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ISSN 0717-9987<br />

<strong>en</strong> <strong>foco</strong> <strong>148</strong><br />

Desafíos económicos del Bío Bío<br />

después del terremoto<br />

Jorge Marshall Rivera


Introducción<br />

Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

La mayor parte de los análisis sobre los efectos del terremoto del 27<br />

de febrero y de la alteración de la seguridad pública <strong>en</strong> los días posteriores<br />

han apuntado a sus consecu<strong>en</strong>cias económicas de corto o mediano plazo.<br />

El objetivo de este tipo de diagnóstico es estimar el curso más probable de<br />

las variables clave para la vida de la población <strong>en</strong> la zona afectada −como<br />

la producción y el empleo− <strong>en</strong> un horizonte de uno o dos años. Para este<br />

efecto se evalúa el deterioro <strong>en</strong> la infraestructura pública y privada, y luego<br />

se proyecta su impacto <strong>en</strong> los niveles de actividad de los diversos sectores<br />

de la economía.<br />

De este modo, el análisis del impacto de corto plazo busca dim<strong>en</strong>sionar<br />

algo que <strong>en</strong> gran medida ya sucedió y que está <strong>en</strong> el orig<strong>en</strong> de lo que ocurre<br />

<strong>en</strong> la alterada vida cotidiana del Gran Concepción: el desempleo, la falta de<br />

vivi<strong>en</strong>das, la m<strong>en</strong>or actividad, los costos de desplazami<strong>en</strong>to y el temor que<br />

se disipa muy gradualm<strong>en</strong>te. Incluso, este análisis podría dar luces sobre<br />

la evolución esperada de los acontecimi<strong>en</strong>tos económicos y sociales <strong>en</strong> los<br />

próximos trimestres: la reconstrucción, la normalización del comercio exterior<br />

y la reactivación económica que observaremos <strong>en</strong> la segunda mitad de<br />

este año y que se ext<strong>en</strong>derá con fuerza <strong>en</strong> 2011.<br />

Sin embargo, ya transcurridos cerca de tres meses del desastre, es oportuno<br />

com<strong>en</strong>zar a ext<strong>en</strong>der el horizonte de análisis e indagar <strong>en</strong> sus posibles<br />

efectos de largo plazo: ¿Cómo se alterará la trayectoria del crecimi<strong>en</strong>to pot<strong>en</strong>cial<br />

de la región del Bío Bío? ¿Cuáles serán los flujos migratorios <strong>en</strong> la<br />

fuerza de trabajo y <strong>en</strong> la población <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral? ¿Cómo cambiará la cultura<br />

y la id<strong>en</strong>tidad de la región? Si queremos acceder al panorama completo de<br />

lo ocurrido con el terremoto debemos incluir <strong>en</strong> el análisis la mirada de<br />

largo plazo, lo que nos coloca <strong>en</strong> una perspectiva muy difer<strong>en</strong>te: la del desastre<br />

como oportunidad, de los desafíos <strong>en</strong> que somos protagonistas, de la<br />

gobernabilidad y de la responsabilidad. A difer<strong>en</strong>cia de la mirada de corto<br />

plazo, <strong>en</strong> que los hechos están más condicionados por las circunstancias que<br />

forman parte del pasado y que no podemos modificar, <strong>en</strong> la perspectiva de<br />

futuro todo está por ocurrir y la trayectoria que siga la región del Bío Bío<br />

dep<strong>en</strong>de fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te de sí misma.<br />

He aquí algunas reflexiones realizadas con la mirada puesta <strong>en</strong> el panorama<br />

completo, como se ilustra <strong>en</strong> la figura 1. Primero se observa el im-<br />

1


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

pacto del desastre, sus consecu<strong>en</strong>cias inmediatas y los efectos económicos<br />

de la reconstrucción. Luego se analizan las interacciones <strong>en</strong>tre la trayectoria<br />

histórica de la economía regional, el pres<strong>en</strong>te y las opciones de futuro, int<strong>en</strong>tando<br />

id<strong>en</strong>tificar las oportunidades y las am<strong>en</strong>azas que deb<strong>en</strong> formar parte<br />

de la reflexión de la comunidad regional. Finalm<strong>en</strong>te, se estudian las condiciones<br />

que permit<strong>en</strong> levantar la mirada y p<strong>en</strong>sar una nueva trayectoria para<br />

la economía de esta región, de modo de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar con éxito los desafíos de la<br />

hora actual y los que aparecerán <strong>en</strong> el camino que está por v<strong>en</strong>ir.<br />

2<br />

Figura 1. Hacia una nueva trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to<br />

I.- El impacto y la transición<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia.<br />

Los estudios empíricos muestran que los desastres geológicos ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

un efecto negativo <strong>en</strong> la actividad económica de corto plazo, el que se recupera<br />

con la reconstrucción de la infraestructura y el capital dañado. Al<br />

cabo de cinco años, los efectos <strong>en</strong> el crecimi<strong>en</strong>to de t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia son pequeños,<br />

aunque <strong>en</strong> promedio ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un signo negativo (Loayza, et. al., 2009).<br />

Sin embargo, exist<strong>en</strong> múltiples experi<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> las que la catástrofe g<strong>en</strong>eró,<br />

transcurridos los años, un aum<strong>en</strong>to del crecimi<strong>en</strong>to, ya que la reposición del<br />

capital físico y la infraestructura fueron de una g<strong>en</strong>eración más avanzada y<br />

más productiva que la que existía antes del desastre. Inversam<strong>en</strong>te, también


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

es posible que dicha reposición sea parcial, con consecu<strong>en</strong>cias negativas <strong>en</strong><br />

el crecimi<strong>en</strong>to de largo plazo.<br />

Desde el punto de vista de la actividad económica la variable más relevante<br />

<strong>en</strong> la fase posterior a la catástrofe es lo que ocurre con el stock de<br />

capital, definido de manera amplia, incluy<strong>en</strong>do los activos tangibles e intangibles.<br />

El terremoto disminuyó abruptam<strong>en</strong>te la infraestructura física y<br />

las maquinarias y equipos <strong>en</strong> la zona afectada, lo cual es negativo para la<br />

actividad <strong>en</strong> el corto plazo, pues su destrucción o deterioro se convierte <strong>en</strong> el<br />

cuello de botella para mant<strong>en</strong>er la trayectoria histórica de la producción, lo<br />

que se agrava <strong>en</strong> los sectores <strong>en</strong> que el desastre afectó también la provisión<br />

de insumos intermedios es<strong>en</strong>ciales. Del mismo modo se produjo una merma<br />

<strong>en</strong> el capital de trabajo que utilizan las empresas, lo que es especialm<strong>en</strong>te relevante<br />

<strong>en</strong> las de m<strong>en</strong>or tamaño. También se han afectado activos intangibles<br />

como las redes de distribución o imag<strong>en</strong> de marca. Por lo tanto, la reposición<br />

de cada uno de estos tipos de capital constituye el factor dinamizador de la<br />

economía <strong>en</strong> la fase de reconstrucción. Por ejemplo, el reemplazo por maquinarias,<br />

equipos e infraestructura de mayor calidad y productividad, o la<br />

creación de nuevos activos intangibles pued<strong>en</strong> llevar al producto regional a<br />

un nivel superior al que existía antes del 27 de febrero.<br />

El Banco C<strong>en</strong>tral estima <strong>en</strong> 3% la pérdida del stock de capital neto provocado<br />

por el terremoto. Si adoptamos la misma estructura de la economía<br />

chil<strong>en</strong>a que utiliza anualm<strong>en</strong>te el Comité Consultivo que calcula el PIB de<br />

t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia para elaborar el presupuesto del sector público, 1 la m<strong>en</strong>or actividad<br />

económica a nivel nacional por efecto del terremoto es de 1,4%, lo que<br />

se ubica d<strong>en</strong>tro del intervalo proyectado por el Banco C<strong>en</strong>tral, que corresponde<br />

a una pérdida de <strong>en</strong>tre 1% y 1,5%. Considerando que la zona afectada<br />

