no sólo lo

tocaban, sino que también colocaban extraños objetos en diferentes partes de su cuerpo,

como en su pecho, en su cabeza y en su pie, también una vez lo dejaron en una especie

de túnel muy oscuro donde de pronto Carlos empieza a escuchar un ruido muy fuerte,

cómo de metal chocando entre sí; Carlos más se espantó que antes empezó a gritarles y

hablarles, pero parecía que no entendían nada de lo que él decía, Carlos gritaba;

__ ¿Quiénes son ustedes?, ¿Dónde están mis papás?, ¿Dónde estoy?

Pero los miembros de la tribu no respondían y mucho menos decían alguna palabra

para responder a las preguntas de Carlos, pero aquellas personas de la tribu tomaron a

Carlos y lo llevaron a otro viaje, sólo que esta vez el viaje sería un poco más largo que los

anteriores, lo llevaban a una parte de la selva donde no había nada de vegetación y era

muy diferente al resto de la selva, ya que hasta ese momento todo había sido oscuridad,

pero ahí todo era muy diferente a lo que él ya había visto.

En este lugar la luz era cegadora, y los miembros de la tribu que habitaban esa parte

de la selva, se protegían del sol con ropas mucho más largas que la de los demás. Aquí

todos los miembros llevaban turbantes para que así no se pudieran quemar la cabeza.

Carlos imaginó que debían estar celebrando una fiesta porque no se oía ni un solo Tam

Tam, sino que sonaban muchísimos más. De repente se pusieron todos en coro alrededor

de Carlos y ahí fue cuando Carlos se comenzó a preocupar, ya que pensó que no sólo iba

a ser un invitado más de la fiesta, sino que había leído alguna vez en una revista, donde

se realizaban celebraciones así, ya que era porque las tribus preparaban el postre de un

gran banquete para todas las personas.

Aunque Carlos sabía que era un sueño, él se encontraba muy asustado. Hasta que de

repente uno de la tribu se acercó a Carlos con un objeto en la mano, parecía cómo una

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campana, pero no era de metal, de repente le tapa la nariz y la boca a Carlos, ahí se dio

cuenta que tenía que despertar si o sí.

A lo lejos escuchaba a sus amigos y familia gritando:

__ Carlos, Carlos, despierta por favor.

Carlos pensó;

__ Por fin alguien que sabe mi nombre, al fin se acabó esta pesadilla.

Pero no se atrevía a abrir los ojos ya que seguía oyendo aquel sonido que hacían Tam

Tam y en su brazo aún notaba la rama que lo rodeaba cual prisionero atrapado.

Pero él seguía escuchando a todos diciendo:

__Por favor despierta Carlos, ya nos estás preocupando mucho.

Poco a poco Carlos iba abriendo sus ojos y muy asustando con miedo de seguir en la

oscuridad de la selva, pero cuando los abre completamente, empieza a ver a su alrededor

y se da cuenta que está en una habitación con mucha luz y que las paredes están llenas

de dibujos, en cuanto se ve el brazo, Carlos se da cuenta que no era una rama lo que

rodeaba su brazo, sino que era un tubito que sube hasta una bolsa de plástico donde

tenían suero con medicamentos para el dolor.

Sentado en la cama hay un señor con una bata blanca que le sonríe y le dice;

__ Hola Carlos, estás en un hospital. Te caíste de la bicicleta y te hiciste un poco de daño

en la cabeza, pero ya estás curado, te pondrás bien, Yo soy el doctor Alegría y aquella

Doctora es la doctora Espinoza que fue quien te operó.

