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carl schmitt y roland freisler: la doctrina penal del nacional-socialismo

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CARL SCHMITT Y ROLAND FREISLER:<br />

LA DOCTRINA PENAL DEL<br />

NACIONAL-SOCIALISMO *<br />

Mario A. Cattaneo<br />

Catedrático de Filosofía <strong>del</strong> Derecho<br />

Universidad de Milán<br />

Existe en Italia gran interés y consideración hacia el pensamiento<br />

filosófico-jurídico de Carl Schmitt 1 , especialmente en el ámbito cultural de <strong>la</strong><br />

izquierda. Carl Schmitt es sin duda un jurista prestigioso, analista de muchos<br />

temas interesantes. Su pensamiento resulta estimu<strong>la</strong>nte por muchos motivos y<br />

es capaz de suscitar notables discusiones. Pero al propio tiempo es igualmente<br />

cierto que Schmitt es un intelectual <strong>nacional</strong>socialista; como afirma Francesco<br />

VALENTINI, “desde el punto de vista <strong>doctrina</strong>l su nazismo no es prístino,<br />

como el de ROSENBERG, porque su asimi<strong>la</strong>ción e interpretación de éste<br />

presuponen un cuadro de ideas propias, maduradas con anterioridad y que,<br />

por consiguiente, no pueden calificarse como nazis” 2 ; o, siguiendo a François<br />

FURET, “<strong>la</strong> pensée du politique a l’interieur de <strong>la</strong> quelle travaille Carl<br />

Schmitt justi�e par avance l’Etat nazi plus qu’uelle n’en saisit <strong>la</strong> nouveauté” 3 .<br />

Ahora bien, cuando el autor que nos ocupa trata temas fundamentales para<br />

<strong>la</strong> cultura jurídica, como el Estado de Derecho, <strong>la</strong> certeza <strong>del</strong> Derecho o los<br />

principios y límites <strong>del</strong> Derecho <strong>penal</strong>, expresa ideas y conclusiones de signo<br />

marcadamente <strong>nacional</strong>socialista.<br />

En su obra Der Hüter der Verfassung, de 1931 –trabajo de carácter<br />

científico anterior al ascenso <strong>del</strong> <strong>nacional</strong><strong>socialismo</strong>– puede leerse una nota<br />

* Trad. Nicolás GARCÍA RIVAS. UCLM.<br />

1 Vid., al respecto, Ilse STAFF, Staatsdenken im Italien des 20. Jahrenhunderts. Ein Beitrag zur Carl Schmitt<br />

Rezeption, ed. Nomos, Baden Baden, 1991.<br />

2 F. VALENTINI, Introduzione a C. SCHMITT, La dittatura. Dalle origini <strong>del</strong>l’idea moderna di sovranità<br />

al<strong>la</strong> lotta di c<strong>la</strong>sse proletaria, trad. it., Bari, 1975, p. VII.<br />

3 F. FURET, Le passé d’une illusion. Essay sur l’idee communiste au Xxe siècle, Paris, 1995, p. 264.


MARIO A. CATTANEO<br />

referida a Montesquieu en <strong>la</strong> que éste aparece seña<strong>la</strong>do como representante<br />

<strong>del</strong> Estado de Derecho burgués; citando a RADBRUCH, SCHMITT advierte<br />

de que ese tipo de Estado “pronto desparecerá”: “Radbruch scpricht von<br />

‘dem immer noch spukenden Geist Monstesquieus’, aber dieser Geis ist eben<br />

der Geist des bürgerlichen Rechtsstaates selbst, für den sich die Weimarer<br />

Verfassung entschieden hat und der erst mit dem bürgerlichen Rechtsstaat<br />

selbst verschwinden wird” 4 . Es una afirmación nítida, relevante y, cabría<br />

añadir, honesta. Se alude al Estado de Derecho como una institución destinada<br />

a ser “superada” y valorada negativamente; por lo demás, el Estado de Derecho<br />

