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12 Opinión<br />

El Nacional<br />

DOMINGO 4 DE DICIEMBRE DE <strong>2022</strong><br />

Q U I N TA E S E N C I A<br />

Rafael Ciprián<br />

ra fa e l c i p r i a n @ h ot m a i l . co m<br />

Atreverse a tratar el tema haitiano<br />

en nuestro país es una tarea<br />

cuesta arriba o, peor aún, deslizarse<br />

por una pendiente enjabonada.<br />

Es, diga lo que diga, verdaderamente<br />

riesgoso.<br />

No hay forma de abordar ese problema sin<br />

que se desaten los demonios y que uno sea<br />

etiquetado. Y esa marca se la pondrán tanto<br />

los sectores dominicanos beligerantes como<br />

los de los hijos de Dessalines.<br />

Acusarán al autor, por una parte, de xenófobo,<br />

racista, fomentador de apatridia y<br />

anti haitiano, si decide oponerse a que la<br />

inmigración indocumentada siga en aumento<br />

y que las personas que pasan el<br />

Masacre a pie o la frontera sin permiso de<br />

las autoridades circulen como Pedro por su<br />

casa en la Patria de Juan Pablo Duarte.<br />

Esa imputación infamante vendrá de los<br />

sectores que se creen progresistas o de la<br />

izquierda política. Mientras más radical<br />

sean, más calientan el hierro con que<br />

marcarán al que se atrevió a opinar así.<br />

Rafael Santos<br />

s a n tos ra fa e l @ g m a i l . co m<br />

Recientemente se formó en la ciudad<br />

de Nueva York un comité, el<br />

cual capitaneado por el doctor<br />

Rafael Lantigua y otros compatriotas<br />

residentes en la citada urbe, ha<br />

enviado un importante mensaje que debe<br />

ser reflexionado por el grueso de la población<br />

en sentido general.<br />

Estos se han denominado “Comité en<br />

Defensa de la Soberanía Nacional”, el cual<br />

está trabajando en la recolección de firmas<br />

de toda la comunidad de dominicanos<br />

residentes en el exterior, a fin de rechazar<br />

supuestas maniobras del Departamento de<br />

Estado contra República dominicana, bajo<br />

los alegatos de que en el Central Romana<br />

Corporation violan se las leyes laborales de<br />

los Estados Unidos.<br />

Lo primero que nuestros aliados más<br />

importantes, en este caso los Estados Unidos<br />

debieron de investigar, antes de tan<br />

Fernando De León<br />

fe r n a n d o 2 6 . d e l e o n @ ya h o o. co m ><br />

Es muy posible, que tras la ola de<br />

delincuencia que azota el país, se<br />

cierna una respuesta de mozalbetes<br />

y jóvenes ensañados por la<br />

indiferencia de nuestros gobiernos, que no<br />

han viabilizado un mejor bienestar para las<br />

nuevas generaciones.<br />

Parecería una exageración, pero, los que<br />

no han tenido oportunidad de educarse y<br />

mucho menos plataformas de deportes y<br />

otras distracciones que tiendan a bien<br />

orientarlos; sin suficientes herramientas<br />

educativas, los empujen a delinquir.<br />

Y, para poder determinar sobre el porqué<br />

de esas inconductas, no basta con ‘f i l o s o f a r’<br />

Haitianos y debate<br />

Poco importa que aclare que desea la<br />

regulación de los extranjeros y que se<br />

opone a que le violen su dignidad y demás<br />

derechos fundamentales.<br />

Hasta un alto funcionario de la Organización<br />

de las Naciones Unidas (ONU), se<br />

prestó para exhibir el triste espectáculo,<br />

como si fuera un Procónsul en tiempos<br />

clásicos del Imperio Romano, de darle<br />

orden a nuestro país para que detenga las<br />

deportaciones de haitianos indocumentados.<br />

Creemos que ningún ser humano es<br />

ilegal en el planeta Tierra. Todos somos<br />

t e r r í c o l a s.<br />

Pero cada Estado se reserva el derecho de<br />

ejercer su soberanía en su territorio. Además,<br />

de exigir a los extranjeros que cumplan<br />

con las formalidades de rigor.<br />

Por eso apoyamos plenamente la firme y<br />

