Historias de cambio 20190912

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SEPTIEMBRE DE 2019
SEPTIEMBRE DE 2019
El Gobierno entrega estadio
Municipal “Bicentenario”
El hospital de Entre Ríos es
equipado con Bs 10,6 millones
El presidente Evo Morales entregó
un lote de equipos de última
generación, adquiridos con más de
10, 6 millones de bolivianos, y 30
ítems para médicos, enfermeras y
auxiliares del hospital de segundo
nivel del municipio de Entre Ríos,
en el trópico de Cochabamba, para
fortalecer la implementación del
Servicio Único de Salud (SUS).
“Lo que nunca, el Gobierno
va invirtiendo, yo digo eso no
es porque quiere Evo Morales,
sino es por la lucha de
los movimientos sociales,
de las regiones del país.
Nos hemos unido electoral
y políticamente en base a
la ideología que nos dejaron
nuestros antepasados”, dijo en
un acto público.
En su discurso, Morales expresó
el deseo de que los médicos,
enfermas y auxiliares contratados
El presidente Evo Morales
Ayma entregó el estadio Municipal
“Bicentenario”, en el municipio de
Aiquile, Cochabamba. Obra edificada
con Bs 11.614.296, financiados
con el programa ‘Bolivia Cambia,
Evo Cumple’.
“Las políticas económicas las
conseguimos con marchas, con luchas,
ha sido tan importante cambiar
la matriz económica del país
y ahora podemos atender las demandas
que tiene nuestro pueblo”,
expresó Morales en la inauguración
del campo deportivo.
El estadio “Bicentenario” fue
construido sobre 10.202,98 metros
cuadrados, tiene una capacidad
de acoger a 7.000 espectadores,
consta de un campo de juego de
césped natural con dimensiones
reglamentarias, cabina de
transmisión y consultorio médico.
El Jefe de Estado exhortó
a los pobladores el cuidado del
césped natural, porque será el
escenario de eventos deportivos
nacionales y con proyección a internacionales.
“Lindo césped, felicito
de verdad, debe ser el mejor
césped; es mejor césped que el del
estadio ‘Félix Capriles’ a simple vista”,
manifestó.
También destacó que en Aiquile
está en construcción un instituto tecnológico
para que estudien los jóvenes
de esta región y comprometió la
construcción de unidades educativas
en el área rural para el próximo año.
A la fecha, Aiquile se favoreció con
31 obras, financiadas por la Unidad
de Proyectos Especiales (UPRE).
“den su vida por la vida” para curar
al prójimo.
“No puede ser como aprovecharse
del paciente, del enfermo.
Eso, de verdad, no entiendo”,
sostuvo.
El Programa de
Vivienda Cualitativa
consiste en el
mejoramiento,
ampliación y/o
renovación de
viviendas existentes
y que se encuentran
en condiciones
precarias,
deterioradas o en
hacinamiento.
Sofía, una esposa singular que
recorre La Paz para ganarse el pan
Fueron seleccionados como beneficiarios de la Agencia Estatal de Vivienda, ella y sus hijos
se pusieron manos a la obra y empezaron con las refacciones, ya que la familia entró en la
modalidad de Viviendas Cualitativas, que consiste en un trabajo de autoconstrucción asistida.
Con un sombrerito para protegerse
del sol y agarrada de un saco de
yute, cada mañana Sofía emprende un
viaje desde el Macrodistrito Cotahuma
hacia el centro paceño para ganarse
el pan de cada día. A pesar de su edad
y el trajín que representa la labor que
desarrolla, lo que la motiva es llevarle
alimento y medicinas a su esposo,
quien debido a complicaciones de salud
ya no puede trabajar.
Sofía Yujra es una mujer de 68
años que nació en Viacha, pero desde
muy pequeña vive en la ciudad de
La Paz, ya que sus propios familiares
la despojaron de su propiedad y no le
queda nada allí para retornar.
“En Viacha ya no tengo nada, mi
abuelito y mis tíos le han quitado a mi
mamá el terreno, así que ya no tengo
nada de terreno, mis tías se lo han
agarrado”, cuenta con tristeza.
Ella dio a luz a siete hijos, sin embargo,
el destino le arrebató a cuatro
de ellos cuando eran aún muy pequeños.
De los tres que están con vida, el
mayor tiene 50 años y el menor 38,
todos ya hicieron su propia vida.
Sofía cuenta que estuvo en la escuela
muy poco tiempo, sin embargo en
ese corto periodo logró aprender a leer,
escribir y firmar. Al provenir de una familia
humilde, las dificultades económicas
siempre estuvieron presentes, lo que la
llevó a trabajar desde muy joven.
“Yo siempre vendía, desde los 17
años vendía, me vendía zanahorias,
tunitas, cebollas, llegaban donde mi
papá sus familiares y siempre me regalaban
alguito, centavitos me regalaban,
eso me guardaba y con eso iba a
vender”, relata.