(Rechtsstaat) se adjetiva de bürgerlich, expresión que se vincu<strong>la</strong> (haciendo<br />

referencia a MARX) a <strong>la</strong> de “burgués”, aunque etimológicamente signifique<br />

“civil”.<br />

Por el contrario, en su libro Staat, Bewegung, Volk (1935), donde diseña<br />

los principios constitucionales <strong>del</strong> Estado <strong>nacional</strong>socialista, Carl SCHMITT<br />

cita <strong>la</strong> famosa frase de MONTESQUIEU que representa el pi<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> certeza<br />

<strong>del</strong> Derecho: el juez es “<strong>la</strong> bouche, qui prononce les paroles de <strong>la</strong> loi” 5 ,<br />

afirmando que durante el siglo XVIII se interpretó al modo mecanicista, pero<br />

<strong>la</strong> sensibilidad actual –en su opinión– se enmarca en <strong>la</strong> esfera de <strong>la</strong> vida<br />

orgánica, biológica, <strong>del</strong> pueblo en definitiva, de manera que el vínculo no<br />

puede establecerse ya con <strong>la</strong> letra de <strong>la</strong> ley sino que debe hal<strong>la</strong>rse en <strong>la</strong><br />

comunión de género y naturaleza entre el jefe y <strong>la</strong> comunidad popu<strong>la</strong>r, sin<br />

<strong>la</strong> que el Estado total no puede subsistir: “eine Artgleichheit, ohne die ein<br />

totaler Führerstaat nibht einen Tag bestehen kann” 6 . Nos encontramos así<br />

con una tergiversación <strong>del</strong> pensamiento de MONTESQUIEU, haciéndose<br />

un uso distorsionado de una sentencia que originariamente tenía un preciso<br />

significado ilustrado y liberal, poniéndolo al servicio <strong>del</strong> Estado totalitario,<br />

incluso con el concepto de Artgleichteit, básico en <strong>la</strong> teoría de <strong>la</strong> raza. La<br />

vincu<strong>la</strong>ción <strong>del</strong> juez a <strong>la</strong> ley se transforma aquí en vínculo con <strong>la</strong> voluntad <strong>del</strong><br />

Führer, intérprete auténtico <strong>del</strong> Volksgemeinschaft.<br />

Pero <strong>la</strong> transmutación más evidente <strong>del</strong> concepto de Estado de Derecho<br />

aparece en un escrito de Carl SCHMITT que data de 1934, bajo el provocador<br />

título de Nationalsozialismus und Rechtsstaat. Al tratarse de un escrito<br />

publicado en los primeros años <strong>del</strong> régimen <strong>nacional</strong>socialista, su relevancia<br />

ético-política resulta más que evidente. En él afirma que como en el Estado<br />

de Derecho liberal <strong>la</strong> ley no emana <strong>del</strong> poder ejecutivo, se le está negando<br />

al Reich germano ese carácter, porque el Gobierno dicta normas con rango<br />

de ley. Ése era el estado de opinión sobre el término Rechtsstaat hasta 1933.<br />

4 C.SCHMITT, Der Hüter der Verfassung, 2ª ed. (reimpresión de <strong>la</strong> 1ª ed., de 1931), Berlín, 1969, p. 20 n.<br />

5 MONTESQUIEU, Esprit des lois, XI, 6, en Ouvres Complètes, “Pleiade”, ed. Gallimard, Paris, 1958, p.<br />

404.<br />

6 C. SCHMITT, Staat, Bewegung, Volk, Hamburg, 1935, p. 46.<br />

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Carl Schmitt y Ro<strong>la</strong>nd Freisler: La <strong>doctrina</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> Nacional-Socialismo<br />

Esta expresión, afirma SCHMITT, viene dada por <strong>la</strong> unión de dos pa<strong>la</strong>bras<br />

(Wortverbindung), existen uniones de pa<strong>la</strong>bras afortunadas, como Nationalsozialismus,<br />

que en<strong>la</strong>za <strong>la</strong> cuestión <strong>nacional</strong>, despojada de sus aspectos<br />

reaccionarios, con <strong>la</strong> cuestión social, despojándo<strong>la</strong> de su vertiente inter<strong>nacional</strong>ista;<br />

por el contrario, sigue diciendo, otras uniones de pa<strong>la</strong>bras, como<br />

