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Mantra Kadabra revista 5

Revista sobre paganismo como celebrar la rueda del año, lugares sagrados, rituales, animales de poder

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La Ley de Thelema

Durante su estancia en El Cairo, Crowley y Rose hicieron una visita al Museo Boulak, antecedente

del Museo Egipcio de El Cairo. Allí se fijaron en una pequeña estela relacionada con el

dios Horus, descubierta en 1858 en el templo funerario de la reina Hasthepsut, y que Crowley

bautizó como Estela de la Revelación. Desde ese momento, el apartamento cairota de la pareja

se transformó en un templo donde siguieron invocando a los dioses y demonios egipcios.

Años después de su muerte se convirtió en referente de la contracultura de los años sesenta, y

ha sido reivindicado incluso por destacadas figuras de la música pop como John Lennon, Led

Zeppelin o David Bowie.

CROWLEY y la Segunda Guerra Mundial

La II Guerra Mundial está llena de referencias mágicas y esotéricas por ambos bandos. Los

nazis buscaban la fuerza en ritos paganos y en objetos como la lanza de Longinos. Hasta Himmler

fue a buscar el Santo Grial a la abadía de Montserrat. Los aliados, por su parte, deben su

triunfo en la contienda a los desvelos del mayor mago del siglo XX: Aleister Crowley.

En mayo de 1945, cayó Berlín. Hitler se suicidó en el búnker de la cancillería y, poco después,

se subió a un submarino y zarpó junto a Bormann con destino a Argentina.

El 15 de agosto el emperador de Japón dejó de ser una divinidad y se rindió a los aliados.

Finalmente, el 2 de septiembre de 1945, seis años y un día después de la invasión de Polonia

por las tropas nazis, concluyó la II Guerra Mundial oficialmente.

La victoria, sin embargo, no fue fruto de las bombas atómicas, ni de la garra del ejército rojo,

ni del crudo invierno, sino de las artes ocultistas del mago inglés Aleister Crowley, que pasó

de ser «La Gran Bestia» a liberar Europa del horror nazi.

Que el poder y la magia caminen de la mano no es algo novedoso. Ya en las cavernas se conjuraba

a las fuerzas desconocidas para que las expediciones de caza fueran un éxito pintando

mamuts y gente desnuda en las paredes como si fueran las puertas de las letrinas un cuartel.

Los augures escrutaban las vísceras de animales y leían el vuelo de los pájaros antes de que las

legiones romanas entrasen en batalla.

Los Nazis tienen una gran historia repleta de esoterismo que se remonta al mito de los Nibelungos,

las runas, los ritos paganos en el castillo de Wewelsburg, la búsqueda de elementos

mágicos y llega hasta el punto de inspirarse en grandes magos para aumentar su poder, como

Madame Blavatsky o el mentalista Hanussen. Los aliados tenían a Aleister Crowley.

En un primer momento, la figura de Adolf Hitler pasó desapercibida para Aleister Crowley. Y

como en el caso de Mussolini, sólo reparó en él cuando las leyes le impidieron desarrollar su

vida como él deseaba. Si los fascistas italianos lo expulsaron de Sicilia, los nazis prohibieron

la sección alemana de O.T.O. y no permitieron que se imprimieran más traducciones de sus

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