Ahí comprendió Carlos que la Doctora estaba vestida de verde y tenía un gorro que le

tapaba el pelo, cómo los turbantes de la tribu que llevaban algunas personas en el sueño

Carlos sorprendido, le pregunta al doctor por aquel Tam Tam y el doctor muy confundido

le pregunta a Carlos a que se refería, a lo que él le comienza a explicar que durante el

sueño que había tenido, se habían escuchado unos ruidos que hacían Tam Tam pero que

ahora a pesar de ya estar despierto lo seguía escuchando. De pronto el doctor sonrió y

señaló un aparato con luces que parpadeaban y que tenía muchos números rojos y un

pequeño dibujo con subidas y bajadas, el Doctor le dice a Carlos;

__ Mira Carlos, este es un monitor que nos ayuda a saber cómo estas.

Carlos le comenta al doctor que debería de bajarle un poco el volumen cómo a la

televisión, así que el doctor tomo uno de los botones del aparato y ese ruido que hacía

Tam Tam dejó de escucharse.

Al final de todo todos comenzaron a reír y los doctores le dijeron a Carlos que más tarde

lo volverían a ver, sus padres de Carlos se quedaron en la habitación explicándole al

pequeño todo lo que había pasado, entonces comprendió todo. Ya con mayor confianza

Carlos empezó a contarles sus sueños, de que quería ser un gran investigador y viajar

por todo el mundo conociendo las tradiciones de aquellos grupos escondidos y descubrir

aquellos paisajes fantásticos que soñó para algún día enseñárselos a todo el mundo y

maravillarlos de tanta fantasía de culturas que tiene el mundo.

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ENTREMÉS NAVIDEÑO

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¡Arriba todos, los reyes magos han

llegado!

Por Andrea Montoya Acosta

Todo comenzó en enero del 2017, en una pequeña casa donde se encontraba Julio de

16 años, Sofía de 15 años y Jorge de 8, era la madrugada del 06 de enero, Jorge se

despierta de la nada muy emocionado, porque ya quiere ver los regalos que los Reyes

Magos han traído para él, muy apurado se dirige corriendo al cuarto de Julio y le dice:

¬¬__ ¡Julio, corre, vamos despierta que los Reyes Magos ya han llegado, hay que ver

todos los regalos que nos han traído!

Julio un poco cansado y molesto porque la noche anterior se tuvo que desvelar por

entregar un trabajo final de la escuela le contesta:

__ ¡Déjame en paz Jorge! no ves que estoy durmiendo y tengo mucho sueño, además

todavía es de madrugada y los Reyes Magos aún no pasan por nuestra casa.

Jorge seguía muy insistente con Julio ya que él tenía muchas ganas de ir con él, para ver

que habían dejado y Jorge no paraba de decirle a Julio que los había escuchado y que

tenían que bajar y ver lo que había debajo de su árbol de navidad.

Julio ya molesto por no poder dormir gracias a Jorge le contesta;

__ Mira Jorge, los Reyes Magos, son magos y es por eso por lo que será imposible que

los veamos o los podamos escuchar, ellos son muy cuidadosos.

A lo que Jorge le contesto:

__ Pues yo estoy más que seguro que ya pasaron por esta casa, soy muy bueno para

escuchar cualquier cosa y por muy cuidadosos que sean yo los escucharía, han hecho

ruido.

Julio simplemente pasa a ignorarlo por completo y le dice que se vaya a decírselo a su

hermana Sofía, y continúa durmiendo.

Jorge un poco triste, sale del cuarto ya que quería ir con Jorge a ver los regalos que

habían traído los Reyes Magos para ellos, pero a pesar de eso, todavía sigue muy

ilusionado, así que se dirige al cuarto de su hermana y al entrar comienza a gritar ¡María,

María, ¡Despierta!

María muy confundida se despierta y checa la hora, y le dice a Jorge;

__ Jorge, es de madrugada, espera unas cuantas horas y luego podremos ir todos juntos

a ver qué es lo que han dejado para nosotros, ¿sí?

Jorge no podía esperar más y es por eso por lo que con la misma emoción sigue

insistiendo en querer ir a revisar, entonces decide ir con sus papás ya que pensaba que

ellos si iban a querer levantarse para acompañarlo y checar que le habían traído de todo

lo que pidió en su carta.

