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Descargar libro (8169 Mb) - Nueva Tartessos

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24 - fi'A'DN .\ur n4¡.st¿r-i¡<br />

la cantidad de coraje que requería el afrontar la experiencia<br />

humana. Era como si una parte de mí recordase un tiempo en<br />

el que vivíamos según nuestro pleno potencial, guiados desde el<br />

interior por un código genético altamente funcional.<br />

Tenía esta convicción aun siendo una niña. Recuerdo un<br />

episodio acontecido cuando me hallaba cursando los estudios<br />

secundarios. Mi profesora insistía en que la felicidad no existía<br />

y yo mantuve con ella una larga discusión acerca del término<br />

"felicidad". Yo tenía entonces 15 años y estaba convencida de<br />

que si existía el término era porque el estado descrito por éste<br />

debía haber existido en algún momento del pasado. Entonces no<br />

tenía ni idea de que iba a emprender una larga búsqueda para<br />

demostrar mi argumento, una búsqueda que me conduciría al<br />

descubrimiento de un programa genético perfecto acurrucado<br />

en el interior de los misteriosos pliegues de nuestra vasta<br />

historia desconocida, un programa que parece ser que ha sido<br />

manipulado en el transcurso de nuestra evolución.<br />

Las hélices de nuestro ADN<br />

Diversas fuentes indican que hemos perdido el orden<br />

originario del plan divino dentro de nuestro ADN. Yo tengo<br />

la creencia de que el ADN original era perfecto, apropiado,<br />

poderoso y funcional. Contenía los códigos exactos para la salud<br />

ideal,la total adaptabilidad y el estado de satisfacción necesario<br />

para nuestra encarnación aquí en la Tierra. De hecho, un gran<br />

número de individuos interesados en la genética creen que el<br />

ADN basura o aleatorio contiene los datos del plan originario de<br />

nuestro código genético antes de que se viese alterado y sufriese<br />

mutaciones. Esto ha abierto la puerta a una gran especulación.<br />

El hecho de que actualmente estén naciendo niños<br />

con tres hélices confirma las teorías de Barbara Marciniak<br />

y refuerza las múltiples afirmaciones realizadas por un gran<br />

número de clarividentes: que nuestro ADN original contenía<br />

una estructura de al menos 12 hélices en lugar de dos, y que las<br />

diez hélices perdidas están siendo actualmente reactivadas -si

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