necesaria respuesta, preñada de santa indignación,<br />

que el presidente de nuestra<br />

República, señor Luis Abinader Corona, le<br />

dio al exhabrupto del agente de la ONU.<br />

Por la otra parte, si se declara a favor de esa<br />

Clamor soberano<br />

tamaña denuncia, era hacer una investigación<br />

utilizando los múltiples canales a<br />

sus servicios, pues, la misma ha caído muy<br />

mal en los diversos círculos del país, y aun<br />

fuera, en donde dominicanos como el doctor<br />

Lantigua y otras destacadas figuras, han<br />

levantado su voz para defendernos de tales<br />

a c u s a c i o n e s.<br />

Si se han producido dichas violaciones, y<br />

estas quedan al descubierto, lo mejor sería<br />

que tanto nuestras leyes como las de la<br />

Organización Internacional del Trabajo, es<br />

actuar en consecuencias y establecer las<br />

sanciones correspondientes y no acusarnos<br />

de algo que ante la vista de todo se ve que<br />

estas están con graves faltas de sustentabilidad<br />

y por lo tanto, lo menos que<br />

merecemos como país amigo de los Estados<br />

Unidos, es que si no una disculpa, por<br />

lo menos una explicación aunque sea por la<br />

vía diplomática.<br />

La respuesta<br />

en lo político, para trazar una cortina de<br />

humo que oculte la desidia de quienes nos<br />

gobiernan. Subsecuentemente, ante la incapacidad<br />

de nuestras autoridades, a muchos<br />

les darán pa’bajo; lo que es síntoma de<br />

incapacidad.<br />

Pero, la delincuencia continuará. Sobre<br />

todo cuando han ascendido gobiernos que<br />

prometen cambios con un trasfondo de<br />

gatopardo; todo sigue igual. Nuestra juventud<br />

continúa desamparada; no descienden<br />

a los barrios al menos que no sea<br />

para obtener capital político.<br />

Lo nocivo de esto es que, regularmente,<br />

las víctimas de la delincuencia, es gente<br />

inmigración haitiana o se admite el papel<br />

que juega en la economía nacional, que es<br />

verdaderamente importante, entonces el<br />

mote será de vende patria, extranjerizante,<br />

prohaitiano y violador de la ley.<br />

Recordemos que un gran ejército de haitianos<br />

realiza el trabajo duro y bruto en las<br />

construcciones, en los servicios de conserge<br />

y vigilancia en los condominios y en<br />

las tareas agrícolas. Los dominicanos, por<br />

los bajos salarios que les pagan, no desean<br />

re a l i z a r l a s.<br />

Eso genera un serio conflicto. Se afirma<br />

que los indocumentados están deprimiendo<br />

los salarios, que les están arrebatando<br />

los trabajos a los dominicanos, que los<br />

empleadores son esclavistas y que se viola<br />

el 80/20 que establece la ley, respecto al<br />

personal empleado en las actividades productivas.<br />

Claro que el 80 por ciento de la<br />

nómina debe ser ocupada por los nacionales<br />

y el resto de libre elección.<br />

Ese problema hay que resolverlo con<br />

urgencia .<br />

Es por ello, que tal y como leímos en la<br />

crónica que han colocado algunos de los<br />

más importantes medios nacionales, en<br />

donde tanto el doctor Lantigua, como otras<br />

destacadas figuras del mundo empresarial<br />

y político que como Adriano Espaillat,<br />

senador Demócrata por el Estado de New<br />

York, se han pronunciado, con relación al<br />

tema.<br />

Dicha denuncia, nos ha dejado con un<br />

amargo sabor, pero estamos convencidos<br />

que la buena racionalidad, la inteligencia<br />

política y diplomática del Departamento de<br />

Estado sabrán darle una explicación al<br />

mundo de lo acontecido, lo que de acuerdo<br />

a la mayoría de los sectores pensantes tanto<br />

nacionales como internacionales, lo que<br />

busca es “arrodillar el Gobierno dominicano<br />

para que acepte la solución del<br />

problema haitiano teniendo como base el<br />

sacrificio de nuestra patria”.<br />

pobre y trabajadora. Aunque no estemos<br />

