Devaluación disfrazada del peso para mayor competitividad

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27 de Agosto de 2015
Mundo electoral
Televisión y partidos (III)
Por Armando Reyes Vigueras
Más tarde, este instituto político sumaría
los esfuerzos de un grupo de simpatizantes,
encabezados por el cineasta Carlos Mendoza,
quienes formarían la productora Canal 6 de
julio, nombre tomado de la fecha de la elección
presidencial en la que participó como
candidato Cuauhtémoc Cárdenas. La novedad
en este caso, es que además de presentar
sus producciones en los espacios que la autoridad
electoral destinaba a cada partido, Canal
6 de julio ofrecía presentaciones en universidades
y centros comunitarios, además de
tener un catálogo para adquirir los programas
en formato VHS.
El PAN, a través de PROPAN, también
daba al público dicha posibilidad, incluso donando
casetes a centros educativos.
En esos mismos años, el PRI contaba con
una subsecretaría de radio y televisión, mediante
la cual contrataban conductores profesionales
para producir sus programas, un lujo
que los demás partidos no se podían permitir.
Como el lector se habrá percatado, la
televisión y los partidos políticos han
sido dos instituciones divorciadas,
cuando podrían ser complementarias. La forma
en que, desde el ámbito gubernamental,
se ha concedido el acceso a las fuerzas políticas
que han existido en nuestro país es sólo
una faceta del tema. Los propios institutos
políticos se han mostrado tibios al momento
de trazar estrategias para utilizar los espacios
televisivos. La falta de continuidad en sus planes
y programas es lo único que ha permanecido
constante.
La fuerza de la imagen
Al interior de los partidos se ha hablado
de la necesidad de utilizar a la televisión
para sus tareas proselitistas. En 1969, quien
fuera presidente nacional del PAN, Adolfo
Christlieb Ibarrola, en un artículo publicado
en Excélsior, apuntaba que “lo que importa es
que este nuevo tipo de relaciones se establezca
dentro de un clima de libertad que evite que
la televisión sea convertida en instrumento de
poder personal o de grupo”.
No obstante sus advertencias, en particular
con el surgimiento de Televisa al inicio
de la década de los años 70, las palabras
de Christlieb se hicieron realidad en el peor
sentido. Emilio Azcárraga Milmo, padre del
actual accionista mayoritario de la televisora,
señalaría que él era un “soldado del PRI”.
A pesar de esto, la legislación otorgó a los
partidos espacios en los medios electrónicos,
como se ha relatado en las dos colaboraciones
anteriores. Los propios institutos políticos
se vieron en la necesidad de prepararse para
abordar el nuevo reto, mostrando que a pesar
de sus reiteradas demandas, poco sabían hacer
con respecto a estos medios.
Durante décadas, los programas de los
partidos políticos —programados a las 18:45
horas en el canal 5 y a las 23:45 horas en el
canal 13— representaron una invitación
a apagar el televisor o a cambiarle de señal.
Los partidos aprovecharon en espacio para
presentar discursos, reseñas de eventos de
campaña, mostrando un desconocimiento no
sólo de la forma de producir un programa de
televisión, sino del público que en esos momentos
sintonizaba el canal.
Acción Nacional constituyó un organismo
llamado PROPAN, encargado de producir los
programas de 15 minutos destinados a estos
tiempos. Además de presentar las actividades
del partido, como los demás institutos políticos,
produjo una emisión a la que llamaron
“Calcetines”, dirigida al público infantil para
enseñarle algo de lo que era el PAN con recursos
distintos a los de otros programas.
El PRD por su parte, tomando en cuenta
que se fundó como tal en 1989, recurrió ocasionalmente
a presentar reportajes en los 15
minutos que tenía a su disposición. Este tipo
de formato, rompía con lo que los demás partidos
ofrecían a los televidentes, además de
que más que un programa sobre sus actividades,
este tipo de reportajes le permitían ejercer
la crítica y dar un posicionamiento acerca
de temas de interés.
Salto tecnológico
El panorama descrito en las líneas anteriores,
se mantuvo hasta el final del siglo XX.
Con la llegada de la nueva centuria, así como
con el avance tecnológico, los partidos tuvieron
a su disposición nuevas herramientas
para hacer llegar sus mensajes a una mayor
cantidad de público.
Desgraciadamente, este tipo de organismos
carecen de continuidad y de personal
capacitado para aprovechar este tipo de instrumentos.
Los programas de los partidos
políticos en los tiempos oficiales del Estado,
redujeron su duración de 15 a 5 minutos,
cambiando de horario y de estaciones para
su emisión, convirtiéndose en algo invisible y
sin peso real dentro de la estrategia de comunicación
de los partidos, los cuales le dan más
importancia a los spots durante las campañas
electorales.
En cuanto a herramientas como YouTube,
hay poco que destacar. En la administración
de Germán Martínez al frente del
PAN, este partido ensayó la producción de
mensajes en video que eran distribuidos por
el portal de Google, mismos que después
eran reseñados en los medios tradicionales,
sirviendo éstos de caja de resonancia de los
videomensajes del presidente nacional azul.
Con el cambio de dirigente, tal estrategia se
abandonó a pesar de los resultados positivos
que ofreció.
Nuevamente, la falta de continuidad y de
conocimiento del medio ubicaron a los partidos
en la dimensión en la que se encuentran:
organismos interesados en ganar elecciones,
los cuales depositan esas actividades en los
equipos de campaña.
@AreyesVigueras