Notas de prensa

Teatro
Tras portones cerrados
Por Jazmín Carbonell | LA NACION
Mujeres, un taller y una intriga policial. Foto: LA NACION
Mecánicas. / Dirección: Federico Buso. / Dramaturgia: Celina Rozenwurcel. / Intérpretes: Celina Rozenwurcel, Mariana Cavilli, Laila Duschatzky, Marcela Peidro. /
Idea: Celina Rozenwurcel, Lucía Caleta, Daniela Faiella, Mijal Katzowicz, María Soledad Manes. / Vestuario: Jam Monti. / Diseño sonoro: Federico Buso y Gerardo
Maleh. / Arte: Natalia Byrne y Aureliano Gentile. / Iluminación: Santiago Badillo. /
Asesoramiento dramatúrgico: Walter Jacob. / Asistencia de dirección: Agustín Daulte, Nicolás Oviedo. / Sala: un taller mecánico de Palermo Soho. / Funciones:
los domingos, a las 19. / Duración: 80 minutos. / Reservas solo por mail: mecanicasteatro@gmail.com
Nuestra opinión: muy buena.
Cualquier transeúnte mínimamente avispado sabe que las calles de esta gran ciudad esconden muchas
historias, secretos y, por qué no, misterios. Al ir caminando, nos vamos topando con puertas y más puertas y
lo que sucede detrás de cada una de ellas puede ser algo atrapante. Éste es un gran caso. Ya desde la ficha
técnica advertimos que esta obra teatral incluye algún interrogante. El lugar, lejos de ser una sala teatral
ordinaria y conocida por la mayoría, es un taller mecánico de Palermo. Es, al menos, llamativo. Y ahí vamos a
embarcarnos en esta historia.
Una puerta de chapa clásica de taller mecánico. ¿Será aquí? Nos metemos, casi incómodos. Adentro nos
esperan unas cuantas sillas, la infaltable luz blanca, las herramientas por doquier, olor a aceite. Todos los
ingredientes. Y aunque probablemente ya hayamos estado en alguno parecido, hoy muestra otro costado.
Como su nombre lo indica, Mecánicas se tratará de un grupo de muchachas que trabajan en un sitio en donde
simplemente, por lo menos en apariencia, se arreglan autos. Hasta ahí, eso. Algo imaginable aunque original:
mujeres mecánicas, un sitio no teatral que los domingos (como las actrices) se disfraza y se abre al público. A
otro público.
Como sucede en la mayoría de las historias teatrales, el día que se nos muestra no es un día más en la vida
de sus participantes, sino que es "el día", el inicio de algo trascendental. Así, cuando aparece la primera
actriz, que interpreta a Susana y está buscando a Perla, hay en el aire una atmósfera enrarecida.
No es un día cualquiera, Perla lo sabe bien y por eso desde hoy se viste diferente, se muestra diferente,
incluso habla de otra manera y el taller mecánico siempre abandonado, quiere estar mejor, limpio, ordenado,
cuidado. La trama se nos abre y se va complejizando más y más hasta derivar en un intrincado policial. Cuatro
mujeres. Un pájaro. Un empresario mafioso que no aparece, pero que mueve la acción desde el teléfono.
Las actuaciones están muy bien, parejas, cada una en su punto justo. El espacio es interesante, ya que,
además de ser lo más realista posible, presenta unos fuera de campo que les permiten a los personajes ir y
venir de la escena, hablar desde arriba, desde afuera, desde el patio, sorprendernos, movernos. Estamos ahí,
somos testigos, intrusos, voyeurs y -aunque siempre lo seamos en el teatro- esta vez tiene sabor a más.
Los domingos, el taller mecánico se viste de gala y se pone a actuar, ofrece algo para tomar, es buen anfitrión
y esos autos que quedaron probablemente del viernes a la tarde, cuando se cerraron las puertas, toman vida
y se ponen a jugar. ¿O es que siempre lo hacen y en este caso, como una excepción, nos invitan a participar?
DIARIO LA NACIÓN - SUPLEMENTO ESPECTACULOS – 14/05/2014
http://www.lanacion.com.ar/1687411-tras-portones-cerrados