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Jorge sale del cuarto de Sofía y se va corriendo al cuarto de sus papás, pero intenta no

hacer ruido mientras va corriendo, él iba un poco despistado por la emoción, así que se

tropezó con un juguete que no alcanzo a ver y eso hizo que cayera por las pequeñas

escaleras y terminara en la sala, haciendo un gran ruido. Toda la familia preocupada por

el gran ruido baja para ver qué fue lo que paso, bajaron primeros los papás de Jorge y

después sus hermanos, pero todos preocupados y bastante espantados.

Al ver los papás al pequeño Jorge en el piso sobándose la cabeza le preguntaban ¿Qué

es lo que te ha pasado?

A lo que Jorge responde;

__ No lo sé, yo iba muy emocionado a su cuarto cuando de repente apareció un juguete

en medio del camino e hizo que me tropezara, les juro que no estaba ahí, yo dejo mis

juguetes en su lugar, no en medio del pasillo.

Sus papás un poco angustiados le dijeron:

__ Debes de tener más cuidado, no puedes estar corriendo por la casa así porque sí.

Jorge quedó un poco sorprendido con la reacción de sus papás, ya que él esperaba que

le dieran un regaño más severo cómo ha sido en anteriores ocasiones, pero él pensó que

esta vez fue diferente, ya que pensó que fue por ayuda de los reyes magos.

Jorge empezó a sonreír, porque se dio cuenta que por fin estaba toda la familia en la

sala y por fin podían ver que es lo que habían traído para cada uno, Jorge al buscar sus

regalos se dio cuenta que ese juguete misterioso con el que tropezó no era nada más ni

nada menos que uno de los tantos regalos que habían dejado los reyes magos para su

familia, el pequeño Jorge seguía buscando cómo loco cada regalo que habían dejado

para él. Jorge sabe muy bien que en su casa a los reyes magos les gusta marcar los

regalos con los nombres de cada uno en grande, así que no sería difícil encontrarlos.

Jorge muy emocionado porque no paraba de encontrar regalos con su nombre, a pesar

de recibir tantos él solo esperaba con ansias, que en uno de esos paquetes viniera

su camión de bomberos que había pedido con mucha ilusión. Una vez que ya había

recolectado todos los regalos con su nombre procedió a abrir regalo por regalo esperando

que en uno de ellos viniera aquel gran regalo.

Comienza con el primer regalo y al abrirlo se da cuenta que no es el regalo que estaba

esperando, pero eso no lo desanima y sigue buscando en los que aún hacen falta por

abrir, pasa el segundo regalo y tampoco está el camión de bomberos, pasa el tercero

y aún nada, el cuarto y lo mismo, y así consecutivamente hasta llegar al último regalo,

Jorge ya un poco triste de no haber encontrado su camión de bomberos antes, abre

el ultimo regalo con su nombre con la esperanza de que dentro de este regalo este

aquel gran regalo, al abrirlo se da cuenta que no era nada más ni nada menos que una

colección de luchadores de plástico.

Jorge un poco decepcionado, se sienta en el sillón de la sala, toda la familia al percibir

esta sensación en Jorge se acerca a él para preguntarle el motivo de esta decepción:

__ Jorge, ¡pero ¿qué es lo que pasa? Hace unos minutos estabas muy inquieto y

emocionado por abrir todos tus regalos y ahora estas muy apagado, ¿Qué es lo que

pasó?

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A lo que el pequeño Jorge responde;

__ Estoy un poco triste, porque a pesar de que los Reyes Magos me trajeran tantos

regalos y tantas sorpresas, lo único que quería y esperaba era mi camión de bomberos,

el cual nunca llegó.

La familia queda un poco confundida, ya que no sabían que hacer referente a la situación

con Jorge, ya que tal vez no tenía un camión de bomberos, pero sin embargo tenía otro

tipo de juguetes igual de divertidos que el camión que tanto pidió. Entonces la familia

empieza hablar con Jorge:

__ Jorge, sabemos que no recibiste tal vez lo que esperabas, pero no debes de ponerte

triste ya que tienes muchos otros juguetes igual de divertidos.

