Forward (21.1)

incluso al ignorar. Entonces, si el docente ama su labor, contagiará a sus alumnos del amor a la materia. De ahí nace la
idea de decir “Me hice docente porque un día tuve una maestra que me inspiró el amor a esa materia.” Queda la
respuesta ampliamente identificada, Savater diría a mi fundamento: “Nacemos humanos pero eso no basta: tenemos
también que llegar a serlo [...] Hay que nacer para humano, pero sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás
nos contagian su humanidad a propósito” (Savater, 1997, pág 11)
2. El uso de la neurociencia
Es neurociencia aquello que estudia al cerebro, pero que no se confunda con la psicología, encargada del estudio de
comportamientos y personalidades de las personas. A través de esta ciencia, podré ser capaz de analizar cómo y por
qué algunos estudiantes memorizan mejor que otros, o razonan mejor unos a diferencia de los demás. Desde luego,
saberlo no garantiza nada, sino encontrar un método para aplicar en el contexto del aula.
Sabiendo que si un estudiante no puede entender algún tema explicado, no se debe sino a un problema en sus
neuronas. Significando equivalentemente que su cerebro no está conectando las neuronas con la adecuada
eficiencia. Solo recordemos que no existe la inteligencia, solo existen personas cuyo cerebro no se comunica de igual
forma a otros. Pero en algo si concuerdan todos los cerebros de la especie humana: les gusta aprender.
Un cerebro aprende a cada segundo, aprende de su entorno, de los demás, de los errores, del dolor, del amor, y de
todo aquello que hagamos como obra cotidiana. Por ejemplo, si una persona dejó el arroz en una olla a una
temperatura constante, y por alguna razón se olvidó de ella, Al momento encontrará un olor extraño, y es el del arroz
que está quemándose. “Ay dejé quemar el arroz” diría. A partir de ese pequeño error su cerebro conectará sus
neuronas para recordarle a la persona que no debe volver a olvidar el arroz cuando lo cocina o calienta.
Como expliqué, el cerebro se centra en la corrección automática. Y permítaseme regresar , en este instante, al primer
párrafo de neurociencia. Cuando expliqué de que unos cerebros razonan mejor que otros, y el ejemplo de la persona
que no entendió. Con cierto esfuerzo de parte del educador, entonces, debe buscarse una forma en que los
estudiantes encuentren la mejor maner de comprender. Si alguien es “malo” recordando cosas, la neurociencia
aplicada a la educación puede encontrar una forma de hacer que esa persona nunca olvide una materia.
Maria Montessori diría a mi conclusión:
“La habilidad manual constituye una gran ayuda para aprender a escribir y a dibujar [...] La educadora debe limitar en
lo posible su intervención, sin por eso permitir que el niño se fatigue por un excesivo esfuerzo de autoeducación. Y
aquí es donde se manifiesta el arte de la maestra.” (Montessori, pág 29)
3. Aspectos generales para educar.
Si bien, la popularidad hoy día representa tener dinero, o ser famoso. También el de tener el ultimo celular a la moda,
una profesión en la que se gane mucho dinero, etc. Algo no está muy claro en esta concepción de riqueza, y es el de
tener que optar por el consumismo, cuando no hay una definición en ningún diccionario que diga “popularidad es
tener más dinero que otros”. Quiero llegar es al mundo capitalista actual, donde ser popular le cuesta a muchos la
dignidad, y me lleva a pensar que tiene la educación como una mercado.
Ahora me preguntó ¿Qué están educando, a quién están fabricando? Y esto es porque, antes habían dos medios de
educación. Savater señala dos, la familia y los centros educativos, y por años esa ha sido la idea. Pero yo incluiré otro
medio de educación, y puede adivinarse, pues “habitamos en una cibercultura” diría Rueda Ortiz. Talvez se pregunten
¿A dónde quiere llegar con estas definiciones? La respuesta sigue a continuación.