(O’Higgins, Maule y Bío Bío) g<strong>en</strong>era casi el 16% del PIB nacional, 2 se concluye<br />

que a escala regional la caída <strong>en</strong> el producto por el efecto del terremoto<br />

será equival<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre 6% y 9% del producto anual, la que se conc<strong>en</strong>trará<br />

especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el primer semestre de este año.<br />

Para pasar desde esta estimación a una proyección del crecimi<strong>en</strong>to regional<br />

<strong>en</strong> 2010 se deb<strong>en</strong> tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta dos factores adicionales. Primero,<br />

el terremoto ocurre <strong>en</strong> una economía que traía una trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to<br />

(1) El Comité Consultivo del Ministerio de Haci<strong>en</strong>da para el cálculo del PIB t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cial asume una función de<br />

producción Cobb-Douglas con una elasticidad producto-capital de 0,45.<br />

(2) Datos de las cu<strong>en</strong>tas regionales de 2008.<br />

3


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

que estaba fundam<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> varios factores que manti<strong>en</strong><strong>en</strong> su t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, los<br />

que comp<strong>en</strong>san parcialm<strong>en</strong>te el efecto del sismo. Considerando este factor,<br />

la caída del producto <strong>en</strong> la zona afectada puede ser de 3% a 6% <strong>en</strong> 2010.<br />

Segundo, la estimación anterior considera sólo aspectos de oferta, mi<strong>en</strong>tras<br />

que por el lado de la demanda la pérdida de capital g<strong>en</strong>era oportunidades de<br />

inversión de alta r<strong>en</strong>tabilidad, ya que increm<strong>en</strong>tos acotados <strong>en</strong> estos activos<br />

permit<strong>en</strong> restablecer niveles de producción como los exist<strong>en</strong>tes antes del desastre.<br />

Se anticipa <strong>en</strong>tonces una ola de inversiones <strong>en</strong> la región, que adquirirá<br />

fuerza <strong>en</strong> el segundo semestre de 2010 y, sobre todo, <strong>en</strong> 2011. Finalm<strong>en</strong>te,<br />

el consecu<strong>en</strong>te aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el gasto del gobierno, de los hogares y de las<br />

empresas significará un increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el producto de la región. Hay que destacar,<br />

no obstante, que una parte de esta mayor producción se desviará hacia<br />

bi<strong>en</strong>es y servicios producidos por otras regiones o por el resto del mundo.<br />

Por lo tanto, <strong>en</strong> la medida que el capital repuesto se reconstruya empleando<br />

insumos, trabajo y capacidad ya localizada <strong>en</strong> la región, este efecto multiplicador<br />

será mayor.<br />

Volvi<strong>en</strong>do a la estimación del crecimi<strong>en</strong>to de t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, si suponemos<br />

una reposición gradual del stock de capital dañado <strong>en</strong> un período de cuatro<br />

años, 3 la economía regional crecería <strong>en</strong> torno al 8% <strong>en</strong> 2011. Esta proyección<br />

no considera los efectos del ciclo de la demanda, tales como la recuperación<br />

del consumo debido a mejores condiciones crediticias post-crisis financiera,<br />

el estímulo fiscal y las transfer<strong>en</strong>cias desde fuera de la región.<br />

En relación con el efecto <strong>en</strong> el crecimi<strong>en</strong>to de largo plazo, la experi<strong>en</strong>cia<br />

internacional indica que los desastres naturales, como el que vivimos <strong>en</strong> febrero<br />

pasado, g<strong>en</strong>eran consecu<strong>en</strong>cias a nivel local que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayor persist<strong>en</strong>cia<br />

que a escala nacional. En efecto, la caída inicial <strong>en</strong> la actividad ti<strong>en</strong>de a ser<br />

muy conc<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> actividades y localidades específicas, pudi<strong>en</strong>do <strong>en</strong>tonces<br />

producirse efectos duraderos <strong>en</strong> la estructura sectorial de la economía local, la<br />

que podría no volver a su trayectoria y composición original. Es por ello que<br />

la fase del impacto y, ante todo, la de la transición, no se pued<strong>en</strong> reducir sólo<br />

al análisis de la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del capital. Esto lleva a introducir algunas variables<br />

adicionales como, por ejemplo, cuánto del capital destruido será repuesto <strong>en</strong><br />

la misma zona y cuánto emigrará hacia otras regiones; o si la fuerza de trabajo<br />

permanecerá <strong>en</strong> la región o emigrará <strong>en</strong> busca de mejores condiciones<br />

(3) Para este cálculo, se asumió que el 50%, 30%, 12,5% y 7% del capital de reposición se recupera <strong>en</strong> los<br />

años 2011, 2012, 2013 y 2014, respectivam<strong>en</strong>te.<br />

4


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

económicas; todos estos aspectos no se evid<strong>en</strong>cian con los datos disponibles<br />

hasta ahora. Además, las decisiones de inversión de algunas empresas se<br />

supeditan a lo que esperan que hagan otras empresas, lo que puede llevar<br />

a difer<strong>en</strong>tes equilibrios <strong>en</strong> función de la coordinación y de la gestión de las<br />

redes regionales. A su vez, la acción colectiva dep<strong>en</strong>de de la confianza <strong>en</strong> las<br />

instituciones y de la disposición a la colaboración <strong>en</strong>tre las empresas y <strong>en</strong>tre<br />

éstas con el gobierno. Estos factores determinarán los efectos de largo plazo<br />

del terremoto <strong>en</strong> los negocios privados, incluy<strong>en</strong>do el cierre y la apertura de<br />

empresas.<br />

El punto clave que debemos reconocer es que estos factores están condicionados<br />

por el ambi<strong>en</strong>te que la misma región desarrolle: instituciones que<br />

funcion<strong>en</strong>, una competitividad más sólida que la evid<strong>en</strong>ciada hasta ahora, un<br />

ambi<strong>en</strong>te de colaboración, y la resili<strong>en</strong>cia de las personas y de la comunidad<br />

regional para sobreponerse al desastre.<br />

El balance de este análisis nos lleva a concluir que sólo conocemos<br />

una fracción m<strong>en</strong>or de las variables clave para hacer una evaluación del<br />

terremoto con un horizonte mayor, por lo que la historia está <strong>en</strong> desarrollo<br />

y permanecerá <strong>en</strong> esa condición por bastante tiempo. Sin perjuicio de ello,<br />

un elem<strong>en</strong>to conocido, que nos puede dar luces respecto de la s<strong>en</strong>da de<br />

desarrollo posterior al terremoto y maremoto, es la dinámica competitiva<br />

histórica de la región.<br />

II.- La trayectoria histórica<br />

La nueva trayectoria del crecimi<strong>en</strong>to de la región dep<strong>en</strong>de de las decisiones<br />

que se adopt<strong>en</strong> <strong>en</strong> el corto plazo, de la forma <strong>en</strong> que se aprovech<strong>en</strong> las<br />

oportunidades g<strong>en</strong>eradas y también de los fundam<strong>en</strong>tos de su competitividad<br />

<strong>en</strong> el pasado. Respecto de este último punto, cuando la estructura productiva<br />

responde a sectores altam<strong>en</strong>te competitivos o vinculados a recursos naturales<br />

abundantes, un desastre sísmico t<strong>en</strong>drá poco efecto <strong>en</strong> el crecimi<strong>en</strong>to<br />

de largo plazo. En cambio, cuando las v<strong>en</strong>tajas competitivas son exiguas o<br />

la disponibilidad de recursos naturales <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta limitaciones, estos efectos<br />

pued<strong>en</strong> ser significativos. Por esta razón es importante analizar la trayectoria<br />

histórica del crecimi<strong>en</strong>to de la región y compararla con la del resto del país.<br />