A pesar de las palabras que la familia daba para Jorge, él no podía sentirse mejor ya

que ese camión de bomberos era lo único que esperaba, así que al ver que no lo podía

tener decidió irse a su cuarto, mientras Jorge va caminando hacia su cuarto Julio tropieza

con una caja de regalo de la cual nadie había visto, la recoge y mira la etiqueta, tenía el

nombre de Jorge.

¡Mira Jorge!, mira este es tuyo, tiene tu nombre, ábrelo, puede ser que aquí este tu

camión de bomberos.

Jorge sin pensarlo salió corriendo a abrir ese último regalo, arrancó el papel y sacó el

gran camión de bomberos, al poder sentir que por fin tenía aquel gran regalo la emoción

volvió al rostro de Jorge, comenzó a revisar su juguete y se encontró con un botón que al

presionarlo sonó la sirena del camión, Jorge al escuchar la sirena saltó por lo fuerte que

se escuchó y toda la familia comenzó a reír.

Jorge muy emocionado sigue impactado de su nuevo camión de bomberos, descubre

que las dos puertas se abrían, también cómo había una escalera en la parte de arriba

que se podía extender y una figurita de un bombero que agarraba la manguera y servía

para apagar el fuego.

Jorge le decía a toda la familia:

__ ¡Vean, es de color rojo, tiene una sirena y un valiente bombero que apagara el

incendio!

.

La familia terminó igual de emocionada de lo que estaba Jorge, con la diferencia de

que Jorge estaba feliz por su camión de bomberos y la familia estaba feliz porque Jorge

estaba feliz. Y así se dieron cuenta que estaba amaneciendo, pero ya nadie tenía sueño,

lo único que querían era pasar más tiempo juntos disfrutando se ese bello momento en

familia y es así cómo pasaron todo ese día en pijamas, pero llenos de alegría y amor.

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Ausente

Por Mayrel Michelle Maldonado Orozco

23/12/98

Es un día soleado y muy hermoso, mi familia y yo ya llevamos casi 3 meses planeando

este viaje. Nos dirigimos a los Ángeles a visitar a mi abuela para pasar navidad con ella.

Mi abuela Martha es una mujer súper linda, tiene 80 años de edad, pero ella sigue tan

fuerte como si tuviera 40. La verdad yo no sé qué será de mí si algún día ella ya no está.

Es una persona tan linda que irradia luz por donde quiera que pasa. Mi madre ya tiene

casi dos años sin verla y está muy feliz de poder verla después de tanto tiempo. Mi mamá

se parece mucho a ella, también es una mujer súper linda, amable con todos, y para mí

es la mejor madre del mundo. Ella y yo somos como mejores amigas, nos contamos todo

y amamos ir de shopping todo el tiempo.

Mi hermana mayor va dormida, ella es una adolescente que todo el tiempo está

amargada. Durante este viaje va molesta porque no pasará navidad con su novio, la

verdad yo no entiendo cómo es que se pone así por eso. Ya llevamos casi dos años sin

ver a mi abuelita Martha, y ella ve a su novio Alex cada fin de semana.

Mi padre va al volante, él es un hombre muy inteligente y todo el tiempo me hace sentir

como su princesa. Yo ya estoy cansada, pues ya llevamos en carretera aproximadamente

8 horas y la noche empieza a caer, todos estamos cansados.

Mi madre le dice a mi padre que nos quedemos en un Auto hotel y que mañana muy

temprano sigamos con el viaje, mi padre lo piensa por un momento, pero al final accede.

Yo muy ansiosa por llegar le digo a mi padre que mejor no nos detengamos que ya falta

poco para llegar.

__Ya estoy cansada papá y mis pies están muy hinchados de estar sentada.

__Pues aguántate Teresa tiene razón, ya sólo faltan menos de 2 horas para llegar.

Mi hermana estaba súper molesta conmigo por decirle a mi papá que no se detuviera,

por un momento me sentí culpable, vi a mi papá muy cansado, pero estaba muy ansiosa

por ver a mi abuela. Mi hermana y mi madre ya estaban dormidas y yo ya estaba a punto

de quedarme dormida también. Estaba por cerrar los ojos cuando escuché un gran golpe

acompañado de unas luces intensas que casi me dejan ciega, después de ese ruido todo

fue silencio, al abrir los ojos pude ver como mi padre estaba estampado en el volante y

mi madre sangraba de la cabeza. Mi padre a causa del sueño chocó contra un tráiler.