Rechtsstaat, no lo son tanto, porque no son autosuficientes y conllevan una<br />

contradicción. Por ese motivo –continúa diciendo–, quien utilice dicha expresión<br />

habrá de añadir un epíteto explicativo y sólo entonces podrá captarse su<br />

fisonomía institucional, como <strong>la</strong> independencia de <strong>la</strong> magistratura, <strong>la</strong> sumisión<br />

a <strong>la</strong> ley de los poderes ejecutivo y judicial, etc. SCHMITT pretende con<br />

ello invertir <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción existente entre Estado de Derecho y Estado <strong>nacional</strong>socialista<br />

explicando aquél a partir de ésta y no al contrario, como aconseja<br />

<strong>la</strong> historia; de ese modo intenta evitar que el concepto <strong>nacional</strong>isocialista de<br />

ley o de derechos fundamentales, <strong>la</strong> prohibición de partidos políticos pueda<br />

verse perturbada por un concepto de Estado de Derecho ajeno a él. De ahí<br />

que llegue a afirmar que el Estado <strong>nacional</strong>socialista representa un mo<strong>del</strong>o<br />

ejemp<strong>la</strong>r de Estado de Derecho (musterhafter Rechtsstaat), incluso más que<br />

muchos otros Estados. En efecto, gracias a una serie de decretos dictados<br />

por ministros <strong>del</strong> Reich y otras autoridades ha quedado asentada <strong>la</strong> reg<strong>la</strong><br />

que impide a cualquier servidor <strong>del</strong> Estado, sea juez o funcionario, aplicar<br />

directamente el programa <strong>del</strong> partido <strong>nacional</strong>socialista sin <strong>la</strong> mediación de<br />

una ley positiva. En este sentido, SCHMITT cita una dec<strong>la</strong>ración de Ro<strong>la</strong>nd<br />

FREISLER (a <strong>la</strong> sazón Secretario de Estado) según <strong>la</strong> cual el juez tiene que<br />

limitarse a aplicar <strong>la</strong>s normas dictadas por el Führer al Estado popu<strong>la</strong>r (Volksstaat).<br />

Así pues, resulta necesaria <strong>la</strong> presencia de una ley, aunque se trate<br />

en su mayoría de leyes dictadas por el Gobierno (Regierungsgesetze) para<br />

legitimar <strong>la</strong> puesta en práctica de los principios programáticos <strong>nacional</strong>socialistas<br />

por parte de <strong>la</strong>s autoridades estatales. “Nosotros tenemos más derecho<br />

que otros muchos pueblos –sostiene SCHMITT– para afirmar que nuestro<br />

Estado es un Estado de Derecho, si con ello se entiende un Estado en el que<br />

se garantiza sin excepciones <strong>la</strong> ley y el orden: “wenn man darunter einen<br />

Staat versteht, in dem es streng und unverbrüchlich nach Gesetz und Ordnung<br />

zugeht” 7 . Es evidente que SCHMITT utiliza aquí el concepto de Estado<br />

de Derecho de manera completamente arbitraria; obviamente, si adoptamos<br />

una postura meramente nominal, propia de <strong>la</strong> filosofía analítica, el discurso<br />

de SCHMITT es factible; sin embargo, realiza una operación poco correcta<br />

al transferir al Estado <strong>nacional</strong>socialista el espíritu de <strong>la</strong> expresión Estado<br />

de Derecho, es decir, el Estado liberal y constitucional, el de Montesquieu<br />

7 C. SCHMITT, Nationalsozialismus und Rechtsstaat, en “Juristische Wochenschrift”, 1934, nº 12/13, p.<br />

715-716.<br />

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MARIO A. CATTANEO<br />

y Kant. Por otra parte, ese trucaje de SCHMITT se apoya en <strong>la</strong> afirmación<br />

de KELSEN, según <strong>la</strong> cual “jeder Staat ein Rechtsstaat ist” 8 , identificándose<br />