El crecimi<strong>en</strong>to de t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las últimas décadas muestra un ritmo<br />

que está claram<strong>en</strong>te por debajo del país. Entre 1986 y 2008 el Bío Bío creció<br />

5


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

a un promedio de 3,8% anual y el resto del país lo hizo <strong>en</strong> 5,9%. La acumulación<br />

de esta difer<strong>en</strong>cia significa que, si esta región hubiese crecido al<br />

mismo ritmo que el resto del país <strong>en</strong> el período considerado, el tamaño de su<br />

economía sería un 58% mayor que el que ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> la actualidad.<br />

6<br />

Gráfico 1. La brecha del crecimi<strong>en</strong>to<br />

Fu<strong>en</strong>te: Banco C<strong>en</strong>tral.<br />

La evolución de los flujos migratorios de la población está vinculada<br />

a la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del crecimi<strong>en</strong>to. Entre 1990 y 2010 la población regional<br />

aum<strong>en</strong>tó a un ritmo promedio de 0,9% anual, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el resto del<br />

país lo hizo <strong>en</strong> 1,4%, evid<strong>en</strong>ciando la brecha de oportunidades del Bío Bío.<br />

Es probable que la emigración también haya afectado a los segm<strong>en</strong>tos de la<br />

población con mayor capital humano.


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

Gráfico 2. La brecha demográfica<br />

Fu<strong>en</strong>te: Instituto Nacional de Estadísticas.<br />

Cuando miramos la productividad laboral regional -la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre el<br />

crecimi<strong>en</strong>to del PIB y el de la ocupación- y la comparamos con la del resto del<br />

país, podemos observar también una difer<strong>en</strong>cia significativa: mi<strong>en</strong>tras <strong>en</strong> el<br />

Bío Bío la productividad media del trabajo creció <strong>en</strong> promedio <strong>en</strong> 1,9% anual,<br />

<strong>en</strong> el resto del país lo hizo <strong>en</strong> 3,3% anual, <strong>en</strong>tre 1986 y 2008. Ello es señal de<br />

un sistema de innovación que ti<strong>en</strong>e un desempeño por debajo de las demás<br />

regiones, con una dinámica de adopción tecnológica inferior al promedio nacional<br />

y una g<strong>en</strong>eración de puestos de trabajo de baja productividad.<br />

Gráfico 3. La brecha <strong>en</strong> productividad<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia <strong>en</strong> base a datos del Banco C<strong>en</strong>tral e INE.<br />

7


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

Una región que se caracteriza por altos niveles de innovación ti<strong>en</strong>e una<br />

matriz productiva que se adapta dinámicam<strong>en</strong>te a las señales del mercado,<br />

de modo de aprovechar las oportunidades que se pres<strong>en</strong>tan por medio de<br />

ganancias competitivas. Queda de manifiesto, sin embargo, el alto peso que<br />

aún ti<strong>en</strong>e la industria manufacturera <strong>en</strong> el producto regional del Bío Bío, que<br />

alcanza el 35%, duplicando el tamaño de este sector <strong>en</strong> el país (gráfico 4).<br />

8<br />

Gráfico 4. La estructura del producto regional<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia <strong>en</strong> base a datos del Banco C<strong>en</strong>tral.<br />

La importancia del sector industrial ha sido una constante de las últimas<br />

décadas, con un crecimi<strong>en</strong>to promedio de 3,8% anual, similar al de la<br />

economía regional. Asimismo, la evolución del crecimi<strong>en</strong>to de la industria<br />

manufacturera de la región parece dep<strong>en</strong>der excesivam<strong>en</strong>te de la evolución<br />

del tipo de cambio real, más que de las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> ganancias de productividad<br />

(gráfico 5).<br />

La idea de que la región debe movilizarse para def<strong>en</strong>der rubros del sector<br />

manufacturero que están <strong>en</strong> declinación está <strong>en</strong>raizada <strong>en</strong> muchos actores<br />

sociales por la relevancia que estas actividades jugaron <strong>en</strong> el pasado. Sin<br />

embargo, <strong>en</strong> una perspectiva de futuro, el pot<strong>en</strong>cial no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> estos<br />

sectores por lo que la persist<strong>en</strong>cia de la estructura productiva regional fr<strong>en</strong>a<br />

las ganancias de productividad. En efecto, las actividades industriales que


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

nacieron al amparo de la sustitución de importaciones cederán gradualm<strong>en</strong>te<br />

sus mercados a la compet<strong>en</strong>cia externa, especialm<strong>en</strong>te a la que provi<strong>en</strong>e de<br />

países de m<strong>en</strong>or desarrollo como China e India. Por esta razón, el desarrollo<br />

regional debe apoyarse <strong>en</strong> los actuales sectores maduros y al mismo tiempo<br />

favorecer los rubros emerg<strong>en</strong>tes. En el largo plazo, las actividades manufactureras<br />

tradicionales, tal como queda <strong>en</strong> evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la trayectoria de las últimas<br />

décadas, no pued<strong>en</strong> ser la principal fu<strong>en</strong>te del crecimi<strong>en</strong>to regional. 4<br />

Gráfico 5. Competitividad del sector manufacturero regional<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia <strong>en</strong> base a datos del Banco C<strong>en</strong>tral.<br />

El crecimi<strong>en</strong>to del producto industrial corresponde al promedio móvil de tres años.<br />

En síntesis, la trayectoria de la economía del Bío Bío <strong>en</strong> las últimas décadas<br />

ti<strong>en</strong>e luces y sombras, pero sus resultados son insufici<strong>en</strong>tes respecto a<br />

las aspiraciones y expectativas de la población. Los factores estructurales se<br />

suman a los efectos del terremoto y se retroalim<strong>en</strong>tan <strong>en</strong>tre sí, lo que agrega<br />

más complejidad a la fase de reconstrucción. En una perspectiva de futuro, la<br />

g<strong>en</strong>eración de un mayor bi<strong>en</strong>estar para los habitantes de la región dep<strong>en</strong>derá<br />

de la capacidad de lograr una economía más balanceada, m<strong>en</strong>os dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te<br />

(4) Es interesante comparar el crecimi<strong>en</strong>to de la industria manufacturera <strong>en</strong> la región del Bío Bío y el de las regiones vecinas,<br />

esto es, la región del Maule y la región de La Araucanía. La suma del producto de la industria manufacturera <strong>en</strong> ambas regiones<br />

crece <strong>en</strong> un 7,6% anual <strong>en</strong>tre 1986-2008, lo que contrasta con el crecimi<strong>en</strong>to de 3,8% <strong>en</strong> el Bío Bío. En ambos casos los<br />

recursos disponibles son similares, por lo que esta brecha debe ser analizada con mayor det<strong>en</strong>ción para obt<strong>en</strong>er conclusiones<br />

que pued<strong>en</strong> ser valiosas para el desarrollo competitivo regional.<br />

9


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

del sector manufacturero tradicional y con mayor profundidad <strong>en</strong> servicios<br />

avanzados, que utilic<strong>en</strong> activos intangibles, como la información, el conocimi<strong>en</strong>to<br />

y las habilidades de su g<strong>en</strong>te.<br />

III.- Interacción <strong>en</strong>tre el pres<strong>en</strong>te y las visiones de futuro<br />

El primer desafío del Bío Bío es asumir que existe una relación de<br />

dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre las decisiones que adopte <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te y el dinamismo<br />

que alcanzará el desarrollo de los próximos años; es ahora cuando<br />

se juega la posibilidad de mejorar las condiciones de competitividad y<br />

las perspectivas de crecimi<strong>en</strong>to para el largo plazo. En la literatura económica<br />

este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o se conoce como “la historia importa”, hipótesis<br />

que plantea que las oportunidades que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tará una comunidad <strong>en</strong> el<br />

futuro son el resultado de las decisiones que adoptó <strong>en</strong> el pasado, las que<br />

fueron abri<strong>en</strong>do y cerrando puertas. Otra expresión para este nexo es la<br />

exist<strong>en</strong>cia de la “dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del camino”, es decir, que los procesos que<br />

anteced<strong>en</strong> a las decisiones clave de las empresas, las regiones o los países<br />

son fundam<strong>en</strong>tales para los resultados que esas elecciones g<strong>en</strong>eran.<br />

