Bermúdez Cañete y Baena

JULIO 2008
CANCIONERO / 11
PRESENTACIÓN DE LA OBRA DE ANTONIO BERMÚDEZ CAÑETE
nuestro pueblo y cumplía con el precepto
dominical, seguía la Eucaristía con un
Misal”, escribe Torrico Lomeña.
Poco después del homenaje a José
Amador de los Ríos, iniciaría su formación
en el extranjero y sus viajes a
Alemania. La estancia en este país se vio
interrumpida por el servicio militar. Con
veintidós años, el 26 de noviembre de
1920, se casa en Baena con María Antonia
Bujalance Santaella. Sin embargo, el
matrimonio duró poco al enviudar muy
pronto. En esta etapa de su vida, antes
de regresar a Alemania, fundará el 1
de mayo de 1921 el periódico Trabajo,
que dirige durante más de un año en
Baena. Ese primer número es una clara
declaración de intenciones: “Nos dirigiremos
siempre a los que tengan sus
sentimientos limpios. A los que crean
que hay en el mundo algo superior a las
pesetas, a los que sepan comprender y
perdonar y para ellos y para nosotros
adaptaremos este lema: ‘Toda sociedad
que no quiera caminar a su ruina ha de
ser en lo económica progresiva, en lo
moral conservadora”.
Su siguiente acto público le traería a
Córdoba en abril de 1924. El 14 de abril
de ese año diserta sobre la economía de
España en la Real Academia de Ciencias,
Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
Esta conferencia se ha incluido en el libro
publicado ahora. El intelectual baenense
había continuado desde 1922 su formación
en Alemania y en el archivo de los
Fugger de Augsburgo estudió la historia
de los primeros capitalistas en España.
Entonces conoció al profesor Strieder y
marcha a la Universidad de Munich, en la
que trabaja hasta 1926 bajo la dirección
de los profesores von Zwiedieneck, Weber,
Lotz, Strieder y otros, en cuestiones
de historia y teoría económica. Un año
antes conoce al director de El Debate y
comienza a escribir en el periódico madrileño
como colaborador.
Bermúdez Cañete se prodigaría como
conferenciante y en Baena tendría un
foro que siempre le mostró admiración.
Eso sucedió el 11 de enero de 1927,
cuando disertó sobre economía en el
Teatro Principal. El periódico Regeneración
reseñaría su intervención en su
número del 23 de enero: “En el Teatro
Principal de esta Ciudad, y ante un público
numeroso, la noche del día 11 disertó
nuestro distinguido amigo don Antonio
Bermúdez Cañete, con la competencia
que le caracteriza en materia económica,
acerca del tema ¿Qué es más difícil,
saber ganar, saber ahorrar o saber gastar
el dinero?”. El periódico resaltaba sus
propuestas, algunas de las que, en una
sociedad tan clasista como la baenense,
seguro que encontraría opiniones contrarias:
“Exhortó con alteza de miras a todos
para que, considerándose solidarizados
con la gran obra de resurgimiento económico
en la que ricos y pobres son como
socios de la misma empresa, aporten su
esfuerzo al bien común, y apoyándose
mutuamente, huyan de gastar el dinero
en caprichos suntuarios y lo inviertan
en negocios que a todos den vida y
aumenten la riqueza nacional, imitando
lo que hacen pueblos grandes como los
Estados Unidos de América y otros que
forman la hegemonía económica, para
hacer la gran España del porvenir. El
orador fue ovacionado largamente tanto
al final como en distintos momentos de
su disertación”.
Bermúdez Cañete aumentaría su formación
en Inglaterra, donde trabajará
en la London School of Economics. Sin
embargo, en febrero de 1929 regresaría
a España para dirigir la sección financiera
Antonio Bermúdez Cañete, montado en la moto que adquirió en mayo de 1932.
Antonio Bermúdez Cañete y Augusta Orth, en la Semana Santa de 1931. A la derecha, con la familia en el cortijo.
de El Debate. En el verano de ese año
hizo las oposiciones e ingresó en el Ministerio
de Industria y Comercio.
Bermúdez Cañete se volvió a casar.
El 30 de diciembre de 1930 contraía
matrimonio en Alemania con Augusta
Orth, poco después de fallecer su padre.
