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El Alquimista
Juan José Alonso Llera
jjalonso@hotmail.com
youtube.com/jjalonsoll
La mejor manera de predecir el futuro es… ¡Contrayéndolo!
“Si comenzamos una pelea entre el pasado y
el presente, nos daremos cuenta de que habremos
perdido nuestro futuro”. W. Churchill
Hoy en día cualquier charlatán
iluminado habla sobre el futuro,
pero la realidad es que
cada vez es más difícil de predecir,
porque ahora más que nunca los
éxitos pasados no garantizan el triunfo
futuro, de hecho, ni la sobrevivencia, así
que lo único que nos queda es construirlo,
crearlo, pero con la visión de lo venidero
y no con la contabilidad del pasado
(el futuro se construye con la visión de
futuro).
Hoy es más importante la manera inteligente
de trabajar, esto no significa ser
esclavo de la chamba, implica empezar
por cambiar nuestra manera de pensar, la
concepción de vida y el futuro que queremos
o aspiramos, sin dejar de lado el significado
del éxito para cada uno.
Profesor de posgrado
de Cetys Universidad
e IPADE Business School
No debes olvidar que el primer y único
responsable de tu presente, de tu futuro y
de tu salud eres TU, así que empieza por
renunciar a todo aquello que ya no aporta
valor, o no está alineado a tus grandes
objetivos personales, familiares y profesionales.
Quizás en algún otro momento
ciertas actividades te aportaban aprendizajes
y crecimiento, pero ahora si te va
bien solo aportan “seguridad”.
Es el momento justo en que ésta se puede
convertir en comodidad e impedirte evolucionar,
simplemente estar en la zona de
confort. Si esperas las condiciones ideales,
éstas difícilmente se darán, empieza con
lo que hay y no con lo que necesitas, recuerda
que la educación es el arma más
poderosa que puedes usar para mejorar.
Así que empecemos con algunas recomendaciones:
• Libera tu mente de preocupaciones.
• Vive con sencillez.
• Da más, espera menos.
• Ten una visión clara y bien definida de
lo que quieres hacer con tu vida.
• No hay fórmula para el éxito, pero este
va de la mano con:
• Disciplina
• Actitud
• Tomar riesgos
• Relaciónate con gente sana y si te equivocas
de persona, aléjate o échala de tu
vida, que no te robe energía.
• Renuncia a excusas, a complacer a todo
mundo, y a quejarte de todo.
• Concédete el permiso para ser imperfecto.
• Sé selectivo de a quien eliges escuchar.
• Sé agradecido.
• Enamórate.
• Ten tiempo para ti y tus locuras.
• Al final todo se resumen en equilibrio,
compromiso y talento.
Sin duda alguna hoy no hay nada seguro
y que dure siendo exitoso toda la vida,
viéndolo positivo, que bueno. Yo no me
puedo imaginar lo aburrido que debe ser
estar más de 2 años en el mismo puesto
(lo respeto, pero no es para mí), haciendo
lo mismo, aunque ganes muy bien, es empezar
a morir y acostumbrarte a la jaula
de oro.
Te invito a diseñar tu futuro con alegría
y placer en este mudo VICA (Volátil, Incierto,
Complejo y Ambiguo) que nos ha
tocado vivir. Sin quejarnos, solo dedicarnos
a crear y aprovechar las oportunidades
que nos da el estar cambiando día a
día, evitando morir en la comodidad que
puede aportar cierta seguridad y que a la
postre puede resultar fatal.
Recuerda que el dinero no se gana solo
trabajando, se gana pensando. Si sólo se
ganara trabajando, los que trabajan de 6
am a 11 pm, ya serían millonarios, yo te
puedo presentar a varios que solo son esclavos
de la rutina, y que siguen ahí por
su incapacidad y miedo de enfrentar a la
el no tener “seguridad”.
Del Talento Humano y algo más
Héctor Fernando Guerrero Rodríguez
hectorfguerrero12@gmail.com
Las etapas del líder según W. Bennis
Todo ciclo en lo que conocemos
tiene un proceso que lo lleva
desde su inicio hasta su maduración.
En el inter se van dando
etapas graduales que anteceden una a
otra, pero que van aportando sus propios
elementos.
Un ejemplo de lo anterior es el camino de
maduración que lleva un líder a lo largo
de su trayectoria. Si nos asomamos a los
inicios de grandes líderes de la historia de
la humanidad, nos daremos cuenta de que
tuvieron sus incertidumbres y momentos
de desaliento que fortalecieron sus habilidades
y carácter, pero también obtuvieron
lo necesario para afrontar eventuales retos
de mayor impacto. Una especie de Viaje
del Héroe, el autor Joseph Campbell nos
describió en su libro El héroe de las mil
caras.
