BlackBook La escapada
BlackBook La escapada Vista majestuosa del sinuoso río Blackfoot River desde el Lookout Rock El río de la vida Presentamos The Green O, un refugio innovador en la bella y accidentada región agreste de Montana que ofrece el encanto característico del salvaje Oeste, una gastronomía de excepción y un diseño vanguardista. Alexandra Kirkman reporta desde las Montañas Rocosas Light Haus, un chalet para huéspedes de 100 metros cuadrados con una amplia terraza y chimenea exterior A mí me parece que Montana es un gran brochazo de majestuosidad», escribió el autor John Steinbeck en referencia a este estado, el cuarto más grande y el tercero menos poblado de los Estados Unidos que limita con Canadá en la extensa zona noroeste del país. Montana recibe el sobrenombre de «Big Sky Country» por sus vastos espacios abiertos y sus vistas aparentemente infinitas; unos asombrosos paisajes que han inspirado durante mucho tiempo a artistas y autores enamorados de los innumerables paraísos del mundo natural. Aquellos que busquen un santuario singular en medio de este esplendor inefable lo hallarán en The Green O, un refugio para adultos situado en el escarpado y pintoresco oeste, donde las afiladas cumbres de las Montañas Rocosas descienden desde la Columbia Británica. El alojamiento se encuentra oculto bajo un denso dosel de árboles de hoja perenne, en la esquina sur de su propiedad hermana, The Resort at Paws Up, un rancho ganadero en activo de casi 15,000 hectáreas que está dividido en dos por 16 kilómetros FOTOGRAFÍAS DESDE ARRIBA: STUART THURLKILL, © THE GREEN O 18 CENTURION-MAGAZINE.COM ANTES DE RESERVAR Y REALIZAR CUALQUIER VIAJE, COMPRUEBE LAS ÚLTIMAS RECOMENDACIONES DEL GOBIERNO
Izquierda: pesca con mosca en el río Blackfoot al atardecer; abajo: panorámica desde un acogedor rincón del restaurante Social Haus FOTOGRAFÍAS © THE GREEN O del río Blackfoot y que probablemente es el destino más lujoso del estado. The Green O es un enclave íntimo, con una visión moderna de lo que significa refinada elegancia rústica. El establecimiento, que abrió sus puertas en junio de 2021 ante un público principalmente estadounidense debido a las restricciones de viaje impuestas por la pandemia, ahora atrae a visitantes exigentes de otros países con sus diversos encantos y su inimitable identidad. Doce chalés (o «hauses») diseñados de forma ingeniosa en cuatro disposiciones diferentes muestran el cautivador entorno de la región. El Tree Haus, encaramado a siete metros de altura, ofrece unas vistas aéreas del bosque a través de dos pisos de ventanas panorámicas, mientras que el Green Haus se fusiona con el exterior gracias a las cristaleras que rodean la sala de estar y a la enorme claraboya colocada sobre la cama de matrimonio. Además de presentar un diseño moderno y cómodo (con sofás blandos de cuero y muebles elegantes de madera), todas las habitaciones disponen de chimeneas de gas y tinas de hidromasaje al aire libre, y los huéspedes tienen acceso a los múltiples servicios del establecimiento, así como un todoterreno híbrido Lexus que les permite explorar el amplio terreno de Paws Up. El centro de este refugio alberga el Social Haus, el acogedor restaurante de aspecto chic donde la cocina de categoría mundial se eleva a la altura de los pinos que lo rodean. En la cocina abierta, el chef ejecutivo Brandon Cunningham dirige un equipo galardonado de perfeccionistas apasionados, cuyo menú degustación nocturno de nueve platillos deslumbra a los comensales con su creatividad sofisticada y sin pretensiones. Una noche, un delicioso aperitivo de helado de foie gras con nectarina y pistache prepara el escenario para un segundo acto sensacional: una delicada porción de res wagyu japonesa de primera calidad que se sirve sobre una roca de río muy caliente para asarla y, a continuación, se unta con una cantidad generosa de mayonesa de caviar y se corona con lechuga y pepino sobre pan de leche a la plancha. Más tarde, un cavatelli de azafrán con cangrejo Dungeness es objeto de elogios, al igual que la sedosa tarta de chocolate con cereza amarena de postre. Si no le apetece probar el menú degustación, el personal estará encantado de satisfacer sus antojos a demanda (un visitante reciente comió pollo frito tres noches seguidas) o llevarle una pizza de alta cocina recién horneada a la habitación. El Social Haus, que solo está abierto a las personas que se alojan en The Green O, es la máxima representación de una experiencia culinaria superexclusiva e indescriptible. En los momentos de pausa entre estos impresionantes viajes gastronómicos, los huéspedes tienen la opción de disfrutar de multitud de actividades a fin de sumergirse en la maravillosa naturaleza de Montana. En invierno, las motonieves y los trineos jalados por perros dejan embelesados a quienes aman la adrenalina, mientras que los patines de hielo y los trineos tirados por caballos lanzan un hechizo más sutil pero no por ello menos potente. Los más intrépidos se atreverán con el skijoring, que en noruego significa «esquí conducido» y consiste en deslizarse sobre campos cubiertos de nieve siguiendo un método similar al del esquí acuático, aunque con caballos en lugar de barcos. Y hablando de caballos, también puede cabalgar por los 160 kilómetros de hermosos senderos o, si lo prefiere, sacar al vaquero que lleva dentro y unirse a un acarreo de ganado. Asimismo, es emocionante recorrer la propiedad completa en cuatrimoto, pasando por las ondulantes colinas repletas de artemisas aromáticas donde manadas de bisontes de pelo desgreñado deambulan a sus anchas. Otra alternativa es poner a prueba sus habilidades en el tiro deportivo, a menudo bautizado como «golf con una escopeta», acudiendo al impoluto campo de nueve hoyos y apuntando el cañón hacia el blanco fluorescente cuando este atraviese el cielo azul como un rayo. Si desea captar la esencia del atractivo trascendental de Montana, visite el Blackfoot, la legendaria vía navegable que se hizo famosa a raíz de la película de 1992 El río de la vida, basada en la novela homónima del escritor Norman Maclean, y practique la pesca con mosca. Al flotar por los legendarios canales, con el suave movimiento y la voz del guía como único sonido mientras tira y recoge el sedal una y otra vez, se sumirá en un ensimismamiento rítmico que solo el repentino sobresalto de atrapar un pez será capaz de romper. En ese momento perfecto y fugaz en el que la presa (en la mayoría de los casos una trucha degollada, café o arcoíris) emerge y sus costados moteados producen destellos iridiscentes a la luz del sol, todas las preocupaciones terrestres se desvanecen y las palabras inmortales de Maclean parecen susurrar al viento: «Al final, todas las cosas se funden en una sola, y un río discurre a través de ella». thegreeno.com ¬ CENTURION-MAGAZINE.COM 19