Estado y ordenamiento jurídico. Debe recordarse, no obstante, lo que afirmara<br />

Hermann HELLER hace años: “Die Staatslehere der Formalnomokratie<br />

wird logisch nie in Verlegenheit comen,, politisch aber, wenn auch ungewollt,<br />

immer die beste Schrittmacherin der Diktatur sein” 9 . La teoría formal<br />

<strong>del</strong> Derecho como antesa<strong>la</strong> de <strong>la</strong> dictadura o, con otras pa<strong>la</strong>bras, <strong>la</strong> teoría de<br />

KELSEN abre paso a <strong>la</strong> de SCHMITT. Así puede presentar éste como Rechtsstaat<br />

un Estado carente de separación de poderes (el poder ejecutivo posee <strong>la</strong><br />

función legis<strong>la</strong>tiva), de libertad (se prohíben los partidos políticos excepto el<br />

que está en el poder), en suma, un Estado autoritario dispuesto a dictar leyes<br />

opresivas y a mantener un orden basado en el miedo, justamente lo contrario<br />

<strong>del</strong> Estado de Derecho liberal, es decir el Estado de Derecho en su original<br />

configuración. Por otra parte, cabe recordar aquí <strong>la</strong> observación que hiciera<br />

Ilse STAFF –retomando lo que dijera Franz L. Neumann– respecto al debate<br />

sobre el concepto de Estado de Derecho en <strong>la</strong>s postrimerías de <strong>la</strong> República<br />

de Weimar: ”Zu Recht sagt Franz L. Neumann vom Bregriff des Rechtsstaates<br />

im deutschen Rechtsraum: Das Wort ist abgegriffen wie eine Münze, deren<br />

Konturen durch vielfachen Grbrauch fast unkenntlich geworden sind” 10 .<br />

El artículo últimamente citado de Carl SCHMITT, Nationalsozialismus<br />

und Rechtsstaat, contiene además significativas opiniones <strong>del</strong> autor sobre los<br />

principios <strong>del</strong> Derecho <strong>penal</strong>. Recuerda que los liberales tachaban al Estado<br />

<strong>nacional</strong>socialista de falto de libertad y carente de Constitución, por lo que<br />

no era un auténtico Estado de Derecho; SCHMITT contesta diciendo que de<br />

acuerdo con el pensamiento liberal, el Estado de Derecho no está interesado<br />

en <strong>la</strong> justicia sino en <strong>la</strong> legalidad formal (formale Gesetzlichkeit); el Estado<br />

liberal es el Estado de <strong>la</strong> ley, gesetzesstaatlich. Por el contrario, el castigo de<br />

los criminales constituye una exigencia de <strong>la</strong> justicia; así, quienes criticaron<br />

el proceso a Van der Lubbe por el incendio <strong>del</strong> Reichstag en 1933, negando<br />

por ese motivo el carácter rechtsstaatlich <strong>del</strong> Estado <strong>nacional</strong>socialista, no<br />

tuvieron en cuenta que un grave <strong>del</strong>ito merece una justo castigo. Su crítica<br />

tenía que ver con el principio genuinamente liberal nul<strong>la</strong> poena sine lege.<br />

Quienes tienen en cuenta <strong>la</strong> justicia estarían interesados en que ningún <strong>del</strong>ito<br />

quedase sin punición. Y afirma SCHMITT al respecto: “Ich setze diesem<br />

rechtsstaatlichen “nul<strong>la</strong> poena sine lege” des Gerenchtigkeitssatz “nullum<br />

8 H. KELSEN, Allgemeine Staatslehere, Berlin, 1925, pp, 44, 91, citado por H. HELLER, Europe und der<br />

Fascismus, Berlin-Leipzig, 1929, p. 70.<br />

9 H.HELLER, op. cit., , p. 70.<br />

10 I. STAFF, , Staatslehere in der Weimarer Republik, en AA. VV. Staatslehre in der Weimarer Republik.<br />

Hermann Heller zu ehren, herausgegeben von Chistoph Müller und Ilse Staff, ed. Suhrkamp, Frankurt,<br />