Es usual <strong>en</strong>contrar trayectorias de crecimi<strong>en</strong>to que terminan si<strong>en</strong>do muy<br />

difer<strong>en</strong>tes, pese a haber com<strong>en</strong>zado desde circunstancias similares. En<br />

otras palabras, detrás de cada equilibrio que observamos hay una historia<br />

que lo explica.<br />

En este marco, tanto la trayectoria de la región del Bío Bío <strong>en</strong> las últimas<br />

décadas como la organización de la comunidad regional <strong>en</strong> la actual<br />

fase de reconstrucción, t<strong>en</strong>drán un efecto duradero <strong>en</strong> el nuevo recorrido que<br />

desde aquí comi<strong>en</strong>ce y que caracterice a la región <strong>en</strong> un horizonte de mediano<br />

plazo, con consecu<strong>en</strong>cias que <strong>en</strong> muchos casos serán irreversibles. Como<br />

se ilustra <strong>en</strong> la figura 1, la nueva trayectoria dep<strong>en</strong>de de la historia, del daño<br />

causado por el desastre y, sobre todo, de las decisiones y acciones colectivas<br />

que se tom<strong>en</strong> hoy, con lo cual la nueva s<strong>en</strong>da puede poseer una dinámica<br />

mayor (A) o similar a la histórica (B).<br />

La difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre estos caminos dep<strong>en</strong>derá, críticam<strong>en</strong>te, no sólo de<br />

lo que hagamos <strong>en</strong> la emerg<strong>en</strong>cia sino del cómo lo hagamos. En este s<strong>en</strong>tido,<br />

la variable más relevante es la capacidad de colaboración <strong>en</strong>tre los actores<br />

regionales para g<strong>en</strong>erar una visión común del futuro y para accionar <strong>en</strong> el<br />

pres<strong>en</strong>te de acuerdo a ella.<br />

10


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

Esta visión del desarrollo es más avanzada que la que ha inspirado a las<br />

políticas públicas <strong>en</strong> las últimas décadas <strong>en</strong> Chile, <strong>en</strong> la que la competitividad<br />

de las empresas, de una región o del país responde más a su capacidad<br />

para aprovechar las señales del mercado que a los procesos que acompañan<br />

las decisiones. Lograr mayores niveles de efici<strong>en</strong>cia y reducción de costos<br />

son condiciones indisp<strong>en</strong>sables <strong>en</strong> cualquier estrategia competitiva, pero los<br />

territorios y las organizaciones más exitosas son aquellas que han logrado<br />

resolver la interrogante sobre cómo organizar su acción colectiva de modo<br />

de obt<strong>en</strong>er resultados que hac<strong>en</strong> una<br />

difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la agregación de valor<br />

para sus integrantes.<br />

Este <strong>en</strong>foque de procesos evolutivos<br />

y de cooperación está inspirado,<br />

por una parte, <strong>en</strong> los trabajos<br />

de Joseph Schumpeter que vincula el<br />

En la opinión de los líderes, seguir un proceso colabo-<br />

rativo para la toma de decisiones es más importante<br />

que recoger detalladam<strong>en</strong>te la información del merca-<br />

do <strong>en</strong> una proporción de seis a uno.<br />

crecimi<strong>en</strong>to económico a la innovación a través de la “creación destructiva”.<br />

También se basa <strong>en</strong> los aportes de John Nash, Premio Nobel de Economía<br />

<strong>en</strong> 1994, que <strong>en</strong> el marco de la teoría de juegos desarrolla el principio de<br />

equilibrio <strong>en</strong> la colaboración, que establece que una sociedad maximiza su<br />

nivel de bi<strong>en</strong>estar cuando cada jugador actúa a favor de su propio bi<strong>en</strong>estar,<br />

pero sin perder de vista el de los demás integrantes del grupo.<br />

En el ámbito del cómo hacer la gestión empresarial convi<strong>en</strong>e m<strong>en</strong>cionar<br />

un estudio reci<strong>en</strong>te, realizado a escala global por Lovallo y Sibony<br />

(2010) y publicado por la consultora McKinsey, <strong>en</strong> que se analizaron<br />

1.048 decisiones estratégicas de empresas y de grandes organizaciones,<br />

como adquisiciones de otras compañías, lanzami<strong>en</strong>to de una nueva línea<br />

de productos o de grandes inversiones. Cada decisión fue caracterizada<br />

por dos tipos de variables: primero, la calidad o sofisticación del análisis<br />

de las señales del mercado, de modo que la decisión respondiera de la<br />

mejor manera a la información del <strong>en</strong>torno. El segundo grupo describía<br />

el proceso a través del cual se tomaron las decisiones, incluy<strong>en</strong>do el tipo<br />

de reuniones, estilo de liderazgo y consultas d<strong>en</strong>tro de la organización.<br />

Luego se evaluaron los resultados de estas decisiones <strong>en</strong> términos de<br />

r<strong>en</strong>tabilidad y participación de mercado, buscando verificar si éstos se<br />

vinculaban más al proceso de toma de decisiones –el cómo– o al sust<strong>en</strong>to<br />

analítico de la decisión.<br />

11


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

En la opinión de los líderes, seguir un proceso colaborativo para la<br />

toma de decisiones es más importante que recoger detalladam<strong>en</strong>te la información<br />

del mercado <strong>en</strong> una proporción de seis a uno. El análisis multivariado<br />

confirma este hecho: controlando por diversos factores que pued<strong>en</strong><br />

estar influy<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el desempeño de las decisiones (el sector de actividad, el<br />

tamaño de la empresa o la ubicación geográfica), se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra que la gestión<br />

de los procesos que siguieron las organizaciones es más importante que la<br />

calidad del análisis que soporta la decisión. En efecto, al pasar del último al<br />

primer cuarto <strong>en</strong> cada una de las dos categorías de variables, el retorno de la<br />

inversión (ROI) aum<strong>en</strong>taba 6,9 puntos porc<strong>en</strong>tuales con las mejoras <strong>en</strong> los<br />

procesos y 5,3 puntos porc<strong>en</strong>tuales con la mejora analítica.<br />

Si bi<strong>en</strong> las variables con énfasis<br />

<strong>en</strong> el proceso acerca de cómo se<br />

toman las decisiones pose<strong>en</strong> mayor<br />

r<strong>en</strong>tabilidad, debemos reconocer la<br />

importancia del análisis como factor<br />

complem<strong>en</strong>tario e indisp<strong>en</strong>sable<br />

para la gestión colaborativa, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do siempre al líder como pieza coordinadora<br />

fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong>tre ambas esferas. La recolección de información<br />

y el análisis detallado sirv<strong>en</strong> para reconocer los problemas que se deb<strong>en</strong><br />

at<strong>en</strong>der, el <strong>en</strong>torno que determina las opciones estratégicas y las variables<br />

relevantes de la tecnología y de la ci<strong>en</strong>cia. Las redes colaborativas diseminan<br />

esta información <strong>en</strong>tre los distintos integrantes de la organización,<br />

reduci<strong>en</strong>do las asimetrías de información y mejorando la calidad de las<br />

decisiones tomadas.<br />

En este ejemplo, por lo tanto, emerg<strong>en</strong> tres elem<strong>en</strong>tos importantes sobre<br />

el cómo actuar, es decir, acerca de la manera <strong>en</strong> que las estrategias de<br />

desarrollo pose<strong>en</strong> un mayor impacto: un sólido liderazgo, una capacidad<br />

analítica de excel<strong>en</strong>cia y una adecuada organización de los procesos <strong>en</strong> la<br />

comunidad regional. Estos elem<strong>en</strong>tos que son coher<strong>en</strong>tes con la experi<strong>en</strong>cia<br />

mundial de ciertas regiones y ciudades exitosas que se han organizado para<br />

ganar posiciones de competitividad. Estos son los tres factores que el Bío<br />

Bío requiere incorporar <strong>en</strong> el proceso de reconstrucción si pret<strong>en</strong>de alcanzar<br />

una trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to del tipo “A” <strong>en</strong> la figura 1.<br />