de acuerdo con estas acciones, al parecer,<br />

un sector de la juventud que delinque,<br />

crea desasosiego, y responde de esa forma.<br />

Pero, aunque nos opongamos a la ocurrencia<br />

de acciones delictivas, al margen de<br />

lo que todo el mundo sabe sobre nuestra<br />

falta de políticas públicas certeras; esta<br />

juventud, resentida y vengativa, suele responder<br />

con robos con escalas, atracos y<br />

asesinatos a mansalva.<br />

La juventud de hace décadas, respondía<br />

con movilizaciones de izquierda y otras<br />

acciones de protestas.<br />

Juan Taveras<br />

H e r n á n d ez<br />

j u a n t h 0 4 @ h ot m a i l . co m<br />

No al<br />

imperio<br />

Si en algo parecen estar de acuerdo<br />

la inmensa mayoría de los dominicanos,<br />

es que la solución de<br />

la crisis haitiana no está en nuestro<br />

territorio; que podemos hacer todo lo<br />

que esté a nuestro alcance, incluso más,<br />

para que el vecino país encuentre su<br />

propio camino hacia la solución de sus<br />

males. Pero jamás podrá ser sobre la base<br />

de perder nuestra identidad cultural y<br />

nuestra soberanía. ¡Eso nunca!<br />

Estados Unidos parece no entenderlo, al<br />

igual que otras naciones igualmente poderosas,<br />

que intervienen en otros países<br />

donde hay muchas riquezas, poder económico,<br />

petróleo, oro y otros recursos<br />

renovables y no renovables, pero no quieren<br />

meterse en Haití, donde sólo hay<br />

pobreza y desolación. Quieren que seamos<br />

los dominicanos quienes, con nuestras<br />

propias miserias, asumamos la crisis de ese<br />

país sabiendo que no podemos, que igual<br />

somos pobres, aunque en mejores condiciones<br />

políticas, económicas y sociales.<br />

Con muchas precariedades, y a pesar de<br />

los pesares, el Estado funciona.<br />

Las Naciones Unidas, dirigida por EE.<br />

UU., ha utilizado todos los recursos habidos<br />

y por haber para que cambiemos<br />

nuestra posición en lo referente a las<br />

repatriaciones, legales por demás, poniendo<br />

de manifiesto su doble moral. Los<br />

haitianos son echados literalmente a patadas,<br />

foetazos y culatazos donde quiera<br />

que llegan, incluso en los propios Estados<br />

Unidos, donde los apalean. Para los haitianos<br />

“el sueño americano no existe”.<br />

No voy a reiterar los grados de solidar<br />

idad y hermandad que ha mostrado la<br />

República Dominicana cada vez que Haití<br />

lo ha necesitado, más que todos los demás<br />

países que nos acusan de xenófobos, racistas,<br />

etc. El pueblo dominicano siempre<br />

les ha tendido la mano a los haitianos. Y no<br />

será de otro modo en el futuro, pero no<br />

e n t re g á ndole los derechos adquiridos, algo<br />

que ha sido reconocido en su momento<br />

por las propias Naciones Unidas.<br />

Somos un país libre y soberano, aunque<br />

muchas veces hemos sido genuflexos ante los<br />

pedimentos que constantemente nos hace<br />

Estados Unidos, país que no tiene amigos, ni<br />

enemigos, solo intereses, tácticos y estratégicos.<br />

Cuando les conviene nos tratan<br />

como amigos, cuando no, como enemigos.<br />

Somos un país aliado, nuestro primer socio<br />

comercial, pero cuando creen que deben<br />

enviarnos los marines, los portaaviones, los<br />

cañones y los tanques, lo hacen, como ya ha<br />

ocurrido en el pasado no tan lejano.<br />

El Gobierno no tiene un discurso de odio<br />

ni de rechazo absoluto contra los haitianos.<br />

Al contrario, son necesarios, aportan<br />

mucho con su mano de obra, pero<br />

deben estar debidamente documentados<br />

y regulados por nuestras leyes migratorias.<br />

Es cierto que determinados sectores<br />

y grupos extremistas tienen una<br />

actitud distinta, pero no se le puede<br />

atribuir al Gobierno ni al pueblo.

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