1985, p. 12, citada por F.L. NEUMANN, Rechtsstaat, Gewaltenteilung und Sozialismus, en Wirtschaft,<br />

Staat, Demokratie, 1934, p. 124.<br />

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Carl Schmitt y Ro<strong>la</strong>nd Freisler: La <strong>doctrina</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> Nacional-Socialismo<br />

crimen sine poena” entgegen.” Aparece así <strong>la</strong> contraposición entre Estado de<br />

Derecho y Estado “justo” (gerechter Staat). Las normas y <strong>la</strong>s instituciones<br />

características <strong>del</strong> Estado de Derecho no se orientan hacia <strong>la</strong> justicia, sino<br />

hacia <strong>la</strong> certeza <strong>del</strong> Derecho (Rechtssicherheit). Para SCHMITT, el conflicto<br />

en torno al concepto de “Rechtsstaat”, que todos añoran, no es teórico y<br />

nominal, sino que encierra un antagonismo en <strong>la</strong>s concepciones políticas y en<br />

<strong>la</strong> teoría <strong>del</strong> Derecho 11 .<br />

Como puede observarse, SCHMITT emplea de manera sinuosa pero<br />

lúcida el concepto de Estado de Derecho: por una parte, pretende que el<br />

auténtico Estado de Derecho sea el <strong>nacional</strong>socialista y, por otra, afirma que el<br />

Estado de Derecho liberal es meramente formal y legalista, en contraposición<br />

al Estado “de justicia” que representa el <strong>nacional</strong>socialista. Una desenvoltura<br />

con los conceptos que busca enmascarar lo no es sino pura y simple defensa<br />

<strong>del</strong> totalitarismo.<br />

Sería interesante destacar ahora <strong>la</strong> concordancia sustancial de <strong>la</strong>s tesis<br />

jurídico-políticas de Carl SCHMITT con <strong>la</strong>s de un jurista que si bien tiene un<br />

valor científico inferior, es el representante de mayor relieve de <strong>la</strong> <strong>doctrina</strong><br />

<strong>penal</strong> <strong>nacional</strong>socialista; me refiero a Ro<strong>la</strong>nd FREISLER, que ostentó el cargo<br />

de Secretario de Estado al comienzo <strong>del</strong> régimen nazi pasando a presidir en sus<br />

postrimerías el Tribunal popu<strong>la</strong>r que juzgó y castigo ferozmente <strong>la</strong> resistencia<br />

al nazismo (los conspiradores <strong>del</strong> 20 de julio y <strong>la</strong> Rosa B<strong>la</strong>nca). Son dignas<br />

de recordar algunas opiniones vertidas por este autor en diversos trabajos.<br />

Así, en Gedanken zur Strafrechtserneuerung (1933) FREISLER afirma que<br />

el Derecho <strong>penal</strong> es el espejo de <strong>la</strong> actitud <strong>del</strong> pueblo: “Strafrecht ist ein<br />

Spiegelbild der seelischen Haltung des Volkes”. El Derecho <strong>penal</strong> que precede<br />

a este período tenía, a su juicio, una orientación individualista, ocupándose<br />

sobre todo de <strong>la</strong> protección de los intereses materiales <strong>del</strong> ciudadano. Esa<br />

tute<strong>la</strong> está presente también en los “Estados totalitarios”, pero no de un modo<br />

primario: “totale Staaten, wie sie in Europa –wenn auch mit verschiedenstem<br />

zugrunde liegenden Ideengehalt und in verschiedenster Rechtsform– das dritte<br />

Deutsche Reich, das faschistische Italien und die Sowietunion darstellen”.<br />

El Derecho <strong>penal</strong> <strong>del</strong> Estado totalitario se caracteriza por tute<strong>la</strong>r al pueblo<br />

mismo, su comunidad de sangre y de destino: “Schut des Volkes selbst, seiner<br />

Bluts und Schicksalsgemeinschaft” 12 . FREISLER critica asimismo el Derecho<br />