Este suceso retrasó el enlace previsto
inicialmente para el día 15. En El Debate
se recogía en la edición del 24 de octubre
de 1930 la petición de mano: “Por doña
Pura Cañete, viuda de Bermúdez, y para
su hijo don Antonio Bermúdez Cañete, ha
sido pedida a la señora viuda de Orth la
mano de su bellísima hija Auguste”.
Durante su viaje de novios, Bermúdez
Cañete visitó Baena, tal y como señala
el periódico La Defensa el 29 de enero
de 1931: “Igualmente hemos tenido la
satisfacción de saludar a nuestro culto
paisano Dr. Don Antonio Bermúdez
Cañete, que se encuentra en esta en
viaje de bodas”. En su diario personal,
Antonio Bermúdez Cañete resalta que
el 28 de enero estuvo en Baena y que
fue al cortijo de Las Beatas, donde taló
almendros pequeños. Al día siguiente
salió para Córdoba. En la Semana Santa
de ese año también visitaría, junto a su
esposa, la localidad. El 2 de abril de 1931
inició el viaje a las 4 de la madrugada.
Tras varios incidentes con el vehículo,
llegó a Baena a las 19.00 horas. Era
Jueves Santo e hizo las Estaciones. El
Viernes Santo lo dedica a presenciar los
dos desfiles: “Vamos a la procesión con
Guillermo. Cuadro magnífico, a Guggy
(así llama a su mujer) le gusta mucho.
Por la tarde vamos a casa de Ascensión.
Es magnífica aquella y la procesión con
mucho orden”. El Domingo de Resurrección
va a misa a la iglesia de Guadalupe.
Sin embargo, se muestra crítico con el
comportamiento de algunas personas:
“Por la mañana, a misa a Guadalupe.
Nada respetuosos y desordenados. Por
la tarde vamos a Córdoba...”.
Cuando se proclama la II República se
encuentra en Madrid. El día 15 de abril,
con motivo del exilio de la Reina, decide
marchar en el mismo tren hasta San
Sebastián. “Viaje lo más emocionante de
mi vida. Lloro. Me presentan al Infante
don Gonzalo”, escribirá en su diario. En
el regreso de San Sebastián coincide
con Franco y Queipo del Llano. Asegura
que tiene un incidente con “secuaces”
de Franco. Dos meses después lo eligen
como candidato de Acción Nacional a
las Cortes. Entre el 18 y el 22 de junio
permanece en Baena. Sin embargo, no
es elegido diputado.
El 29 de diciembre de 1931 vuelve a
dar una conferencia en Baena. En esta
ocasión, la reseña la incluye el periódico
local Todos el 10 de enero de 1932: “En
la tarde del 29 del pasado dio en el salón
de actos del casino de Baena su anunciada
conferencia nuestro culto paisano
Antonio Bermúdez Cañete. El local se encontraba
completamente ocupado, y a la
hora anunciada comenzó su disertación,
en forma de charla íntima el conferenciante”.
Ese mismo año, en noviembre
de 1932, fue nombrado corresponsal
de El Debate en Berlín, ciudad en la
que permanecería hasta enero de 1935,
cuando fue expulsado por la Alemania
nazi. Entre febrero de 1935 y marzo de
1936 ocupó la corresponsalía de este
periódico en París, aunque fue enviado
a la guerra italo-abisinia en diciembre de
1935. En su segundo intento de acceder
a las Cortes es elegido diputado por la
CEDA en la convocatoria de febrero de
1936, donde tuvo varias intervenciones,
algunas marcadas por la polémica al
enfrentarse a los posicionamientos del
gobierno del Frente Popular.
Una década después del final de la
Guerra Civil, el 5 de febrero de 1949, fue
nombrado hijo predilecto de Baena y al
año siguiente, junto a sus dos hermanos
asesinados en 1936, José Luis y Ramón,
el Ayuntamiento le rotuló una calle que
lleva el nombre de Hermanos Bermúdez
Cañete. Antonio Bermúdez Cañete, que
sí tiene una calle en Madrid, ha pasado
a la historia por ser uno de los grandes
intelectuales que surgieron de la localidad
en el siglo XX, no sólo por su gran
preparación académica, sino también por
el impulso e inquietud constante por el
conocimiento. A su trayectoria económica,
que ya habrá momento de analizarla,
hay que unir sus vivencias periodísticas.
Antonio Bermúdez Cañete vivió en primera
persona momentos clave de la
historia de Europa y siempre tuvo tiempo
para mostrar su visión de la economía y
la política ante sus paisanos.