Territorios y Fronteras
Territorios y Fronteras
Territorios y Fronteras
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Guía de perplejos<br />
Josep M. Català<br />
fectamente expuestos en las dos obras del autor citadas, obras que son extrañamente<br />
simétricas. Las dos son historias de amor en las que los amantes se hallan<br />
en mundos distintos: han sido desplazados por las circunstancias a dos cosmos<br />
diferentes. Los films exponen la desesperación que experimente uno de los personajes<br />
ante la imposibilidad de recuperar la perdida conexión con el otro. Se trata,<br />
por consiguiente, de un dispositivo trágico curiosamente formalizado a través<br />
de una estructura expositiva un tanto hierática. De la función de este hieratismo<br />
hablaré a continuación.<br />
El Dios escondido<br />
Steiner nos habla del fin de la tragedia y lo sitúa en la época de Racine, es decir,<br />
en la reedición neoclásica de la misma, que se mezcla también con los estertores<br />
del Barroco. Según él, este modo ancestral empieza a declinar desde ese momento,<br />
a finales del siglo XVII, con Corneille y con Racine9 . Pero no debe descartarse<br />
que en el largo declive de esta forma aún aparezcan aspectos interesantes de la<br />
misma. El declive de la tragedia, y ahí reside creo yo su atractivo, da paso al drama<br />
burgués y éste decae a su vez a medida que el melodrama se convierte en la<br />
dramaturgia hegemónica. Si la tragedia llegó a convertirse en su momento en una<br />
forma simbólica, es decir, en un eje vertebrador de la cultura, ahora esta condición<br />
la detenta el melodrama. El melodrama actual supone, entre otras muchas<br />
cosas, una emocionalización de las formas y una formalización de las emociones.<br />
La obra de Siminiani en general transita por el territorio del melodrama en sus<br />
diversas acepciones, pero a la vez algunos de sus elementos están situados, dentro<br />
de este territorio, en una posición muy peculiar que los conecta con las postrimerías<br />
de la tragedia clásica tal como se presenta en Racine. Los cortos de<br />
ficción de Siminiani -Dos más (2001), Archipiélago (2003), Ludoterapia (2007) y El<br />
premio (2010)- son los que nos remiten de manera más directa a la dramaturgia<br />
de Racine porque en ellos, como en la obra de éste, se muestra una tensión muy<br />
característica entre el espacio y las emociones. Las observaciones de Starobinski<br />
sobre el teatro de Racine, pueden aplicarse con matices a la dramaturgia de estos<br />
cortos de Siminiani. Dice el autor francés que en Racine: “se establece, no sobre<br />
la escena, sino detrás del discurso, un espacio particular, un interior que no existe<br />
más que por la vista y para la vista, más allá de las estructuras verbales que lo<br />
han evocado” 10 . Lo que Starobinski detecta detrás de las palabras, en Siminiani<br />
se encuentra delante de las imágenes, ya que es el discurso de estas el genera<br />
las formaciones virtuales, es decir, aquello a lo que el teórico francés considera<br />
una línea del horizonte que partiendo del lenguaje, lo vacía. Sin embargo, para<br />
él esto significa al mismo tiempo un “triunfo de la palabra, ya que ha conseguido<br />
hacer existir aquello que parece excluir: un silencio, un espacio y las líneas de<br />
fuerza efectivas que relacionan las presencias humanas a través del silencio y del<br />
espacio” 11 . El matiz con respecto a Siminiani, y se trata de un matiz importante,<br />
9 Georges Steiner, La muerte de la tragedia, Siruela, Madrid, 2011.<br />
10 Jean Starobinski, L’œil vivant, Gallimard, París, 1961, p. 78.<br />
11 Starobinski, op. cit. p. 79.<br />
79