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Son¡o.r- lcss progrttntadores de nuestro A.DN 51
\ sobreponerme a la inercia cuando quedaba paraiizada por mis
: nlociones o mis programas por defecto. Por mucho que desease
.er feliz y creativa, seguía siendo sensible a las mañanas de
, rrnes con niebla, al tráfico denso de principios de semana y a las
cxigencias dornésticas de mi vida familiar.
Con todo, desde que comencé a utilizar la intención
para reestructurar rni ADN ¡he notado que se producía una
transformación dentro de míl Sigo siendo humana, pero he
cambiado tanto ii¡que hasta las mañanas de los lunes están
comenzando a tener mejor aspecto!!! Finalmente tengo ia
sensación de que mi realidad está cambiando, y la prueba reside
en las mejoras que están teniendo lugar en mi vida a un nivel
rnuy práctico. Una cosa es seÉlura: cuanto más me implico en mi
código genético más cambio. Y cuanto más cambio mayor es mi
cleterminacién de instalar nuevos paradigmas en mi realidad,
iraciendo que mi vida familiar se vuelva más armoniosa y mi
vida profesional, más activa.
La actual frecuencia planetaria consiste en instalar
la frecuencia del amor en la dualidad en lugar de negarla.
Esa es la nueva forma de espiritualidad. Es una forma de
espiritualidad que impiica la creación de una nueva frecuencia.
El nuevo paradigma a instalar implica el hecho de integrar el
pensamiento binario, asumiendo la posición del punto cero, y
acceder a bloqueos inconscientes dándoles su sitio adecuado en
un espíritu de amabilidad y aceptación. Nuestras manipulaciones
genéticas personales no se ilevarán a cabo en un laboratorio. La
reprogramación de nuestro ADN aleatorio se logrará despertando
a nuestro papei de programadores sin juzgar a nuestro lado
vtilnerable. Ir[uestras herramientas serán la intención incluyendo
la dualidad, nuestras preguntas poco convencionales, nuestras
técnicas de comprobación (kinesiología, etc.) y los protocolos de
reprogramación que presento en el capítulo siguiente.
De este modo, por el poder que nos es investido como seres
humanos, reclamaremos la riqueza genética que es legítimamente
nuestra. Sellaremos nuestros programas genéticos mediante
la intención y declararemos ante el universo que nos hemos
convertido en los únicos comandantes de nuestra codificación.