Afortunadamente no nos pasó nada, el carro quedó destrozado pero mi familia está bien.

26/12/98

De verdad que por más que trato de acordarme no puedo. Sólo recuerdo el ruido, las

luces y que al despertar yo ya estaba en el hospital, yo me siento muy bien, pero no

entiendo porque aún no me puedo ir a mi casa. Al cerrar los ojos nuevamente y despertar

ya me encuentro en mi habitación, tuve una pesadilla horrible, no sé si sea por culpa

de las pastillas o por culpa del golpe, pero no puedo recordarlo todo, solo recuerdo

momentos. Ya pasaron 3 días y todas las noches tengo esa misma pesadilla.

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29/12/98

Son las 3:10 a.m. y me despierto agitada, me falta el aire, mi boca está seca y estoy

bañada en sudor. Esta maldita pesadilla que no me ha dejado en paz desde aquel 23 de

diciembre cuando sufrimos el accidente automovilístico.

La casa se siente fría, noto un ambiente pesado y callado. Mi familia no es la misma,

nadie me toma en cuenta, y en ocasiones escucho a mi madre llorar inconsolablemente

en su cuarto. Estoy harta, parece que el accidente fue mi culpa.

Salí de mi casa para distraerme un poco. Mientras caminaba, recordé cómo era aquel

sueño que no me deja en paz. Una anciana sentada en la banca del parque de la calle 8.

Ella me habla, nunca logró ver su cara, sólo puedo notar que tiene la cabeza agachada

y entre susurros la escucho decir que vaya hacia ella. Después de decirme lo mismo

3 veces seguidas, saca de su bolso su mano y trata de que la agarre con mis manos.

Todas las noches tengo la misma pesadilla ¿Por qué insiste tanto esta anciana en que

me vaya con ella? ¿Será que tengo que ir al parque a buscarla? Mi sueño es tan real que

sospecho que si voy a buscarla al parque la encontraré tal y como la veo en mis sueños.

30/12/98

Debo confesar que tengo muchísimo miedo, pero no soporto más una noche sin poder

dormir.

Son las 2:40 a.m., sin hacer ruidos salgo de mi casa y me dirijo al parque. Voy

acompañada de mi perro, pues de todos en la casa siento que es el único que no me

ignora. Mientras camino, a lo lejos veo a la anciana de mis sueños sentada, empiezo a

sudar frío y mi perro no para de ladrarle. Me armo de valor y me acerco a ella. Riendo, sin

voltear a verme me dice ¿Por qué tardaste tanto? Saca la mano de su bolsillo y la estira

tratando de que la agarre con mi mano, tuve mucho miedo, pero sin más, estiré mi mano

y tomé la suya, al tocar su mano me quedo helada, ella me jala hacia un lugar que no

sé a dónde me lleva, solo sé que debo de seguirla. Al principio no quería aceptarlo, pero

después de unos minutos comprendí por qué en mi casa me sentía ignorada, y porque mi

madre lloraba en su habitación tratando de que nadie la escuchara. Volteó y la anciana

ya se había esfumado. A lo lejos, estaba mi perro mirándome, y en cuestión de segundos

veo como todo lentamente va desapareciendo de mi vista, todo se vuelve negro…

Solo sé, que esta noche por fin, descansaré en paz.

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Supón que la noche es fría

Por José Armando Esparza Santoyo

Supón que esta noche es fría, pero agradable, caminas llevando una emoción interna

producto de la expectativa de saber que te vas a encontrar con tus seres queridos

después de tanto tiempo.

Llegas a tiempo a la casa paterna, al abrir la puerta percibes aquel calor producido por

el horno de la cocina y ese familiar aroma que solo puedes percibir una sola vez al año.