Warren Bennis, uno de los pioneros de
estudiar el concepto de liderazgo, llegó a
hacer su propia analogía del camino que
experimenta un líder. Esto basado en las
siete etapas de un hombre de las que hace
referencia Shakespeare en su obra Como
Gustes, escrita en 1599. Bennis, en su articulo
publicado por HBR detalla cada uno
de estos pasos que llevan a una persona
desde un equivalente a ser un líder infante
hasta llegar a convertirse en un líder sabio,
20 Jueves 1 de Febrero 2024 INFOBAJA.INFO
Ex presidente de Arhitac. Gerente Sr. de
Recursos Humanos
twitter: @HectorGuerrero
pasando por escolar, amante, soldado, general,
estadista.
Lo que ayuda a identificar en qué parte
de este proceso puede estar alguien con
responsabilidades de dirigir equipos y qué
tipo de apoyo requiere para seguir avanzando.
Aunque también nos puede ayudar
a detectar cuando alguien ya se ha estancado
en una etapa y difícilmente avanzará
a la siguiente. Teniendo desde una perspectiva
de maduración, un líder que ha
envejecido en sus conceptos y, por ende,
muy probablemente no llegará a un estado
de madurez.
Para W. Bennis una persona a punto de
adquirir una responsabilidad de liderazgo
o que recién la ha adquirido, se le puede
identificar como un líder infante, ya que
llega con emoción a su nueva asignación,
pero también con miedo y desconocimiento.
Porque hasta ese momento, dirigir
es una experiencia de otros o un concepto
hasta cierto punto abstracto. En esta fase
la asignación de un mentor experimentado
que lo acompañe es de gran ayuda.
Posteriormente, llega a la etapa equivalente
a la de un escolar con rostro resplandeciente.
Aquí el líder al llegar a su rol se
percata que independientemente de lo que
haga y diga, siempre está bajo el reflector o
el escrutinio de los demás. Al llegar a una
nueva función, la tentación es tomar decisiones
drásticas tipo golpes de timón, pero
el riesgo es ignorar la sabiduría de los que
ya están, por lo que Bennis recomienda
llegar con perfil bajo, observar y obtener
conclusiones objetivas libres de paradigmas
iniciales, para poder llegar a decisiones
efectivas.
Una tercera fase a la que llama El amante
con su triste balada, la inseguridad puede
incrementar aún más -aunque pareciera lo
contrario – cuando el líder emerge de las
propias filas. Ya que sus antiguos iguales
ahora pueden verlo con envidia y hasta llegar
a sabotearlo cuando no estén de acuerdo
con sus decisiones por asumir que “se
le ha subido el puesto”. El gran riesgo y
algo que sucede frecuentemente que de
quien se espera lealtad, que en honor a la
amistad que puede unir a alguien con su
nuevo líder su trabajo sea mejor, puede
resultar en una traición. Por lo que es importante
para quien dirige no dar por hecho
que el apoyo viene incondicionalmente
de sus antiguos colegas. En la etapa de
soldado nos topamos con alguien cómodo
en su función, pero que puede, en base a
experiencias pasadas, llegar a distanciarse
de su propio equipo y encontrarse en una
situación de la que todos sabían menos el
jefe.
Después de ser un soldado, se convierte
en un general que aprende a manejar aspectos
políticos, a detectar la verdad en lo
que le comparte su equipo, pero también
hay generales que en su arrogancia por encontrarse
en la cúspide de su trayecto se
vuelven ciegos y sordos creyendo que su
verdad es la absoluta. Quien logra avanzar
en este camino del héroe se convierte
en un estadista, donde la óptica es mucho
más estratégica, se construye para el futuro,
aunque no se vaya a ser parte de él. Es
decir, en construir un legado.
Finalmente, se llega a la sabiduría como
líder y se asume un papel más de mentor.
El entusiasmo está más en transferir conocimiento.
Es donde el joven y el mayor
se encuentran. Al primero le emociona
aprender de los grandes y al segundo poder
enseñar. En una relación similar a la
de un abuelo y un nieto.
Conocer estas etapas que W. Bennis describió
nos permite apoyar de manera adecuada
a nuestros líderes en formación o a
uno mismo. Una pregunta válida tal vez
sea: ¿En cuál etapa se está o se ha estancado
uno? Con el objetivo de hacerse del
mentor idóneo. Porque si algo es cierto
es que no hay lugar más alto que la cima
de una montaña, pero también es el lugar
más solitario.