<strong>penal</strong> anterior por preocuparse excesivamente de <strong>la</strong> figura <strong>del</strong> <strong>del</strong>incuente,<br />

de “no causarle excesivo perjuicio” (“ihm nicht zu web zu tun”), y afirma<br />

que el pueblo alemán, guiado por el hombre al que <strong>la</strong> historia ha elegido<br />

11 C. SCHMITT, Nationalsozialismus und Rechtsstaat, cit, p. 713-714.<br />

12 R. FREISLER, Gedanken zur Strafrechtserneuerung, en Nationalsozialistisches Strafrecht. Denksschrift<br />

des Preussischen Justizministers, Berlin, 1933, p. 6-7.<br />

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MARIO A. CATTANEO<br />

para ese fin, se ha despertado, alcanzando conciencia de sí. La revolución ha<br />

generado el nuevo Estado alemán, que se identifica con el pueblo organizado:<br />

“Dieser Staat ... soll das organisierte Volk selbst sein. Er is die Lebensform<br />

des Volkes” 13 .<br />

En un trabajo publicado en 1935, Schutz des Volkes oder des Rechts<br />

brechers?, concluye afirmando que el <strong>nacional</strong><strong>socialismo</strong> debe construir el<br />

Derecho <strong>penal</strong> a partir de un concepto material de antijuricidad que sustituya<br />

al concepto formal: “Der Nationalsozialismus will und muss im Strafrecht<br />

den formellen Rechts –und Unrechtsbegriff überwinden un ersetzen durch die<br />

Herrschaft des materiellen Rechts– und Unrechtsbegriffes. Dieses materielle<br />

Rechts und Unrechtsbegriff würzelt in der völkischen Sittenordnung” 14 .<br />

En otro artículo que data también de 1935, titu<strong>la</strong>do Der Wan<strong>del</strong><br />

der politischen Grundanschauungen in Deutsch<strong>la</strong>nd, FREISLER se ocupa<br />

especialmente de <strong>la</strong> contraposición entre el concepto “formal” y el concepto<br />

“material” de Derecho. Al espíritu <strong>del</strong> Derecho <strong>penal</strong> <strong>nacional</strong>socialista<br />

le importa menos <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ridad de <strong>la</strong>s determinaciones legis<strong>la</strong>tivas que <strong>la</strong><br />

justicia material, que tiene como fuente el sano sentimiento <strong>del</strong> pueblo:<br />

“die materielle Gerechtigkeit ... die an Hand des gesunden Volksemp�ndens<br />

jeweils festzustellen ist und die das gesunde Volksemp�nden als Rechtsquelle<br />

anerkennt”. La certeza <strong>del</strong> Derecho para el ciudadano queda garantizada<br />

mediante <strong>la</strong> seguridad de <strong>la</strong> vida <strong>del</strong> pueblo. Semejante <strong>doctrina</strong> no puede dejar<br />

de influir en <strong>la</strong> técnica de redacción de <strong>la</strong>s leyes <strong>penal</strong>es: <strong>la</strong>s cláusu<strong>la</strong>s generales<br />

(Generalk<strong>la</strong>useln), <strong>la</strong> admisión de <strong>la</strong> analogía (Zu<strong>la</strong>bung der Analogie), el<br />

reconocimiento <strong>del</strong> sano sentimiento <strong>del</strong> pueblo como fuente <strong>del</strong> Derecho<br />

(Anerkennung des gesunden Volksemp�ndens als Rechtsquelle) son criterios<br />

admitidos en el Derecho <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>nacional</strong><strong>socialismo</strong>. En consecuencia, <strong>la</strong><br />

vincu<strong>la</strong>ción <strong>del</strong> juez a <strong>la</strong> ley se transforma en vincu<strong>la</strong>ción al Derecho, pues es<br />

éste el medio para lograr <strong>la</strong> justicia material 15 .<br />

En re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> ejecución de <strong>la</strong> pena, FREISLER recuerda que para el<br />

liberalismo individualista <strong>la</strong> pena de muerte carece de justificación por cuanto<br />

supone <strong>la</strong> destrucción de <strong>la</strong> persona e incluso <strong>la</strong> justificación de <strong>la</strong> pena de<br />