Ese pavo asado que solo puedes probar en esa noche tan especial. En el momento que

entras, tu madre está abriendo la puerta del horno y con el cucharón baña el estofado

con los jugos que se desprenden producto del cocimiento; esto hace que la carne sea

más jugosa.

Entonces, ella vuelve a cerrar el horno, voltea para saludarte, gustosa de verte, te dice

que el pavo ya casi está en su punto. ¡Ella en verdad se esmera para procurar que la

cena quede absolutamente deliciosa! Cocinar para tu familia, es una forma de darte a

los demás, observar como disfrutamos su comida, es para mi madre la recompensa de

aquel laborioso proceso.

Supón que tu padre sale a tu encuentro, te saluda con afecto y expresa el gusto que le

da verte y te abraza sin temor a un mortal contagio; pues la maldición que parecía haber

llegado para quedarse, ha desaparecido, ha sido conjurada y, más allá del daño terrible

que causó, quedó ya en el pasado; como todas aquellas tragedias que han afectado a la

especie humana a lo largo de su historia. Somos un hueso duro de pelar. Queda solo el

amargo recuerdo que todos quisiéramos olvidar, con el recuerdo de todas las personas

que ya no nos podrán felicitar en esta noche buena, pues nos fueron arrebatadas por

aquel terrible mal.

Te sientas a la mesa y mientras arriban los demás integrantes de la familia, comienzas

a pensar en todos aquellos que te fueron arrebatados por la pandemia; recuerdas como

te fuiste acostumbrando a conocer del fallecimiento de personas cada vez más cercanas

a tu entorno, recuerdas a quienes hace no mucho, te fueron arrebatados de pronto. Lo

terrible en cómo transcurrió el 2020 y cómo deseabas que ya terminara con la esperanza

de recomenzar simbólicamente un nuevo ciclo con el nuevo año.

También recuerdas que, en cierto momento, siendo realista, tú también consideraste

seriamente en la posibilidad de morir y lo planteaste a tus amigos a modo de despedida,

tomando en cuenta que morirías aislado; valía más tomarlo en cuenta y dejarles bien

claro el afecto que sentías por ellos, nadie sabe. En el mejor de los casos, lo superarías

sin mayor problema y no serías un número más en la estadística.

Supón también que todo esto realmente nos dejó una lección para enfocarnos en las

cosas primordiales de la vida, en lo que dábamos por hecho y no apreciábamos. Darnos

cuenta del camino errado que llevábamos; recobrar los valores perdidos que formaban

la materia aglutinante de nuestra sociedad antes solidaria…pero dejas de cavilar, pues

en ese momento tus hermanos han llegado. La familia se ha vuelto a reunir como cada

año en esta nochebuena.

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Una Luz de Esperanza

Por el Club de Lectura “Entre Hojas” de la Escuela Normal Superior de Querétaro

Hemos adaptado el cuento de “La pequeña cerillera” de Hans Christian Andersen…

Es diciembre del 2020 y los miembros del Club de Lectura “Entre Hojas” de la ENSQ

desean compartirte este cuento de navidad, puede ser uno de los cuentos más hermosos

o más terribles que jamás hayas escuchado; sin embargo, deseamos que nos ayudes a

reflexionar sobre el sentido de la navidad.

Era el último mes del año y todas las familias se preparaban para sentarse a la mesa

rodeados de ricos manjares, pero esta vez sería de forma distinta a la de años anteriores,

en las salas de zoom dos estudiantes dialogaban:

_ ¡Hola Nelsy! ¿Cómo estás?

_ ¡Bien, gracias ¿y tú César?

_ Pues no lo sé, he estado leyendo el periódico, viendo las noticias, siguiendo las

tendencias en el face y solo he observado malas noticias y eso me deja desconcertado

pues ya se acerca la navidad.

_ Si, en eso tienes razón, la navidad es un tiempo de reflexión y de espiritualidad para

estar en comunión con los demás, pero sobretodo con la divinidad.

_ ¿Crees que eso sea posible, con todo lo de la pandemia?

_ ¡Claro!, creo que debemos de celebrar la alegría de esta temporada decembrina…

_ ¿Y eso qué significa para el mundo actual?