LUCAS, SU COMPAÑERO
Su esposo, Lucas Quenallata,
de 76 años de edad, padece el mal de
Parkinson. Según cuenta Sofía, él era
un hombre sano, pero de repente, hace
aproximadamente siete años, empezó a
sentir un leve temblor en un dedo, molestia
a la que no le dieron importancia,
pensaron que pasaría pronto, pero luego
la anomalía se expandió a toda la mano.
El problema se agudizó cuando el
temblor se apoderó de ambas manos, lo
que le imposibilitó definitivamente continuar
trabajando. “Después la mano ya
ha temblado, y chofer es pues, entonces
ya no le ha dejado ni trabajar”, lamenta
la mujer.
Ella relata que su esposo sufrió
mucho en su juventud, al proceder del
campo le era difícil encontrar algún trabajo
y señala que muchas veces le tocó
dormir en la calle. Sus primeros trabajos
fueron como heladero, vendedor de
dulces y ayudante de chofer, siendo en
este último en el que aprendió a conducir,
habilidad que posteriormente se
constituiría en su fuente de ingresos.
ACOPIO DE BOTELLAS
Movida por la necesidad, cada mañana
Sofía sale a reciclar envases plásticos
por diversas calles de la ciudad,
principalmente en las zonas de San
Pedro y Tembladerani. Según explica,
algunas vendedoras de barrio con buen
corazón son quienes le proporcionan
botellas; dice que por un kilogramo
(aproximadamente 28 recipientes) recibe
a cambio un boliviano.
“Como mi esposo ya no trabaja, tengo
que ir a vender, ya no vendo verdura
ni fruta, fruta vendía, carne, todo vendía,
pero ahora ya no, la fruta es pesado
de manejar; ahora me vendo botellitas
desechables, esito recojo y esito me
vendo”, dice, mientras contempla a Lucas,
su compañero de vida.
Ella fue operada hace un año de la
vesícula y tuvo una buena recuperación,
pese a que de vez en cuando siente algunas
molestias; sin embargo, también
sufrió una fractura en la mano, lo que
le genera un malestar permanente, principalmente
cuando levanta cosas pesadas.
Dice que tenían que operarla, pero
por falta de recursos económicos optó
por curarse con medicina natural.
Además de los envases plásticos,
eventualmente también recolecta papeles
y ropa usada, a fin de lograr algunos
ingresos adicionales. “Botellas,
esos papelitos, todo me vendo, pesado
no más también son los papeles, ropitas
también me regalan, que no sirven, eso
vendo a 50 centavitos el kilo, pero algo
es algo, aunque sea para el pancito”,
indica.
Ella cuenta que lleva 12 años habitando
su casita, una humilde vivienda
ubicada en Villa Nuevo Potosí, cerca de
la calle final Alcoreza. Dice que antes
tenía dos cuartitos de adobe, una cocinita
y un pequeño ambiente techado
con turriles que usaba como depósito.
Sin embargo, un día le comunicaron que
había un programa del Gobierno que podía
favorecerla, hizo las gestiones y se
cumplió su sueño.
EL MOMENTO DEL CAMBIO
Tras ser seleccionados como beneficiarios
de la Agencia Estatal de Vivienda
(Aevivienda), ella y sus hijos se
pusieron manos a la obra y empezaron
con las refacciones, ya que la familia
entró en la modalidad de Viviendas
Cualitativas, que consiste en un trabajo
de autoconstrucción asistida, es
decir que previamente recibieron capacitación
y asistencia técnica para
aportar con mano de obra y algunos
materiales.
“Ellos me han ayudado hasta el
final, mis hijos, un día ayudaba uno,
el otro día el otro; mis nietitos venían,
cayendo, cayendo también las
arenas han subido aquí”, explica la
mujer.
Hoy, Sofía se encuentra más
motivada y se siente afortunada por
haber recibido ese beneficio, ya que
cuenta con una ambiente más cómo
para vivir, para cuidar a su esposo, y
para acopiar los recipientes que son
su sustento.
“Nosotros bien alegres estábamos,
por fin vamos a tener cuartito
limpio decíamos, bien estamos,
alegres”, exclama Sofía, con una
sonrisa en el rostro. La vida ha
sido dura para ella y su familia,
pero contar con un nuevo hogar
le llena de esperanza y motivación,
ella ve de una manera
distinta el futuro.
Sus hijos se sienten
orgullosos de haber contribuido
al bienestar de
su familia, trabajaron
en la remodelación
de la vivienda y, de
esta manera, mejoraron
las condiciones
habitacionales
de las
personas que
les dieron la
vida.
26.831
viviendas
solidarias fueron
entregadas hasta 2018,
en el departamento
de La Paz.
12.153
viviendas
fueron entregadas a
adultos mayores de
todo el país.
Nosotros bien
alegres estábamos,
por fin vamos a tener
un cuartito limpio
decíamos, bien
estamos, alegres
Sofía