Cuadernos Literarios 18 (6)

18 SdT 18
JULIO 2023
CLÁSICOS
EMILY BRONTË, LA BORRASCOSA CUMBRE DEL AMOUR FOU
Lda. RITA MARÍA SÁNCHEZ MOLINA
Colegiada 1.740
"El amor tal como yo lo concibo, el amor absoluto,
como único principio.”
L´Amour Fou, André Breton, 1937
Es legendaria la increíble historia de las hermanas
Brontë, las tres solteronas hijas de un pastor anglicano
asentado en la aislada Haworth, en medio de los salvajes
páramos y agrestes paisajes del condado de West Yorhshire.
En 1846, como uno más de los juegos creativos con
que mataban el tiempo junto a su malogrado hermano
Branwell en la paterna casa pastoral, se retaron a escribir
una novela cada una, fruto de lo cual, en el prodigioso
año de 1847 publicaron bajo los seudónimos masculinos
de Currer, Ellis y Acton Bell tres auténticas cimas de la literatura
universal.
Charlotte, la mayor, es la autora de la celebérrima “Jane
Eyre”, adaptada al cine en 8 ocasiones entre 1918 y
2011; la hermana menor, Anne, escribe la cuasi autobiográfica
“Agnes Grey”. Considerada por el novelista irlandés
George Moore “la prosa más perfecta de las obras
literarias inglesas”, comentaros que, para estupefacción
de quien firma este artículo, un ejemplar de segunda
mano de 2009 de esta novela se cotiza a más de 190€ en
La Casa del Libro. Ambas obras reflejan las vicisitudes
de una de las pocas profesiones que las mujeres podían
ejercer -y sus autoras de hecho ejercieron- la enseñanza,
encarnada en preceptoras e institutrices.
Emily, la hermana mediana, arisca y solitaria, de salud
endeble y con cierta alergia al trato social que la obligaba
a permanecer en casa, hizo de su encierro un espacio
íntimo en el que desarrolló sus talentos sin más influencias
que sus ávidas lecturas: escribía poesías extraordinarias,
tocaba el piano y aprendió francés y alemán por
sí misma. “Cumbres Borrascosas” es en sí misma un
universo, su fascinante atracción funciona casi como un
agujero negro que devora al lector, forzado a abandonar
su posición de mero espectador para sumirse en las profundidades
de un drama épico, un torbellino de sentimientos
construido como una tragedia griega de dimensión
cósmica con ecos shakespirianos.
A modo de una cruel versión al revés de Romeo y Julieta,
la confusión, en el sentido de fusión y contradicción
entre el mundo terrenal y el espiritual o fantasmal, es el
único timón de unos personajes inmortales sumidos en
una tormenta de sentimientos indomables, dominados
por una labilidad emocional que fusiona amor y odio, genuino
amour fou, más allá de la muerte. El texto, de una
riqueza de vocabulario apabullante, está plagado de sinestesias
que asocian sentimientos con las estaciones,
el paisaje y la naturaleza salvaje, tan cambiante e ingobernable
como la propia alma humana.
Ejemplar novela gótica, a modo de endiablada matrioshka,
se configura como un relato dentro de un relato que
cuenta una historia compleja con saltos en el tiempo y
mezcla de fuentes: relato oral, epistolar, remembranza,
deseos, pensamientos… Dada la pureza literaria y riqueza
de vocabulario del estilo inigualable de la autora es
importante acercarse a esta obra cumbre de la literatura
universal con un libro adecuadamente editado, con especial
atención en la traducción. Mi preferida es la edición
de TRES HERMANAS EDICIONES, con unas deliciosas
ilustraciones de interior y cubierta de Fernando Vicente
y traducida por Amelia Pérez de Villar. En su defecto,
valdrá alguna de las muchas que cuentan con la de
Carmen Martín Gaite.