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darnos voz a los deportados y visibilidad<br />
en Tijuana, porque desafortunadamente<br />
nos deportan y ya no contamos<br />
al llegar aquí, nos olvidan”, dijo<br />
“Deported Artist”.<br />
Resaltó que las políticas migratorias<br />
en México no benefician a quienes<br />
han sido deportados y uno de los principales<br />
retos a los que se enfrentan es<br />
la inclusión social y laboral, como fue<br />
su caso, además del hecho de estar separado<br />
de su familia, lo cual “ha sido<br />
difícil y es muy difícil porque cuando<br />
te deportan no te dan más opción que<br />
entrar a un call center”.<br />
Sobre su trabajo, destacó una obra<br />
pintada en el muro fronterizo en Playas<br />
de Tijuana, en donde Joe Biden y<br />
Donald Trump se están besando, esto<br />
como una protesta ante las medidas<br />
que ambos han tomado en contra de<br />
la migración.<br />
Joanna complementa la labor artística<br />
de Javier y se encarga de comercializar<br />
sus creaciones al otro lado de la frontera.<br />
La venta de artículos también ha<br />
convertido a la pareja en un punto de<br />
referencia para quienes buscan orientación<br />
después de ser deportados, ya<br />
que, como lo hizo saber la artista, las<br />
personas deportadas se enfrentan a<br />
muchos retos.<br />
“Además de la salud mental y la estigmatización<br />
social, la separación de los<br />
hijos y la familia es uno de los fuertes<br />
retos a los que se enfrenta una persona<br />
que ha sido deportada después de<br />
haber hecho gran parte de su vida en<br />
Estados Unidos y eso es complicado<br />
de sobrellevar”, resaltó.<br />
A pesar del rechazo de algunos, Javier<br />
y Joanna continúan siendo una fuente<br />
de apoyo y visibilidad para la comunidad<br />
deportada. Su compromiso se<br />
extiende a círculos de apoyo mensuales<br />
y redes sociales, donde comparten<br />
experiencias y brindan orientación y<br />
su labor artística continúa marcando<br />
la diferencia en la vida de quienes<br />
enfrentan la deportación.<br />
“Deported Artist” es el nombre<br />
artístico de Javier Salazar Rojas<br />
Cortesía<br />
Los mitos del bicentenario<br />
Daniel Salinas Basave<br />
danielobasave74@gmail.com<br />
Entre dos mares<br />
El autor es periodista y ganador del premio<br />
Estatal de Literatura, categoría Ensayo.<br />
El pasado 23 de enero, recibí<br />
un helado y lluvioso amanecer<br />
en Playa Altamira, frente<br />
a la terca furia del Océano<br />
Pacifico. Cuatro días después, bajo<br />
el bravísimo sol del mediodía del 26<br />
de enero en Bahía de los Ángeles, el<br />
Mar de Cortés nos dio la bienvenida<br />
con su serena caricia. Lo fascinante,<br />
es que la travesía a través del desierto<br />
entre los dos mares, la realizamos<br />
enteramente a pie.<br />
Hoy puedo decirles que estos dos<br />
mares abrazaron una transformación<br />
interior. Entre rocas, arena y<br />
un millón de cactáceas se desató una<br />
tormenta en mi cabeza y sucedió<br />
algo: me reencontré con mi cuerpo.<br />
Esta terca anatomía es muy noble y<br />
tiene memoria. Estas piernas y este<br />
corazón aún se acuerdan que hace<br />
muchos años y muchísimos kilos<br />
fui un buen ciclista y jugué futbol y<br />
podía hacer estallar una bomba de<br />
endorfinas cuando batía mis propios<br />
límites.<br />
Si el 1 de enero alguien me hubiera<br />
dicho que iba a conseguir caminar<br />
110 kilómetros por el desierto, simplemente<br />
no lo habría creído. Cuando<br />
mi amigo Carlos me habló para<br />
invitarme a formar parte de este<br />
reto, yo estaba seguro que mi destino<br />
sería morir en la arena y cuando<br />
mi amigo Luis Fernando me llevó a<br />
comprar mis nuevos tenis y a mandar<br />
hacer mis plantillas, yo me imaginaba<br />
que me estaba preparando<br />
para un suicidio.<br />
Soy un mastodonte que peso más<br />
de 100 kilos y estoy por cumplir 50<br />
años de edad, pero hoy puedo decir<br />
que crucé la Baja California de<br />
mar a mar valiéndome tan solo de<br />
mis piernas. Hundiendo los pies en<br />
el lodo el primer día, trepando laderas<br />
de piedra y peinando planicies<br />
de arena, los músculos me mandaban<br />
la señal de que estaban a punto<br />
de engarrotarse, pero esa palabra de<br />
aliento de algún colega senderista<br />
y un gajo de naranja bastaban para<br />
hacerme volver a la vida.<br />
Por muchísimos kilómetros caminé<br />
solo, en profundo diálogo con mis<br />
demonios internos, pero también en<br />
muchísimos tramos caminé con colegas<br />
senderistas y de todos aprendí<br />
algo. Es contagiosa la siempre positiva<br />
hiperactividad de Carlos que<br />
tiene el don de impulsarte a ser mejor<br />
persona y la capacidad de formar<br />
grandes equipos y hacer brotar lo<br />
mejor de cada uno. Impresionante<br />
la fuerza de voluntad y la nobleza de<br />
Luis Fernando que ha sido mi Sensei<br />
en este gran reto. Y créanme colegas,<br />
de cada conversación aprendí algo.<br />
Yo creo que hay quienes pagarían<br />
muchísimo dinero por tener un seminario<br />
de excelencia empresarial<br />
con Don Alejandro Bustamante y yo<br />
pude escucharlo sin interrupciones<br />
en el desierto, como escuché a Raúl<br />
Cárdenas hablar de las ciudades<br />
sustentables del futuro, a Camarillo<br />
hablando de marketing político<br />
y a su hermano Hugo de rescates de<br />
migrantes en la Rumorosa. Emocionante<br />
hablar de templos futboleros<br />
y herencia euskera con Iker, de proyectos<br />
cinematográficos con Abelardo<br />
o de la simbología en la fundación<br />
de las antiguas ciudades con<br />
Adolfo y el gran equipo Val Quirico<br />
de Puebla o de recetas campiranas<br />
con el chef Xavier Loera.<br />
Mi gratitud con Raúl Argüello y su<br />
gran equipo en Baja Camping. Su<br />
calidez y hospitalidad fue la clave.<br />
Se los juro colegas: el desierto consumó<br />
una transformación.<br />
Cuando por primera vez distinguí<br />
el brillo azul del Mar de Cortés en<br />
el horizonte, experimenté una emoción<br />
y una euforia equivalente a<br />
cuando Tigres anota gol en una final,<br />
a cuando Iron Maiden toca The<br />
Trooper, a cuando recibo una llamada<br />
para decir que gané un premio<br />
literario.<br />
Hoy celebro el reencuentro con mi<br />
cuerpo. Sí, soy un mastodonte que<br />
pesa más de cien kilos, pero ya no<br />
por mucho tiempo. No sé cuántos<br />
años me queden de vida, pero en lo<br />
que reste del tramo voy a vivirlos en<br />
armonía con esta anatomía y voy a<br />
sumarle miles de kilómetros a mis<br />
piernas. Ya no hay vuelta atrás colegas.<br />
El fuego ya está encendido. ¡A<br />
mantener el Corazón Ardiente!<br />
INFOBAJA.INFO Jueves 1 de Febrero 2024 11