Enfermería Facultativa Número 385

“
Antonio Mingarro
Redactor jefe de Sanifax
ENFERMERÍA FACULTATIVA
La Enfermería como referencia
en opinión
Días atrás, un grupo de directivas de enfermería,
periodistas y políticos de la sanidad se sentaron
a debatir en el Hospital 12 de Octubre
sobre la presencia de la Enfermería como prescriptora
de opinión. Es decir, sobre su influencia
en las decisiones de la sanidad y su papel
como fuente cuando los periodistas necesitamos
una visión del sector. Las últimas huelgas
médicas, algunas más largas que otras y, en algunos
casos, finalizadas antes de empezar, suponen
un motivo de reflexión al respecto. Y
también las huelgas de Enfermería
en el Reino Unido,
donde todos los medios escritos,
con filosofía conservadora
o laborista, se han
hecho amplio eco en sus
portadas de las demandas
profesionales.
La realidad no puede ser
disfrazada. Las huelgas médicas
tienen mucho más eco
que las de cualquier otro
sector de la sanidad. Y las
demandas enfermeras para
el National Health Service, nunca han sido recogidas
con la misma intensidad que las de la
Enfermería en España. Es difícil repartir culpas.
Seguro que los medios tenemos buena
parte de ellas. Y también que no la tiene la representación
profesional, pues los medios disponen
de amplios gabinetes de prensa en la
enfermería para buscar una referencia, así como
estudios suficientes sobre necesidades profesionales,
que se renuevan con frecuencia…
Tal vez el problema venga más de atrás y por
eso es más hondo. Las Direcciones de Enfermería
en los hospitales se han concebido siempre
como un elemento para organizar a las enfermeras,
pero no como un factor para influir
en las decisiones del centro, a pesar de que la
OPINIÓN
enfermería sea determinante. Y en cuanto a la
influencia, aún seguimos contando como un
hecho excepcional que haya enfermeras en los
altos puestos de decisión, como en su día sucedió
en Baleares con Patricia Gómez, o más
recientemente en Andalucía con “Lina” García.
Es cierto que la influencia es más destacada
que hace años. Ahora se encuentran enfermeras
en las direcciones y subdirecciones
generales de las Consejerías. Y se han creado
Direcciones de Cuidados con un enfoque claramente
enfermero. Pero ni
de lejos, esa presencia llega a
la de abogados, ingenieros o
médicos. Y, sin la visión profesional
propia, es imposible
que la agenda enfermera sea
parte de la sanitaria.
Para no ser demasiado pesimistas,
hay que admitir
también que la enfermería
está haciendo los deberes.
En los asuntos prioritarios
del sector, hay una unidad
indudable, como demuestra
la reclamación hace poco ante el Ministerio de
Universidades de más plazas de formación. O
la reivindicación, bien defendida con argumentos
conjuntos, de la clasificación como
Grupo A. Pero en otros puestos, como las gerencias,
se cuentan con los dedos de las manos
las veces que un centro ha sido liderado por
una enfermera. España arrastra algunos “clichés”
históricos en la imagen hacia sí misma.
Y uno de ellos es que el paciente, que ya percibe
a la enfermera como la profesional más cercana,
la perciba también como solución. Y
que no todo quede pendiente de ese momento
“en que el médico hace la ronda por las habitaciones”.
Reconocer a la Enfermería y darle
más competencias supondría, de facto, una
mejora en sus condiciones. Y ya sabemos que,
el único secreto del éxito de un SNS que invierte
tan poco por habitante, son los bajos
sueldos de sus profesionales, que en países de
nuestro entorno reciben ofertas para cobrar
hasta tres veces más. Hay una mezcla de temor
y “status quo” para un nuevo liderazgo enfermero,
que no se corresponde con la tendencia
internacional. Y en un escenario de crisis de la
sanidad, como el actual, resulta urgente que
esa situación cambie cuanto antes.