SAN MIGUEL 2012
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çLa barbería del “tío Pocho Medina” estaba<br />
ubicada en la calle grande, frente a las posadas. Por<br />
lo que se cuenta, era un hombre con cierto gracejo,<br />
querido y estimado por los villorreños que le<br />
reconocían sus buenas artes y sapiencia natural.<br />
Suplía aquellas carencias de la medicina oficial que<br />
todavía no alcanzaba a todos los pueblos.<br />
Barbería tenía también Emiliano Nieto<br />
“Hambrestuta”, que además era hojalatero y su<br />
mujer la buñolera, hacia los mejores tallos (churros)<br />
del pueblo. Estaba situada en la parte de la calle<br />
Grande, próxima al callejón de la fabrica. Encima de la puerta había un vástago con<br />
tres bacías arracimadas que señalaban la dedicación del local. Aquí trabajaron<br />
Máximo y Emilio, hijos, que luego se dedicaron a otras actividades.<br />
Nicasio ha sido el barbero de más recorrido y durante más años. Nicasio<br />
Medina tenia la barbería en el callejón que todos los vecinos conocían como<br />
“Callejón de Nicasio”. El salón era más amplio, con tres o cuatro sillones, por lo<br />
que siempre necesito algún ayudante. Como buen barbero poseía palique y saber<br />
hacer. De su casta salieron el practicante y la comadrona de época reciente.<br />
Vicente Martínez “el Enlace” yerno de Nicasio también tuvo barbería en la<br />
calle Grande muchos años, hasta su muerte. Esta saga de barberos-peluqueros<br />
continúa todavía en Madrid con las exigencias de los nuevos tiempos.<br />
Juan de Dios, hijo del “tío Pocho” también siguió los pasos de su padre y en<br />
su casa puso un sillón en un cuarto, y prestaba servicios que simultaneaba con los de<br />
cartero.<br />
“Mencho”(Gregorio Muñoz) era más nuevo que los anteriores, pero también<br />
tenía su pequeña clientela en la calle cervantes, junto a las cuatro esquinas.<br />
Andrés, el barberete, ayudante que trajo Nicasio de Sorihuela, se estableció<br />
por su cuenta, primero en un local que le facilito “Manoplas” en su casa y, luego en<br />
casa de María de la Torre, su mujer. Era buen barbero y buen peluquero, en la época<br />
de las emigraciones dentro de España se traslado con su familia a Mallorca.<br />
Todos los barberos de Villamanrique que enlazan los siglos XIX y XX tenían<br />
un denominador común, que era la cobranza. La mayor parte de los pagos se hacían<br />
en especie que era lo más directo y fácil, para los labradores. Las igualas que se<br />
recogían en Septiembre correspondían a tantas fanegas por tantos afeitados y tantos<br />
cortes de pelo. Así es que se cumplía el dicho de “… pa largo me los fías”.<br />
Carlos Piqueras Medina<br />
Cronista Oficial de Villamanrique