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índice - Obras Misionales Pontificias en Venezuela

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3ERA SEMANA<br />

DINÁMICA: (Ir a la Guía)<br />

ACTIVIDAD GRUPAL:<br />

Pág. 10<br />

21 y 22 de Mayo de 2011<br />

Para esta semana organiza <strong>en</strong> tu parroquia una jornada con los <strong>en</strong>fermos, que<br />

pueda incluir: “visita a los hospitales, ancianatos, comedores populares, hacer<br />

una recolección de ropa, comida para los indig<strong>en</strong>tes (damnificados) u otras<br />

ideas que te llegu<strong>en</strong> a la m<strong>en</strong>te.<br />

ORACIÓN FINAL: Oración por los Enfermos<br />

Señor Jesús, aquel (aquella) a qui<strong>en</strong> amas está <strong>en</strong>fermo (a). Tú lo<br />

puedes todo; te pido humildem<strong>en</strong>te que le devuelvas la salud. Pero, sin son<br />

otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar<br />

cristianam<strong>en</strong>te su <strong>en</strong>fermedad. En los caminos de Palestina tratabas a los<br />

<strong>en</strong>fermos con tal delicadeza que todos v<strong>en</strong>ía a ti, dame esa misma dulzura,<br />

ese tacto que es tan difícil de t<strong>en</strong>er cuando se esta sano. Que yo sepa<br />

dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de<br />

mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo. Yo estoy ll<strong>en</strong>o de vida,<br />

Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimi<strong>en</strong>to de los demás me<br />

santifique, formándome <strong>en</strong> la abnegación y <strong>en</strong> la caridad. Amén<br />

HINMNO DE JOVENMISIÓN<br />

Año Internacional de María Paulina Jaricot y<br />

28 Aniversario del Servicio de JOVENMISION<br />

Después de un largo exam<strong>en</strong> de conci<strong>en</strong>cia, realiza una bu<strong>en</strong>a<br />

confesión y recibe con inm<strong>en</strong>so gozo la sagrada forma de Jesús. Aquel mismo<br />

día es fortificada con el sacram<strong>en</strong>to de la Confirmación. Sin embargo, la<br />

sociedad la sigue t<strong>en</strong>tando. Paulina sigue apreciando los vestidos elegantes y<br />

escucha complacida las adulaciones.<br />

Pero un día, tras caer de un escabel, Paulina sufre una extraña<br />

<strong>en</strong>fermedad: camina como una persona ebria, con la mirada extraviada, y<br />

pierde por completo el habla. Su madre, que la vela noche y día, cae también<br />

gravem<strong>en</strong>te <strong>en</strong>ferma y muere, lejos de Paulina, el 26 de noviembre de 1814,<br />

ofreci<strong>en</strong>do su vida a Dios por su hija. Dicha muerte le es ocultada durante<br />

mucho tiempo, con el fin de que pueda recobrar la salud. Con la<br />

convalec<strong>en</strong>cia, Paulina recupera el deseo de agradar, destacando como la más<br />

elegante de <strong>en</strong>tre las jóv<strong>en</strong>es de su <strong>en</strong>torno, y sin embargo no se si<strong>en</strong>te feliz:<br />

«Mi corazón s<strong>en</strong>tía una ardi<strong>en</strong>te sed que nada podía saciar, porque aquel<br />

pobre corazón, esclavo todavía de la criatura, sólo hallaba un vacío infinito <strong>en</strong><br />

medio de un afecto perecedero, y una tortura indescriptible <strong>en</strong> sus<br />

resist<strong>en</strong>cias a la llamada de Dios».<br />

Pág. 23

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