Estas observaciones no están ori<strong>en</strong>tadas a proponer un plan acabado<br />

o detallado para el desarrollo regional, sino a reconocer que el futuro está<br />

(...) emerg<strong>en</strong> tres elem<strong>en</strong>tos importantes sobre el cómo<br />

actuar, es decir, acerca de la manera <strong>en</strong> que las estra-<br />

tegias de desarrollo pose<strong>en</strong> un mayor impacto (...)<br />

12


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

por desplegarse y que las características que éste t<strong>en</strong>ga <strong>en</strong> un horizonte de<br />

cinco años dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> de la acumulación de una serie de acciones increm<strong>en</strong>tales<br />

adoptadas <strong>en</strong> el pres<strong>en</strong>te, las que miradas aisladam<strong>en</strong>te pued<strong>en</strong> parecer<br />

pequeños pasos, pero que <strong>en</strong> su conjunto logran configurar una estrategia<br />

armónica. Para lograr este efecto debemos hablar del futuro, t<strong>en</strong>er una idea<br />

de dónde vamos, construir una narrativa para ese proyecto e indagar <strong>en</strong> la<br />

forma <strong>en</strong> que lo haremos. A partir de esta visión necesitamos confiar <strong>en</strong> la<br />

efectividad de las iniciativas graduales, más que <strong>en</strong> la aplicación de grandes<br />

proyectos o planes. Por lo tanto, como primer paso, para ocuparnos del<br />

cómo, necesitamos organizarnos <strong>en</strong> torno a una visión compartida.<br />

IV.- Hacia una nueva trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to<br />

La experi<strong>en</strong>cia de regiones exitosas <strong>en</strong> diversos países muestra algunas<br />

lecciones relevantes para las actuales condiciones del Bío Bío. Por ejemplo,<br />

<strong>en</strong> todos los casos de éxito hay ciertos activos que atra<strong>en</strong> nuevas inversiones,<br />

que inicialm<strong>en</strong>te pued<strong>en</strong> responder a la disponibilidad de recursos naturales,<br />

pero que con el avance del desarrollo son g<strong>en</strong>erados por activos intangibles:<br />

la calidad del liderazgo, un ambi<strong>en</strong>te de colaboración, una fuerza de trabajo<br />

más productiva y un empresariado más dinámico. Estos activos que sirv<strong>en</strong><br />

de gancho para el crecimi<strong>en</strong>to no resultan de la acción espontánea de los<br />

mercados y tampoco de la planificación del Estado, sino de un camino intermedio<br />

<strong>en</strong> que muchas acciones desc<strong>en</strong>tralizadas g<strong>en</strong>eran un ambi<strong>en</strong>te de<br />

alta interacción y conectividad que hace una difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la competitividad<br />

de las empresas individuales. Este ambi<strong>en</strong>te de colaboración necesita estar<br />

respaldado por mecanismos que permitan la reflexión, el apr<strong>en</strong>dizaje y el<br />

cambio <strong>en</strong> la comunidad regional para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar desafíos más complejos o<br />

situaciones críticas como las que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la actualidad.<br />

Con este marco es posible id<strong>en</strong>tificar tres oportunidades concretas que<br />

permitirían a los actuales líderes de la región convertirse <strong>en</strong> protagonistas<br />

del futuro y lograr que su acción perdure <strong>en</strong> el tiempo: primero, establecer<br />

un liderazgo integrador <strong>en</strong>cabezado por la Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ta; segundo, dotar al proyecto<br />

de desarrollo regional de una capacidad analítica de nivel mundial; y<br />

tercero, desplegar procesos para que las decisiones colectivas incorpor<strong>en</strong> a<br />

todos los actores relevantes de la región. Se analizan a continuación cada<br />

una de estas tres condiciones.<br />

13


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

a. Liderazgo integrador<br />

La primera función del líder para g<strong>en</strong>erar una nueva trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to<br />

es mant<strong>en</strong>er la mirada de la comunidad regional <strong>en</strong> un horizonte<br />

de mediano plazo, evitando que las tareas del día a día termin<strong>en</strong> arrebatando<br />

toda posibilidad de visualizar el futuro. En la medida que qui<strong>en</strong> lidera no<br />

abandone esta posición se g<strong>en</strong>erará gradualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su <strong>en</strong>torno una visión<br />

compartida de las aspiraciones de la región y será posible que los diversos<br />

actores sociales empr<strong>en</strong>dan acciones que están <strong>en</strong>caminadas a lograr las metas<br />

que surg<strong>en</strong> de esta visión común.<br />

Es preciso observar que las decisiones más relevantes que toman las<br />

empresas, las familias, las organizaciones de la sociedad civil y las reparticiones<br />

públicas están vinculadas <strong>en</strong>tre sí. La economía moderna ha indagado<br />

<strong>en</strong> el valor que se agrega a través de<br />

esta interacción y colaboración <strong>en</strong>tre<br />

actores, para reducir costos, manejar<br />

riesgos, g<strong>en</strong>erar activos colectivos y<br />

aportar información relevante <strong>en</strong> las<br />

decisiones individuales. Por lo tanto,<br />

la gobernabilidad tradicional -<strong>en</strong>focada<br />

a la administración de los recursos del Estado- necesita incorporar también<br />

la construcción de un ambi<strong>en</strong>te que facilite las interacciones sociales.<br />

El líder no sólo debe ocuparse de la asignación efici<strong>en</strong>te de los recursos<br />

disponibles, sino además debe ser un gestionador de redes colaborativas <strong>en</strong><br />

todos los ámbitos de la comunidad.<br />

Este <strong>en</strong>foque es más avanzado que la visión de que es posible alcanzar<br />

ganancias competitivas sólo a través de decisiones desc<strong>en</strong>tralizadas y aisladas<br />

unas de otras. Los mercados efici<strong>en</strong>tes y flexibles son imprescindibles<br />

para avanzar <strong>en</strong> el camino al desarrollo, pero la experi<strong>en</strong>cia nos ha mostrado<br />

que aquello no es una condición sufici<strong>en</strong>te. Es indisp<strong>en</strong>sable coordinar la acción<br />

colectiva, desarrollar redes <strong>en</strong> las regiones y fom<strong>en</strong>tar la colaboración.<br />

Estas son condiciones que están <strong>en</strong> la base de los territorios que se transforman<br />

<strong>en</strong> polos de desarrollo y requier<strong>en</strong> de un liderazgo que propicie la coordinación<br />

<strong>en</strong>tre los diversos ag<strong>en</strong>tes. Sólo de esta manera, los diversos actores<br />

pued<strong>en</strong> incorporar la perspectiva de los demás integrantes de la comunidad<br />