_ Bueno, considero que tenemos que mantener vivo el espíritu de la navidad, ya que esto

trae consigo un tiempo de paz, amor, bondad y por qué no decirlo, también alegría; que

buena falta nos hace….

_ Pues sí, pero yo sigo viendo gente que no procura ni a los suyos, mucho menos a los

demás, gente que no le importa el usar bien el cubre bocas, esperar más tiempo para ser

atendido, hacer filas conservando la sana distancia etc…

Y pues no creo que entonces este tiempo pueda traernos algo de felicidad y mucho

menos si es por la celebración de un solo día.

Se quedan pensando…

_ Claro, entiendo, pero escucha, conozco de una historia que comienza así...

PARTE 1

_ Sé de una joven estudiante que luego de visitar a su abuelo en el asilo en diciembre

del 2019 platicaba con su madre...

_ Hola hija, ¿Qué te dijo tu abuelo?

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_ ¡Ash mamá, lo mismo de cada año cuando vamos a verlo!, qué si me porto bien, qué

si saco buenas notas, qué si ustedes están muy ocupados para no visitarlo… ¡ya sabes!

_Mira hija, ya sabes que aquí hay mucho trabajo y por eso lo dejamos en el asilo, para

que allá se encarguen de él y no le haga falta nada… Además, creo que le alegra el

poder ver de vez en cuando a sus nietos ¿no?

PARTE 2

Y entonces meses después, la joven regresó a visitar al abuelo en diversas ocasiones,

pero en marzo del año 2019 la joven notó que las cosas eran distintas. Al regreso de la

visita del asilo, platicó con su madre.

_ Hola hija, ¿qué tal te fue en la visita al abuelo?; he escuchado que con esto de la

pandemia hay varias restricciones.

_ Pues algo así… Lo curioso es que la nueva enfermera que lo atiende me pareció algo

misteriosa… además de parecer muy joven, en su actuar demuestra gran experiencia,

como si tuviera muchos años vividos, pude atestiguar que trata al abuelo con extrema

dulzura; incluso me transmitió mucha paz, algo que no sentía desde hace mucho…

Sin embargo, la pobre llevaba el día entero, trabajando en un área especial donde

habían aislado a algunos adultos mayores, que ya se habían contagiado; por lo que a

mi entrada me solicitaron extremar precauciones, pues decían que era el único espacio

libre del bicho ese...

A diferencia de las enfermeras anteriores, ella lucía casi en los huesos, estaba altamente

protegida con careta guantes, cubre bocas y ropa especial, pero se veía algo molesta

por culpa de mi visita, me dijo que no había conseguido convencer a los directores del

asilo de detener las visitas de los familiares, y que eso traería graves consecuencias….

_ ¿Consecuencias de qué? En diciembre del año pasado el asilo nos escribió una carta

diciendo que debíamos procurar más a nuestros familiares, ya que era necesario pasar

más tiempo con ellos, han pasado menos de tres meses y estamos cumpliendo con ello,

no entiendo por qué la molestia.

_ ¡Como sea!, hubo algo más…

_ ¿De qué hablas?

_ Luego de que estuvimos juntas con el abuelo, platicando un buen tiempo y recordando

de cuando yo era pequeña y de lo mucho que lo abrazabas y le decías que lo querías

porque siempre te ayudaba a cuidarnos…

La enfermera salió del cuarto y al momento me pidió que saliera también para hablarme.

Se sentó en un rincón de la sala, cansada, con las manos resecas por el polvo de los

guantes, la cara enrojecida, marcada por el resorte y las líneas rectas que le dejaban casi

morado el contorno del rostro por el uso de la careta y el cubre bocas… en fin.

Cuando me habló, recordó que tenía consigo un paquete de cerillas que deseaba

obsequiarme y me pidió que tal vez yo podía encenderlas algún día, cuando necesitara

una luz de esperanza que me reconfortase y me dio otra cajita idéntica para que se la

dejara a mi abuelo antes de mi partida.