13 R. FREISLER, ibidem, p. 8-9.<br />

14 R. FREISLER, Schutz des Volkes oder des Rechtsbrechers? Fesselung des Verbrechers oder des Richters?<br />

Einiges über das zweckmässige Mass der Bindung des Richters an gesetzliche Straftatbestände, en<br />

“Deutsches Strafrecht”, 1935, nº 1-2, p. 32.<br />

15 R. FREISLER, Der Wan<strong>del</strong> der politischen Grundanschauungen in Deutschalnd und sein Ein�uss auf die<br />

Erneuerung von Strafrecht, Strafprozess und Strafvollzug, en “Deutsche Justiz”, 1935, p. 1251. Asimismo,<br />

en <strong>la</strong> misma obra, puede observarse una concordancia precisa de FREISLER con SCHMITT acerca de <strong>la</strong><br />

re<strong>la</strong>ción entre <strong>nacional</strong>ismo y Estado de Derecho: “Für den nationalsozialistischen Staats als völkischen<br />

Weltanschauungsstaat mit organischer Volksauffassung für Führungseinheit besteht ein Garantiebedürfnis<br />

nicht, und für eine Kontrolle der Spitze ist weder Notwendigkeit noch Raum vorhanden. Falsch wäre es<br />

aber, deshalb diesem Staat den Charakter des Rechtsstaates abzusprechen. Mi Gegenteil: Er erhebt die<br />

Rechtsstaatsidee von einer formalen zu einer materielle Idee”, R. FREISLER, ibid., p. 1250.<br />

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Carl Schmitt y Ro<strong>la</strong>nd Freisler: La <strong>doctrina</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> Nacional-Socialismo<br />

prisión p<strong>la</strong>ntea serios problemas. Por el contrario, para el <strong>nacional</strong><strong>socialismo</strong><br />

no existen tales problemas, ya que se fundamenta en <strong>la</strong> unidad de pueblo<br />

y Estado, siendo el individuo parte de esa unidad. La necesidad de que<br />

un miembro <strong>del</strong> pueblo expíe su <strong>del</strong>ito es sentida por el pueblo como una<br />

necesidad propia, exigiendo incluso que el individuo sienta esa necesidad de<br />

expiación 16 . Como puede observarse, FREISLER p<strong>la</strong>ntea una contraposición<br />

radical entre <strong>la</strong> concepción jurídico-<strong>penal</strong> <strong>del</strong> liberalismo y <strong>la</strong> <strong>del</strong> sistema<br />

totalitario: para el Estado liberal, <strong>la</strong> pena representa siempre un problema;<br />

para el Estado totalitario <strong>la</strong> pena no es más que una “necesidad” <strong>del</strong> pueblo<br />

(expresando así el autor una idea que desgraciadamente aún hoy permanece<br />

en pie).<br />

En un discurso pronunciado en 1936, recogido por Ilse STAFF en su<br />

obra Justiz im Dritten Reich, FREISLER afirma: “Unser Gerechtigkeitsstraben<br />

kann in der Bemessung der Strafe der Verräter nur fragen: Genügt die Antwort<br />

des Staates, die wir als Rechtswahrer in seinem Auftraf dem Verräter erteiler<br />

sicher und ganz gewiss zur inneren und äuberen Stärkung des Lebenskampfes<br />

dieses unseres Volkes? Heute gilt mehr denn je: Gerecht ist, was dem deutschen<br />