<strong>en</strong> sus decisiones individuales.<br />

Este <strong>en</strong>foque es más avanzado que la visión de que<br />

es posible alcanzar ganancias competitivas sólo a tra-<br />

vés de decisiones desc<strong>en</strong>tralizadas y aisladas unas de<br />

otras.<br />

14


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

En nuestro ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to institucional este liderazgo le corresponde a<br />

la Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ta regional, la que debe ser apoyada <strong>en</strong> el cumplimi<strong>en</strong>to de esta<br />

función sin ningún tipo de condiciones. Indudablem<strong>en</strong>te que para ejercer<br />

este rol, además de sus múltiples responsabilidades, la Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ta necesitará<br />

crear un equipo especializado d<strong>en</strong>tro del gobierno regional e incorporar a<br />

otros líderes de la comunidad regional para fortalecer y darle mayor efectividad<br />

a esta función.<br />

El principal obstáculo para que<br />

el Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de cualquier región del<br />

país se transforme <strong>en</strong> un líder efectivo<br />

e integrador con una mirada <strong>en</strong> un horizonte<br />

intermedio, es la limitación de<br />

(...) se deb<strong>en</strong> destacar las fortalezas que ti<strong>en</strong>e Bío Bío,<br />

<strong>en</strong>tre las que está su fuerte id<strong>en</strong>tidad, con arraigo <strong>en</strong> la<br />

trayectoria histórica y <strong>en</strong> la cultura regional.<br />

las capacidades cualitativas y cuantitativas con que cu<strong>en</strong>ta el gobierno regional<br />

(Rufián, 2009), incluy<strong>en</strong>do la falta de masas críticas <strong>en</strong> áreas clave (sólo<br />

dispon<strong>en</strong> de 60 funcionarios <strong>en</strong> promedio por región). Las leyes asignan diversas<br />

funciones y ámbitos de acción al gobierno regional, presidido por el<br />

Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te, que difícilm<strong>en</strong>te se pued<strong>en</strong> cumplir debido a estas limitaciones o a<br />

las atribuciones que se le asignan desde el gobierno c<strong>en</strong>tral. Todo ello le resta<br />

autonomía <strong>en</strong> sus decisiones y, por tanto, la g<strong>en</strong>eración de un líder, propiam<strong>en</strong>te<br />

tal, se torna más compleja.<br />

Vinculada a estas trabas se ha producido una disminución <strong>en</strong> el tiempo<br />

de perman<strong>en</strong>cia de los Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> sus cargos. De acuerdo con datos de<br />

la Subsecretaría de Desarrollo Regional, los Int<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes duraron <strong>en</strong> promedio<br />

cuatro años y medio <strong>en</strong> los 90 y cerca de dos años <strong>en</strong> la última década.<br />

En la medida que aum<strong>en</strong>ta la rotación de la cabeza del gobierno regional se<br />

dificulta la constitución de un líder integrador y disminuye la capacidad para<br />

g<strong>en</strong>erar ambi<strong>en</strong>tes de colaboración <strong>en</strong> las regiones.<br />

No obstante estos inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes, se deb<strong>en</strong> destacar las fortalezas que<br />

ti<strong>en</strong>e el Bío Bío, <strong>en</strong>tre las que está su fuerte id<strong>en</strong>tidad, con arraigo <strong>en</strong> la trayectoria<br />

histórica y <strong>en</strong> la cultura regional. De acuerdo a la <strong>en</strong>cuesta del Proyecto<br />

de Desigualdades un 81,4% de las personas consultadas <strong>en</strong> la región prefiere<br />

seguir vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> ella, lo que se compara favorablem<strong>en</strong>te con el 74,2% del<br />

promedio nacional (Méndez, 2009). Una id<strong>en</strong>tidad fuerte es un bu<strong>en</strong> comi<strong>en</strong>zo<br />

para un proyecto de mediano plazo porque permite una mayor cohesión social,<br />

g<strong>en</strong>era un compromiso más firme con los objetivos por trazar y, por lo tanto,<br />

permite el surgimi<strong>en</strong>to de cooperación <strong>en</strong> torno a un líder.<br />

15


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

Finalm<strong>en</strong>te, la actual crisis des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ada por la catástrofe del 27 de<br />

febrero plantea, de manera natural, una nueva disposición <strong>en</strong> la comunidad<br />

del Bío Bío, lo que repres<strong>en</strong>ta una oportunidad para la constitución de un<br />

líder integrador y un equipo que lo acompañe <strong>en</strong> la urg<strong>en</strong>te necesidad de<br />

levantar un proyecto y de reconstruir lo abatido.<br />

b. Capacidad analítica<br />

Uno de los activos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> todos los casos exitosos es la<br />

calidad de la información y la rigurosidad del análisis con que se toman las<br />

decisiones clave por parte de las empresas, las regiones o los países. Esta<br />

práctica de rigor analítico, <strong>en</strong> que se id<strong>en</strong>tifican las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias de los mercados<br />

y se detectan las oportunidades del <strong>en</strong>torno, la sigu<strong>en</strong> indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

cada uno de los tomadores de decisión. Pero hay un <strong>en</strong>orme b<strong>en</strong>eficio<br />

colectivo cuando los fundam<strong>en</strong>tos analíticos que utilizan los diversos actores<br />

regionales para adoptar sus propias decisiones son coincid<strong>en</strong>tes, porque<br />

se pot<strong>en</strong>cian las conexiones de las acciones individuales y se fortalece el<br />

espacio para la colaboración, lo que es indisp<strong>en</strong>sable para que la comunidad<br />

regional t<strong>en</strong>ga confianza <strong>en</strong> su proyecto de futuro y se cierr<strong>en</strong> las brechas<br />

que <strong>en</strong> la actualidad obstaculizan el crecimi<strong>en</strong>to.<br />

El terremoto ac<strong>en</strong>túa esta necesidad porque se produce una reflexión<br />

sobre la situación <strong>en</strong> que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los sectores productivos de la región,<br />

lo que se convierte <strong>en</strong> una oportunidad que debemos aprovechar. Para<br />

hacerlo se debe crear un C<strong>en</strong>tro de Estudios Avanzados de la Competitividad<br />

del Bío Bío, como un espacio catalizador de creación de capacidad y<br />

transfer<strong>en</strong>cia de tecnología. El c<strong>en</strong>tro debe producir estudios de categoría<br />

mundial para lo cual necesita un equipo de investigadores –nacionales y<br />

extranjeros- que cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> este tipo de labores y que<br />

estén participando <strong>en</strong> las redes mundiales más avanzadas <strong>en</strong> sus respectivas<br />

áreas de especialización. Esa es la única manera de que el c<strong>en</strong>tro se<br />

convierta <strong>en</strong> un refer<strong>en</strong>te imprescindible <strong>en</strong> las decisiones de inversión y<br />

una plataforma de colaboración <strong>en</strong> la región. El Bío Bío ti<strong>en</strong>e una tradición<br />

universitaria que le ayuda a empr<strong>en</strong>der una iniciativa de esta <strong>en</strong>vergadura,<br />

sin embargo, hay que estar conci<strong>en</strong>tes desde el comi<strong>en</strong>zo de que ahora se<br />

debe hacer un proyecto más significativo que los que actualm<strong>en</strong>te exist<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> la región.<br />

16


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

Esta iniciativa está <strong>en</strong> línea con los c<strong>en</strong>tros de investigación regionales<br />

que ha financiado CONICYT <strong>en</strong> los últimos años, pero <strong>en</strong> esta oportunidad<br />

las circunstancias nos exig<strong>en</strong> ser más ambiciosos. La nueva trayectoria de<br />

crecimi<strong>en</strong>to necesita estar as<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> una sólida base tecnológica y ci<strong>en</strong>tífica,<br />

a través de iniciativas del mejor nivel internacional y que estén sust<strong>en</strong>tadas<br />

<strong>en</strong> una colaboración amplia y multidisciplinaria. Se trata de trabajar <strong>en</strong><br />

la frontera del conocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> las áreas de interés para la región y formar<br />

el capital humano que empujará la nueva trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to. En este<br />

s<strong>en</strong>tido puede resultar interesante el esquema utilizado por el C<strong>en</strong>tro de Estudios<br />

