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24 ❚❚ Sociedad febrero 2013 ■ la calle
k HURGANDO EN LA HISTORIA
El órgano de Santomera
Francisco
Cánovas Candel
Cronista Oficial de Santomera
La cuestión del órgano de la iglesia
parroquial de Nuestra Señora
del Rosario es tema de actualidad
en Santomera. Recientemente
lo han traído de Teruel,
donde ha permanecido mucho
tiempo para su reparación, que
finalmente no se ha realizado
ante la imposibilidad de afrontar
la cuantía de la operación.
D. Antonio Ballester, nuestro
apreciado y eficiente párroco,
con el Consejo Parroquial, ha
decidido dejar instalado el valioso
instrumento en su lugar del
templo y esperar a que las circunstancias
socioeconómicas
mejoren para efectuar su costoso
arreglo. Una decisión prudente
que permite su conservación,
con mayor cuidado en la propia
iglesia, hasta que los santomeranos
podamos recuperar definitivamente,
con todo su esplendor,
nuestro órgano parroquial, una
joya histórica en su género que
honra a Santomera desde hace
casi un siglo.
El órgano santomerano tiene
una interesante historia. Gracias
al matrimonio formado por
Manuel Campillo y María Murcia,
generosos donantes del gran
regalo, la Parroquia de Santomera
estrenó en las Fiestas
Patronales de 1926 el magnífico
instrumento, que sería señorial
colofón de su hermosa iglesia.
La instalación del formidable
instrumento finalizó días
después del 7 de octubre, y por
ello se atrasaron las Fiestas ese
año, celebrándose su día principal
el 17, con solemne función
religiosa presidida por D. Vicente
Alonso Salgado, obispo de
Cartagena, acompañado de D.
Juan José Noguera Morales,
párroco de Santomera, con la
Orquesta y Coros del Seminario
y Colegio de San José, todo
ello armonizado con el órgano
que se había inaugurado el día
anterior en brillante acto.
El estreno del órgano tuvo
lugar el 16 de octubre de 1926,
a las cinco de la tarde, con una
solemne salve cantada por el
Coro Franciscano de Orihuela,
dirigido por el R.P. Fray José
Uribesalgo. A continuación, la
multitud que llenaba la iglesia
pudo escuchar bellas interpretaciones
de D. Ángel Larroca,
maestro de capilla de la Catedral,
D. José Carrasco, organista
de la misma, D. Mariano Alarcón,
organista de la Parroquia de
San Antolín, y asimismo contempló
admirada las piezas ejecutadas
–algunas de su propia
creación– por D. Antonio Alberdi,
extraordinario músico y a su
vez representante de la casa
Alberdi, famosos talleres de Barcelona,
constructores del órgano
que se estrenaba. La categoría
musical de este hombre era
grande: prueba de ello es que el
ayuntamiento barcelonés le tiene
dedicada una calle en la Ciudad
Condal, hecho que en cierto
modo enriquece la historia
santomerana, pues este afamado
músico catalán vivió en Santomera,
con sus dos ayudantes
–uno extranjero–, mientras se
montaba el instrumento bajo su
experta vigilancia.
Los periódicos de aquella época
destacaban la noticia del órgano
de Santomera. En ‘La Verdad’
de Murcia (15 de octubre de
1926) podemos leer, literalmente:
«El pueblo de Santomera está
de enhorabuena. Hace unos días
que el famoso constructor de
órganos, Sr. Alberdi, de Barcelona,
está montando un instrumento
que jamás en Santomera
tenían soñado poseer. Gracias a
la munificencia de los señores
que lo han donado, nuestra iglesia
estará dotada del mejor instrumento
de la Diócesis, si se
exceptúa el de la Catedral». El
mismo diario publicaba unas
manifestaciones de Sr. Alberdi, de
las que se deduce la importancia
del órgano de Santomera, considerado
por los propios instaladores
de primer orden. No obstante,
la casa Alberdi, en franca
lucha comercial con otros fabricantes
extranjeros, recibía por
aquel entonces encargos incluso
desde América, especialmente de
Panamá, Ecuador, Colombia y
Costa Rica, para cuyo Gobierno
construyó el hermoso órgano del
Teatro Nacional.