Volke frommt!” 17 . La aspiración a una imposición justa de <strong>la</strong> pena por<br />

parte de los juristas <strong>del</strong> <strong>nacional</strong><strong>socialismo</strong> se basa en el siguiente criterio:<br />

que <strong>la</strong> respuesta <strong>del</strong> Estado contra el traidor sirva con toda seguridad para<br />

que se refuerce tanto interna como exteriormente <strong>la</strong> lucha para <strong>la</strong> vida <strong>del</strong><br />

pueblo. Téngase en cuenta que para FREISLER traidor es aquel que osa poner<br />

en cuestión los fundamentos de <strong>la</strong> comunidad popu<strong>la</strong>r, quien deshonra a <strong>la</strong><br />

raza aria, quien acopia productos para especu<strong>la</strong>r, etc; los traidores deben ser<br />

destruidos (vernichtet). La última frase <strong>del</strong> párrafo transcrito dice: “es justo<br />

todo aquello que favorece al pueblo alemán”; se trata, pues, de una concepción<br />

marcadamente utilitarista y, además, de un utilitarismo peculiar. A propósito<br />

de ello, Ilse STAFF se pregunta quién será el encargado de determinar qué es<br />

útil y, por tanto, justo; obviamente, ese cometido está encomendado a quienes<br />

detentan el poder, es decir, el gobierno <strong>nacional</strong>socialista: “Es ist für einen<br />

Juristen wie für einen Laien erschreckend, zu hören: Gerecht ist, was dem<br />

deutschen Volke frommt. Hier wird Gerechtigkeit nicht nach allgemeingültigen<br />

Mabtäben bemeben, sondern nach Nützlichkeitserwägungen. Und wer bestimmte<br />

was nützlich und folglich auch gerecht war? Diejenigen, die Macht<br />

hatten, die nationalsozialistische Regierung”. 18 He aquí, pues, el utilitarismo<br />

de <strong>la</strong> razón de Estado, pero un utilitarismo mediatizado por <strong>la</strong> ideología y<br />

16 R. FREISLER, ibid., pp. 1152-1153.<br />

17 R:FREISLER, Der Rechtswahrer mi Kampfe des Vierjahresp<strong>la</strong>nes, in Deutsche Justiz, II Halbjahr, 1936,<br />

p. 44, cit. da I. STAFF, Justiz mi Dritten Recht. Eine Dokumentation, Fischer, Frankfurt am Main, 1964,<br />

pp. 11-12.<br />

18 I:SAFF, Justiz, cit., p. 12.<br />

– 151 –


MARIO A. CATTANEO<br />

basado en <strong>la</strong> pretensión de tute<strong>la</strong>r, a través <strong>del</strong> Derecho <strong>penal</strong>, <strong>la</strong> conciencia<br />

moral <strong>del</strong> pueblo.<br />

En ambos autores, por tanto, está presente <strong>la</strong> idea de una contraposición<br />

entre Estado “justo” y Estado “legal”, entre justicia material y formal, así<br />

como una concepción <strong>del</strong> Derecho <strong>penal</strong> orientado no hacia <strong>la</strong> tute<strong>la</strong> de<br />

los derechos individuales sino de <strong>la</strong> comunidad popu<strong>la</strong>r, de <strong>la</strong> “comunidad<br />

de sangre”. Especial relieve adquiere <strong>la</strong> sustitución <strong>del</strong> principio nullum<br />

crimen, nul<strong>la</strong> poena sine lege por este otro: nullum crimen sine poena. Es <strong>la</strong><br />

típica configuración que adopta el Derecho <strong>penal</strong> totalitario: una concepción<br />

“moralista” que lo concibe como “arma” y no como instrumento protector;<br />

por eso llega a afirmar FREISLER: “Strafrecht ist Kampfrecht” 19 . Contra esta<br />

concepción hay que mantener siempre una oposición decidida y firme, porque<br />

siempre existe el riesgo de su retorno y predominio a causa de <strong>la</strong> mentalidad<br />

justiciera y vengativa que existe hoy en ciertos sectores de <strong>la</strong> opinión pública<br />

y de <strong>la</strong> magistratura (en especial <strong>del</strong> Ministerio Público) en varios países<br />

europeos.<br />

19 Esta frase de Freisler se cita en K. KROESCHELL, Rechtsgeschichte Deutsch<strong>la</strong>nds mi 20. Jahrhundery,<br />

Göttingen 1992, p. 107.<br />

– 152 –

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