Ci<strong>en</strong>tíficos, localizado <strong>en</strong> Valdivia, <strong>en</strong> el cual interactúan ci<strong>en</strong>tíficos<br />

nacionales y extranjeros, los cuales realizan investigaciones de alto nivel y<br />

se manti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> contacto aprovechando las tecnologías de comunicación y,<br />

a la vez, cu<strong>en</strong>ta con la infraestructura física para que ocurra la interacción<br />

<strong>en</strong>tre los investigadores y el equipami<strong>en</strong>to de última g<strong>en</strong>eración.<br />

c.<br />

Construy<strong>en</strong>do una ag<strong>en</strong>da<br />

Una sola <strong>en</strong>tidad o un sector no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la capacidad para resolver por<br />

sí mismos las dificultades estructurales de la región. En g<strong>en</strong>eral el sector privado<br />

y la sociedad civil ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un rol pasivo <strong>en</strong> su relación con las políticas<br />

públicas, pero las experi<strong>en</strong>cias de una conducción desde el sector público no<br />

han arrojado bu<strong>en</strong>os resultados. El desafío es superar este déficit construy<strong>en</strong>do<br />

un ambi<strong>en</strong>te que elabore una ag<strong>en</strong>da a través de un proceso que le otorgue<br />

protagonismo a la comunidad regional.<br />

Los objetivos de construir una ag<strong>en</strong>da regional son increm<strong>en</strong>tales. En<br />

una primera fase se busca lograr un intercambio <strong>en</strong> torno a una visión estratégica<br />

que pueda expresarse <strong>en</strong> una idea de lo que se quiere lograr <strong>en</strong> un<br />

horizonte de mediano plazo y que luego se pueda convertir <strong>en</strong> un número<br />

acotado de lineami<strong>en</strong>tos. Esta visión debe ser lo más compartida que sea<br />

posible, por lo que para su elaboración se requiere un proceso amplio de<br />

consulta, de interacción y de involucrami<strong>en</strong>to de la comunidad.<br />

Una fase más avanzada es prepararse para implem<strong>en</strong>tar esta ag<strong>en</strong>da,<br />

poni<strong>en</strong>do objetivos específicos para cada sector, metas concretas, indicadores<br />

que midan su cumplimi<strong>en</strong>to y las acciones que nos permit<strong>en</strong> alcanzar lo<br />

que deseamos. En esta fase se requiere desplegar también una estrategia de<br />

comunicación, de modo de diseminar la ag<strong>en</strong>da <strong>en</strong> la comunidad regional<br />

17


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

para que las acciones de cada uno de los actores considere a los demás integrantes<br />

del grupo cuando tom<strong>en</strong> sus propias decisiones.<br />

Una experi<strong>en</strong>cia concreta que se debe observar <strong>en</strong> este s<strong>en</strong>tido es la<br />

que lideró el empresario Jorge Gerdau<br />

<strong>en</strong> el Estado de Rio Grande de<br />

Brasil <strong>en</strong> 2006 que logró g<strong>en</strong>erar una<br />

plataforma de futuro para una comunidad<br />

regional que atravesaba por<br />

una crisis, fom<strong>en</strong>tando la disciplina<br />

para trasformar la realidad, aplicando modernas herrami<strong>en</strong>tas de gestión, lo<br />

que logró movilizar a los líderes sociales, los dirig<strong>en</strong>tes políticos y el empresariado<br />

<strong>en</strong> torno a un proyecto común, que dejó de lado las ambiciones<br />

personales y de poder, con lo que ha t<strong>en</strong>ido un impacto duradero <strong>en</strong> los años<br />

posteriores (www.ag<strong>en</strong>da2020.org.br).<br />

Una tercera fase <strong>en</strong> el desarrollo de la ag<strong>en</strong>da regional es la g<strong>en</strong>eración<br />

de los mecanismos que permit<strong>en</strong> hacer un seguimi<strong>en</strong>to de la gestión de las<br />

políticas, haci<strong>en</strong>do las correcciones que se requieran. Los casos de éxito<br />

normalm<strong>en</strong>te alcanzan sus objetivos con un plan difer<strong>en</strong>te al que definieron<br />

inicialm<strong>en</strong>te, el que supieron modificar y adaptar de acuerdo a las nuevas<br />

circunstancias. En cambio, las experi<strong>en</strong>cias de fracaso ocurr<strong>en</strong> frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> los proyectos que perseveran con mucha rigidez <strong>en</strong> el plan inicial.<br />

En muchas ocasiones hay grupos que se resist<strong>en</strong> a sumarse a una visión<br />

común por el riesgo de errar. Sin embargo, debemos advertir que el<br />

cont<strong>en</strong>ido de la visión de futuro pierde importancia <strong>en</strong> la medida que exista<br />

capacidad de apr<strong>en</strong>dizaje, de detectar lo que funciona bi<strong>en</strong> y corregir lo que<br />

no funciona. Lo importante, por tanto, es un proceso de toma de decisiones<br />

inclusivo e integrador, de manera de minimizar los sesgos, hábitos y conductas<br />

que puedan <strong>en</strong>torpecer la asignación efici<strong>en</strong>te de los recursos.<br />

En la constitución de una visión compartida debemos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la realidad<br />

de trabajar con un capital social deteriorado <strong>en</strong> la región. Este activo<br />

lo podemos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der como el proceso por el cual se g<strong>en</strong>era confianza <strong>en</strong> una<br />

comunidad para la colaboración y el cumplimi<strong>en</strong>to de los acuerdos. El capital<br />

social, por <strong>en</strong>de, es una variable fundam<strong>en</strong>tal si queremos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la capacidad<br />

de articulación <strong>en</strong> torno a una meta común. Al respecto, el Proyecto<br />

de Desigualdades muestra resultados interesantes. Ante la pregunta respecto<br />

de la confianza interpersonal, los habitantes del Bío Bío que se consideran<br />

El capital social, por <strong>en</strong>de, es una variable fundam<strong>en</strong>-<br />

tal si queremos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la capacidad de articulación<br />

<strong>en</strong> torno a una meta común.<br />

18


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

“desconfiados” o “muy desconfiados” correspond<strong>en</strong> al 55,1%, sólo superado<br />

por la región de O’Higgins. Asimismo, <strong>en</strong> la categoría de “confiados” o “muy<br />

confiados” se ubican sólo el 19,5%, p<strong>en</strong>última a nivel nacional. Respecto a<br />

la exist<strong>en</strong>cia de redes sociales, el 26% afirma que no posee ningún contacto,<br />

por debajo sólo de la región de Coquimbo con 38% (Espinoza, 2009). Estos<br />

datos manifiestan las dificultades <strong>en</strong> torno a la construcción de colaboración,<br />

condición necesaria para la organización de un proyecto territorial.<br />

Por otro lado, una am<strong>en</strong>aza que surge <strong>en</strong> este proceso es el peligro de<br />

la emigración de tal<strong>en</strong>tos y masa crítica, ac<strong>en</strong>tuando aún más las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />

demográficas que exhib<strong>en</strong> las últimas décadas. Crear una visión común con<br />

relativa celeridad, la g<strong>en</strong>eración de una s<strong>en</strong>sación de unidad y el comi<strong>en</strong>zo de<br />

la organización de una ag<strong>en</strong>da más allá del corto plazo implica una m<strong>en</strong>or incertidumbre<br />

respecto del desarrollo futuro <strong>en</strong> el Bío Bío y, por <strong>en</strong>de, inc<strong>en</strong>tiva<br />

a los actores a contribuir con esa meta autoimpuesta desde la propia región.<br />

No obstante las debilidades y am<strong>en</strong>azas, la misma emerg<strong>en</strong>cia derivada<br />

del desastre g<strong>en</strong>era una “demanda” por colaboración, por cuanto los b<strong>en</strong>eficios<br />

–y la necesidad– del accionar colectivo sal<strong>en</strong> a la luz con mayor fuerza<br />