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Al mismo tiempo, me dio una consigna:

_Es preciso que estos cerillos los enciendan durante la noche buena, tu familia y tu

abuelo; como un símbolo de unión de esperanza y de amor familiar porque tal vez te sea

muy difícil regresar a verlo, a causa de la pandemia…

PARTE 3

_ Oye Nelsy, esa historia suena muy interesante, pero estoy algo confundido, ¿qué

tienen que ver unos cerillos en todo esto?

_ Espera y vas a escuchar la magia que puede contener una cajita de cerillos...

Bueno, continuando con la historia…

Pasó el tiempo y la nieta pensando en el cuidado de su abuelo y las magnitudes que

alcanzó la pandemia, decidió que sería mejor no visitarlo.

Desolada, con una gran tristeza, lo único que logró consolarla fue encontrar la caja de

cerillos, esperando que funcionara como se lo había prometido la enfermera; pensó que

sería --Una luz de esperanza--

Llegó el día esperado, la familia se preparaba para la cena de nochebuena, aunque en

esta ocasión con un lugar vacío en la mesa…

Entre los manjares preparados y las bebidas que iban acercando a la mesa, la madre y

los hermanos de la joven tomaron su lugar; al estar sentados y casi al punto de la media

noche, la joven tomó los cerillos y encendió una de las velas que adornaban la mesa, y

entonces la magia ocurrió:

A través de la flama pudo ver al abuelo que también había prendido su primera cerilla,

alrededor se observaba el gran árbol de Navidad, el olor a pino inundó todo el lugar, todo

era bello y estaba repleto de brillantes luces… ¡estábamos con él ¡El abuelo sorprendido

de poder ver a toda la familia y con una sonrisa en el rostro agradeció que estuvieran

todos juntos, a pesar de la distancia!

De pronto la madre tomó la caja y con los cerillos encendió la segunda vela; y pudo

observar el recuerdo de una navidad con su padre cuando era niña, tanto fue el impacto

que sin dudarlo le pidió perdón al abuelo y lograron abrazarse con ayuda de las llamas

encendidas.

Así cada uno de los miembros de la familia al encender una luz, encendía un recuerdo

vivo…

_ Por todo eso la familia sentía que estaba unida más que nunca, a pesar de que la

pandemia los separaba físicamente. Sus almas y corazones se sentían como uno solo,

las llamas de las velas se fueron extinguiendo, pero en forma armoniosa esas mismas

llamas se iban encendiendo en su interior para nunca extinguirse…

_ ¡Ufff, qué historia Nelsy!

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_ Así es César, a mí también me gustó y gracias a este cuento considero, ahora más que

nunca, que la Navidad es empatía, amor al prójimo, buenos deseos y tiempo para darse

a los demás, aun estando a la distancia.

_ Claro, ahora entiendo el sentido de la navidad; solo espero que cada uno de los que

nos están leyendo o escuchando logren encender una llama para aquellos que están

solos, una para nuestras familias, una para nuestros compañeros, nuestros maestros,

nuestros alumnos…

Y que, en esta navidad a pesar de todo; se sientan acompañados y cobijados por una

luz de esperanza.

FIN

Adaptación del cuento “La pequeña cerillera” de Hans Christian Andersen, realizada por algunos

de los miembros del club de lectura de la ENSQ “Entre Hojas” bajo la coordinación de la Mtra.

Nayely Cancino Banderas; para las celebraciones de diciembre de 2020.

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Autores de las Licenciaturas en

Enseñanza Aprendizaje de la ENSQ

Andrea Montoya Acosta

Historia 4º semestre

Brayan Ángel

Hernández Solorio

Historia 8º semestre

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Ernesto Daniel Marín Torres

Español 2º semestre

Esmeralda Bahena

Hernández

Español Egresada

Jesús Alejandro Sánchez

Linares

Español 2° semestre

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José Armando Esparza

Santoyo

Encargado de Biblioteca

ENSQ

Luz Elena Guevara García

Español 4°Semestre

Luz Yenira Servín Trejo

Español 4° semestre

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