<strong>en</strong> estas circunstancias, ante la evid<strong>en</strong>cia de magros resultados prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes<br />

de las iniciativas desintegradas. Ello sin duda abre una oportunidad para la<br />

constitución de directrices claras que apunt<strong>en</strong> al desarrollo con horizontes<br />

de mayor alcance.<br />

Una importante fortaleza de la región reside <strong>en</strong> la id<strong>en</strong>tidad de sus habitantes,<br />

lo que repres<strong>en</strong>ta un punto de partida para la (re)g<strong>en</strong>eración de capital<br />

social, haci<strong>en</strong>do más s<strong>en</strong>cilla la construcción de redes de colaboración<br />

y, con ello, la concepción de una ag<strong>en</strong>da para el desarrollo.<br />

V.- Reflexiones finales<br />

Las condiciones actuales de la vida económica y social de la región<br />

distan de la normalidad, a lo que se agrega una gran incertidumbre sobre el<br />

futuro. Este es el mom<strong>en</strong>to de elevar la mirada, tomar altura para ver el panorama<br />

completo, incluy<strong>en</strong>do la historia, el pres<strong>en</strong>te y los difer<strong>en</strong>tes futuros<br />

que se abr<strong>en</strong>. Para construir una nueva trayectoria de crecimi<strong>en</strong>to debemos<br />

t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el pasado, con sus luces y sus sombras, y el pres<strong>en</strong>te, con sus<br />

temores y esperanzas. Asimismo, la construcción de una estrategia de mediano<br />

plazo pasa también por medidas inmediatas que se tom<strong>en</strong> <strong>en</strong> relación a<br />

19


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

un proyecto territorial común, que disipe la incertidumbre y g<strong>en</strong>ere un círculo<br />

virtuoso que fom<strong>en</strong>te la colaboración alrededor de esta ag<strong>en</strong>da de futuro.<br />

En esta región hay muchas historias que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> gran valor, hay modelos<br />

notables de empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los negocios, <strong>en</strong> la educación y <strong>en</strong> la organización<br />

social. El espíritu que acompañó a tantos proyectos, pequeños y grandes,<br />

sigue pres<strong>en</strong>te a pesar de las dificultades que ha <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> las últimas<br />

décadas y del desastre de febrero. La emerg<strong>en</strong>cia post-sismo constituye<br />

también un inc<strong>en</strong>tivo <strong>en</strong> sí mismo, una necesidad para la acción colectiva <strong>en</strong><br />

torno a una ag<strong>en</strong>da común, que ponga énfasis no sólo <strong>en</strong> la reconstrucción<br />

sino <strong>en</strong> un desarrollo sost<strong>en</strong>ido de largo ali<strong>en</strong>to.<br />

La manera de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar los nuevos desafíos es a través de una ag<strong>en</strong>da<br />

coordinada, la que no puede existir sin un líder que sea capaz, de manera<br />

efici<strong>en</strong>te, de gestionar una gobernanza, esto es, de ser un ag<strong>en</strong>te que propicie<br />

la colaboración, las redes asociativas y el capital social para la construcción<br />

de la visión compartida.<br />

Hay que reconocer que el factor que escasea <strong>en</strong> los proyectos colectivos<br />

no son las ideas, sino la capacidad para llevarlas a la práctica. Este es un<br />

déficit de la mayor parte de los países de América Latina y ciertam<strong>en</strong>te es<br />

una car<strong>en</strong>cia de Chile. Para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarla es necesario excel<strong>en</strong>cia analítica, materializada<br />

<strong>en</strong> un c<strong>en</strong>tro de estudios para la competitividad regional que sea<br />

capaz de aportar la información indisp<strong>en</strong>sable para las decisiones desc<strong>en</strong>tralizadas,<br />

lo que está <strong>en</strong> la base de la colaboración <strong>en</strong>tre los diversos actores de<br />

la región. Este c<strong>en</strong>tro debe id<strong>en</strong>tificar información relevante, detectar cuellos<br />

de botella y servir de fundam<strong>en</strong>to a la ag<strong>en</strong>da regional. Sobre esta base, la<br />

construcción de la estrategia debe ser un proceso colaborativo que reconoce<br />

el apr<strong>en</strong>dizaje ante el error.<br />

Es innegable que exist<strong>en</strong> am<strong>en</strong>azas y debilidades, especialm<strong>en</strong>te el débil<br />

capital social, que es difícil de cambiar <strong>en</strong> un período relativam<strong>en</strong>te corto<br />

y que puede dificultar la construcción de una ag<strong>en</strong>da para el desarrollo. La<br />

clave para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar estas dificultades está <strong>en</strong> la persist<strong>en</strong>cia de los pasos<br />

graduales, pequeños pero continuos, pasos que avanzan sin prisa pero sin<br />

det<strong>en</strong>erse, pasos que, poco a poco, uno tras otro, se van acumulando, sumando<br />

y comi<strong>en</strong>zan a g<strong>en</strong>erar un efecto que es visible <strong>en</strong> la comunidad y que las<br />

nuevas g<strong>en</strong>eraciones podrán apreciar.<br />

20


Refer<strong>en</strong>cias<br />

Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

-Espinoza, V. (2009). “Capital Social y Civismo <strong>en</strong> las Regiones Chil<strong>en</strong>as”,<br />

Manuscrito, Proyecto Desigualdades, T<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias y Procesos Emerg<strong>en</strong>tes <strong>en</strong><br />

la Estratificación Social. Informe para Subdere.<br />

-Loayza, N., Olaberría, E., Rigolini, J. and Christia<strong>en</strong>s<strong>en</strong> , L. (2009). “Natural<br />

Disasters and Growth. Going beyond the Averages”, Policy Research Working<br />

Paper 4980, Banco Mundial.<br />

-Lovallo, D. and Sibony, O. (2010). “The Case for Behavioral Strategy”,<br />

McKinsey Quarterly (2): 30-43.<br />

-Méndez, M. L. (2009). “Proceso de Desc<strong>en</strong>tralización e Id<strong>en</strong>tidad Regional:<br />

¿Cómo se Percib<strong>en</strong> los Habitantes de Regiones y cómo se Percib<strong>en</strong> los<br />

Procesos de Desarrollo Regional?”, Manuscrito, Proyecto Desigualdades,<br />

T<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias y Procesos Emerg<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la Estratificación Social. Informe para<br />

Subdere.<br />

-Rufián, D. (2009). “Políticas e Instituciones para el Desarrollo Económico<br />

Territorial: el Caso de Chile”, Serie Desarrollo Territorial Nº 5, Instituto Latinoamericano<br />

y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES).<br />

21


Desafíos económicos del Bío Bío después del terremoto<br />

Autor<br />

22<br />

Jorge Marshall<br />

Economista de la Universidad de Chile y doctor <strong>en</strong> Economía<br />

de la Universidad de Harvard. Director del Instituto de<br />

Políticas Públicas <strong>Expansiva</strong> UDP.<br />

© 2010 <strong>Expansiva</strong> UDP<br />

La serie <strong>en</strong> <strong>foco</strong> recoge las investigaciones del<br />

Instituto de Políticas Públicas <strong>Expansiva</strong> UDP<br />

las que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> por objeto promover un análisis interdisciplinario<br />

y riguroso sobre los temas de la<br />

sociedad actual, con el fin de hacer propuestas que<br />

contribuyan a mejorar las políticas públicas del<br />

país.<br />

El pres<strong>en</strong>te docum<strong>en</strong>to contó con la colaboración<br />

de Jorge Rodríguez Osorio y fue editado por Daniela<br />

Crovetto. Se autoriza su reproducción total o<br />

parcial siempre que su fu<strong>en</strong>te sea citada.<br />

Este docum<strong>en</strong>to así como todo el quehacer de <strong>Expansiva</strong><br />

UDP se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran disponibles <strong>en</strong> www.<br />

expansivaudp.cl

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